LA AUTOESTIMA Y YO Muchas veces en nuestras vidas padecemos vicisitudes, algunas veces creadas por nosotros mismos, otras por el medio en el cual nos desenvolvemos y otras por aquellas personas con las que interactuamos, siempre el ser humano se encuentra con piedras en el camino y de como las sortea será su aprendizaje. Nadie nos dijo que este era el “paraíso”, por lo tanto debemos de andar el camino y para aquellos que creen un poco más, con un Angel de la Guarda al lado. A menudo solemos hacer travesuras y nos castigan por ello, también pretendemos subir la escalera del intelecto pero, al menor tropiezo de un escalón o varios vemos como inalcanzable la meta y nos deprimimos, nuestra mente se revoluciona y depende de la edad en la que te encuentre dejas, abandonas ese camino por inalcanzable, porque tienes que trabajar para mantenerte, en fin por diferentes motivos cambias tu profesión de deseo por la de resignación, aquello que quizás querías ser ya fue y el ahora es lo que te mantiene, o como decimos en la actualidad: “… es lo que hay …”. Nos resignamos y continuamos en la vida con un grado de frustración. En los tiempos de la “Globalización” o las crisis económicas mundiales muchas veces debemos soportar altibajos en nuestra economía, desplazamientos o lo que es peor aún la perdida del empleo, algo a lo que no estamos acostumbrados pues nuestra cultura nos ha enseñado que: a través de nuestro empleo nos terminamos de desarrollar como persona, nos desenvolvemos, intercambiamos y generamos mayor crecimiento (según la escuela instintivista de Chicago). La perdida del empleo para muchas gentes se transforma en algo calamitoso, pues tiene que ver con la edad cronológica, la actualización de conocimientos, etc.etc. y es aquí donde para esa persona el mundo gira como un tiovivo (calesita) al que no puede subir y su alrededor también lo sufre, comienza a irritarse la relación con sus íntimos y poco a poco va internalizando el: “me quedo afuera del sistema”, “que hago”, “no consigo nada”, “con que afronto esto”. Lamentablemente hoy tenemos que tomar este segmento para entender y tratar a las personas, ya que el mismo se convierte en el eje de las relaciones humanas. No tomamos a lo económico como algo fundamental en la vida, sino, como un medio para alcanzar ciertas cosas. Claro depende de la característica de cada persona para saber como le pega la cosa a cada uno. En temas de sentimientos el hombre (como especie) sufre también muchos vaivenes, y ello también coadyuva a formar nuestros caracteres, pero claro tampoco la pavada de pretender que esto tiene o debe ser así, sino seriamos masoquistas, sucede que la vida para el hombre es un todo y las alteraciones que sufre se producen por fuerzas centrifugas o centrípetas. Que queremos decir con esto, como dijimos anteriormente el tema económico es importante y un hecho como la perdida del empleo puede llevar a una separación (de hecho las estadísticas indican que en la década del 90 – con el advenimiento de la Globalización – se produjo el numero mayor de divorcios), entre otros ejemplos. Pero también la perdida del otro, la media naranja, el o la peor es nada, la pareja, es un hecho traumatizante y como el hombre no