Estudios
Bíblicos Alumno
TOMO 85 JÓVENES Y ADULTOS
El verdadero pentecostalismo La actualidad de la doctrina bíblica sobre la obra del Espíritu
Estudios
Bíblicos Alumno | Tomo 85 Comentarista: Esequias Soares
CONTENIDO El verdadero pentecostalismo: La actualidad de la doctrina bíblica sobre la obra del Espíritu Santo
Lección 1 - La Persona del Espíritu Santo
3
Lección 2 - La obra del Espíritu Santo en el plan de Redención
8
Lección 3 - El bautismo en el Espíritu Santo
12
Lección 4 - La actualidad de los dones espirituales
17
Lección 5 - El fruto del Espíritu: el yo crucificado
22
Lección 6 - Santificación: Comprometidos con la ética del Espíritu
27
Lección 7 - Dando culto a Dios con libertad y reverencia
32
Lección 8 - Comprometidos con la Palabra de Dios
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Lección 9 - Viviendo el fervor espiritual
41
Lección 10 - El Señor Jesús sana hoy
45
Lección 11 - Comprometidos con la evangelización
50
Lección 12 - La urgencia del discipulado
55
Lección 13 - Volviendo los ojos a la esperanza bienaventurada
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LECCIÓN 1
LA PERSONA DEL ESPÍRITU SANTO TEXTO ÁUREO
VERDAD PRÁCTICA
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” (Ef 4.30)
Solamente la Biblia revela la verdadera identidad y las obras del Espíritu Santo; un tema que nosotros, los pentecostales, experimentamos.
LECTURA DIARIA Lunes – Gn 1.2 El Espíritu Santo aparece desde el principio en la obra de la creación Martes – Sal 104.30 La acción del Espíritu Santo es fundamental en la preservación del mundo Miércoles – Jn 16.13 El Espíritu Santo posee todas las facultades y los atributos de la personalidad
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Jueves – 1 Co 12.3 El Espíritu Santo es quien revela la verdadera identidad del Señor Jesús Viernes – 2 Co 3.17 El Espíritu Santo es Dios y Señor Sábado – Ap 22.17 El Espíritu Santo opera en la vida humana por medio de la iglesia
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LECTUR A BÍBLICA EN CLASE Juan 14.16-18, 26; 16.14 Juan 14 16 - Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17 - el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. 18 - No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
26 - Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. Juan 16 14 - Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.
COMENTARIO INTRODUCCIÓN El tema del presente trimestre es el pentecostalismo en su aspecto bíblico, teológico y práctico. A los pentecostales se les conoce por su relación y experiencia con la manifestación del Espíritu de Dios, pero su característica básica es el bautismo en el Espíritu Santo, con sus dones y manifestaciones, como la glosolalia (lenguas), las profecías, las sanidades y las otras operaciones de milagros. La primera lección muestra una visión general sobre la Persona del Espíritu Santo y lo que la Biblia enseña sobre Él.
I - LA REVELACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO EN LAS ESCRITURAS ¿Qué necesitan saber los creyentes sobre el Espíritu Santo? Sobre su divinidad, su personalidad, sus atributos divinos y sus obras de acuerdo con la revelación bíblica.
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1. Divinidad. La deidad absoluta del Espíritu Santo es revelada en las Escrituras, y esta es la creencia de la iglesia a lo largo de los siglos. Esta verdad está clara en la fórmula bautismal, cuando el Espíritu aparece como Dios igual al Padre y al Hijo: “bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28.19). No solamente en la fórmula trinitaria, pues la Biblia revela con claridad la divinidad del Espíritu (2 S 23.2, 3; 2 Co 3.17, 18), y más: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?” (1 Co 3.16). El Espíritu Santo es llamado Dios, pues el apóstol usa alternadamente los nombres “Dios” y “Espíritu Santo”. Esto se debe a que el cristiano es templo de Dios (Jn 14.23). Así, habita en el creyente el Dios trino y uno: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Como en Hechos 5.3, 4, Dios y el Espíritu Santo son una misma deidad. 2. Personalidad. La personalidad del Espíritu Santo es una verdad bíblica. TOMO 85
Las Escrituras revelan los elementos constitutivos de esta personalidad, y los principales son el intelecto, la emoción y la voluntad, entre los demás. El Espíritu es inteligente y racional (1 Co 2.10, 11; Ro 8.27); Él tiene emoción y sensibilidad, pues ama y puede entristecerse (Ro 15.30; Ef 4.30) y es volitivo, es decir, tiene voluntad propia. Él no permitió que Pablo con su equipo se dirigiera a Bitinia (Hch 16.7). El Espíritu Santo distribuye los dones espirituales según su voluntad: “Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere.” (1 Co 12.11) o “distribuyendo a cada uno en particular como le place”. 3. Atributos divinos. La Biblia revela todos los atributos incomunicables y comunicables, o sea, metafísicos y naturales de Dios en el Espíritu Santo. Es omnipotente: “con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios” (Ro 15.19); y la fuente de poder y milagros (Mt 12.28; Hechos 2.4). El Espíritu conoce todas las cosas, aun las profundidades de Dios (1 Co 2.10, 11), así como el corazón humano (Ez 11.5; Ro 8.26, 27); las cosas del futuro (Jn 16.13; Hechos 20.23), por ser omnisciente. Él posee el atributo de la eternidad, pues es
llamado “Espíritu eterno” (He 9.14). Es el Creador del ser humano y del mundo (Job 26.13; 33.4; Sal 104.30) y, también, el Salvador (Ef 1.13; Ef 4.30; Tt 3.4, 5). La Palabra de Dios presenta, de igual modo, sus atributos comunicables, santidad, verdad, sabiduría, entre otros (Ro 15.16; Jn 14.26; Ef 1.17; Jn 5.6).
II - EL ESPÍRITU SANTO Y JESUCRISTO
Ya estudiamos diversas ocasiones sobre la santa Trinidad. El Señor Jesús y el Espíritu Santo son un solo Dios juntamente con el Padre, puesto que la Trinidad es la unión de tres Personas distintas iguales en gloria, poder y majestad. 1. Pericoresis. Es un término teológico desconocido en el medio evangélico, que expresa la relación intratrinitaria del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, o sea, la habitación de las Personas de la Trinidad una en la otra. Cada Persona está en las otras y cada una se da a las otras dos. La intimidad entre el Hijo y el Espíritu Santo se da en estos términos y es eterna. Jesús habla de esta relación desde antes que el mundo existiera (Jn 17.5) y en otro momento le dice a Felipe: “No crees que yo soy en el Padre y que el
CONOZCA MÁS La relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo
Un análisis objetivo de los datos bíblicos en lo tocante a la relación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, revela que esta grandiosa doctrina no es una noción abstracta, sino, en realidad, una verdad revelada.
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Padre en mí?” (Jn 14.10). El Espíritu está también en esta Trinidad (1 Co 2.10, 11). 2. “Él me glorificará” (16.14). Hubo una época en que entre nosotros algunos cuestionaban la adoración al Espíritu Santo. El argumento se basaba en una interpretación equivocada de las palabras de Jesús: “Él me glorificará, porque tomará de lo mío” (Jn 16.14). Aun hoy es común oír a alguien decir que el Espíritu Santo no debe ser adorado porque es Él quien glorifica a Cristo. Ese argumento está equivocado, pues el Padre glorifica también al Hijo (Jn 17.5), y no por eso se dice que el Padre no debe ser adorado. Si el Espíritu es Dios, entonces puede ser adorado, de lo contrario, sería un Dios de segunda categoría, y eso no existe en la fe cristiana. 3. El efecto práctico de la pericoresis. La verdad es que cuando expresamos en un culto “¡gloria a Dios!”, el Hijo y el Espíritu son glorificados en su alabanza (Fil 3.3). De la misma manera, cuando damos gloria a Jesús, el Padre y el Espíritu Santo están siendo también glorificados, e igualmente cuando se glorifica al Espíritu Santo, el Padre y el Hijo son glorificados juntamente (Ap 5.6, 13). De modo que la declaración del artículo de fe 27 del Credo de Atanasio, “tanto la unidad en la Trinidad como la Trinidad en la unidad debe ser adorada”, está fundamentada en las Escrituras. Es lo mismo adorar a Jesús por separado o a cualquiera de las otras Personas de la Trinidad, que adorar a la Trinidad. 4. Consubstancial con el Hijo. Consubstancial quiere decir, “de la misma substancia”. El Señor Jesús prometió enviar el Consolador y lo identifica con el Espíritu Santo: “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre” (v. 26). El Hijo es consubstancial con el Padre (Jn 10.30) de la misma
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La intimidad entre el Hijo y el Espíritu Santo se da en estos términos (pericoresis) y es eterna.
forma que el Espíritu es consubstancial con el Hijo (Ro 8.9). Jesús dijo que el Padre “os dará otro Consolador” (v. 16). La palabra “otro”, en griego, empleada en este pasaje, significa que es de la misma naturaleza, de la misma especie y de la misma cualidad. El Espíritu Santo, por tanto, es alguien como Jesús, de la misma substancia, gloria y poder.
III - EL ESPÍRITU SANTO ACTUA EN EL MUNDO Y EN EL SER HUMANO
La obra del Espíritu Santo no se restringe a los corazones humanos, Él actúa sobre la creación entera. Él actúa en el mundo y en la iglesia. Su acción es amplia en la vida humana en el pasado, en el presente y en el futuro. 1. En el mundo. Su actuación es visible comenzando por la creación y preservación del planeta Tierra: “y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas” (Gn 1.2). Su acción no quedó solamente en el orden cósmico del universo. Él continúa como sustentador y preservador de todas las cosas creadas: “Envías tu Espíritu, son creados, y renuevas la faz de la tierra” (Sal 104.30). La obra del Espíritu acontece también en las cosas naturales del día a día, y no por eso deja TOMO 85
de ser una acción milagrosa, como un acierto médico en un diagnóstico complicado, una aprobación en un concurso concurrido, una promoción de cargo en la empresa, entre otros. 2. En el plano divino de la salvación. Fue el Espíritu Santo quien condujo la historia de la redención humana por medio de la nación escogida de Israel (1 P 1.10-12) e inspiró a los profetas (2 P 1.1921). Su presencia está en toda la historia de los antiguos hebreos como los setenta ancianos auxiliares de Moisés (Nm 11.25) y de los demás héroes de Israel como Otoniel, Gedeón, Sansón, David, entre otros (Jue 6.34; 14.6; 1 S 16.13). El Espíritu es la primera persona con quien el pecador tiene contacto cuando viene a Cristo, aunque tal experiencia no sea reconocida o identificada al comienzo, pues es Él quien nos lleva a Cristo (1 Co 12.3). 3. En la v ida humana. El Nuevo Testamento registra el comienzo de la dispensación de la plenitud del Espíritu,
y esta nueva era comenzó con el descenso del Espíritu Santo, en el día de Pentecostés (Hch 2.1-8). Este descenso fue para que Él morara con nosotros “para siempre”, fue promesa de Jesús para la Dispensación de la iglesia (Jn 14.16). En los días actuales, el Espíritu continúa actuando en la vida de los creyentes. Eso puede ser visto por medio del fruto del Espíritu (Gá 5.22) y de las manifestaciones de los dones espirituales (1 Co 12.4-11).
CONCLUSIÓN La información sobre el Espíritu Santo es abundante; procuramos presentar un estudio conciso y comprensible. Los puntos principales de la doctrina pentecostal son temas de las lecciones que siguen. Es importante, mientras tanto, saber que el estudio sobre el pentecostalismo es el estudio sobre el Espíritu Santo; y estudiar el Espíritu es estudiar sobre Dios y su relación con nosotros en Cristo.
PARA REFLEXIONAR 1. ¿Qué necesitan saber todos los creyentes sobre el Espíritu Santo?
2. ¿Qué revela la Biblia con claridad?
3. ¿Cuáles son los principales elementos constitutivos de la personalidad?
4. ¿Qué significa “otro Consolador” en Juan 14.16?
5. Dé un ejemplo de la obra del Espíritu Santo en la vida diaria.
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