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La waka del Aconcagua
The waka of Aconcagua
La capacocha era un acto fundacional que instauraba un nuevo sitio sagrado, y el monte Aconcagua parece haber sido elegido con este objeto ya que respondía a varios de los requisitos necesarios para una waka de esa importancia. Se trata del nevado más alto de la región, desde cuya cumbre se domina con la vista un gran territorio, incluso la costa, y que da origen a un río que alimenta el valle y desemboca en el mar, cualidad muy estimada por los incas. Incluso, si el monte Aconcagua había sido anteriormente objeto de culto, se reproducía la estrategia
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The Capacocha was the act of consecrating a new ritual site, and Mount Aconcagua seems to have been chosen as the site of this ceremony because it embodied many of the characteristics of a waka of importance. It is the highest mountain in the region, with a view from its snow-capped summit that stretches across a vast territory, even to the coast. From its slopes there flows a river that waters the valley and runs down to the sea, a feature of great significance to the Incas. Assuming that Mount Aconcagua was already an object of worship among incaica de incorporar esta waka al panteón oficial otorgándole un rango de mayor jerarquía. local peoples, its investment as a waka reflects the common Inca strategy of incorporating local sacred sites into their official pantheon in order to increase their value.
Aunque eran más frecuentes las capacochas sin ofrendas humanas, el sacrificio de niños era una práctica arraigada entre los incas y sellaba un pacto político y ritual con las elites de las provincias (Martín de Murúa, 1598).
Although most Capacocha ceremonies did not involve the sacrifice of humans, the sacrifice of children was a deeply rooted practice among the Incas and was used to seal political and ritual pacts with the elites from outlying provinces (Martín de Murúa, 1598).
La instauración de una waka principal o estatal coronando esta provincia tenía varias connotaciones. Por una parte, el sacrificio de un niño inauguraba un oráculo, una entidad sagrada que intermediaría entre las divinidades, el poder del Inca y los poderes locales. A la llegada de los primeros españoles el valle del río Aconcagua era gobernado por el cacique Michimalonco, un importante aliado del Inca, posiblemente emparentado con el linaje al que había pertenecido el niño ofrendado. Por otra parte, como acto fundacional, la ceremonia de capacocha implicaba la imposición de un nuevo “nombre” a la waka elegida por los incas, por lo que no deja de ser sugerente que, entre las principales wakas de las cercanías del Cusco, estuviera la de Ancocagua, en la que se hacían numerosas ofrendas de capacocha. En este caso, una vez más, la posible réplica de un topónimo y waka de gran importancia en la región central del Imperio, otorgaba al santuario de este monte una significación de primer orden.
The consecration of a principal or official waka at the pinnacle of the province would have signified in several different ways. First, the sacrifice of a child inaugurated an oracle, a sacred entity that acted as a go-between among the gods, Inca authorities, and local elites. When the Spaniards first arrived, the Aconcagua Valley was ruled by Cacique Michimalonco, a major ally of the Incas who may have been a blood relation of the child sacrificed to the mountain. The Capacocha ceremony itself would have served the function of giving a new name to the waka, one chosen by the Incas; it is probably no coincidence that one of the main wakas near Cusco, and a site of many Capacocha offerings, was known as Ancocagua. Once again, the name of a place and of a highly important waka at the heart of the Empire may have been used here, in its more distant reaches, to invest this shrine with great significance.