POEMAS DESDE LA CIUDAD VILLANA
Andrés Rodríguez Aranís Registro de Propiedad Intelectual: N° xxxxxxx I.S.B.N: xxxxxxxxxxxxxxxxxx Primera Edición, abril de 2016 Fotografía, Arte & diseño Patricio Contreras Parra Interior compuesto con fuentes FONTIN diseñadas por Jos Buivenga
Director Elgar Utreras Solano Editor Hugo Quintana Q. Comunicaciones y RRPP Diana De La Fuente Ortega Contacto ortigaediciones2016@gmail.com
Sobre la ciudad que fue
Nos vestíamos del idioma. Si, alguna vez, cuando
éste era un país en serio y no una ciudad villana. Pero el tiempo y su historia pasó de pronto, como un tornado, como un desembarco repentino, como una invasión y los bárbaros se hicieron del poder, los mercaderes asaltaron el templo y no valió Cristo mío. Quedamos calatos, desnudos, en pelotas. Pero el oficio del poeta persiste sin embargo: “no salvé el mundo en diez días/ pero bebí un vino mezclado con tango/ ahí mismo las sombras a pasodoble/ se quitaron los vestidos”. Así fue construida esta ciudad, a pura oscuridad, a puro dolor, como las luces que iluminan a cantina. Nos vestimos mal en adelante; aunque teníamos el lenguaje: “todos los pueblos se han muerto/ quién dice dónde uno puede entrar a/ componer el cuerpo en/ la universidad de la vida y/ nadie te pregunta dónde compraste/ esa camisa que te regaló/ el amigo muerto”. Tales son nuestros ropajes, usados, gastados, grises. “Estamos harto desprotegidos, fíjese”, dice el poeta; pero aquí estamos de nuevo, cantando tal vez como la cigarra, o como un viejo guerrero en reposo.
Andrés Rodríguez Aranís no hace ninguna con-
cesión con el lenguaje. De todas formas la realidad tampoco se las hace y el lenguaje tiene a ésta sin cuidado. Son los tiempos, y punto. Poemas desde la ciudad villana se escribe a partir de tal precepto. Desde el lugar de ha-
bitar o el país que el poeta registra, apunta, no califica. Puede a veces tratarse de la ciudad de la infancia o de la ex ciudad, no importa; desde la villa aflora la villanía como mal, como un espacio de desaliento o desesperanza. Sus señas son simples: frío, hambre, pobreza.
Los elementos primordiales, el primer cuadernillo,
reúne dieciocho textos sobre el amor. Quien escribe se encuentra de pronto con éste y no sabe cómo continuar: “no lo tengo claro/ en verdad hace calor/ o eres tú la que está encendida/ como una capilla aldeana/ en domingo de ramos?” Por lo pronto ha pasado demasiada vida y no está dispuesto a “nada de mecánicas/ o margaritas crepusculares”; no hay tiempo para perder y se trata del amor, de un amor físico, brutal, que llega al corazón, puesto que “nuestra casa es una / batalla contra el tiempo”. Si la ciudad es el espacio de vivir, habitamos en nuestro cuerpo.
Por matar este tiempo, el siguiente cuadernillo,
transcurre en el Chillán de Chile que Gonzalo Rojas declarara propio; pero esta vez es sólo una metáfora de la patria. O un simple paradigma. Nada puede esperarse de un paisaje donde nada ocurre. El transcurso será un par de ancianos alimentando palomas en la Plaza de Armas, sin comprender que cada miga -describe el poeta- adelanta su propio vuelo. El hambre es una constante en la narración y el bar es el refugio, un lugar para viajar hacia si mismo en medio de tanta barbarie. “nuestro bar es/ un ferrocarril detenido en/ el corazón de la ciudad” declara; porque todos los pueblos han muerto y los ríos ya no llegan hasta donde llegaba la estación de trenes. Imágenes donde el tiempo queda atrapado entre el fluir del río hacia el mar que es el morir, se entiende, y el pasado glorioso de su cauce alcanzado por un progreso también fue superado a su vez por el tiempo. Los trenes ya no van a partir desde la estación pretérita.
Y por eso al poeta no le vienen con leseras. No es
que haya leído muchos libros. Más bien porque lee todo tipo de signos, los de la hoja, los del cielo, los de la calle. Y sabe de cuál treta se trata y conoce los recursos usados para disfrazar la realidad. En consecuencia ve bajo el asfalto y sabe de espejos, reflejos y espejismos: “La bella dama, el olvido, los muertos,/ un sueño de oro, la mitología/ con sus metáforas de alegría,/ el crimen, la mariposa, los desiertos” apunta con abuso y conocimiento del ritmo y de su oído. Porque el resto es puro cuento, “cuento que tengo serias dudas”. Si hasta la imagen de clase, la del “ganador” -utilizando ese corrupto término impuesto por la televisión- corresponde al del patán madurado a mano, apuradito no más, por el oportunismo, la frescura y el pinochetismo en boga. “Lo dejaron listo pa’ la foto”; pero se trata del mismo imbécil autóctono. Frente a esta primavera tercermundista el poeta prefiere el único templo verdadero, el bar del pueblo, “único lugar donde los parroquianos celebran un gol/ cometido hace cincuenta años”.
Andrés Rodríguez Aranís es sin duda un poeta; y
esta es su obra. Poemas desde la ciudad villana rescata para el lector desde las ruinas, cuando no de sus escombros, los fragmentos esenciales de lo nuestro para reconstruir el aparato simbólico de esa idea pretérita que alguna vez nos señaló la patria. Salud, maestro, y bienvenido.
Juan Cameron.
Los elementos primordiales
Los elementos primordiales para cantarte un poema sin escarchas naturalmente tendrías que poner /tus pies desnudos sobre mí y el aire más suelto del mundo somos entonces tres en la periferia de lo consciente ahí mismo donde el árbol es nosotros sin ninguna planta medicinal para curarnos /la embriaguez porque es necesario vivir rodeándonos la vida, en ese punto tiene sentido y el agua gotea su luna de panales para cantarte un poema sin escarchas es bueno ser un poeta pero no me alcanza te lo juro que ni así me alcanza
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Te pregunto por qué existes por qué eres pierna arriba por qué dices cráneo, esa original manera de sonidos por qué eres sonido por qué distinta, por qué campana de cuál campanario
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
Sencillo pensaba escribir un poema que hablara de ti empero hoy llueve y caes en mis manos con la tarde amarrada a tu cintura sรณlo ahora el mundo es como debiera haber sido
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Dime algo no lo tengo claro en verdad hace calor o eres tú la que está encendida como una capilla aldeana en domingo de ramos?
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
The return of Alice este gato debe ser el de cheshire porque carcajea para luego irse entre las amapolas si no me creen ya verรกn cuando vuelva Alicia medio madurita y sonriendo
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Buena cosa me caí del catre me caí al litro en tus manos caigo qué felicidad perder el equilibrio
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Poema de amor para faltarte el respeto nada de mecĂĄnicas o margaritas crepusculares somos vino puro aceite en algunos casos arando vamos el cuerpo que nace ahĂ donde se juntan los nuestros no hay que perder un segundo (los segundos nos perdieron) mordĂĄmonos hasta el nombre enterremos chorro a chorro en las alturas un mordisco hace bien
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para el corazón un secreto voluptuoso que se musita en la vertiente de la espalda atragantémonos a suplicio gozoso digan lo que digan qué quieres que te diga perdón por el exabrupto por último deja negar la vida en medio de la vida nom omnias moriar (Torquemada vomitaría)
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Eros la boca y la sopa la sopa y la boca secretamente ardidas una a la otra
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Donde el poeta dice la atroz batalla que sostuvo con su amada El gato que por tu nariz se cuela no tarda en emprender su cacería; de mis pelos nace una breve orgía, de tus ojos abundante candela. Batalla abierta, el fuego deja su estela de vapores en esa epifanía ques desbordarnos en fatua agonía y es todo un agosto la carne en vela. Por la sombra de una casa escapamos: resbalosa piel, difusos los ramos que cosecho al fondo de tus temblores. Y no hay tranquilidad que nos resguarde, y no habrá perdón para el leño que arde en aceite, en maullidos, en sudores
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
Serrana correveidile questá la muerte reseca en el campo correveiarranca con dos flores armadas de espanto yo no se qué quieres ay al querer que yo te quiera tanto correveidime que tal como ayer me amarás en el llano correveisueña amor que hay amores mudos sobre el pasto
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Tango no salvé el mundo en diez días pero bebí un vino mezclado con tango ahí mismo las sombras a pasodoble se quitaron los vestidos una que otra pierna buscó las mías yo le dije que no pero le dije que sí a esta hora sí por favor viértame la materia que cuelga de su piel no le importe el vino ni menos yo mismo hágame el favor béseme la palma de mis manos búsqueme tal si fuere leño apetecible descuélgueme de todos los rincones hágame devorar mi propio corazón dése cuerda en mí ahora que hay música chupándome el seso haga trampa cuando quiera dóbleme si es preciso que aquí sólo estoy para servirle a usted
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
No eres el mar de lágrimas no eres el mar de lágrimas sin embargo te duele de sal la frente y las mejillas y las uñas que te rompió el mundo no eres el mar de lágrimas cuando sueñas y algo de azúcar cae
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Ella y él ella y él se amaban con un amor atroz diríase que no era posible tanta caricia se tocaban en las plazas, a esa hora en que suelen caer heridas las palomas se tocaban en los muelles, los barcos entonces procedían a hundirse sin delicadezas se tocaban en los sarcófagos, pobres muertos, pobres ansiosos desa película antigua para ellos! se repasaban en las verdulerías, entre coles ablandadas por temperaturas despiadadas se mesaban en marte, en el triste plutón en los anillos de saturno andaban así hasta la huesa imperativa, esa húmeda tierra de hojas donde no conformes se reanudaron en semilla de algo porque para nadie fue un misterio que se tocaban, entregándose como carta anticipada a la muerte, ese otro amor de ciegos
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
Contra el tiempo la mañana se viste de ramos amarillos toqué los pecho del agua más antigua antes que cualquier tipo de sueño te doblegara los ojos los duendes me ofrecen las primeras noticias, tú vagas por los aires o espejos y yo redacto el poema que no leerá ni mi sombra nuestra casa es una batalla contra el tiempo
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En dos palabras dos palabras te quiero pero te quiero así cuando se va para atrás la tarde y si es que no hay tarde sólo un día sin cabeza tronco brazos piernas te quiero igual viste dos palabras nada más
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Otro poema para el amor si sentado en la esquina desta calle esperas al amor, el amor no pasará si te atreves y cruzas a nado el gran rio de tu tierra asegurando que en la distante ribera te aguarda el amor, el amor retirará el rostro della, dejando solos tus sueños pero si por el contrario decides olvidar cualquier urgencia del amor, el amor aprovechará todos los agujeros de tu casa y gozoso permitirás quel silencio del mundo escriba en el silencio de ti la rigurosa primera sílaba
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Pobre de ti tendrás cien años y no te habrás muerto tendrás doscientos y no te habrás muerto aunque te mueras como se mueren las estaciones de enero a diciembre porque eres feliz asumes que te irás algún día; pobre de ti que te pongas las plumas sin la navegación de mis besos, flotando pobre de mí apretado en el olvido
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
Cientos de poemas para el amor he escrito cientos de poemas para el amor he escrito pero me irrita la amargura esta letra negra imposible me resulta conciliar beso con palabra sólo aproximaciones, vagas circunstancias donde mi compañera debiera aparecer con toda su actitud de revoluciones; no hay caso, se me va para atrás la cabeza y blasfemo contra la poesía, mi poesía tan pobre si de nuestro largo movimiento hablamos entonces mejor debiera acusarme de manifiesta, inadecuada tozudez ya que en vista del oficio y este adecuado asiento donde yo insisto en amarte te escribo engrillado los versos que ahora estás leyendo y valgan como mea culpa y qué quieres que te diga si no que te pienso aunque estuviese muerto y deso no hay discusión
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Por matar este tiempo
Sin sospechar esos ancianos que alimentan a las palomas en la plaza de armas no saben que con cada miga ellos van alzando un poquito más el vuelo
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Hambre no es el durmiente del valle de Rimbaud es un niño acostado sobre el pasto de la plaza de armas de Chillán dejó sus palabras en otra parte ahora fue en busca de las monedas de plata que alguien arrojó dentro de su sueño las gordas señoras ocupadas señoras muy del brazo en este paisaje conversan sobre lo útil que puede ser un buen bolso no sin antes guardar a seguro recaudo la purulenta mierda el sobaco la caducidad de sus ombligos pero él duerme sin pena ni gloria encogido el cuerpo difuso anocheciendo si usted se acerca con cautela podrá ver en su frente un caballo negro saltando
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Lavandera la bella lavandera, que no es bella si no fea, lava diversas ropas de sus vecinos no es que disfrute lavándolas ni que quiera mucho a sus vecinos la bella lavandera, que es fea pero yo la escribo bella, tiene a su haber una hija de una hija muerta por eso lava la ropa de sus vecinos por eso no siente el frío el frío cuando lava la ropa de sus vecinos el frío cuando suma cincuenta el frío cuando calcula veinte vecinos con la ropa sucia por eso lava de diez a nueve por eso vuelve a lavar antes de dormir de dormir para soñar que es hermosa, que lava por risueña, por domingo, por corazón
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
Nuestro bar nuestro bar es un ferrocarril detenido en el corazĂłn de la ciudad emprendemos el viaje las servilletas son paĂąuelos agitando la despedida de tantos ecos y uno mira por la ventana sin vidrio por donde cae esa canciĂłn que siempre olvidamos pero los muertos descorchan botellas y reĂmos alegres en nuestro bar mecido por estos rieles invisibles o lejanos
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Dos noches I me patearon la cabeza las tripas me patearon lengua afuera no hubo caso ningún oído dispuesto /a escuchar que yo bailé por bailármelo todo no más aparte lo otro porque si usted no toma vino entonces
/a qué vino ya sabe
el viejo refrán de mi negra historia ni idea la hora no pregunte leseras yo ahí no más dele que dele al vaso cómo iba siquiera a imaginar que me cagaron que me jodieron la vida bien jodida si lo digo yo que soy viejo
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
se lo digo yo que en la calle voy /goteando mierda lo empujé un poquito,
sin embargo cayó mal
sería que quiso la muerte pienso yo cómo caerse así todo doblado un hilito de sangre de nariz eso era
/pero merecía un chorro entero
por maricón por perro por cochino eso no se le hace a un padre, andar
/acostándose entre las acelgas con
/la mujer de uno es malo
estará condenado como yo estoy condenado
/dónde se ha visto tanta malura de cabeza
si era joven si era bueno dónde digo yo
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II yo soy la puta la que con monedas baila el monito dale para adentro dale para afuera pero sin beso quizás uno en la margarita antes que usted se vaya al ladito de sus críos bien cómoda su casa la veo /siempre cuando voy al centro a comprar pantys las mismas que usted me saca
/con los dientes
cada fin de mes el bolsillo llenito la carita sanita como potito de recién nacido y eso que usted mi caballero va /para los cincuenta bien planchada su ropa bien arrugada su alma eso a mí qué me importa apure la causa
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
no tengo todo el tiempo que a usted /hoy le sobra muy brioso se me pone señor muy rápido abandona el juego mi señor alegre ya vi ya vi en el velador está la plata vístase arranque por la izquierda tómese el último trago a la próxima un descuento por buena onda /no más que soy disculpe virgencita del Carmen por tanto meneo mejor mire para la muralla bueno bueno
/pero estudiantes no atiendo
así es que chao no más si apenas te alcanza para un par de cervezas mas encima tibias las cervezas chao no más cuando crezcas un poco ahí nos vemos ahí me llamas ahí no más ahí
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Señoras ceremoniales señoras de boutique señoras de cafecito señoras de aventurillas extramaritales señoras perfumadas señoras de libre comercio señoras estornudan van al médico se quiebran la uña van al médico están calientes van al escritorio del médico estupendas señoras muy hieráticas señoras dan limosnas aseñoradas redonditas pequeñitas papel moneda señoras para el buen decir señoras para el recato señoras pal pelambre señoras magníficas requetedulces cero por ciento calorías señoras
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Ventolera llego a Chillán en la tarde desta primavera /tercermundista me recibe un cigarro mojado y un temporal /de los mil demonios pienso que algo habrá que hacer esto /no puede quedar así y me dirijo al bar de Don Pepe único lugar donde los parroquianos celebran un gol cometido hace cincuenta años me siento a ojear el periódico del día dice que la gasolina volverá a subir y que los candidatos presidenciales piensan en nosotros yo me arreglo la bufanda y bebo la cerveza que a todos nos hará fraternales pero no aún
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en la calle la ventolera pasa borracha dando silbidos pido que me cambien el cenicero éste tiene muchas /esperanzas gastadas en la radio canta Billie Holiday sus melodías /atemporales entonces deduzco que soy otro que no he llegado bastará pronunciar mi nombre a profunda voz y lo hago y el espejo detrás de la barra me devuelve la investidura de un hombre /hecho a portazos junto monedas pago el consumo afuera el viento será el mismo del próximo año antes de iniciar la caminata busco no sé qué /en mis bolsillos pero sólo encuentro un poema que habla de una /ciudad y un bar y una ventolera desatada en los confines residuales /de la memoria
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
Para Gustavo Arias, poeta lleno de nostalgias -las nostalgias no se acaban con una cuerda- no podría ahora pensar en otra calle que no fuese en Chillancito de Chillán de Chile y no son años atrás unos pocos meses bastan para corroborar el corazón te acuerdas? cantábamos a Schwenke y Nilo y también a Manolo Galván la ciudad era de los treiles y nuestra donde Torito o en su defecto 46
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el Cuchara'e Palo no sin antes el Chico Ernesto y si hay ganas de rayuela el Pobre Negro ni siquiera un año cambia todo cambia la ciudad tu muerte canas más en mi barba era así la cosa Gustavo? escribiste todos los versos? yo sé que no yo tampoco en esta valentía que me ausencia en este camarote frente al mar
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
Todos los pueblos se han muerto todos los pueblos se han muerto quién dice dónde uno puede entrar a componer el cuerpo en la universidad de la vida y nadie te pregunte dónde compraste esa camisa que te regaló el amigo muerto los ríos no llegan hasta donde llegaba la estación de trenes esa comedia de árboles secos dice que a estos años tu madre no vendrá a esperar a tu tío desde la ciudad me querrías si yo fuese el mismo? las calles de arena se demoran en pasar de una a otra
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Cuentero made in Shile p'tas quién lo diría mi vecino tan bueno pa empinar el codo ahora véalo en la esquina biblia en mano quel vicio y el fuego que la ley divina y el fuego quel padre el hijo la paloma y el fuego quel día o la noche final y el fuego se acordará digo yo de cuando con la cara llena de risa se cagó a mediomundo? si hasta su mamita (tan buena la señora dios la acoja y la ampare) lo echó de la mediagua anda a cuidar tus cabros chicos mejor será no te tomes toda la plata deja algo pal pan no te metas más en mi cartera malagradecío
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
y así así dicen que vio la luz un día que andaba con la lengua como estopa cambió el bigoteao por un crucifijo caído del mismísimo cielo san miguel san gabriel lo sacaron volando del bar del chico ernesto pa meterlo de cuerpo entero en el versículo no tengo idea de libro de no sé qué la cosa es bien sencilla apareció una mañana vestido como cuervo nos mandó a todos de hocico a las garras de don sata claro quel mandinga no se olvida de las cuentas por lo mismo no es raro que a veces le ponga en frente a la rucia carmen (tan obsequiosa ella dios la guarde pa mí) ante lo cual
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se le desprende una que otra baba él tan santo tan mala clase la mierda si me gustaría enchufarle una garrafa entera pa que se acuerde pa que le entre el bicho de la verguenza pa que sepa que las deudas se pagan aquí en la tierra y no haciéndose el cartucho que harto mal le queda huevón no más
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
El último triunfo del Negro Paredes mierda este bronceado de cantina quién me lo saca? y todo por andar celebrando el golazo del negro paredes viejo lindo puso lo mejor de sí mismo en esa patada, en ese último vuelo de su talento porque nunca dijo que tenía esa cosa que le afectaba el corazón si meter la pelota y quedar tiesecito en la cancha fue todo uno nosotros no sabíamos cómo reaccionar si pararnos a llorar de alegría o agarrar a palmetazos la suerte perra miren que ir a morirse justo cuando había dejado el trago cuando la mansa mina se había agenciado 52
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pobre negro paredes p'tas negrito los años de chicharra te pasaron la cuenta ya te veo en la morgue con esa cara de chicha fresca haciéndole ojitos a la practicante je ya te cacho negrito pa qué nos vamos a ver la suerte entre gitanos nocierto? pero y quién me saca este bronceado de cantina ah?
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Me pregunto me pregunto en la soledad discreta, me pregunto si la vieja adinerada de la otra cuadra sabrá, le habrán contado que en nuestra misma ciudad un niño tres niños ciento dos mil niños se acuestan no con el ángel de la guarda, se acuestan con el demonio maltrecho del hambre todas las noches o por lo menos siete más siete noches a la semana, me pregunto yo sabrá la vieja de seda eso o cree que es puro cuento, cuento que tengo serias dudas, te lo puro cuento, te lo pregunto porque hace frío y con frío es más belicosa el hambre, sabrá
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la vieja'e mierda que cuando yo sea grande no voy a ser tan como ella, es decir como las huevas, vieja como el hoyo no más
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Poeta chileno busca poeta de Marte para decirle unas cuantas verdades estamos harto desprotegidos fijesé incluso a veces el vidrio nos regresa un hoyo inmenso conste que lo tapamos con la más fina ropa americana y salimos muy campantes en la memoria del barro de nuestros vastos cementerios sin embargo nuestra sonrisa no nos la despinta nadie uno tiene sus cosas uno siempre arriba de la esperanza el santo y la pelota capaz que usted colega marciano erija un monumento poético en base nuestra ososa actividad eso no lo puedo asegurar pero algo me dice que estoy en lo cierto que somos como la mierda y buena mierda aunque oscilantes venceremos aunque descalabrados venceremos ya lo verá si acaso usted existe lo puede sospechar si quiere si acepta mis versos mendigos la solidaridad debe ser universal tengo casi la certeza de su atención amigo mío que estás en los cielos y
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yo que me sulfuro en un planeta de tierra me pican las manos me pica la lengua me pica el corazón tantas ganas de volverme agua para beberme hasta la ultísima gota para transfigurar en oro el alma que dejé en los negros pasos viera usted cómo se queda ante un amanecer extraño ay la vida es brillante eso no le quepa la menor duda mínima tal el respirar de los almácigos hay flores en marte? hay rosas? violetas? cuál es su nombre? Me recordará cuando los otoños se vayan a otra parte? ah? no responda si no quiere estoy en casa; por si suena el teléfono y es un número eternamente largo
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
Proyecto pais a bailar el foxtrot de las almas en gracia venga usted querido ministro apóstol de la santa cofradía de niños pegados a verijas sacerdotales ingrese no demore político mordedor político garganta profunda y monetaria, mártir del bolsillo ajeno anímese oiga empresario encorbatado le lustramos el cuero es nuestro deseo que baile más a gusto y pueda de vez en siempre darnos la rectilínea coz en el culo
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súmense fuerzas del orden muy noble la trayectoria vuestra esa misma que tan poco les significa pudores cuando meten dedo mano fusil justo en el comienzo de cualquier sonrisa no tarden o tarden si lo desean tenemos para rato aquí
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Los morenos y las manos duras de tierra y la boca de sales marĂtimas y el estĂłmago profundo en alturas y la ropa quitada para quĂŠ sirve la ropa y los tobillos acarreando higueras y los dientes granadinos y el mapa de toda guitarra en la piel y andadas con huella ametrallada y brazos empujando los surcos y sol en la garganta y pastos y llanos y montes subiendo hacia arriba subiendo hacia abajo al ritmo del ritmo
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Cantiga negra aquí quizás encuentre algo bueno en este basurero peatonal puede haber alguna cosita rica y no me importa que estos importantes edificios oculten insospechadas cantidades de dinero pues el momento es ahora si en mi estuviera me tragaría mis sonoras tripas asted sabe soy el ausente namber güán pero no lloro al contrario me río no ve cómo bailo al compás de mi hambre de mi hambre que no el hambre de tantos porque el hambre es egoísta porque el hambre tiene mi nombre crucificado compréndame si quiere así de espaldas a estas costillas no sea contagiosa el ansia de roerse el cuero absoluto
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ande aprovĂŠcheme de inmediato patada invisible en la cabeza justo que me voy arreando melcocha de tarro y otros asuntillos de autĂŠntica mierda
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Lamento chileno disculpen los onerosos pero sería lindo verlos con una pala oxidada atravesando sus hocicos si no me ven les digo a mí me suda hasta la uña del dedo chico del pie no es por reclamar nada el chancho está mal repartido y no lloro sino bramo y voy encaramando las sierras con lastimado anochecer
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PequeĂąa historia destos pagos chilenos y vinieron con carretillas y dijeron en orden las bolsitas y las pegajosas bolsitas eran el gran cuerpo de mi hermano y destrozaron libros y optaron por tarjar la memoria y la memoria sobreviviente era el gran cuerpo de mi hermano y redactaron negros oficios y gritaron dos mil litros de sangre y dos mil litros de sangre era el gran cuerpo de mi hermano y saludaron a la bandera y trataron de borrar la dignidad y la dignidad del pueblo era el gran cuerpo de mi hermano y redoblaron la muerte
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y tijeras hincaron en los corazones y el corazón de mi hermano era un gran corazón en todo su cuerpo y se vistieron de cuello y corbata y pusieron sobre las fosas condecoraciones y ministerios centrales hidroeléctricas y mac donals y así quisieron parchar las bocas y así el gran cuerpo de mi hermano se hizo boca atómica en cada uno de los ojos de sus extensiones y así fue que está cantando desde el aire desde las manos desde estos pagos chilenos gota a chorro la gran cantidad de cuerpo ques a cualquier hora mi hermano
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A un ganador le sacaron el hollĂn de las orejas lo peinaron bien peinado le sirvieron whisky on the rocks le pusieron un cartier en la muĂąeca lo metieron entre las piernas de una rubia complaciente le borraron las cicatrices de guerra le tatuaron nĂşmeros en las pupilas le pintaron armani de pies a sombrero le dijeron pida ustel pida seĂąor lo dejaron listo pa' la foto
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Los trenes que dejamos ir Para Laura Daza Valenzuela los trenes que dejamos ir volverán por nosotros algún día. Tendremos que abrirnos paso entre canastos de paño rojo y hermanas que irán a visitar la tumba del hermano muerto hace catorce años. nos acomodaremos frente a la ventanilla para mirar cómo los caballos y las vacas comparten el pasto inmenso de la mañana. Una revista cualquiera dormirá sobre /nuestras piernas. Bostezaremos sin despegar el rostro del /cristal empañado. el viaje es un nevermore en el calendario. Oiremos las risas de los campesinos a la hora de los queltehues; entonces vamos a saber que es tiempo del primer vino del resto de nuestras vidas. Nos abrazaremos unos a otros comentando ayer conversé con don Eladio el de la panadería, está muerto y se siente mucho mejor. Pero vamos a callarnos cuando el sereno
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pase dando tumbos, agachado por el peso de los búhos que siempre lo saben todo. el minutero de tu reloj quiere encontrar el momento exacto. Somos los sospechosos de una máquina del tiempo oculta sin ruido detrás de las puertas cuyas llaves botamos ex profeso en el arroyo que salió a despedirnos una tarde de enero. Nos fuimos sin saber, navegamos roncos /encima de la tierra. por eso los trenes que dejamos ir darán pitazos cuando nadie los vea, cuando sepan que debemos despertar frescos y viejos en el andén, debajo del sol con cara de abuelo dormido por la luna
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Días de 1979 Para Lila Calderón me decías mañana dejará de llover pero yo veía en el almendro los pronósticos verdaderos del invierno querías que contara las hojas de los sueños, esas que de verdad caen como hojas de agosto yo soñaba un árbol en cada esquina de nuestros ojos sosegados cómo iba a saber que la sangre llegaba hasta el rio, que la muerte rueca al hombro andaba suelta comiendo arterias me preguntabas qué hace una ventana abierta en mis palabras te contestaba hoy hace frío incluso en la taza de leche del mediodía días de mil novecientos setentainueve cuando tú vivías y yo creo que también
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Espejos La bella dama, el olvido, los muertos, un sueño de oro, la mitología con su metáfora de alegoría, el crimen, la mariposa, el desierto. La cara que quizás no he descubierto en medio de la tarde y su alegría; la obligación de la melancolía, el río, el árbol, las hojas, el huerto. Quién sabe qué son todas estas formas borradas por el tiempo o cuales normas regirán mi estructura en el espejo cuando me agoten los años. Quién sabe en qué noche o insomnio está la llave oblicua de la Alquimia y el Reflejo
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Ya estamos en Vallejo ya estamos en Vallejo urdiéndonos en cada sombra y de repente anónimo probable el cielo en una tierra o la alegre agonía de la sobrevivencia en la furia corazón cuando hay poema arrancándonos el quicio y si es de un hombre muerto qué poema habremos de sostener gato negro sobre un gato blanco o espumarajo volándonos los dientes ahí va el hombre cubriendo todo el lastre qué es ese hombre diremos si no el apellido no hablar de territorio dice la experiencia pero de qué pulso nos morimos en Lima
/La Horrible al decir del otro
porque somos ínfula y miedo muertos de la sonrisa y muertos de muerto
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
de América La Espantosa la que descansa sin cuerpo la que vibra con pobrezas mascando
/el talco de los testículos
de esa tierra nos dibuja el ángel mísero acaso piedra o misterio en el fondo del cálculo qué haremos sino el estrangulado semen para el gusto de los que van viviendo cojos en /lo remoto viviendo ojos menos se sacrifica el que se hiere /médula y es medula a qué reírse de esto si ya nos ríen ya estamos en ése el pérfido acróbata que se dice que dijo algo sobre el cadáver lleno de mundo ay de nosotros tan soberanos
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Borges y la biblioteca Borges, apretadamente le digo -después de los años y la negruraquel día nuestro dura lo que dura esa gloria falaz de que fue testigo un atroz tirano antes del castigo. Usted se equivocó; pero la hondura de su rigurosa literatura urde comienzos y aleja enemigos. En su biblioteca lo veo grande, metido en el álgebra que se expande al interior de sus ojos cerrados. Usted no ve pero usted está viendo el mar de Odiseo, el mar tremendo, el mismo mar de sus antepasados
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
Cronología desclasificada y dónde estabas cuando se cerraron las calles y llorábamos corriendo y se enarbolaron fusiles y fue cristal el nombre /de muchos y contábamos y contábamos y contábamos y c /ontábamos monedas invisibles y hubo moretones machacones tres tiritones /con electricidad y desayunábamos vergüenza y almorzábamos
/dolor y cena no había
y las bocas cerradas y nadie dijo nada y quiero /amarte amada y el víctor jara y la violeta parra el pueblo unido
/jamás será vencido salú
y quién manda el buque y terminar con todo /y no pasarán y usted y yo y perico de los palotes y arriba en la /cordillera las armas y a la una y a las dos y a las tres todos digan che y automóviles sin patente y cadenazo nacional y /no hay pal puchero y el pem y el pojh y crash bum bang y ahora sí que sí y feliz navidad y feliz año nuevo o felisa me muero y me muero otro día mejor y ya está bueno y ya /estamos enfermos y enfermos de tanta píldora de tanto sida de tanto tanto y sí ahora sí que no y dónde y para cuándo y por cuánto
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Breve relación usted nace le golpean el cuerpo llora bebe leche acumula visiones practica muecas llora crece juega mira habla grita se rasca el ombligo corre suda engulle aplaude caga duerme lo castigan llora se abrocha los zapatos se /abrocha el cuerpo se desnuda asume posee libera estudia trabaja besa lee camina pierde la paciencia la encuentra la /vuelve a perder se acopla obtiene descendencia lo echan del trabajo
/una cana dos canas tres canas
llora musita golpea bebe se queda dormido habla /dormido ama dormido empequeñece se ablanda riega el jardín olvida /sacude maldice se enferma se calla usted llora usted se cierra /usted muere para qué tanta discusión bizantina yo esto lo predije masculló la tumba dormida entre los cipreses
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
TODOS LOS MAPAS MIENTEN SOLO UNA GOTA DE SANGRE MORENA DESDICEN LAS DIVISIONES ECONOMICAS /CULTURALES SOCIALES AQUI SE VIVE Y SE MUERE CON EL OIDO DE UN CANTO LA MARCHA DE TUMAC AMARU MOCTEZUMA /Y LEFTRARU ESA UNICA ARTERIA QUE SOMOS UN CUERPO ABIERTO TENDIDO DE BOCA A LAS ESTRELLAS
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Danza y descenso la llenita de caspa y piojo de piojo y caspa la muerte colorá muerte bate la cola bate la cola bate la coletera cola la muerte la muerte a salivazo sucio a sucio salivazo la muerte llenita deshabitá
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
Por matar este tiempo un trocito de charqui en los bolsillos para ver mรกs confiable el cielo zapatos que no hacen huella todo el vino del mundo rascando la muralla de la libertad el resto es mala historia
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El poeta ante la presencia de un bar hace la alegoría de sus parroquianos Tomados del pie bailan los borrachos riéndose en el vino hasta no verte; la copa negra, el olvido muy fuerte, tomados del alma van los muchachos. Qué me dice usted deste gran caracho, le juro que me lo prestó la muerte. Ya, ya, amigo, cómo no han de quererte: saltando vamos todos los borrachos. Porque usted sabe, me entiende, usted sabe que en el hollejo se pierden las llaves… -Péguese otro baile mi compañero! Puta que estoy cansado desta vida, yo no he visto huevona más torcida… -Dése otro valse pa este matadero!
Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
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Índioce Los elementos primordiales
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Los elementos primordiales
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Te pregunto
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Sencillo
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Dime algo
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The return of alice
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Buena cosa
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Poema de amor para faltarte el respeto
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Eros
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Donde el poeta dice la atroz batalla
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que sostuvo con amada Serrana
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Tango
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No eres el mar de lágrimas
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Ella y el
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Contra el tiempo
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En dos palabras
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Otro poema para el amor
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Pobre de ti
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Cientos de poemas para el amor he escrito
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Por matar este tiempo
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Sin sospechar
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Hambre
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La bandera
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Nuestro bar
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Poemas desde la ciudad villana Andrés Rodríguez Aranís
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Dos noches
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Señoras
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Ventolera
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Para Gustavo Arias, poeta
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Todos los pueblos se han muerto
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Cuentero made in shile
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El último triunfo del negro paredes
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Me pregunto
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Poeta chileno busca poeta de marte
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Proyecto país
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Los morenos
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Cántiga negra
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Lamento chileno
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Pequeña historia destos pagos chilenos
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A un ganador
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Los trenes que dejamos ir
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Días de 1979
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Espejos
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Ya estamos en vallejo
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Borges y la biblioteca
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Cronología desclasificada
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Breve relación
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TODOS LOS MAPAS MIENTEN
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Danza y descenso
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Por matar este tiempo
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El poeta ante la presencia de un bar hace la alegoría de sus parroquianos
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Poemas desde la ciudad villana es un poemario que proyecta al poeta Andrés Rodríguez Aranís en una suerte de trayectoria hacia un proceso de consolidación mayor, de un asentamiento de lo que constituyen sus más profundas convicciones en materia de producción escritural. No sólo se trata de un reflexionar la aldea, la villa en la que por ejemplo se vive, se nace, se ama, o se muere, sino también de un ejercicio en que el paisaje, el telón de fondo, se transforma en un lugar isotópico, y –de paso- estimulador de una suerte de complicidad ‘lector-autor’, ante la cual puedan del mismo modo, confluir relatos mayores. Una poesía sin concesiones, real, directa, del habla, es la que se deja entrever en cada página de este hermoso libro, donde la invitación última es la vida, aquella que es posible compartir de manera ecuménica entre las calles de Chillán o de Valparaíso.