A
divina... Textos, Diana de la Fuente Ilustraciones, Soledad Escobar
ESTE LIBRO SE PUBLICÓ GRACIAS AL APORTE DEL “CONSEJO NACIONAL DE LA CULTURA Y LAS ARTES, FONDO NACIONAL DE FOMENTO DEL LIBRO Y LA LECTURA”
A divina... Textos, Diana de la Fuente Ilustraciones. Soledad Escobar Registro de Propiedad Intelectual N° 279231 Primera Edición, invierno de 2017 Diseño & Diagramación Patricio Contreras Parra
A
divina... Textos, Diana de la Fuente Ilustraciones, Soledad Escobar
Celebrar y adivinar Con mucha alegría he leído y disfrutado el libro “A divina”, de Diana de la Fuente. Este bello libro fue creado para un público infantil, pero sabemos que hay niños y niñas grandes que continúan siempre mirando el mundo con su alma poética, dispuestos a asombrarse ante la posibilidad de jugar con la magia del lenguaje para descubrir todo aquello que quiere revelarnos a través de las adivinanzas. Es importante recordar que los dichos y sentencias populares contienen una sabiduría ancestral, que valoramos en la medida que experimentamos lo que nos está advirtiendo, pero sin el peso solemne de una amenaza, porque el humor las hace frescas, graciosas, como parte del juego de la vida cotidiana. De la misma manera aprendemos a resolver acertijos y dudas, además de movilizar la curiosidad cuando nos enfrentamos al desafío de una adivinanza, y queremos saber de qué se trata aquello que nos llama a descubrirlo por medio de unas cuantas pistas, a veces en verso, que como en un juego de ingenio describe o pregunta por un elemento, que puede corresponder a diversas posibilidades como frutas, flores, objetos de cocina, animales, y todo cuanto exista en la naturaleza, para que se nos abran las cortinas de la imaginación y podamos resolver el misterio, y encontrar relojes, monedas, estrellas o espejos, que, como en este caso, unas hermosas ilustraciones acompañan cada adivinanza, ocultas tras la página para revelar el secreto. Porque en este libro, los lenguajes verbal y visual se complementan y la solución se entrega a través de una imagen que expone de una manera lúdica, el objeto de la duda como una festiva respuesta. Cabe destacar el bello trabajo de la artista Soledad Escobar. He vuelto muchas veces a abrir el libro, para disfrutar de las palabras y de las encantadoras ilustraciones.
Las adivinanzas quizá se iniciaron como forma de entretenimiento y comunicación, pero debemos considerar que contribuyen también al aprendizaje y a la difusión de las tradiciones populares. Surgieron de forma anónima como los mitos, leyendas y fábulas que se generalizaron por tradición oral. Las comunidades memorizaban el texto de la adivinanza y lo transmitían de generación en generación porque son creaciones que se nutren y recrean colectivamente. En la actualidad, con la maravilla del libro impreso podemos compilar o crear adivinanzas, compartir y conocer autores que adoptan este formato, también el de las greguerías o metáforas con humor, los trabalenguas y juegos de palabras, con el objetivo de incrementar el vocabulario en los niños, despertar su capacidad de asociar elementos, resolver problemas, acercar a la poesía o poner en escena diversos temas al incluir lo sobrenatural, lo simbólico, lo invisible. Podemos hablar de un fantasma, la lluvia o el tiempo, del viento, el cielo, la música o un ángel. Todo puede ser motivo de desafío para el buen adivinador y la literatura está llena de obras que contienen enigmas, profecías, oráculos, códigos, rompecabezas, acertijos y adivinanzas que bien rimadas o en prosa pueden restarle a la vida el drama de aquello que está más allá.
Lila Calderón, junio, 2017.
Adivina... ahora
Dulce fruta roja Con corona verde De alegrĂa.
Un creador con delgadez Requiere de cinco Para permanecer de pie.
DueĂąa y seĂąora De cenas y comidas Aunque tiene cuatro patas Nunca se levanta ni camina.
Ella siempre atenta Deja amigos entrar Y si un mal vecino enfrenta No lo deja pasar.
A medida justa Celestial andar A medida injusta Infierno al caminar.
Mujer curvilínea Que se deja tocar Acompaña las canciones De quien la quiere amar.
Separador de gemelos El que estรก afuera No puede entrar El que estรก adentro No puede salir.
De elegante caminar Un sigiloso cazador Se acurruca a descansar En un sueĂąo ronroneador.
Corona roja Mirada altiva Cantas muy fuerte Al l egar el dĂa.
Dama muy generosa Regala cada dĂa Una cajita sorpresa A una mesa agradecida.
Con ropaje de barro Traga sin sutileza Las sobras del humano Y lo que el dĂa desecha.
Sobre la cabeza de todos Un sombrero muy particular De dĂa adquiere azul tono Y reposa con un negro sin igual.
Sube con la luna Baja con el sol Cubre y descubre las arenas Con ruido ensordecedor.
Una pera transparente Que cuelga solitaria En la noche se enciende Y en el dĂa se apaga.
Cinco hermanos que estรกn flacos Son tres altos y dos bajos Trabajan siempre unidos Para ayudar a un amigo.
Rayos que giran y giran En busca de aventuras que pidan Ni un relรกmpago detiene El pedaleo que l eve.
Reposera de reyes y mendigos Al tocar con sus cabezas Hay solo suspiros.
Hay rojos o verdes Azules o morados Aunque todos distintos Escriben siempre Cuando estรกn enamorados.
Se dibuja en todos los rostros En algunos aflora Se oculta en otros.
Un caballero Con cinco hijos Por mรกs que camine Corra y se esconda No hay quien los separe De sus escoltas.
Caja muy particular Encierra a gente pequeĂąa Que no se puede arrancar.
Medio de transporte Sin motor ni ventanas Un pasajero viaja todas las noches Y siempre estĂĄ de regreso en la maĂąana.
Sin ser militar, desfila Sin tener hambre, busca comida Sin tener paga, trabaja todo el dĂa.
Una seĂąorita muy refinada Pega a sus opuestos Con una sola puntada.
Para no ser anciano Estรก muy arrugado Su trompeta estรก igual Por sacar el agua del manantial.
Roja, verde o amarilla En el centro tiene un corazĂłn Que explota como un rĂo de sabor.
Redonda redondĂsima Delgada delgadĂsima Brillante se despide cuando se va A cambio de otra cosa Que se queda en su lugar.
Cuando estรกs lejos no te puedo ver Sin esfuerzo te puedo escuchar.
Un devorador metรกlico Traga gente y avanza LLenando y vaciando la panza.