Un beso gigante, gigante..., pero acuérdate que es el gigante que se comió tres vacas y después lo invitaron a una boda de gigantes y se dieron un festín. Y al volver a casa se encontró con que le esperaban unos familiares que habían vuelto de Mallorca de pasar las vacaciones y le traían una ensaimada gigante rellena de crema, que por no quedar mal también se tuvo que comer.