CR É D I T O S
Revista Voz de Voces
Edición #25 diciembre 2022
Edición y Coordinación: María Cristina Muñoz Vega maria.munoz@pazparalamujer.org
Arte Gráfico:
Julizco: Juliemar Orozco julizco1@gmail.com
Esta publicación es posible gracias al auspicio de la propuesta USDHHS-FVPSA 2021-G991540. Las opiniones expresadas en esta publicación son de lxs autorxs y no reflejan comentarios del Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos de América, Administración de Niños y Familias
Coordinadora Paz para las Mujeres, Inc. Coalición Puertorriqueña contra la Violencia Doméstica y la Agresión Sexual P.O. Box 193008 San Juan, PR 00919-3008 787-281-7579
Redes sociales: @pazmujer Página web: pazparalasmujeres.org
Nota: La letra “x” es utilizada en el lenguaje de esta edición para incluir a todo género. Por ejemplo, en vez de niños y niñas, escribimos niñxs.
Violencia, mujer y diversidad funcional
La Convención de Derechos de las Personas con Discapacidad de Naciones Unidas reconoce que, las mujeres y niñas con diversidad funcional están expuestas a mayores riesgos y daños efectivos ocasionados por las violencias: abusos, maltratos de toda índole, trato negligente, abandono, explotación dentro y fuera del hogar, y estar supeditadas a múltiples formas agravadas de discriminación y exclusión para el ejercicio de sus derechos. (ONU, 2006).
Según la Organización Mundial de la Salud, 2002, Puerto Rico tiene una de las tasas más altas de violencia contra las mujeres a nivel mundial en proporción a su población. También es cierto que, los datos suministrados sobre este flagelo social son poco confiables para reflejar su realidad, debido a que en la Isla tres agencias gubernamentales manejan datos al respecto de manera independiente: En primer lugar, la Oficina de la Procuradora de las Mujeres registra datos sobre solicitudes de servicios ante casos de violencia doméstica y las llamadas directas a su línea de atención; la Policía hace los registros de acuerdo a los informes de agresión sexual y violencia doméstica que llegan a su conocimiento; en tanto los Tribunales como autoridades de administración de justicia, tienen registro de casos judicializados como asuntos de conocimiento penal, o frente a las solicitudes de órdenes de protección (Tighe y Gurley, 2018), y muchas veces no se indaga si existe o no condiciones de diversidad funcional respecto de las víctimas. Lógicamente los datos manejados de manera diferente por cada institución hacen que, no haya un sistema unificado de información fidedigna de las complejas realidades que enfrenta esta población. La condición de diversidad funcional en una mujer suele ser valorada fuertemente por otras personas e instituciones, como no aptas, poco confiables para realizar actividades, inútiles e improductivas, poseedoras de un déficit de belleza, asexuales, y merecedoras de compasión por cargar supuestamente una tragedia personal inherente a su existencia. También, pueden juzgarse como poco creíbles por lo que deben estar justificando permanentemente tanto sus capacidades, la necesidad de los acomodos razonables, como la veracidad de sus argumentos ante eventuales denuncias de violación a sus derechos e integridad. Son objeto de adoctrinamiento mediante discursos prescriptivos: legales, médicos, sociales y religiosos que, tienden a decidir no solo sobre sus
cuerpos sino sobre el curso de sus vidas completas. Con fundamento en lo anterior, suele legitimarse el rechazarlas; la privación de acceso a servicios de educación y salud reproductiva; ser sometidas al infantilismo extendido y sobreprotección que limita, por considerarlas dependientes e incapaces de procurar cuidado a sí mismas, mucho menos a los demás. Además, se naturalizan muchas formas de violencia al relacionarlas como consecuencia directa del supuesto estado de vulnerabilidad en que se les percibe. Todo esto mengua su autoconcepto y la imagen que sobre ellas tienen y les transmiten sus familiares, amistades, quienes les proveen servicios y la ciudadanía en general (Vélez y Bustillo, 2009).
Además, la diversidad funcional genera automáticamente una visión de supuesta imperfección de la mujer, siendo niña, adulta o anciana; se pone en tela de juicio la posibilidad de ser madre, por el riesgo de que lxs hijxs hereden tal condición. Esto lleva a que algunas sean sometidas en casos extremos a esterilizaciones forzadas. En muchas ocasiones, es consecuencia de prescripciones médicas y conceptos a priori de otrxs profesionales que les proveen servicios que, se les niega la oportunidad de desarrollar habilidades, ejercer profesiones, ocupaciones u oficios que posibilitarían un mejor desarrollo integral y su vida independiente. Aunado a lo anterior, al estar sujetas a sobreprotección, aunque con buena intención, frustra, llena de temor y bloquea el estímulo de crecimiento personal y aportación social. Esto es parte del acervo de prejuicios heredados y reproducidos histórica y socialmente que, devienen tanto del modelo de prescindencia como del médico rehabilitador, los que siguen siendo restrictivos para el empoderamiento y el respeto de la dignidad y la autonomía de las mujeres con diversidad funcional.
Debería considerarse que la violencia contra las mujeres en condiciones de diversidad funcional difiere de la que padecen el resto de las mujeres, pues tanto el contexto de la violencia y sus manifestaciones, como las posibilidades de acceso a ayuda para salir de la situación es distinta. Desafortunadamente, quienes proveen servicios muchas veces no detectan o evitan auscultar sobre la existencia de situaciones de violencia o abusos que debieran ser denunciados. Además, hay pocos espacios propicios para atender y acoger adecuadamente mujeres víctimas de violencia que experimentan condiciones de diversidad funcional.
Todos los obstáculos para que estas mujeres logren el ejercicio de la ciudadanía, no sólo representa opresión sino violencia institucionalizada desde el Estado que, no propicia las condiciones para favorecer el disfrute de sus derechos fundamentales. Es así, como las distinciones corporales, psíquicas o sensoriales, terminan siendo acreedoras de la interdicción de la posibilidad de ejercer su ciudadanía (Vélez y Bustillo, 2009). Ante tal problemática, es importante el reconocimiento de la heterogeneidad de la sociedad, cuyo eje central radica en la necesidad de políticas de diferencia desde una connotación positiva de reconocimiento de diversidad, para contrarrestar las opresiones: explotación, marginación, carencia de poder, violencia e impunidad y propiciar condiciones de convivencia en equidad e inclusión social efectiva.
SOBRE AUTORA: Jeniffer Johana Martínez Medina
Es una mujer feminista que obra en Colombia y Puerto Rico cooperando con organizaciones y desde diversos escenarios sociales, inspirada en la certeza de reconocer, admirar, reivindicar que la grandeza de nuestra humanidad subyace en su infinita diversidad para construir condiciones de convivencia en equidad. Abogada y Politóloga egresada de la Universidad Cooperativa y Universidad del Cauca en Colombia, respectivamente. Además es estudiante doctoral de la Escuela Graduada de Trabajo Social Beatriz Lassalle de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras.
Contacto: jeniffer.martinez2@upr.edu jenima1004@hotmail.com
REFERENCIAS:
Organización de las Naciones Unidas. (2006). Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad y su Protocolo Facultativo, New York. http://www.un.org/disabilities/documents/ convention/convoptprot-s.pdf
Organización Mundial de la Salud. (2002). Citado en el Consejo de Europa, Violencia Doméstica, Informe de la Comisión sobre la igualdad de oportunidades para los hombres y las mujeres, Ponente Olga Keltosova.
Tighe, Claire y Gurley, Lauren. (2018). Daos oficiales de violencia contra la mujer en Puerto Rico no son confiables después del huracán María. Centro de Periodismo Investigativo. https:// periodismoinvestigativo.com/2018/05/datos-oficiales-de-violencia-contra-la-mujer-en-puerto-rico-no-son-confiables-despuesdel-huracan-maria/
Vélez, Carmen Milagros y Bustillos, Martha. (2009). Violencia contra mujeres nombradas con impedimentos físicos y sensoriales: un estudio piloto de la situación en Puerto Rico. Unidad de Ciencias Sociales, Departamento de Ciencias Sociales, Escuela Graduada de Salud Pública, UPR. pp. 104-140).
MUJERES CON DISCAPACIDAD Y LA VIOLENCIA: ALGUNAS REFLEXIONES
Este artículo tiene como objetivo principal promover algún nivel de reflexión que permita continuar visibilizando la situación de las mujeres que conviven con la discapacidad. Este es un sector amplio y heterogéneo, pero sistemáticamente invisibilizado en procesos de políticas públicas, de servicios y de protección. En los pasados años, datos del censo indicaron que el 19.9% del total de mujeres en el País reportaron tener alguna discapacidad entre las que se encuentra la discapacidad física, cognitiva, auditiva, visual y dificultades o imposibilidad para realizar las actividades de vida diaria. La invisibilidad en la que suelen vivir estas mujeres está, en gran medida, fundamentada en las construcciones sociales que se tiene sobre lo que es ser mujer y tener discapacidad. Cabe señalar que al utilizar el concepto discapacidad no hago referencia a que estas mujeres sean incapaces; por el contrario, hago referencia al andamiaje social, económico y político que discrimina a quien es diferente por el sólo hecho de serlo. A esa percepción y reacción social hacia la persona que tiene una diversidad funcional, lo que limita su plena integración e inclusión en todas las esferas sociales, en igualdad de condiciones. Así quedó establecido en la Convención Internacional sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad en el 2006.
Las mujeres con discapacidad son sujetos de derechos, como todas las demás, y los mismos les son violentados de manera sistemática. Esta violación de derechos y la violencia que encaran suelen estar legitimadas por la sociedad y el estado quienes perpetúan la visión histórica en la que una persona con discapacidad era considerada como defectuosa, incapaz, no productiva. En el caso de las mujeres, se añaden adjetivos de vulnerabilidad, sumisión, enfermedad y dependencia. No se les reconoce capacidad para llevar a cabo
roles y tareas tradicionales entre las mujeres como son las relaciones erótico-afectivas, la maternidad y la independencia económica. Sus derechos sexuales y reproductivos son violentados, sus cuerpos son considerados desviados o inferiores, viviendo la estigmatización y la desvalorización que las hace, con frecuencia, más vulnerables a ataques y a abusos. De esta manera se invisibilizan las capacidades, los intereses y las necesidades de estas mujeres, no se toman en cuenta las interseccionalidades y suelen ser relegadas a una categoría ciudadana de segunda. Todo esto basado en ideologías patriarcales y sexistas que continúan reproduciéndose a través de los sistemas familiares, educativos y religiosos.
Es en este contexto en el que se desarrollan y viven muchas de las mujeres que tienen discapacidad. Documentos internacionales confirman que las niñas y las mujeres con discapacidad, sobre todo si tienen discapacidad intelectual, tienen un riesgo significativamente mayor de sufrir diferentes tipos de violencias al compararlas con sus congéneres sin discapacidad. Es relevante señalar que existen unas circunstancias habituales en la vida de las mujeres con discapacidad que se convierten en espacios y en experiencias de violencias y abusos. Entre ellos se encuentra la dependencia de otrxs en cuidados de larga duración, la dificultad de que les crean cuando informan una situación de violencia, el bajo nivel de educación acerca de la sexualidad apropiada o inapropiada y la necesidad de ayuda física.
Aun en estas circunstancias sociales y familiares el tema de la violencia contra las niñas y las mujeres con discapacidad no está siendo atendido de manera proactiva. Muchxs pudieran pensar que no es un problema social y estructural, pero lo es. A las circunstancias antes descritas se añade el que las
mujeres con discapacidad no son visibilizadas en las campañas de prevención sobre violencias y agresiones sexuales, razón por la cual no se sienten representadas y, en ocasiones, ni siquiera reconocen que son víctimas por lo que buscar ayuda no lo identifican como una necesidad. Por otro lado, los gobiernos no suelen tener estadísticas sobre este tema, no porque no existan las agresiones, sino porque no hay denuncias y no se sistematiza la información. Como en muchas otras instancias, quienes perpetran la agresión están en las casas y en las instituciones, lugares que dejan de ser espacios de protección para convertirse en lugares de violencia sistemática. Existe suficiente información y estrategias para promover la seguridad de las niñas y las mujeres con discapacidad. Se recomienda que el estado y las organizaciones no gubernamentales promuevan campañas de prevención y atención a la violencia que incorpore de manera explícita a las mujeres con discapacidad; que a través de las estadísticas se pueda evidenciar si una niña o mujer maltratada tiene una discapacidad; que los servicios dirigidos a mujeres y los dirigidos a las personas con discapacidad incorporen los temas de género y discapacidad de manera transversal para que sean tomados en consideración al diseñar programas y ofrecer servicios. La educación sexual continúa siendo una gran necesidad en esta población, igual que las campañas de orientación para las familias y lxs profesionales. Estos pasos pueden ser el inicio de una sociedad más justa, libre de opresión, discrimen y violencia contra las niñas y las mujeres que conviven con la discapacidad. A pesar de todo lo expuesto, reconocemos que muchas de estas mujeres luchan y superan las condiciones de opresión impuestas, logrando vivir la vida que desean y merecen.
SOBRE AUTORA: Dra. Yolanda Rodríguez León
Es trabajadora social y lleva a cabo funciones como gerente de programas, en SER de Puerto Rico. Como profesora universitaria, a tiempo parcial, ha impartido diferentes cursos de trabajo social y pertenece a varios comités de disertación doctoral del Programa de Trabajo Social Clínico en la Universidad Interamericana, Recinto Metro. Posee un doctorado en Análisis de Políticas Públicas y Administración de Servicios Sociales, del Programa de Trabajo Social de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Su disertación doctoral giró en torno a los derechos sexuales y los derechos reproductivos de las mujeres con discapacidad física. Con este tema logró una publicación en la Revista de Ciencias Sociales de la UPR y ha tenido la oportunidad de participar en diferentes espacios de capacitación presentando los hallazgos de la investigación y ampliando el tema para trabajar otros elementos de discrimen que enfrentan estas mujeres.
Contacto: yrodriguez@serpr.org
CICLO DE VIOLENCIA
Acumulación de tensión
Conflictos menores
Temor ante la llegada de la persona agresora
Intento sin éxito, de agradar a la persona maltratante para evitar problemas
Maltrato psicológico y quizás algún maltrato físico
Esperanza de que el comportamiento agresivo cese
Agresión
Ocurre un incidente violento grave que la mujer no logra detener
La violencia puede ser desencadenada por cualquier de desacuerdo con la pareja, pequeño que pueda parecer
Durante esta etapa más buscan ayuda y salen de relaciones violentas
VIOLENCIA
violento no logra ser cualquier tipo la pareja, por parecer éste más mujeres salen de las
3Reconciliación
La víctima tiene esperanzas de que el comportamiento agresivo cese.
La persona agresora pide perdón y promete que nunca volverá a agredir y a maltratar a su pareja.
La persona maltratante hace regalos a la víctima y se compromete con rehabilitarse.
La mujer reconsidera sus razones para no abandonar la relación y decide ofrecer otra oportunidad, a veces, sin mucha esperanza.
Desgaste emocional
¿Qué es no sentirse bien? Es que te ardan los ojos de tanto llorar y un apretón en el pecho como que a uno le falta el aire. Es mirar y no ver a nadie cerca. Es hablarle a oídos con paredes que bloquean el sonido. Es articular palabras y no poder emitir sonidos. Es buscar la razón del malestar y no encontrar ninguna; porque son tantas que no sabes cual te hizo estallar. Es inundar tu habitación con cada lágrima, como un grifo que olvidaron cerrar. Es sentir la nariz congestionada a causa de ningún resfriado. Es mirarse al espejo y sentir que estás haciendo un drama innecesario. Es gritar en la almohada para que nadie escuche. Es encerrarte en tus pensamientos y continuar ahogándose en ellos. Es luchar con lo que no puedes controlar. Es tener tanto en el plato que termina llenando la mesa. Es sentirse vacío en un mundo sobrepoblado. Es sentir que el alma que pensabas que no tenías poco a poco desfallece. Es correr en un laberinto sin saber cómo entraste o cómo salir. Es decirle adiós a tu ‘yo’ feliz. Es darle la bienvenida a la tristeza y la frustración. Es fingir que todo está bien. Es continuar mintiéndote hasta que te creas que ya todo ha mejorado. Es seguir mirando al pasado. Es creer que está funcionando, cuando se está desmoronando. Es sentir que en el precipicio te soltaron la mano.
Es esconder la vulnerabilidad en una esquina del closet. Es buscar refugio en la persona incorrecta. Es dejar de ser quién eres. Es temerle a lo que viene. Es caerse a la mitad de la carrera. Es guiar sin rumbo, sin poder ver la carretera. Es acercarte a lo que te puede derrumbar. Es ver el avión caer y no saber cómo reaccionar. Es ver el vaso lleno, pero de agua contaminada. Es tragar momentos amargos. Es enfrentarse a personas que invalidan lo que sientes. Es emprender el vuelo con alas rotas.
SOBRE AUTORA:
Marielsie Medina Pérez (San Germán, Puerto Rico, mayo 1994), es ar Nació el 1 de diciembre de 2000, en el pueblo de Humacao. Actualmente es residente de Las Piedras y cursa un bachillerato en la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Cayey, en el programa de Psicología y Salud Mental de la Comunidad. Además, realiza dos concentraciones menores en Estudios de Mujeres desde la Perspectiva de Género y Desarrollo Humano.
Contacto: Twitter: @_marielsie
En un hilo la salud mental de lxs estudiantes con diversidad funcional
Es imprescindible poder comprender qué es el término llamado diversidad funcional. Según la Ley 171 del 2016, una persona con Impedimentos o Diversidad Funcional “se refiere a una persona con uno o más impedimentos, sean estos físicos, psiquiátricos, cognitivos, sensoriales o sociales, de origen congénito o adquirido y que se presentan en cualquier etapa de la vida” (LexJuris, 2016). Este término es uno alternativo al de discapacidad y hace alusión a lo distinto, a lo otro y a lo particular. Las personas con diversidad funcional no son discapacitadas, aunque por la falta de terapias y/o atención, podrían llegar a serlo.
Datos estadísticos del Instituto de Estadísticas de Puerto Rico indican que, para el año 2020, el Departamento de Educación de Puerto Rico tuvo una matrícula total activa de 292,518 estudiantes (Notiséis 360, 2019). De este total, un 35% (103,318) fueron considerados estudiantes con diversidad funcional, ya que participaban del Programa de Educación Especial (Departamento de Educación, 2020). Son estadísticas totalmente alarmantes y que reflejan un aumento significativo. Prácticamente, más de un tercio de la matrícula del Departamento de Educación recibe servicios del Programa de Educación Especial. En pocas palabras, unx de cada tres estudiantes requiere de atención particular y especializada.
Los servicios para esta población son importantes y necesarios para el mejor bienestar de su desarrollo. Una condición identificada y trabajada a tiempo puede lograr la inclusión y un pleno desarrollo de el estudiantado, no tan solo en un aspecto académico, sino personal y social. Actualmente, los servicios están precarizados y no cuentan con una planificación responsable. Las facilidades son incongruentes con las requeridas y lxs estudiantes no cuentan con el personal adiestrado para suplir sus necesidades de desarrollo, académicas y específicas. Inclusive, hay estudiantes de educación especial que reciben sus terapias en una covacha y en condiciones infrahumanas e indignantes (Torres, 2022).
Sin duda alguna, la pobre administración y el poco
interés por parte del Departamento de Educación repercute en la salud mental de lxs estudiantes con diversidad funcional. La Organización Mundial de la Salud (2022) define la salud mental como “un estado de bienestar en el cual cada individuo desarrolla su potencial, puede afrontar las tensiones de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera, y puede aportar algo a su comunidad”. La salud mental no es un tema meramente estético, sino uno de vital importancia para la vida de las personas, el cual se ha convertido en un factor determinante para lxs estudiantes con diversidad funcional.
La salud mental es un bienestar holístico, que incluye tanto la dimensión física, mental, emocional, social, económica, académica, laboral y espiritual. Este conglomerado es analizado como un solo conjunto y en su función, te permite operar y funcionar de manera satisfactoria. Lxs estudiantes con diversidad funcional carecen de este bienestar holístico. Ellxs no cuentan con el respaldo del Estado para sufragar y aportar en varias de estas dimensiones. Cuando no se cuenta con el personal adecuado y adiestrado, cuando los espacios provistos para las terapias no son dignos y cuando los fondos, al igual que el presupuesto asignado para el Departamento de Educación, no llegan a las escuelas, hay una crisis.
La crisis la ha generado el Estado y los perjudicados han sido lxs estudiantes con diversidad funcional. No contar con el personal adiestrado y los espacios adecuados para las terapias repercute en una mala práctica y acción para fortalecer las capacidades y el desarrollo de estxs estudiantes. Al no procurar sus necesidades particulares, afecta la salud física, mental y emocional de lxs estudiantes. Ellxs requieren de acción inmediata, de aprendizaje especializado, de conocer el mundo que les rodea, como cualquier otrx estudiante, y de un Estado empático y sensible a sus necesidades. Si el Estado no se reorganiza y toma acción, los efectos podrían ser irremediables. No se trata de un factor menor particular, se trata del desarrollo de personas que necesitan una educación digna.
El orden estructural actual debe cambiar. Este Estado opresor necesita frenar. No hay tiempo para divagar, ni mucho menos dilatar los procesos, los fondos e instrumentalidades gubernamentales. El Departamento de Educación necesita mover sus cañones y prestar oído a las poblaciones más vulnerables. No se trata de quiénes estén a favor y quiénes estén en contra, se trata de la salud mental, de la educación, de vidas, jóvenes y niñxs. Hay que empoderar a los sectores, batallar contra la opresión e ir de frente en defensa de los derechos de la población con diversidad funcional.
Las niñas con diversidad funcional crecen bajo un Estado que no promueve la igualdad, la equidad y que limita su acceso a los recursos necesarios para su pleno desarrollo. Cuando quienes gobiernen comprendan que es necesario un cambio estructural, las cosas cambiarán. Cuando quienes estén al mando comprendan que es necesario posicionar a mujeres en las altas esferas, las cosas cambiarán. Vivimos en un presente que necesita de un futuro sin esta zapata patriarcal, machista y opresiva en la que vivimos.
REFERENCIAS:
Departamento de Educación. (2020). Estadística. https://de.pr.gov/educacion-especial/estadistica/
LexJuris. (2016). Ley Núm. 171 del año 2016. https://www.lexjuris.com/lexlex/Leyes2016/lexl2016171.htm
Notiséis 360. (2019). Más de 100 mil estudiantes ya están matriculados para el año escolar 2020-2021. WIPR. https://wipr.pr/mas-de-100-mil-estudiantes-ya-estan-matriculados-para-el-ano-escolar-2020-2021
Organización Mundial de la Salud. (2022). Por qué la salud mental debe ser una prioridad al adoptar medidas relacionadas con el cambio climático. https://www.who.int/es/news/item/03-062022-why-mental-health-is-a-priority-for-action-on-climatechange
Torres, S. (2022). Estudiantes de Educación Especial en Guayanilla reciben terapias en una covacha. Periódico Primera Hora. https://www.primerahora.com/noticias/puerto-rico/notas/ estudiantes-de-educacion-especial-en-guayanilla-reciben-terapias-en-una-covacha/#:~:text=Un%20grupo%20de%20estudiantes%20de,da%C3%B1os%20severos%20con%20los%20 terremotos
SOBRE AUTOR: William Edgardo Robles Torres
Es estudiante de Bachillerato de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras. Actualmente cursa sus estudios en la concentración de Trabajo Social y una concentración menor en Cooperativismo y Autogestión en el Trabajo. Al mismo tiempo, es integrante del Internado Legislativo Jorge Alberto Ramos Comas en la Asamblea Legislativa. William es un activista por los derechos humanos, la igualdad y la equidad. A su vez, aspira a realizar estudios graduados en Trabajo Social Clínico y Forense.
Contacto: william.robles1@upr.edu
La salud mental en la pareja luego del parto
Mucho escuchamos que tener hijxs nos cambia la vida, pero ¿nos hemos preguntado si también puede cambiar la vida como pareja?
Pues la respuesta es sí. La llegada de bebé supone tener que reformular y reestructurar la relación de pareja en lo que ocurre el proceso de adaptación sobre un nuevo integrante en la familia. Con esto, un sin número de cambios a nivel familiar y como pareja. Las dinámicas del hogar se modifican por completo. Las rutinas que llevaba cada miembro de la pareja se descomponen; algunas cosas quedan en un segundo y hasta tercer plano. De igual manera las tareas que por lo general hacía uno, ahora las realiza el otro. Hay días en que mamá y bebé apenas se levantan del sofá o de la cama. Y sí, aunque evitemos hablar sobre el tema, sucede más de lo que pensamos. Descubrir el otro lado de la maternidad y conocer el lado poco agradable y cero romántico del proceso, también es importante.
El cuerpo y mente de mamá, o persona gestante, se inunda de hormonas que la hacen estar muy emocional, afectando su estado de ánimo en gran parte del tiempo. Donde puede sentirse aislada, sola y con una gran responsabilidad entre sus brazos. Igualmente, se observa en los cambios físicos y emocionales, el agobio por el desconocimiento ante tantas tareas nuevas, la falta de sueño y el cansancio, siendo un conglomerado de todos los ámbitos que se pueden ver afectados luego del parto, incluyendo la relación de pareja. Cambios de humor, fruto de la revolución hormonal que ha sufrido su cuerpo, cambios en su peso, piel, o agotamiento por el cuidado de bebé.
El otro componente de la pareja, o la figura paterna,
puede sentir que se le presta mucha menos atención que antes. Incluso que la atención es ninguna, sintiendo abandono amoroso, en el factor tiempo, de intimidad y como pareja.
La prioridad de cada uno de los miembros de la pareja ya no es ellos mismos y la relación, sino bebé, quién se convierte en prioridad de ambos. Incluso puede resultar muy difícil no solo encontrar tiempo para dedicar a la relación de pareja, sino también para llevar a cabo las actividades cotidianas del día a día, como por ejemplo las tareas del hogar. Es ahí donde entra otro factor de conflicto y desacuerdos que aparecen en la vida como pareja. Buscamos otorgar culpas y dar más instrucciones, ocurriendo un cambio radical en el hogar, tareas y rutinas.
Estos son los ámbitos que mayormente se ven en conflicto en la relación de pareja luego del parto y la llegada del nuevo integrante en la familia. Viéndose mayormente afectado cuando ocurre la llegada del primer hijx. Según lo expuesto se ve afectado: la calidad de tiempo, vida amorosa, rutinas, actividades del diario vivir, intimidad, la comunicación, las atenciones y cuidados, reconociendo que es un proceso de adaptación que requiere tiempo y empatía entre la pareja.
Ahora que se conocen algunos conflictos que pueden ser provocados luego del parto, nos podemos preguntar: ¿Qué métodos puedo tomar para mejorar la calidad de vida como pareja ya teniendo a bebé en casa?
Estas son algunas recomendaciones:
Poner intención, esfuerzo y disposición de ánimo, donde mayormente podamos encontrar motivos y no excusas.
Empatía y comprensión no sólo de lo que a una de las partes le ocurre sino de lo que también le ocurre a la pareja. El compartir tareas es necesario para que se sienta una cierta igualdad, siendo recíproco y justo.
Cuidarse y cuidar la intimidad como pareja, podemos decir que es uno de los puntos más importantes. Volverse a dar importancia a sí mismo como persona. Recordar no descuidarse, no dejar atrás las metas personales, profesionales y como pareja.
Realizar actividades saludables y de unión en la pareja, gestos sencillos como crear hábito de no salir de casa sin despedirse, no llegar a casa sin haber saludado, ni irse a dormir sin dar las buenas noches, estos son gestos sencillos que marcan significativamente el mantenimiento en la relación.
Encontrar calidad de tiempo para disfrutar juntos, sin niñx, sin obligaciones y donde solo se hable de aspectos positivos y no de responsabilidades. Ese tiempo juntos ayuda a transformar. Recordando además que se debe cuidar la relación, tanto a nivel emocional como sexual.
Estas recomendaciones van dirigidas teniendo en cuenta que lxs padres, madres y personas gestantes son modelos para sus hijxs y para la forma en la que se relacionarán en el futuro. Por tanto, mientras mejor sea la relación con nuestra pareja, mejor será la de lxs hijxs en un futuro. Todo está en la manera cómo lo veamos y cómo deseemos actuar sobre ella. Traer hijxs al mundo es bonito, querer formar una familia también, pero es importante reconocer estos aspectos no tan agradables de la relación de pareja luego del parto. Teniendo eso en cuenta, junto a algunas de las recomendaciones otorgadas, podemos evaluarlas y ponerlas en práctica para una mejor calidad de vida como pareja, luego del parto.
SOBRE AUTORA: Paola Cintrón
De Aguadilla Puerto Rico, tiene 26 años de edad. Psicóloga con una especialidad en familia. Ejerce en oficina privada atendiendo toda población, adultxs, jóvenes, menores, parejas y familias, ya sea para terapia y/o evaluaciones. Por otra parte, trabaja en un Centro con menores, donde mayormente están diagnosticados con espectro autista. Contacto: 787-415-2424
Ubicación oficina: Carr 110 KM 24.2 Plaza Cabán Local 3, Aguadilla P.R.
Redes Sociales: Yo cuido mi salud mental
Mi sanación no tiene límite
Minosanación es un proceso lineal
Mi sanación no se ve igual que la de otres Miessanación mia
EL PODER DE SANAR JUNTAS
Los procesos de sanación en colectivo son cada vez más necesarios; tan reciente como el pasado verano el gobernador Pedro Pierluisi extendió el Estado de Emergencia por Violencia de Género un año más. Al 30 de noviembre de 2022, en Puerto Rico se han registrado 70 feminicidios, así lo demuestra el Observatorio de Equidad de Género, en su último reporte publicado.
Saben que me asusta, me aterra convertirme en un número más, o conocer a alguien que forme parte de esta estadística. El estado aun constituyendo el Comité PARE, no ha accionado puntualmente para atajar la violencia de género, ni acogido las recomendaciones bien pensadas por las organizaciones que atienden directamente a las víctimas, como por ejemplo implementar la educación con perspectiva de género en las escuelas. A lo que me pregunto, ¿qué puedo hacer? ¿Qué podemos hacer nosotrxs en colectivo?
En la búsqueda de respuestas encontré que es bien difícil hacerlo sola, si el victimarix no tiene la intención de ayudarse y desaprender sus conductas abusivas, patriarcales, machistas, NO EXISTE NADA en el universo que podamos hacer nosotras para que la relación funcione, o se mueva a una relación saludable, lograr que exista un cambio de conducta, es ir contra la corriente; es medular y necesario el interés de la persona agresora de buscar ayuda profesional, ya sea de salud mental y/o consejería pero sabemos que existen muchos estigmas con el tema de la salud mental en nuestro país; es entonces que partiendo de mi experiencia, les comparto que primero quien agrede no reconoce que tenga un problema de abuso de sustancia, de alcoholismo y/o de violencias, lo sé,
es triste y bien doloroso reconocer el fracaso de una relación donde nace del amor hacia la otra persona; pero más doloroso fue el darme cuenta que mis hijas estaban viviendo ese terror junto a mí, el saber e imaginarme que estaban tomando estas experiencias como modelo a repetir, me hizo salir de la relación, sin querer las estaba educando a tolerar la violencia como norma.
Existen una variedad de oportunidades, ejercicios, técnicas para salir de una relación violenta, tener herramientas disponibles y accesibles para las víctimas de violencia de género HOY es de vida o muerte, literal, nos están matando. Taller Salud, organización feminista de base comunitaria, con base en Loíza, cuenta con una línea 24/7 que ofrece una variedad de ayudas y acompañamiento para salir de las violencias, comunícate a Tu Paz Cuenta al 787.697.1120. Uno de sus proyectos de la iniciativa Mujeres y Salud, en su programa Círculo de Mujeres crearon este proyecto de sanación a través de la escritura que se convirtió en un libro titulado Sanar Juntas, Antología de Afronarraciones. Este proyecto me apoyó sin saberlo a moverme de ese espacio que había vivido. Me enseñaron a aprender a sanar y aspirar a una vida libre de violencias. El apoyo y el acompañamiento siempre estuvieron ahí, pero sobre todo a mi tiempo. Aprender de las experiencias de otras son en ocasiones las enseñanzas que necesitamos para organizarnos; como coordinar una salida, un plan de escape, un apoyo en los primeros días, meses, continuar con los procesos legales, estar acompañada y saberse que no estás sola, eso amiga, te cambia la vida para bien.
Mi punto de reflexión fue escuchar desde sus propias voces, como el proyecto de escritura del libro - Sanar Juntas: Antología de Afronarraciones; las transformó para bien. La escritura como cualquier otro recurso de apoyo puede intimidarnos. El tener que reconocer y apalabrar que se vive en violencia es fuerte y a la vez liberador. Te alivia la carga el escribirlo, el nombrarlo; y te ubica en tiempo y espacio como una guía para que podamos aspirar a una relación saludable, a la posibilidad y la creencia de que todxs podemos cambiar para mejorar nuestro entorno y ser felices. El anhelo y deseo que nos inculcan desde pequeñxs a luchar por lo nuestro es para muchxs una meta que en ocasiones es inalcanzable no porque no queramos, sino porque solo podemos transformarnos a nosotrxs mismxs.
Te exhorto a ti que si estas viviendo violencia doméstica, violencia sexual y/o acecho te pongas en contacto hoy a la línea Tu Paz Cuenta 787.697.1120. Si conoces de alguna situación en tu entorno comunitario y/o familiar de violencia no esperes más y comunícate, ese es el primer paso y es el más importante para salvar una vida. Recuerda, no estás sola. El poder de SANAR JUNTAS está a tu alcance. No pierdas esta oportunidad, visita www.tallersalud.com/sanarjuntas, busca ayuda no estás sola.
SOBRE AUTORA: Yamilin Rivera Santiago
Hija, hermana, madre, comunicadora. Durante sus años de formación escolar, siempre tuvo un llamado a servir, y desarrolló la capacidad de sentir empatía por sus compañeres. Sin saberlo, esta urgencia de ayudar le llevó a desarrollarse en el mundo de las comunicaciones y en darles voz a los que más lo necesitan, el tercer sector. Trabaja como Directora de Comunicaciones y Organización Digital en Taller Salud, desde Loíza, Puerto Rico para el mundo. Lidera la gerencia de redes sociales y comunicaciones para la organización.
Contacto: yamilin.rivera@tallersaludpr.org
APODERAMIENTO DE LAS HERRAMIENTAS
Luego de 17 años proveyendo servicios a mujeres sobrevivientes de violencias en programas de vivienda transitoria o permanente, me di cuenta de que había destrezas de habitar y mantener un espacio de vivienda que mis participantes no tenían. Perdí la cuenta de las veces que tuve que gestionar voluntariado, hacer un pote entre compañeras o buscar un contrato para resolver asuntos de cerraduras, abanicos de techo, liqueos, inodoros dañados, entre otras cosas bien sencillas. ¿Por qué a las mujeres no nos enseñan estas cosas? ¿Por qué nuestros aprendizajes generalmente se circunscriben a limpiar, cuidar y cocinar, cuando somos más de la mitad del país y en su mayoría jefas de familia? Históricamente la sociedad ha decidido para qué somos buenas, con el elemento de que somos mujeres como evaluación principal. Coincido en la vida con Alba Montero, quien llevaba 29 años como ebanista, trabajando en compañías privadas, así como por cuenta propia. Alba ha vivido los retos de ser una mujer en un ambiente laboral históricamente masculinizado. También ha visto los beneficios que ha traído a su vida el saber usar herramientas relacionadas a la construcción. Ambas concordamos que, para lograr procesos de autosuficiencia y empoderamiento las mujeres, en particular las mujeres sobrevivientes de violencia de género y mujeres jefas de familia, debían incorporar a sus vidas el uso de herramientas. En el 2016 desarrollamos el primer ciclo de talleres, de muchos, en un proyecto de vivienda transitoria para mujeres sobrevivientes de violencia de género.
En enero de 2020 formalizamos esta iniciativa como una corporación con fines de lucro registrada como Mujeres en la Brega LLC pero conocida como Albanistería. Albanistería ha atendido en dos años alrededor de 600 mujeres y niñas. Nos dimos cuenta que hay un gran interés de parte de las mujeres en participar en los talleres. Sin embargo, muchas no pueden asumir el costo de estos. Por esto, durante esos dos años, hemos
hecho campañas de recaudación de fondos que nos han dado la oportunidad de becar a 44 mujeres y 20 niñas, así como hacer un grupo para personas de identidad transmasculina y personas no binarie.
Con el interés de proveer un mayor acceso a los talleres, en el 2021 nace formalmente Albanistería en la Brega Inc. Albanistería en la Brega Inc. es una organización sin fines de lucro, liderada por mujeres, que desarrolla las destrezas de bricolaje y ebanistería en mujeres y niñas con el propósito de empoderar a sus participantes, quebrar la creencia cultural tradicional de la división del trabajo por sexo y reducir la brecha de acceso a trabajos no tradicionales para mujeres.
Albanistería en la Brega Inc. es la única organización que trabaja el apoderamiento de las mujeres y las niñas a través de un proceso educativo sobre el uso de herramientas y destrezas de bricolaje. Históricamente el uso de dichas herramientas ha sido reservado para los hombres, masculinizando estas destrezas, y por consiguiente, las profesiones relacionadas. Ha sido una división sexual fomentada en la cultura; nada tiene que ver con las capacidades o competencias de las mujeres y niñas. Aprender a usar estas herramientas, para las mujeres y las niñas, es más que un proceso cognitivo de aprendizaje; es un proceso de apoderamiento, un aprendizaje conducente a la autosuficiencia social, personal y económica.
Durante estos pasados dos años, a través de Albanistería y Albanistería en la Brega, hemos probado que el interés de las mujeres y las niñas para aprender a usar herramientas de bricolaje existe. En las evaluaciones las mujeres reportan sentirse apoderadas y orgullosas una vez terminan cada taller. Como forma de documentar esa percepción de apoderamiento, la Dra. Noralis RodríguezCoss de la Universidad de Gonzaga en Washington State, está documentando y trabajando en un estudio sobre la
APODERAMIENTO A TRAVÉS HERRAMIENTAS
relación entre el uso de herramientas y el apoderamiento en mujeres, usando a Albanistería como referente.
En nuestros talleres, las participantes aprenden a montar una cerradura, arreglar goznes de gabinetes, usar herramientas manuales, caladora y taladro drill driver, barrenas para madera y cemento y ensamblaje de piezas. Las participantes se llevan su caja de herramientas estilo japonesa, ensamblada por ellas y cuatro herramientas de bricolaje: martillo, destornillador, pinza y cinta de medir. Además, se les enseñan elementos básicos de electricidad que le permitan cambiar receptáculos, arreglar lámparas, montar abanicos de techo y arreglar extensiones eléctricas. Aprenden también el uso y funciones del taladro martillo, uso de barrenas, expansiones y tornillos de cemento, así como sus funciones y particularidades. Estas destrezas no tan sólo les van a permitir sacar ese cuadro que lleva en el piso de la sala meses esperando a que alguien aparezca y lo monte, sino también poder cambiar la cerradura o instalar un pestillo que añade más seguridad en una situación de violencia, instalar un abanico de techo que va a refrescar a la familia, arreglar las puertas de gabinetes antes de una inspección de vivienda e inventar manualidades que podrían capitalizar. Los testimonios de nuestras participantes nos hacen pensar que en tiempos de desastres climáticos, la vida de las mujeres sería diferente.
“Participé del taller y les quería contar. Llevo dos días sin luz, si fuese antier seguía pasando calor, pero como ya sé usar el taladro, arreglé el “door stopper” y ahora puedo dejar la puerta del balcón abierta y mi niña y yo dormiremos mucho mejor. Poder hacer eso se siente muy bien.” -Anónimo
“Llevaba meses con la llave del fregadero que no botaba agua como debía. Tenía que jugar con la palanca de la mezcladora para poder fregar o usarla. Después del
taller de plomería, se acabó el problema. Llegué a casa y arreglé la mezcladora. Ya no más peleas con ella. ¿Cómo es posible que haya padecido tanto tiempo solo por no tener un conocimiento que es básico? Pero no me vuelve a pasar. Estoy bien orgullosa de mí, gracias a ustedes.” -V. Si las mujeres aprendieran a usar herramientas, sus vidas serían diferentes, más seguras, más autosuficientes, más libres. Cambiemos la historia de las mujeres, un tornillo a la vez.
SOBRE AUTORA: Zulnette (Zuly) García Ramos
Tiene 17 años de servicio a mujeres sobrevivientes de violencias. Es consejera profesional y feminista. Actualmente tiene varios sombreros. Trabaja en la Fundación de Mujeres en Puerto Rico, es Presidenta de la corporación Mujeres en la Brega conocida como Albanistería y es Directora Ejecutiva de la organización sin fines de lucro Albanistería en la Brega. Ha dedicado su vida especialmente a los temas de desarrollo económico, apoderamiento, salud sexual y reproductiva enlazados al tema de violencia de género. Es cofundadora de SIEMPREVIVAS RUM, La Juntilla y proyectos como el de Albanistería y Albanistería en la Brega. Está convencida de que la creatividad, la solidaridad y las alianzas comprometidas y amorosas son el camino de lucha hacia un mejor país para las mujeres y niñas.
Contacto: albanisteriaenlabrega@gmail.com
Promoviendo y practicando una filantropía feminista en Puerto Rico
SOBRE AUTORA: Verónica Colón Rosario
Es la Directora Ejecutiva de la Fundación de Mujeres en Puerto Rico (FMnPR). La FMnPR es el primer y único fondo de mujeres con la misión de apoyar, con recursos y acompañamiento, a las organizaciones puertorriqueñas que sirven, organizan y abogan por las mujeres y niñas de Puerto Rico. Como Directora Ejecutiva de FMnPR, Verónica brinda liderazgo estratégico, trabaja en nuevas alianzas y colaboraciones y asegura recursos financieros para garantizar la sostenibilidad y el crecimiento de la Fundación.
Contacto: veronica@fundacionmujerespuertorico.org
búsqueda del entendimiento y de soluciones amigables y comunitarias. Son las copartes quienes tienen el conocimiento y la especialidad para la intervención comunitaria, la experiencia para la distribución y uso de recursos y son el contacto directo con la gente a la que sirven. De todo eso, la Fundación puede nutrirse, a la vez que es capaz de, junto a las copartes, identificar necesidades de capacitación en las que pueda aportar o colaborar. En la filantropía feminista aprendemos y nos re/de construimos todxs.
Según el Global Gender Gap Report del 2020, nos faltan aproximadamente 100 años para poder alcanzar la equidad de género. Se llegó a esta conclusión luego de evaluar cuatro indicadores en diferentes países: la participación económica, el acceso y obtención de la educación, la salud y sobrevivencia y el empoderamiento político. Eso significa que aún tendremos generaciones de niñas y mujeres que no podrán tomar decisiones sobre sus cuerpos, que tendrán menos acceso a salud y mayor mortalidad, que tendrán que vivir la brecha salarial, la falta de acceso a educación, a puestos políticos y gerenciales, el acoso, la violencia y las manifestaciones de una sociedad patriarcal y machista.
La Fundación de Mujeres en Puerto Rico (FMnPR) se ha propuesto, desde su creación, la práctica de una filantropía feminista. La filantropía feminista reconoce una relación equitativa y de equipo con las organizaciones a quienes subvenciona. Es por eso que, en nuestro caso, se les llama copartes a las organizaciones que han recibido subvenciones de la FMnPR; un término adoptado de Suramérica, que propone una relación lineal y no jerárquica entre ambas partes.
La filantropía feminista, contrario a la filantropía tradicional, propone que quien subvenciona no tiene una dinámica de poder sobre quien recibe la subvención. El modelo de filantropía feminista está basado en la colaboración, el acompañamiento, en la
A nivel personal, pienso en cuáles serían los indicadores sociales que implicarían haber alcanzado la equidad de género. Pienso en una niña de 15 años que sueña con trabajar en mecánica y que ese sueño sea alcanzable, accesible y que no signifique para ella una vida de discrimen y rechazo dentro de la profesión. Imagino a una mujer que decide esterilizarse a los 21 años porque está decidida en no tener hijxs y que su proveedor de salud no le ponga trabas por su edad o porque no ha tenido hijxs. Imagino a una mujer generando el mismo sueldo como directora ejecutiva en una fundación que un hombre en la misma posición. Imagino que tanto las mujeres trans como las mujeres cis, sean vistas y reconocidas como mujeres y punto, desde las diversas interseccionalidades que las unen o separan. Imagino un Estado con diversidad y representatividad, donde las mujeres tengan acceso político y voz, sin ser juzgadas por su apariencia física, su estatus civil, su orientación sexual o sus creencias espirituales o religiosas.
Como directora de la Fundación de Mujeres en Puerto Rico comparto esa visión, sin embargo, lo hago desde la amplitud de las organizaciones a las que acompañamos. Si bien todos los indicadores anteriores son medulares a nivel social y político, no puedo dejar de un lado
lo imperativo de que las directoras y empleadxs de las organizaciones reciban un salario justo y consistente por su trabajo, que tengan seguridad laboral y planificación de retiro, que no sean explotadas por las fuentes de fondos y que su experiencia y su trabajo sean valorados. El crecimiento de las organizaciones va a depender de modelos de subvención que sean razonables a la hora de reconocer la administración y operacionalidad de las organizaciones, accesibles en términos de procesos y evaluaciones, con lentes de perspectiva de género que miren la disparidad de la distribución de fondos a organizaciones de y para mujeres y la comunidades LGBTTIQ+ en comparación con otras.
Ser feminista implica un deseo intrínseco de ser cada día más justa y de reconocer que la auto evaluación, aunque a veces compleja, molesta y dolorosa, es necesaria. Practicar la filantropía feminista es aspirar a todo lo antes mencionado, desde una óptica antiracista, de-colonial y con perspectiva de género.
Para reducir esos 100 años de inequidad de género, nos toca autoevaluarnos, deconstruirnos, repensarnos y accionar. Se nos hace tarde.
60 minutos de ansiedad y pánico
Puedes imaginarte lo que es… que tu corazón gire en contra de las manecillas del reloj. Estar un día bien y otro mal, una inconsistencia de la justicia. Del llanto que te retuerce el alma, el amor robot utilizado como poesía, estrategia, artimaña. Despertar lunes y vivir en miércoles
La tercera llamada, el bailarín exige comenzar. El ritmo seductor de los pensamientos leves pero intrusos toma tu cuerpo y te enlazan la preocupación el miedo y temor a la realidad, a los seres vivos, a la infancia tronchada.
Llevas pastillas, ansiolíticos, antidepresivos. ¿El peor enemigo? La mente, ¿qué intentas controlar? Siempre alerta, las memorias nunca dejan de hablar.
El baile te tuerce el cuerpo y no puedes respirar pelea con tu cuerpo; sudoración, temblores, dolores de cabeza, palpitaciones todas al mismo tiempo. La danza magistral de tu cuerpo en el ataque de pánico.
Así se lucha en silencio todos los días por estar bien. Hasta que un día decides cruzar el umbral del dolor añejado. Aceptas y de vez en cuando sales a bailar, pero no regresas lastimada. Vuelves moviendo tus pies como una experta bailarina.
SOBRE AUTORA: Kristal Rivera Gonzalez
(Humacao, Puerto Rico, 1991)
Egresada de la Universidad de Puerto Rico en Humacao, del Programa de Investigación Acción Social. Posee una maestría en Consejería Psicológica de la Universidad Ana G. Méndez, en Gurabo. Actualmente cursa el grado doctoral en Estudios Culturales y Filosofía en dicha Universidad. Contribuye en la gestoría cultural como parte de la Junta de Directorxs del Centro Cultural Dra. Antonia Sáez de Humacao. Igualmente colabora con diferentes plataformas digitales de literatura y proyectos de base comunitaria que trabajan diferentes problemáticas sociales y de salud mental.
Contacto: riverakristal642@gmail.com Blog: https://www.sicologiasinp.com/author/kristal-marie-rivera/
Directrices para proveer psicológicos después
Observe sin ser intrusivx. Luego, haga preguntas simples y respetuosas para determinar cómo puede ayudar. 1
Esté preparadx para que lxs sobrevivientes eviten o se excedan en su necesidad de establecer contacto. 2
Primeros auxilios psicológicos
Hable con calma. receptivx a las necesidades sobrevivientes. 3
proveer primeros auxilios después de un desastre
Primeros auxilios psicológicos
calma. Tenga paciencia, sea necesidades de lxs sobrevivientes.
4
5Provea información que esté directamente relacionada con las metas inmediatas de lx sobreviviente y clarifique respuestas.
Reconozca las características positivas de aquello que lxs sobrevivientes han hecho para mantenerse segurxs.