LA INCREร BLE HISTORIA DE TUTU Y DIGODIGO En busca de la patata mรกgica
LA INCREÍBLE HISTORIA DE TUTU Y DIGODIGO En busca de la patata mágica Lorena Esteve
Dedicado a mis pequeños sapos
H
ace cientos de miles de años, la primera estrella morada cayó del cielo, rompiendo una montaña en dos y dejando a su paso un gran castillo con sus habitantes y sus curiosos animales... El reino de Rotamontaña estaba gobernado por el rey Momo, la reina Tata, junto con sus cuatro hijos y seguido de todos sus súbditos y todos sus animales.
La pequeña princesa Tutu con sus rizos negros como la noche, era la pequeña después de sus tres hermanos trillizos, Tete, Titi y Toto; ella se diferenciaba de sus hermanos por tener los ojos grandes y morados en lugar de pequeños y amarillos; además de que los trillizos siempre iban acompañados por sus mimals los leones voladores, fieros y veloces, en cambio Tutu siempre iba acompañada de Digodigo, su sapo sabio. Cada año se producía una lluvia de estrellas moradas, que procuraban paz y bienestar al reino; además se otorgaba a cada niño un mimal, un peculiar animal, que lo acompañaría el resto de su vida para ayudarlo y protegerlo. El gran día se acercaba y a Tutu y a Digodigo les encantaba ir a ver al pastelero, porque con suerte les daría a probar alguno de esos exquisitos pastelitos de limón que preparaba para el día de la fiesta de las estrellas. Luego se dirigirían a la plaza real para ver cómo la decoraban y sobre todo lo que más les gustaba era escuchar las historias de las viejas costureras.
Todos sus amigos se encontraban ya en la plaza junto con sus mimals... Estaba Bahbah, el hijo del leñador y su topovestruz,que corría veloz bajo tierra. Liplip, hijo del pescador junto a su cocopótamo, inmensamente gordo y con unos dientes enormes. Sheshe y Shasha, las hijas del guardabosques, iban siempre acompañadas la primera de un jirafante, que con su cuello largo y su larga trompa lo veía y alcanzaba todo, y su hermana de un camalepanda,que era grande y podía cambiar de color según su antojo. Una vez todos los niños escogieron sus lugares para escuchar las historias de las viejas costureras, éstas sin dejar de tejer comenzaron a narrar sus relatos... Las viejas costureras siempre empezaban sus narraciones contando cómo se formó el reino de Rotamontaña: