Caja de Memoria

Caja de Memoria Patricio Valencia Docente: Leslie Fernandez

Índice ● Alimentar la imaginación. ● Definir un estilo ● Contar una historia ● La narrativa ● El dibujo ● Las manualidades ● La percepción propia

Alimentar la imaginación Cuando era pequeño nunca tuve los impulsos artísticos que tengo ahora. No era mucho de manualidades ni colores, pero tengo recuerdos claros de pasar horas admirando libros que mis padres me regalaban.

Libros de dinosaurios y de animales exóticos, llenos de ilustraciones e imágenes de distintas bestias de apariencia fantástica, que hasta el día de hoy están grabadas en mi retina nostálgica.

Cientos de fotografías e ilustraciones coloridas, hechas para mostrar la “personalidad” de cada animal, fueron por mucho tiempo combustible para la imaginación hiperactiva del niño que era yo a los 6 años.

Estas bestias vivían en mi mente como monstruos amables y majestuosos que deambulaban entre nosotros.

Podría decir que aquí también empieza mi gusto por los animales. Los moldeaba con plastilina, los dibujaba en todas partes, los construía con Lego. Eran la unidad básica de mi proceso creativo.

Definir un estilo.

Durante mucho tiempo en mi etapa de colegio muy pocas veces lograba expresarme de manera artística más allá del lápiz y el papel, la pintura me era extraña y complicada, por lo que solo algunos de mis trabajos ocasionales tienen color. En su mayoría, mis trabajos eran dibujos hechos con distintos lápices que tenía a mano, en los papeles que tuviera al frente mío.

Mi fascinación con los animales llegó hasta mi adolescencia temprana, cuando usaba mis cuadernos de colegio como croquera, practicando sus formas, sus movimientos, sus distintas características que los hacen únicos. Solo mediante la práctica y observación estaba logrando una soltura y familiaridad con el lápiz.

Cuando no tenía algo para dibujar me dibujaba a mi mismo. Usaba mis manos como modelo constantemente, observando detenidamente las líneas que formaban, los músculos que sobresalían y las hendiduras que se formaban. Si bien no lograba una terminación perfecta, siento que este tipo de práctica me ayudó bastante a desarrollarme como artista.

También durante mi adolescencia, se hicieron famosas las cartas coleccionables “Mitos y Leyendas”, que si bien estaban hechas para jugar, el hecho de que cada carta tenía una ilustración distinta, hecha por distintos artistas, distintos estilos, y con un pequeño microcuento relacionado a la ilustración, todo eso me inspiraba a dibujar fuera de mi zona do confort.

Además, durante esa época se hizo más popular la animación japonesa, o anime. Shows de colores vivos, personajes hiperactivos, dibujos moviendose en animaciones fluidas y originales marcaron mucho mi estilo.

Contar una historia.

A mi padre le gustaba regalarme Condoritos cuando era pequeño, y muchos. Hasta el día de hoy debo tener una colección de al menos unos doscientos. Y ahora puedo tomarlos cono uno de mis primeros referentes artísticos, quizás no por su estilo ni sus personajes, sino por el formato. Las revistas de Condorito fueron mi primer acercamiento al formato del comic, que a corta edad suplía mis necesidades de expresión gráfica de crear historias, exteriorizar la narrativa que tomaba lugar en mi imaginación, con personajes extravagantes y coloridos.

Comenzando mi enseñanza media empecé a usar la narrativa como herramienta artística, utilizar el lenguaje del cómic para plasmar físicamente las vueltas que daba mi imaginación hiperactiva en ese entonces. Pero como todos los proyectos jóvenes, murió antes de encontrar su máximo potencial.

Pero fue un paso bastante grande en la dirección que me dirijo hoy en día.

Descubrí los beneficios de la gráfica narrativa y de lo interesante y complicado que es contar una historia, son cosas que todavía me llaman la atención.

El dibujo En cuanto al dibujo clรกsico, este siempre me ha llamado la atenciรณn, pero mรกs que nada como un ejercicio de observaciรณn y estudio.

Si bien no poseo la experiencia para poder dibujar de manera realista, el ponerle atenciĂłn al detalle, a aque llo que hace de un modelo algo Ăşnico, me llama bastante la atenciĂłn.

Las manualidades Además, mi padre es un aficionado a la carpintería, hobby que se me ha pegado un poco, al tener tanto material y herramienta en mi casa a mi disposición. Esto me ha permitido también tener un poco de destreza al momento de hacer obras volumétricas.

Por lo general suelo usar la madera como material predilecto por su versatilidad y terminado suave y orgánico.

La percepción propia.

Al entrar a la Universidad a estudiar psicología perdí contacto con mi lado artístico, el tiempo me mantenía alejado de proyectos de largo plazo como el cómic que tenía planeado. Debido a esto comencé a experimentar con la pintura y dibujo digitales, los cuales solo requerían de un programa en el cual dibujar y requerían mucho menos tiempo para ser completados.

AdemĂĄs, al no tener modelos que usar ni tiempo para buscarlos, recurrĂ­ a mi persona como referencia, llevando a una serie de autorretratos, usando fotografĂ­a, ediciĂłn digital y dibujo digital sobre esta.

En retrospectiva, estos autorretratos muestran el desarrollo de la grave depresiรณn por la que estaba pasando en ese momento, pasando progresivamente por colores apagados y gestos expresivos pero inquietantes.