Amada y Preciosa

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Contenido Reconocimientos..............................................................................9 Capítulo 1: Cimientos de amor ................................................................................................11 Capítulo 2: Escogida y amada ................................................................................................19 Capítulo 3: Comprada por un precio ................................................................................................31 Capítulo 4: Una serie de copas ................................................................................................41 Capítulo 5: Colmada de regalos ................................................................................................51 Capítulo 6: Velar y esperar ................................................................................................61 Capítulo 7: Vestida de justicia ................................................................................................71 Capítulo 8: Llegó el gran día ................................................................................................83 Capítulo 9: El gozo de la intimidad ................................................................................................93 Capítulo 10: Que empiece la fiesta ..............................................................................................103 Conclusión: Invitación para una boda........................................113 Guía del líder para facilitadores de grupo y mentores...............117


Dedicatoria A nuestro Novio celestial que nos ha bendecido con nuestros novios terrenales: Snow Ellison (El fallecido esposo de Edna). Wayne Brown y Kevin Sowell


Agradecimientos

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os autores no escriben los libros como si fueran islas solitarias. Les deben las gracias a muchas personas por su colaboración en una tarea de amor, como este estudio bíblico. Sobre todo cuando tres autores están coordinando su trabajo se produce una sensación de comunidad a medida que todas las piezas encajan bajo la dirección de Dios. Nosotras, Joy Brown, Edna Ellison, y Kimberly Sowell, tenemos una deuda de gratitud con los siguientes miembros del competente equipo de New Hope Publishers: Dra. Andrea Mullins, editora, quien creyó en nosotras cuando recibimos nuestro contrato y comenzamos nuestro trabajo; Joyce Dinkins, editora administrativa, quien fue una inspiración y guía para el proyecto; y Randy Bishop, nuestro diligente editor quien supervisó los detalles y ayudó a diseñar este estudio bíblico de muchas maneras con sus consejos sabios. Además queremos agradecer a la diseñadora gráfica, Sherry Hunt, quien aportó ideas creativas para cada página de este libro encantador. Además estamos muy agradecidas a la editora de reproducción Carolyn Goss, que detectó nuestros errores y nos hizo quedar bien. Jonathan Howe, gerente de mercadeo y ventas, y Ashley Stephens, especialista en publicidad, han dado muchas horas de servicio para la promoción y publicidad de este libro. Además nos sentimos obligadas a agradecer a las integrantes originales de Women by Design: Marie Alston, Cherie Nettles, y Tricia Scribner, quienes inspiraron una versión anterior de este


estudio, Here Comes the Bride of Christ, de donde surgi贸 este libro. Sobre todo queremos agradecer a Dios por ser nuestro Salvador, Creador y Amigo. Como parte de la Iglesia, la novia de Cristo, proclamamos nuestro amor por el Novio celestial y le reconocemos como el Se帽or de nuestras vidas.


Capítulo Uno

Cimientos de amor

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- Por Joy Brown

uena noticia! Como creyente, Dios el Padre te ha escogido para desposarte con su Hijo, Jesucristo. Has sido tan amada que en la cruz del Calvario él logró todo lo necesario para convertirte en su novia. ¡Eres escogida y amada! La Biblia es la carta de amor de Dios a su novia, nosotros los que conformamos la Iglesia. Para usar el lenguaje de Pablo, hemos sido “desposada[s] con un solo esposo…Cristo” (2 Corintios 11:2). Esperamos que al avanzar en este estudio quedes asombrada al ver cuántas de las enseñanzas de Jesús, y muchos otros pasajes de la Biblia, son “lenguaje matrimonial”. Dios, usando como símbolo el matrimonio entre un hombre y una mujer, ilustra de manera bella lo que significa para nosotros tener una relación íntima con Cristo. La importancia de lo que significa escogida y amada será revelada a lo largo de este libro. En los capítulos del 2 al 10, te animo a tomarte el tiempo para hacer las actividades del estudio bíblico, “Ramillete de cartas de amor”, que están dispersos en cada capítulo y reforzarán y mejorarán las verdades hermosas que esperan revelarse. Además encontrarás preguntas de “Reflexiones” que están diseñadas para profundizar en los temas del capítulo. Una oración especial pone fin a cada capítulo, acompañada por un elemento de “Perspectiva” que ofrece una historia, poema o datos interesantes para animarte a pensar más. Este primer capítulo es fundamental para comprender lo que significa ser la novia de Cristo y la clave para el resto de este estudio. Aunque tal vez algunos capítulos te resulten más significativos que otros, en dependencia de las experiencias de tu vida, creemos que


estudiarlos en orden (a menos que el Espíritu Santo te lleve a lo contrario) fomentará un puente beneficioso de comprensión. Además ten presente que las costumbres a las que nos referimos en este estudio abarcan toda la Biblia. Es posible que en diferentes momentos y lugares a lo largo de la historia bíblica difieran. Sin embargo, estamos seguras de que la mayoría de los eruditos bíblicos estarán de acuerdo con las promesas generales en las que hemos basado este libro. Mientras se escriben estas palabras, y cuando tú las leas posteriormente, las autoras siguen orando a Dios por ti. Oramos para que antes de que este estudio concluya tú reconozcan cuánto y cuán íntimamente te ama Jesucristo, el Novio bendito. ¡Que Dios te bendiga a medida que comienzas a hacer los planes de tu boda para la eternidad! Antes de estudiar a profundidad aspectos específicos de las costumbres de las bodas de los tiempos bíblicos, es importante que tengamos un panorama general y una definición de los varios elementos involucrados en el proceso matrimonial. Lo que sigue en este capítulo es dicho panorama y servirá como el cimiento para los capítulos restantes del libro. (Aquí quisiera agradecer a Zola Levitt, una creyente y maestra judía, cuyo librito A Christian Love Story proporcionó una introducción y valiosas perspectivas a este capítulo.)

Los esponsales Los esponsales, algo similar a nuestro período de compromiso, implicaban un compromiso serio. De hecho una pareja así comprometida estaba casada legalmente, aceptaba las responsabilidad y los bienes de la otra persona. Sin embargo, no podían consumar el matrimonio o estar en presencia el uno del otro hasta después de la boda. Se esperaba que la novia comprometida se mantuviera fiel a su novio. Si no lo hacía, el novio tenía tres opciones. Podía casarse con ella de todos modos, hacer que muriera apedreada o romper el compromiso mediante un documento de divorcio. 12

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Cuando José descubrió que María estaba embarazada, él supuso que ella había sido infiel. La amaba demasiado como para hacer que la mataran, sin embargo, como era un hombre íntegro, no podía proseguir con el matrimonio. Decidió romper con el compromiso en privado. Entonces un ángel se le apareció y le aseguró que el hijo que ella tenía había sido concebido por el Espíritu Santo. (Ver Mateo 1:18-20). En este compromiso había varios pasos involucrados. Los capítulos siguientes examinan estos pasos y cómo se relacionan con nuestras vidas hoy. Cada uno tiene una hermosa contraparte espiritual que nos bendecirá e inspirará.

Escoger la novia El padre del novio por lo general tenía la responsabilidad del primer paso en el proceso del compromiso que era iniciar la selección de una novia adecuada (puede que hubiera escuchado a las preferencias de su hijo pero no estaba obligado a seguirlas). El padre acompañaba a su hijo a la casa de la posible novia y se reunían con su familia. Dios el Padre te ha escogido para que te cases espiritualmente con su Hijo, Jesús: “uno de los siete ángeles… habló conmigo, diciendo: Ven acá, yo te mostraré la desposada, la esposa del Cordero” (Apocalipsis 21:9). Antes de pasar a los demás aspectos del matrimonio bíblico, debemos señalar que cuando nos referimos a la “novia de Cristo”, “nuestro Novio,” y términos similares, los aplicamos a aquellos que por fe tienen una relación con él. Como en cualquier propuesta, para que una pareja se comprometa dicha propuesta debe ser aceptada. Nuestra oración sincera es que si nunca lo has hecho, este estudio sea el catalizador que te lleve a una relación con él. (Ver capítulo 4, “Aceptar la propuesta de Dios”, en la página 53. También véase la conclusión “Invitación para una boda” que comienza en la página 127.) Cimentos de amor

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Contrato matrimonial El novio y su padre iban a la casa de la posible novia y les presentaba un contrato de matrimonio a ella y a su padre, que debía leerse, al menos, frente a dos testigos. El contrato, o pacto, incluía las promesas y cláusulas con respecto a lo que el novio haría por su novia como esposo: “porque todas las promesas de Dios son en él Sí, y en él Amén” (2 Corintios 1:20).

Precio de la novia El novio la pagaba al padre de la novia para casarse con su hija. Si el novio era pobre y no podía pagar con dinero, le paga mediante servicios (como cuando Jacob trabajó para Labán para casarse con Raquel, ver Génesis 29:14-30). Cristo compró a su novia con el sacrificio de su propia sangre. “…para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre” (Hechos 20:28).

La copa de la aceptación El novio servía una copa de vino y se tomaba la mitad. Si la novia aceptaba su propuesta, ella se tomaba el resto de la copa. A partir de ese momento, cada vez que la novia se presentaba en público, llevaba un velo para mostrar que había sido “separada” para su novio. Cada vez que participamos de la comunión o cena del Señor, estamos confirmando que hemos bebido de la copa de aceptación de Jesús: “Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados” (Mateo 26:27-28).

Regalos para la novia Una vez que ambas parte aceptaban las condiciones del pacto, el novio entregaba a su novia regalos especiales como joyas, especias, aceites e incluso dinero. Estos regalos eran para ayudarla a prepararse para la boda. 14

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Jesús le ha dado a su novia los regalos del Espíritu para ayudarnos a prepararnos para nuestra boda: “…pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro (1 Corintios 7:7). Preparación de la recámara nupcial Una vez que se aceptaba la propuesta, el novio regresa a casa de su padre, y eso daba tiempo para que él y su futura esposa se prepararan por separado para su futura vida juntos. En esencia, él dejaba a su novia con una promesa (ya fuera que si dijera o no) que hace eco de las palabras de Jesús: “…voy, pues, a preparar lugar para vosotros… y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:2-3). Jesús le dio a su novia esta bella promesa en Juan 14:1-4. Por favor lee una y otra vez esas palabras con gran expectación.

La boda El dia y la hora El padre del novio supervisaba el progreso de la recámara nupcial y era el único juez que determinaba cuándo el proyecto estaba terminado. Y recuerda, no era una tarea sencilla para el novio. Como escribe Levitt: “La recámara nupcial tenía que ser bella, la luna de miel no es en cualquier lugar; y tenía que estar bien aprovisionada ya que la novia y el novio se quedarían dentro durante siete días”. Una vez que se terminaban los preparativos (por lo general un año después de los esponsales), el padre del novio daba la aprobación para que su hijo fuera y buscara a la novia para la ceremonia de la boda. De la misma manera, solo Dios sabe cuándo Jesús vendrá por su novia: “Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.” (Mateo 24:36).

La novia vigilante Aunque la novia no sabía cuándo regresaría el novio, vigilaba las señales de cómo iba progresando la obra en la recámara nupcial. Se mantenía lista constantemente. Del mismo modo, la novia de Cimentos de amor

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Cristo debe vivir expectante del día en que nuestro Novio regresará para llevarnos a casa con él: “Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor.” (Mateo 24:42).

El vestuario para la boda Cuando la novia entendía que el tiempo para el regreso del novio estaba cerca, preparaba su traje y se aseguraba de que estuviera limpio y resplandeciente. Entonces o lo ponía a su lado o lo colgaba de manera tal que no se arrugara. Ella se aseguraba de que estuviera listo para la boda sorpresa. Nosotras también debemos mantenernos puras para ese día. “Su esposa se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos” (Apocalipsis 19:7—8). Además el apóstol Juan ve la boda del Cordero al final de los tiempos: “vi la santa ciudad, la nueva Jerusalén, descender del cielo, de Dios, dispuesta como una esposa ataviada para su marido” (21:2).

La procesión Cuando el padre del novio daba la orden (por lo general cerca de la media noche), el novio reunía a sus amigos. Marchaban por las calles con lámparas de aceite, tocando el shofar, una trompeta hecha con cuerno de carnero, y gritaban: “¡Ahí viene el novio!” Cuando llegaban a casa de la novia, el novio esperaba ansioso en la calle a que ella saliera afuera a encontrarse con él. Acompañada por su familia y amigos, marchaban al lugar de la boda. Un día nosotras también escucharemos un grito, el sonido de una trompeta y nuestro novio vendrá por nosotras. Debemos estar lista para encontrarnos con él: “Y a la medianoche se oyó un clamor: ¡Aquí viene el esposo; salid a recibirle!” (Mateo 25:6).

La ceremonia Al final de la ceremonia la pareja una vez más compartía el vino 16

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de una misma copa. Aquí en la Tierra podemos prepararnos para el día en que compartiremos la experiencia de la misma copa en su presencia. La noche antes de su muerte Jesús nos dio palabras que nos ayudan a prepararnos para ese día: “Y os digo que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid, hasta aquel día en que lo beba nuevo con vosotros en el reino de mi Padre” (Mateo 26:29).

La celebración La consumación Después de la ceremonia la pareja entraba en la recámara nupcial, por lo general durante siete días. El propósito de ese tiempo era que se conocieran íntimamente y que crecieran en comprensión mutua. El padrino esperaba afuera, junto a la puerta de la recámara. El novio le informaba cuando el matrimonio se había consumado y los huéspedes que esperaban se regocijaban por la pareja que ahora había entrado en un pacto de sangre el uno con el otro: “El que tiene la esposa, es el esposo; mas el amigo del esposo, que está a su lado y le oye, se goza grandemente de la voz del esposo; así pues, este mi gozo está cumplido” (Juan 3:29). Esta costumbre física apunta a una verdad espiritual. Un día conoceremos íntimamente a nuestro novio y solo entonces podremos comprender su amor maravillo por nosotros.

La cena matrimonial Al final de los siete días la pareja salía de la recámara nupcial. Se daba un gran banquete para celebrar el matrimonio del novio y su novia. Todo lo que sucede en nuestras vidas en la Tierra nos prepara para el día en que veremos a nuestro novio cara a cara, para ir a vivir al hogar que él ha preparado para nosotros y para experimentar la profundidad de su amor: “Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa Cimentos de amor

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se ha preparado. Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos. Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios. —Apocalipsis 19:7-9

Soy de mi amado Como puedes ver, las costumbres nupciales de los tiempos bíblicos están llenas de imágenes bellas que se relacionan con nuestras vidas como la novia de Cristo. En ocasiones dichas imágenes pudieran parecer inusuales o poco familiares, pero no dejes que te confundan. Al estudiar cada capítulo se harán claras las verdades correspondientes para la vida actual. “Y vivieron felices para siempre” es algo más que el cierre de un cuento de hadas. Es la realidad para aquellos que hacen un pacto de relación con el Novio, Jesucristo. “Mi amado es mío, y yo suya” (Cantares 2:16).


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