DEEP LEARNING
ARTIFICIAL INTELLIGENCE
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RESEARCH
the project is a collaboration between Íñigo esteban , Juan Crespo and Francisco Javier Rueda Research Project started at Saturdays.ai Status: Ongoing Software: Python, GANs, Houdini (VEX)
Se puede decir con bastante acierto que, desde que el hombre es capaz de abstraer los espacios en los que habita, la historia de la arquitectura va pareja con la historia de su representación. Así, desde los primeros planos abstractos en dos dimensiones, pasando por el descubrimiento de las leyes que rigen la perspectiva y el diseño, a las modernas técnicas de trabajo por ordenador, la representación arquitectónica, su diseño, es paso previo a la materialización arquitectónica. Esta afirmación demuestra las limitaciones que, por defecto, el diseño arquitectónico tiene: se basará en los conocimientos, la experiencia y los recursos de los que dispone el diseñador, ¿no se está perdiendo un gran campo de oportunidades con todo aquello que no está escrito, que no está de antemano pensado?¿Qué pasa con todos esos espacios que no han sido diseñados por los límites de la mente que los piensa? La pregunta a hacerse sería, ¿puede servir la Inteligencia Artificial de ayuda para salvar ese vacío? Claro que, antes de eso, tenemos que enseñar a la IA qué es arquitectura. El modelo que hemos desarrollado ha sido entrenado con un dataset
de modelos tridimensionales de obras “maestras” de la arquitectura, pertenecientes al arquitecto suizo Charles-Édouard Jeanneret, conocido como Le Corbusier, con la intención de comprobar si la AI es capaz de abstraer características como el estilo. Una vez tenemos el dataset, es decir, una vez la AI ha ‘recorrido’ todos esos edificios ¿será capaz de generar arquitectura? La elección lógica de una DCGAN (Deep Convolutional Generative Adversarial Network), que enfrenta un generador a un discriminador de forma no supervisada, permite que sea la AI la que decida cuales son los patrones y relaciones importantes a la hora de la generación de esos espacios. Estos nuevos espacios, que aún se sitúan al borde de lo onírico, de la alucinación, ya nos permite intuir proporciones, huecos y una concatenación de diferentes escenarios. Es decir, la AI “imagina” y propone arquitectura a medida que avanza, pero estando siempre la persona, el humano, en el centro del proceso.