Usemos Nuestras Alas Inma Caparrós Mateo
Enseñando valores
Enseñando valores
Usemos Nuestras Alas Inma Caparrós Mateo
Título: Usemos nuestras alas. Enseñando valores © Inma Caparrós Mateo Ilustración: Sonia Moya
Edita:
I.S.B.N.: 978-84-16582-92-1 Impreso en España Reservados todos los derechos. Ninguna parte de esta publicación ni de su contenido puede ser reproducida, almacenada o transmitida en modo alguno sin permiso previo y por escrito de la autora.
Este cuento es para ti, que me lees queriendo o sin querer, por ser un alma que está dispuesta a llenar su tiempo con un trocito del mío. Para mis padres, que me enseñaron a usar mis alas sin dejarme caer. A mi sobrina Laura, que acaba de desplegar las suyas. Y en especial a mi compañero de viaje, porque juntos recorremos caminos, surcamos los mares y volamos los cielos, con alas o sin ellas… A veces, sin salir de casa. Por nuestras violetas, que en primavera han empezado a germinar.
5
Al amanecer la granja despertaba con el canto del gallo. Puky, el pollito, se dispuso a despertar a su tía Nina, la gallina más perezosa del voladero. Con un picotazo, poco cuidadoso e impaciente, intentó despertar a la gallina. –Tía Nina, ¡venga! Llegaremos tarde –pero Nina, como quien oía llover… –¡Tía! ¡Seremos los últimos en llegar a la fiesta! –¿Fiesta? ¿Qué fiesta? –dijo Nina desperezándose. –¡El cumpleaños de don Pacón el búho! ¡Venga tía! –gritó Puky enfadado.
7
Nina empezó a reaccionar, y sacudiendo su plumaje le dijo a su sobrino: –Puky, explícame qué es eso de una fiesta. –Nunca te enteras de nada, te lo he explicado tantas veces como plumas tengo –dijo Puky con aire presumido. –En ese caso… no creo que sean muchas, pequeño –respondió Nina con una ligera sonrisa. –Bueno… pues tantas como las que tendré cuando yo sea el rey del corral –contestó convencido Puky. –Anda Puky, explícame y deja de hacerte el gallito. –¿Te acuerdas tía que tenemos unos amigos en el bosque? –preguntó con tono irónico.
8
–¡Pues claro Puky! –Bien, pues hoy es el cumpleaños de don Pacón el Búho… –Eso ya lo has dicho antes. –Y quedamos que hoy prepararíamos una fiesta sorpresa, pero como eres tan pesada… ¡Llegaremos tarde! –Está bien, está bien –dijo Nina mientras terminaba de peinar sus plumas. –Vayamos hacia el bosque, mientras tanto, sigue explicándome. Ambos marcharon camino del viejo chopo, lugar donde habitualmente se reunían con los demás.
9
10
Allí estaban señora Lechuza, Batuto el colibrí, señor Jilguero y Maderito, el pájaro carpintero. –Maderito ¿has preparado el regalo? –preguntó señora Lechuza. –Sí, ha quedado genial. –¡Mirad! Por ahí vienen –gritó Batuto. –¡Hola a todos! Perdonad el retraso, no hay manera de despertar a este Puky. –Pero tía, no tengas tanto morro, ¡digo pico!, y diles la verdad…
11