Artículo Bocachica por Ana Melendez

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Lunes 24 de octubre 2016

Workshop Patrimonio emergente en Bocachica Emerging Heritage workshop in Bocachica Ana Meléndez Álvarez melenalva@msn.com Resumen: El grupo de trabajo del PEI realizó un Workshop entre el 21 y el 30 de septiembre del 2016 en Bocahica, Cartagena. El objetivo principal fue la construcción de una sombra en el Fuerte de San Fernando, (Patrimonio cultural de la comunidad) en colaboración con los habitantes de este pueblo costero situado en la Isla de Tierra Bomba. La sombra permitiría hacer de la plaza del fuerte un lugar de encuentro y de relación durante el día 30 de septiembre que tuvo lugar un evento de patrimonio emergente. Se trata del comienzo de un proyecto de largo alcance que considera a los miembros de la comunidad como actores principales. Fue una oportunidad de diálogo e integración que nos permitió escuchar sus problemas y necesidades y darles la oportunidad de ser escuchados durante el día del evento. Palabras clave: Patrimonio, Apropiación, Comunidad, Sombra

Abstract: The PEI working group held a Workshop between 26 and 30 September 2016 in Bocahica, Cartagena. The main objective was the construction of a shadow in the Fort of San Fernando, (Cultural heritage community) in collaboration with the inhabitants of this coastal town on the island of Tierra Bomba. The shadow would turn the square into a meeting and relationship place during the event of Emerging Heritage on Septembre 30. This is the beginning of a long-range project that considers community members as the main actors. It was an opportunity for dialogue and integration that allowed us to listen to their problems and to give them the oportunity to be known and listened during the day of the event. Key words: Heritage, Ownership, Community, Shadow

OBJETIVOS DEL WORKSHOP Para considerar los objetivos del proyecto hay que tener en cuenta que se trata de una intervención pensada a largo plazo, por lo tanto se pueden clasificar los alcances en dos categorías: -

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A corto plazo: Construcción de una sombra para el fuerte de San Fernando durante el viernes 30 de septiembre del 2016, que se llevaría a cabo un evento de Patrimonio al que se estimaba que iban a asistir 300 personas. Se trataba de acondicionar la plaza interior del fuerte que era donde se iba a concentrar todos los asistentes al evento desde las 3pm hasta las 5pm. A largo plazo: Trabajar con la comunidad de Bocachica acercándonos a ellos mediante dinámicas de participación colectiva donde se expusieran las necesidades y requerimientos de la comunidad con el fin de utilizar los mecanismos de los que disponemos para darlos a conocer y proporcionarles la oportunidad de ser escuchados. Conscientes de que no somos capaces que resolver sus problemas por falta de medios, recurrimos a

herramientas de difusión, dado que la base de toda la problemática de Bocachica es la falta de atendimiento por parte de los organismos gubernamentales. DESARROLLO DEL PROYECTO El proyecto dio comienzo desde Bogotá, con el diseño de unas cubiertas que dieran sombra a la plaza interior del fuerte durante los días del evento. Se hicieron ocho propuestas diferentes correspondientes a los ocho grupos de trabajo de la asignatura de Proyecto de Nuevos Territorios de la Pontificia Universidad Javeriana. El presupuesto del que disponíamos era de aproximadamente 3.000.000 de pesos colombianos. Se pueden dividir las propuestas en dos categorías: las que se apoyaban de la estructura física del fuerte y las que eran autoportantes y sin tocar los elementos patrimoniales se apoyaban en el s uelo de la plaza con diferentes cimentaciones. Ninguno de estos diseños pudo llevarse a cabo por dos complicaciones. En primer lugar no dispusimos de ningún tipo de financiación por parte de ninguna entidad (los materiales que acabamos utilizando fueron pagados por nuestro profesor Carlos Hernández) y todos los proyectos suponían unos gastos. Y, por otro lado, debido al desconocimiento de las características del


fuerte, muchas de las propuestas no se adaptaban bien a los requerimientos reales del lugar. De estas características sólo pudimos saber una vez conocimos el emplazamiento. Todas estas propuestas fueron evaluadas y corregidas por el equipo de profesores del taller, compuesto por Carlos Hernández, Javier Peinado y Jorge Villa y los cuatro profesores de componente (Ana López, César Ramírez, Andrés García y Edgar González), así como otros arquitectos asociados como Omar Avellaneda, Philippe Legler, Juan Chacón y Manuel Pascual (pertenecientes al colectivo Zuloark), Ibon Bilbao y Josep Bohigas (miembros de arquitectos de cabecera) y dos ayudantes (Pablo Donoso y Faride Molina).

sujeción de la vela, asi como de algún material textil opaco.

FIGURA 2. Taller desarrollado por los niños de la escuela taler durante el primer día del Workshop.

FIGURA 1. Propuesta de proyecto autoportante para la construcción de una sombra durante el día del evento de Patrimonio cultural de Bocachica llevada a cabo por el equipo de Martina de Simón, Paula Bozalongo, Mateo Laserna y Ana Meléndez.

El grupo de trabajo del PEI llegó por primera vez al fuerte de San Fernando de Bocachica el día 21 de septiembre del 2016, liderados por Carlos Hernández. La primera actividad fue un taller de pintura con los niños de la escuela taller. Participaron los 80 alumnos de esta asociación activamente produciendo dibujos que luego fueron expuestos en el fuerte y duraron un par de días. El lugar donde se llevó a cabo este taller fue bajo la cubierta que se encuentra en la parte alta del fuerte. La escuela taller es una asociación que pretende inculcar en los niños de la comunidad un sentimiento de pertenencia respecto al patrimonio cultural de la comunidad. Se les educa en el respeto y el cuidado del fuerte, como elemento de suma importancia patrimonial de Bocachica. Ese mismo día pudimos apreciar las características espaciales del lugar en el que teníamos que construir la cubierta y durante una reunión después del almuerzo se lanzaron ciertas propuestas. Disponíamos de unos 30 paraguas serigrafiados con el logo del PEI, y varias herramientas de construcción que habíamos traido de Bogotá (taladros, caladoras, tornillos, clavos y destornilladores, sierras…). Se barajó la posibilidad de la construcción de una vela de barco en la parte superior del fuerte que los niños fueran moviendo a medida que el sol se desplazaba y que proyectaba sombra en el interior del fuerte. Necesitábamos de dos carretas y elementos de

FIGURA 3. Exposición de los dibujos de los niños de la escuela talles en el fuerte de San Fernando de Bocachica.

En los siguientes días, el grupo del PEI se propuso dos objetivos: Por un lado se estuvieron haciendo pruebas de soleamiento y de construcción de la sombra. Se compraron dos carretas, y se probó la colocación de unas escaleras que sostuvieran las telas que proyectaban sombra a la plaza central. Mientras tanto, a través de talleres con los niños y estrategias de participación colectiva, se buscó un acercamiento con los miembros de la comunidad de Bocachica.

FIGURA 4.Pablo Donoso realizando pruebas de soleamiento para la sombra del fuerte.


Se establecieron entonces distintos roles dentro del equipo. Durante los días 22 y 23 de septiembre se dividieron naturalmente tres grupos de trabajo: uno encargado de las pruebas de construcción y soleamiento de la vela, otro encargado de pensar qué se podía hacer con los 30 paraguas de los que disponíamos y otro que llevó a cabo una dinámica de recogida de basuras con los habitantes de la comunidad.

FIGURA 7. Algunos miembros del PEI junto con Norbeys, miembro de la comunidad de Bocachica, recogiend o basuras.

FIGURA 5. Taller con los niños utilizando los paraguas de que disponíamos liderado por Khyra, miembro del PEI.

Los del último grupo de trabajo trajeron bolsas de basura y se pusieron a recoger los deshechos que se encontraban fuera del fuerte, en una zona pensada como parte del recorrido que se llevaría a cabo durante el evento. Inesperadamente, se sumaron a esta iniciativa muchos de los miembros de la comunidad por voluntad propia, incluyendo un grupo de niños que participó muy activamente. El resultado fue tremendamente satisfactorio ya que permitió un dialogo con estas personas y un primer acercamiento a sus vidas, intereses y querencias.

FIGURA 8. Participación de muchos de los miembros de la comunidad en la recogida de basuras.

FIGURA 9. Participación de los niños de la comunidad en la recogida de basuras.

FIGURA 6. Migladis Herrera, miembro de la comunidad de Bocachica ayudando en la recogida de basuras

El dia 24 de septiembre se sumó al workshop Ibon Bilbao, miembro del colectivo de Barcelona “Arquitectos de Cabecera”, especializado en la implementación de nuevas formas de proyectar la vivienda desde el conocimiento de los requerimientos de la gente que la habita. Ese mismo dia se hizo una reunión de trabajo de la que se sacaron distintas conclusiones: -

Se estableció para el día del evento un recorrido que pasara por determinados lugares de fuera del fuerte que contara con unas determinadas paradas. Había que pensar en el timing del recorrido teniendo en cuenta que


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disponíamos tan solo de tres horas hasta que los visitantes tuvieran que coger la última embarcación que les devolviera a la isla de Cartagena. Era necesario utilizar este evento al que iba a asistir una serie de personas de gran fuerza política para dar a conocer los problemas que sufre la comunidad desde hace años. Se trataba de convertir el evento en una estrategia de difusión mediática. Para agilizar el desarrollo del proyecto, se establecieron dos grupos de trabajo: El grupo IN se encargaría de todo lo que sucediera dentro del fuerte mientras que el grupo OUT trabajaría con las paradas del recorrido que estuvieran fuera del fuerte.

FIGURA 10. Estefanía Blanquicé mostrándonos el interior de su vivienda.

Los dos días que sucedieron (25 y 26 de septiembre), no pudimos acceder a Bocachica por un problema de estado. Durante ese tiempo, se firmó en Cartagena el acuerdo de Paz entre el gobierno y las FARC. La ciudad de Cartagena quedó sitiada y cesó el tráfico de embarcaciones a las distintas islas. Se aprovecharon estos días para reflexionar distintas estrategias de trabajo. El martes 27 de septiembre, llegaron los arquitectos Josep Bohigas (otro miembro de “Arquitectos de Cabecera”) y Manuel Pascual y Juan Chacón (del colectivo madrileño “Zuloark”). Se continuaron con los objetivos que se habían establecido durante la última reunión y se sumaron otras dos iniciativas, consensuadas con los nuevos miembros del equipo: -

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Conocer los modos de habitar de los distintos miembros de la comunidad con los que cada uno hubiese interactuado y hacerles una pequeña entrevista preguntando cuales eras los puntos positivos y negativos de su vivienda, de su barrio y de su comunidad. Pedirles a estos mismos habitantes que nos prestaran algún mueble con defectos para repararlo o tratarlo y usarlo el día del evento y luego devolverlo. Había que intentar que ellos quisieran participar de la manipulación de sus propios muebles.

Así pues, durante los dos días posteriores (28 y 29 de septiembre) se llevó a cabo un proceso muy intenso de acercamiento a la comunidad que nos permitió conocer su cultura, sus modos de vivir, sus problemas y sus necesidades.

FIGURA 11. Una de las habitaciones de la vivienda de la familia Montero Caicedo.

Paralelamente, se desarrolló un taller de carpintería fuertemente apoyado por Juan Chacón y Manuel Pascual, que cuentan con una larga trayectoria de especialización en la manipulación de mobiliario.

FIGURA 12. Linda Gallego, miembro del PEI, tejiendo el respaldo de una de las sillas que habíamos pedido a un miembro de la comunidad.

La introducción de estos elementos de mobiliario doméstico pertenecientes a los distintos miembros de la comunidad se estableció como una estrategia de apropiación del espacio del fuerte, dado que habíamos detectado que varios miembros de la comunidad se referían a él como un elemento extraño que no les pertenecía. Los muebles que se trataron fueron sillas,


mecedoras, una cama, y una bobina, que se convirtieron en bancos, mesas y espacios de reunión.

Quienes conocen esta obra arquitectónica con valor artístico, histórico y social, se preguntan por qué esta pequeña población puede padecer pobreza contando con monumentos históricos que hacen competencia a los que se encuentran dentro del corralito de piedra. Pues bien, de mi experiencia en el lugar pude concluir que a pesar de que ese fuerte lleva allí desde tiempos inmemorables, la comunidad de Bocachica no tiene un sentido de pertenencia respecto a él. Les es ajeno y extraño, no se sienten identificados con el lugar. A excepción de la escuela taller que hace un gran trabajo de reconocimiento del patrimonio con algunos niños de la comunidad, el resto de la población no lo usa, no lo siente y no lo vive.

FIGURA 13. Algunas de las sillas que fueron lijadas, pintadas y posteriormente convertidas en banco en la galería en la que las trabajábamos.

En cuanto a la sombra, aparecieron ciertas complicaciones a la hora de construir y manipular la vela rotatoria que había sido proyectada y se decidió implementar otro proyecto utilizando los 30 paraguas de los que disponíamos sumados a otros 30 paraguas que fueron encargados, mandados a Cartagena y financiados por Carlos Hernández. Utilizando unos tensores de hilo metálico se colgaron los paraguas encima de la plaza de manera que se lograra una obra de gran calidad performativa. Los paraguas flotantes dieron unos resultados muy potentes visualmente que cubrían una plaza proyectada como un espacio público de gran calidad.

Ni siquiera pueden sentirse dueños de sus aguas. El canal de Bocachica es una máquina de generación de recursos y los habitantes de la comunidad se quejan de que nada les llega de todo eso. Las enormes embarcaciones parecen pisar y aplastar a su paso el mar que parece no pertenecerles.

FIGURA 15. Una de las embarcaciones pasando por el canal de Bocachica.

Todo esto por no hablar de la enorme problemática de carencia de servicios públicos, en especial la falta de agua potable. A finales del siglo veinte, Bocachica vive una cruel realidad: no tienen servicios públicos y se ven obligados a pagar a precio de oro el agua justa para beber y ducharse. FIGURA 14. Martina de Simón, Camila Ruano, Jorge de los Ríos y Ana Meléndez usando el mobiliario que había sido construido por ellos y otro grupo del PEI, bajo la cubierta de sombrillas.

PROBLEMÁTICAS DETECTADAS Bocachica es un lugar estratégico, le debe su nombre al “canal de Bocachica”, que junto con Bocagrande, son los dos únicos canales de acceso a la bahía de Cartagena. Los fuertes de Bocachica fueron construidos por los españoles para proteger esta entrada. Por este canal ingresan los cruceros que llegan a Cartagena de Indias, en la actualidad. El fuerte de San Fernando de Bocachica nada tiene que envidiar al famoso fuerte de San Felipe en la ciudad de Cartagena.

En cuanto a las necesidades del sector educativo, uno de los profesores de la escuela que visitamos recordó que no se cuenta con locales adecuados para la enseñanza: El año pasado los estudiantes de Bocachica fueron los segundos más atrasados del país y los más atrasados del Distrito. Marta Castro hablaba de este y otros problemas con la autoridad y fuerza correspondientes a una madre soltera que ha tenido que luchar mucho para sacar adelante a sus hijos: “Nosotros estamos en el mapa, no queremos subsidios, queremos mochilas llenas de libros”.


FIGURA 16. Algunos los alumnos de la escuela de la comunidad en un aula de trabajo.

Si bien se respira desesperanza y falta de confianza frente a muchas promesas de proyectos incumplidos, determinados sucesos que se dieron lugar en el proyecto nos sacaron a todos una sonrisa.

RESULTADOS Finalmente el grupo del PEI, con la ayuda de todo el que quiso unirse a la causa, logró hacer del fuerte un espacio de socialización y divulgación el día del evento. La comunidad tuvo la oportunidad de hacerse escuchar por la gente que venía de fuera e incluso por algunas autoridades gubernamentales, como Alberto Escobar, director de patrimonio del ministerio de cultura. Si bien el fuerte de San Fernando puede resultar para la comunidad de Bocachica un lugar que no les pertenece a ellos sino a los turistas, el día del evento conseguimos ver como la gente se apropió de él cuando introducimos los propios muebles de los habitantes de la comunidad. Fue una acción de llevar su espacio doméstico a este elemento patrimonial, una acción de domesticación.

FIGURA 18. Una niña sentada en la propia mecedora que su familia había cedido para el evento.

FIGURA 19. Bailes típicos de la comunidad que se dieron el día del evento.

REFLEXIÓN PERSONAL Y CONCLUSIONES

FIGURA 17. Trípodes construidos en madera para la divulgación de cuestiones referentes a la comunidad.

Todos nosotros teníamos ciertas referencias del fuerte dado que habíamos estado trabajando en él desde Bogotá proponiendo cubiertas para la celebración de un evento el día 30 de septiembre. Conocíamos su morfología porque lo habíamos visto en planos, incluso podíamos imaginarnos sus texturas envejecidas porque habíamos visto fotos. Sin embargo nada sabíamos de la comunidad de Bocachica. En ningún documento aparece Migladis vendiendo sus cocadas y cargando a sus espaldas un pasado de pobreza extrema, ni “el pimienta” subiéndose hasta el punto más alto de las


más altas palmeras para coger cocos y más tarde venderlos. En ningún archivo aparecen las preocupaciones de la gente de allí por el desentendimiento de los organismos públicos respecto al abastecimiento de servicios públicos. Ningún plano recoge la necesidad de Yira Blanquicé de ampliar su casa, que ahora tiene 50 metros cuadrados para dar cabida a los 15 integrantes de tu familia. No hay nada escrito sobre las inquietudes de Marta Castro por dar una buena educación a sus hijos, y nadie habla de la falta de oportunidades de trabajo que toda esa gente sufre y que les lleva a desplazarse a Cartagena a diario, con el correspondiente gasto que supone la lancha.

explicaba Marta Castro, “Somos una comunidad de gente fuerte y luchadora, la única población de más 10.000 personas que cuenta tan solo con seis policías, solo nos queda ser conscientes de lo grandes de somos y de que aún podemos ser mejores, si las autoridades nos desatienden pensemos en cómo poder crecer sin depender de ellas”. Aprovecho este trabajo para agradecer la oportunidad que nos ha sido brindada por el equipo del PEI para entender que la arquitectura necesita de nuevos enfoques. De esta experiencia he aprendido la necesidad de pensar el urbanismo y la arquitectura desde la gente que lo va a vivir, la importancia de que ellos mismos se involucren en los proyectos para que los sientan suyos, los aprendan a querer y a cuidar. Me llevo la alegría y esperanza de pensar que desde la arquitectura si se puede mejorar la vida de las personas.

REFERENCIAS

FIGURA 20. Mujer cantando durante los bailes que se dieron en el evento.

Me alegra pensar que este proyecto fue el inicio de unas intervenciones pensadas a largo plazo. Como

PROYECTO SNOOT (2013) ARCHITECTURE FOR HUMANITY.(2006) “Design Like You Give a Damn: Architectural responses to humanitarian crisis”. Thames & Hudson.


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