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el despoblado de atacama

the ‘unpopulated lands’ of the atacama

Esta ruta, que los españoles llamaron del Gran Despoblado, atravesaba la región más árida del desierto de Atacama y se extendía por unos 500 kilómetros desde el norte del valle de Copiapó hasta el borde sur del salar de Atacama. El llamado Despoblado de Atacama es el territorio más árido e inhóspito de la región desértica del norte chileno. Si bien este territorio fue considerado desde el siglo XVI como una extensa frontera natural, improductiva e inhabitable, desde la percepción andina adquiría otras valoraciones. El Despoblado fue un espacio no solo recorrido, sino también ocupado y explotado por las poblaciones indígenas desde tiempos muy anteriores a los incas. Posteriormente, el trazado del camino incaico, que atravesaba longitudinalmente el territorio, implementó una vía de circulación y comunicaciones y facilitó la explotación minera y la caza de fauna silvestre, especialmente de la vicuña. La toponimia de origen quechua que aún sobrevive, la infraestructura logística de la ruta (tambos y tambillos o chasquihuasis), las sayhuas o columnas de piedra que demarcaban el camino y la presencia de centros ceremoniales en las cumbres andinas de su entorno, manifiestan la intencional “apropiación” incaica de ese espacio y ese paisaje aparentemente “vacío”.

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This route, which the Spanish called “Gran Despoblado” (the Great Unpopulated Lands), traversed the most arid part of the Atacama Desert. It extended for some 500 kilometers, from the northern end of the Copiapó Valley to the southern edge of the Atacama Salt Flat. This outback region is the most arid and inhospitable part of Chile’s northern desert region. From the 16th Century, Europeans perceived the region as a vast natural barrier, unproductive and uninhabitable; but from the Andean perspective it appeared quite different. Indeed, from ancient times, well before the arrival of the Incas, the indigenous peoples of the Andes saw the ‘Despoblado’ as a place that could not only be traveled through, but also occupied and exploited. Later, the Inca Trail, which crossed the territory from north to south, was built not only in response to the need for a roadway to move people and allow communication, but also to facilitate mining operations and hunting of wild species, especially the vicuña. The Quechua place names that remain in the region, the logistical infrastructure along the trail (tambos or way stations, and chasquihuasis or Inca messenger posts), the sayhuas or stone columns that functioned as trail markers, and the presence of ceremonial centers on the surrounding Andean summits all expressed the Incas’s intentional appropriation of the space and of this apparently “empty” land.

La travesía de Tupac Inca Yupanqui por esta región, de acuerdo al relato de Juan de Betanzos, permitió a los cusqueños abrirse paso hacia el norte y consolidar su dominio en nuevos territorios, especialmente en éste que por sus difíciles condiciones geográficas y climáticas requería de mayores esfuerzos. Los indígenas de Copiapó, luego de sellar una alianza política con el Inca, lo guiaron y enseñaron a atravesar el Gran Despoblado distribuyendo a su ejército en grupos pequeños para que a su paso no fueran agotando los pocos recursos disponibles.

En otra versión, Garcilaso de la Vega nos cuenta que el Inca envió a sus corredores o chasquis acompañados de indios atacameños, antiguos conocedores del desierto, para que los guiaran.

According to the account written by Juan de Betanzos, Tupac Inca Yupanqui’s crossing of this region allowed the group from Cusco to blaze a trail to the north and conquer new regions. It was especially useful here, where the challenging geography and harsh climate required a much greater effort. The indigenous people of Copiapó, after allying themselves politically with the Incas, guided them and taught them how to cross the Great Unpopulated Region by dividing their army into small groups so as not to exhaust the meager resources available.

In a different version, Garcilaso de la Vega recounts that the Inca sent his messengers or chasquis accompanied by native Atacameño guides, because of the latter’s intimate knowledge of the desert.

El trazado de la ruta del Despoblado requería de un conocimiento cabal del territorio y sus recursos, así como de la aplicación de ciertas técnicas de desplazamiento ya implementadas por las poblaciones locales. Éstas debieron proporcionar, además, la mano de obra necesaria para la habilitación del camino estatal y de su infraestructura vial (chasquihuasis, refugios, hitos demarcadores, entre otros). A pesar de las posibilidades limitadas para el movimiento de grandes contingentes, esto permitió que el camino del Despoblado se instaurara como una ruta oficial de comunicaciones y de control de la circulación de bienes y recursos, especialmente de la tributación proveniente de las regiones inmediatas y de las provincias de Chile.

De esta manera, el camino del Inca cumplía un rol fundamental en las comunicaciones administrativas del Imperio, en la circulación de todo tipo de bienes, en la explotación minera y en el acceso a re-

Similarly, establishing the route through the Unpopulated Lands would not have been possible without the ancestral expertise of local inhabitants, both their intimate knowledge of the territory and its resources and the special techniques required to travel through it. Local populations also had to provide the labor needed to build the imperial trail network and its infrastructure (chasquihuasis, shelters, trail markers, and so on). Despite the limited possibilities for moving large troop contingents in this arid region, these efforts allowed the trail through the Unpopulated Lands to become the official route for communications and for transporting goods and materials, especially tribute goods from nearby lands and from the Incacontrolled provinces in Chile.

Thus, the Inca Trail played a central role in facilitating official communications, circulating goods of all kinds, enabling mining operations and providing cursos faunísticos. Pero también el camino a través del Despoblado ejercía un rol particularmente importante en la articulación, enlace y acceso a sitios rituales —incluso a importantes complejos ceremoniales—. El territorio del Despoblado fue incorporado a un espacio simbólico mayor y a los relatos de las hazañas del Inca, incluyéndose en la organización u orden cósmico y astral que gobernaba el espacio del Tawantinsuyu:

“ access to wild game. But it also played a crucial role in articulating, connecting and providing access to ritual sites, including major ceremonial complexes. This incorporated the outback territory into a larger symbolic space and into accounts of Inca history that established the cosmic order that governed the territory of Tawantinsuyu:

…y en su camino pasaron grandes trabajos y dificultades por aquellos desiertos, dejando señales por donde pasaban para no perder el camino cuando volviesen. Y también porque los que los siguiesen supiesen por dónde iban. Así fueron yendo y viniendo como hormigas, trayendo relación de lo descubierto y llevando bastimento, que era lo que más habían menester. Con esta diligencia y trabajo horadaron ochenta leguas de despoblado, que hay desde Atacama a Copayapu...

(Inca Garcilaso de la Vega, 1604)

… and on the way they passed by great works and challenges in those deserts, leaving signs where they passed to prevent them from losing their way on their return. And also so that those who followed would know where they went. Thus, they moved back and forth like ants, bringing tales of their discoveries and carrying supplies, which was what they most needed. Through their efforts and labor they penetrated eighty leagues of the unpopulated lands, between Atacama and Copayapu ...

Los relatos incaicos y posteriores sobre esta gran ruta del Despoblado ilustran un itinerario marcado por acontecimientos o situaciones excepcionales. Las descripciones sobre sus escasos manantiales, aguadas o arroyos adquieren ribetes a veces mágicos, o incluso milagrosos. Podemos explorar el camino Inca del Despoblado desde nuestras propias percepciones de ese paisaje aparentemente vacío, pero también conocer su derrotero recuperando fragmentos de memorias andinas y españolas sobre este inmenso y temible territorio.

The stories from Inca times and later describing the opening of the great route through the Unpopulated Lands describe a time marked by exceptional events. In these accounts, the region’s few freshwater springs, pools and streams acquire a magical, sometimes even miraculous, quality. While we can explore the Inca Trail through our own perceptions of this apparently empty landscape, it is also possible to explore it by recovering the fragments of indigenous and Spanish reports about this immense and formidable territory.

El recorrido que se inicia a partir del valle de Copiapó hacia el norte va introduciéndose, paulatina pero dramáticamente, en un extenso y estéril desierto que, al alcanzar su primera aguada importante, nos regala con la tenue frescura del valle del Chañar.

Setting out northward from the Copiapó Valley, we begin a slow but dramatic journey into a vast, sterile desert that rewards us with a slight drop in temperature as we reach their first major water source in the Chañar Valley.

El Peque O Y Amable Valle Del Cha Ar

the tiny, welcoming chañar valley

El valle del Chañar, conocido en la actualidad como Finca de Chañaral, era un primer hito de la ruta provisto de recursos de agua y de forraje. El cronista Gerónimo de Vivar, que cruzó el Despoblado en dirección a Chile hacia 1548, describe este lugar como un punto importante del camino incaico que unía las provincias de Chile con las del Perú:

The Chañar Valley, known today as “Finca de Chañaral”, was the first place on the route that had a supply of water and pastureland. Chronicler Gerónimo de Vivar, who crossed the Unpopulated Lands in the direction of Chile around 1548, described the place as a major landmark along the Inca Trail that joined the provinces of Chile with those of Peru:

“En este vallecito tenían poblados los ingas, señores del Cusco y del Perú, cuando eran señores de estas provincias de Chile, y los que estaban en este valle registraban el tributo que por allí pasaba, oro y turquesas y otras cosas que traían de estas provincias de Chile, y vivían aquí solo para este efecto. ”

(Gerónimo de Vivar, 1558)

In this little valley, the Incas, the lords of Cusco and Peru, had settlements, when they were the rulers of the provinces of Chile, and those who lived in this valley recorded the tribute that passed through there, gold and turquoise and other things that they brought from the provinces of Chile, and they lived there only for that purpose. ”

(Gerónimo de Vivar, 1558)

Se trata de un pequeño oasis con agua y recursos propios, en el cauce de la hoya hidrográfica de Chañaral Alto. Lamentablemente, por las ocupaciones posteriores, no quedan vestigios del sitio incaico desde donde se controlaba la ruta del tributo, también conocida como la “ruta de la turquesa”.

Hacia el norte del Chañar se iniciaba una extenuante travesía de muchas jornadas de camino con altísimas temperaturas en el día y vientos gélidos durante la noche:

The valley was a small oasis with freshwater and other natural resources and was fed by the waters of the Upper Chañaral basin. Unfortunately, later occupations erased all traces of the site from which the Incas’ controlled the tribute route, also known as the “turquoise route”.

North of Chañar marked the beginning of an exhausting traverse that lasted many days, with extremely high temperatures in the daytime and frigid winds at night:

“Los que pasan en este tiempo de invierno, españoles o indios, que de frío o de hambre o de sed mueren. ”

(Vivar, 1558)

“Those who came through here in winter, Spaniards or Indians, die from cold, or hunger or thirst. ”

(Vivar, 1558)

Por estas razones, desde la mirada de los españoles, esta amplia región del camino del Inca era conocida como “el despoblado e infernal camino de Atacama”. Según el cronista Gonzalo Fernández de Oviedo (1557), la ruta que iba siguiendo los escasos arroyos o manantiales naturales, o los pozos cavados sobre la marcha para hacer brotar de ellos algo de agua, iba señalando un itinerario especialmente hostil:

Because of this, the Spanish knew this vast segment of the Inca Trail as “the unpopulated and infernal trail of Atacama”. According to chronicler Gonzalo Fernández de Oviedo (1557), the route, which passed by the few streams and freshwater springs, as well as pools dug out during the march to find water below the surface, made for an extremely harsh journey:

Una ruta ferozmente desértica, salpicada de jagüeyes de “agua gruesa”, o de jagüeyes salados, o “cenagosos”, hediondos, viscosos, sucios. Un castigo, una condena de la Divina Providencia… ”

It was a route through the deep desert, dotted with pools of “thick water”, salty or “boggy” water, and those with stinking, viscous or dirty water. It was a punishment, a sentence handed down by Divine Providence … ”

La descripción de Pedro Mariño de Lobera, también nos sumerge en un espacio y una atmósfera de estas características extremas:

The description given by Pedro Mariño de Lobera also plunges us into this extreme environment and atmosphere:

“Son tan ásperos y fríos los vientos de los mas lugares deste despoblado, que acontece arrimarse el caminante a una peña y quedarse helado y yerto en pié por muchos años, que parece estar vivo… ”

(Pedro Mariño de Lobera, 1595)

The winds are so harsh and cold in most of this uninhabited land that the traveler could end up standing against a rock, rigid and frozen for many years, and appear to be alive … ”

(Pedro Mariño de Lobera, 1595)

El cronista Vivar describe al valle del Chañar y a sus misteriosas aguas como “un valle chico con poca agua clara y dulce que Dios fue servido de darla allí. Parece cosa milagrosa, porque no tiene sitio para manar ni venir de parte alguna…” (Gerónimo de Vivar, 1558).

The chronicler Vivar describes the Chañar Valley and its mysterious waters as “a small valley with a little clear and water creek that God was willing to give out there. It seems a thing of miracles, because there is no place to which it pours, nor a site from whence it flows …” (Gerónimo de Vivar, 1558).

Las refrescantes hojas del árbol del chañar.

The refreshing leaves of the Chañar.

La importancia que tuvo este valle por sus recursos de agua, forraje y fauna silvestre quedó registrada en las paredes rocosas de su entorno.

The significance of this valley—its water, forage, and wildlife—was left engraved on the region’s rock walls.

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