Nuestra SAFA

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Antonio Martínez Mayenco Pedro Mora Figueroa José Moreno Barrera Francisco Moya Ruiz Miguel Muñoz Molina Isidro Nieto Nieto Alfredo Ojanguren Soulié Joaquín Oliva Rodríguez Pedro Olivares Córdoba José Ortega Sánchez Santiago Otero Domínguez Juan Luis Parra Cabrera Valentín Perales Lentisco José Luis Pérez Santos José Puche Serrano Pedro Puentes Alcántara Ramón Quesada García Manuel Reina Rodríguez José Ruiz Gutiérrez Antonio Sáez Lanza Manuel Sáez Puerma Manuel Sánchez Cervera Antonio Sarriá Carriquí Domingo del Sol Fernández Francisco Suárez García Miguel Toral Almagro Juan de la Torre Vargas Vicente Torres Corzo Francisco Vela Gómez

I Promoción Oficial de Profesionales SAFA de Úbeda Cincuentenarios de Oficialía y Maestría

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Este libro narra la historia de un grupo de jóvenes pertenecientes a la Primera Promoción Oficial de estudiantes de Formación Profesional (Oficialía 1957-60 y Maestría 1960-62), que, cincuenta años después han conseguido reunirse de nuevo, aunque con algunas ausencias, y contar sus peripecias, desde su internado, en la SAFA de Úbeda hasta nuestros días, después de muchos años dispersos por esos mundos de Dios.

Diego Álamo Vizcaíno José M Aznar González Pedro Brazales Cuevas Miguel Cachinero Martín Francisco Carpio Gómez José Chaves López José A. Cruz Rescalvo Marcelino Florido Carrasco Juan Gámez Molina Enrique Gámez Ortega José García Bautista-I José García Bautista-II Narciso Garrido Gámez Antonio Garrido Romero Rafael Gómez Perea Cristóbal Gómez Salazar Salvador González Gómez José M. Hurtado Martínez Ángel Ibáñez Castillo Antonio Jiménez Fernández Juan J. Jurado Rodríguez Julián Lapaz García Ángel Lledó Sánchez José López Barrera Juan López Ordóñez Juan López Ruiz Antonio Lozano López Juan Lucena Baena Andrés Martínez López


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Nuestra SAFA Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia

I Promoción Oficial de Formación Profesional Oficialía 1957 - 1960 Maestría 1960-1962

SAFA - Úbeda


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Rafael Villoslada Peula S. J. Jesuita creador y artífice del Proyecto SAFA “Triste y bochornoso es decirlo. Andalucía hay que considerarla Tierra de Misión. Hay que conquistarla espiritualmente. Hay que irse abriendo paso y colocar estaciones estratégicas desde donde se haga labor de evangelización a fondo.” Rafael Villoslada Peula S.J.


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Rafael Villoslada Peula S. J.

“Con el último reloj del año viejo se nos murió el Padre Villoslada. Las doce campanadas roncas se hicieron memoria heredada en este jesuita frágil y vigoroso a quien media Andalucía de la pobreza debe su promoción cultural y social… Se agotó la vida de uno de los grandes forjadores de la Andalucía nueva, allá en los largos años del analfabetismo, el mendrugo de pan y las alpargatas…Promociones enteras de muchachos pobres, desarraigados y famélicos fueron pasando por el horno de este jesuita andaluz, quien, misionero adentro, masticó su vida con la fundación del bien institucional más inmenso de todos: la enseñanza… El Padre Villoslada se adelantó a objetivos tan en boga como la promoción estudiantil, la educación compensatoria, la formación profesional y la redención del campo andaluz… ¿Qué hubiese sido de muchos de nosotros sin esta Obra del Padre Villoslada? ¿Qué hubiese sido de Jaén sin su impresionante visión de futuro? ¿Qué hubiese sido de Andalucía sin su siembra increíble?” Rafael Hinojosa Serrano. Antiguo alumno y profesor en la Escuela de Magisterio de Úbeda. Periódico JAÉN


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Padre Manuel Bermudo de la Rosa S. J.

“El Jesuita Rafael Villoslada Peula fue un destacado apóstol de Andalucía durante gran parte del Siglo XX, tanto en el campo del apostolado social obrero, como en el de la enseñanza y la formación profesional”. Manuel Bermudo de la Rosa S.J.


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Encuentros celebrados en Úbeda I Encuentro Úbeda mayo 1990

II Encuentro Úbeda abril 2008

III Encuentro Úbeda marzo 2009


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Nuestra Inmaculada Concepci贸n


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CONTENIDO Prólogo Introducción - Carta de los alumnos a la SAFA

Cap. 1.- Fundación de la SAFA - 1.1.- El Padre Villoslada, Fundador del Proyecto SAFA - 1.2.- Los primeros Centros - 1.3.- Los benefactores - 1.4.- La crisis interna 1954

I II III 1 3 5 7 10

. - 2.1.- La economía del colegio en nuestra época

13

Cap. 3.- La Formación Profesional en Úbeda

27

Cap. 2.- El Centro de Úbeda

- 3.1.- Las primeras fases de la F.P 1ª Etapa 1940/1948 2ª Etapa 1948/1953 3ª Etapa 1953/1957 4ª Etapa 1957/1962

21

30 30 30 32 35

Cap. 4.- Nuestros cursos

37

.

42 42 45 50 54 59 63 68 73

- 4.1.- Curso 1953/54: Preparatorio (4 alumnos) - 4.2.- Curso 1954/55: Prepar. y 1º Magist. (10 alum.) - 4.3.- Curso 1955/56: Magist. Esc. e Indu. (26 alum.) - 4.4.- Curso 1956/57: Mag. Indust. Y Profes. (43 alum.) - 4.5.- Curso 1957/58: 1º Oficialía (52 alum.) - 4.6.- Curso 1958/59: 2º Oficialía (45 alum.) - 4.7.- Curso 1959/60: 3º Oficialía y Reválida (37 alum.) - 4.8.- Curso 1960/61: 1º Maestría (16 alum.) - 4.9.- Curso 1961/62: 2º Maestría y Reválida (16 alum.)


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Cap. 5.- La formación recibida - 5.1.- La formación Religiosa - 5.2.- La formación Académica - 5.3.- La formación Humanística - 5-4.- Principios Educativos

77 80 80 83 85

Cap. 6.- La vida en el internado

91

Cap. 7.- Galería de educadores

149

- 7.1.- Jesuitas - 7.2.- Profesores

150 175

Cap. 8.- Nuestras vidas fuera de la SAFA

217

Cap. 9.- I encuentro (Mayo 1990) en Úbeda

451

Cap. 10.- II encuentro (Marzo 2008) en Úbeda

467

Cap. 11.- III encuentro (Abril 2009) en Úbeda

489

- Crónicas III Encuentro

519

Epílogo

523

Apéndice

529


Prólogo

Nuestra SAFA

Prólogo Abrir este libro de recuerdos entrañables de una juventud extraordinaria con la que pude compartir mis pocos conocimientos y experiencias, es un gran honor. Pero mucho más lo es, transcurridos ya 50 años de su promoción y salida al mundo laboral y social, viendo sus vidas llenas de valores sembrados en la SAFA. La amistad entre ellos y el afecto demostrado a su colegio después de tanto tiempo, nos llena de alegría a todos los que tuvimos la suerte de participar en su educación y prestarles cuidados de hermanos pequeños. La dimensión religiosa contribuyó a su formación integral como “hombres de bien”- así se decía entonces- y a capacitarlos para su adaptación al mundo cambiante que ya se percibía a comienzos de los sesenta Para mí, ya mayores, ha sido y es, un autentico placer reunirme con vosotros en la sala de Profesores junto a nuestras esposas y compartir los encuentros, la amistad, nuestra mesa, reflexiones y vivencias, que tan bien y oportunamente expresa este libro, y que con tanto esfuerzo y entusiasmo se ha redactado. Este es todo un encuentro con las raíces, ideales y problemas de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, especialmente del centro de Úbeda en su periodo de internado. La SAFA, según sus Estatutos: “Es una Fundación con independencia jurídica y patrimonial”, pero dando a la Compañía de Jesús la total dirección de la Obra en el aspecto formativo, como así lo quisieron sus fundadores P. Villoslada S.J. y P. Aldama S.J. Pero en la realidad, son los Rectores de cada momento histórico, siempre elegidos por el P. Provincial de la Compañía, los que han llevado la SAFA, con mayor o menor acierto, en los asuntos económicos, formativos y grado de participación de todos los componentes de la familia. El grupo de alumnos que cincuenta años después se ha embarcado en hacer un libro colectivo de memorias donde nos dan noticia de sus vidas y con ilusión manifiestan su pertenencia a la familia SAFA, se consolidó en el curso 57/58 en el centro de Úbeda al iniciar el I Plan de FP a nivel nacional con el curso 1º de Oficialía Industrial. Como profesor, me premian con esta crónica de sus vidas al verificar que la siembra de aquella ilusionante obra de la SAFA ha dado el ciento por uno. La SAFA, ha vivido siempre sus fines fundacionales con todo su personal y con la ayuda de Dios, pues de otra manera no es posible:

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Prólogo

Nuestra SAFA

Promoción de las clases populares con una formación, según sus Principios Educativos, en profundidad, con responsabilidad y libertad, asimilando los valores de verdad -justicia, amor y paz; así como un espíritu cristiano que abarque a todo el hombre también en lo físico, deportivo, en lo psico-sexual, afectivo, artístico, de expresión, de ocio, de creatividad y de relaciones interpersonales, además del estudio y formación profesional, sin olvidar la dimensión social con actitud de servicio a los demás, de fraternidad y de democratización. La SAFA proclama también la participación de los antiguos alumnos y su presencia en los Órganos Colectivos de Gobierno de la Institución y en los Centros, para que aporten a la comunidad escolar la experiencia de la realidad humana, donde se desarrollará el futuro de los alumnos, y sirva para una mejor evaluación de la labor realizada. ¡¡Pues claro que es un ideal, pero hay que caminar, no ir a la deriva!! Viva la Familia SAFA. Viva mis Antiguos Alumnos. Mi trabajo de antaño no merece tan gran premio y sigo aprendiendo de vosotros.

SAFA Úbeda.- D. Bernardo López Aparicio Profesor e inspector de la División de Profesionales Sus alumnos: Gran Soldado, siempre en vanguardia, luchando por los derechos de las clases trabajadoras y menos favorecidas. Todo un referente a imitar.

-I-


Introducción

Nuestra SAFA

Introducción Resulta curioso comprobar, cómo de fraccionada y selectiva se hace nuestra memoria cuando revisamos las experiencias vividas hace tan solo medio siglo. Los veinticinco profesionales que tuvimos la suerte de encontrarnos, en abril de 2.008, en Úbeda, podemos dar fe de esa caprichosa fragilidad de la memoria. Cada uno de nosotros recordaba una ínfima parte de lo que vivimos en nuestra época de estudiantes. Y, como quiera que nuestra vida pasada es tan solo aquello que somos capaces de recordar, pretendemos con este libro, hecho por todos, ordenar y agrandar nuestro campo de recuerdos y, por consiguiente, recuperar una gran parte de nuestro pasado que abarca la adolescencia y primera juventud en un internado. Vivir en semejante régimen suscita en nuestra sociedad connotaciones negativas; pero lo nuestro fue otra cosa: a juzgar por nuestra vivencia reciente en Úbeda, el internado supuso una experiencia altamente positiva. Y es que el ambiente era familiar, nos sentíamos queridos y nos desenvolvíamos casi mejor que en casa.

- II -


Introducción

Nuestra SAFA

La tarea de reconstruir unos años felices e ilusionante de convivencia y formación, a pesar de que nos enfrentábamos a un futuro incierto y difícil, solo abordable desde la fuerza más o menos consciente que da la juventud, requiere la necesaria aportación de todos sus protagonistas, porque solo de ese modo podremos completar el poliedro de aquella realidad variada y rica en matices. Con la reconstrucción del periodo 1953-1962, vivido por algunos de los protagonistas de este libro, pretendemos activar ese área del extenso mapa de memoria de la SAFA que corresponde a los Profesionales, “los comanches” en la jerga interna de la época, y estimular a las promociones anteriores y posteriores, incluso a otros centros, a que afloren sus recuerdos. Así, entre todos, elevaremos al plano que se merece aquella Formación Profesional que los jesuitas iniciaron en la Andalucía de la posguerra, de la que fuimos resultado y embajadores para el resto de España y parte de Europa. El grupo de Profesionales que entramos en este trabajo somos los 53 que concurrimos en Úbeda, en 1º de Oficialía -curso 1.957-58con motivo de la implantación del I Plan de FP, en el que se establecían los ciclos de Aprendizaje, Oficialía y Maestría. En aquel curso se produjeron una serie de adaptaciones para poner en común a alumnos procedentes de Magisterio Escolar (Escolares), Magisterio Industrial (Industriales) y FP (Profesionales). Más tarde, en 3º de Oficialía, se suma Santiago Otero Domínguez como alumno no oficial; en el curso 1960-61, se incorporan al grupo otros cuatro alumnos, procedentes de otros centros, para hacer Maestría Mecánica. Total, 58 “comanches” y nuestras caras Esta fotografía donde aparecen nuestros compañeros lucen pinturas de guerra contra nuestras José Chaves y Moreno Barrera, es la viva imagen representativa propias memorias. de toda una gran historia protagonizada por unos alumnos que,

aunque inmersos en la pobreza y la precariedad, supieron aprovechar la providencial oportunidad que les ofreció aquella escuela SAFA, que los recibió con escasos medios, pero, eso sí, con los brazos abiertos.

- II -


Introducción

Nuestra SAFA

Si a la reconstrucción de la actividad formativa – asignaturas, libros, profesores, inspectores – y a la vida de internado, sumamos un resumen de nuestra trayectoria profesional y familiar, habremos completado el ciclo. Nuestras vidas son, en gran parte, el resultado de un magnífico laborioso trabajo llevado a cabo por aquellos magníficos hombres, jesuitas y profesores liderados por el precursor del Proyecto SAFA Rafael Villoslada Peula, y gracias, cómo no, a la inestimable contribución de todas aquellas espléndidas personas que, sin exigir nada a cambio, dieron todo o casi todos los bienes que poseían, incluyendo sus particulares y voluntarios servicios personales en los propios Centros. Entre éstas hubo personas, como la señora Benavides, que cuidó personalmente al hijo del que ordenara el asesinato de su esposo. Así lo refleja el Padre Villoslada: “…La actuación de esta familia, que cede su casa de Villanueva para pagar con bien el mal del asesinato de su esposo, y la entrega personal de Dª Ana Benavides a la Institución, facilitando la casa donde se abrió en Úbeda el internado y lavando ella con sus propias manos al hijo del que ordenó la muerte de su esposo, dejándola viuda a los 28 años con tres hijos (el menor de unos meses), fue lo que consolidó la institución. Cedieron edificios, cedieron bienes para el sostenimiento y sobre todo pusieron su cariño y corazón en la Obra y ésta, con el valor de tan nobles corazones, creció pujante y lozana hasta su completo desarrollo”.

- II -


Introducción

Nuestra SAFA

Los 58 Alumnos de la Promoción

Diego Álamo Vizcaíno José M Aznar González Pedro Brazales Cuevas Miguel Cachinero Martín Francisco Carpio Gómez José Chaves López José A. Cruz Rescalvo Marcelino Florido Carrasco Juan Gámez Molina Enrique Gámez Ortega José García Bautista-I José García Bautista-II Narciso Garrido Gámez Antonio Garrido Romero Rafael Gómez Perea Cristóbal Gómez Salazar Salvador González Gómez José M. Hurtado Martínez Ángel Ibáñez Castillo Antonio Jiménez Fernández Juan J. Jurado Rodríguez Julián Lapaz García Ángel Lledó Sánchez José López Barrera Juan López Ordóñez Juan López Ruiz Antonio Lozano López Juan Lucena Baena Andrés Martínez López

Antonio Martínez Mayenco Pedro Mora Figueroa José Moreno Barrera Francisco Moya Ruiz Miguel Muñoz Molina Isidro Nieto Nieto Alfredo Ojanguren Soulié Joaquín Oliva Rodríguez Pedro Olivares Córdoba José Ortega Sánchez Santiago Otero Domínguez Juan Luis Parra Cabrera Valentín Perales Lentisco José Luis Pérez Santos José Puche Serrano Pedro Puentes Alcántara Ramón Quesada García Manuel Reina Rodríguez José Ruiz Gutiérrez Antonio Sáez Lanzas Manuel Sáez Puerma Manuel Sánchez Cervera Antonio Sarriá Carriquí Domingo del Sol Fernández Francisco Suárez García Miguel Toral Almagro Juan de la Torre Vargas Vicente Torres Corzo Francisco Vela Gómez

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Introducción

Nuestra SAFA

Úbeda III Encuentro.- Patio Central Renacentista en la entrada principal del colegio

Querida SAFA: Tenemos casi la misma edad. Tú naciste en Alcalá la Real, nosotros, un grupo de Profesionales, nacíamos contigo en otros pueblos andaluces. Próximos a los setenta años, nos hallamos claramente transitando por la ladera de la decadencia física y llaneando por los prados emocional y espiritual. A ti te vemos lozana, pletórica, en autoregeneración permanente. Has demostrado tu enorme capacidad de adaptación a situaciones nuevas y así te va de bien. Como continúes de ese modo, nos vas a sobrevivir, de lo cual nos alegramos porque tus primeros mimbres ya te orientaron a ser una destilería permanente de personas formadas en creencias, cultura y habilidades profesionales. Las factorías, como tú, son y deben ser bienes protegidos. Nos imaginamos que estás tocada por el dedo de Dios. No naciste por abiogénesis precisamente. Lo tuyo fue una fecundación en toda regla entre el estado de necesidad de unos chiquillos y el ideal humanista y cristiano del fundador, el gran Padre Villoslada, y unas familias benefactoras. Fuiste, en fin, una hija buscada y querida. De ahí tu buena salud emocional. - III -


Introducción

Nuestra SAFA

Fuiste una niña precoz. Con 5 ó 6 años, tras implantarte en Alcalá, Villanueva, Úbeda, Andújar, Baena, El Puerto y Almería, estableciste tu casa central en Úbeda desde donde coordinarías el funcionamiento de éstos e impulsarías la creación de nuevos centros. Y es que percibiste que Andalucía estaba sedienta de nuevos cultivos. Pero tu incansable ejercicio de fecundidad te hizo pasar dificultades durante tu tránsito a la adolescencia. Ibas justa de salud, deficiente en nutrición y sobrada en entusiasmo. Los desarreglos económicos y funcionales te hicieron pasar una crisis seria a tus tiernos catorce años, pero saliste fortalecida de tu primera confrontación porque tu mapa genético te trazaba imparable. Nos conocimos cuando teníamos unos pocos años y nos adoptaste para tu casa de Úbeda cuando rondábamos los trece, eso sí, tras pasar por el aro de tu selectividad. Aunque estuvimos semanas en plena zozobra, hoy te agradecemos tu apuesta clara por exigir y después reconocer y premiar el mérito y el esfuerzo, precedente que nos ha facilitado el acceso a otros retos a lo largo de la vida. ¡Y qué te podemos decir de los casi mejores años de nuestra vida transcurridos en Úbeda entre adolescencia y primera juventud! Nos reuniste allí a un grupo de chavales fantástico. Nos hermanamos en la convivencia y después de cincuenta años, se mantiene incólume la llama de la fraternidad. Todos te recordamos con inmenso cariño. Supiste armonizar los roles paternos y maternos con una habilidad fuera de lo común e hiciste que nos sintiésemos como en casa y en la gran mayoría de los casos, aún mejor. Nosotros, unos pocos Profesionales entre decenas de miles, cumplido nuestro ciclo profesional, queremos rendirte cuentas e informarte de lo que hemos hecho con nuestras vidas desde que abandonamos tu nido. Lo que sembraste ha dado sus frutos y nos enorgullece ofrecerte los resultados e infundirte ánimos para que en las circunstancias actuales, tan distintas a las nuestras, continúes sembrando valores en la juventud que te frecuenta. - III -


Cap. 1.- Fundaci贸n de la SAFA

Nuestra SAFA

Cap铆tulo I Fundaci贸n de la SAFA

1940.- Primer Centro SAFA en Alcal谩 la Real

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Cap. 1.- Fundación de la SAFA

Nuestra SAFA

Los safistas P. Mora, José Chaves y López Ruiz merodean por Cádiz buscando al amigo Aznar El proyecto “Nuestra SAFA” y el Cincuentenario les trae de cabeza

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Cap. 1.- Fundación de la SAFA

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Fundación de la SAFA Nuestro gran pintor, Francisco de Goya, al plasmar el horror de la contienda en su serie de grabados “Los Desastres”, y en sus óleos “Dos de Mayo” y “Los Fusilamientos”, acertó volcando toda su sensibilidad sobre la Guerra de la Independencia. Ríos de tinta han sido necesarios para escribir sobre estas obras. El valor de los trabajos de Goya es inconmensurable y la verdad es que sus óleos y sus grabados entraron en los circuitos comerciales del arte donde una legión de estudiantes, profesores, marchantes y público en general, se encuentran interesados en contemplar y especular en el sentido artístico y en el económico con tales obras. Lamentablemente, triste realidad, si nos asomamos a una Busto del Padre Villoslada en el patio principal de la SAFA de Úbeda obra humanitaria del calibre de la creación de la SAFA, donde lo que se busca es dar cobijo y formación para la vida a miles de huérfanos de guerra, esta legión de estudiosos brilla por su ausencia. Solo los fundadores, benefactores, educadores, los niños y sus familias parecen apreciar el valor intrínseco de la obra humanitaria. Hasta ahí llega el grado de estupidez con que los humanos acometemos la valoración de algunos hechos. La fundación de la SAFA en la inmediata posguerra supuso para Andalucía una siembra de esperanzas cuyo fruto se fue desparramando por el campo de la enseñanza y el incipiente tejido empresarial andaluz. Los artífices de aquella meritoria obra, con la Compañía de Jesús y el Padre Villoslada a la cabeza, también merecen el reconocimiento y la mayor de las valoraciones de una sociedad tan distraída, la mayoría de las veces, con los estereotipos que jalonan los enrevesados, en ocasiones, caminos de la Historia. Nuestro grupo de Profesionales, como beneficiarios directos de aquella obra mayúscula, queremos rendir nuestro sencillo pero sentido homenaje, recordando los acontecimientos que nos fueron más próximos. Tuvimos la oportunidad de asistir a la finalización de las obras en Úbeda y a la inauguración de la iglesia, y asimismo fuimos testigos directos de las dificultades que nuestros Padres Jesuitas tuvieron que afrontar para sacar adelante aquel maravilloso y humano proyecto.

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Cap. 1.- Fundación de la SAFA

Nuestra SAFA

1.1.- Padre Rafael Villoslada Peula S. J. Mientras los desastres de la Guerra Civil y los “daños colaterales”, como se dice ahora, hundían en la miseria y la desgracia a muchos millares de niños en Andalucía, un cura jesuita granadino de quebradiza salud, elaboraba un plan de urgencia, probablemente en la soledad de su cuarto, para socorrer a huérfanos de guerra y dotarlos de una formación sólida, en lo humano y en lo profesional, que les permitiera acometer con algunas garantías la dura posguerra que se vislumbraba al final del 38, cuando la contienda mostraba sus primeros signos de agotamiento. La idea pasaría probablemente por la cabeza de muchas personas sensibles a las desgracias ajenas, especialmente cuando de niños se trata, y que siempre están dispuestas a entregar parte de su vida al servicio de los necesitados, e incluso políticos que verían una estupenda oportunidad administrando el dolor de los demás. Pero la concentración de energía que se produce en la persona del Jesuita Villoslada, resultará imparable. En sus primeras indagaciones por Alcalá la Real y Villanueva del Arzobispo, ve con claridad la fórmula que le ayudaría a solucionar el grave problema al que estaba dispuesto hacer frente y así iniciar sus primeros pasos encaminados a la cristalización definitiva de su proyecto: fundar unas Escuelas Profesionales para huérfanos e hijos de trabajadores. La fórmula, aparentemente sencilla, necesitará, sin embargo, de una mano de hierro para su puesta en práctica: la mano de hierro, pero hábil, del frágil y solitario padre Villoslada. Al no ser objetivo de este libro, el estudio de la fundación y trayectoria posterior de la SAFA, remitimos a los lectores que deseen conocer en detalle las circunstancias fundacionales, así como la evolución de los distintos centros, al magnífico y exhaustivo libro del padre Bermudo “SAFA, medio siglo de educación popular en Andalucía 1940-1990” y el escrito por el propio fundador, padre Rafael Villoslada Peula, “Cómo nació en mi la idea de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia”. No obstante, a modo de síntesis, a continuación recogemos cronológicamente la puesta en funcionamiento de los centros de enseñanza que se fueron incorporando a la Institución de la SAFA durante el tiempo, hasta 1954, en que el padre Villoslada mantuvo el cargo de Superior y los que lo hicieron durante los años en que nosotros estuvimos en Úbeda.

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Cap. 1.- Fundación de la SAFA

Nuestra SAFA

Realmente nos parece imposible consolidar una red de centros tan importante en tan poco tiempo. Una labor de este calibre solo puede ser desarrollada por una persona de una fuerza fuera de lo común ó tocada por el dedo de Dios, razón que no rehuimos los que somos creyentes. El P. Villoslada actuó como Padre Superior de la SAFA desde 1940 hasta 1954 en que fue sustituido por el P. Cuenca. En septiembre de 1975, el Rector, P. Segura, organizó un importante homenaje al Fundador cuando cumplía 75 años de edad y 60 de sacerdote jesuita. Para ello, reunió a la gran familia SAFA (miembros del Patronato, jesuitas, profesores y empleados) que celebraron durante tres días una asamblea pedagógica y finalmente el homenaje al que acudieron personalidades de la comarca, antiguos profesores y alumnos, el obispo de Jaén y hasta Franco le envió un telegrama de felicitación y reconocimiento a la obra del Padre Villoslada. El Padre Fundador ofició una misa concelebrada por 30 jesuitas y recordó en su homilía los primeros pasos y objetivos fundacionales. Más tarde se pronunciaron los discursos de rigor e impuso medallas conmemorativas a 60 empleados de la Institución. El Padre Segura, organizador del homenaje, consiguió reunir a la gran familia de la Institución junto a su Padre Fundador y revivir, a los 35 años, con muchos de los protagonistas de la Fundación, el espíritu de familia que presidió los primeros años de la SAFA.

1.2.- Primeros centros del proyecto SAFA Durante los primeros seis años se crean ocho centros y se inicia la construcción del centro de Úbeda. Esta obra nos puede dar una idea de la frenética actividad desplegada por el Padre Villoslada. El criterio único para la admisión de alumnos debió ser, sin duda, la necesidad de los alumnos. Ya en 1953, la demanda de escolarización por necesidad se había serenado lo suficiente como para establecer criterios selectivos más amplios y se empezaron a aplicar test de aptitud y nivel que permitieran orientar a los alumnos a las ramas adecuadas.

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Cap. 1.- Fundación de la SAFA

Enero 1940 Noviembre 1940

Alcalá la Real Vva. del Arzobispo

Nuestra SAFA

Primaria, mecanografía y formación de adultos. En 1960 se abre el internado. Primaria, Bachillerato, Carpintería y Zapatería. En 1944 se inicia la Escuela de Magisterio.

Baena

Primaria.- En 1942 el internado funciona con 200 huérfanos. Los talleres se construyen en 1944 y se inicia carpintería. En 1948 pasa la Escuela de Magisterio de Villanueva a Úbeda. Primaria y bachiller. En 1942 se inicia el internado. En 1946 se inauguran los talleres. Primaria y bachiller

Enero 1943

Villacarrillo

Primaria y Talleres

Enero 1946

El Pto. Sta. María

Primaria y carpintería. Comedor escolar. Los talleres se inauguran en 1953

Octubre 1946

Almería

Primaria

Febrero 1950

Linares

Primaria

Octubre 1953

Cádiz

Primaria

Enero 1941

Úbeda

Octubre 1941

Andújar

Noviembre 1942

Enero 1955

Alcalá de los Gazules

Primaria

Septiembre 1959

Rio Tinto

Formación Profesional

Febrero 1960

Montellano

Primaria

Octubre 1960

Osuna

Primaria

Junio 1962

Granada

Infantil y Primaria

Septiembre 1962

Aranjuez

Primaria

El Padre Villoslada debió sentirse tan desbordado ante la demanda de escolarización que pronto se vería obligado a abandonar, al menos temporalmente, sus primeros planes de montar escuelas profesionales, priorizando las urgencias de escolarización de niños de Primaria. Mientras los centros de FP requerían mayor grado de planificación y más recursos, las escuelas de Primaria eran más factibles: un local, un sencillo mobiliario y un maestro entregado a la causa, bastaban para empezar. Resulta sorprendente la labor llevada a cabo por la Institución, porque tras veintidós años de ejercicio, había puesto en funcionamiento 16 centros y el balance de alumnos formados o en periodo de formación, en cifras muy aproximadas, era el siguiente: Formados: 4.000 de Primaria, 1.000 de FP y 70 alumnos de Magisterio. En formación: 5.300 de Primaria, 2.300 de FP y 85 de Magisterio.

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Cap. 1.- Fundación de la SAFA

Nuestra SAFA

1.3.- Los benefactores Como es natural el P. Villoslada contaba con cero pesetas para desarrollar su idea, de modo que desde el primer momento precisó del establecimiento de alianzas con quienes tuvieran medios. En Alcalá la Real, poco después de terminar la Guerra Civil, convence a la familia Montañés que se encarga de “contagiar la idea” del jesuita a otras familias ricas de la ciudad. Se producen donaciones de edificios, terrenos y dinero, y en pocos meses se ponen en funcionamiento las primeras escuelas. Algunos benefactores incluso ayudan, además, desempeñando tareas propias de la escuela, como, ejerciendo de maestros, aportando material escolar, ropa, Doña Carmen Benavides alimentos, etc. Dado los buenos resultados obtenidos en Alcalá, se repite el procedimiento. Es en esta ocasión la familia Benavides, afincada en Villanueva del Arzobispo y Úbeda, la siguiente benefactora elegida por el Padre Villoslada. Como consecuencia de ello, a finales de 1940 entran en funcionamiento las primeras escuelas en Villanueva. Los recursos facilitados por la familia Benavides en este pueblo son de tal importancia, que dos años más tarde funcionan a plena actividad varias unidades de primaria, alfabetización de adultos, taller de carpintería, taller de zapatería y un internado con más de 100 huérfanos. Incluso, en la finca de “El Valle”, próxima al pueblo, donada también por esta familia, el P. Villoslada se anticipa a ensayar, la que tan de moda estuvo en los años ochenta “la granjaescuela”

Finca donada para la que es actualmente SAFA de Alcalá la Real -7-


Cap. 1.- Fundación de la SAFA

Nuestra SAFA

En esta misma finca inició la FP de Capacitación Agraria; quiso entregar el proyecto a las asociaciones de agricultores de la comarca, pero éstos no supieron entender la necesidad de enseñar y probablemente no estarían dispuestos a complicarse la vida con algo que se venía resolviendo tradicionalmente por sí solo. Pero no solo basta con dar el primer paso y montar una escuela o un internado; a éste, como corresponde, le sucede un segundo paso aún bastante más complejo: consiste en mantener las instalaciones, personal docente y auxiliar, comida y ropa para los chicos, material escolar, etc. y esto por desgracia no se soluciona solamente con abnegación y entusiasmo. Los benefactores han aportado edificios, solares urbanos, dinero y tierras de labranza, pero todo ese activo precisa de movimientos precisos: los edificios necesitan ser reformados y amueblados para la actividad escolar; sobre los solares hay que construir aulas, comedores, cocinas y dormitorios; aunque es verdad que las tierras y la granja si que pueden contribuir decisivamente a la alimentación de los chavales.

1943.- Comedor de los alumnos internos Para hacer frente a este segundo paso, el padre Villoslada, al final de 1944 tiene abierto un frente de actividad increíble para la época. Siguen funcionando las escuelas de Alcalá, ahora ampliadas con clases de mecanografía; en Villanueva ya funciona una escuela-taller de carpintería que empezará haciendo los muebles que se van necesitando en los distintos colegios, puertas y ventanas para los edificios en construcción, las escuelas de Primaria y de Adultos, el internado y la Escuela de Magisterio a la que inicialmente se la llamó Seminario; en Úbeda funcionan varias unidades de Primaria y un internado con unos 200 alumnos, la mayoría huérfanos de guerra; Andújar también está funcionando con Primaria, Bachillerato y un internado; Baena empezó con Primaria y Bachillerato y Villacarrillo también ha empezado las clases de Primaria y talleres.

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Cap. 1.- Fundación de La SAFA

Nuestra SAFA

El padre Villoslada cuenta ya con la ayuda directa del P. Aldama quien fuera su superior en la Cartuja de Granada (pg. 36 de SAFA medio siglo…..). En cuatro años, la nueva institución de la SAFA ha tomado la responsabilidad de sacar adelante unos 500 alumnos en régimen de externado y otros tantos internos. En los seis pueblos donde la SAFA ha inoculado su ilusionante proyecto, los benefactores y fundadores han ido ampliando la red, han establecido cuotas a las nuevas familias que se van incorporando al proyecto del Jesuita, algunos ayuntamientos aportan pequeñas cantidades, e incluso algunos de los huérfanos internos están becados con cinco pesetas diarias. Pero las fuentes de financiación no cubren las necesidades y, a pesar de que el aprovechamiento de los recursos es máximo, se hace imprescindible acudir e involucrar a las autoridades de la nación.

Úbeda 1941.- Primeros alumnos internos, huérfanos de guerra Aunque desde 1941 el P. Villoslada, después de usar amistades, recomendaciones y poner en juego su personal arte de persuasión, ya venía manteniendo contactos con miembros del Gobierno y va consiguiendo ayudas sueltas con las que apenas podía salir adelante, especialmente cuando se aproximaba cada final de mes y había que hacer frente a los pagos de nóminas y proveedores, el Padre decidió poner carretera por medio para presionar en Madrid a los que “administraban” en régimen de autarquía. Pero no es, hasta agosto de 1947, cuando finalmente obtuvo una respuesta medianamente tranquilizadora. Es a través de Carrero Blanco como consigue llegar hasta el Generalísimo el cual firma un decreto vinculando al Instituto Nacional de la Vivienda para subvencionar las construcciones de los edificios. Seguramente que sería ésta la partida de gasto más importante que tendría el proyecto en aquellos momentos, dado que había varios edificios iniciando su construcción, especialmente el de Úbeda donde se establecería la sede central de la SAFA.

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Cap. 1.- Fundación de La SAFA

Nuestra SAFA

Un alumno de la SAFA de Úbeda da la bienvenida a Franco

1.4.- La crisis interna de 1954 El 15 de octubre de 1953, se produce, con la presencia también del Generalísimo, la inauguración del centro de Cádiz. En los actos, el P. Villoslada da a conocer su cese como Superior de la SAFA comunicado por el P. General de los jesuitas, quedando atrás posiblemente tensas conversaciones. Las quejas por parte del profesorado y algunos administradores, los retrasos en los pagos a proveedores, la continua falta de dinero para atender las compras más imprescindibles, y todo ello unido a una organización casi unipersonal, dado que por el P. Villoslada debía pasar, incluso la toma de decisiones, y unos proyectos de futuro respecto de la futura administración y dirección de los centros poco afines con el pensamiento de sus superiores, debieron crear un ambiente difícil, que obligó a la Compañía a tomar la decisión de cesarlo como superior de la SAFA, con el fin de volver a la organización tradicional. Para ello designó al P. Cuenca como Rector de la Institución, bajo el cual quedaría el control absoluto de todos los Centros que la componen. El P. Villoslada quedaría como procurador y administrador de todos los asuntos, pero especialmente respecto de la parte económica, es decir, el encargado y responsable de conseguir el capital necesario para el sostenimiento de las escuelas, ya fuera a través de los habituales benefactores como de la Administración. Con el cese del P. Villoslada se extiende la crisis a toda la institución. Parte del profesorado que proclama su adhesión al Padre, y, sobre todo, por los componentes del “Patronato SAFA” que, en desacuerdo con la política de los jesuitas, proponen limitarles el poder y las funciones.

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Cap. 1.- Fundación de La SAFA

ÚBEDA, 1952.- Visita del ministro Ruiz Giménez y D Federico Mayo, e imposición al P. Villoslada de la Encomienda de Alfonso X El Sabio

Padre Cuenca

Nuestra SAFA A lo largo del año y medio que dura la crisis se producen los naturales desencuentros entre las partes en litigio, como ejemplo, el Presidente del Patronato y Ministro de Hacienda en aquel entonces D. Francisco Gómez de Llano que propone que los jesuitas se recluyan en Úbeda y se dediquen solo a la Escuela de Magisterio limitando la firma del P. Cuenca solo a la gestión del centro de Úbeda. El Patronato estaba compuesto por representantes jesuitas, entre los que contaba el mismo Padre Villoslada, benefactores de la Obra como D. José María Benavides, y miembros gubernamentales entre los cuales estaban, aparte del ministro, el Alcalde de Cádiz D. José León de Carranza, el Director General del Instituto Nacional de la Vivienda D. Federico Mayo, el Director General de lo Contencioso, D. José Fernández Arroyo, etc. Las negociaciones entre el Patronato y los jesuitas, llevadas por el P. Cuenca, terminan felizmente en mayo de 1955 con una nueva escritura donde quedan reflejadas las nuevas relaciones entre la Compañía y el Patronato. Para llegar a este punto ha sido necesario implicar en ello a Franco y al P. General, y atender la petición del Ministro de Industria Gómez de Llano de que no se apartase del Patronato al Padre Villoslada. De esa forma, los verdaderos motivos que llevaron a la Compañía a suplantar al Padre Villoslada, fueron sustituidos y finalmente atribuidos a la delicada salud por la que atravesaba nuestro querido fundador.

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Cap. 1.- Fundación de La SAFA

Nuestra SAFA

Finalmente al Padre Cuenca es el encargado de comunicarle al Padre Villoslada la decisión de la Compañía de concederle su continuación como vocal del Patronato y “gestor negotiorum”, como así comenta en su libro el Padre Bermudo. En el plano jurídico se solucionaron los problemas, pero en el plano financiero comenzaba un nuevo rosario de dificultades. Nosotros fuimos testigos de las dificultades económicas, hicimos turnos de adoración al Santísimo y sufrimos el retraso de comienzo del curso 1958-59. La crisis debió cerrar algunos de los grifos que venían subvencionando las actividades de la SAFA y la apertura de otras fuentes de suministro debió resultar más dura de lo esperado. Al comienzo del curso 55-56, el P. Ponce, hasta ese momento Provincial, pasa a Rector de la SAFA, sustituyéndole como Provincial el P. Cuenca. Es, por tanto, el P. Ponce el que va a sufrir los efectos económicos de la crisis durante tres largos años. En octubre de 1958 el P. Bermudo es trasladado desde El Puerto de Santamaría a Úbeda y nombrado Rector de la SAFA.

Padres Navarrete, Sánchez, Cuenca, Gómez y Galofré

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Cap. 2.- El Centro SAFA de Úbeda

Nuestra SAFA

Capítulo II El Centro SAFA de Úbeda

Colegio de Úbeda, 1956 - 13 -


Cap. 2.- El Centro SAFA de Ăšbeda

Nuestra SAFA

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Cap. 2.- El Centro SAFA de Úbeda

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2.- El centro SAFA de Úbeda Los primeros años de la SAFA son de infarto; el frente abierto en seis pueblos, 1.000 alumnos, alrededor de 150 personas contratadas entre maestros, administradores, trabajadores de las fincas agrarias, cocineras, personal de limpieza, chóferes y muchos edificios variados y dispersos, deben llevar al equipo del P. Villoslada al límite y pronto nace el proyecto de reunificación: crear un centro con capacidad inicial de 500 alumnos en régimen de internado, ampliable en el futuro, donde se pueda reconducir la Formación Profesional y consolidar la Escuela de Magisterio. Allí se formarán el profesorado escolar, los tecnólogos y maestros de taller así como los expertos en administración que los centros de la SAFA irán demandando en los próximos años. De este modo, los centros actuales y futuros se irán nutriendo del profesorado y los técnicos formados en la casa madre. Además, el internado se podrá gestionar con mayor eficacia y a menor coste, al integrar la gestión. Por otro lado un centro de esta magnitud será, en sí, el mejor argumento para convencer definitivamente a los responsables del Gobierno con el fin de poder incrementar el aún insuficiente nivel de financiación.

Úbeda.- Vista aérea del centro SAFA El proyecto arranca en 1944 con la compra de los terrenos (17 hectáreas) por 40.000 pts. Lo primero que se pone en marcha son las vaquerías y la huerta, a continuación se construyen los talleres en los que nosotros aprendimos. Son nueve naves de 30x10m formando una “U”, unidas externamente por dependencias que se usarían como aulas.

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Cap. 2.- El Centro SAFA de Úbeda

Nuestra SAFA

Las naves se destinarían a dormitorios, capilla, comedor panadería y taller de carpintería. Por fin, durante el verano de 1947 se trasladaron a las nuevas instalaciones los diversos colegios repartidos por Úbeda, incluido el internado. En el verano de 1948 se termina el edificio de una planta, situado por encima de los talleres y allí se trasladan los dormitorios, dejando libres las naves para talleres. Además, se trae al nuevo edificio la Escuela de Magisterio que venía funcionando en Villanueva desde 1944.

Úbeda.- Boceto de la fachada principal del Centro SAFA

Úbeda.- Iglesia y fachada del edificio central

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Cap. 2.- El Centro SAFA de Úbeda

Nuestra SAFA

El edificio central donde se instalarían cocinas, comedores, dormitorios, ropería, enfermería, la capilla y el claustro de los jesuitas, entre otras dependencias, se fue construyendo desde 1948 y 1952. A continuación se inicia el último edificio en la zona oeste, que comunica con el central a través de un amplio pasadizo subterráneo. Éste entraría en funcionamiento en el curso 55/56 y se destinaría a clases de Magisterio Escolar e Industrial. Las obras de la iglesia comienzan en 1952 y se terminan cinco años más tarde. Nosotros tuvimos el privilegio de asistir a la fiesta de su bendición, celebrada el día de San José de 1957 llevada a cabo por el Obispo de Jaén D. Félix Moreno Mengíbar. En aquel entonces estudiábamos 1º de Oficialía. . Se celebró misa de Pontifical, cantándose la misa de Refice, con la intervención del coro del colegio, dirigido por D. Isaac Melgosa, mientras D. Eduardo Robles interpretaba al órgano y D. Eduardo Bangueses, dirigía al “pueblo”.

Úbeda.- Interior de la iglesia en obras y terminado

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Cap. 2.- El Centro SAFA de Úbeda

Nuestra SAFA

Úbeda.- Dormitorios provisionalmente instalados en los talleres de FP El proyecto de la iglesia lo realizó el arquitecto Ramón Pajares Pardo y su ejecución costó alrededor de 7.000.000 de pesetas. El relieve de la fachada, realizado en piedra de cantería, representa a Cristo como protector de la humanidad desvalida y se debe al escultor Francisco Palma Burgos.

Úbeda 2008.- Fachada trasera frente a la cripta de la iglesia y acceso a los antiguos talleres de FP, ya inexistentes

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Cap. 2.- El Centro SAFA de Úbeda

Nuestra SAFA

Úbeda 2008.- Galería superior alrededor del Patio Central

Úbeda 2008.- Patio neorrenacentista en el edificio central de SAFA

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Cap. 2.- El Centro SAFA de Úbeda

Nuestra SAFA

SAFA Úbeda.- Fachada Principal de la iglesia y torre de 34m, sobre la cripta.

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Cap. 2.- El Centro SAFA de Úbeda

Nuestra SAFA

Cristo Rey y la Familia Obrera

Altorrelieve del escultor Palma Burgos, según inspiración del Padre Villoslada

2.1.- La economía del colegio en nuestra época No pretendemos analizar la estructura económica de la SAFA en aquellos años, solo aproximarnos a sus magnitudes con el ánimo de comprender mejor las dificultades por las que debieron pasar los jesuitas para mantenernos. Las cifras de la época, que hoy nos resultarían ridículas, fueron decisivas para nuestra formación y constituyeron la principal dificultad que tuvieron que superar durante años estos grandes hombres que fueron nuestros jesuitas. Para facilitar las comparaciones vamos a situarnos en el curso 1958-59 y comparemos la economía familiar media de nuestro entorno con la del colegio. Por ejemplo: un matrimonio con dos hijos en el que el padre trabajase por cuenta ajena, podría contar con unos ingresos netos mensuales en torno a 1.400 pts. En los pueblos era habitual tener huerto y frutales propio o acceso al de algún familiar, e incluso, criar animales de granja como, gallinas, conejos y uno o dos cerdos. Valorando estas aportaciones en especie en 200 pts mensuales, habremos fijado los ingresos en 1.600 pts, lo que daría una disponibilidad per-cápita de 400 pts al mes, es decir, 13 pesetas diarias. Los precios eran tales, que, una vez cubiertas las necesidades básicas, poco quedaba para los gastos extraordinarios como podía ser la compra de unos zapatos (125 a 200pts) o un traje (600 a 800pts).

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Cap. 2.- El Centro SAFA de Úbeda

Nuestra SAFA

Dando cuenta de la comida durante una excursión a la Yedra Martínez Mayenco observa antes de tragar. Bautista II, pierde de vista, momentáneamente, el plato para la “pose”. A su derecha, Sáez Puerma. Vestuario y calzado, dan una pista sobre el “status” de cada uno. Quiero decir, entre pobres, modestos y, pare usted de contar. A poco que nos adentremos en nuestra memoria nos aparecerán episodios de frustración y la consiguiente resignación al tener que asumir privaciones en plena adolescencia. Algo inconcebible en tiempo de nuestros hijos. Acordémonos: ¿qué nos podíamos gastar un domingo en Úbeda? ¿15 pts?, ¿20 pts?; un libro de matemáticas nos costaba 25 pts, el cine 2 pts. y por otras 2 pts. te podías llenar los bolsillos de cacahuetes, pipas y otras exquisiteces en el carrillo de Paco; un paquete de “ideales”, para los que creíamos que entrar en territorios de “hombría” se resolvía con 1,80 pts.; y por último, podíamos dar cuenta de un par de vasos de vino blanco tapeados de boquerones en vinagre, carne con tomate o aceitunas, mientras oíamos “Carrusel Deportivo” en la taberna de Barella, creo recordar, con 2,50 pts. por barba, era suficiente. El Padre Bermudo nos recuerda en su libro, que pasada la crisis política del 54 se entra en una crisis económica que toca fondo en el verano del 58, cuando sustituye al P. Ponce como Rector. Con las refriegas políticas, algunas de las personalidades se enfrían y consecuentemente se cierran parte de las fuentes de abastecimiento económico.

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Cap. 2.- El Centro SAFA de Úbeda

Nuestra SAFA

Al tomar posesión del rectorado, el Padre Bermudo se encuentra con una situación económica angustiosa: se han ido acumulando deudas en los últimos cuatro años, hay procedimientos de apremio por parte de la Seguridad Social, los bancos no dan ni una peseta de crédito y en estas condiciones, el curso no se puede afrontar. Se plantea el Rector cerrar los internados de Villanueva y Andújar, e incluso, prepara un escrito con la propuesta de cerrar también el de Úbeda. Seguramente que en las entrevistas mantenida con algunos políticos y componentes del Patronato, el órdago que les plantea iría más lejos.

…Con solo 37 años, ya cuenta con la madurez suficiente y juega fuerte para sacar a la SAFA del pozo de precariedad económica en la que está instalada...

Aunque, con solo 37 años, Bermudo viene de consolidar el centro del Puerto de Santamaría, y cuenta, por tanto, con la madurez suficiente para darse cuenta que debe jugar fuerte, si desea sacar a la SAFA del pozo de precariedad económica en la que está instalada. Él sabe, que con la labor social de primer orden que la SAFA viene desarrollando desde hace muchos años, está sacándole las castañas del fuego al Estado, y éste, a cambio, lejos de plantearse una financiación seria hacia estos centros, continúa con la política de limosnas y favores, mientras, por otra parte, eso sí, hace importantes aportaciones a las Escuelas Sindicales de FP. En el verano del 58, Bermudo inicia su plan de actuación con una visita a San Sebastián, donde veranea Franco con parte del Gobierno, y consigue un compromiso de entrevista con Carrero Blanco, persona con la que conecta en positivo, y pone en marcha un principio de solución que implica al Director General de Enseñanza Laboral. En esos momentos las Universidades Laborales ya se estaban creando y el Departamento goza de buena salud económica.

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Cap. 2.- El Centro SAFA de Úbeda

Nuestra SAFA

En octubre, logra incorporarse, como capellán, a una cacería organizada para Franco y su séquito, por parte de los Terry, y tras varios acercamientos diplomáticos al Jefe del Estado, donde solo obtenía respuestas frías, incluso sarcásticas, se arma de valor y decididamente le planta cara a Franco y le comenta el serio problema con el que viene enfrentándose la Institución: “llevo aquí varios días y su excelencia aún no me ha resuelto el problema de la SAFA”. Franco, ante la valentía de este hombre, decide tomarse más en serio el requerimiento de Bermudo y traslada a Camilo Alonso Vega la solución inmediata del asunto. A finales de octubre se produce el primer fruto de su acertada gestión y la SAFA recibe un ingreso de 4.000.000 de pts. del Fondo Benéfico Social, lo que valió para paliar parte de la deuda acumulada. Por otro lado, la máquina que había puesto en marcha Carrero, cristaliza en una reunión interministerial que se celebra el 5 de diciembre, en la que se fijan las bases futuras de financiación y determinando las cuotas por alumno con cargo al presupuesto de la Dirección de Enseñanza Laboral. El presupuesto de ingresos para los once centros que en ese momento tiene la Institución, quedan como se refleja en el siguiente cuadro:

Presupuesto de ingresos para toda la SAFA, curso 58-59 GRUPO

Primaria F.P. Magisterio Internado Total

SUBV. dia/Alum.

1 10 7 14

SUBV. Mes/alum.

SUBV. Año/alum.

29 291 219 411

345 3.492 2.632 4.938

Nº de ALUMNOS

4.275 950 236 782 5.461

TOTAL Subv/Ptas.

1.480.000 3.317.000 621.000 3.862.000 9.280.000

Con esta forma más racional de presupuesto, en la que se establece una subvención de calidad por alumno, se abandonaba felizmente la arbitraria y cambiante manera que el P. Villoslada tenía de solucionar las necesidades de cada centro y que él obligatoriamente presentaba en los diferentes departamentos de los ministerios, en función de las ocasionales influencias de los miembros del Patronato u otras amistades. A partir de ahora, en los sucesivos cursos se podría presionar para aumentar las cuotas, al parecer inferiores a las de la enseñanza oficial. Si de este presupuesto extraemos el correspondiente al centro de Úbeda, podremos ver con mayor claridad cómo eran nuestros costes. Además, como se puede deducir, nuestro presupuesto representaba casi el 40% de toda la SAFA.

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Cap. 2.- El Centro SAFA de Úbeda

Nuestra SAFA

Presupuesto de ingresos para el centro de Úbeda, curso 58-59 GRUPO Primaria F.P. Magisterio Internado Total

SUBV. Año/alum. 345 3.492 2.632 4.938

Nº ALUM 300 228 236 440 764

TOTAL Subv/Ptas. 103.500 796.000 621.152 2.172.720 3.693.372

% 2,8 21,6 16,8 58,8 100

Otras conclusiones aproximadas que pueden extraerse de estos presupuestos son las siguientes: 1. Esencialmente los ingresos de 4.938 pts. anuales por alumno en concepto de internado, común a Magisterio y FP, debieran destinarse a comida; es decir, que si pasábamos unos 240 días internos por curso, cada día disponíamos de 20 pts. para desayuno, comida, merienda y cena. Para hacernos una idea, 12 céntimos de euro. Bueno, pues a pesar de todo, éramos fuertes y aguantábamos los esteparios inviernos ubetenses. 2. La diferencia entre las subvenciones de Magisterio y FP ( 860 pts. anuales) debiera ser el importe de los materiales utilizados en prácticas de taller. Lo que equivale a unas 10 pts. por día de prácticas. 3. Los gastos generales y de profesorado se deberían cubrir con la subvención anual de 2.632 pts. Entre los alumnos de Magisterio y nosotros recibíamos una subvención de 1.242.000 pts. lo que significa que para unas cincuenta personas entre profesores, instructores, conductores, cocineras y limpiadoras, disponían de unas 25.000 pts. anuales de media que, tras deducir SS y Mutualidades, se quedarían reducidas a unas 18.000, o sea, 1.500 pts. líquidas mensuales. La realidad es que los menos cualificados rondarían las mil y los más se aproximarían a las dos mil como recientemente nos recordaba D. Jaime Roselló durante su elocuente intervención en el II Encuentro. 4. La Primaria estaba muy mal subvencionada. Calculemos que una clase de 30 alumnos recibiría al año 10.350 pts. ¿de dónde saldrían las quince o veinte mil pts. necesarias para cubrir el sueldo del maestro y las cargas generales? A consecuencia de esta crisis económica planteada por el P. Bermudo, el comienzo de curso se retrasó hasta enero, razón por la cual, perdimos el primer trimestre. Finalmente recibimos una carta comunicándonos la apertura del curso y la necesidad de aportar una cantidad en concepto de complementos (200 ó 300 pts.). Nada se nos dijo sobre las dificultades que pasó la SAFA en aquellos dos meses. Al incorporarnos a 2º de Oficialía, nos esperaban con la afectuosa sonrisa de costumbre nuestros jesuitas y nuestros profesores. La institución de la SAFA fue tratada habitualmente por los gobiernos de Franco y más tarde por los de la democracia, de manera graciable y siempre parcheando las necesidades económicas.

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Cap. 2.- El Centro SAFA de Úbeda

Nuestra SAFA

En épocas, fue alto difícil cuadrar los presupuestos y resultó bastante habitual suplir los déficits mediante la venta de activos no imprescindibles para el desarrollo de la actividad educativa (edificios, solares y fincas agrícolas). En el año 1985, el recorte le tocó a nuestro centro de Úbeda. Tras unas negociaciones con el Ayuntamiento de Úbeda, se llegó a un convenio mediante el cual la SAFA cedería el campo de fútbol grande al equipo local y el Ayuntamiento recalificaría casi la mitad de la finca como edificable (justo la zona sur dedicada a huerta y los talleres). Posteriormente se realizó la venta de estos terrenos recalificados a una empresa constructora por 170 millones de pesetas y en ellos se construyeron viviendas unifamiliares.

Úbeda, el colegio en nuestra época

Úbeda, el colegio en la actualidad

Recalificación, por parte del Ayuntamiento, de la zona de Profesionales, actualmente convertida en una urbanización de viviendas unifamiliares.

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Cap. 3.- La FP en el Centro de Úbeda

Nuestra SAFA

Capítulo III La Formación Profesional en el Centro de Úbeda

D. Manuel, maestro del Taller de Ajuste, instruye a nuestro compañero P. Mora, sobre la utilización del gramil en el trazado de las piezas de ajuste.

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Cap. 3.- La FP en el Centro de Úbeda

Nuestra SAFA

Los eléctricos hacen una exhibición de destreza en su trabajo

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Cap. 3.- La FP en el Centro de Úbeda

Nuestra SAFA

3.- La FP en SAFA de Úbeda La idea inicial del fundador era coger a hijos de obreros y campesinos, “los hijos de la clase obrera” como así se expresaban los jesuitas, con 11 ó 12 años y darles una educación integral que abarcara las humanidades y una formación profesional que les permitiera promocionar a un porvenir más esperanzador que el que tuvieron sus padres. A los 18 años los chicos se habrían formado en la tradición humanista cristiana y dispondrían de un bagaje de saberes culturales equivalentes a un bachiller elemental y unos conocimientos tecnológicos suficientes para abrirse paso y prosperar con éxito en una profesión. Esas semillas fructificarían en la abandonada Andalucía y contribuirían, sin duda, a su progreso. El P. Villoslada conocía algunas experiencias de centros de formación profesional en Vascongadas, Madrid, Barcelona y otros países europeos regentados por jesuitas, y el proyecto tendría el éxito asegurado. Solo había un problema: el grado de industrialización de Jaén y de Andalucía no era comparable a Madrid, Barcelona o Bilbao; la burguesía andaluza tradicionalmente no estaba sensibilizada con el progreso industrial y el esquema de latifundio con jornaleros sometidos al amo, perduraba en los años cuarenta; por último, la FP requería una financiación mayor que la simple escolarización de Primaria. El Padre debió contemplar las dificultades, pero su llamada a tirar hacia delante fue superior al freno que racionalmente le ponían las trabas derivadas del diseño, planificación y montaje final de unos talleres. Como vimos con anterioridad, los propósitos del Padre se verán relegados por las urgencias, al tener que atender a los huérfanos a partir de 4 ó 5 años. Por otro lado, la FP precisa de unas infraestructuras muy concretas: edificios adecuados, maquinaria, laboratorios, etc., que exigen dinero y planificación. Visto todo ello con la perspectiva de un hombre de avanzada edad, estaba claro que el P. Villoslada se había metido en una complicada situación. Durante bastantes años la FP no pudo levantar cabeza, salvo los distintos talleres de carpintería, forja y mecánica, donde la mayoría de los trabajos, hechos por los propios alumnos y el personal externo contratado, se consumían en los edificios que la SAFA tenía en construcción. A pesar de todo, los alumnos recibían una formación suficiente: muchos de ellos entraron huérfanos, sin nada y allí encontraron calor familiar, formación en valores y pudieron salir capacitados en una profesión.

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Cap. 3.- La FP en el Centro de Úbeda

Nuestra SAFA

3.1.- Las primeras fases de FP Acotando el periodo que va desde el inicio en 1940 hasta 1962 en que sale nuestra primera promoción de Maestría, podemos diferenciar cuatro etapas en cuanto al modo en que se ejerce la FP en la SAFA de Úbeda.

1ª etapa (1940-1948): Como decíamos antes, la prioridad durante los primeros años es escolarizar en edades de Primaria y proporcionar cobijo a huérfanos. El modelo ensayado ha sido el de la escuela-taller y la granja-escuela donde los alumnos participan plenamente en la producción de muebles que van a las aulas y otras dependencia, puertas y ventanas que van a los edificios en construcción y productos alimenticios que van directamente a las despensas de los internados.

2ª etapa (1948-1953): En julio de 1948, el Ministerio de Educación Nacional publica en el BOE la homologación de las Enseñanzas de Formación Profesional de la SAFA. Entre 1948 y 1949 se habilita una de las nueve naves como taller de Bellas Artes y se crea la Escuela de Comercio. No obstante, en 1952 son varías las voces internas que se lamentan abiertamente del estancamiento en que se halla sumida la FP. Las aún exiguas entradas de dinero oficial deben atender las prioridades de la formación existente y la construcción de nuevos edificios. Se continúa aplazando el dotar los nuevos talleres de maquinaria y herramientas.

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Cap. 3.- La FP en el Centro de Úbeda

Nuestra SAFA

En 1948 no existía ningún Plan de Estudios para FP a nivel nacional y se estaban dando los primeros pasos con Las Escuelas Sindicales de FP. El P. Villoslada encargó a expertos de la Compañía elaborar un Plan de Estudios para la SAFA que quedó configurado en cuatro cursos. Las horas dedicadas a las asignaturas de cultura general como Religión, Historia y Lengua, se irán reduciendo a lo largo de los cursos a medida que aumentan las de taller. Las asignaturas técnicas como matemáticas, dibujo y tecnología de materiales, se mantendrán en los cuatro cursos. Cursos

Definición

Aprendizaje

2º y 3º 4º

Orientación Especialización

Observaciones El alumno pasa por todos los talleres para descubrir sus aptitudes. El alumno se confirma en la profesión. El alumno se especializa para el puesto de trabajo.

El Plan, en principio bastante bueno para la época, debió cruzarse en el camino con múltiples dificultades para su puesta en funcionamiento, especialmente la falta de atención y de recursos económicos. Bajo este régimen de estudios debieron estar los Bonachera, Jordán, Gálvez, Capel, Pareja, Ballesteros, etc. que constituían la generación de Profesionales anterior a nosotros y en cuyos cursos se integraron los industriales de los primeros cursos como Morillas, Castroviejo, Anguita, Bartolomé Hidalgo, Bonilla, Ruiz Cantero, Narciso, etc.

Este equipo representó a la primera promoción de Industriales. Alineación: Castroviejo, Mena, Hidalgo, Morillas, Cantero, Bonilla, Ortuño, Garrido, Narciso, Valero, Anguita y Morales

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Cap. 3.- La FP en el Centro de Úbeda

Nuestra SAFA

Desconocemos el programa de estudios diseñado para el Nuevo Magisterio Industrial. El Magisterio Escolar contaba con un primer curso llamado Preparatorio, seguido de ocho cursos más, total nueve años. De lo que si estamos seguros es que los primeros cursos eran comunes para Escolares e Industriales: unas asignaturas comunes para ambos y otras específicas, como veremos más adelante. En la foto correspondiente a la 3ª División, curso 55-56 todos los alumnos son de 1º y están mezclados Escolares e Industriales.

Foto de 3ª División curso 55-56. Los instructores son: P. Galofré, D. Agustín y D. Lisardo.

Entre ellos aparecen, leyendo de izda. a dcha. y de arriba abajo,

Barrera, Ruiz Gutiérrez, Florido, Mora, Lito (Manolo), Gámez, Madueño, Narciso, Vela, Toscano, Brazales, Pertíñez, Chica,Cantero Jaime, Cuadros, Arévalo, Pérez Fernández, Moreno Barrera, Gómez Salazar,Vargas, Sáez Lanzas, Morales, Parra, Carpio, Lucena, Franco, Lanzat, Puentes, Colomina, Cachinero, Ortega, Bustos, Carta, Rosales, Moya, Cabezas.

3ª etapa (1953- 1957): En 1952, el P. Bermudo es trasladado a Úbeda como Prefecto, encargándose, entre otras cosas, de la mejora de la FP. Lo primero que hizo fue implantar un sistema de selección de los alumnos procedentes de Primaria que debieran pasar a Magisterio o a FP de Úbeda. Estas pruebas selectivas se hacían en el centro de origen y permitía que el Colegio de Úbeda se configurara como la Sede Central de SAFA y centro de calidad para formación del futuro profesorado de la Institución.

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Cap. 3.- La FP en el Centro de Úbeda

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En Úbeda se empezaron a realizar los primeros test de aptitud, personalidad e inteligencia con lo cual mejoró notablemente la orientación profesional En 1953, el P Bermudo dio un paso decisivo para la FP diseñando un nuevo Plan de Estudios al que llamó Magisterio Industrial. Bajo este Plan se formarían los futuros maestros de taller que fuese necesitando la Institución. Aunque no nos consta, con la creación del Magisterio Industrial quedarían a extinguir los estudios de FP (los cuatro cursos) en vigencia desde 1948. Los nuevos alumnos de FP se irían incorporando al Magisterio Industrial. De este modo, ambos magisterios se integraban en un programa de propósitos comunes, puesto que se trataba de formar bajo un mismo estilo a los futuros educadores en Primaria y FP para el resto de los centros. Úbeda se dedicaría esencialmente a la formación del profesorado, de modo, que, durante los cuatro cursos, desde 1953 a 1957, convivieron los planes de los antiguos Profesionales y el nuevo de los Industriales. En el curso 57-58 ambos se anulan quedando en vigor solo el nuevo plan de Aprendizaje, Oficialía y Maestría. El proyecto primigenio del P. Bermudo duró solo cuatro años (1953-1957), puesto que en julio de 1957 se promulgó el I (ó, ¿II?) Plan Nacional de FP, al que se homologaron la mayoría de los centros de la nación. Ya que éste implicaba el primer intento de financiación oficial, la SAFA no tuvo más remedio que abandonar su propio sistema, en aras a solucionar la tradicional ruina económica, sujeta a financiaciones esporádicas, dependientes siempre de los Taller de ajuste, curso 56-57. vaivenes de la política. En primer término Vargas y Bautista, Carpio en el tercer banco, Baena y Nenito en el cuarto y Moya en el quinto, El P. Bermudo había sido trasladado al Puerto de Santamaría en diciembre de 1953, precisamente para poner en marcha la FP del nuevo centro de aquella ciudad; en julio de 1958, volvería como Rector a Úbeda en sustitución del ya anciano P. Ponce, cuando nosotros iniciábamos 2º de Oficialía. En ese momento, la SAFA disponía, en sus diferentes centros, de 950 internos y 800 alumnos de FP. El P. Bermudo tuvo que asumir la muerte prematura de su proyecto. A partir de ese momento los maestros de Primaria se continuarían formando en la casa madre con el programa propio, pero los maestros de Profesionales se formarían necesariamente con el programa oficial, enfocado más a su inserción en la industria que al ejercicio de la propia enseñanza.

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Cap. 3.- La FP en el Centro de Úbeda

Nuestra SAFA

La unidad y equiparación que el P. Bermudo había perseguido para los dos magisterios, se veía rota por el nuevo Programa de Estudios y volvía el fantasma de la separación entre ambas ramas. Ya en los pasados años 48 y 49, con motivo del traslado del Seminario de Magisterio desde Villanueva a Úbeda, se produjeron las primeras discrepancias entre los máximos responsables de la Institución: el P. Villoslada promovió el cambio por razones operativas ya que Úbeda se estaba transformando en el gran centro matriz, dotado de más espacio para asumir los futuros crecimientos; el P. Aldama, -también fundador- por el contrario, pensaba que los alumnos de Magisterio perderían al entrar en contacto con un colectivo de más bajo nivel cultural como, según él, eran los Profesionales. La opinión del P. Hermoso, total y razonablemente opuesta a la del P. Aldama, previene al P. Villoslada del riesgo de deterioro que correría la FP ante un Seminario de Magisterio en más que probable expansión en los próximos años. Al final, el que mejor supo ver el futuro fue el P. Hermoso, que debió interpretar la facilidad de desarrollar las enseñanzas de Primaria y Magisterio frente a las dificultades de planificar, financiar e innovar la FP. En octubre de 1954, el Provincial P. Ponce, para reforzar la Formación Profesional, como parte de la respuesta a la crisis interna que se venía viviendo desde finales del 53, nombra al P. Cuenca Rector de toda la SAFA, destina a Úbeda al P. Gómez como Espiritual y a los padres Padre Hermoso y padre Villoslada Mauriño y Solís como “Maestrillos”.

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Cap. 3.- La FP en el Centro de Úbeda

Nuestra SAFA

4ª etapa (1957-1962): Estamos ante la última etapa aquí tratada y que corresponde con la culminación de nuestros estudios en la SAFA. No debimos ser demasiado conscientes del cambio de Plan de Estudios. El curso anterior (56/57) debimos estar ya algo “refundidos” Industriales y Profesionales. No recuerdo que pasáramos por los diferentes talleres. La gran mayoría estuvimos en Ajuste y paralelamente funcionaban también Carpintería, Imprenta, Bellas Artes, Electricidad (profesor D. Alejandro) y Máquinas (torno, cepilladora y fresa).

El Casillas.- Formulario del profesional

EL CASILLAS.- Este antiguo formulario nos fue de gran ayuda durante muchos años,

en la escuela y posteriormente en nuestra vida laboral. Es natural que se encuentre sucio y deteriorado; fue usado por manos de obreros. Nuestra SAFA nos lo presenta sobre su portada.

No debía estar demasiado formalizada la enseñanza de Electricidad, cuando D. Alejandro, el profesor, debía verse apoyado por el P. Solís en algunas asignaturas.

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Cap. 3.- La FP en el Centro de Úbeda

Nuestra SAFA

Uno de los alumnos era Marcos Pinel, hijo de la señora Herminia, en aquel entonces encargada de la enfermería. Pues bien, en los años noventa, este compañero fue noticia por haber inventado un motor magnético, considerado de alta eficiencia para el automóvil. Según se decía, había vendido la patente a los suecos, probablemente a la casa Volvo. Por lo demás, en este periodo, la adaptación al plan Oficial no se produjo al cien por cien, puesto que el nivel de exigencia planteado por los Jesuitas era superior al oficial. Como se puede ver en el apartado 4 dedicado a los cursos, las asignaturas reales no coincidían con las oficiales. Se implantó la rama de Electricidad D. Jaime en la taladradora en la especialidad de Montador Instalador en el curso 58-59 de acuerdo con el nuevo Plan, al que se incorporó un nuevo profesor procedente del ICAI de Madrid, D. Juan A. Jiménez, al que apodábamos “Coturnos” en correspondencia a sus voluminosos zapatos. La dotación de máquinas y cuadros eléctricos fue cedida por Abengoa, empresa radicada en Sevilla que desplegaba su actividad por todo Andalucía y que daba trabajo a muchos alumnos de la SAFA, tanto de Electricidad como de Mecánica. Ya en el curso 59-60, 3º de Oficialía, se produjo la incorporación de D. Jaime Roselló que se haría cargo de la dirección de la rama de mecánica. Tenía D. Jaime pocos años más que nosotros y sintonizó a la perfección con el grupo. Además de la tecnología de los metales supo transmitirnos su bonhomía y fino sentido del humor. Como se dice en la introducción de este libro, nuestro curso fue la primera promoción que hizo Oficialía y más tarde Maestría con arreglo al nuevo Plan de Estudios. Como la SAFA no era Centro Oficial en aquellos días, fue necesario revalidar los estudios en la Escuela de Maestría de Úbeda.

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

CapĂ­tulo IV Nuestros cursos

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

Tiempo de estudio

Imagen muy representativa de la antigua ense単anza en el internado

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

4.- Nuestros Cursos En este capítulo hemos pretendido reflejar la máxima información posible sobre los nueve cursos en los que participamos el grupo de Profesionales. A nuestras ya deterioradas memorias que nos impedían unificar criterios respecto de cuestionario de trabajo diario, disciplina del mismo, profesores, asignaturas, libros, etc. se unía la gran dificultad, por su inexistencia, de encontrar en los archivos de la SAFA documentos que pudieran aclarar dudas, especialmente respecto de los primeros años. Las actas que se conservan en dichos archivos, comienzan con el curso 195758. Quizá, con algo más de tiempo, se pueda conseguir una reconstrucción más exacta del periodo 1953 a 1957. A modo de resumen, en el siguiente cuadro se recoge cómo fue evolucionando la presencia de los 54+4 alumnos que formamos este grupo:

NUESTRO RECORRIDO ESTUDIANTIL EN UBEDA Cursos escolares Enseñanzas

1953/54

1954/55

Preparatorio

4

3

1955/56

1956/57

8

2

Industriales

17

17

Profesionales

1

24

7

Magisterio

1957/58

1958/59

1959/60

1960/61

52

1º Oficialía 2º Oficialía (M)

34

2º Oficialía (E)

11

3º Oficialía (M)

28

3º Oficialía (E)

10 16

1º Maestría

16

2º Maestría

Total Alumnos

1961/62

4

10

26

43

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52

45

38

16

16


Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

Antecedentes En el año 1953 (curso 53/54), cuando comienza nuestra historia, aún no había un plan oficial de estudios en España que definiera la Formación Profesional. Sin embargo, los centros de la SAFA en Andalucía ya llevaban varios años impartiendo planes propios de F.P. que abarcaban diversas ramas profesionales, además del Magisterio Escolar. Concretamente en el Centro de Úbeda existían varias opciones de estudio: 1. 2. 3. 4. 5.

Magisterio Escolar La Formación Profesional (o Profesionales) que duraba 4 años. Rama Especial de Comercio, cuyo último curso fue el 55/56. Rama Especial de Bellas Artes, cuyo último curso fue el 57/58. Magisterio Industrial (o Industriales) que se inicia este mismo año.

CURSOS

NUESTRA ESTANCIA EN UBEDA 53 54 55 56 57 58 59 60 61 54 55 56 57 58 59 60 61 62

MAGIST. ESCOLAR PROFESIONALES COMERCIO BELLAS ARTES MAGIST. INDUSTRIAL NUEVO PLAN F. P.

La última promoción de Profesionales finalizó en el curso 58/59, después de haber comenzado en el curso 55/56. Estos alumnos no se acogieron al nuevo plan de Formación Profesional en el curso 57/58 porque habrían perdido un curso. En el gráfico anterior se puede apreciar cuándo finalizaron los distintos planes de FP, propios de la SAFA, con la aparición del nuevo plan oficial de la FP. Hasta el curso 56/57, los alumnos que pasaban a Profesionales eran los que accedían directamente desde el exterior por decisión propia, los que no habían alcanzado la nota mínima exigida en el examen de ingreso a Magisterio Escolar y los alumnos procedentes de Magisterio Escolar, tanto por cambio voluntario como por haber suspendido alguna asignatura.

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

En el curso 53/54 comenzó a funcionar el Magisterio Industrial, implantado por el Padre Bermudo, seguramente previendo la llegada del Plan de la FP del curso 57/58. A estos estudios accedían los que alcanzaban la nota mínima en el examen de ingreso o no querían cursar el Magisterio Escolar. La idea inicial del P. Bermudo era implantar la carrera de Magisterio Industrial, paralela al Magisterio Escolar. De ambos magisterios saldrían los profesores para todos los centros de la Institución, un profesorado formado específicamente para cumplir con los objetivos formativos de la SAFA. Cuando en la temporada 57/58 dio comienzo el plan oficial de la FP, los cursos quedaron definidos de la siguiente manera: 2 cursos de pre-Aprendizaje, 3 cursos de Aprendizaje u Oficialía y dos de Maestría. Fue en el primer curso de Oficialía donde realmente se unieron nuestros dispares caminos dentro de la SAFA. A este curso accedimos los alumnos procedentes de: 2º curso de Industriales, 1º de Profesionales -que posteriormente dejó de impartirse-, los procedentes de Magisterio Escolar por causas diversas y algunos alumnos de nuevo ingreso que entraron directamente en Oficialía. Aunque la mayoría de los que engrosamos 1º de Oficialía solo llevábamos dos años en la SAFA de Úbeda, es decir desde el curso 55/56, cuando esto ocurrió, ya había entre nosotros compañeros que llevaban hasta cuatro años Los estudios de Profesionales terminaron en el curso 58/59, o sea, que los que acabaron en ese curso habían comenzado en el 54/55. Los que iniciaron Profesionales en el curso 56/57, fueron absorbidos en el 57/58 por el nuevo plan en 1º Oficialía. Asimismo, los alumnos que habían iniciado el Magisterio Industrial en los cursos anteriores al 55/56, pasaron a Profesionales para acabar los estudios con la última promoción de éstos en el curso 58/59.

Un equipo de la 3ª División con D. Antonio Domínguez y el P. Sánchez

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

Si tenemos en cuenta estos enrevesados antecedentes y la poca información de la que disponíamos en el II Encuentro de Úbeda en abril de 2008, la tarea de construir un documento que rememore nuestra historia estudiantil es bastante dificultosa. No obstante vamos a enumerar a continuación los datos disponibles relativos a aquellos años, curso a curso, quiénes de nosotros estábamos en Profesionales, Magisterio Industrial y Magisterio Escolar; asignaturas, profesores y educadores; las notas y los exámenes; anécdotas y otros recuerdos. Como la información disponible hasta el curso 56/57 es escasa, describiremos someramente los datos de los cursos anteriores, para continuar después con más detalle a partir del mencionado curso.

4.1.- Curso 53-54 En este curso escolar, según datos disponibles, de los 52 alumnos que en el curso 57/58 constituimos 1º de Oficialía, sólo 4 ingresaron en Úbeda en octubre de 1953, para hacer el curso PREPARATORIO, común a Magisterio Escolar e Industrial. En el siguiente cuadro aparecen los cuatro pioneros de nuestro grupo. Nº

Nombre

N. de

Curso

Espdad.

Procedencia

Linares

Preparatorio

Magisterio

Nuevo ingreso

Antonio Garrido Romero

Granada

Preparatorio

Magisterio

Nuevo ingreso

3

Juan J. Jurado Rodríguez

Sevilla

Preparatorio

Magisterio

Nuevo ingreso

4

Miguel Toral Almagro

Úbeda

Preparatorio

Magisterio

Nuevo ingreso

1

Juan Gámez Molina

2

4.2.-Curso 54/55 En este curso ingresó en la SAFA de Úbeda la segunda oleada del grupo de los 52. Son 5 los nuevos incorporados: Miguel Cachinero Martín, Marcelino Florido Carrasco y Cristóbal Gómez Salazar, que entran a Preparatorio; Juan López Ruiz y Domingo del Sol Fernández, que pasan directamente a 1º de Magisterio. No obstante, los estudios que iban a realizar este curso, bien por voluntad propia o por el nivel de notas obtenido en el examen de Ingreso, distaban mucho de los estudios que finalmente realizaron. D. Antonio Domínguez con Gómez Salazar

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

Hemos de destacar, que en este curso 54/55 comenzó a impartirse el Plan de Magisterio Industrial (1º de Industriales) creado por el P. Bermudo, puesto que, en el curso anterior, el Preparatorio, era común a Escolares e Industriales. Los alumnos que realizaron este primer curso de Industriales (Morillas, Ruiz Cantero, Bonilla, Castroviejo, Hidalgo, Narciso, Ortuño, etc.) tuvieron que abandonarlo posteriormente y pasar a Profesionales para terminar la FP, propia de La SAFA, y de ese modo no prolongar excesivamente sus estudios, ante la inminente aparición del Nuevo Plan en el curso 57/58, al que no llegaron a incorporarse. Como se puede ver más adelante, en la lista de alumnos, unos realizaron cursos de Preparatorio y otros de Magisterio Escolar o Industrial. En el área de la Formación Profesional estamos todavía con el Plan de Estudios propio de la SAFA (Profesionales), más el curso de Industriales del P. Bermudo. Nº

Nombre

1

Miguel Cachinero Martín

2

Procedencia

Curso

Espcdad.

Procedencia

Sevilla

Preparatorio

M. Industrial

Nuevo ingreso

Marcelino Florido

Sto. Tomé

Preparatorio

M. Industrial

Nuevo ingreso

3

Cristóbal Gómez Salazar

Villacarrillo

Preparatorio

M. Industrial

Nuevo ingreso

4

Juan Gámez Molina

Linares

1º Magisterio

M. Escolar

Preparatorio

5

Antonio Garrido Romero

Granada

1º Magisterio

M. Escolar

Preparatorio

6

Juan J. Jurado Rodríguez

Sevilla

1º Magisterio

M. Escolar

Preparatorio

7

Juan López Ruiz

Villacarrillo

1º Magisterio

M. Escolar

Nuevo ingreso

8

José Moreno Barrera

Granada

1º Magisterio

M. Escolar

Nuevo ingreso

9

Domingo del Sol

Villanueva

1º Magisterio

M. Escolar

Nuevo ingreso

10

Miguel Toral Almagro

Úbeda

1º Magisterio

M. Escolar

Preparatorio

El estudio y clases se desarrollaban en el Edificio Central, en un aula situada en una de las plantas, a la que se llegaba entrando por la puerta principal. A mano izquierda estaba el estudio y clase de 1º Escolar, y a la derecha la de Preparatorio.

Anécdotas, recuerdos, comentarios. Juan López Ruiz (El Cuadro de Honor del colegio) “Príncipe del colegio” era la mayor dignidad a la que se podía aspirar. Para conseguirlo, se debía disponer de unas cualidades excelentes en todos los aspectos, especialmente en cuanto a calificaciones de las diferentes asignaturas. Llegar a ser nombrado Príncipe, era algo extraordinario, era como ser el modelo a imitar por todos los demás alumnos del colegio.

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Cap. 4.- Nuestros cursos

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Por cada curso, se nombraba a un “Brigadier”. Era el representante y máxima autoridad de los alumnos de la clase que ejercía de relaciones públicas entre el alumnado, profesores e inspectores: ahora lo llamaríamos el “Delegado de curso”. “El Edil” era el encargado de que el aula estuviera en perfectas condiciones, tanto de orden y limpieza, como de total disposición de tiza y borrador para la pizarra, compás, regla y todo lo necesario para las necesidades de cada clase, durante todo el curso. Si faltaba material, era él, el encargado de pedirlo y reponerlo antes de empezar la clase. También se nombraba, por curso, a un encargado de mantener todo el material deportivo en condiciones óptimas; se le llamaba “Tribuno”.

Aquí posan para la historia, D. Tomás y nuestros 5 compañeros en 1º de Magisterio Se nombraba también a dos “Jefes de fila” que se colocaban los primeros en las mismas. Éstos debían saber, en cada momento, el lugar de destino clases, comedor, capilla, dormitorios, etc.- y el itinerario correspondiente, para así conducir al resto de los alumnos. También se nombraba al “Ropero” como encargado de llevar la ropa a la lavandería y recogerla cada semana en la ropería. Aquí solían coser las prendas rotas, en su gran mayoría, calzones blancos y calcetines. Una vez limpias y repasadas, se colocaban en bolsas de tela, que, a igual que las prendas, estaban marcadas con el número asignado a cada alumno. Cada semana se manipulaban las ropas (calzoncillos, camiseta, camisa y calcetines) de unos 500 chavales; la cosa funcionaba bastante bien, aunque no sin algunas equivocaciones de vez en cuando. Otra dignidad era la de “zapatero”. Este se encargaba de llevar el calzado roto para su posible reparación y entregarlo a sus respectivos dueños una vez arreglados. Todo un lujo.

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

Estos eran los cargos más importantes que se recuerdan, aunque, sí es verdad que existían algunos más.

4.3.- Curso 55/56 Y llegó la caballería ligera, es decir, el grueso de alumnos que constituimos 1º de Oficialía en el Curso 57/58. De nueve que veníamos del curso anterior pasamos a veinticinco en este nuevo curso. Ello fue debido a los dieciséis alumnos de Magisterio Escolar que se incorporaron a Profesionales y Magisterio Industrial, bien por voluntad propia o por no haber obtenido la nota suficiente para continuar en su anterior Magisterio. Esta mezcla entre los alumnos de diferentes Magisterios originó un “conflicto” respecto a disparidad de estudios entre los futuros integrantes del nuevo Plan de Formación Profesional, que finalmente se solucionó distribuyéndonos de la siguiente manera: : 16 pasaron a 1º de Industriales, 4 a 1º de Magisterio, 5 a 2º de Magisterio y 1 a Profesionales.

Alumnos exhibiendo sus dignas condecoraciones (curso 55-56) En la 3ª División éramos 70 alumnos: 54 en 1º de Magisterio y 16 en 1º de Industriales, de manera que cada curso tenía asignaturas y profesores diferentes. En la mayoría de las actividades que se desarrollaban fuera de clase -oficios religiosos, dormitorios, comedor, fútbol, etc.-, los dos cursos aparecían unidos e incluso contaba con su propio himno.

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Cap. 4.- Nuestros cursos

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3ª División .- ( 1º de Magisterio y 1º de Industriales). Hay 16 Industriales y 4 de Magisterio, pertenecientes al grupo de los 52 magníficos

En este curso 55-56, mientras algunos de Preparatorio pasaron a 1º de Industriales, otros se incorporaron directamente al mismo; en total, allí concurrieron 16 de los futuros 52. Siguieron sus estudios de 2º de Magisterio Escolar, 5, y 4 se incorporaron a 1º de Magisterio -Mora, Moreno Barrera, Moya y Parra. Garrido Romero pasó a 1º de Profesionales. Ya empezaba a perfilarse más homogénea la orientación profesional del grupo.

Asignaturas y profesores 1º INDUSTRIALES Asignatura

Religión Castellano Matemáticas Ciencia Inglés Geografía Dibujo Trabajo manual

Profesor D. Edo. Bangueses D. Antonio Dguez. D. Diego Fdez. Padre Toscano D. Luis Barrera D. Edo. Robles D. Bernardo López

1º MAGISTERIO Asignatura

Profesor

Lengua Española Matemáticas Geografía Latín Francés Dibujo Artístico Ciencias Naturales Educación Física

D. Antonio Dguez. D. Diego Fdez. D. Edo. Robles Padre Navarrete D. Isaac Melgosa D. Fco Ocaña Corpas Padre Toscano D. Isaac Melgosa

La labor de educadores para ambos cursos la compartían, el Padre Galofré, D. Lisardo y D. Agustín. Los estudios y clases se desarrollaban en las aulas del Edificio Principal.

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

Uno de los equipos de la 3ª División. Las futuras figuras del balompié “safista” ya se iban perfilando

Curso 2º de Magisterio Durante este curso 55/56 hacen 2º de Magisterio los compañeros Juan Gámez Molina, Juan José Jurado Rodríguez, Juan López Ruiz, Domingo del Sol Fernández y Miguel Toral Almagro.

2º de Magisterio, curso 55/56

Aquí aparecen “nuestros infiltrados” Jurado, del Sol, López Ruiz, Gámez y Toral, junto a los inspectores de La 2ª División, P. Navarrete y D. Eduardo Bangueses. Garrido Romero pasa este curso a Profesionales.

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

Los estudios y clases se desarrollaban en los nuevos edificios situados frente a la fachada principal de la Iglesia. Había dos plantas de aulas y un porche en la parte inferior que daba a los campos de deporte. En la planta baja estaban la 3ª y 4ª División, y el resto de los cursos de Magisterio ocupaban la 2ª planta.

Anécdotas, recuerdos, comentarios.

Francisco Carpio (Mi llegada al internado de Úbeda)

Mi llegada al colegio de Úbeda fue la tarde de un día soleado de los primeros de octubre de 1955. Me acompañaban mis padres con los que viajé en varios autobuses regulares de viajeros desde mi pueblo, Martos, en un viaje de muchas horas, transbordos incluidos, para recorrer en total unos 80 Km. Nos recibió en la puerta principal el Padre Galofré, que con su pesada sotana y en compañía de varios alumnos, al parecer “ya veteranos”, estaban descargando un camión de colchonetas y transportándolas hacia el interior del edificio. Después de presentarnos y saludarnos nos acompañó al interior por el Hall principal hacia una gran sala situada a mano derecha en el pasillo de la planta baja, a continuación de dicho Hall principal. En esta sala había dos hileras de camas pegadas a las paredes y con un pasillo central. Cada cama tenía su correspondiente mesita de noche. Después de presentarnos y saludarnos nos acompañó al interior por el Hall principal hacia una gran sala situada a mano derecha en el pasillo de la planta baja, En una de esas camas dejamos mi maleta de madera, la que me había hecho expresamente mi primo Antonio, y nos enseñó a continuación lo principal del entorno: la explanada exterior con la iglesia y la torre, a la izquierda, un edificio de aulas a la derecha y en el centro, el edificio principal con su precioso Hall, sus columnas de mármol, las escaleras y los pasillos y corredores que de él salían. Como había mucho trabajo que hacer, el P. Galofré me pidió que me despidiera de mis padres y les ayudara en la tarea del transporte de colchonetas hacia, quiero recordar, las “camarillas” de la tercera planta. Se despidió de mis padres muy efusivamente, tal como él era (o es), transmitiéndoles tranquilidad en cuanto a mi estancia futura en el colegio. Acompañé a mis padres a la explanada exterior donde nos despedimos y donde por primera vez en mis catorce años me costó “tragar” el enorme nudo que se me hizo en la garganta. Fue una sensación nueva que nunca había sentido. Ese detalle fue, estoy convencido, el último acto de mi niñez y el primero hacia algo nuevo: la pubertad. Así que cargué con una colchoneta y me puse en la fila de colaboradores del P. Galofré, no sin antes volver la vista hacia la calle donde aún permanecían mis padres, tan apenados como yo, que me saludaron con la mano cuando me perdía en el corredor con la colchoneta.

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

No recuerdo exactamente el tiempo que estuve durmiendo en dicha sala, pero creo recordar que hasta el año siguiente (curso 56/57) no pase a dormir a las Camarillas o “Siberia”.

Pedro Mora

(Entrega de diplomas)

Al final del primer trimestre, antes de las vacaciones de Navidad, se solía organizar en el salón de actos la entrega de diplomas a los alumnos que habían destacado en cada una de las asignaturas. Creo recordar que en el mismo acto se nombraban las dignidades del Colegio: Príncipe, brigadieres y ediles. Asistía el Colegio en pleno y, tras alguna representación teatral, actuaciones del coro y otras individuales, se procedía a la entrega de premios y nombramientos. Finalizado el acto, partíamos hacia nuestros pueblos a pasar las Navidades.

Juan López (Los himnos de 1ª y 2ª división) Durante este curso 55/56, D. Isaac, D. Eduardo Bangueses y D. Eduardo Robles, compusieron y nos enseñaron los himnos de la 1ª División -de 4º a 8º de Magisterio-, la 2ª División -2º y 3º de Magisterio-, la 3ª División, compuesta por 1º de Magisterio y 1º de Industriales, y la 4ª División formada por Preparatorio.

Himno de la 2ª División En pie compañeros de ilusiones En marcha, en marcha Bajo el sol de una canción Bajo el sol de una canción.

Con el alma rebosante De una nueva juventud Para los ritmos del alba Traigo una copla de luz.

Yo voy cargado de espigas Olivo y viñedo en flor Traigo para Andalucía Una nueva redención.

Segunda, siempre en camino Siempre la misma canción Siempre tu pecho en vanguardia Me lo pide España y Dios

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

Relación de alumnos del curso 1955-56 Nª

Nombre

Natural de

Curso realiz.

Espdad.

Proced.

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26

Pedro Brazales Cueva Miguel Cachinero Martín Francisco Carpio Gómez Marcelino Florido Carrasco Juan Gámez Molina Enrique Gámez Ortega Narciso Garrido Gómez Antonio Garrido Romero Cristóbal Gómez Salazar Antonio Giménez Fdez. Juan J, Jurado Rodríguez José López Barrera Juan López Ruiz Juan Lucena Baena Pedro Mora Figueroa José Moreno Barrera Francisco Moya Ruiz José Ortega Sánchez Juan Parra Cabrera Pedro Puentes Alcántara José Ruiz Gutiérrez Antonio Sáez Lanza Domingo del Sol Fernández Miguel Toral Almagro Juan de la Torre Vargas Francisco Vela Gómez

Linares Sevilla Martos Sto. Tomé Linares Jódar Garciez Granada Villacarrillo Granada Sevilla Sevilla Villacarrillo Linares Villanueva Granada Villacarrillo Villanueva Úbeda Arjonilla Villacarrillo Gimena Villanueva Úbeda Villacarrillo Sevilla

1º Industriales 1º Industriales 1º Industriales 1º Industriales 2º Magisterio 1º Industriales 1º Industriales 1º Profesionales 1º Industriales 1º Industriales 2º Magisterio 1º Industriales 2º Magisterio 1º Industriales 1º Magisterio 1º Magisterio 1º Magisterio 1º Industriales 1º Magisterio 1º Industriales 1º Industriales 1º Industriales 2º Magisterio 2º Magisterio 1º Industriales 1º Industriales

Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica M. Escolar Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica M. Escolar Mecánica M. Escolar Mecánica M. Escolar M. Escolar M. Escolar Mecánica M. Escolar Mecánica Mecánica Mecánica M. Escolar M. Escolar Mecánica Mecánica

Nuevo ingreso Preparatorio Nuevo ingreso Preparatorio 1º Magisterio Nuevo ingreso Nuevo ingreso 1º Magisterio Preparatorio Nuevo ingreso 1º Magisterio Nuevo ingreso 1º Magisterio Nuevo ingreso Nuevo ingreso 1º Magisterio Nuevo ingreso Nuevo ingreso Nuevo ingreso Nuevo ingreso Nuevo ingreso Nuevo ingreso 1º Magisterio 1º Magisterio Nuevo ingreso Nuevo ingreso

4.4.-Curso 56/57 En este curso se producen 17 incorporaciones al grupo. Pasamos a ser 43 y nos distribuyeron: 17 a 2º de Industriales, 1 a 1º de Magisterio (Hurtado), 1 a 3º de Magisterio (Jurado) y 24 a 1º de Profesionales. Queda claro que el subgrupo que lidera al pelotón son los 24 Profesionales, compuesto ahora por 4 procedentes de 2º de Magisterio, 3 de 1º de Magisterio y 17 que se incorporaron directamente del exterior. - 50 -


Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

Durante este curso, nuestro grupo se mantiene aún distribuido en las tres ramas: Magisterio, Industriales y Profesionales. Como es lógico cada rama tiene sus programas de estudios: las asignaturas y los profesores son diferentes, excepto en el caso de taller y dibujo que son compartidos por Profesionales e Industriales. Los de 2º de Industriales desarrollaban las clases teóricas en el edificio de Magisterio y las prácticas de taller y dibujo en la zona de talleres, junto a los Profesionales. Las clases de Industriales se desarrollaban en el nuevo edificio frente a la fachada principal de la Iglesia, mientras que la sala de estudio estaba en el edificio principal. Recordareis los recorridos que diariamente hacíamos, varias veces, por el pasadizo semisubterráneo que partía del final del pasillo de comedores, hacia las clases, especialmente los días de lluvia. Los Profesionales tenían sus clases en la zona de talleres. Los educadores fueron: El Padre García Mauriño y D. Eduardo Navarro.

Asignaturas y profesores (1º de Profesionales) Religión Castellano Aritmética Ciencias

Padre Arcelus D. Eduardo D. Agustín D. Rafael Manzano

Geogr-Historia Tecnología Dibujo Taller

D. Eduardo D. Bernardo D. Agustín D. Manuel Coto

Anécdotas, recuerdos, comentarios. Francisco. Carpio (Sonambulismo) En este curso, los de 2º de Industriales ya dormíamos en la “Siberia”. No se por qué motivo, uno o varios días durmieron con nosotros en dichos dormitorios algunos externos de Úbeda. Había un tal Doblas que nos había comentado con anterioridad, que a veces era sonámbulo.

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

Por aquellos días andaba el ambiente un poco revuelto a cuenta del ruido nocturno al acostarnos y D. Eduardo Navarro “El boches” estaba bastante mosqueado. Escondido en el hueco de una de las ventanas, fue a coincidir una de esas noches con Doblas, que después de las doce de la noche andaba haciéndose el sonámbulo por aquellos pasillos estrechos. El pasar el sonámbulo le soltó tal galleta que sonó como un chasquido en una cárcava. Aún suponiendo que hubiese estado dormido, se despertó de inmediato y entre sollozos, Doblas le dijo que era sonámbulo. De lo que no me acuerdo fue de la respuesta de D. Eduardo.

(Viajes entre Martos y Úbeda) Por aquellos años, el transporte y las comunicaciones estaban a la altura del nivel de vida, o sea muy bajos. Cada final de trimestre y de curso volvía a mi casa de Martos y retornaba a Úbeda, casi siempre en autobús. Pero recuerdo que hubo un par de años en los que el viaje de Martos a Úbeda los hice en tren, debido seguramente a que era mas barato. El trayecto era el siguiente: A las ocho de la tarde cogía el tren en Martos con destino a la estación de Espeluy donde hacía transbordo a otro tren que me dejaba en la estación Linares-Baeza. Allí cogía el “León de la Loma” que me llevaba a Úbeda, desde cuya estación me desplazaba al Colegio con la maleta a cuestas, donde llegaba sobre las ocho o las nueve de la mañana. En total, más de doce horas de viaje. Toda la noche. Solo recuerdo haberlo hecho, como digo, un par de veces y las dos, en el retorno de las Navidades. Y menos mal que solo fueron dos, porque la aventura era dantesca. Para coger el tren en Martos solo podía entrar por alguna ventanilla. El tren procedente de Puente Genil (Córdoba) y La Roda de Andalucía (Sevilla) venía a reventar de gente. Casi todos militares que volvían a sus cuarteles. Con los petates y paquetes bloqueaban las puertas de acceso a los vagones porque les era imposible entrar a los pasillos y a los asientos. Todo estaba completamente lleno. Los revisores seguramente iban con el maquinista. La llegada a la estación de Espeluy era espectacular. Una de las veces pude salir por la puerta del vagón ya que los militares de la puerta más próxima iban a Madrid y se apearon todos como yo, para coger el tren hacia la estación Linares–Baeza. Pero, otra vez, tuve que salir por donde había entrado, por la ventanilla, desde donde me arrojaron mi maleta de madera a la que le crujieron las bisagras y la cerradura en el golpe contra el suelo. Pero no se rompió. Las veces que utilicé el tren, mis padres se quedaron muy preocupados en la estación de Martos, entre otras cosas porque yo solo tenía 15 años. Creo que esa fue la causa principal de que abandonáramos ese medio de transporte. Casi todos los demás fueron en autobús.

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Nuestra SAFA (Sangre en las duchas)

Alguno de vosotros tenéis que recordar esta anécdota que, aunque un poco escandalosa por la “sangre derramada”, fue sin embargo graciosa. Un día que el P. Galofré o el P. García Mauriño y creo que también D. Eduardo Navarro nos bajaron a las duchas, todo marchaba normalmente. Entramos con nuestras toallas, protegiéndonos un poco de frío reinante en la calle. Aquel frío famoso de los cerros ubetense. Nos metimos en las duchas y al momento comenzó a salir de las cabinas el vapor intenso provocado por la diferencia de temperatura. Os acordareis que, al igual que en la “Siberia” los tabiques no llegaban al techo. Mientras nos duchábamos había un ambiente ruidoso, ya que, como la regulación del agua caliente la hacía un empleado del Colegio manualmente, los gritos de “fría…, caliente…, fría.., caliente…” se mezclaban con los de los educadores que normalmente paseaban por los pasillos aconsejándonos en voz alta que nos diéramos prisa, que tuviésemos cuidado con los resbalones, etc. Pues el día de autos, creo recordar que era este curso 56/57, en plena ducha, de pronto cesaron los consejos. Se abrieron algunas puertas de ducha precipitadamente y cambió el sonido ambiente característico del momento. Se oyó alguna carrera precipitada, unos “sotanazos” y unas frases susurradas apresuradamente. Terminamos de ducharnos y cuando salimos de las cabinas descubrimos en el pasillo un reguero de sangre con dirección a la calle y que habían desaparecido los “consejeros”. Estábamos algo intrigados por lo que hubiera podido ocurrir, cuando alguno de los presentes que había entreabierto la puerta de la ducha al oír algo raro en el ambiente, nos contó que uno de los alumnos (se dice el pecado pero no el pecador; y nunca mejor dicho en aquellas años) se había “desflorado” en una intensa erección/masturbación y sangraba de tal manera que los dos formadores lo envolvieron en toallas y lo llevaron corriendo a la enfermería. Y ya nos explicamos por qué los educadores habían desaparecido del escenario y tuvimos que volver solos a los dormitorios.

Alumnos del curso 1956-57 Nº 1 2 3 4 5 6 7 8 9

Nombre Diego Álamo Vizcaino José M. Aznar González Pedro Brazales Cuevas Miguel Cachinero Martín Francisco Carpio Gómez José Chaves López José A. Cruz Rescalvo Marcelino Florido Carrasco Juan Gámez Molina

Natural de Castellar Cádiz Linares Sevilla Martos Granada Úbeda Sto. Tomé Linares

Curso 1º Profesionales 1º Profesionales 2º Industriales 2º Industriales 2º Industriales 1º Profesionales 1º Profesionales 2º Industriales 1º Profesionales

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Especdad.

Procedencia

Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica

Nuevo ingreso Nuevo ingreso 1º Industriales 1º Industriales 1º Industriales Nuevo ingreso Nuevo ingreso 1º Industriales 2º Magisterio


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10

Enrique Gámez Ortega

Jódar

2º Industriales

Mecánica

1º Industriales

11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44

José García Bautista I José García Bautista II Narciso Garrido Gámez Antonio Garrido Romero Cristóbal Gómez Salazar José M. Hurtado Martínez Ángel Ibáñez Castillo Antonio Jiménez Fernández Juan J. Jurado Rodríguez Julián Lapaz García José López Barrera Juan López Ordóñez Juan López Ruiz Antonio Lozano López Juan Lucena Baena Antonio Martínez Mayenco Pedro Mora Figueroa José Moreno Barrera Francisco Moya Ruiz Miguel Muñoz Molina Alfredo Ojanguren Soulié Joaquín Oliva Rodríguez Pedro Olivares Córdoba José Ortega Sánchez Juan Parra Cabrera Pedro Puentes Alcántara José Ruiz Gutiérrez Antonio Sáez Lanzas Antonio Sarriá Carriquí Domingo del Sol Fernández Francisco Suárez García Miguel Toral Almagro Juan de la Torre Vargas Francisco Vela Gómez

Granada Villanueva Garciez Granada Villacarrillo Úbeda Churriana Granada Sevilla Santiago Sevilla Jaén Villacarrillo Villanueva Linares Villanueva Villanueva Granada Villacarrillo Úbeda Madrid Sevilla Orcera Villanueva Úbeda Arjona Siles Jimena Orcera Villanueva Sevilla Úbeda Villacarrillo Sevilla

1º Profesionales 1º Profesionales 2º Industriales 2º Profesionales 2º Industriales 1º Magisterio 1º Profesionales 2º Industriales 3º Magisterio 1º Profesionales 2º Industriales 1º Profesionales 1º Profesionales 1º Profesionales 2º Industriales 1º Profesionales 1º Profesionales 2º Industriales 1º Profesionales 1º Profesionales 1º Profesionales 1º Profesionales 1º Profesionales 2º Industriales 1º Profesionales 2º Industriales 2º Industriales 2º Industriales 1º Profesionales 1º Profesionales 1º Profesionales 1º Profesionales 2º Industriales 2º Industriales

Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica M. Escolar Mecánica Mecánica M. Escolar Mecánica Mecánica Mecánica M. Escolar Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica

Nuevo ingreso Nuevo ingreso 1º Industriales 1º Profesionales 1º Industriales Nuevo ingreso Nuevo ingreso 1º Industriales 2º Magisterio Nuevo Ingreso 1º Industriales Nuevo ingreso 2º Magisterio Nuevo ingreso 1º Industriales Nuevo ingreso 1º Magisterio 1º Industriales 1º Magisterio Nuevo ingreso Nuevo ingreso Nuevo ingreso Nuevo ingreso 1º Industriales 1º Magisterio 1º Industriales 1º Industriales 1º Industriales Nuevo ingreso 2º Magisterio Nuevo Ingreso 2º Magisterio 1º Industriales 1º Industriales

4.5.-Curso 57/58 (1º de Oficialía) ¡Al fin, la gran amalgama! ¡Los 52 Magníficos! En este curso comenzamos con el nuevo Plan de Formación Profesional, en el que, mediante una Orden Ministerial se reconocía oficialmente los estudios de FP en España. Con este Nuevo Plan, la FP quedaba definida en 2 cursos de Pre-aprendizaje, 3 cursos de Aprendizaje u Oficialía y 2 cursos de Maestría. En total siete años. Lo de llamarle también Oficialía, responde a que, al finalizar los tres años definidos por el Nuevo Plan, se obtenía el título de Oficial Industrial Mecánico o Eléctrico, según la rama elegida. Fue en este curso, cuando, los alumnos que en aquel momento estábamos en el empeño de dejar constancia de nuestro paso por la Formación Profesional de la SAFA de Úbeda, unimos nuestros caminos.

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Los 52 que nos incorporamos a 1º de Aprendizaje procedíamos por grupos de: • 24 Alumnos de 1º Profesionales, que a partir de este curso desapareció para futuras promociones del antiguo plan privado de la SAFA. • 17 Alumnos de 2º Magisterio Industrial, otro plan de FP de la SAFA que había sido creado por el Padre Bermudo años antes y que también dejó de impartirse a partir de este curso. • 2 alumnos, Hurtado y Jurado, de Magisterio Escolar. • Y 9 alumnos, Rafa Gómez, Salvador González, Andrés Martínez, Isidro Nieto, Puche Serrano, Ramón Quesada, Sáez Puerma, Sánchez Cervera y Torres Corzo, que se incorporan del exterior En el primer momento de la aparición del Nuevo Plan de Formación Profesional en Aprendizaje, y en lo que a nosotros respecta, se definían dos ramas de estudio: Mecánica y Electricidad, aunque, como ya dijimos, el primer curso de Oficialía era común para ambas ramas. Los educadores fueron, el P. García Mauriño y D. Agustín Santabárbara. Por tanto, este curso fue en el que estuvimos más unidos y, nunca mejor dicho, después de haber estado dando tumbos por los diferentes estudios realizados en la SAFA de Úbeda hasta ese momento.

Asignaturas y profesores En el siguiente cuadro aparecen las asignaturas que realmente dimos y los profesores que las impartieron. Éstas son fiel reflejo de las notas que alguno de nosotros hemos conservado, aunque debemos decir que no coinciden fielmente con las recogidas en las actas oficiales, ya que éstas debían acomodarse al Plan de Estudios Oficial.

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Asignaturas y profesores de 1º de Oficialía Religión Matemáticas Física Química Tecnología

D. Edo. Bangueses D. Agustín Sant. D. Raf. Manzano D. Raf. Manzano D. Fco. Amate

Dibujo Lineal Lectura y Redac. Taller de Ajuste Fción. Esp. Nac. Educ. Física

D. Agustín Sant. D. Juan Herrera D. Manuel Coto D. Mariano Glez. D. Edo. Navarro

Acta Oficial de Fin de Curso, 3º de Oficialía Electricidad y Mecánica

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Anécdotas, recuerdos, comentarios.

Juan López (Concurso de ajuste)

Durante el curso se celebró un Concurso Provincial de Ajuste, en el que participaron varios alumnos de la SAFA de Úbeda. El primer premio se lo adjudicaron a Pedro Mora, por su magnífico trabajo, lo que dio lugar a que nos representara en Almería en el campeonato Regional. Allí acudió Pedro cargado con su paquete de herramientas y su dosis de ilusión. El final no fue el resultado soñado de campeón, pero se trajo un magnífico segundo puesto, el subcampeonato, aunque quedó fuera del concurso Nacional, reservado solo a los campeones. El P. Fernández me encargó buscar a algunos alumnos para arreglar los jardines de los talleres y para animarnos nos llevaba bocadillos. Solamente reuní a unos cuantos, ahora recuerdo a Sánchez Cervera, del Sol, Mayenco, Mora y Gámez Molina (nos llamaban los “cavaores”). El arreglo de los jardines lo realizábamos durante los tiempos de Educación Física, recreos y otras actividades menores, despertando la envidia del resto por gozar de “ciertas libertades”.

Pedro Mora (Lectura de notas trimestrales) Sucedió con motivo de la lectura de notas correspondientes al segundo trimestre del curso 57/58. Estábamos en el estudio los 52 de 1º de Oficialía, más los profesionales de 3º y 4º, por lo menos. El P. Sánchez, sentado en el estrado, serio y con voz firme va leyendo las notas. Llega el turno a Ballesteros (granadino de Maracena, cachondo y vital) y hace una pausa, mientras clava su incisiva mirada en el tembloroso Ballesteros. De pronto lanza su sentencia: “Conducta… CERO”. Tiembla el edificio: nosotros “acongojados”. Y prosigue: “El señor Ballesteros, en tiempo de taller, salió a la puerta y dijo irrespetuosamente a una señorita que pasaba por la acera de enfrente ¡Nena!” Sin duda el Padre Sánchez debió apoyarse en los antecedentes que dicha expresión significaba en la copla de Sara Montiel “nena, me decía loco de pasión”. Así que, la desenfrenada pasión de Ballesteros, fue duramente castigada para ejemplo de todos.

(Fabricando unas entenallas) Cuando llegamos a “dominar” las piezas clásicas como el rayo de Júpiter, la cola de milano doble, etc., Don Manuel empezó a proponernos piezas más complejas.

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A mí me correspondió hacer unas entenallas cuyo plano procedía de la Escuela de Eibar. La herramienta en cuestión constaba de dos partes: las mordazas con el muelle tensor y el mecanismo de articulación que debería hacerse a lima, y una segunda parte formada por un manubrio roscado de cabeza cónica que ejercía el empuje sobre las mordazas. No recuerdo quién me hizo el manubrio roscado, pero debió ser un compañero del curso superior que ya dominase el torno. El artilugio aún lo conservo y lo he utilizado en ocasiones para sujetar pequeñas piezas.

Preparando la clase siguiente en el Estudio

Alumnos que cursaron 1º de Oficialía Nª

Nombre

1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17

Diego Álamo Vizcaíno José M. Aznar González Pedro Brazales Cuevas Miguel Cachinero Martín Francisco Carpio Gómez José Chaves López José A. Cruz Rescalvo Marcelino Florido Carrasco Juan Gámez Molina Enrique Gámez Ortega José García Bautista I José García Bautista II Narciso Garrido Gámez Antonio Garrido Romero Rafael Gómez Perea Cristóbal Gómez Salazar Salvador González Gómez

Natural de Castellar Cádiz Linares Sevilla Martos Granada Úbeda Sto. Tomé Linares Jódar Granada Villanueva Garciez Granada Oña Villacarrillo Granada

Curso actual

Especialidad

Procedencia

1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía

Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E.

1º Profesionales 1º Profesionales Nuevo Ingreso 2º Industriales 2º Industriales 1º Profesionales 1º Profesionales 2º Industriales 1º Profesionales Nuevo Ingreso 1º Profesionales 1º Profesionales 2º Industriales 2º Profesionales Nuevo Ingreso 2º Industriales Nuevo Ingreso

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Cap. 4.- Nuestros cursos 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 49 50 51 52 53

José M. Hurtado Martínez Ángel Ibáñez Castillo Antonio Jiménez Fernández Juan J. Jurado Rodríguez Julián Lapaz García José López Barrera Juan López Ordóñez Juan López Ruiz Antonio Lozano López Juan Lucena Baena Andrés Martínez López Antonio Martínez Mayenco Pedro Mora Figueroa José Moreno Barrera Francisco Moya Ruiz Miguel Muñoz Molina Isidro Nieto Nieto Alfredo Ojanguren Soulié Joaquín Oliva Rodríguez Pedro Olivares Córdoba José Ortega Sánchez Juan Parra Cabrera José Puche Serrano Pedro Puentes Alcántara Ramón Quesada García José Ruiz Gutiérrez Antonio Sáez Lanzas Manuel Sáez Puerma Manuel Sánchez Cervera Antonio Sarriá Carriquí Domingo del Sol Fernández Francisco Suárez García Miguel Toral Almagro Juan de la Torre Vargas Vicente Torres Corzo Francisco Vela Gómez

Nuestra SAFA

Úbeda Churriana Granada Sevilla Santiago Sevilla Jaén Villacarrillo Villanueva Linares Almería Villanueva Villanueva Granada Villacarrillo El Padul Alcalá la Real Úbeda Sevilla Orcera Villanueva Úbeda Alcalá la Real Arjona Jódar Siles Jimena Alcalá la R. Vilches Orcera Villanueva Sevilla Úbeda Villacarrillo Linares Sevilla

1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía 1º Oficialía

Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E. Común M./E.

1º Magisterio 1º Profesionales 2º Industriales 3º Magisterio 1º Profesionales 2º Industriales 1º Profesionales 1º Profesionales 1º Profesionales 2º Industriales Nuevo ingreso 1º Profesionales 1º Profesionales 2º Industriales 1º Profesionales 1º Profesionales Nuevo ingreso 1º Profesionales 1º Profesionales 1º Profesionales 2º Industriales 1º Profesionales Nuevo Ingreso 2º Industriales Nuevo ingreso 2º Industriales 2º Industriales Nuevo Ingreso Nuevo Ingreso 1º Profesionales 1º Profesionales 1º Profesionales 1º Profesionales 2º Industriales Nuevo ingreso 2º Industriales

4.6.-Curso 58/59 (2º de Oficialía) En este curso continuamos con el Nuevo Plan de FP. Comenzamos, pues, 2º de Oficialía. Los 45 alumnos que nos incorporamos, procedíamos del curso anterior, 1º de Oficialía. Se descuelgan, por tanto, del grupo de los 52, los 7 alumnos siguientes: José Antonio Cruz Rescalvo, Juan Gámez Molina, Juan López Ordóñez, Miguel Muñoz Molina, Alfredo Ojanguren Soulié, Pedro Olivares Córdoba y Ramón Quesada García. Como también contemplaba el Nuevo Plan, nos separamos en dos grupos o ramas: Un grupo formado por 34 alumnos para 2º Oficialía Mecánica y otro más pequeño, de 11 alumnos, para 2º Oficialía Electricidad. Por dificultades económicas del Patronato, este curso lo comenzamos bastante más tarde, es decir, en vez de comenzar en octubre del 58 lo hicimos en enero del 59, lo que nos obligó a realizar el programa previsto en sólo dos trimestres.

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Los educadores fueron: Padre Nieto y D. Eduardo Navarro. Las clases se desarrollaban en el pabellón de talleres. El gran estudio (¡aula magna!) se empleaba como aula y como estudio, especialmente en 2º y 3º de Oficialía cuando las clases se celebraban en las otras aulas más pequeñas. Allí también se celebraba el acto de lectura de notas trimestrales, las lecturas de los sábados por la tarde, las charlas del P. Espiritual, etc.

Asignaturas y profesores (Mecánicos) Religión Matemáticas Física Química Tecnología Literatura

D. Edo. Bangueses D. Juan Herrera D. Diego Fdez. D. Juan Herrera D. Fco. Amate P. Nieto

Seguridad e H. Dibujo Ind. Taller Fción. Esp. Nnal. Educación Física

D. Juan Herrera D. Agustín Sant. D. Rdo. Ojanguren D. Mariano Glez. D. Edo. Navarro

Asignaturas y profesores (Electricistas) Religión Matemáticas Física Química Electrotecnia Tecnología

D. Edo. Bangueses D. Juan Herrera D. Diego Fdez. D. Juan Herrera D. Juan A. Jiménez D. Juan A. Jiménez

Taller (Electricidad) Literatura Seguridad e Higiene Dibujo F. E. N. Educación Física

D. Juan A. Jiménez Padre Nieto D. Juan Herrera D. Juan A. Jiménez D. Mariano Glez. D. Edo. Navarro

Anécdotas, Recuerdos, Comentarios Juan López (Construcción de una “radio-galena”) El curso 58/59, fue muy rico en anécdotas. Con la primera que nos encontramos, fue el hecho de no poder empezar a primeros de octubre, como era habitual, sino en enero del siguiente año, debido a cuestiones económicas adversas por las que pasaba el colegio. Así que, perdimos todo el primer trimestre. Ese curso fue el primero que empezaron a concedernos becas. (4,500 ptas.). Fue un respiro importante para las arcas del colegio así como para nosotros, ya que, una pequeña parte de ella nos sirvió para pagar los libros y los viajes. Mira por donde, al amigo Pedro Mora, con la colaboración de algún otro, se le ocurrió construir una “radio galena”. Después de hacer sus estudios, esquemas, materiales, montaje y demás, debía proceder a las pruebas de funcionamiento y para ello se requería una meteorología favorable y coincidente con la presencia nocturna de algún inspector que no fuera demasiado riguroso en cuanto a ruidos.

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Y llegó, por fin, esa noche. Después de apagar todas las luces -solo con la luz de los pilotos- y cuando todo estaba totalmente en calma, y en absoluto silencio, nos dispusimos a efectuar el tendido de cables de antena por las camarillas, lo cual conseguimos efectuar sin novedad y sin que ningún profesor pudiera darse cuenta de la maniobra. Y, finalmente, la prueba definitiva. Nada. Aquel artilugio no daba señal alguna que pudiera avalar nuestra ingeniería. Y, menos mal que así ocurrió, ¿se imaginan ustedes qué hubiera sucedido, si después de tomar tantas precauciones respecto a ruidos, aquel artefacto hubiera salido cantando a toda voz por petenera? El caso es, que, después de largo tiempo de pruebas, tuvimos que darnos por derrotados y trasladar a la semana siguiente la nueva prueba. Hechos los estudios pertinentes, llegamos a la conclusión de que la culpable fue la pata de la cama que se negó rotundamente a favorecernos en su papel de buen conductor y masa que posibilitara la recepción de las ondas hertzianas.

Pedro Mora (Duro camino el del aspirante a obrero) Aquel verano del 58 resultó demasiado largo. Mi familia ya se había trasladado a Madrid y la pérdida del primer trimestre, me permitió explorar las posibilidades que ofrecía la gran ciudad. Mi primo Andrés, unos años mayor que yo, empezaba a abrirse camino en la vida y me sirvió de estímulo. Empezó a estudiar el curso por correspondencia que ofrecía Radio Maymo, y yo fui estudiando los fascículos a la par, razón por la cual le tomé afición a la electrónica. Como eso no era suficiente y Estos son, se supone, los artífices del revolucionario había que ayudar en casa, logré entrar en Plata Meneses en la invento electrónico, desgraciadamente fallido sección de pulido, como aprendiz y un sueldo de 175 pts a la semana (1€ y 6 céntimos al cambio con la moneda actual). Allí estuve 3 meses compartiendo aprendizaje con el que más tarde sería un futbolista de prestigio en el Real Madrid, me refiero a Groso. En octubre me enteré que admitían peones en una obra cerca de casa y allí probé fortuna hasta que empezó el curso. El sueldo semanal pasó a ser el doble y pude ahorrar para comprarme un traje y una gabardina sin cargar en la débil economía familiar.

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El piso en que vivíamos en Tetuán de las Victorias, de tres dormitorios, obra nueva, etc., había costado 145.000 ptas. (873 €). Tras pagar unas 50.000 ptas. de entrada, quedaron mensualidades de 910 ptas. (5,46 €), lo que significa que andábamos justos. Olvidaba que antes de entrar en la obra hice la prueba como oficial de 2ª reconozco ahora que fui demasiado atrevido- en Barreiros Diesel, sección de matricería. Naturalmente, no se creyeron que un imberbe como yo pudiera desempeñar el puesto. Las ganas por volver a Úbeda no disminuyeron y cuando recibí la carta anunciando la apertura del curso, hice ver a mis padres que me interesaba acabar en la SAFA.

III Encuentro.- Restaurante “EL MARQUÉS” Relación de alumnos Nª 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13

Nombre Diego Álamo Vizcaino José M. Aznar González Pedro Brazales Cuevas Miguel Cachinero Martín Francisco Carpio Gómez José Chaves López Marcelino Florido Enrique Gámez Ortega José García Bautista Narciso Garrido Gámez Antonio Garrido Romero Rafael Gómez Perea Cristóbal Gómez Salazar

Natural de Castellar Cádiz Linares Sevilla Martos Granada Sto. Tomé Jódar Villanueva Garciez Granada Oña Villacarrillo

Curso 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía.

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Espelidad Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Electricidad Electricidad

Procedencia 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía.


Cap. 4.- Nuestros cursos 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45

Salvador González Gómez José M. Hurtado Martínez Ángel Ibáñez Castillo Antonio Jiménez Juan J. Jurado Rodríguez Julián Lapaz García José López Barrera Juan López Ruiz Antonio Lozano López Juan Lucena Baena Andrés Martínez López Antonio Martínez Pedro Mora Figueroa José Moreno Barrera Francisco Moya Ruiz Isidro Nieto Nieto Joaquín Oliva Rodríguez José Ortega Sánchez Juan Parra Cabrera José Puche Serrano Pedro Puentes Alcántara José Ruiz Gutiérrez Antonio Sáez Lanza Manuel Sáez Puerma Manuel Sánchez Cervera Antonio Sarriá Carriquí Domingo del Sol Francisco Suárez García Miguel Toral Almagro Juan de la Torre Vargas Vicente Torres Corzo Francisco Vela Gómez

Nuestra SAFA

Granada Úbeda Granada Granada Sevilla Orcera Sevilla Villacarrillo Villanueva Linares Almería Villanueva Villanueva Granada Villacarrillo Alcalá la Real Sevilla Villanueva Úbeda Alcalá la Real Arjona Siles Jimena Alcalá la R. Vilches Orcera Villanueva Sevilla Úbeda Villacarrillo Linares Sevilla

2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía. 2º Oficialía.

Electricidad Mecánica Mecánica Mecánica Electricidad Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Electricidad Mecánica Electricidad Mecánica Mecánica Electricidad Mecánica Mecánica Electricidad Mecánica Electricidad Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Mecánica Electricidad Electricidad Mecánica Mecánica Mecánica

1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía. 1º Oficialía.

4.7.-Curso 59/60 (3º de Oficialía) Este fue el tercero y último curso de Oficialía. De los 45 alumnos que éramos en el anterior curso, quedamos 38: 28 Mecánicos y 10 Electricistas. Los otros siete fueron: Enrique Gámez Ortega, Julián Lapaz García, Juan Lucena Baena, Joaquín Oliva Rodríguez, Juan Luis Parra Cabrera, José Puche Serrano y Antonio Sarria Carriquí. Este curso se llevó a cabo según el programa de Oficialía previsto en el Nuevo Plan. Finalizado el mismo hicimos el examen de Reválida en la Escuela de Maestría Industrial de Úbeda. A partir de ese momento, cualquier certificación de estudios había que pedirlo en dicha Escuela de Maestría. Así mismo el Título de Oficialía. Aprobada, pues, esta Reválida, ya podíamos considerar finalizada nuestra primera etapa de FP que nos capacitaba para introducirnos de lleno en la vida laboral. La labor de educador la ejerció el P. Nieto Larrinaga en solitario

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. Los 10 magníficos de 3º Oficialía, Electricidad, con el profesor de Taller

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Asignaturas y profesores (Mecánicos) Religión Álgebra y Trig. Resist. Matles. Electrotecnia Tecnología Apl. Dibujo Aplicado

D. Edo. Bangueses D. Juan Herrera D. Manuel Lucena D. Juan A. Jiménez D. Jaime Roselló D. Jaime Roselló

Literatura Geogr. Económica Taller F.E.N. Educación Física Org. Lab. Y RR.HH

Padre Nieto D. Juan Herrera D. Rdo. Fernández D. Mariano Glez. D. Antonio Dguez. D. Juan Herrera

Asignaturas y profesores (Electricistas) Religión Álgebra y Trig. Resist. Matles. Electrotecnia Tecnología Apl. Taller Electric.

D. Edo. Bangueses D. Juan Herrera D. Manuel Lucena D. Juan A. Jiménez D. Juan A. Jiménez D. Juan A. Jiménez

Literatura Geogr. Económica Org. Lab. Y RR.HH Dibujo F.E.N. Educación Física

Padre Nieto D. Juan Herrera D. Juan Herrera D. Juan A. Jiménez D. Mariano Glez. D. Edo. Navarro

Las clases se desarrollaban en el pabellón de talleres. El gran estudio “¡aula magna!” se empleaba como aula y como estudio, especialmente en 2º y 3º de Oficialía, cuando las clases se celebraban en otros recintos más pequeños. Allí también se efectuaba el acto de lectura de notas trimestrales, las lecturas de los sábados por la tarde, las charlas del Padre Espiritual, etc.

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Anécdotas, recuerdos, comentarios. Juan López:

(Incidente con D. Agustín) Sucedió en una clase de Física. En la pizarra nos estaba explicando la demostración de una determinada fórmula cuyo proceso era un poco extenso. En uno de los pasos me di cuenta que cometía un error y, en vez de advertirle de inmediato, decidí esperar a que terminara la demostración. Entonces, a su pregunta de si nos habíamos enterado, le comenté que había un paso que no lo había entendido bien. Pues bien, este buen profesor, en vez de irse al paso matemático concreto al que me refería, borro toda la pizarra y procedió a repetir toda la operación anterior. Asimismo volvió a cometer el mismo error y volvió también a efectuar la misma pregunta, aunque esta vez dirigiéndose a mí personalmente: -¿Y ahora, te has enterado? Le dije que me había enterado perfectamente de toda la demostración, pero insistí en que el paso que le comentaba, no lo entendía del todo. La realidad era, que, no solamente, yo, sino algunos compañeros más, que nos habíamos percatado del error cometido por el profesor, preferíamos que lo descubriera él solo cuando llegara a la parte del la demostración aludida. No me dejó decir nada más al respecto, pues de inmediato procedió a insultarme con frases como: “Eres un bobalicón” –era su palabra favorita-“no estudias y por eso eres el único que no te enteras”, etc. Yo, sin poderme contener, me levanté del asiento y di un puñetazo en la mesa al tiempo que le decía: - ¿Es que a Vd. no se le puede hacer una pregunta en clase? Al parecer eso hizo que se enfureciera más, y continuó con la misma tónica, hasta que llegó el final de la clase. Yo estaba convencido que aquel impulso mío me acarrearía alguna consecuencia seria; pero, afortunadamente, al final todo terminó felizmente y no llegó la sangre al río; aunque, sí es verdad, que durante unos días estuve bastante preocupado. En junio, hicimos los exámenes de Reválida de Oficialía en la Escuela de Maestría de Úbeda. El objetivo se alcanzó, pero las notas, en general, no fueron tan buenas como esperábamos. No sé si influiría la rivalidad que existía entre La SAFA y la Escuela de Maestría, a la que oficialmente estábamos adscritos. Fue D. Diego el que posteriormente salió elegido director de la misma.

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Relación de alumnos Nº. 1 2

Nombre

Natural de

Curso

Especialidad

Procedencia

Diego Álamo Vizcaíno José M. Aznar PedroáBrazales Cuevas

Castellar Cádiz

3º Oficialía. 3º Oficialía.

Mecánica Mecánica

2º Oficialía 2º Oficialía

Linares

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

Sevilla

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

5

Miguel Cachinero í Francisco Carpio

Martos

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

6

ó Chaves López José

Granada

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

7

Marcelino Florido

Sto. Tomé

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

8

José García Bautista

Villanueva

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

9

Garciez

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

10

Narciso Garrido á Antonio Garrido

Granada

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

11

Rafael Gómez Perea

Oña(Burgos)

3º Oficialía.

Electricidad

2º Oficialía

12

Cristóbal Gómez

Villacarrillo

3º Oficialía.

Electricidad

2º Oficialía

13

Granada

3º Oficialía.

Electricidad

2º Oficialía

14

Salvador González ó M. Hurtado José

Úbeda

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

15

í Ibáñez Castillo Ángel

Churriana

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

16

Granada

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

17

Antonio Jiménez JuanáJ. Jurado

Sevilla

3º Oficialía.

Electricidad

2º Oficialía

18

Joséí López Barrera

Sevilla

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

19

Juan López Ruiz

Villacarrillo

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

20

Antonio Lozano López

Villanueva

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

21

Andrés Martínez López

Almería

3º Oficialía.

Electricidad

2º Oficialía

22

Antonio Martínez

Villanueva

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

23

Pedro Mora Figueroa

Villanueva

3º Oficialía.

Electricidad

2º Oficialía

24

José Moreno Barrera

Cúllar-Vega

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

25

Francisco Moya Ruiz

Villacarrillo

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

26

Isidro Nieto Nieto

Alcalá la

3º Oficialía.

Electricidad

2º Oficialía

27

José Ortega Sánchez

Villanueva

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

28

Pedro Puentes á Ruiz Gutiérrez José

Arjona

3º Oficialía.

Electricidad

2º Oficialía

29

Siles

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

30

Antonio Sáez Lanzas

Jimena

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

31

Manuel Sáez Puerma

Alcalá la R.

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

32

Manuel Sánchez

Vilches

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

33

Villanueva

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

34

Domingo del Sol á Francisco Suárez

Sevilla

3º Oficialía.

Electricidad

2º Oficialía

35

í Toral Almagro Miguel

Úbeda

3º Oficialía.

Electricidad

2º Oficialía

36

Juan de la Torre

Villacarrillo

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

37

Vicente Torres Corzo

Linares

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

38

Francisco Vela Gómez

Sevilla

3º Oficialía.

Mecánica

2º Oficialía

3 4

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

Excursión a Madrid y Toledo en 1º de Maestría

4.8 Curso 60/61 (1º de Maestría) Del total de 28 alumnos que conformábamos el anterior curso, 3º de Oficialía Mecánica, solo 12 decidimos continuar estudiando hasta finalizar la segunda etapa, 1º y 2º de de Maestría Industrial. A nosotros se nos unieron 4 alumnos más procedentes de otros centros de la SAFA, con lo que completamos un grupo compacto de 16 alumnos, ejemplo de compañerismo, amistad y el consiguiente rendimiento escolar. Con casi 19 años cada uno, ya nos considerábamos unos hombres hechos y derechos, aunque por aquellos tiempos no se nos consideraba aún mayores de edad. No nos importaba. Cuando termináramos de estudiar Maestría ya tendríamos 21 años, y habríamos conseguido dos cosas muy importantes en la vida: El título de nuestros estudios con una salida triunfante del mismo y algo que los jóvenes de aquella época deseábamos quizás con más ahínco, el título de ser considerado y tratado como unos verdaderos adultos y hombres de provecho, es decir, el título de nuestra mayoría de edad. Sería algo maravilloso. Los que terminaron 3º Oficialía Eléctrica, no tuvieron la opción de continuar Maestría porque aún no se impartía.

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

Asignaturas y Profesores Religión Matemáticas Física y Química Tecnología Dibujo Seg. Trab. y RR.HH

Padre Theotonio D. Juan Herrera D. Diego Fdez D. Jaime Roselló D. Jaime Roselló D. Juan Herrera

Inglés Taller F.E.N. Información Moral

D. Luis Becerra D. Rdo. Fernández D. Mariano Glez. D. Jaime Roselló Padre Theotonio

Las clases se impartían como anteriormente a los antiguos Profesionales, en las aulas junto a los talleres. El estudio previo lo realizábamos en nuestros propios aposentos donde disponíamos de pupitre y silla, además, por supuesto, de la ausencia total de ruidos, indispensable para la concentración.

Anécdotas, recuerdos, comentarios.

José García Bautista II

(Tecnología y Dibujo) En Tecnología, D. Jaime Roselló, hombre joven e innovador; introdujo algunas variantes al método tradicional: Según él, el alumno era el motor de su formación. Él se encargaría de estimular dicha actitud y protagonismo. Creía que debía estar muy cerca del alumno, pero sin someterlo a una presión extra que pudiera estar ocasionada por su presencia. Esta idea le obligaba, en ocasiones, a abandonar su mesa y mezclarse entre nosotros.

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

Éramos un grupo reducido y teníamos la experiencia del curso anterior, 3º Oficialía. En su primer año tuvo que vencer su enorme timidez, y, sobre todo, dominar la risa que sin causa aparente nos contagiaba durante las clases. Su cuerpo, “peso pluma”, encerraba gran conocimiento tecnológico, enorme respeto a sus alumnos y muchas ganas de hacer bien su trabajo. Con él visitamos los talleres del colegio y entorno industrial, con lo cual recibíamos a pie de máquina una muy sustanciosa y útil información. Introdujo, como “texto oficial”, unos cuadernos o fascículos traducidos del francés y que contenía información y datos muy actualizados: esquemas, ábacos, tablas, enorme cantidad de datos técnicos, etc.. Para algunos de nosotros eran muy farragosos y, a veces, más que el cerebro, debíamos agudizar la vista para poder leer la letra pequeña. Todavía conservo uno de ellos, que en numerosas ocasiones me sirvió para enseñar a mis alumnos y que medio siglo después, en especiales temas, aún me sigue siendo útil. Creo merecedores de resaltar a nuestros queridos compañeros Carpio y Reina, que, en esta especial y bonita asignatura eran los que más destacaban, sin restar protagonismo, por supuesto, al alto nivel de todos en general. En lo que respecta a Dibujo, nuestro trabajo estuvo centrado en la realización de croquis y planos de conjuntos mecánicos, y su despiece (vistas, cortes, secciones) En los cajetines normalizados, iban los datos y especificaciones con rotulación normalizada. Ahora con los nuevos programas informáticos Autocad, Autodef, Autofich, etc., este trabajo está más que “chupao”; entonces era una tarea muy laboriosa, por no decir, ímproba. Había que ser un artista con la plumilla, tiralíneas, compás y demás herramientas de dibujo lineal, y no menos con la cuchilla de afeitar. Con ella hacíamos verdaderas virguerías de restauración, especialmente en los trazos que no salían muy correctos; y, ¡Ojo con debilitar el formato! “1” -entonces no conocíamos el DIN A4-- o dejar profundas huellas. Si esto ocurría, entonces, casi era mejor arrojar la lámina a la papelera y dibujarla de nuevo. Sobre el tiralíneas y la tinta china, podríamos escribir sainetes, comedias, tragedias y también la Heroica, aunque ésta menos. Entre los artistas anteriormente citados, Reina y Carpio, no merece menor distinción nuestro compañero Sáez Lanzas, “el Pollo”. Raras veces su calificación estaba por debajo del sobresaliente. Las de los demás todas eran notables, es decir, entre el siete y el ocho. No se conocía el aprobado y por supuesto, jamás el suspenso, o insuficiente, como ahora se le llama.

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA Taller

D. Ricardo Fdez. Ojanguren La asignatura con mayor carga horaria y buen ambiente de trabajo. Funcionaba como una pequeña empresa familiar. El taller no estaba mal pertrechado o equipado, para la época que nos tocó vivir, pero aún así, mejoró sustancialmente con la llegada de un nuevo torno “MICROTOR” y utillaje para Maestría. Respecto a seguridad, no recuerdo accidentes importantes a excepción de algún que otro cortecillo, en las manos, producidos mayormente por las virutas que se originan al maquinar el material. En los trabajos se exigía, calidad y especial atención a la tolerancia. Rara vez las piezas pasaban los primeros controles. D. Ricardo, desde su perspectiva de gran profesional y buen conocedor de nuestras posibilidades, nos exigía hasta donde conocía que podíamos llegar. Y así lo demostramos y celebramos durante y después, respectivamente, del el examen de Reválida en la U.L. de Córdoba. Este gran hombre es merecedor de nuestros más encendidos elogios por su trabajo y cualidades humanas. Un referente, uno más, para los que nos hemos dedicado a la enseñanza, en modo especial, y supongo para el resto. En 1º, los oficiales de torno hacían fresa y viceversa. En 2º, realizábamos proyectos donde había que manejar toda la maquinaría.

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

Alumnos destacados en el taller y con nota de 8, Carpio, López Barrera, Reina y Sáez Puerma. El resto, buen nivel (6 y 7). D. Ricardo, no solía regalar una sola décima. Sí, en cambio, su respeto y trato inmejorable.

Relación de alumnos Nº

Especialidad

Procedencia

1 2

Francisco Carpio José Chaves López

Nombre

Martos Granada

Natural de

1º Maestría 1º Maestría

Curso

Mecánica Mecánica

3º Oficialía 3º Oficialía

3

Marcelino Florido

Sto. Tomé

1º Maestría

Mecánica

3º Oficialía

4

José García Bautista

Villanueva

1º Maestría

Mecánica

3º Oficialía

5

Narciso Garrido Gámez

Garciez

1º Maestría

Mecánica

3º Oficialía

6

Antonio Garrido

Granada

1º Maestría

Mecánica

3º Oficialía

7

Antonio Jiménez á Lledó Sánchez Ángel

Granada

1º Maestría

Mecánica

3º Oficialía

8

Orce

1º Maestría

Mecánica

Nuevo

9

José López Barrera

Sevilla

1º Maestría

Mecánica

3º Oficialía

10

Juan López Ruiz

Villacarrillo

1º Maestría

Mecánica

3º Oficialía

11

José Moreno Barrera

Cullar-Vega

1º Maestría

Mecánica

3º Oficialía

12

Linares

1º Maestría

Mecánica

Nuevo

13

Valentín Perales Joséi Luis Pérez Santos

Córdoba

1º Maestría

Mecánica

Nuevo

14

Manuel Reina Rodríguez

Andújar

1º Maestría

Mecánica

Nuevo

15

Antonio Sáez Lanzas

Jimena

1º Maestría

Mecánica

3º Oficialía

16

Manuel Sáez Puerma

Alcalá la R.

1º Maestría

Mecánica

3º Oficialía

Excursión al Pantano de El Tranco. D. Ricardo en primer plano

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

4.9.- Curso 61/62 (2º Maestría) A este curso, 2º de Maestría, asistimos los mismos compañeros del año anterior. La labor de educadores la compartían los Padres Theotonio y Rivas. Como en Primero, las clases se desarrollaban en las aulas junto a los talleres, y el estudio en nuestros cuartos. Este curso finalizó un mes antes con el fin de disponer de tiempo suficiente para preparar la Reválida de Maestría, cuyos exámenes serían el siguiente mes en la U. L. de Córdoba. Finalizado este curso y preparados para enfrentarnos al que sería nuestro examen final, nos trasladamos, ya en pleno verano, a la citada Universidad de Córdoba, donde serían las pruebas correspondientes. Tres días de sofocante calor, eso sí, pero que no influyó para nada en los resultados de los exámenes. Nuestros objetivos, que para nosotros era lo más importante, se cumplieron, y todos conseguimos superar las pruebas con excelentes calificaciones.

Asignaturas y Profesores Matemáticas Física y Química Tecnología Dibujo Organiz. Industrial

D. Juan Herrera D. Diego Fdez D. Jaime Roselló D. Jaime Roselló D. Juan Herrera

Inglés Taller F.E.N Información

D. Luís Barrera D. Rdo. Fernández D. Mariano Glez D. Juan Herrera

Anécdotas, recuerdos, comentarios. José García Bautista Organización Industrial (D. Juan Herrera Catana) Ninguna asignatura tenía la “consideración-tratamiento” de “María”. Había que aprobarlas todas o, a casa, si bien su carga horaria era menor y en boca y manos de D. Juan, nos resultaba fácil superarla. Se volcaba en su trabajo, pero en los exámenes era bastante benévolo, casi en exceso. Copiarle, no suponía ningún reto ni riesgo, de modo que no abusábamos. Además le veíamos tan buena persona, tan educado y correcto con nosotros que daba “corte” hacerlo.

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

Con su fisonómica esbeltez llenaba su zona de trabajo. Enorme estampa. En su peinado alisado hacia atrás en negro pelo, ropa impecable y centrada corbata, siempre atento a ella, se apreciaba su exquisita personalidad y elegancia. Un gesto característico que no se nos escapaba a los más observadores, el insistente movimiento de introducción del dedo índice de la mano izquierda, entre el cuello de la camisa y el suyo propio. ¿Tal vez algún retoque a su elegancia?, ¿Aliviar momentáneamente de la persistente presión de su corbata, su castigada garganta? ¿O simplemente un ligero “tic” nervioso? La corrección personalizada y modelo a seguir; para los que nos hemos dedicado a la enseñanza y referente metodológico de gran ayuda. En cuanto a los contenidos de la materia –Productividad, Organización laboral y su jerarquización, Organización técnica y Legislación- ni solía hacer comentarios de tipo político-sindical, ni tampoco se lo demandábamos. Se remitía a sus experiencias y casos prácticos. No obstante, el humanismo cristiano y la resolución de los problemas socio-laborales, por la vía del diálogo y la negociación, impregnaban su mensaje. Algo influiría en algunos de nosotros, junto a los jesuitas P. Gómez, P. Marín y otros, para participar en algunas de las actividades de la HOAC, JOC., y también otras de aquella época. En el terreno profesional intentaba inculcarnos: Metodología -Hasta para barrer una calle tenemos que hacer un plan de trabajo, nos decía: Establecimiento de normas claras y concisas; respeto al organigrama de la empresa; aprovechar los recursos. Entonces no se decía optimizar: Cumplir, producir para exigir y Otras.No existía texto oficial. Utilizábamos el de la foto.

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Cap. 4.- Nuestros cursos

Nuestra SAFA

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Cap. 5.- La formación recibida

Nuestra SAFA

Capítulo V La formación recibida

SAFA de Úbeda

Nuestro querido amigo y compañero Pedro Puentes Alcántara, en el taller de Electricidad entre reóstatos

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Cap. 5.- La formaci贸n recibida

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Cap. 5.- La formación recibida

Nuestra SAFA

5.- La formación recibida A veces, notábamos demasiado la presión del Sistema Formativo. Metámonos dentro de nuestra propia piel como ejercicio de “auto-empatía”: adolescentes y transitando a la primera juventud, con las hormonas subiendo, bajando, girando, agitándose sin solución de continuidad; encerrados, con ventanas a la calle sólo los domingos por la tarde; con la presión de las clases de química o resistencia de materiales; manteniendo el equilibrio, por los pasillos, en misa, en el estudio o en el comedor para que no nos quitaran los puntos en Urbanidad, en Conducta o en Aprovechamiento. Realmente se nos formaba en la responsabilidad y en el esfuerzo, mientras que el cuerpo nos pedía más relajación, más tranquilidad, menos estudio y más juego. El “yo maduro” de ahora valora muy positivamente aquella formación, pero el “yo joven” de entonces se revelaba con frecuencia. La eterna dialéctica interactiva entre el individuo y el sistema: o cede el individuo o cede el sistema. Está claro que, aunque a veces presionáramos un poco, los “curas” no cedían ni un milímetro de terreno. Y en esas condiciones, “o te aclimatas o te aclimueres”, no tienes otra opción. El Sistema Formativo en el que nos educaron los jesuitas, hunde sus raíces en el “Ratio Studiorum” que tan buenos frutos produjo en escuelas y universidades de todo el mundo a lo largo de los siglos, en base a cuatro componentes fundamentales: a) Utilitas: Proporciona a los estudiantes los instrumentos necesarios para destacarse en el terreno profesional. b) Humanitas: Aporta a los y estudiantes habilidades sensibilidad para enfocar los problemas de convivencia y relaciones humanas. c) Iustitia: Desarrollo del pensamiento crítico, juzgar con ponderación, infundir respeto por los derechos de los demás y prevalencia del bien común. d) Fides: Formar en la fe, con un respeto escrupuloso a la libertad religiosa y a las creencias de los otros.

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Cap. 5.- La formación recibida

Nuestra SAFA

5.1.- Religiosa Para los jesuitas, la formación religiosa era esencial. En aquellos años, empezaban en España tímidamente los movimientos derivados de las Internacionales Obreras y, los jesuitas, con el olfato puesto en la vanguardia, se iban involucrando en las primeras mareas, liderando en gran medida, los Movimientos Obreros Cristianos. Concurrían en el mundo del trabajo los objetivos políticos auspiciados por los opositores al Régimen de Franco en la clandestinidad que se encargaba de formar a los líderes obreros y el apostolado religioso, promovido por la Iglesia en el mundo obrero que, de paso, se encargaba de garantizar la legitimidad de las actividades. La buena sintonía entre el Régimen y la Iglesia Católica constituía un buen caldo de cultivo para propiciar este tipo de movimientos sociales. Como fruto de este proceso, nacieron los grupos de trabajadores católicos como Juventud Obrera Católica (JOC), Hombres Obreros de Acción Católica (HOAC) y la Vanguardia Obrera Juvenil (VOJ). El P. Gómez y el P. Marín prestaron especial dedicación a este tipo de apostolado y nosotros llegamos a entrar en las órbitas de estos grupos. Conviene recordar que por aquellos años se inició el movimiento de Curas Obreros, en el que los jesuitas militaron especialmente. Valga como ejemplo relevante, el liderazgo protagonizado por Díez Alegría y Llanos en Madrid. En esta atmósfera, la enseñanza religiosa que nos transmitieron los jesuitas discurría por dos vertientes: La Clásica, integrada por la práctica del ritual religioso católico (rosarios, misas, oraciones en el estudio, en la comida, ejercicios espirituales, el ángelus, etc.) a la que dedicábamos una hora diaria de media y la transmitida a través de las clases de Dogma, Moral y Evangelio; y la Social, transmitida a través de algunas homilías y actividades extra como la V.O.J, mencionada con anterioridad. Se nos instaba inculcar el hacer apostolado en nuestros futuros centros de trabajo y a considerar la “Justicia Social” objetivo prioritario. 5.2.- Académica Tras abandonar Úbeda, la mayoría de nosotros tuvo la oportunidad de contrastar, cómo nuestro nivel de estudios, tanto en Oficialía como en Maestría, era superior al conseguido en las escuelas oficiales de FP con idéntico Plan de Estudios. Lo mismo sucedía entre los maestros de la SAFA y los que hacían la carrera en las Escuelas Normales de Magisterio. ¿Cuál era la diferencia? Sencillamente, un régimen de estudios más exigente dentro de un clima de gran motivación, ingrediente esencial del aprendizaje. A esto hay que sumar el control ejercido por medio de exámenes y notas. Nos mantenían en situación de jaque continuo y eso nos habituó a obtener un buen nivel de rendimiento.

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Cap. 5.- La formaci贸n recibida

Nuestra SAFA

P谩gina del manual donde aprendimos el himno de la V.O.J. (Vanguardia Obrera Juvenil)

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Cap. 5.- La formación recibida

Nuestra SAFA

Nos comentaba nuestro compañero Sánchez Cervera en el II Encuentro que él fue uno de los representantes de la SAFA en las Pruebas Comparativas de Nivel que se celebraron en Jaén entre las Escuelas Oficiales de Jaén, Úbeda y Linares, y los centros SAFA de Úbeda y Andújar.

Nuestros representantes obtuvieron las puntuaciones más altas. En la foto del Diario Jaén, podemos ver a Sánchez Cervera “dialogando con su pieza” en el torno. Recordemos que la distribución de actividades lectivas nos ocupaba toda la semana, excepto los sábados por la tarde que se dedicaban a tareas complementarias de índole cultural. Los domingos quedaban libres: las mañanas para el deporte, las tardes para paseo a Úbeda y la “Hora Social” en el colegio con actuaciones individuales, teatro o cine. Cuando se producía algún desencuentro colectivo con la dirección, el castigo consistía en permanecer la tarde de los domingos en el estudio. El sistema se aseguraba de que los alumnos dedicaríamos un tiempo suficiente al estudio individual. Estratégicamente, antes de cada clase, disponíamos de ¾ de hora para preparar la clase siguiente. De ese modo, la inmediatez creaba la presión, y la motivación por los contenidos surgía con naturalidad. El estudio se hacía en el aula grande del pabellón anejo a los talleres. En correspondencia a este régimen de trabajo severo y un profesorado, por lo general, con vocación y ganas de enseñarnos, los alumnos equilibrábamos la ecuación aportando esfuerzo, interés y sentido de la responsabilidad. Así el sistema se realimentaba positivamente y se conseguía la excelencia, como se dice ahora.

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Cap. 5.- La formación recibida

Nuestra SAFA

El interés y la dedicación del profesorado constituían para nosotros un ejemplo digno de admiración, un bagaje del que nos hemos valido a lo largo de nuestra vida profesional. Baste recordar que en nuestros posteriores encuentros, ya maduros, en 1990 y 2008, los primeros recuerdos se los dedicamos a profesores como D. Juan Herrera y D. Jaime Roselló, aún felizmente entre nosotros, y que mantiene la forma de su exquisito e irónico talante, como tuvo ocasión de demostrarnos con su cálida intervención en el II Encuentro.

Andrés, D. Jaime y Perales, atentos en el II Encuentro El profesor D. Juan Herrera, al que le tocó enseñarnos los secretos del Álgebra, era abogado, pero estaba especialmente dotado para el arte de enseñar. Utilizaba la “mayeútica socrática” como método deductivo, con toda la paciencia y afectividad del mundo. Era frecuente, sobre todo en la fase del Álgebra en que se enseña a plantear las ecuaciones a partir de las proposiciones del problema, sacar al estrado a uno de nosotros y entablar un diálogo deductivo con él, pero manteniendo captada la atención de toda la clase ¡Disfrutaba enseñando, ese era su secreto!

5.3.- La formación humanista Resulta difícil diferenciar esta componente de la religiosa y la académica. La separa de ellas una zona difusa y así debe ser cuando se trata de una formación absolutamente integral. Los jesuitas no se limitaron a instruirnos como unos meros técnicos mecánicos o eléctricos; fueron más allá; nos formaron como “hombres de provecho” que se decía entonces, aptos y capaces para dar a la sociedad el ciento por uno.

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Cap. 5.- La formación recibida

Nuestra SAFA

La vida en el internado, a diferencia con la enseñanza de externado, obliga y da la oportunidad de ejercer el arte de la convivencia, tanto en horizontal como en vertical, las 24 horas del día. Aunque a veces nos resultase duro, hoy apreciamos lo valioso de la experiencia y cómo fortaleció nuestra personalidad. La formación en lo humano y personal, recaía parcialmente en los inspectores, profesor o cura en su etapa de Maestrillo, que se ocupaban de acompañarnos durante todo el día excepto el tiempo de clases. Así que al levantarnos, asearnos, ir a misa y desayuno, allí estaba el inspector con mejor o peor semblante, vigilando que las normas establecidas se cumplieran fielmente. Ellos se encargaban de evaluar las notas generales como Deberes Religiosos, Trabajo, Educación y Responsabilidad. Con todo, los inspectores serían algo magnánimos, si analizamos la puntuación final, media de todo el curso, que le dieron al entonces vitalista y hoy conspicuo Aznar, en estas disciplinas generales. En estas circunstancias, la convivencia entre nosotros discurría con bastante normalidad. Por otro lado, la cultura del esfuerzo, el aprovechamiento del tiempo, el respeto al otro y la valoración del bien común por encima de nuestras propias apetencias, los íbamos asimilando con una naturalidad que hoy resultaría difícil de entender.

Nuestros amigos y noveles maestros Industriales, intentando ligar en Madrid con un grupo de chicas

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Cap. 5.- La formación recibida

Nuestra SAFA

5.4.- Principios Educativos A lo largo del libro y, en especial, en este capítulo hemos hecho referencias a los Principios Educativos de la SAFA. En nuestro tiempo no recordamos que estuviesen escritos, incluso no se hacía mención a los mismos explícitamente. Sería en 1974 cuando se editaron para conocimiento de la familia safista. A continuación reproducimos una copia de aquellos Principios Educativos. Al leerlos, identificamos perfectamente su contenido con lo que era la práctica normal durante los años que permanecimos en el Colegio.

ESCUELAS PROFESIONALES DE LA SAGRADA FAMILIA

1974

Principios Educativos

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Cap. 5.- La formaci贸n recibida

Nuestra SAFA

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Cap. 5.- La formaci贸n recibida

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Cap. 5.- La formaci贸n recibida

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Cap. 5.- La formaci贸n recibida

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Nuestra SAFA


Cap. 5.- La formaci贸n recibida

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Himno de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia M煤sica: Padre Massana. Letra: Padre J.A. Sobrino

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Cap. 6.- La vida en el internado

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Capítulo VI La vida en el internado

Nuestro querido amigo y compañero Parra, 50 años después. Muy feliz, recorre aquel pasillo de los dormitorios de la 1ª División y Profesionales. En su rostro se aprecia su satisfacción mientras pensaría, ¡¡¡Cuántas veces habré recorrido este pasillo en mis tiempos de estudiante!!!

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Cap. 6.- La vida en el internado

Nuestra SAFA

El salto con pĂŠrtiga era uno de nuestros usuales deportes

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Cap. 6.- La vida en el internado

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6.- La vida en el internado Nos incorporamos a la SAFA de Úbeda con doce o trece años. La mayoría de nosotros solo tenía conciencia del reducido ámbito rural en que hasta entonces se había desarrollado nuestra vida: la familia, la escuela, los amigos y el cine que constituía la única ventana al mundo exterior. Otros, por el contrario, eran de capital y eso pesaba en las primeras formaciones de grupos: los de capital se mostraban más despabilados y copaban los primeros liderazgos. La entrada en el colegio de Úbeda supuso la amplificación automática de aquellos elementos que venían sosteniendo nuestro vivir. Los padres fueron sustituidos por los jesuitas, instructores y profesores; la escuela unitaria se convirtió en un instituto ó una pequeña universidad: de un profesor para todo pasamos a un profesor por asignatura; los hermanos y los amigos crecieron exponencialmente, incluso podías elegir la pertenencia al clan sevillano, granadino, cordobés, ubetense, linarense, etc. Cada grupo aparecía con sus rasgos específicos y su peculiar modo de ser, de manera que, si la diversidad resultaba interesante, las primeras y segundas derivadas de las relaciones, lo eran más. Los de capital aportaban modernidad a los rurales cuando transmitían los usos y costumbres de la gran ciudad y los rurales enseñaban a los capitalinos a manejarse con la flora y la fauna autóctonas.

Vestuario y calzado, dan una pista sobre el “status” de cada uno. Quiero decir, entre pobres, modestos y pare usted de contar.

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Cap. 6.- La vida en el internado

Nuestra SAFA

Un ejemplo de este tipo de transferencias mutuas lo debieron protagonizar el gaditano Aznar y el villanovense Mayenco: éste, seguro que paseó por las calles de Cádiz, subió a los tranvías y cruzó la Bahía en el vaporcito Adriano II, montado en la alfombra mágica tejida con las palabras del mago Aznar, pero esos prodigiosos relatos quedaron en nada cuando Mayenco lo enseñó a degustar las espigas verdes de trigo: Aznar, como Esaú, no tuvo más remedio que rendirse ante el estimulante sabor del trigo verde. Sus papilas gustativas quedaron rendidas y entregadas a los efectos del novedoso sabor. Cuentan que las espigas crearon tal grado de adición en el gaditano que, los lunes sucesivos a la primera caída, se le veía en la cola del confesionario del Padre Arcelus para confesar su doble pecado: el de voluptuosa gula y el de aprovechamiento indebido de bienes ajenos. El propósito de la enmienda, de obligado cumplimiento en el acto de la confesión, solo se hacía efectivo a la entrada del estío cuando las espigas se doraban y los granos se endurecían para defenderse del singular depredador.

El día a día en el internado El día a día de la semana laboral, estaba caracterizado por un orden casi cronométrico de todo lo que nos acontecía dentro del colegio y bajo la férrea, aunque sana disciplina, indispensable para educar correctamente unas mentes demasiado jóvenes. Desde el obligado despertar a las 7,30 de la mañana, en que aquel timbre, pulsado con mordaz y pícara sonrisa por el dedo inflexible del inspector de turno, sonaba con su estridente y ensordecedor ruido capaz de despertar a todo un regimiento como si de zafarrancho de combate se tratara, hasta la hora de dormir, después de una jornada intensísima de trabajo, en la que no existía la menor posibilidad para dar paso al aburrimiento. Finalmente y esperado con gran ansia e ilusión, llegaban el sábado y el domingo. El sábado, porque solo por la mañana teníamos actividades pedagógicas como de costumbre, y el domingo, porque, olvidados de esa férrea disciplina propia de los días anteriores, se dedicaba, por la mañana, a las diferentes actividades, en su mayoría deportivas, y por la tarde, después de un almuerzo de más calidad, a pasear por el pueblo hasta la hora de la cena.

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Cap. 6.- La vida en el internado

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Por tanto, sí es cierto que se notaban diferencias entre las actividades de los días laborables y las de los festivos, pero, como era lógico, siempre bajo la omnipotente disciplina que, como la batuta del director de orquesta, nos marcaba las manillas de ese cronómetro al que denominamos reloj. Bajo estas intrínsecas normas de convivencia, necesarias siempre en cualquier escuela en régimen de internado, voy a intentar, con el apoyo de otros compañeros que durante unos pocos de años, unos más y otros menos, convivimos juntos, reflejar lo más exacta y fielmente posible, cómo se movían nuestras vidas en el interior del colegio, siempre según nuestros recuerdos y percepción de lo que aconteció en aquellos años. Como ya ha quedado dicho, la jornada empezaba con el sonido de aquel malévolo timbre que te obligaba a dar la primera carrera del día hacia los aseos. Si no corrías, te podías encontrar con el problema que siempre supone la espera a que cualquier compañero dejara libre el lavabo o el water que habían conseguido antes que tú, como premio a ese primer sacrificio matinal acelerado. ¿Recordáis el frío que hacía en las camarillas de la Siberia? ¿Y la gélida temperatura de aquella agua que, asomando amenazante por los grifos de los lavabos, nos decía: “aquí estoy y a ver quien tiene el suficiente valor de enfrentarse a mí, cara a cara, y no sólo con la sombra de mi presencia”? –esto seguramente que se lo diría a aquellos que solo abrían ligeramente el grifo para dar paso a un débil hilillo del líquido en cuestión y con el que solo reblandecían los residuos que los ojos suelen emanar durante la noche.

Legendaria formación futbolística de la 3ª División, curso 55-56. Junto a García Morales y Lanzat, aparecen nuestros Ortega y Puentes Alcántara.

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Pues bien, terminado, por fin, aquel matutino y cruel martirio, y ya dispuesto para entrar de lleno en faena, debíamos proceder al “cuerpo de casa”, es decir, hacer la cama y ordenar los enseres de que disponíamos cada uno en la camarilla, para posteriormente presentarnos a la salida del dormitorio, donde ya el Inspector de turno esperaba impertérrito para conducirnos, formados siempre en dos filas y en silencio, hasta la iglesia; allí, como correspondía, debíamos oír la Santa Misa. He de hacer constar, que no por el solo hecho de estar en la iglesia era el único lugar donde debíamos manifestar esta actitud de respeto y absoluto silencio, no, esta respetuosa compostura presidía nuestro habitual modus vivendi en cualquier lugar, excepto en el recreo y talleres. Terminada la misa, y de nuevo en formación de dos, nos íbamos para el comedor a tomar el desayuno: Café, con leche americana, y pan con mantequilla, también americana. Acabado el desayuno pasábamos inmediatamente a las respectivas zonas de estudios, siempre distintas para Magisterio y Profesionales. Concretamente nosotros, “Los Profesionales” bajábamos a las aulas junto al patio de talleres. La jornada pedagógica se iniciaba con 45 minutos de estudio en las salas asignadas para tal fin, e igual tiempo para la clase que debía impartir el profesor al que correspondía la asignatura que habíamos estudiado. A media mañana, ya finalizada la primera clase, nos íbamos al “Recreo”, -no recuerdo si eran 45 o 60 minutos. Era el primer momento del día en el que se podía dar rienda suelta a la excitada dialéctica, propia de la juventud, alternada con carreras y juegos en el único campo, junto a las aulas, de no muy extensas dimensiones.

Rueda y Chaves en el campo de futbol, junto a los pórticos donde jugábamos al frontón

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En éste jugábamos mayormente al fútbol; junto a él disponíamos de un cobertizo donde solíamos jugar al frontón, pero solo cuando no llovía. Si esto ocurría, entonces, aquellos porches se convertían en un campo de batalla, donde todos juntos, dando patadas a un balón, intentábamos alcanzar al primero que se cruzara en su trayectoria. Ni que decir tenía que los verdaderos artífices del cotarro, es decir, los que propinaban los fuertes balonazos a los demás, siempre eran los que mejor chutaban. Para los amantes de la gimnasia unas mancuernas rudimentarias fabricadas en el taller, un foso de arena de 2x6 metros y una, no menos rudimentaria, barra fija instalada junto a las clases, era todo el material de que disponíamos. Los más sedentarios jugaban a las cartas, dominó, damas, y también al “troncho”, No sé si os acordáis de este simpático juego. Un tablero de un metro cuadrado donde se situaban de forma adecuada 24 fichas redondas y planas, parecidas a la de las damas, y de diferente color, 12 a 12. Intervenían dos competidores que, en poder de otra ficha algo mayor, debían deslizarla por el tablero dándole un ligero golpe con los dedos de la mano, de tal forma, que pegándole solo a las que le correspondía debía introducirla en un foso situado en cada esquina del tablero. El que antes las introducía, ganaba la partida. Lógicamente organizábamos competiciones, especialmente de fútbol, en las que participábamos todos. Terminado el recreo, vuelta al estudio y a clase según indicaba el horario previsto.

T. Máquinas

Carpimt. Clases y Est.

Barra fija y foso

Porches

Garaje T. Electricidad S. Actos

Pan. Zapat.

Escultura

T. Ajuste

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M. Expl. Del.

C. de fútbol


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. Respecto de la gimnasia, no recuerdo exactamente si la hacíamos a diario o solo días alternos, pero era evidente que constituía una fuente inagotable de anécdotas. Me viene a la mente aquella en la que en pleno desarrollo de la tabla, uno de los compañeros, concretamente Miguel Cachinero, no pudo negarse a la constante exigencia de sus gases gástricos de salir hacia el exterior y como consecuencia, los más próximos empezaron a gritar: ¡¡¡Don Eduardo huele, Don Eduardo huele!!!; éste, con su habitual porte altivo y “chulesco” y su peculiar forma de hablar respondía: Ya sé que “duele”, para eso hacemos los ejercicios, para que “duela”. A las doce en punto del medio día, que solía coincidir con el final del recreo, se Comedores. Al fondo, el amigo Parra rezaba el Ángelus, para luego con el encargado de instalaciones volver a clase o al taller, según tocaba. Terminada esta última clase de la mañana, un toque de silbato nos señalaba que debíamos formar para ir al comedor. Entrábamos con el orden exigido e íbamos ocupando el lugar que cada uno teníamos asignado. Bueno, sí es verdad que, a pesar del riesgo que se corría, lo de entrar ordenadamente a veces nos lo saltábamos un poco a la torera, especialmente si veíamos que en los platos ya habían dispuesto algunos de esos alimentos tan golosos y que raras veces se nos presentaba; pongo por caso, los apetitosas “filetes de caballas en aceite”, la riquísima “morcilla de caldera” y algún que otro que también estuviera en la lista de los codiciados por todos; entonces comenzaba un intercambio rapidísimo de platos buscando siempre el que presentaba más abundante ración. Estas maniobras, es obvio decir que se hacían “ojo avizor” para que el inspector o el compañero al que estaba despojando de tan abundante manjar no te sorprendieran con las manos en la masa.

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Consumido ese pequeño instante de desorden, todos quedábamos en silencio para iniciar la habitual oración de bendición de los alimentos:

“Oh Dios misericordioso de quien hemos de recibir todos estos bienes; enviad vuestra santa bendición sobre nosotros y sobre estos alimentos que vamos a tomar y haced que usemos de él con sobriedad y templanza, por Jesucristo Nuestro Señor, Amen.”

-Considero interesante hacer mención del hecho significativo de que, durante la oración no quitáramos la vista de los platos. ¿Motivo? Examen visual para comprobar si habíamos sido víctimas del desafortunado intercambio, y si no, para evitar que se produjera durante la misma. Acabados los peculiares ruidos ocasionados por los desplazamientos y arrastres de las sillas para acomodarnos, y ya una vez sentados, comenzaba el reparto del potaje, puchero o lo que ese día se había aderezado en la cocina para saciar el severo apetito que teníamos a esa horas y con edades comprendidas entre los quince y veinte años. Quiero recordar que también existían determinadas “especialidades de la casa” ¿recordáis los famosos “papajotes”, los filetes rusos, -precursores de las actuales hamburguesas aunque más compactos- y de las albóndigas, cuya forma, más o menos esférica, se la daba, según fuentes de radio macuto, alguna ayudante de cocina que colocaba la masa en sus axilas y le daba un movimiento de vaivén, cual bielas de una antigua máquina de vapor se tratara. Previamente al reparto de las viandas, un compañero subía a una especie de estrado o púlpito, y desde allí, sentado en una silla, nos leía las aventuras que se narraban en aquellos libro previamente seleccionados como “La Isla del tesoro” de Robert Louis Stevenson, o “Las aventuras de Tom Sawyer” de Mark Twain. Algunos no nos atraían mucho, pero otros, éstos en particular, sí que captaban nuestro interés; a mí personalmente me contagiaba el deseo de volver al siguiente día para seguir la historia que nos narraba. Algo parecido a lo que pasaba con las radio-novelas de aquella época. Mientras el lector con mayor o menor entonación de su voz desgranaba frase tras frase y párrafo tras párrafo, un leve murmullo de fondo, producido por aquellos que no les interesaba la historia que aquel muchacho nos transmitía desde su “púlpito”, se entremezclaba con el persistente tintineo de los cubiertos sobre los platos y el ruido que producía las sillas de los compañeros al desplazarlas hacia atrás cuando se levantaban de la mesa para salir a llenar la jarra de agua.

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Una tarde de domingo por Úbeda: Mena, Garrido Romero, Nuño, Gámez y Garrido Colchero Pero, lo que con mayor nitidez me viene a la memoria, son aquellos trozos de pan convertidos en auténticos proyectiles y que utilizando el tenedor, a modo de catapulta, eran lanzados hacia el blanco elegido por los artilleros, aprovechando, por supuesto, cualquier descuido o distracción de los inspectores. Los domingos y festivos sí se permitía hablar en el comedor, siempre, claro está, que no se levantara excesivamente el volumen de voz. No es necesario decir que estos días se suprimía la lectura. Terminado el almuerzo se rezaba la oración para dar gracias por los alimentos recibidos: “Os damos gracias señor por los alimentos que nos habéis dispensado etc….”; y volvíamos a salir, como era habitual, formados en las ya consabidas filas de a dos, hacia las zonas correspondientes a cada división; nosotros, hacia el patio de talleres donde teníamos un rato de asueto antes de comenzar de nuevo las clases. Sobre las 17.00 o 17.30 horas, no recuerdo bien, disfrutábamos el primer recreo de la tarde. Era el momento en el que dos compañeros “Los Merenderos” –dignidad siempre conseguida por algún mérito demostrado- nos repartían la merienda. Estas consistían, unas veces en un trozo de pan con unas onzas de chocolate o pan de higo, con piedras incorporadas, y otras, sin duda las más golosas, las famosas tortas, que con su capita de azúcar y ajolín medio caramelizados, nos volvían locos; en la mayoría de las ocasiones venían hasta calentitas; algunas veces no podíamos aguantar la tentación y nos colocábamos de nuevo en la fila para, tras algunos empujones, intentar tocar a la suerte y conseguir esa otra ración que nos hacía sentirnos afortunados por un día.

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Terminadas las labores de estudio y clases de la tarde, pasábamos a rezar el Santo Rosario. Rezado éste, volvíamos al comedor para cenar –en la cena no había lectura-; posteriormente se hacía una visita a la iglesia para proceder a las últimas oraciones del día y seguidamente el camino hacia los dormitorios. Aquí disponíamos de sólo unos minutos, los suficientes, para lavarnos los dientes e ir al servicio a vaciar al máximo nuestras vejigas. Era imprescindible para evitar tener que volver en mitad de la noche, a oscuras y con un frío que pelaba, especialmente en invierno, a repetir la misma operación. Alguien, con gran acierto, le llamó a este lugar, “La Siberia”. Cuando apagaban las luces, solo unos pequeños pilotos eran los encargados de iluminar muy débilmente el recinto, que a duras penas permitían ver la dirección de los pasillos. Entonces es cuando se hacía el silencio absoluto; bueno, en realidad un silencio relativo, sobre todo en la primera hora. Chirridos de somieres, algún que otro golpe del cajón adicional a la silla que hacía las veces de mesa de noche, pasos de algún que otro listillo que aprovechaba para ir a los servicios para fumarse un cigarrillo con tranquilidad y sin que le descubrieran, ruidos con una cierta cadencia sospechosa, en fin, hasta que Morfeo nos acogía a todos en sus poderosos brazos. Bien, pues, hasta aquí y a grandes rasgos mi exposición de cómo transcurrían nuestras vidas un día cualquiera en el internado. No obstante considero interesante detenerse un poco más y hacer un análisis algo más personalizado de las distintas situaciones, dentro y fuera del colegio.

Dormitorios y aseos Al menos hasta el año 1962, existían en el colegio tres clases de dormitorios: dormitorio compartido, camarillas y recintos individuales.

Dormitorios compartidos

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En los primeros no había separación ni tabiques; era donde dormían los más pequeños o de menor edad. Las camas estaban unas junto a otras separadas solo por una silla con su cajón incorporado, que hacía las veces de mesa de noche. En una de las esquinas, aparecía un cuarto para el inspector, y anexo al mismo los servicios. En los segundos, es decir, en las “Camarillas”, sí había separación entre unos y otros. Éstas estaban situadas dentro de un recinto de gran superficie. Se trataba de unos reducidos habitáculos o celdas, solo para dormir, cuyos tabiques no llegaban al techo. Su mobiliario lo constituía una cama, una silla como la descrita anteriormente y una percha. Una puerta no muy ancha, con una especie de rejilla en la parte superior, desde donde el inspector podía ver e inspeccionar el interior en caso de cualquier emergencia, daba acceso a ella. Sí he de reconocer que eran muy acogedoras y nos daba una cierta sensación de intimidad a la que no estábamos acostumbrados en el resto de los recintos del colegio. Esto es lo que marcaba la mayor diferencia con los dormitorios de los pequeños. También disponían de aseos y servicios anexos, adecuados a nuestra edad; debemos tener en cuenta que entre nosotros ya había compañeros que empezaban a hacer sus pinitos con las brochas, jabón y, ¡ojo! “las peligrosas maquinillas de afeitar” que, con aquellas cuchillas “Palmeras” “MSA” o “MOTOS” en manos de unos inexpertos con la cara llena de granos y espinillas, terminaban, más que afeitados, maltratados por estos peligrosos artilugios que terminaban convirtiendo la cara del neófito en verdaderas y auténticas carnicerías. Por cierto, abriendo un pequeño paréntesis, quiero hacer notar que estas cuchillas también desarrollaban otra función muy importante una vez inservibles para seguir cortando carne humana: ¿Cuál? raspar los trazos defectuosos de las láminas que dibujábamos sobre papel “guarro” Y por último, los cuartos individuales. A estos recintos solo pasaban los mayores, es decir, los que habían alcanzado cursos superiores, en nuestro caso, 3º de Oficialía y los dos de Maestría.

Habitaciones individuales

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Éstas si eran auténticas habitaciones individuales; todas comunicaban con un pasillo bastante largo y una ventana que, según la situación del cuarto, podía abrirse a un amplio patio interior o a una alameda perpendicular al paseo cuesta abajo hacia los talleres, tras la cual se encontraba la granja del colegio. A lo lejos, un paisaje de olivos y las cumbres de Sierra Mágina al fondo, una auténtica preciosidad y un verdadero lujo, sobre todo cuando llegaban las nieves del invierno. Respecto al mobiliario más o menos igual que el de las camarillas, aunque contaba además con un pupitre sobre la pared, una silla con brazo de madera y una bombilla que, aparte de alumbrar el cuarto, la utilizábamos para estudiar por las noches cuando los exámenes estaban próximos, o terminar algún trabajo que hubiera quedado atrasado. Allí en tu cuarto es cuando sentías de verdad esa total intimidad e independencia, ya prácticamente necesaria en muchachos de nuestra edad; incluso dejabas de sentir esa sensación de soledad y “claustrofobia” que te da la vida en el internado. Ya no significaba ni te marcaba tanto la severa disciplina de la Institución, sino, más bien la estimabas necesaria dentro de tu propia casa, como así empezabas también a considerarla, donde te podías mover con total libertad, ir al cuarto de cualquier compañero para comentar, aclarar dudas o simplemente mantener conversación mientras fumabas un cigarrillo; que, por cierto y dicho sea de paso, no eran otros que Peninsular, Celtas, o, liados de algunas colillitas que habías conseguido amañar en algunos ceniceros de los compañeros más acaudalados. En pocas palabras, ¡empezabas a sentirte un hombre! Aquel hombre en el que te decían tus padres, te convertirías en el colegio. No se equivocaron, ya empezaba a considerarme ese hombre.

Acceso a talleres

Alameda

Habit. Individ.

Granja

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SAFA Ăšbeda.- Todo un lujo la preciosa vista desde la ventana de los dormitorios individuales. Abajo izquierda, pasillo comĂşn de dormitorios. Derecha, interior aposento actualmente.

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A Profesionales

Imagen tomada, desde la ventana situada al final del pasillo de los aposentos

Profesionales.

Desde la misma ventana hacia la derecha, el antiguo recinto de talleres reconvertido en zona residencial

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Higiene, limpieza y sanidad. Además del aseo diario de mañana y noche, cada semana tocaba lo que nosotros denominábamos el “martirio chino”; ir a la ducha, sobre todo en Úbeda, en pleno invierno y en un colegio situado en una elevada cota sobre el nivel del mar expuesta a todos los vientos de la rosa; esta actividad higiénica nos hacía la misma gracia que ponernos una inyección, después de presenciar todo el proceso de preparación, desde que se hierve la jeringa con aguja incluida, sobre el fuego abrasador, hasta la colocación y extracción del líquido que sería inyectado en tu maltratado glúteo. Las duchas propiamente dichas, eran individuales y estaban situadas de la misma forma que las camarillas. Una escalofriante alcachofa dejaba salir el pavoroso líquido elemento con más o menos fuerza y más o menos temperatura. Tan malo era lo uno como lo otro. Si fría, te podías convertir en una estatua congelada; si caliente, se te podía caer el pellejo cual guarro de matanza pendiente de escaldar. ¿Qué es lo que ocurría? Simplemente problemas a la hora de mezclar el cauce de agua fría o caliente que corría por los diferentes conductos. Conseguir la mezcla adecuada, como ya se pueden imaginar, era casi imposible; de ahí que se podían oír gritos temblorosos de, ¡¡¡fríaaaa!!! y otros coléricos de ¡¡¡quemaaaa!!!; también otros, los de aquellos que, por haberse introducido equivocadamente en duchas con problemas de fluidez donde sólo aparecía un débil hilillo de agua, proferían gritos de, ¡¡¡Aguaaaaaaa!!!. Algunos “espabilados”, para no pasar por todos estos suplicios, se metían en la ducha, se mojaban la cabeza y salían dándose friegas con la toalla como si se hubieran duchado en toda regla; esta trampilla duró solo, hasta que el padre Nieto, viejo zorro de familia de militares y gran experto en descubrir estas argucias, detectó la superchería. Desde entonces había que ducharse en pantalón de deporte y con la puerta abierta, mientras él paseaba por los pasillos comprobando que todo el mundo estaba en remojo.

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Nuestra SAFA Dentro de la higiene entraba el corte de pelo, o, “el pelao”, como decíamos vulgarmente. Esta tarea la ejercían dos profesionales de Úbeda, Bernardo el padre y Nicolás el hijo, a los que como justificación de su servicio solo les entregábamos un vale que previamente nos daba el propio inspector de turno cuando consideraba que nuestra melena estaba más larga de lo permitido. Las reacciones de los afectados solían ser muy diferentes: había a quien le daba igual la longitud del pelo que le quedara y los que se escabullían poniendo tierra de por medio cuando se daban cuenta que se estaban repartiendo los vales. Otra cuestión indispensable que complementaba la buena higiene la

López Barrera con el padre Nieto

constituía el lavado de las ropas. Para ello, el colegio disponía de una lavandería en la que semanalmente debíamos entregar las ropas sucias. Éstas, una vez introducidas dentro de una talega o bolsa de tela, se dejaban en la puerta de nuestros dormitorios, desde donde, un grupo de alumnos, merecedores de tan alta dignidad, se encargaban de transportarla. Cada bolsa, igualmente que todas nuestras prendas, estaban bordadas con un número que nos identificaba; por tanto, no implicaba ningún error de equivocación a la hora de entregárnosla ya limpias y “planchada”. Sí, planchada, aunque veáis esta palabreja entre comillas, pero, ¿cómo salían después de un zarandeado viaje entre talegas va y talegas viene por escaleras y pasillos? De ahí, nuestra resignación y más tarde convertirnos en auténticos precursores de la frase, “la arruga es bella”. No obstante y haciendo honor al que dijo “La necesidad agudiza el ingenio” algunos de nosotros teníamos nuestro propio sistema de planchado, sobre todo, los pantalones. Bueno, todos o casi todos sabemos por experiencia, que las prendas de hilo, pongo por caso los pantalones -entonces no existían las fibras sintéticas- con solo usarlo dos veces, perdían las rayas del planchado dejándolos sin esa prestancia que le daban cuando estaban bien marcadas. ¿Qué hacer, pues, para conseguir devolverle su indispensable raya? Pues, simplemente colocando los pantalones cuidadosamente y de forma adecuada dentro de una manta que posteriormente dejaríamos debajo del colchón durante toda la noche. A la mañana siguiente, el pantalón quedaba casi perfectamente planchado. Pero, ¿Y si no colocabas la manta o en su lugar usabas una simple sábana? entonces ¡Pobre pantalón! todos los alambres del somier le quedarían marcados en la misma forma romboidal en que estaban engarzados.

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Juan Luis Parra reponiéndose en la enfermería Sanidad Al ser un colegio que disponía de todas las instalaciones reglamentadas y necesarias en un colectivo tan amplio, por supuesto no podía faltar la enfermería, lugar imprescindible para atender los problemas de salud más elementales. Afortunadamente podemos constatar que ninguna de las enfermedades o lesiones que se produjeron, al menos mientras nosotros estuvimos, tuvieron serias consecuencias, pues solo se trataron de las normales gripes, catarros, problemas intestinales, cortes, contusiones, etc. y que en la gran mayoría de los casos se curaban rápidamente dada la juventud de los pacientes y la constante y sana actividad a la que estábamos sometidos. Si el enfermo tenía fiebre o cualquier otro síntoma que aconsejara guardar cama, entonces quedaba ingresado en la enfermería. Esta se encontraba en el último piso, sobre las camarillas de la 2ª División. Era un amplio pasillo con habitaciones de dos camas a ambos lados y el botiquín correspondiente. El servicio de atención a los enfermos estaba a cargo de un médico, con el apoyo de un practicante, el Dr. Piramidón. Bueno, a mi juicio, creo que la labor más importante la desarrollaba Herminia, mujer de fisonomía muy parecida a la de Monserrat Caballé, y cuya misión era la de suministrar y distribuir la comida y los medicamentos prescritos, además de prestar apoyo psicológico a los enfermos en momentos puntuales. En definitiva, que todo funcionaba como en un pequeño hospital.

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En aquellas situaciones en las que se requería un especialista como oftalmología, traumatología, dentista, medicina general, etc. Fernando Hijomío se encargaba de acompañarnos al hospital de Santiago. Evidentemente la enfermería era un buen reclamo. Cuando alguno de nosotros se sentía indispuesto, tenía garantizado el ingreso y como consecuencia vivir unos días como un maharajá: dormir en una cama más confortable, despertarte más tarde, te servían la comida en tu propio aposento, leías libros distintos a los de texto, etc. Pero claro, para ello debías superar ciertas pruebas, sobre todo la del termómetro. Si no había fiebre no había ingreso; entonces, adiós divino sueño. Las excursiones. Creo que, como en todas las escuelas, las excursiones se llevaban a cabo con dos fines fundamentales: unas estaban encaminadas al goce y disfrute de la propia naturaleza, y otras, que podríamos calificar como culturales, esto es, solo con el fin de conocer la historia y cultura de los lugares que visitábamos. Estas eran fundamentales para evadir un poco al alumnado de la monotonía diaria del internado. Significaba prácticamente una pausa, un descanso o recreo dentro del contexto anual respecto a disciplina en las actividades pedagógicas. Entre las encaminadas a vivir en la naturaleza, estaban las que hacíamos a pueblecillos cercanos y de escasos habitantes, enclavados en determinadas zonas rurales o industriales fuera de la ciudad, como Canena, Rus, La Yedra, El Mármol, etc. Otras veces preferíamos cambiar y entonces elegíamos como lugares preferidos, el Pantano del Tranco y Embalse de Doña Aldonza, en el Guadalquivir

Un día de excursión al Tranco. Al fondo, el Padre Agüero y D. Ricardo. En la delantera, Nieto, Mora, Nenito, Salvador y Chaves

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Desde el punto de vista cultural, eran los pueblos más relevantes los que visitábamos, tanto en cuanto a su extensión demográfica y antigüedad, como a su importancia industrial, cultural y arquitectónica. Ya en ellos, hacíamos el recorrido normal en estos casos: museos, plazas, calles, monumentos, iglesias y catedrales etc. Pongo por caso, las excursiones a Baeza, Villanueva, el propio Úbeda y otros pueblos de la provincia. Si además destacaban por su industria, pues visitábamos sus fábricas más importantes; en el caso de Linares, la fábrica de Land Rover y en Bailén las de cerámicas y minas de plomo. Estas excursiones eran muy deseadas. Recuerdo que había dos formas de llevarlas a cabo: a pie o en camión, aunque éstas eran las menos. Las excursiones de a pie, las realizábamos a pueblos y parajes próximos a Úbeda, normalmente no más lejos de 10 km. Entre éstas recuerdo las efectuadas a Baeza: creo que fuimos en dos ocasiones.

De excursión en el famoso “morris superlujo”. A juzgar por las caras, la foto debió hacerse a la hora del regreso.

Baeza.- Pueblo situada a nueve km de Úbeda y con un riqueza arquitectónica

similar. Sus calles y plazas son de un estilo totalmente diferentes a las que se ven por Andalucía la baja. Con su Catedral y Universidad incluidas, que me llamó poderosamente la atención, pues relacionaba ambas instituciones solo con algunas capitales de provincia. Su catedral, levantada sobre una antigua mezquita como un templo de estilo gótico, y que fue restaurada a mitad del siglo XVI, al estilo renacentista, aún conserva parte de su construcción original: la puerta de la Luna, siglo XIII gótico mudéjar, y la Puerta del Perdón, siglo XV de estilo gótico.

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La Universidad fue construida por Rodríguez López en 1538; dejó de ser universidad en 1824 para convertirse en colegio de Humanidades. A partir de 1875 hasta 1879 pasó a ser Instituto de Bachillerato en el que dio clases de francés, Don Antonio Machado. Rus y Canena.- Dos pueblos situados en la carretera que une Úbeda con Linares. Están uno junto al otro, siendo difícil determinar donde termina el caserío de uno y empieza el del otro. De los dos, destaca Canena; está dominado por el castillo de la Orden de Calatrava, construido en el siglo XV por Sancho de Benavides, sin el permiso Real que debían conceder los Reyes Católicos; posteriormente (siglo XVI) fue transformado en Alcázar y hoy sus ruinas han sido restauradas. Es también poseedor de un famoso balneario, el de San Andrés, cuyas aguas medicinales son altamente beneficiosas para determinadas dolencias. Está ubicado en una antigua parada del tranvía que unía Úbeda con Baeza, y que era conocido por nosotros como “El León de la Loma” El Mármol.- Pequeño pueblo anejo de Rus. Su fundación se pierde en la noche de los tiempos, siendo e 1226 o 1227 cuando se tiene referencia fiable de su existencia. Embalses de Pedro Marín y Doña Aldonza.- Estos embalses fueron construidos en el cauce del río Guadalquivir. A ellos se llega descendiendo desde Úbeda por la carretera que va hacia Jódar, en cuyo término municipal están situados. Recuerdo que el camino desde Úbeda fue placentero debido a que caminamos siempre en sentido descendente; no así a la vuelta que, después de unos cuantos kilómetros en los pies y además subiendo, se me hizo tremendamente eterno; al día siguiente, lo normal “agujetas en todo el cuerpo” hasta no poder ni tan siquiera ponerme los calcetines. De verdadero asombro, he de reconocer, que fue la sensación que me dio ver, oír, e incluso sentir sobre mí, los efectos del desembalse que ese día se estaba realizando en uno de los pantanos. Ver esa enorme masa de agua caer desde la parte superior de la presa y chocar contra la base con un ruido ensordecedor acompañado de una gran nube de pequeñas partículas de agua en suspensión, que si te acercaba solo un poco te dejaba totalmente empapado en cuestión de minutos, era realmente impresionante. Pero ahí estábamos nosotros gozando, nunca mejor dicho, como pez en el agua.

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Feliz día de excursión al pantano de Pedro Marín. Mora, Nenito, del Sol, Ibáñez, L. Ruiz, Sáez, Puentes, Gómez, J. Ruiz, Carpio y Chaves

La Yedra.- Pequeño pueblo de no más de 300 habitantes perteneciente al municipio de Baeza. Era una de las excursiones preferidas por casi todos, no por la belleza arquitectónica o paisajística del pueblo, sino por la existencia de una piscina pública en donde nos dábamos muy buenos chapuzones. Todas estas excursiones que hacíamos a “pinrel” tenían las mismas características: una larga caminata y la alegre por tan ansiada entrada en el pueblo con canciones como “Asturias patria querida”, “desde Santurce a Bilbao”, “No hay en España puente colgante…” ó “turi, turi, turi, los de la SAFA están aquí…”. Como era de esperar todos los lugareños salían de sus casas asombrados y curiosos por saber quiénes éramos los causantes de tan inacostumbrado alboroto. Un buen baño en la llegada de excursión a la Yedra

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Ya finalizado el recorrido, se buscaba el lugar idóneo donde acampar y comernos el refrigerio que nos habían entregado dentro de un cartucho de papel. ¿Os acordáis del contenido? Pues yo sí. No muy variado por cierto. Casi siempre, un bocadillo de mortadela o algo similar, un huevo duro y de postre una naranja o pan de higo y una porción u onza de chocolate para la merienda. Respecto del pan de higo, ¡ojo!, si apreciabas en algo tu dentadura. En fin, las justas y necesarias vitaminas para poder aguantar el esfuerzo que suponía semejante caminata. He de comentar que algunos afortunados le añadían algo más de su propia despensa, es decir, de los paquetes que recibían de sus familiares, en cuyo interior solían aparecer una atractiva variedad de embutidos de la última matanza efectuada en el pueblo, y que eran las culpables de que, a nosotros los de la capital, se nos salieran los ojos ante semejante muestrario: quesos y chacinas de todas clases, pastas, galletas, leche condensada y otras “delicatessen”, que en algunos casos, he de reconocer, compartían con los compañeros más allegados. ¿Objetivo, pues? No enfadarse con ninguno de ellos los días previos a las excursiones. Como anécdota recuerdo una excursión que hicimos a El Mármol. Llevamos una garrafa de vino valdepeñas blanco, claro que, con la debida autorización; encendimos una “candela” -entonces no se decía barbacoa- y nos pusimos como el quico bebiendo y comiendo carne, chorizo y otras viandas a la brasa. Pero ocurrió lo peor. El vino se acabó y como no se nos ocurrió invitar Jesús, pues el milagro de la boda de Canaá no se pudo repetir. Ello fue la causa de que nos viéramos obligados a enviar al pueblo una patrulla de intendencia que trajo la garrafa llena.

Os lo juro, estos no son pobres gitanillos cocinando debajo de un puente, aunque lo parezca. Son nuestros compañeros Gómez Salazar, Ibáñez, Vicente, Mora y Ortega

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Ese día hicimos el camino de vuelta muy eufóricos; hasta que una voz muy conocida empezó a decir improperios: “Escuchad señores, una vez hechas las cuentas me ha salido un déficit económico que debemos sufragar entre todos. La cantidad a pagar por cada uno es de 17 pesetas. Ello es debido a los gastos extras que se han ocasionado”. El portador de tan agradable noticia no era otro que don Eduardo Navarro, el “gurripé”, ¿quién si son? Duro golpe a nuestra, siempre maltrecha, economía, y con el agravante de no poder hacer el pago a plazos, aunque fuera con intereses; andaba tan mal mi cuenta corriente, que las cartas que enviaba a mis padres siempre iban acompañadas de una posdata que decía: “O enviáis dinero o remito cadáver”. ¡Jamás me dio resultado! Otras excursiones, ya a lugares más lejanos, se hacían utilizando un medio de locomoción muy propio de aquella época: el camión. El código de circulación aún no prohibía el transporte de personas en esos vehículos y el colegio disponía de dos unidades, un Morris conducido por Pepe el joven y otro más pequeño, un Citroen verde conducido por Pepe el viejo. Tiscar.- Pueblo pequeño situado en la Sierra de Cazorla y las villas pertenecientes al término municipal de Quesada; dispone de un Castillo desde el que se divisa un excelente paisaje de montañas y el Santuario de Tiscar, abajo. Pantano del Tranco.- Está ubicado en el incipiente río Guadalquivir. Los pueblos más cercanos, Beas, Hornos y Villanueva del Arzobispo, aunque se disputan su pertenencia, al parecer es a Beas al que pertenece, tanto el enorme embalse como la central hidroeléctrica. Esta es, quizás, una de las excursiones que más impacto me causó, no tanto por la belleza del entorno, como por el pantano en sí mismo. La presa está encajonada entre dos enormes masas de roca, por cuya cima transcurre una carretera de dos carriles con sus correspondientes arcenes para la circulación de peatones. Ello nos daba una idea del enorme grosor del embalse y del impresionante espectáculo que aparecía ante nuestros ojos. A muchos metros por debajo de la presa está ubicada la central hidroeléctrica con su sala de turbinas capaces de mover tres generadores, aprovechando la fuerza de casi 500 hm3 de agua que es capaz de almacenar y que se canaliza a través de tuberías de gran diámetro. El padre Nieto y parte de nuestro curso en el pantano del Tranco

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Datos importantes de los pantanos Pantano del Tranco.- Entre el Término Municipal de Beas, Hornos y Villanueva del Arzobispo en el río Guadalquivir; constr. 1944; capacidad 498 Hm3; clasificación, por gravedad. Pedro Marín.- TM. De Jódar; constr. 1954; capacidad, 19Hm3, clasif. Gravedad. Doña Aldonza.- TM. De Jódar; constr. 1955; capac. 22 hm3; clasif. Gravedad,

1943.- De excursión a la sierra

Otras excursiones en camión A Jaén.- Aquí fuimos para ver un partido de futbol entre el Real Jaén, entonces en primera división, y el At. De Madrid. Sólo el viaje ya nos pareció extraordinariamente emocionante. Discurría entre olivares, paisaje endémico en prácticamente toda la provincia, y, así mismo, por todos los lugares por donde pasábamos, se respiraba y te llenabas de esas bellas imágenes que solo la naturaleza nos regala: Baeza, Puente del Obispo sobre el Guadalquivir, Mancha Real, y finalmente arribar a la capital del Santo Reino: Jaén. También fuimos a Linares y Andujar, ciudades con centros SAFA similares, donde coincidimos y convivimos profesores y alumnos de ambos centros, además de presenciar otro partido de futbol entre visitantes y locales. Y finalmente la fatídica excursión a Linares un 19 de marzo que estaba programada solo con la intención de festejar y homenajear a una gran persona y educador espiritual, al mismo tiempo: el tan entrañable y querido por todos nosotros, Padre Gómez de nombre José.

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Úbeda 2008.- II Encuentro. Visita a la cripta ¡Qué ironías nos depara la vida! Él nos dejó precisamente en la madrugada de ese mismo día; una excursión que se esperaba jubilosa, se convirtió en su último viaje sin retorno hasta La SAFA de Úbeda. ¡Su verdadera casa, donde había realizado una labor inconmensurable!.

“Si en vida trabajaste duro por nosotros, ¿Cómo vas a dejar de hacerlo ahora que lo tienes más fácil? Estamos seguros que desde ese privilegiado lugar donde te encuentras estarás dándole el “coñazo” a Dios para que no deje que nos extraviemos. No malinterpretes, Padre, esa palabreja, malsonante para nosotros también; sólo se trata de una más, de las muchas expresiones modernas sin mala intención, a la que ya nos estamos acostumbrando. No queremos decirte, Padre, que descanses en paz. Sabemos que tú no descansarás nunca, porque nunca te has dado ni te darás jamás por vencido, hasta verte rodeado de nuevo de todos tus hijos de la SAFA. Algunos de nosotros ya están contigo. Ya queda poco para que nos tengas a todos”. Viaje a Madrid y Toledo. Cuando estábamos en 1º de Maestría hicimos un viaje fin de curso a Madrid, Toledo, El Escorial y Valle de los Caídos, junto con los alumnos de último curso de magisterio. Para realizar el viaje decidimos alquilar un autocar, pero debido a que no había plazas para todos, Francisco Carpio y yo, José Chaves, nos presentamos voluntarios para trasladarnos en tren hasta Madrid.

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Ya en la estación de Atocha, Pedro Mora, que ya era todo un “madrileño”, nos estaba esperando para acompañarnos en el metro hasta la residencia de los jesuitas en Chamartín de la Rosa para unirnos al grupo. A partir de ahí realizamos el resto del viaje en el autocar, dado que en Madrid, creo recordar, se quedaron algunos. Como anécdota, el dueño y conductor, que llevaba en la baca del autocar todos los utensilios propios para realizar una matanza de cerdos: mesa para el sacrificio, enormes barreños de zinc, perolas, ollas, picadoras de carne, embutidoras, etc. Imagínense la presencia de ese autobús circulando por todo el centro de Madrid con todos esos bártulos a la vista. Parecíamos, más que un grupo de estudiantes, una de esas caravanas de teatro ambulante de la edad media, o una compañía, de aquellas de la década de los cincuenta, encargada de rodar una película de catetos, protagonizadas por los famosos Pepe Isbert, o Paco Martínez Soria.

Los excursionistas posando ante la cruz del Valle de los Caídos

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Nuestro lugar de asentamiento era una residencia que los Jesuitas poseían en Madrid (Chamartín). Dada la ausencia de camas, dormimos, o mejor, medio dormimos, en colchonetas sobre el suelo. Recorrimos y visitamos tantos lugares que se podría escribir un libro. Cualquiera que haya frecuentado estos lugares sabe de la magnificencia, por ejemplo, del Monasterio del Escorial y la riqueza artística que encierra en su Corpus en Toledo. Theotonio proponiendo el plan del día interior. Si del Valle de los Caídos, su grandiosidad, especialmente de esa gran Cruz que corona ese impresionante y descomunal conjunto de gigantescas rocas tras la escalinata; las esculturas de Los Cuatro Evangelistas; la explanada de acceso a la abadía; el interior de la iglesia excavado en la roca, todo ello de unas dimensiones fuera de lo normal y que dan esa muestra de su majestuosidad del monumento en su conjunto. Es impresionante el comprobar que varias personas podían estar de pie sólo sobre la uña del dedo pulgar del pie de uno de los Evangelistas. De Toledo, qué decir, sino que en su conjunto es un ejemplo de convivencia de las tres culturas. Sus calles estrechas, casas solariegas, la Catedral, con el río Tajo abajo y dominando todo, el Alcázar, antiguo Palacio romano del siglo III y hoy primer edificio representativo de la inhumana y trágica Guerra Civil Española. Y por último Madrid. Gran ciudad que deslumbra a todos los que la visitan por sus particularidades de toda una gran urbe, donde la convivencia es acelerada, el enorme despliegue de tráfico de vehículos de todas clases y colores circulando por todas las calles, ruidos de claxon, gases contaminantes, semáforos, sus habitantes andando siempre aceleradamente para no perder el metro o llegar tarde al trabajo. Todo ese montón de circunstancias que hacen de estas ciudades un lugar aterrador y no aptos para vivir mucho tiempo, aunque sí, para hacer las visitas obligadas de los ciudadanos cultos como así nos consideramos, al Museo del Prado, u otras no menos didácticas como los espectáculos de anatomía femenina en un teatro de variedades. En éstos, como era de esperar, la vedette y las chicas del conjunto lucían gran cantidad de enormes plumas y poca ropa, para regocijo nuestro. Además, debo señalar, como dato anecdótico, que la entrada al espectáculo nos supuso un desembolso inferior al de la entrada al Museo, dado que habíamos entrado como “Claque”. Dos insignes cicerones, Hidalgo y Mora, ilustrados en estos menesteres, nos condujeron “engañados” al Teatro Alcázar, donde se representaba una revista de variedades.

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Para los que desconozcan el significado de la expresión “claque” debo aclarar que en los teatros existen unas localidades reservadas para aquellos que se comprometen, a cambio de su bajo precio, a aplaudir a requerimiento del jefe de la “claque”. De todas formas, nosotros aplaudimos con gran entusiasmo. Madrid me trae a la memoria sus sabrosos bocadillos de calamares (cinco pesetas incluyendo una caña de cerveza). Jamás los he comido mejores; ¡Ah! y los desagradables olores a cables quemados característico en las estaciones del metro. En definitiva, fue un extraordinario viaje para todos, pero de forma especial para los que nunca habíamos viajado a lugar alguno más allá de Despeñaperros.

En dulce armonía con el grupo de chavalas en la explanada del Escorial Las prácticas de taller Como apunto al comienzo de este capítulo, la monotonía diaria de los días de estudio se rompía con las clases prácticas de taller, piedra angular, a mi modo de ver, de nuestra formación. ¿De qué serviría tener una buena base teórica, si paralelamente no adquiríamos soltura y experiencia con las máquinas y herramientas que suponíamos habríamos de manejar cuando nos enfrentáramos a la dura realidad de la vida laboral? Y aún así salíamos un poco “verdes”. Iniciábamos nuestra maduración con una gran dosis y ganas de superación, equivocándonos, tropezando, o, como pude comprobar al escuchar las palabras de mis compañeros en nuestros encuentros, dando un cambio de rumbo a nuestra vida laboral, enfocándola hacia actividades muy distintas a las que habíamos practicado.

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Bien, pues, vamos a pasar a recordar en qué consistían estas clases prácticas en los diferentes talleres de nuestra Institución. Los dos primeros cursos los dedicamos al manejo de herramientas manuales, especialmente la lima, la sierra, el granete, el martillo, el gramil, la escuadra y otras. El primer trabajo que debíamos desarrollar consistía en cortar un tocho de hierro de forma irregular, para hacer de él una pieza con unas formas y medidas determinadas, en concreto, un paralelepípedo. El maestro de taller solía puntuar más el paralelismo y perfección de la terminación de las caras, que las dimensiones en general. Por ello, los más torpecillos terminaban entregando, después de mucho limar, más que un paralelepípedo con dimensiones similares a las del tocho recibido, un pequeño dado que apenas se podía agarrar con las mordazas del destornillo. Había llegado el momento de aplicar nuestros conocimientos teóricos de tecnología a la práctica del taller. Ello significaba recordar el proceso de trabajo que requería el ejercicio en cuestión y las herramientas a utilizar en cada paso: En este caso, desbastar, y aproximar medidas con la lima basta, para luego afinar o pulir dando medidas determinadas, con las limas finas ayudado de la escuadra y el calibrador o pié de rey. Este primer ejercicio no hacía falta trazarlo por no existir ajuste alguno con otras piezas, ni ángulos distintos a 90 grados, ni elaboración interior alguna. El desbaste consistía en dejar las superficies libre de herrumbres y hacer desaparecer las irregularidades, aproximando al mismo tiempo los ángulos y medidas definidas en el plano o croquis. Esta operación se realizaba utilizando básicamente dos herramientas, la “sierra manual” y la “lima para desbaste”.

Taller de ajuste en plena actividad. Don Manuel observa el peculiar estilo de los futuros mecánicos.

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Como era natural, debido a los escasos medios económicos del colegio, estas herramientas debíamos de cuidarlas y aprovecharlas al máximo. Llegaba el momento en que, por ejemplo, las limas y las hojas de sierras estaban tan gastadas, que, contrariamente a agarrarse a la superficie de hierro para arrancar con sus cortantes filos las limaduras, se deslizaban sobre el material cual pista de patinaje sobre hielo se tratara. Era muy difícil arrancar limaduras con las herramientas en esas condiciones; pero era tan grande nuestro deseo de superación, que cuando el material, la lima y nuestros torpes brazos entraban en calor, finalmente conseguíamos, mejor o peor, fabricar aquella pieza que para nosotros significaba el primer paso hasta llegar a ser un buen mecánico o electricista. Una vez desbastada y aproximadas las medidas, se procedía a lo que se denominaba “Terminado o Acabado de la pieza”. Esta operación se realizaba con limas más precisas y finas, hasta conseguir unas superficies perfectamente pulidas y planas y con las medidas definitivas ajustadas a plano. El toque final se daba con una lija, algo más basta al principio y más fina después. De esta forma se le daba el toque final que eliminaba las huellas dejadas por la lima. ¿El resultado?, una superficie muy brillante y en condiciones optimas para ser presentada al maestro del taller que procedería a su calificación. Nuestro primer trabajo había concluido. Si el ejercicio conllevaba curvas, ángulos distintos a noventa grados, o ajuste entre dos o más piezas, entonces el proceso se alargaba. Había que dibujar la figura sobre las superficies una vez afinadas y aplanadas. A esta operación le llamamos “trazado”. Para efectuar el trazado sobre la pieza, previamente pintábamos su superficie con tiza mojada, que al secar quedaba una película totalmente blanca. Es la misma táctica que utilizan los camareros para anotar sobre el mostrador la cuenta de los clientes. Una vez seca la superficie, era el momento en que, ayudados por el “mármol”, el “gramil” la “escuadra” y “punta de trazar”, dibujábamos el contorno de la pieza a ejecutar. Pero aun faltaba algo más para que el trazado fuera definitivo. No se podía empezar a trabajar sólo con líneas trazadas sobre la tiza porque con toda seguridad terminarían borrándose. ¿Cómo Pieza de examen fin de proceder entonces? curso de 1º de Profesionales

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… el curso se dividió en dos grupos: aquellos a los que les gustaba cortarse los dedos con las virutas que desprendían las máquinas herramientas… La solución estaba en marcar con huellas de “granete” -especie de punzón o buril con punta cónica- todas las líneas trazadas. De esta forma, aunque desapareciera las trazadas sobre la tiza, aún quedaban las leves huellas cónicas dejadas por el granete. Evidentemente la calificación final dependía de la mayor o menor perfección del trabajo realizado. Pero, para salirnos un poco de este montón de explicaciones que a muchos de vosotros tal vez se os antoje un poco excesiva, os voy a recordar algo: A los bajitos, imaginaros quienes, que no llegaban a la altura necesaria para limar en el banco de trabajo de forma correcta, Don Manuel, ante la imposibilidad, por razones obvias, de cortar las patas a la mesa, solucionaba el problema alargando las “patas” de los afectados…¿Y cómo se las apañaba? Por supuesto y para tranquilidad vuestra, no por medio de trasplantes de órganos donados por los famosos “Masais” africanos, sino, simple y llanamente colocándoles unos cajones de madera a modo de suplemento hasta alcanzar la altura adecuada. ¿Qué esperabais? Concluida, pues, nuestra etapa de prácticas en el taller de ajuste, el curso se dividió en dos grupos: aquellos a los que les gustaban cortarse los dedos con las virutas que desprendían las máquinas herramientas –fresadoras, tornos, cepillos, etc.- y los más atrevidos, que preferían los invisibles calambrazos, capaces de dejarte fulminado en menos que canta un gallo.

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En ambas especialidades se comenzaba por familiarizarse con las nuevas herramientas y aparatos de medida así como con el manejo de máquinas que, si no se manejaban con prudencia, podían ser también muy peligrosas. Los primeros trabajos, como en la etapa de ajuste, eran piezas simples: los torneros, maquinar un cilindro o un cono, los fresadores poner plana una superficie y los electricistas realizando maquetas y cuadros de sencillas instalaciones eléctricas tales como algunas Los primeros trabajos eran piezas simples… bombillas en serie o en paralelo con encendido y apagado a través de interruptores. Conforme progresábamos en el manejo de las máquinas y adquiríamos seguridad, íbamos haciendo trabajos más complejos y de ejecución más perfecta; incluso llegamos a construir una pequeña prensa hidráulica y un pequeño motor de explosión de aeromodelismo. Igualmente avanzaban los electricistas realizando montajes de cuadros eléctricos más enrevesados, donde debían aparecer toda clase de complejos aparatos como contadores, relés, térmicos, conmutadores, dinamos, alternadores, motores, y un sinfín de otros más.

Nuestro paso por la fragua Me es especialmente grato recordar nuestro paso por la fragua. No todos, pero sí la mayoría. (años cincuenta y primero de los sesenta del siglo pasado). Años de penurias y falta de medios. Si no había casi nada para comer, imaginen con qué herramientas trabajábamos. Debíamos hacerlas nosotros mismos y ahí es donde jugaba un papel importantísimo la “fragua”; la fragua de nuestro maestro “Tiznajos”, que, siempre al frente de la misma, nos enseñaba cómo hacer para, de las viejas ballestas de los camiones, fabricar nuestras propias cuchillas con las que posteriormente, una vez afiladas, debíamos trabajar en las máquinas. Antes que nada debíamos introducir las ballestas en la fragua para ponerlas al rojo vivo; de esa forma y con la ayuda de la tajadera y a golpe de martillo, podíamos cortarlas a tiras con relativa facilidad.

Si no había casi nada para comer, imaginen con qué herramientas trabajábamos…

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Seguidamente, una a una, estas tiras, la volvíamos a introducir en la fragua y ya, sólo con la ayuda del martillo, le dábamos la forma adecuada para el afilado correcto en función del trabajo a realizar. Era todo un espectáculo ver cómo unas manos casi deformes –las del maestro “Tiznajo”- a causa de muchos años de dar golpes al hierro al rojo, conseguía sacar, de aquellos trozos de viejos aceros, e incluso, de retales de cabillas sobrantes de las obras de construcción, verdaderas obras de arte. La humana personalidad de este hombre, que nos hablaba como si fuéramos amigos más que de maestro y aprendiz se tratara, que nos dejaba fumar, e incluso, también en ocasiones, nos daba de su propio tabaco, eran cosas que valorábamos de forma muy especial.

…con aquellas herramientas tercermundistas, tiralíneas y compases oxidados… Las clases de dibujo. Otro complemento importantísimo de nuestra formación práctica lo constituían las clase de dibujo lineal, base para la confección de planos y su interpretación, alzado, planta y perfil, y a veces realizados en perspectivas caballeras o isométricas. ¿Quién de nosotros no conserva aún, láminas de aquella época, que cuanto más las miramos, más nos sorprendemos del trabajo realizado con aquellas herramientas tercermundistas, tiralíneas y compases oxidados por la misma tinta, sobre un papel, donde, como vil secante, esta se corría cual correntías de aguas fluviales se tratara, y aún más si la tocábamos con las manos sudorosas? ¡Cuántos raspados con cuchillas de afeitar para disimular un poco la unión entre líneas y hacer que las tangencias que habían salido defectuosas aparecieran perfectas!

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Dos obras de arte realizadas con anacrónicas herramientas de dibujo, entre las que no podían faltar aquellos compases y tiralíneas de hierro oxidados.

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Nuestra “Hora Social” Otra actividad, también especialmente importante, de la tarde noche, siempre en días festivos, era la entretenida “Hora Social”. Esta se desarrollaba en el Salón de Actos, ubicado en la zona de Profesionales, una más de las nueve naves que conformaban el recinto y con las mismas características y dimensiones que los talleres. Disponía de un escenario al fondo y una vetusta máquina donde nos proyectaban aquellas películas de la época, ya descatalogadas, y con NODO incluido. A veces estaban tan cortadas, que para alargar un poco más nuestro rato de distracción, nos la repetían proyectándola al revés o boca abajo.

Patio de talleres

Allí asistíamos todo el colectivo de alumnos, unas veces para ver estas películas, y otras, según la programación, para presenciar las diferentes actuaciones de la rondalla, que, dirigidas por D. Eduardo Robles, nos amenizaba con la interpretación de obras, como, “La Marcha Turca”, “En un Mercado Persa” y otras; a veces era el Coro, el que, bajo la batuta de D. Isaac Melgosa -fumador empedernido de ideales amarillos- nos hacía disfrutar con canciones como, “El buen Menú”, “los Niños del Pireo”, “misifu”, y otras tantas que luego nosotros canturreábamos en los camiones cuando íbamos de excursión. ¿Cómo nos íbamos a olvidar de los cantautores Jordán y Montoya, que subían al escenario, guitarra en ristre, para cantarnos las canciones de moda de aquella época, u otros cantaores como Coronado de Linares con sus Tarantas y el pequeño gran solista de piano, Vicente Colomina, que nos deleitaba con sus interpretaciones? Otras veces, tal vez, las menos, se ponían en escena obras de teatro adaptadas para que no hubieran personajes femeninos. Me acuerdo de aquella titulada, “LA OCA” (Libre Asociación de Obreros Cansados y Aburridos), una de cuyas escenas la recuerdo con especial cariño, tanto, que aún retengo en la mente el diálogo mantenido entre aquel actor haciendo el papel de contratante de obreros y el pobre cateto del campo al que éste le preguntaba su nombre para contratarlo:

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Contratante: A ver ¿cómo se llama usted? Cateto: Yo me llamo Tomá... Cte: Tomás, qué… Cat: Tomasito… Cte: Ya sé que se llama Tomás, Tomasito, pero… ¿es que usted no tiene apellidos? Cat: No, no, es que yo soy “mu probe”

Grupo de teatro en acción

Con el paso de los años llegamos a tener un grupo de actores representando obras en las que ya podían intervenir igualmente las chicas. Para variar, y aunque no formara parte de la hora social, también veíamos algunos programas de TV. en un aparato que colocaron en la misma sala que usábamos para los ensayos de música. Las salidas a Úbeda Las salidas a Úbeda constituían para nosotros una válvula de escape. Durante éstas, no más de tres o cuatro horas, te sentías verdaderamente libre e independiente. Nuestra primera meta y parada obligatoria para repostar energías, eran unos carritos situados en los soportales de la plaza del General Saro, conocida popularmente como plaza de los “cipotes”, donde vendían, mayormente chucherías. Allí nos gastábamos parte de nuestra insignificante fortuna, procurando siempre dejar algo, porqué no decirlo, para comprar algún que otro cigarrillo rubio. Ya con nuestro avituallamiento en los bolsillos, nos íbamos a pasear por el Rastro, Corredera, Trinidad, Plaza de Santa María, etc. y si la economía aún presentaba signos de subsistencia, entrábamos a la primera sesión del Ideal Cinema. Esos días, como todos los fines de semana, a pesar de que las calles estaban muy pobladas, se podía apreciar de forma muy significativa la presencia de los alumnos de la SAFA y los de la Academia de la Guardia Civil.

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Un castigo, ¿ejemplar? Recuerdo, no sé exactamente si fue en 2º o 3º de Oficialía, aquel “castigo”, yo más bien lo habría calificado de humillación, al que nos sometió el P. Nieto, me imagino que por alguna causa, aunque, estaría por analizar, si justificada. Aquello, debo decir, hundió en lo más profundo nuestra autoestima, como chavales cuyos ojos ya solían dirigirse de vez en cuando hacia las enaguas. Nos obligó a pasear por Úbeda en filas de a dos, en silencio y cogidos de la mano, en horas de máxima afluencia de viandantes. ¿Cuál fue nuestro comportamiento para merecer tan severo castigo? Seguramente que haríamos alguna chiquillada y como tal así consideró nuestro Padre educador, que debía proceder. Él era duro en disciplina, pero le funcionaba. Nos hacíamos mayores. Conforme avanzábamos en tiempo, y nuestra barba crecía, aquellos paseos por Úbeda se iban convirtiendo en idas y venidas intentando localizar a la chica que habitualmente distraía nuestra mente en los estudios, o ir al Barella a tomarnos unos vinos de valdepeñas blanco con una buena ración de berberechos, cacahuetes, o cualquier otra “tapichuela” que tuviera a mano nuestro amigo el tabernero. Luego, carrera para no llegar tarde a la exposición del Santísimo y caer de rodillas y derrumbados sobre el banco de la iglesia, adoptando una actitud de recogimiento, producida más, por los vapores etílicos que por el fervor religioso.

…aquellos paseos por Úbeda se iban convirtiendo en idas y venidas intentando localizar a la chica que hiciera palpitar nuestros tiernos corazones

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He de matizar que, en este apartado de salidas a Úbeda solo cuento mis propias experiencias, aunque, eso sí, en parte, las mismas que las de la gran mayoría de mis compañeros; pero luego existían otras que, cuando no eran personales, se compartían con algunos otros con los que se tenía mayor afinidad. Había domingos en que, unas veces porque no había dinerillo y otras porque estábamos cumpliendo algún castigo, debíamos quedarnos en casa. Estos días nos íbamos a la sala de juegos o de música. Allí escuchábamos El Concierto de Aranjuez, La Danza del Sable, El concierto del Nuevo Mundo y un más que aceptable etc. Fue en esta sala donde nació en nosotros el interés por seguir escuchando música clásica. Por otro lado, la formación y actividades religiosas eran parte importantísima de nuestra vida en el internado, tanto, que podríamos decir que estábamos en un Seminario donde nos enseñaban Moral, Dogma e Historia de la Iglesia, entre otras. Misa diaria en latín, donde el noventa por ciento de nosotros comulgaba. Los domingos, ésta era cantada y con la intervención del coro acompañado del órgano, tocado por D. Eduardo Robles o D. Eduardo Bangueses. Ya en los cursos de Maestría, la misa dejó de ser obligatoria. Al inicio de cualquier actividad, clase, comida etc. siempre se rezaba la oración adecuada: a las doce del mediodía, el Ángelus “El ángel del señor anunció a María”. Sobre las seis o siete de la tarde, el Santo Rosario y a continuación, antes de ir a cenar, la última hora de estudio y clase. Terminada la cena, de nuevo a la capilla o a la iglesia para hacer un ratito de meditación y rezar. Intensa movilización contra la falta de recursos Debido a la constante precariedad en que se encontraba la economía de la SAFA, unas veces porque no se recibía una determinada asignación, otras, porque nos habían suspendido las subvenciones, etc. inmediatamente saltaba la alarma de las arcas del colegio y, entonces…: “movilización general” y Exposición del Santísimo en su Custodia. Rauda y veloz como el viento, la Plana Mayor del colegio reclutaba a todos los efectivos, que, totalmente dispuestos para la contienda y apoyados de nuestro siempre eficaz armamento -el libro de oraciones completamente abierto- debíamos recurrir a la Intercesión Divina. Primera acción, la celebración de una vigilia. Esta infalible táctica siempre daba esos buenos resultados que nos permitía solucionar el grave problema que suponía no poder hacer frente a los gastos diarios de comidas, sueldos de profesores y empleados, pago de suministros, etc.. Nuestro combate comenzaba con una primera andanada de oraciones, a la que nuestro enemigo, el cruel dinero, le era muy difícil resistir. Pero no dábamos tregua; detrás de esta andanada llegaba otra, y después otra y otra, tantas como turnos de efectivos disponíamos en nuestro cuartel general; tal era el bombardeo de oraciones, que finalmente nuestro enemigo, caía abatido y subyugado ante nuestro indeleble armamento, y dispuesto a facilitarnos todo aquello por lo que incesantemente y sin descanso habíamos luchado.

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Ya triunfante y conseguido nuestro objetivo, devolvíamos al Sagrario La Hostia Consagrada, y nosotros, exhaustos y bostezando, regresábamos a nuestros aposentos para descansar las pocas horas que quedaban de aquella irregular noche. Es evidente, y así lo corrobora la actual presencia de nuestra SAFA que después de tantos años aún sigue vivita y coleando, que aquellas tácticas de lucha y sacrificio siempre fueron recompensadas.

Bonita panorámica de nuestra SAFA conseguida desde el exterior del amurallado Otras sacrificadas oraciones. En mayo, a primeras horas de la mañana, el Rosario de La Aurora. Todo el alumnado, entre cánticos, Avemarías, Padre Nuestros y Letanías, recorriendo en procesión y por el exterior, todo el recinto del Colegio. Nuestros labios, cúspide de fosas nasales y lóbulos de órganos auditivos, cortados por el intenso frío de aquellas mañanas ubetenses. Y por último, una actividad religiosa que no podía faltar: los ejercicios espirituales, instituidos por San Ignacio de Loyola, fundador de la Orden de los Jesuitas o Compañía de Jesús. Eran tres días de pláticas en los que se nos hablaba del pecado, de cómo el hombre no correspondía al sacrificio de Jesucristo que había muerto para redimirnos, del infierno y las trampas que Lucifer nos ponía para que pecáramos, y sobre todo, aquella sombra planeando sobre nosotros durante esos días: la maldita sombra del pecado contra el sexto mandamiento.

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Después de meditaciones, mortificaciones a nuestro cuerpo por ser el culpable del pecado, de insultarnos y llamarnos a nosotros mismos, malos, porque no nos portábamos bien, que debíamos cambiar radicalmente, en definitiva, de “acojonarnos”, -perdón quería decir “acongojarnos”- aparecía la figura de Dios, que, como el padre del hijo pródigo, nos perdonaba. Estupendo, pero el acojonamiento, perdón otra vez, ya sabéis lo que quería decir “acongojamiento”, no se nos quitaba en varias semanas. Nuestro compañero Bautista nos lo describe muy bien en las páginas siguientes. Pues bien, creo que, aunque a grandes rasgos, en este capítulo os he dado una idea de lo que eran nuestras vidas en el internado. Seguro que encontraréis muchas lagunas, producto, no os quede la menor duda, de la desmemoria que a estas edades ya nos afecta a todos en mayor o menor medida.

Úbeda, Abril de 2009. III Encuentro

Nuestro querido y simpático profesor Don Jaime y nuestro compañero Pepe Chaves, en un abrazo de sincera y profunda amistad

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Recuerdos, anécdotas, comentarios J. García Bautista II

(Los Ejercicios Espirituales 17-1-62)

Un venturoso Enero del 62, nos encontramos con una inesperada “prórroga” de las vacaciones navideñas. Tras unos días en el “cole”, para terminar de digerir turrones y mazapanes, -escasos o inexistentes en alguna casas- y decir adiós a juguetes y demás “cacharritos”, nos fuimos de viaje después de recibir las pertinentes instrucciones y recomendaciones. Destino: Colegio San Francisco Javier de Córdoba. Salida: 12 de Enero y como es costumbre, fiesta y jolgorio general. ¡Que buenos son los PP. JJ…..! ¡¡¡Nos vamos a la ciudad de los Califas, harenes y huríes, miel, dátiles y…. cordero!!! Noches palaciegas, veladas interminables a la luz de las estrellas. La charla amena y distendida. Nuestra sabiduría no puesta a prueba, en exámenes a ver quien aprueba. Semana de holganza y buenos alimentos en la “panza”. La siesta reparadora de pitanzas. La espera sosegada del nuevo día, sin prisas y apreturas. La incorporación de la cama, a la actividad “productiva”, sin traumas ni movimientos bruscos, lento, pausado, sosegado…será nuestro hacer. Si… si,… Ni noches palaciegas, ni pitanzas ni siestas…y mucho menos huríes. Medina Zahara, quedaba lejos en el tiempo y en nuestra fantasía. Las cercanas ruinas nos habían vuelto a la realidad; a la toma de conciencia de la verdadera situación De los exquisitos dátiles, pareciera que solo tomábamos el duro hueso, cuyo digerir solo produce un áspero nudo en la garganta. Pese a que decoraban espléndidamente el firmamento, retozando libremente por él, -por la noche, hasta las leyes que rige el cosmos, se relajan-, las 10 llegaban inexorablemente y con ellas el retiro a nuestras estancias. Se diría que hubiésemos caído bajo la protección de San Bruno. Austera habitación, austero mobiliario y austero acopio de viandas en el Silencio, meditación, cara de buenos… estamos de ejercicios espirituales “puchero”.

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La amena charla, si acaso con las musarañas y nuestros fantasmas. De la incorporación de la cama, como siempre, a toque de corneta y vuela. Tres días mudos, callados, concentrados, meditando, reflexionando… ¿Imaginas lo que supone semejante actitud para unas personas que, además, cada 10 minutos debían soportar palabra y más palabras sobre el pecado y el pavoroso castigo del Infierno? Pues, con paseos por claustro, pasillos, modesto jardín exterior, paciencia y…mucha disciplina. Milagrosamente, nadie reventó; eso sí, todos mejoramos el lenguaje de los gestos. Largas jornadas en las que se habló, mejor, nos hablaron de lo divino y de lo humano. A éste último mucha reprimenda y palos. El infierno fue el que salió peor parado. Se lo tenía merecido, por malo. Conclusión: ¡Huir de él…como del diablo! En segundo lugar, pero a corta distancia… “la carne”. La de cordero no, la tuya y la mía, ovejas descarriadas lejos del pastor. ¡El cuerpo es el culpable de todas tus maldades y pecados! ¡Debes castigarlo! Le dieron palos por “tos laos”, con el quinto, con el sexto y, también con otros, aunque solo fuera de refilón. Pero, algunos temas sí captaron nuestra atención. Los que tenían que ver con lo cotidiano, cercano, práctico, humano. Las relaciones con Dios y el Evangelio, a esas edades, ya las teníamos casi perfectamente establecidas y fijadas. Lluvia y siembra recibidas durante años, habían producido, ¿o no?, sus frutos. En ése sentido, habíamos sido liberados de la obligatoriedad de asistir todos los días a misa, rosario y otros actos religiosos. No obstante, la asistencia a ellos fue notable. Ahora tocaba reforzar nuestras convicciones: Potenciar los valores adquiridos y determinar estrategias para hacerlas útiles a los demás, así como armonizar los intereses y necesidades de cuerpo y alma, para no entrar en confrontación. Potenciar la ética; minimizar la estética. Había temas que suponían una “carga de profundidad”. Freno para el desenfreno; limitador de velocidad. Tranquilos, calma, tiempo al tiempo. Meditemos, pensemos, antes de… contad hasta 10. No obstante, nuestro espíritu, por lo general “bullanguero”, se recreaba en la anécdota. Por aquellas fechas se rodaba en Zaragoza, “Salomón y la reina de Saba”. Él, Tyrone Power, ¡ahí es ná! Ella, la inigualable, la incomparable, la omnipresente en nuestros juveniles y pastoriles sueños, ¡Gina Lollobrígida!, ¡casi ná! ¡El hambre da palos y si te escapas de ellos, te los da la vida! Y vaya si se los dio al guapo y apuesto galán, por entonces en la cima de la gloria y la fortuna.

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Muerte repentina por una angina de pecho (el suyo) y no el de la guapísima “Lollo”, como comentaban las lenguas envidiosas que entonces habíalas. Al galán Tyrone, le sustituyó Yul Brynner, con la consiguiente decepción para algún futuro maestro industrial, llámese “Pollo”, “Rubio”, G. Romero, Chávez y demás galanes del grupo. El lamentable suceso fue aprovechado para darle un palo a la “carne”, ¡Uno más! Si esto le había sucedido a personaje de tal relevancia, a nosotros, modestas criaturas, “florecillas” del mundano bosque,…¡El diluvio y la mundial! El escabroso, controvertido, alabado, solicitado, ninguneado tema sexual, fue tratado ampliamente, pero sin ningún lujo de detalles -para nuestro desánimo-. En el terreno práctico, se nos indicó, recomendó, sugirió, que unas dos veces por semana podría ser suficiente para apaciguar ímpetus y necesidades vitales de la pareja… ¡Unida por el matrimonio! ¿Acaso pensabais en otras circunstancias? Incredulidad, estupor y una cierta rebeldía, en muchas miradas escondidas entre las manos y un leve giro cervical. ¡Es muy poco! Parecían sugerir. Pero dado que la vida da muchas vueltas y nosotros muchas más, tal recomendación o planteamiento teórico de objetivos, ha pasado de insuficiente a suficiente y de suficiente a… exagerado. La vida y la muerte. La vida en vida y la vida tras la muerte. Clasificación, tipología, disección de una y otra, etc. etc. etc. ¿Recordáis? Estando Lutero en trance de muerte, postrado, pregunta a la amada madre atribulado: -Dígame madre cual de las religiones es la mejor. -Para vivir…la luterana. Para morir la que la Iglesia Romana proclamaSugirió la buena y bien intencionada mujer. Silencio, como premisa de quietud y calma. Quietud y calma que propician y posibilitan la reflexión y la meditación. Y con ellas el análisis. Silencio denostado, celebrado, roto, buscado, impuesto,… Pero sin él pocos logros hubiésemos alcanzado. Solo él creaba el ambiente propicio para el estudio y trabajo intelectual. Con él podía haber concentración, abstracción del entorno, respeto al trabajo del compañero… Con él nos ejercitábamos en el autocontrol y en lo que hoy se pretende: SABER, SABER SER, SABER ESTAR Pues como decíamos, durante esas jornadas se dio la apoteosis del silencio. El silencio fue tan estruendoso que aún hoy lo recordamos como recuerdos muy positivos y gratos. Hoy, los alumnos/as, en su inmensa mayoría, son “maquinas parlantes”, al menos, en ésta parte de Andalucía. De éste modo sea cual sea el sistema, será triturado, devorado, fundido, colapsado,…..fracasado.

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El silencio es para ellos la peor tortura. Para nosotros un buen compañero de estudios. Pero esto ya es… otra historia. Una vez finalizados los tres días de ejercicios espirituales, tuvimos el merecido descanso y solaz. Dejamos los asuntos del alma y nos ocupamos de los del cuerpo. Este pedía “marcha”. Marcha pacífica y ordenada por los bellos rincones cordobeses. La ciudad, con especial cariño, abrió sus brazos, a sus visitantes “primerizos”. San Pedro dispuso el riego por goteo, pero sin derroches, pese a estar en enero. En todo caso, ahí estaba la Mezquita para ofrecernos el más maravilloso cobijo jamás recibido. Nuestra maltrecha economía, por lo general, no posibilitaba el goce de su gastronomía. Ya vendrían tiempos mejores. Afortunadamente llegaron. Esta bella ciudad, siete meses después, nos haría Maestros Industriales. ¡Como olvidarlo! Universidad Laboral -segunda quincena de Julio del 62- primera reválida. Primera Promoción de Maestría. De este modo, Córdoba está ligada a dos momentos importantes de nuestras vidas: en el primero nos preparábamos para afrontar las dificultades de la vida en el plano intelectual, moral y religioso. El segundo, supuso la acreditación oficial para el desempeño de nuestra profesión. Mis escasos recursos solo dieron para unas postales y “estampa” de la virgen que había en el colegio de San Francisco Javier, muy parecida, en sus rasgos y juvenil aspecto, a la de nuestro colegio en Úbeda. Son 45 años de idas y venidas; a manos de niños sometida, pero ahí la tenéis, como recuerdo y “amuleto” de aquellos inolvidables días. En el mutilado texto: Recuerdo de mis Ejercicios Espirituales en el Colegio San Francisco Javier de Córdoba.

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Nuestra SAFA Antonio Garrido Romero (El fútbol y otros recuerdos)

Bueno, al dormitorio, por aquel entonces, le llamaban “La SIBERIA”, Era el lugar más frío del colegio cuando se entendía debía ser de los más calientes. Tres o cuatro años soporté en ese dormitorio. El último, aquel fatídico año en que desgraciadamente y de forma inesperada, el 19 de Marzo, día de su santo, murió el P. Gómez. Íbamos a jugar un partido de fútbol en Linares y llevarle unos candelabros, hechos en los talleres, para la capilla del colegio. Mucha emoción en su funeral, como no podía ser menos y así lo vivimos todos. De ésta época también recuerdo las duchas con agua fría, tanto en invierno como en verano, con las puertas abiertas y en pantalón de deportes, para que el tutor viera que nos estábamos duchando. Recuerdo los recintos cerca de la cripta del P. Gómez, donde estudiábamos y dábamos las clases. Creo que fue en ellas donde comenzó a darnos sus enseñanzas D. Juan Herrera Catena, profesor que, dicho sea de paso, fue para mí el que, por su forma tan peculiar de dar las clases, más huella me dejó. Cómo no recordar también a todos vosotros, especialmente a los compañeros, con los que más afinidad tenía y con los que compartía la que era nuestra gran y apasionante afición, el fútbol. Estos eran, entre otros: Garrido Colchero, Portal, Tarragó, Bonilla, Piñas (el largo), etc… todos ellos procedentes del Porta Coeli de Sevilla. También, Ramírez Mena, Morillas, Ortuño, Nuño, Pareja, y alguno más. Todos ellos se quedaron en el camino sin llegar a Maestría. Recuerdo, cómo no, a todos aquellos que eran de Granada: Salvador González, Ibáñez, Moreno Barrera, Morales Navarro,(el pequeño ruiseñor). Pero mi mejor recuerdo va para José Chaves López, buen amigo con el que compartía paseos y gamberradas en Granada, partidas de ping-pong y otras correrías propias de la juventud. Recuerdo cuando aparecía Morillas en el campo. Empezaba a jugar y nos quedábamos embobados viendo cómo a una velocidad impresionante, iba sorteando, uno a uno, todos los componentes del equipo contrario. Quedamos tan admirados, que fue nuestro referente, durante mucho tiempo.

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También recuerdo, pequeños acontecimientos, tal vez sin mayor importancia para algunos, pero que, ya veis, se me quedaron grabados en mi memoria. Pongo por ejemplo, cuando se caía el balón y todos bajábamos por aquella rampa de piedra que daba a la parte trasera de los talleres, o aquellos instantes en que el balón caía por detrás de una portería, donde solo existían las casas de Úbeda. Algunos nos subíamos a los tejados para ver donde había caído y poder así recuperarlo antes de que desapareciera. Era un drama cuando esto ocurría, o no nos lo querían devolver los propios vecinos. En este mismo campo de recreo, seguro que alguno lo recuerdan, una de las veces en que dábamos gimnasia con el “Camarada Mariano” este nos mandó correr alrededor del campo. Todos, de forma intuitiva, acordamos cerrar el círculo en torno a él; debo recordaros que, tan estrechamente lo hicimos, que el pobre “se asustó” y nos amenazó con chivarse al Rector. No recuerdo si llegó a tal extremo. También en cierta ocasión, creo que fue, en 2º de Oficialía, cuando acudimos a competir en “campo a través”. Fuimos nueve de los que jugábamos en el equipo del colegio, los elegidos, creo que también por el Camarada. Entre esos nueve estábamos Tarragó Espinosa y yo. Para estar en forma nos concedieron una “Bula” que consistía en bocadillo de jamón que debíamos recoger en la despensa de la cocina. El primer día de competición, lo hicimos con salida desde el campo de futbol del Úbeda y teníamos que recorrer unos seis kilómetros por su alrededor. A mitad de camino en que íbamos los nueve en la cola del pelotón, a un compañero se le ocurrió decir que éramos los últimos; un estremecimiento que sacudió nuestro amor propio nos hizo reaccionar, de tal forma, que conseguimos ser los nueve primeros en llegar a la meta. Yo, creo que por suerte, llegué el primero. Esto nos permitió acudir, creo que solo a seis de nosotros, a los campeonatos provinciales que se celebrarían en Linares.

…Pero mi mejor recuerdo va para José Chaves López, buen amigo, con el que compartía paseos y gamberradas en Granada,…

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Comenzó la carrera en la mitad del Paseo de Linarejos, donde teníamos la meta. Subíamos por una cuesta que llegaba al estadio de San José. Tarragó, con dolor de flato, y yo, que íbamos casi los últimos, de buenas a primeras salimos disparados, y en mitad del recorrido, más o menos por donde estaba la fábrica de Santana, ya habíamos adelantado a todo el pelotón. Al entrar, por el Paseo de Linarejos, solo había delante de mí un solo corredor, y por detrás Tarragó que corría como un guepardo a pesar de su doloroso flato. Un tipo en bicicleta iba animando al corredor que iba en cabeza; yo me puse al otro lado de la misma y ambos corrimos a la par durante algunos metros. Haciendo un último gran esfuerzo conseguí colarme en la meta, el primero, el otro corredor el segundo y Tarragó, que aún continuaba dolorido, el tercero. Realmente se mereció llegar el primero, porque no había duda que se portó como un verdadero campeón hasta la meta final. Era un fenómeno. De esa forma fue como nos ganamos el derecho a viajar a Madrid a los Campeonatos Nacionales; aunque, debo adelantar que allí no tuvimos ninguna opción a llevarnos ningún galardón y algún día os contaré por qué. Por cierto, pregunto: ¿En este Estadio de Linares, acudimos, alguna vez, a los campeonatos de atletismo, donde ganamos todas las modalidades de competición menos lanzamiento de peso? Creo recordar que en lanzamiento de disco, fue campeón López Barrera y en el de jabalina, López Ruiz. Antes de ir a Madrid, el Padre Bermudo nos prometió regalarnos un reloj si ganábamos; nos quedamos con las ganas. Fuimos a Madrid, Tarragó, un servidor y otro compañero. Fue una gran aventura. El equipo de fútbol “La SAFA” La primera vez, que yo jugué en el equipo de fútbol de la SAFA, fue en Jódar, en sus fiestas patronales. Yo no tenia calzado para jugar, y le pedí prestada a Ibáñez, sus botas alpargatas que al parecer se las fabricaba su abuelo. Debido a que calzaba un 43 y yo solo un 38, pues solucioné el problema rellenando con calcetines las puntas de las botas. Como estaba recién llegado al equipo, el entrenador decidió no sacarme hasta el final del partido. Ya íbamos ganando por tres o cuatro goles de diferencia, cuando D. Antonio, en un golpe indirecto, me pasa el balón; yo, sin mirar siquiera a donde dirigirlo, le doy con tan buena fortuna que el balón se cuela por toda la escuadra de la portería ¡Vaya potra! Fue mi primer gol en la SAFA.

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Momentos divertidos. Estamos ahora en los estudios y clases, que había junto a los talleres. Por la mañana dábamos dos asignaturas a las que dedicábamos 45 minutos de estudio y 45 de clases a cada una, e igualmente por la tarde otras dos asignaturas. D. Doroteo, un hombre delgadito, con gafas de gran aumento, mal genio y fumador empedernido nos daba clase de Física y Química. Cierto día llegó, como de costumbre, con su medio cigarro dentro de la boca y el otro medio y lleno de saliva fuera de ella. No sé debido a qué, se cabreó, agarró el cigarro, y lo arrojó contra la pared con tal fuerza, que se quedó pegado a la misma. Nos hizo tanta gracia que aquella situación se convirtió en un verdadero pitorreo. En otra ocasión, con el famoso pan de higo que a veces nos daban de merienda, un compañero nuestro, haciendo alardes de gran artista en la modelación, fabricó con una auténtica obra de arte, si no hubiera sido porque tomó como modelo la repugnante figura enroscada y tipo torre de Babel, de los excrementos humanos. Sin pensárselo dos veces la introdujo en uno de los cajones de la mesa de D. Doroteo. Cuando llegó el profesor a la clase y abrió su cajón, lo primero que hizo fue coger aquel objeto extraño y colocarlo encima de la mesa, al tiempo que comentaba, “cómo es posible que un gato haya podido hacer sus necesidades en este lugar cerrado” Ya os podéis imaginar si no os acordáis, el jolgorio que se armó. Tal vez fuera esta la causa del mosqueo que cogió con aquel cigarro. Alguien se debe acordar del nombre del cura “hortelano”, aquel que solía castigarnos haciéndonos labrar los arriates del patio de talleres en tiempo de recreo. Gracias a estos “castigos” impuestos a la mano de obra barata y abundante, este jardín se mantenía esplendoroso y en perfecto estado.

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Otro día en que nos encontrábamos en el estudio, se cuela el citado cura y nos ordena salir, en fila india y en silencio, al cobertizo que había junto al campo de fútbol, con el pretexto de que nos iba a enseñar unas “pinturas rupestres”. Nos llevó al final, donde se encontraban los retretes, y nos invitó a entrar de uno en uno. ¡Pues sí señor, era cierto!, allí, dibujadas en las paredes, había gran variedad de “auténticas” pinturas rupestres: frescos, bajorrelieves, impresionismo, y toda clase de modalidades pictóricas. Habría que averiguar porqué los artistas usaban de forma predominante los colores marrones y a qué épocas se remontaban tales obras de arte; aunque debo añadir que algunos frescos aparecían… demasiado… frescos. Más tarde aquella excursión a las cuevas de “Watermiras” acarreó algunas reprimendas. ¿Os acordáis, cuando lanzábamos el balón a la huerta, desde al campo de fútbol? Siempre le echábamos la culpa a las lechugas, cuando no a los tomates y otras veces a las habas y demás verduras o legumbres apetitosas. Más de uno se vio en la necesidad de acudir de nuevo a las cuevas de “Watermira” por causa de las hojas de lechugas. No es agradable mi próximo relato, pero como realmente ocurrió, pues os lo cuanto: existía entre nosotros un experto cazador de roedores, entre ellos las ratas. Cuando capturaba una de ellas, la arrojaba dentro de un círculo humano formado por nosotros mismos, y a patadas limpias, nos la pasábamos unos a otros hasta que el desgraciado animal fallecía de la forma más cruel que en determinadas ocasiones deja entrever la condición del ser humano. Éramos unos sádicos, aunque sí es verdad que nuestra forma de ser estaba ligada a la única información que puede emanar de un país tercermundista. Tal vez nosotros no veíamos en aquel animal cualquier otro, digno y con derecho también a la vida que Dios le había dado, sino solo una repugnante alimaña que, al igual que al lobo, había que eliminar.

Úbeda 2008.- En la entrada Principal de SAFA. II Encuentro

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Esta que os relato las llevábamos a cabo los días lluviosos del invierno, consistía en colgar una de ellas ya desgarrada y ensangrentada, de la rama de uno de los árboles del jardín, cuyas ramas caían por encima de la acera, más o menos, a la altura de la cabeza. Cuando desde las clases, íbamos a cenar, ya era de noche y con poca luz. Como llovía, corríamos por la acera para evitar los charcos, hasta el edificio de los comedores. Aquellos que tropezaban con aquel animal, llegaban a las escaleras del edificio con la cara o cualquier parte del cuerpo, totalmente manchado de sangre rebujada con pelos del animal. Otro desagradable episodio consistía en introducir al desgraciado animal en un bidón, donde arrojábamos unas hilas impregnadas de grasa a las que prendíamos fuego. Mientras el animal ardía y moría totalmente achicharrado, nosotros danzábamos alrededor de la pira como unos auténticos salvajes. Tal vez llevaran razón los de magisterio al considerarnos unos comanches. Bueno, es un decir. Nuestro amado compañeros Ruiz Cantero, solía cazar culebras en las piedras de la carretera, se las enroscaba en el brazo y nos daba el susto durante el recreo. Decía él que su condición de sietemesino le facultaba para tales proezas. En fin, verdaderas fechorías, que más que gamberradas propias de la juventud, se podrían tachar de auténticas salvajadas. Pero no nos pongamos los que existimos hoy las manos en la cabeza. Nada más hay que ver la diversidad de cruentos espectáculo que representamos hoy los que nos consideramos personas civilizadas y con toda la información que no teníamos antes. Aquello que hacíamos en aquellos tiempos, solo era una nimiedad comparada con lo de ahora. ¡Pobre civilización! ¡A donde iremos a parar! Mientras muere un niño de hambre cada tres segundos, nosotros, con el más exacerbado egoísmo, expulsamos de nuestro lado, porque nos molestan a los que vienen pordioseando un trozo de pan para sobrevivir.

Úbeda 2009.- Diego Álamo nos diserta sobre su vida fuera de la SAFA. III Encuentro

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Alguien recordará aquellas excursiones a una finca situada por la carretera a La Carolina a la que solíamos ir en repetidas ocasiones. En una de ellas, no recuerdo si D. Eduardo o el P. Nieto, nos sugirió ir desfilando por medio de Úbeda al estilo de requetés ó falangistas. Así lo hicimos y parecíamos toda una división incluyendo la enseña fabricada con cualquier prenda enganchada de un palo. Pero no era esto lo que a mí más interesante me parecía; fue la merienda y la garrafa de vino que me tocó transportar con otros compañeros. Mientras desfilábamos, los que transportábamos la garrafa entonábamos la canción “Soy capitán, de un barco inglés y en cada puerto tengo una mujer”; el resto de la tropa repetía el estribillo de “soy capitán”. En las calles de Úbeda aparecían más gentes que cuando desfilaba la Guardia Civil. Y es que en Úbeda, como en todas partes de España, era cierto, los niños de los Jesuitas estábamos muy bien considerados, y más aún en algún que otro colegio de niñas carmelitas. Por cierto que existía un taller de modistillas, en la calle que va, desde la Plaza del General Saro a la Iglesia de Santa María y lugar preferido por todos nosotros para dar nuestros habituales paseos por la ciudad y que más de una vez subimos al taller, para que nos plancharan las corbatas. Las modistillas, ante nuestra presencia, se solían poner coloradas, “que no moradas” ¡ojo! no confundamos los términos, pero especialmente la que creía, podía ser la maestra de todas. “Ahora va de futbol”. Bueno, creo que ya me toca hablar de fútbol otra vez, que era lo que más me gustaba; más que las matemáticas, el dibujo o la mecánica, por mencionar algunas de nuestras asignaturas. Así que allá voy: Con el equipo del Colegio, he pasado ratos buenísimos. Os relato alguno. Hubo un jueves en que teníamos que entrenar con el Úbeda en nuestro propio campo, hoy terreno de juego oficial de este equipo. No sería necesario comentar que nosotros solo éramos unos pipiolos al lado de estos señores, cuya edad en algunos de ellos casi nos la doblaba. Tanta era la ilusión nuestra por jugar ese día, que no nos importó, ni el estado meteorológico adverso, ni la oposición de algunos curas a que se llevara a cabo el encuentro. El Úbeda, disponía de un central, creo que se llamaba Suárez, de unos 30 años, bregado en mil batallas y con una estatura que imponía. Nosotros teníamos a Garrido Colchero, un sevillano que era un superclase y que no en balde le apodábamos el “Kubala” por su habilidad con el balón y driblar a los contrarios.

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Éramos inseparables e incluso nos consideraban hermanos, dado que disponíamos hasta del mismo apellido. Durante el partido el Colchero me comenta que quería driblar al Suárez. Yo le aconsejé que tuviera cuidado con ese tío que aparentaba ser un poco guarro en el juego y cabía la posibilidad de que recibiera un revolcón. Pero él, haciendo caso omiso a mis palabras buscó el momento oportuno para quedar frente a frente con el Suárez. Empujó el balón perpendicular al Suárez, metió el talón izquierdo por delante del balón, y con la punta del pié derecho por detrás, saltó junto con el balón entre los pies, lo elevó por encima de su cabeza y hacia adelante a una altura de 2 metros aproximadamente. El Suárez, no se esperaba ese balón por alto y al recular para intentar darle de cabeza, resbaló en el barro y cayó de espaldas en pleno charco de agua y fango. Fue en ese mismo instante cuando terminó el partido para mi gran amigo y para alguno más, que se fueron a la grada tronchándose de risa ¡Cualquiera volvía de nuevo al campo! El entrenador Eduardo Navarro, al Colchero y a mí a veces nos confundía. Nos gustaba regatear y cuando nos pasábamos de rosca nos gritaba: ¡Colchero, pasa el balón!, ¡Romero pasa el balón! Casi nunca acertaba; cuando decía Colchero, era yo el que lo tenía y cuando decía Romero era Colchero el que lo jugaba, así que, no le podíamos hacer caso. Bueno, la verdad es que siempre rectificábamos.

Úbeda, 1958.- Equipo titular representativo de la SAFA

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En cierta ocasión fuimos al pueblo de Jódar a jugar en sus Fiestas Patronales. Ya lo habíamos hecho otras veces a diferentes pueblos como Baena, etc. Por supuesto que no viajábamos en el AVE, sino como todos sabéis, en el “AIRBUS” particular de la SAFA, ya saben, en el CAM-I-RBUS de cajón con cuatro ruedas. Allí nos vestimos con la equipación del Colegio: camiseta arlequinada azul y blanca con pantalón blanco marcas Victorio y Lucckino, medias “indefinidas” y zapatillas “diversas” ambas marcas de primeras filas según el mercadillo de “Todo a 100”. Yo, que siempre he sido muy exigente a la hora de elegir y vestir mis prendas, pues preferí utilizar mis propias zapatillas “pumas” que ya disponían de un elevado currículum de más de 100 encuentros jugados en solo un año. Aunque sí es verdad que ya últimamente me veía obligado a hacerle algún que otro arreglillo, como costuras, zurcidos y otras reparaciones zapateras; pero eso no afectaba para nada a su buen amoldamiento a mis pies como ninguna otra. Los vestuarios fueron la Escuelas de la SAFA del pueblo; después, andando y vestidos de futbolistas, atravesamos medio pueblo para llegar al campo de fútbol.

El equipo con el que debíamos enfrentarnos había fichado a varios jugadores y los quería probar en este encuentro. Seguramente que se las prometerían muy felices jugando contra unos “enclenques” de solo 17 y 19 años el que más, y con ese complejo de superioridad y calidad de juego que puede dar cualquier jugador que solo haya jugado durante largos años en equipos de tercera división, sin tan siquiera haber ascendido una sola vez a segunda, – ja, ja, ja…. - pues comenzó el partido. Empezamos a jugar como sabíamos y sobre todo divirtiéndonos. En un momento del partido, me dice Garrido Colchero, que en la próxima jugada, después de que el portero le pasase el balón, llegaría hasta la línea de córner sorteando a los contrarios que le salieran al paso y que posteriormente volvería atrás para entregarme el balón en el centro del campo, donde yo debería esperarle, para que repitiera su misma jugada.

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Dicho y hecho; salió, sorteó y volvió para dejarme el balón, con el que yo, como habíamos quedado, repetí su misma operación. Me acompañó un poco la suerte. Como ocurre en todos los partidos de futbol cuando el equipo local está siendo vapuleado por el visitante, el público y los futbolistas del Baena empezaron a picarse. Vista la desagradable situación a la que se podía llegar, decidimos aflojar un poco las tuercas. Finalmente terminó el encuentro con un 3-0, a nuestro favor. Ya camino de los vestuarios de la SAFA, el público, que nos seguía de cerca, hacían comentarios como: ¡¡¡Tenemos que fichar al 9 y al 8!!! Otros, ¡¡¡no, a toda la delantera!!! Los más eufóricos y jaleosos, ¡¡¡mejor, a todo el equipo, y a la actual plantilla la echamos a la calle!!! La verdad es que éramos muy buenos. El año que yo jugué en el equipo del Úbeda, fue también muy bonito. Fue un 4 de Octubre, cuando al llegar a la SAFA para el inicio de curso, en la puerta donde estaba el patio de las columnas, me esperaba un cura jovencito a pesar de sus pronunciadas entradas en la frente. Era la primera vez que lo veía; me acerco a él y me pregunta si yo era el ese famoso Garrido que tan magistralmente jugaba al futbol. Efectivamente, yo soy Garrido, le contesté, aunque matizándole humildemente lo de “famoso” y “magistralmente”. Inmediatamente después de dejar las maletas en mi cuarto, nos dirigimos a la sede del Club de Fútbol del Úbeda. Por el camino me comentó que jugaría en el Úbeda, ya que los directivos del club así se lo habían solicitado al Colegio. Yo, muy entusiasmado y contento por la oferta inmediatamente firmé el Contrato. El jueves siguiente, después de tomarme las medidas para hacerme unas botas de fútbol a mi medida, jugamos un partido de entrenamiento. El viernes, fueron a Sevilla para hacer mi ficha, y el domingo a jugar.

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Debut contra el Baeza, ganamos por 3 a 0, de los cuales, dos los colé yo. Fue una temporada muy intensa de futbol, fútbol con mi división, fútbol con el equipo del Colegio y fútbol con el equipo del Úbeda. De todas estas experiencias, la mejor de todas fue la convivencia con todos vosotros. Estabais todos tan orgullosos de mí y de considerarme vuestro amigo, como yo de todos ustedes. Incluso algunos de vosotros que no os gustaba el futbol ibais al campo para animarme; no faltabais nunca como tampoco nuestro profesor D. Juan Herrera que no se perdía un solo partido. ¿Os acordáis de aquel hombre, creo que se llamaba Paco, que en la Plaza del General Saro ponía su puestecillo ambulantes de venta de chucherías y tabaco? Pues cuando salía el equipo al campo, a través de unas vallas de alambre siempre me regalaba un chicle y cuando terminaba el partido y yo llegaba a la famosa plaza me regalaba un cigarro Pall-Mall. Era un tipo entrañable. Los lunes, en la clase, creo que de matemáticas, que nos daba D. Juan Herrera, todos hacíamos un análisis del partido. Era un forofo y además muy crítico. El también había jugado al fútbol y le apasionaba. También tuve algún percance. Un cabezazo en la nariz de Capel, de Almería, por supuesto, sin querer, jugando en el campo que había junto a los talleres. Me vino de maravilla; me desvío el tabique nasal y a partir de entonces empecé a respirar bastante mejor. Otro pequeño accidente ocurrió aquel día que Portal me puso una plancha y el pié se hinchó como una bota. Esta vez me fue fatal porque no pude jugar al futbol durante unos cuantos días. Otro, en el partido jugado en el campo grande, con el equipo del Cole. Equipo invitado la SAFA de Andújar. Un paisano mío, de un pueblo de Granada, llamado La Mala, me pegó una patada en la ceja y tuvieron que llevarme a la enfermería para que me pusieran unas grapas. La cicatriz, aún se nota.

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Me acuerdo también, del P. Sánchez, aquel cura pequeño, pero gran aficionado al fútbol, que animaba sin cesar al equipo de su Colegio, la SAFA. Me falta por mencionar, a todos los compañeros que convivimos hasta 2º de Maestría, pero sinceramente de algunos no me acuerdo muy bien; ni tan siquiera los reconocí cuando nos reunimos durante el encuentro en la SAFA. De otros si me acuerdo con total nitidez: Carpio, Florido, Narciso, López Barrera, López Ruiz, Moreno Barrera, Sáez Lanzas, Sáez Puerma, Reina, García Bautista que éramos inseparables- y sobre todo a Pepe Chávez, compañero y amigo en la SAFA y en Granada, donde compartimos paseos, gamberradas y partidas de ping-pong.

Por último quiero aclarar el porqué no aparezco en las actas con vosotros. Pertenecí al curso de Profesionales anterior al vuestro (Garrido Colchero, Mena, Nuño, etc.). En la fusión de 1957, el curso de Industriales anterior a vosotros ( Cantero, Morillas, Hidalgo, etc) se unió al nuestro he hicimos 3º de Profesionales, mientras vosotros iniciabais 1º de Oficialía. Finalmente, me uní a vuestro grupo en octubre del 60 para hacer Maestría. Siguen fluyendo, situaciones y anécdotas, en mi cabeza, según voy escribiendo, pero yo no estuve sólo en la SAFA, así que ya termino, para que seáis ustedes las que las narréis. Para todos los que nos reunimos en la Safa, y convivimos durante dos días, y para aquellos que por diversas circunstancias no pudieron asistir, un abrazo muy fuerte. Seguro que pronto nos volveremos a ver.

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Cap. 7.- Galería de Educadores

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Capítulo VII Galería de Educadores

Grupo de profesores durante las Jornadas Pedagógicas celebradas en Úbeda en 1953. El P. Bermudo, a sus 32 años, acababa de incorporarse a la SAFA

Reunión del profesorado de la SAFA, en Úbeda, con motivo de las Jornadas Pedagógicas de 1955 Abajo, los PP. Solís, Navarrete, Sánchez, Cuenca, Gómez y Galofré.

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Cap. 7.- Galería de Educadores

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7.- Jesuitas y profesores Fueron “Nuestros Maestros” con mayúscula y en el más extenso sentido de la palabra. Nos impresionaron. Los vimos enormes y, aunque el paso del tiempo y nuestro natural maduración en la vida, hayan acomodado su tamaño, los recordamos con respeto y admiración porque fueron, además, nuestros hermanos mayores, nuestros amigos, consejeros y cómplices. Baste ver el vídeo del I Encuentro en mayo de 1.990 o haber vivido el II Encuentro en abril de 2.008, para imaginar cuál sería el resultado de una hipotética medición de los grados de emotividad, respeto y afecto con que cada uno de nosotros manifiesta sus recuerdos de los profesores y jesuitas con los que convivimos aquellos maravillosos años en el colegio de Úbeda. A pesar de que algunos nos superaban en pocos años –P. Galofré, D.Jaime-, todos ellos representaban el saber y la autoridad, columnas de base para nuestra formación. Constituyeron un ejemplo permanente de estilo, de comportamiento, de modo de hacer y de continuo respeto hacia nosotros. Posiblemente ni siquiera fueron del todo conscientes del modo en que estaban influyendo en la construcción de los cimientos de nuestras vidas. El hecho de intentar reconstruir sus biografías ceñidas a la función que ejercieron en nuestra vida académica y formativa es, en sí, nuestro sentido y sobrio homenaje para aquellos hombres que tanto influyeron en nuestras vidas. La Institución de La SAFA era, ante todo, el grupo de educadores. Por educadores entendemos, tanto los jesuitas, sobre los que recaía la dirección y organización del centro, como los profesores seglares, encajados como engranajes síncronos para transmitirnos educación y conocimientos.

7.1 Jesuitas Para nosotros, todos eran jesuitas o curas en el lenguaje coloquial. Los contemplábamos al mismo nivel a pesar que entre ellos existían notables diferencias: los maestrillos que, tras superar los ciclos de noviciado y filosofía, venían a realizar prácticas de educadores durante tres años, etapa denominada maestrillos en la terminología de la Compañía de Jesús. Aquellos que no superaban la etapa, se les ampliaba a uno ó dos años más, fase que se denominaba como “el purgatorio” en la jerga interna de la Compañía. El resto de los jesuitas que componían el Claustro de Úbeda, en nuestro tiempo, desempeñaban otras funciones. Las más definidas y ligadas a la estructura del colegio eran: Rector: dirección del colegio y coordinador del resto de centros. Prefecto: encargado de la organización de la enseñanza y disciplina. Espiritual: tutor y director espiritual de los alumnos. Maestrillo: encargado de dirigir y vigilar el correcto cumplimiento de las normas de disciplina en todas las actividades, excepto en el desarrollo propio de las clases.

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José Mª Bermudo de La Rosa S.J. (Padre Bermudo)

El padre Bermudo nació en Sevilla el 19 de marzo de 1921 de una destacada familia de la sociedad hispalense. Aunque desconocemos la trayectoria anterior a su llegada al Colegio de Úbeda, sí sabemos, en cambio, que se incorporó a la Compañía de Jesús, en septiembre de 1936, donde probablemente cursaría los estudios de jesuita en los centros que la Compañía tiene en la Provincia Bética como son el Noviciado de El Puerto y la Facultad de Teología en Granada. Fue el Rector con el que más convivencia mantuvimos. Contaba solo 31 años cuando le tuvimos en Úbeda como Prefecto, en el curso 52/53. El Padre Villoslada debió encargarle el Plan de FP SAFA en el que ponía en paralelo, en cuanto a duración y fines se refiere, los estudios de Magisterio Escolar y Magisterio Industrial: un curso Preparatorio común, para después bifurcarse con ocho cursos específicos en el Magisterio Escolar y otros tantos en el Industrial. Ambas formaciones se orientaban a cubrir las necesidades de profesorado en los centros de la Institución. Como ya se sabe, solo funcionó tres años, hasta ser sustituido en 1957 por el Plan Nacional de FP. En 1954 fue destinado al El Puerto de Santa María como Director del Centro SAFA donde durante cuatro años puso en marcha varias ramas de FP y lo consolidó como gran centro para la comarca. Destinado de nuevo a Úbeda en el verano de 1958, cuando contaba tan solo 37 años, acometió una importante y decisiva reforma económica para la Institución (véase el capítulo 2 de este libro). Se interesó también en ampliar el campo de actividades extras como la “Hora Social” donde buscaba películas que se prestaran a comentarios posteriores, iniciándonos así en la práctica del “cine forum”. Su primer Rectorado en Úbeda duró hasta 1964. En 1964 es destinado a Sevilla como profesor de Filosofía y Sociología en el Centro de Estudios Teológicos. Durante cinco cursos desempeña el cargo de Consiliario de la Vanguardia Obrera Juvenil (VOJ), en paralelo con sus tareas de profesor. En estos años, se despierta en la Compañía el Apostolado Obrero y ante los movimientos de los jesuitas de base, los Provinciales determinan crear la “Comisión de Apostolado Obrero” de la que lo nombran Presidente. Su misión consistiría en mantener informados a los Padres Provinciales de los movimientos e inquietudes de las bases que pretendían una Compañía de Jesús y una Iglesia más comprometidas con las clases trabajadoras.

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En el verano de 1968 retorna a Úbeda para cumplir su segundo Rectorado hasta 1974. Durante este periodo se producen importantes transformaciones en el Colegio. Los nuevos vientos de “democratización” impulsados por el Padre Arrupe, General de la Compañía, alcanzan a las diferentes comunidades de jesuitas. La nuestra, decide salir a un piso de Úbeda. Los que tuvimos noticia de cambios, nos parecieron, como menos, extraños y chocantes: “la SAFA no es lo que era”, solíamos decir. Años más tarde, destinado de nuevo a Sevilla, se involucró en el movimiento de “curas obreros” que también afectó a la Compañía. De hecho, trabajó como electricista haciendo instalaciones de pisos en construcción. Durante los años setenta participó en las actividades clandestinas con los sindicatos UGT y CC.OO. Sus últimos años los pasó en Úbeda trabajando en el libro mejor documentado sobre la Historia de la SAFA (1940-1990). Con motivo del Cincuentenario de la SAFA, en la primavera de 1989 organizó la primera tanda de encuentros de antiguos alumnos en el Colegio. Nuestro grupo pudo hacerlo en mayo de 1989.

1960.- El P. Bermudo, rodeado de un grupo de profesores

en una de las jornadas pedagógicas que solía organizar. Arriba, nuestro compañero Barrera como un miembro más del profesorado.

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José Mª García Mauriño S.J. Padre Mauriño El Padre José Mª García Maurito, “curilla”, junto con el P. Solís también “curilla”, fueron el alma máter, (madre nutricia) de la Formación Profesional e implantaron unos programas, especialmente los eléctricos, y que por ahí andan escritos, que producen verdadera admiración si pensamos que se hicieran a principio de los cincuenta; son admirables. Nos dio también Sociología y Seguridad e Higiene en el Trabajo, siguiendo las directrices del P. Villoslada. Mucho se interesó por todos nosotros, incluso después de haber salido de la SAFA. Estuvo destinado en Úbeda tres años (54/57) como Maestrillo de Profesionales. Adusto, serio, gustaba de introducirnos en lecturas que abrieran nuestro campo de visión del mundo durante las horas no lectivas de los sábados y domingos: las aventuras detectivescas del Padre Brown… entre otras. Retornó a Úbeda en 1971 como profesor de Sociología. En esa época dirigió una encuesta entre antiguos alumnos en la que hacía un seguimiento de las actitudes sociales, políticas y religiosas tras nuestra inserción en el mundo laboral. Ejerció algún tiempo como “cura obrero”, tras militar activamente en la génesis de ese movimiento dentro de los jesuitas. Finalmente, salió de la Compañía y más tarde contrajo matrimonio. Mantiene intactas sus inquietudes por la respuesta de la Iglesia ante los nuevos retos que plantea una sociedad más plural y abierta. Ha escrito algún libro, que sepamos “Personas de conciencia”, editado por San Pablo colabora habitualmente con sus artículos en el foro “ECLESALIA”. Su última publicación en este medio, “Jesús Profeta Laico”; está fechada en mayo de 2008 y la transcribimos a continuación.

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De “ECLESALIA INFORMATIVO”

Jesús, profeta laico. José Mª García Mauriño (7/5/ 2008) “Los cristianos no somos seguidores de un líder religioso, sino que seguimos a un Profeta laico. Jesús fue un laico. Ni fue sacerdote, ni funcionario de la religión, ni nada parecido. Es más, Jesús vivió y habló de tal manera que pronto entró en conflicto con los dirigentes de la religión de su tiempo, los sacerdotes y los funcionarios del Templo, los representantes oficiales de “lo religioso” y “lo sagrado”. La gran revolución religiosa llevada a cabo por Jesús consiste en haber abierto a los seres humanos otra vía de acceso de Dios distinta a la de lo sagrado. Es decir, la vía profana de la relación con el prójimo que no pasa por la Ley. Y la relación ética vivida como servicio al prójimo y llevada hasta el sacrificio de uno mismo. Jesús abrió otra vía de acceso a Dios a través de su propia persona, aceptando pagar con su vida al combatir esa creencia de que el culto religioso de los sacerdotes tenía el monopolio de la salvación. La salvación venía de otra parte. Jesús denunció los abusos del poder religioso y del poder político. “Jesús dejó sentado que el camino hacia Dios no pasa por el Poder, ni por el Templo, ni por el Sacerdocio, ni por la Ley. Pasa por los excluidos de la historia.” (González Faus.). Una de las equivocaciones más peligrosas en que ha incurrido la Iglesia ha sido identificar la fe con la religión y con lo sagrado. De forma que, para obispos, clérigos y fieles incondicionales, tener fe es lo mismo que ser religioso, con una religiosidad que tiene su centro en lo sagrado, es decir, en lo separado de lo profano y lo laico. Además, “lo religioso” y “lo sagrado”, cuando se ve como lo único verdadero, es “lo privilegiado”. Es decir, lo que merece y debe tener derechos y privilegios que no están al alcance de los que practican otras religiones, los agnósticos y los ateos. Es lo que dicen ellos. Nosotros creemos que la comunidad de creyentes debe acabar con los privilegios de la Iglesia. Y esto, es importante por motivos jurídicos, sociales y políticos, pero lo es, además, por razones estrictamente teológicas. La Iglesia tiene su origen en Jesús. Y su primera preocupación ha de ser intentar vivir y hablar como vivió y habló Jesús. Resulta significativo y extraño que siempre que los evangelios mencionan a los Sumos Sacerdotes es para presentarlos como agentes de sufrimiento y de muerte. Y en la parábola del buen samaritano, a Jesús no se le ocurrió otra cosa que presentar como modelo de humanidad solidaria a un hereje y un infiel (el samaritano), mientras que fueron precisamente los representantes oficiales de la religión los que pasan de largo ante el sufrimiento humano. El samaritano andaba mal de religión, pero tenía humanidad. Y eso es lo que destaca Jesús. En eso se centraba su gran preocupación.

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Para Jesús era más importante “lo humano” que “lo religioso” y “lo sagrado”. Lo humano es “lo laico”, lo común a todos. “Laico” viene del término griego “laos”, el “pueblo”. Y está claro que Jesús antepuso lo laico a lo religioso. Cuando Jesús, en la boda de Caná, convirtió el agua en vino, no utilizó un agua cualquiera, sino precisamente aquella que tenían en la casa “para las purificaciones rituales”. Es decir, Jesús convirtió el enorme y pesado ritual religioso (6 tinajas de piedra de unos 100 litros cada una) en el mejor vino, para que la fiesta, la alegría y el disfrute de la vida no se pudiera acabar. Esto es lo propio del Reino de Dios, la felicidad y la alegría para todos y todas. Jesús antepuso siempre lo humano y lo laico a lo religioso y lo sagrado. Llama la atención el carácter tan poco “religioso”, en términos de aquella época, que Jesús atribuye al Reino-Reinado de Dios. No gira en torno al templo, ni se prescriben sacrificios o actos de culto. Tampoco existen funciones sacerdotales ni personas que actúen como intermediarias. Sin duda que Dios está muy en el centro de este mensaje que lleva su nombre. Pero es un Dios desplazado de los lugares sagrados. Ahora se encuentra en plena vorágine de la vida, sobre todo de personas y colectivos marginados: los chiquillos, los enfermos, los recaudadores, las prostitutas, los pobres, lisiados, ciegos y cojos.... Y se identifica con las tareas corrientes que hace la gente en su vida diaria: el sembrador, el pastor, la pesca, la mujer que amasa la harina o que limpia su casa... Esa identificación con el ser humano, con su felicidad, con su sufrimiento y con su marginación, permite al Reinado de Dios superar los límites culturales y religiosos en que vivió el propio Jesús. Por eso, mantiene una universalidad, una modernidad y una “laicidad” actual.”

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José Gómez Martínez S.J. Padre Gómez

Nació el Padre Gómez el 19 de marzo de 1921 en Oña, un pueblo de Burgos y murió en la iglesia de Santa María de Linares en las primeras horas del 19 de marzo de 1959, cuando cumplía los 38 años. Su niñez transcurrió en su pueblo y aprendió las primeras letras en la escuela que los jesuitas tenían en el antiguo Monasterio Benedictino de Oña. A los trece años, sintió la vocación sacerdotal e ingresó en el Seminario Menor que los jesuitas tenían en Loulé, ciudad del Algarve portugués. Cuando hubo alcanzado la edad apropiada, inició allí los estudios de Noviciado. Completó los estudios de Filosofía en el Puerto de Santa María y en Madrid. Las prácticas de educador (Maestrillo) las hizo en Málaga, entre el colegio de San Estanislao y el centro de Formación Profesional del ICET. La última etapa de Teología la cumplió en Granada, ordenándose sacerdote en julio de 1951. Como sacerdote, fue destinado a Salamanca y posteriormente a Las Palmas de Gran Canaria. En 1954 ingresó en la SAFA de Úbeda donde ejerció de Padre Espiritual. En 1957, mientras mantenía su actividad de Espiritual con los Profesionales de Úbeda, se hizo cargo del naciente centro de Linares donde ejercía de Director, Padre Espiritual y Administrador. En los “ratos libres” se encargó de desarrollar labores de apostolado en un barrio de Linares y capellán de la Adoración Nocturna. Trabajaba de 18 a 20 horas diarias. Las tareas de ambos centros las compatibilizaba desplazándose con la ayuda de una vieja vespa. Mantuvo esta sobre-actividad hasta su muerte que, sorprendentemente para toda la comunidad de la SAFA, le llegó mientras oraba ante el Santísimo en la vigilia de San José. La fiesta que 150 alumnos de Úbeda habían preparado para acompañarlo en Linares, el día de su santo, perdió, por unas pocas horas, su efecto de premonitorio homenaje de despedida. Su talante, su fuerza como orador, su continua actitud de comprometido apóstol y su muerte prematura, dejaron en todos nosotros el recuerdo indeleble de un mártir por la causa que desde pequeño abrazó. Miguel Toral “Era un hombre. Tenía defectos. Nadie piense que pretendemos canonizarlo” (el P. Bermudo en el prólogo de “Muerto en la brecha”). No voy a decir nada, no necesito decir nada, cerrad los ojos, ya está dicho todo. Pero alguna que otra vez sí digo “P. Gómez, ruega por nosotros, ¡negocio!”.

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José García Bautista II Difícil tarea, la de aportar algo nuevo a su figura. Aún más difícil encontrar el adjetivo que le defina. Solo interpretando el lenguaje del corazón, nos aproximaríamos. Por salir del atolladero en que me he metido, diré….¡gigante! Gigante con la palabra, con el gesto, con el compromiso, con la fe en sus ideales y principios. Gigante por su obra con jóvenes y adultos, que tuvimos el placer y honor de conocerle. Aureola de mito en vida y de Santo en su ausencia física entre nosotros. Muerte absoluta, nunca. Medio siglo y su figura y labor, permanecen nítidas en nuestro recuerdo. En lo humano, cercano, afable, paciente, de gesto y semblante serenos ¡Muy buena gente!, que dicen los Sevillanos. El Glen Ford de Gilda y Cimarrón. Su rostro, pelo, ….mentón. El cine perdió un actor y el tercio familiar un buen padre de familia. Pero le ganó San Ignacio, para suerte nuestra y no le defraudó. Un buen fichaje del P. Villoslada. Justo lo que necesitaba para la tarea que se propuso cuando fundó las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia. Fue nuestro director espiritual, durante una época muy complicada y trascendente de nuestra vida. O rectos o torcidos, sino…jorobados. -Bautista, ¿qué le sucederá al árbol que pierde sus raíces? -No se padre,…¿que se seca? Así es, y sin raíces y seco, el viento le arrastrará sin destino ni rumbo fijo. Algo así, y como este muchos ejemplos. Así llegaba a todos y fijaba en nosotros valores que irían dando forma a nuestro carácter. Cualquier escenario era bueno. Los patios los pasillos, un alto en el transcurrir de nuestra jornada…Nunca levantaba la voz, susurraba. Era una cosa entre dos. Nuestro momento.

Úbeda, 20 de marzo de 1959.- Funeral del Padre Gómez en el Colegio

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Disponíamos de un “librillo”, donde anotábamos PENSAMIENTOS. Si nos recibía en su despacho, todo inspiraba respeto, él y el entorno. La mesa de estilo castellano robusta y bien trabajada, poco sobre ella pero bien ordenado. Su “Biblia-breviario (¿)”, inseparable, estaba-reposaba ahora sobre su mesa. Ella y el Crucifijo de pequeño pedestal, el cual giraba hacia nosotros al entrar, eran nuestro “refugio” ante su mirada. El observaba, mientras iba desgranando lentamente con pocas pero claras palabras, el pequeño “sermón” de la jornada. Como siempre estábamos ocupados, sabía medir nuestro tiempo. A él le sobraba, “¿dormía?” Si mostrábamos inquietud en el asiento como movidos por la marabunta, sabía que teníamos partido. Si nos “repantigábamos” (siempre con mesura), nos había sacado de clase y no tardaba mucho en devolvernos a ella, cosa que nos contrariaba. Más “psicología que el Séneca”. Existió también una buena educación, Sr. Almodóvar. Claro que esa ni vende ni va a recibir subvenciones. El P. Gómez, tenía otro frente abierto contra la injusticia social, las desigualdades, el bajo nivel cultural… en Linares y entorno. Era conocida su dedicación al problema obrero de esa zona. Mineros y metalúrgicos de SANTANA, junto con otros colectivos marginales, eran foco de interés y preocupación ¿Pionero de los curas obreros? ¿Integrante de ése movimiento? Sea como fuere, a su muerte tuvimos respuesta a ésas y otras preguntas. No dispongo de documentación que dé veracidad a mis opiniones. Pero si nos atenemos al impacto que su muerte produjo en Úbeda, Linares y comarca, solo hay una deducción posible. Ha muerto un hombre muy comprometido con movimiento obrero de la época. Y los obreros y gentes humildes, así lo manifestaron en el transcurso del traslado del féretro desde Linares hasta SAFA-Úbeda. Le traían en un “LAND ROVER” nuevo, regalo de los trabajadores. Algo impresionante. La gente agolpada, pero con respetuoso silencio y orden, llenaban avenida y calles adyacentes. Ni las vivitas de Franco y ministros que yo viví, tenían aquel impacto. Allí estábamos nosotros, en el patio-explanada de la entrada al Colegio. Nos parecía todo desolador y confuso, no era posible lo sucedido. Para nosotros supuso una ausencia dolorosa. De nuevo, algunos sentíamos la soledad de la orfandad. Quedaban, su ejemplo y su palabra. Algunos de nosotros pertenecíamos a la HOAC y JOC, si bien con escasa militancia activa, dada nuestra situación de internos y carga de estudios. En aquellos años, se estaban gestando las COMISIONES OBRERAS, que verían algo de luz en 1960. La llegada de un hermano del P, Gómez, supuso algo de bálsamo para nuestras heridas. Ayudó a paliar el desastre emotivo y sentimental.

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Miguel Fernández Aranda S.J.

Padre Fernández

Con 95 años cumplidos en septiembre de 2009, el Padre Fernández Aranda se halla en perfecto estado de salud y desempeña, entre otras, labores de control en la portería de la residencia que los jesuitas tienen en el centro de la ciudad de Málaga, junto a la hermosa iglesia de San Ignacio. Recuerda perfectamente los hechos relevantes de su vida y guarda un cariñoso recuerdo de su paso por Úbeda y Linares. Aquel Padre Espiritual de los Profesionales de Úbeda, de complexión fuerte, activo y vital que nos hizo cavar y embellecer los jardines de los talleres, ha estilizado su figura pero aún mantiene una conversación ágil, amena y segura. Se podría decir que está en forma.

Notas biográficas Nace en Cullar-Vega (Granada) el 7 de septiembre de 1914. En 1927 ingresa en el Seminario Menor de la Provincia Bética de la Compañía de Jesús en El Puerto de Santa María (Cádiz), donde permanece hasta 1931. De mayo a julio de ese año vuelve a casa. En julio de 1931 ingresa en el Noviciado de los Jesuitas en Orduña y allí permanece hasta el mes de septiembre en el que dicho Noviciado se traslada a Durango. La estancia en el nuevo noviciado dura tan solo cuatro meses porque en enero de 1932 se produce la expulsión de los jesuitas de España. Son tiempos de la II República. Siete años después, enero de 1939, regresa por barco desde Génova a Gibraltar. Allí desembarca y se traslada a Sevilla para presentarse en la Comandancia Militar que lo había reclamado. Esta Comandancia lo destina al Hospital Militar de Málaga, donde no llega a presentarse porque en abril termina la guerra y en mayo lo licenciaron. Siguió en Málaga en el Colegio de San Estanislao dando clases de Latín e Historia. El curso 1940/41 lo pasa en el Seminario Menor de Granada impartiendo clases. Los dos cursos siguientes, continúa como Maestrillo en el Colegio San Estanislao de Málaga con el cargo de inspector de los alumnos externos. En 1943 inicia estudios de Teología en la Facultad Cartuja de Granada y termina ordenándose en 1948. Su primer año como sacerdote lo pasa en Almería. En 1949 vuelve al Palo como Padre Espiritual. Durante su estancia en El Palo, contrae la tuberculosis al atender a un enfermo que vivía en una casa-cueva en deficientes condiciones de salubridad.

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En 1953, curado de la enfermedad, es destinado a la Residencia de Córdoba, donde permanece dos años. En 1955 es destinado a Úbeda como Padre Espiritual de los Profesionales. El curso 1957/58 es destinado al colegio de Andújar. El curso 1959/60, mientras hacemos 3º de Oficialía, reparte su actividad entre Úbeda y Linares a razón de tres días en cada colegio, hasta que se queda definitivamente en Linares, donde permanecerá hasta 1979 desempeñando las tareas de Padre Espiritual y profesor de Religión. De 1979 a 1989, es destinado a la Parroquia de San Sebastián en Almería. Desde Almería, con 74 años de edad, es trasladado a la Residencia de Mayores de Málaga donde el pasado septiembre cumplió sus 95 años.

Curso 1955/56.- Primero Escolar e Industrial Padre Galofré , D. Agustín y D. Lisardo

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Jesús Mendoza Negrillo S.J. Padre Mendoza

Selección biográfica Jesús Mendoza Negrillo, sacerdote jesuita, nació en Begíjar en 1924 en el seno de una familia muy religiosa. Sus progenitores se dedicaban a la enseñanza y tiene varios hermanos jesuitas y varias hermanas misioneras mercedarias. Fue novicio en el Puerto de Santa María y en el curso 1941-42 se trasladó a Santander para continuar los estudios de Humanidades, Letras y Lenguas Clásicas en el Seminario Pontificio de Comillas. Vinculado a la SAFA de Úbeda, a donde llegó tras la muerte del P. Gómez, En 1959. Fue nuestro padre espiritual, y aunque era diferente a su antecesor, poco a poco se fue metiendo en nuestros corazones por su sencillez, entrega y trabajo. Ha impartido clases de inglés y además de nuestro, ha sido padre espiritual de numerosas generaciones, que como nosotros, tuvieron la suerte de pasar por este emblemático centro escolar.

Úbeda, 2008.- El P. Mendoza con nuestros compañeros Gómez Perea, Álamo (hijo), y Toral en el II Encuentro

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También el padre Mendoza tiene grandes virtudes humanas y un gran compromiso con los más necesitados de la sociedad. El barrio de San Pedro ha sido testigo de su labor apostólica y de su testimonio evangélico. Ha participado igualmente en multitud de proyectos misioneros en Hispanoamérica. Gran persona y gran colaborador a todos los niveles. Le encanta asistir a reuniones de antiguos alumnos que celebran algún evento: bodas de plata, asambleas periódicas, etc. Igualmente ha colaborado con la Asociación de Amigos de “Lolo”, un personaje muy querido en Linares y amigo personal del padre Mendoza. En 2006, el Excelentísimo Ayuntamiento de Úbeda, le nombró hijo predilecto de la ciudad. Enhorabuena por ese merecido título.

Juan López

Después de dejar la SAFA, he seguido manteniendo contacto con el Padre Mendoza. Él, casi todos los meses se pasaba por las escuelas de Villacarrillo y Villanueva del Arzobispo, y a la vuelta, la mayor parte de las veces se pasaba por casa en la que compartíamos una fugaz merienda que, Catalina, con su característica amabilidad, nos preparaba. Una tarde se presentó en casa aparentemente inquieto. ¡Juan acompáñame por favor! ¿Qué ha pasado? Fue mi pregunta al ver en su semblante el signo inequívoco de que algo le preocupaba. ¡No puedo sacar el coche! Lo he metido por un sitio que no puedo sacarlo ni hacia adelante ni hacia atrás. Lo acompañé y muy cerca de casa, en un callejón tan estrecho, que pudo salir del coche porque había un pequeño ensanche que, aunque con dificultad, le permitió abrir la puerta para salir. Después de ir tantas veces a casa, esa vez se despistó. Finalmente, conseguimos sacarlo y, además, sin provocarle un solo arañazo con la pared. Cuando estuvimos en el encuentro del 2008, su estado mental andaba un poco delicado; a pesar de ello, me reconoció perfectamente y me recibió con un fuerte y Úbeda, 2008.- El P. Mendoza con nuestros compañeros expresivo abrazo.

Chaves López y Ángel Ibáñez, en el II Encuentro

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Juan José Nieto Larrinaga S.J. Padre Nieto

Selección biográfica Nace en 1933 Ingresa en la Compañía de Jesús en 1950 En el Noviciado del Puerto hace los dos primeros años de novicio y los tres de Humanidades Clásicas. Los tres años de Filosofía los cursa en Alcalá de Henares. Es allí donde toma contacto con la recién fundada Brigada Paracaidista a quienes les imparte catequesis. Hace amistad con el comandante D. Tomás Pallás Sierra, fundador de la Bandera. Esta intensa experiencia en Alcalá, sumada a su vinculación familiar con el Ejército, marcarán parte de su trayectoria como Jesuita. En el verano del 58 se incorpora a la SAFA de Úbeda. El comienzo del curso se retrasa a enero del 59, fecha en la que empieza con nosotros cuando iniciamos 2º de Oficialía, sustituyendo al P. Mauriño. Ejercería como Maestrillo de todos los Profesionales durante el 59, 60 y 61.

En 2º de Oficialía, curso 58/59 con Rafa, Barrera y Álamo Vizcaíno. La chapela y el cancionero vasco que nos enseñó fueron algunas de las señas de identidad, posiblemente de su ascendencia materna.

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Durante su etapa en Úbeda, destaca por su ligero talante heterodoxo: muestra los pantalones por debajo de la sotana, usa chapela vasca, nos pone música en las camarillas los domingos, nos enseña marchas militares y hasta llegamos a desfilar por Úbeda cantando “La Madelón”, cuando hacemos excursiones, etc. Al P. Sánchez, serio como era, le gustaba el modo desenfadado y atrevido del P. Nieto. No así, al resto de sus superiores que le prorrogaron dos años más de Maestrillo en Canarias y Sevilla. He de aclarar que, en la jerga interna de los jesuitas eso suponía pasar dos años más en el “purgatorio” antes de acometer la última y decisiva etapa de Teología en Granada.

Excursión al Pantano del Tranco con los alumnos de 1º de Maestría En su quinto año de Maestrillo, en Sevilla, superó felizmente una operación de columna vertebral. Su amigo Theotonio siempre le acompañó en aquel trance. En 1964 comienza Teología en la Cartuja de Granada. Se ordena en 1966. En 1968 le llega su primer destino como misionero en Argentina. Allí permaneció durante bastantes años. De vuelta a la Península, es destinado a la Bandera de la Legión de Ronda (Málaga). A pesar de sus simpatías por la vida castrense -hijo y hermano de militares- tuvo problemas de adaptación a la vida real de la Legión y se vio envuelto en una sanción de arresto mayor en el Castillo Militar de Cádiz (Santa Catalina) por declararse en huelga en solidaridad con un soldado. De salud frágil, vivió sus últimos años en una silla de ruedas, en la Cartuja de Granada. En 1998 le llega su fatal desenlace y nos deja para siempre.

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1959.- Uno de los equipos de futbol de Profesionales Tus recuerdos de aquella experiencia en Úbeda Pedro Mora

El padre Nieto ante sus padres durante su Ordenación

Recuerdo que una noche fría nos pidió a dos o tres (no recuerdo quiénes veníais) que le acompañáramos a la estación de Baeza: su hermano mayor, comandante, de viaje a Madrid, pararía unos minutos y quería saludarlo. A los pocos días del hecho le oí confesar muy satisfecho que a su hermano le habíamos causado muy buena impresión y le había dicho “¡vaya con los niños! tu lo que tienes son universitarios”.

Padre Vicente Theotonio Mi amistad con Nieto la considero algo “bohemia”. Tenía una gran vena poética. En Úbeda, por las noches, escribía poesías, que yo a la mañana se las mecanografiaba. A su vuelta de Argentina publicó un libro de poesías que mereció el premio nacional de poesía religiosa. Ciertamente esta faceta no concordaba con la imagen que proyectaba. Tampoco el que tuviera una conciencia escrupulosa. Su madre, en su parroquia de Ceuta, tiene introducida por sus caridades con los pobres la causa de “sierva de Dios”. Ciertamente la interioridad de Nieto no coincidía con su imagen exterior. Fue una alegría que nos ordenáramos sacerdotes uno a la derecha y otro a la izquierda de Monseñor Merchán. Yo estaba a la izquierda y Nieto a la derecha. Esto fue una “bohemia” a lo divino.

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Miguel Toral Nuestro P. Nieto “Curilla”, un entusiasta de las cosas castrenses, nos enseñó el himno de Infantería, el de la Legión, el de los “Paracas”, la Madelón, y que sé yo cuantas más. También era un entusiasta del folclore norteño, y nos enseñó la tira de canciones y popurrís vascos como, adiós pedreña, zapateros ambulantes, un inglés vino a Bilbao, en el monte Gorbea y muchas más. Como profesor nos dio Historia de la Literatura, y nos preparaba unos cuadros sinópticos completísimos. Aumentó nuestra cultura mucho más de lo que pensamos, porque sus enseñanzas nos producían curiosidad y de esta manera nos aficionamos a la lectura. Fue un aire nuevo, que hubo que aprender a respirar.

García Bautista Su llegada supuso una vuelta de tuerca a la ya férrea disciplina escolar. En su cuerpo enjuto, se supone que fibroso, nervio, carácter, personalidad. De estatura media, se agigantaba en su puesto de vigilancia. Ya sea pasillos, campos aulas…. Omnipresente, llegaba justo en el “clímax” del jolgorio, y si no llegaba, no por eso te fiabas. Gestos y no palabras era su táctica; y obtenía buenos resultados. Gozaba entre nosotros de gran respeto y estima. Nunca olvidaremos su compañía en el viaje de “estudios” a Madrid y Toledo. Su aire, casi militar, podría ser herencia paterna, dado que su padre había sido o era, teniente coronel de los Caballeros Legionarios. Su disciplina “cuasi” militar, nos sirvió de gran ayuda durante la “mili”. Ya íbamos “curaos” de espanto. Una estampa-pose típica en él: Quieto, cabeza erguida, manos en los bolsillos, sotana en forma de campana, y su mirada, a través de unas lentes que te taladraban, cabeza de perfil estilizado, pelo negro y liso atrás peinado, entradas pronunciadas, nariz “aguileña” a tono con su vista. Siempre pulcro y bien aseado. Todo un Señor.

Tan honda huella dejaste en nosotros que a pesar del tiempo transcurrido, aún perdura. Nunca olvidaremos su compañía en nuestro viaje a Madrid y Toledo.

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Vicente Theotonio Cáceres S.J. Padre Theotonio

Selección biográfica Nace en Sevilla el 13 de mayo de 1935 Ingresa en la Compañía de Jesús en 1951, en el Noviciado de El Puerto de Santamaría. Los dos primeros años estudia como novicio y los tres siguientes, hace Humanidades en el mismo Noviciado, alcanzando el grado de “Junior”. Pasa a Alcalá de Henares donde estudia los tres años de Filosofía establecidos por la Compañía. La etapa de “Maestrillo” la ejerce en la SAFA de Úbeda donde se incorpora en el verano de 1959. Allí pasa el primer curso (59/60) a cargo de la 1ª División de Magisterio, el segundo (60/61) junto con el P. Nieto, se ocupan de la 1ª División de Magisterio y de nuestros 16 compañeros que hacen 1º de Maestría. En el siguiente curso (61/62), esta labor la comparte con el Padre Rivas que se incorpora ese año a la SAFA como nuevo “Maestrillo”. Mientras ejercía de Maestrillo en Úbeda, comenzó la carrera de derecho bajo la orientación pedagógica de D. Juan Herrera Catena.

El P. Theotonio acompañando a los alumnos de 1º de Maestría en su visita a la factoría de Barreiros Diesel, Madrid, en junio de 1.961

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Solicitó la extensión de un año más en la etapa de Maestrillo, durante el cual aprobó 4º y 5º cursos de derecho. La licenciatura la obtuvo en la Universidad de Granada y años más tarde alcanzaría el grado de Doctorado. Terminado el curso 61/62, es destinado a la Cartuja de los jesuitas en Granada, donde cursa los cuatro años de Teología reglamentarios. En el tercer año, 1966, se ordena sacerdote. En esta fase, coincide por segunda vez con el P. Nieto y es a partir de este encuentro cuando nace una gran amistad, que el P. Theotonio califica como, “algo bohemia” y que la han mantenido hasta el fallecimiento de éste.

El Padre Theotonio Junto al Padre Nieto, en la Ceremonia de Ordenación Debieron hacerse hermanos y amigos complementarios: uno, algo heterodoxo e inquieto, y el otro, más ponderado y protector. Termina Teología en 1967 y es destinado a la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales (ETEA) que los jesuitas tienen en Córdoba. Ha ejercido de profesor de derecho en este centro hasta el año 2000 en el que se jubiló. Actualmente goza de buena salud y mejor humor, vive en comunidad con otros compañeros jesuitas, en Córdoba, y colabora en el taller ocupacional de PROMI, una asociación de minusválidos de Córdoba.

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Juan López y Pedro Mora con el P. Theotonio en su residencia de Córdoba. En la pared: un óleo de San Ignacio y la foto del nuevo Padre General de la Compañía.

Nos recibió en su casa de Córdoba el 23 de noviembre de 2008 y pudimos disfrutar de la amenidad con que condimenta los recuerdos y el cariño que derrama sobre los hechos. El Padre Theotonio sigue manteniendo el talante propio de aquellos jesuitas que nos educaron y tanto bien nos inculcaron. Hay que reconocer que seguimos unidos emocionalmente a ellos. Por la vía de la razón, les agradeceremos siempre su labor. Valoración y recuerdos de mi etapa de Maestrillo en la SAFA de Úbeda

El trienio que pasé en Úbeda, en mi etapa de magisterio, fue un tiempo de una convivencia humanamente profunda y honda. Mayor relación tuve con los alumnos de Magisterio. Pero sí recuerdo la relación con los Profesionales en el curso 61-62. En general aduzco como índice de calidad de nuestra convivencia educativa, la revista que cada curso editaba y en las que todos sus alumnos escribían. Era una educación personalizada. Ciertamente la disciplina era rígida, y aunque la práctica religiosa fuera intensa, nada de ello obstaculizaba las relaciones interpersonales sinceras e intensas. Ciertamente ningún alumno se me atravesó en mi función, ni creo que tampoco me atravesé en la vida de ninguno de mis alumnos. Por ello, mi recuerdo de aquella convivencia es grato, sereno y agradecido a todos.

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Nuestros recuerdos del P. Theotonio Juan López Acostumbrados como estábamos a convivir con maestrillos de carácter fuerte, como podemos considerar al P. García Mauriño y especialmente al P. Nieto, cuando llegó el P. Theotonio “Theos” un hombre calmado y sosegado, la diferencia de carácter y por lo tanto de actuación era muy llamativa, no imponía, sino que con su calma y sosiego, ponía tranquilidad en nuestra ajetreada jornada. Lo recuerdo paseando a lo largo del pasillo, pidiendo silencio, siseando y haciendo chasquidos con los dedos. Aunque no con tanta rapidez, pero al final conseguía su propósito, mantenernos en orden y que hubiera el silencio suficiente para poder tener un ambiente de estudio y de trabajo. La primera vez que volví a verlo, después de salir de Úbeda, fue en Córdoba a punto de jubilarse, era el verano del 2000, había terminado los exámenes de fin de curso y estaba en su despacho atendiendo a los alumnos que habían ido a consultarle y a hablar con él. Tenía una buena cola esperando, cuando le anunciaron que el Rubio quería verlo, despidió a todos los alumnos que estaban esperando e inmediatamente me recibió. Entré, nos dimos un fuerte y cálido abrazo, estuvimos charlando aproximadamente unas dos horas, recordamos a muchos de los compañeros, profesores y jesuitas de los años de internado. Estuvimos recordando nuestra trayectoria desde que dejamos el colegio, trabajo, familia y proyectos, al final esas dos horas, nos pareció poco, y quedamos para otro día, para seguir hablando. A partir de ese encuentro, hemos vuelto a vernos en reiteradas ocasiones.

El Padre Theotonio y Bautista II durante el III Encuentro

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Recuerdos de otros jesuitas Padre Agüero S.J. El P. Agüero solo estuvo durante un curso con nosotros, posiblemente en 3º de Oficialía, en que nos acompañó a la excursión que hicimos al pantano de El Tranco. Quiero recordar que ejercía de Maestrillo de “baja intensidad”, junto al Padre Nieto. Es probable que estuviera en periodo de reflexión dado que, finalmente, acabó saliéndose de la Compañía, aunque se ordenara y ejerciera como sacerdote secular en Asturias, su tierra natal.

Ramón Arcelus S.J.

P. Arcelus

Era callado y aparentaba ser muy inteligente; seguramente lo sería. De él aprendimos algo de Lógica, de las proposiciones y los modos silogísticos con los versos mnemotécnicos “bárbara, celarent, darii, ferio”..., para aquello de universal afirmativo, universal negativo, particular afirmativo, particular negativo, y muchas más cosas que, claro, ahora no las voy a soltar. Pero, ¿qué obreros han estudiado estas cosas? Solo los que estudiábamos en la SAFA y punto. Fue nuestro Padre Espiritual, pero sobre todo fue nuestro confesor preferido. Solo había que echar un vistazo a los confesionarios para averiguar cuál era el del Padre Arcelus. Su extrema bondad llegaba hasta la hora de “dictar penitencia”. Sus leves penitencias reconfortaban nuestro abatido ánimo por el peso del pecado: entrábamos con pecados mortales y salíamos con la sensación de que eran simples pecadillos.

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Nuestra SAFA Francisco Cuenca Horcas S.J.

P. Cuenca Fue Padre Provincial durante los primeros años de la SAFA. Desde su cargo de Rector entre el 53 y el 56, afrontó la crisis planteada en la Institución tras el relevo del Padre Villoslada en 1954. En 1956 ocupa de nuevo el cargo de Provincial y es sustituido en el Rectorado por el ya anciano Padre Ponce.

Arturo Galofré

P. Galofré Arturo Galofré, “curilla”, inquieto, buscavidas, organizaba todo lo que hubiera que organizar, excursiones, fútbol, toros, campamentos... Estuvo como Maestrillo con la Cuarta y Tercera División durante tres años (54 a 57), después salió de la Compañía y su primera ocupación fue la de promotor comercial de la firma Magefesa. Era vital, entusiasta y muy activo, tolerante y poco dado a las rencillas. Le encantaban las actividades recreativas: campeonatos de futbol rápidos, excursiones y nos llevaba a los partidos del Úbeda. En el verano del 56 organizó un campamento en Chipiona con el Frente de Juventudes en el que estuvimos algunos de nosotros.

Juan Fernández Marín S.J.

Padre Marín Promovió asociaciones y grupos de actividades religiosas con alumnos de Úbeda, exalumnos y obreros de Úbeda: Cruzada Eucarística, Congregación Mariana, Vanguardia Obrera Juvenil, Hogar Obrero y la cooperativa de consumo San José, entre otros. Coincidió con nosotros en Úbeda. Francisco Hermoso S.J. Firme defensor de la Formación Profesional ante al Padre Aldama más inclinado por la Escuela de Magisterio, fue destinado a Japón, junto a su hermano Juan.

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Nuestra SAFA Rafael López Navarrete S.J. P. Navarrete

Natural de Coín (Málaga), se incorporó a Úbeda como Maestrillo en 1954, ha estado muy ligado a la SAFA desempeñando cargos de profesor de Latín, inspector, Prefecto y Director del centro de Úbeda, entre otros. Algunos de nosotros tuvimos la oportunidad de disfrutarlo como profesor de Latín y como inspector de la Segunda División. Ha mantenido y progresado en su vocación pedagógica. Se mantiene activo en Sevilla donde dirige un programa de cursos para adultos en la Casa de Espiritualidad San Pablo, creada en 1965. El objetivo de los cursos es ahondar en la dimensión humana y espiritual de los alumnos adultos. En su haber, cuenta con destacadas publicaciones En animada conversación con nuestro compañero Bautista II, en la casa que al respecto. los jesuitas tienen en Sevilla

Cristóbal Sánchez S.J.

Padre Sánchez

Llega a Úbeda en 1952 y ocupa el cargo de vicedirector con el Padre Villoslada. En nuestros años ocupaba el cargo de Prefecto. En 1962 pasó al centro de Villanueva del Arzobispo haciéndose cargo de la dirección.

Pedro Solís Atienza S.J. P.Solis Coincide con el Padre Mauriño en Úbeda (años 54-57). Ambos forman el tándem encargado de revisar los programas de los Profesionales y consiguen elevar el tono y prestigio de unos estudios que habían caído en cierto grado de abandono. Durante los años 62 y 63 estuvo como profesor en el ICET de Málaga. En 1979 y 80 volvió a Úbeda como Director Tco. de FP.

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Recuerdo al Padre Solís acompañado de Marcos Pinel Jiménez, hijo de Herminia, la señora que nos cuidaba con tanta amabilidad en la enfermería. Marcos, alumno de electricidad anterior a nosotros ya andaba compartiendo experimentos eléctricos con el P. Solís que gracias a su gran preparación en ciencias y tecnología, debió inculcarle la afición por estos temas. Marcos terminó en una universidad sueca en 1979 para completar sus estudios de Física y Matemáticas. Sus proyectos eran de tal calado que los suecos lo propusieron para el Premio Nobel de Física en 1980.

Fernando Toscano Puelles S.J. P. Toscano “El padre Toscano era natural de Alcalá de los Gazules. Participó en los comienzos del centro de su pueblo natal. Ha publicado algunos libros y colaborado en publicaciones de la comarca. En el curso 55/56 debió estar de Maestrillo sin “mando en plaza”, es decir, sin tener a su cargo la inspección de ningún curso. Nos dio Ciencias Naturales a los de 1º de Magisterio y creo que también a los de 1º de Industriales. Nos incitaba a observar la naturaleza. A veces, en el tiempo de clase, salíamos por los campos del colegio y nos hacía reflexiones sobre las plantas, las piedras y cualquier bicho que por allí apareciera. Nos aficionó a los minerales: recordad la galena, el cinabrio, la calcopirita… Tengo la imagen de ir de excursión a la Yedra y pasarnos el tiempo buscando entre las vías del tranvía piedras que contuvieran algún rasgo de mineral. Ante la duda, la piedra sospechosa de ser un mineral, pasaba al bolsillo”.

Rafael Villoslada Peula S.J

P. Villoslada Fundador de Las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, en el capítulo 1 de este libro se hace una extensa referencia a su persona y su obra. Añadimos aquí dos testimonios de nuestros compañeros. Miguel Toral “Yo estuve en los tiempos del P. Villoslada, era un hombre excepcional (vaya, acabo de inventar la pólvora), tenía ese extraño imán de los escogidos. Mi abuelo con ser un anticlerical visceral, no sé porqué pero lo era, echaba pestes de los curas, menos del P. Villoslada, “ese es otra cosa” decía, y hasta un 24 de octubre le hizo una postal preciosa con esa letra tan perfecta que tenía mi abuelo, y me dijo dásela al P. Villoslada y le dices “felicidades por su santo, padre”.

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Estaba muy delgado, irradiaba luz, esa sonrisa que tiene en las fotos, no era pose, era así; incluso cuando estaba serio, los ojos le reían. Decían que andaba mal del estómago, y que se alimentaba solo de caldo de gallina, tenía un bonete especial, redondo, y decían que es que como era fundador por eso lo usaba. Era autoridad, podría tal vez ser algo autoritario. ¿Y por eso no puede ser santo un hombre santo? ¿Y qué me dicen, entonces de San Ignacio? ¿Acaso, no debería haber sido autoritario para hacer lo que hizo? No hago comparaciones; San Ignacio es un “supersanto”, nosotros nos conformamos con que el P. Villoslada fuera un “santito” solamente. José M. Aznar “No tuve la suerte de conocerle, pero los hechos y sus resultados, aquí están: en carne y hueso y materialmente. Miles de niños, hoy hombres jubilados como los que protagonizamos este libro, se lo deben todo. ¡Claro que quisiéramos verle en los altares! ¡Hay, si estuviera en nuestras manos! Un hombre, como el Padre Rafael Villoslada Peula, que dio su vida entera, sí, sí, a pesar de su delicada salud, dio su vida entera por los niños que se morían de hambre y de fríos, tirados y abandonados en las calles durante y después de aquella horrenda guerra del treinta y seis, sí debiera ser declarado santo. Tal vez, no “supersanto” como dice mi gran amigo y compañero en la SAFA, Miguel Toral, pero sí, al menos, simplemente Santo. Es verdad que no fue mártir físicamente, pero sí espiritualmente; es verdad que no hizo misión más allá de nuestras fronteras, como Teresa de Calcuta y otros, pero sí la hizo en su país natal. Estas fueron sus palabras ya metido de lleno en su trabajo: “Andalucía debe ser declarada tierra de misiones”. Y aquí prefirió quedarse para hacer su misión, un ingente trabajo por los niños indigentes, hasta sus últimos días.

7.2 Profesores Nuestra incorporación a Úbeda supuso un cambio extraordinario en la relación profesor-alumno: pasamos de un maestro único para todos los temas en la escuela primaria, a un profesor diferente para cada asignatura, todo un lujo. Los primeros días de curso eran una locura: primero la adquisición de varios libros, después la presentación de los profesores que, de entrada, nos convencían de que su asignatura era esencial, que cada quince días nos harían exámenes para controlar lo que estudiáramos, etc. ¿Excesiva carga? ¿Demasiada responsabilidad? ¿Seríamos capaces de aguantar aquel ritmo? Pasábamos de la escuela de enciclopedia Álvarez a una vasta organización preñada de libros y profesores, cada uno con su personalidad y autoridad aparente distintas ¿Qué lío? Podríamos clasificar a nuestros profesores en dos grupos: aquellos que compatibilizaban su actividad profesional con las clases, como D. Juan Herrera, D. Rafael Manzano y D. Manuel Lucena, frente a un segundo grupo que se dedicaban

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Jornadas pedagógicas organizadas por el P. Bermudo a mediados de los años sesenta. Junto a los profesores veteranos, la nueva savia, representada por nuestros compañeros Barrera y Puerma. exclusivamente a la SAFA, como los maestros de taller D. Manuel Coto y D. Ricardo Ojanguren, D. Agustín, D. Bernardo López o D. Eduardo Navarro. Estos tres últimos, compatibilizaron la función de inspectores y profesores. Hacemos, en fin, en estas páginas un intento de recopilación de aquellos rasgos de su actividad profesional y humana que nos afectaron en nuestra época de estudiantes. A la vez, por ser allegados nuestros, sentimos interés por saber qué ha sido de sus vidas.

“Aquel joven Alumno”

“Aquel joven Profesor”

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D. Bernardo López Aparicio Nací el 22 de diciembre de 1929 en Santisteban del Puerto en Jaén, un pueblo precioso situado en las estribaciones de Sierra Morena. Mi madre, Francisca –Paca para sus allegados-, definía el acontecimiento –mi nacimiento- como que, “le había tocado el gordo, sin una gorda”. Soy el mayor de cinco hermanos a los que estoy unido plenamente. Me pusieron de nombre Bernardo por mi abuelo paterno, como era la costumbre. Los recuerdos de mi niñez son duros e incomprensibles con la mentalidad de hoy, pero los contemplo sin tristeza. Las dificultades del día a día eran enormes. Mi padre Isidro, carpintero de profesión, era un trabajador incansable, honrado a carta cabal y sabio. Él me transmitió las cosas más hermosas y los valores que me han acompañado toda la vida. En tiempos de la II República, antes de comenzar la guerra, vi arrastrar por las calles del pueblo la talla de la Virgen del Collado, patrona de Santisteban. Viví también, cómo un hombre bueno, zapatero remendón, que curiosamente solía entretener a los chavales haciendo cometas rudimentarias a base de cañas y papeles de periódico, fue arrojado a un pozo de las minas de Linares. Mi padre fue movilizado y quedamos mi abuelo, ya viejito, y yo, con seis años, al cargo de las dos casas; la carpintería cerrada y cero ingresos. Formé equipo con mi abuelo porque era necesario salir al campo a buscar hierba para los conejos y recoger las espigas de trigo que quedaban perdidas en los rastrojos después de la siega. Un día se me ocurrió entrar en un campo aún sin segar, y, agachado en el suelo para evitar ser visto, me dediqué a cortar espigas; el dueño debió divisarme y empezó a reprenderme y amenazarme con el ánimo de propinarme un escarmiento. Mis padres y hermanos Me refugié en mi abuelo y él me defendió de aquel energúmeno. En otra ocasión, mi abuelo y yo nos dedicamos a construir unos “repullos” (Flechillas) de tronquitos de higuera y plumas de gallina y se los cambiábamos a los chiquillos por huevos que cogían en sus corrales. En el invierno nos calentábamos con leña que buscábamos por el campo y tortas de orujo que desechaban los molinos de aceite.

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Aprendí a cocer el pan en el hogar de la lumbre, pieza indispensable en las cocinas de la época, donde se cocinaba al mismo tiempo que se calentaba parte de la casa. Se retiraban las brasas y tras limpiar los ladrillos del suelo, depositaba la masa; luego la cubría con el brasero y lo envolvía con las ascuas apartadas previamente; el improvisado horno funcionaba de maravilla y el pan era un manjar comparado con el de centeno que se expedía en las panaderías de la época. Y hablando de pan al que hoy no damos ningún valor, recuerdo aquel día en que un vecino viajó a La Mancha con su burro para comprar comida; de regreso, nos regaló un exquisito pan blanco ¡que fiesta! En aquellos años las gentes eran muy buenas y solidarias. Nunca podré olvidar a chacha Loles, la vecina de arriba, que nos cuidó como a sus hijos, mientras mi madre padecía en cama una pulmonía terrible. Y a su padre Agustinico, que nos traía de su huertecillo patatas, pimientos, tomates, melones, etc. y nos prestaba su burro para traer agua de los manantiales que había en el campo. La guerra influía en nuestros juegos. Después de salir de la escuela, a la que siempre asistía con mis hermanos, solíamos jugar a “guerra” entre los de arriba y los de abajo, imitando la cruel contienda, con la mentalidad propia de chavales. Pero lo peor llegó al terminar la guerra, cuando empezaron las represalias contra personas que no habían cometido delitos pero ocuparon cargos políticos. No puedo borrar de mi memoria la injusticia cometida con el padre de un amigo, condenado a veinte años de cárcel por haber sido alcalde. Nunca pude comprender, ni a unos, ni a otros. Terminó la guerra cuando tenía nueve años. Volvió mi padre, abrió la carpintería, y, poco a poco, empezamos a recuperar la normalidad. Continué en la escuela aprendiendo y quiero traer aquí el recuerdo de mis maestros a los que admiraba: D. Luis Miñarro, casado después con la hermana de D. Juan Pasquau, gran escritor y compañero en la SAFA; y D. José Antonio Fernández Pastor, que después sería compañero mío en la SAFA como Director del Grupo Escolar. En esa época llegó a Santisteban un misionero salesiano. Dio charlas a mayores y después mantuvo encuentros con los niños de nueve y diez años. Nos dijo, no lo olvidaré: “hacen falta sacerdotes santos que siembren paz, amor y perdón para la reconciliación de todos los españoles”. A mi me encantó el programa y sentí el deseo de ingresar en el Seminario. Naturalmente, sin la madurez suficiente, pero sin presión alguna, aprobé el ingreso y conseguí la beca de una donante del pueblo, Doña Lola Sanjuán, que mantuve durante los nueve años que permanecí en el Seminario -cinco años de Humanidades, tres cursos de Filosofía y uno de Teología. Mi formación, mis vivencias, mis compañeros, mis profesores y las religiosas, especialmente Sor Juana encargada de la enfermería, que me preparaba el pan con aceite para reponerme: A todos los recuerdo con agradecimiento. Una experiencia inolvidable, una oportunidad para mi desarrollo personal con fundamento religioso y moral que dio origen a mi vocación por servir a los demás, especialmente a los jóvenes, hijos de trabajadores de nuestra tierra que tanto habían sufrido.

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Finalmente, no cuajó en mí esa vocación y abandoné el Seminario en agosto de 1950. El curso 50/51 lo pasé en Linares. Mientras preparaba el Examen de Estado como culminación del bachiller de siete años que me habían convalidado, impartía clases de griego para no gravar a mi familia. Mis hermanos no habían podido estudiar y ayudaban en casa con sus respectivos trabajos. Ese mismo año me puse novio y conocí al párroco de San José que me habló de la obra del Padre Villoslada. Me ilusionó la idea de trabajar para la Institución, me entrevisté con el Padre fundador y me ofreció “ser colaborador”. Mi ingreso en Las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia se produjo a comienzos del curso 51/52 como profesor e inspector. No me exigían titulación específica pero enseguida me planteé hacer una carrera técnica a pesar de que me habían convalidado Magisterio a falta de algunas asignaturas. Elegí la Escuela de Minas Revisando el periódico con D. Diego Fernández. en Linares porque me permitían la asistencia a clase cada quince días. En abril del 53 me incorporé al Servicio Militar en la Brigada Obrera Topográfica de Sevilla. De esa forma fue cómo compatibilicé tres años de intenso trabajo en la SAFA, la carrera de Facultativo de Minas y la mili. Terminada la mili, en septiembre de 1.954 me reincorporo a la SAFA en mi doble función de profesor e inspector de los Profesionales. Pasan dos cursos y en febrero del 56 termino la carrera. Ese verano, Lina y yo nos casamos en Linares. No tuvimos hijos y fue mi colaboradora hasta su muerte, tras una larga y durísima enfermedad, a los 55 años. Falleció el 15 de marzo de 1987. Años antes tuvimos la oportunidad de celebrar las bodas de plata en la capilla de los porches de la SAFA. No quiero dejar sin proclamar la asistencia constante y desinteresada, tanto material como espiritual, de los PP. Jesuitas y de todos mis compañeros en esos años de dolor y ausencia. Debo aclarar que al casarme tuve que dejar el cargo de inspector por ser incompatible con la condición de casado, naturalmente, con la reducción proporcional de sueldo. En febrero de 1980 tuve la oportunidad de convalidar el título de Facultativo de Minas por el de En los actos celebrados con motivo de la visita del Ingeniero Técnico en Instalaciones Nuncio de su Santidad a las Escuelas Profesionales de la Electromecánicas y Mineras. Sagrada Familia de Úbeda, en febrero de 1.955.

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El 7 de julio de 1990, celebro mis segundas nupcias con Mary, en Santisteban, ante nuestra patrona la Virgen del Collado. Para el curso 90/91 solicité al Rector, P. Álvarez Osorio, mi traslado a la SAFA-ICET del Palo –Málaga-, por razones que fácilmente se comprenden y me lo concedió amablemente. Vendí el piso de Úbeda y adquirí un chalecito de planta baja, en El Rincón de la Victoria, sin escaleras, para afrontar un futuro con menos facultades físicas. Aquí tienen todos mis amigos su casa. Me jubilé el 10 de enero de 1994, a los 64 años de edad y 42 de antigüedad en la SAFA. Mi vida profesional se realizó, aparte que satisfactoria en extremo, cargada de dificultades y luchas por ir superando las situaciones. He contemplado con ilusión el desarrollo de la SAFA y he disfrutado y continúo disfrutando al ver a mis alumnos progresar en sus vidas y, sobre todo, como hombres de bien. Sigo integrado en la SAFA del Palo y me relaciono con mis compañeros de aquí y los de Úbeda; colaboro con la parroquia y Cáritas y, ahora, reviviendo mis mejores años con mis antiguos alumnos, después de medio siglo, contemplando sus capacidades de organización y hermandad, a los que sigo queriendo como mis hermanos menores.

Úbeda, 2009.- Estos son, los que fueron mis alumnos hace ya cincuenta años: Parra y Chaves löpez, al fondo, y Bautista frente a mí

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Hablemos de la SAFA. Mi vida profesional, social, formativa, participativa y sindical.

Los comienzos Mi colaboración con la SAFA empezó en el curso 51/52 como profesor, dando las materias que me asignaban: Religión, Geografía e Historia, Matemáticas, Dibujo Lineal y Tecnología Mecánica. Las especialidades que se impartían en la División de Profesionales eran, Carpintería, Ajuste, Máquinas (torno y fresa), Electricidad, Fragua, Zapatería, Imprenta, Modelado y Granja. Todas ellas bajo un Plan de Estudios propio, puesto que la FP Reglada no se había implantado en España. Las dotaciones de los talleres eran precarias, muchas de ellas donadas por empresas. Recuerdo unos tornos usados traídos desde Bilbao en el camión del colegio, por una gestión del P. Villoslada. Muchos de los trabajos realizados en los talleres se destinaban a los edificios en construcción de los diferentes centros, especialmente los de carpintería. El objetivo de la Institución era que los alumnos consiguieran defenderse en un oficio. Alumnos en el taller de carpintería Mi jornada era de más de treinta horas semanales de clases más las tareas propias de inspector. Tenía libre, sólo el sábado y domingo cada quince días, situación que aprovechaba para seguir mis clases de Facultativo de Minas en Linares. Entré con un sueldo de 700 Pts mensuales (6,60 €), pero cuando llegó el momento de cobrar, el administrador, D. Miguel, me dio solo 250 Pts. Las otras 450 me las descontaron en concepto de manutención y alojamiento. Y nada de S.S. En estas condiciones, lejos de poder ayudar a mis padres, eran ellos los que debían ayudarme a mí durante mucho tiempo. Protesté ya que por mi dedicación de inspector, vigilando durante las comidas y durmiendo en las camarillas de “la Siberia”, debería estar exento de estos pagos. Algunos compañeros, especialmente los D. Cayetano Aníbal con el alumno gallegos llegaron a decir que “quién era este Berjillos en el taller de modelado. niño de los ojos verdes para reclamar”.

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Comidas y comedores Había cinco comedores: El primero para los más pequeños (Preparatorio y Primero). El segundo, para los restantes cursos de Magisterio, es decir, desde Segundo a Octavo, por cierto bastante mejor dotado que los otros. El tercer comedor era para la División de Profesionales, más rudimentario. El cuarto y el quinto, destinados a profesores y jesuitas respectivamente. Las comidas de nuestro comedor eran diferentes a las de los alumnos. Observé que los garbanzos sobrantes de un día, al siguiente se los ponían cocinados fritos a los Profesionales. Luché, dadas esas injustas diferencias, para unificar el mobiliario de los comedores y las comidas. Éstas se igualaron pero los comedores, no. De esa forma fue por lo que siempre luché: por lo que consideré cristiano y justo.

Colegio de Úbeda. Comedor de los pequeños y cocina Las prácticas religiosas La intensidad de las prácticas religiosas me parecía excesiva. A pesar de que yo procedía del Seminario, manifesté que debían ser libres ¡¡¡escándalo!!! El tiempo me dio la razón.

Apostolado obrero Desde que llegué a Úbeda, me incorporé al Hogar Sagrada Familia, departamento social voluntario que llevaba el P. Marín, formado por organizaciones tales con la Vanguardia Obrera Social (VOS) y Vanguardia Obrera Juvenil (VOJ), movimientos de inspiración cristiana a la búsqueda de la justicia social y la libertad. Se pretendía integrar en estos movimientos a los antiguos alumnos, asociaciones de padres, profesorado y alumnos.

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Don Bernardo con el grupo de formación de Trabajadores del Hogar Sagrada Familia Siendo militante de la VOS, fui buscado por la policía, como “Padre Bernardo” por colocar octavillas en las puertas de las iglesias de Úbeda, en las que se pedían la formación de Sindicatos Independientes. La proclama se arropaba con ideas extraídas de la Doctrina Social de la Iglesia. En esos momentos, la oposición al Régimen solo la ejercían los movimientos cristianos. Desde el Hogar Sagrada Familia se impartieron cursos de formación, con carácter gratuito, a trabajadores en activo y a desempleados. Los profesores actuábamos como voluntarios. Con la formación técnica, se intercalaban charlas de índole religiosa y social. En resumen, nos anticipamos doce años a planes de formación ocupacional tales como los FPA, PPO y FIP. En este nuestro Hogar, nació la idea de crear una cooperativa de consumo y crédito destinada a familias de escaso poder adquisitivo. Los miembros del Hogar constituyeron un fondo inicial de 25.000 pesetas. que más tarde fueron reintegradas. La cuota inicial para los socios era de 100 pesetas. pagadas en cuatro mensualidades. El local, anexo a la portería de talleres, lo aportó la SAFA gratuitamente. Fui elegido presidente en la asamblea de constitución y permanecí en el cargo hasta 1990 que me marché a Málaga. Cuando dejé la presidencia, la cooperativa contaba con tres locales en propiedad. Conté en todo momento con la colaboración de muchos, especialmente la de mi compañero y antiguo alumno, Pedro Pulido. Jamás cobré un céntimo. Los colaboradores y empleados fueron tratados con todas las garantías, el mejor sueldo posible y las cotizaciones a la S. Social, de manera, que pudieron jubilarse dignamente.

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La presidencia, en circunstancias difíciles, la ejerce hoy mi antiguo alumno y amigo, Rafael Gómez Perea -D. Rafael-. Cuando me casé, año 56, no pude cobrar las 9.000 pesetas correspondientes a las ayudas del Montepío, ni las 3.000 de la S. Social, es decir, el sueldo de un año aproximadamente. Esto ocurrió porque ignoraba que no estuviera dado de alta después de cinco años trabajando. Tampoco las pude reclamar, porque si lo hacía, sancionaría a la Administración de la SAFA – es lo que me dijeron- Más tarde me enteré que nada era cierto. Cuando quise recurrir, el plazo de reclamación había vencido. Dadas las circunstancias los gastos de mi boda no los sufragó la “familia SAFA, como debió hacer en compensación sino mis padres y mis suegros. Meses después, se casaron D. Isaac y D. Lisardo, que sí pudieron cobrar las ayudas gracias a mi información. Entonces empecé mi lucha sindical.

Mi trayectoria en el mundo sindical Inicié mi actividad sindical como enlace del Colegio y poco más tarde fui elegido Presidente de la Unión de Trabajadores y Técnicos de la Enseñanza Privada de la provincia de Jaén, desde cuyo cargo promoví el primer Convenio Colectivo de todo el personal de dicha enseñanza que se regía por una Norma de Obligado Cumplimiento de años atrás, incompleta y mal adaptada a la realidad. Posteriormente, como miembro del Comité Nacional de Enseñanza Privada, participé en el Primer Convenio Colectivo Nacional el cual se mantuvo vigente hasta que llegamos a los Conciertos de Homologación con la Enseñanza Estatal, dando por primera vez estabilidad a la Enseñanza Privada, no lucrativa, de FP y Primaria. Intervine, además, de forma activa con propuestas concretas en el Primer y único Convenio Laboral y Social de la SAFA. Ya en democracia, fui elegido Secretario General de toda la enseñanza de Jaén, militando en FETE-UGT, y pertenecí a la Comisión Ejecutiva Regional de Andalucía como vocal de la Formación Profesional Privada, hasta que “las intrigas palaciegas” me empujaron a dejarlo. La verdad que nos hace libres, me condujo a cumplir siempre, como el primero, a exponer dentro y fuera de la SAFA lo que consideraba justo.

La crisis de la SAFA de 1954 De la crisis entre el Padre Villoslada y la Compañía de Jesús, solo decir que hasta ese momento la Compañía no se había implicado en la marcha de la Institución; sólo algunos lucharon por la misma. La economía era un desastre. Le dije al Padre Villoslada: No es bueno que te limites sólo a pedir, exige lo que es de justicia. La crisis se resolvió con la sustitución del P. Villoslada por el P. Ponce como Rector.

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Se pretendía funcionar como una familia, pero no se operaba como tal, no obstante, el entusiasmo por nuestros alumnos seguía siendo primordial. Ello quedó perfectamente demostrado cuando estuvimos varios meses sin cobrar, durante el rectorado del Padre Ponce. Jamás faltó nadie al trabajo. Menos mal que el comercio, amparados en nuestra honradez nos fiaba lo necesario para el sustento. Fueron tres años muy difíciles. En el verano del 58, el P. Bermudo se hizo cargo del rectorado e inició un proceso negociador con las autoridades gubernamentales, hasta conseguir estabilizar un presupuesto y consolidar el funcionamiento de las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia, dotándolas de una estructura empresarial, sin perder el espíritu fundacional, y promoviendo los Principios Educativos, los Estatutos Jurídicos, las reuniones de trabajo con los Directores de los Centros, la Asamblea Representativa de la Institución, el Convenio SAFA, amén de una actitud sostenida por la estabilidad. Gracias, Padre Bermudo, muchas gracias.

Plan de FP de 1957 Con este Plan, la FP quedó estructurada en tres niveles: Pre-aprendizaje (2 años), Aprendizaje u Oficialía (3 años) y Maestría (2 años). Por parte de la Institución se solicitó la colaboración de los profesores para la elaboración de los programas de contenidos. Yo redacté las programaciones de Organización Empresarial, Seguridad e Higiene en el Trabajo y Legislación Laboral, pero dándoles la orientación de agentes de cambio y participación sindical, temas que había estudiado con entusiasmo en mi vida sindical. Mi mayor alegría fue llegar a impartir estas asignaturas después de una relación de amistad con mis alumnos, como preparación a su vida laboral. Creo que este Plan fue el más completo, el que elevó la dignidad del trabajo y preparó al alumno dotándolo de la suficiente capacidad de adaptación y superación ante los retos evolutivos, no para ocupar un determinado puesto, sino para llegar a ser si así lo prefieren grandes hombres de empresa, como así la experiencia lo ha demostrado. Profesorado de Úbeda en junio de 1963

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Relaciones y trato con mis alumnos La relación con mis alumnos fue siempre como pensé que debía ser: fraternal sin dejar de ser exigente en el comportamiento y el trabajo; compartiendo vivencias dentro y fuera del aula, experiencias éstas que me aportaron siempre más de lo que dí. Casi siempre compartí con ellos el tiempo libre y las vacaciones: campamentos de verano en el colegio del Puerto de Santa María o en la Sierra de Cazorla; viajes de estudios a los centros SAFA de Cádiz o Rio Tinto; fábricas y explotaciones mineras como Fundición de la Cruz en Linares, Ford en Valencia, Sevilla, etc.; viajes de tono cultural descubriendo el arte, la geografía de España y el extranjero en tiendas de campaña, acompañado siempre por D. Jaime, compartiendo gastos como uno más y haciendo comidas en Paris, Ámsterdam, Copenhague, Roma, Sorrento y Oslo.

Viaje de estudios con alumnos Profesionales de Úbeda He promocionado, junto con D. Narciso Garrido, mi alumno, compañero y amigo entrañable, cursos especiales de Seguridad e Higiene impartidos por el Gabinete Provincial. He dado charlas semanales en el aula-estudio de talleres, en régimen de asistencia libre, sobre temas de actualidad de índole político, social o científico, sin descuidar jamás la marcha de las clases.

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Participación en las actividades de la SAFA Al margen de las tareas propias de profesor e inspector, mi participación en la vida de la SAFA ha sido continua, leal, rica y fructífera. Colaboré en el periódico “Siembra” de la VOS, en la revista “Tanteos-SAFA” y en la elaboración de Los Principios Educativos de la SAFA. He tenido otras ocupaciones y cargos como: • Miembro electo de la Comisión Mixta SAFA-Compañía de Jesús para la confección de los Estatutos. • Miembro del Consejo General de la SAFA, elegido por los compañeros. • Colaborador en la confección de los reglamentos de Régimen Interior y del Colegio Menor. • Asistencia y participación en Madrid- Pablo Aranda- a la Convivencia de Formación Profesional. • Asistente y colaborador en el Encuentro de todos los Centros de la Compañía de Jesús de Andalucía, celebrado en Úbeda. • Participé en la lucha para impedir la suspensión de subvenciones a parte de la FP, con el Rector en Sevilla. • Colaboré y participé en la preparación y actos del Cincuentenario de la SAFA en Úbeda. • Como Director Técnico de FP, siendo Director del Centro D. Diego Rodríguez Valdivia, mi alumno, compañero e íntimo amigo, primer seglar que ostentó dicho cargo en Úbeda, conseguí de Ford España, una caja de cambios y un conjunto motor- caja de cambios para los talleres de automoción de Úbeda y Linares, en abril del 81, a través de mi primo Antonio, Jefe Comercial de Ford. En el acto de entrega estuvimos D. Jaime, Pepe Barrera y yo. Mi continua formación Siempre que tuve ocasión, opté por superar los retos de perfeccionamiento que mi actividad profesional demandaba, participando en todo tipo de cursos: Pedagogía, medios audiovisuales, francés en el Instituto Católico de Paris, seminarios anuales de perfeccionamiento pedagógico en Úbeda (menos en uno al que no asistí por coincidirme con exámenes en Linares y me perdí el abrigo que el Padre Villoslada regalaba solo a los asistentes).

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También hice cursos de verano sobre Organización Empresarial y Legislación Laboral de UGT en Marbella, Tarragona, Madrid y Barcelona. Y además: He asistido a cuatro cursos y mesas de Seguridad e Higiene en el Trabajo, consiguiendo el diploma de Instructor en la materia. Participé en el Congreso Europeo de Formación Profesional en Santa Cruz de Tenerife. Curso de perfeccionamiento en la Universidad Politécnica de Madrid (Instituto de Ciencias de la Educación) sobre didácticas especiales y técnicas pedagógicas para profesores de FP. Curso de internacional de perfeccionamiento de directivos de centros de FP en la Universidad Politécnica de Barcelona Curso de Psicología evolutiva, técnicas de grupo y entrevista, organización de estudios de FP y orientación escolar, así como la democracia en la enseñanza, por la Universidad de Deusto. Seminario de estudio sobre la reforma educativa en la Universidad Menéndez Pelayo. Seminario de Tecnología Educativa en el I.C.E. de la Universidad de Madrid. Encuentro sobre Enseñanzas Técnico-Profesionales en la Universidad de Alcalá de Henares. Curso para la obtención del Certificado de Aptitud Pedagógica (C.A.P.) en Jaén y Málaga, con D. Jaime Roselló: el más importante. Fui organizador y ponente de la IV Escuela de Verano en Jaén, dentro del Servicio de Renovación Pedagógica de la Dirección General de la Junta de Andalucía. - He sido nombrado Profesional Distinguido de la Enseñanza y se me impuso la medalla de bronce por mi trayectoria de lucha en el mundo de la enseñanza.

ÚBEDA.- Profesorado de FP de la SAFA de Úbeda en 1987

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A la familia SAFA Por último quiero hacer un canto de amistad, admiración y respeto a todas las personas que formaron y forman la familia SAFA: P. Villoslada, P. Bermudo y los colaboradores de todos los tiempos: jesuitas, religiosas, profesores, educadores, personal administrativo y de servicios, alumnos (razón de ser de la SAFA), asociaciones de padres, benefactores y amigos. En junio de 1.984, se celebró una cena homenaje a nuestros jubilados, precedida de la Eucaristía, para agradecerles los años de vida que dedicaron a nuestro centro de Úbeda, haciendo posible la consolidación de la obra y que lo continúe siendo. La comisión organizadora pensó en mí para pronunciar unas palabras ya que los presentes, ausentes y difuntos habían sido amigos míos. Me sirvió para recordar a todos y cada uno de ellos en sus diversas labores. Allí afirmé y afirmo: “No hay nadie menos importante en la Sagrada Familia; todos somos necesarios y complementarios como órganos de un mismo cuerpo; todos hicieron posible la realidad de hoy, entre alegrías y dolores de cada curso, de miedos y esperanzas, y siempre mal de dinero. Un proceso lleno de vida. La vida de los hombres y de las mujeres que gastan sus energías ayudando, como pueden y saben, a florecer una siempre extraordinaria juventud. La SAFA ha caminado por un sendero firme, aunque a veces se hayan formado heridas en los pies de los caminantes por no poner el bálsamo de la compasión, del detalle, del cariño, del respeto a cada persona, cuando lo necesitó. La SAFA es toda persona que con su vida hace realidad los Principios Educativos de promoción de las clases trabajadoras. Todos han sido educadores desde sus puestos de trabajo. Y nuestros alumnos, la mayor riqueza, su juventud, sus ideales y sus problemas han llenado de sentido a la familia SAFA y nos han compensado con su afecto, haciéndonos disfrutar con el éxito de sus vidas”.

De copas por Úbeda. D. Bernardo y Parra, acompañados de sus respectivas esposas, Chaves, Aznar y Bautista II

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Nuestro Profesor y amigo D. Bernardo L贸pez Aparicio

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D. Diego Fernández Fernández Nació en Almería de una familia acomodada, su padre fue Director de Tabacalera, aunque él nunca fumó. Hizo un Bachillerato brillante y posteriormente estudió ciencias, licenciándose finalmente en Química por la Universidad de Granada con unas notas extraordinarias. Se incorporó a la SAFA de Úbeda en el curso 54/55 y se dedicó plenamente a la Institución, impartiendo clases de matemáticas. D. Bernardo ha dicho de él que era amigo incondicional, servicial y generoso. Fue miembro del Opus Dei. A finales de los años cincuenta se hizo cargo de la Dirección de la Escuela Oficial de Maestría de Úbeda, llevándola con pautas de calidad y prestigio. A pesar de su nueva ocupación, nunca se desligó del trato con la SAFA y con sus compañeros profesores. Años más tarde, regresó a su Almería natal donde se hizo cargo de la dirección del Instituto de Formación Profesional de la ciudad. A pesar de la distancia, mantuvo relaciones de amistad y familiar con D. Bernardo y D. Agustín, hasta su fallecimiento. Recuerda D. Bernardo, que D. Diego le prestó 10.000 Pts que le permitieron dar la entrada para la compra de su piso.

D. Diego y D. Bernardo, dos grandes amigos y compañeros

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Nuestra SAFA Don Benjamín González Dopazo

Don Benjamín González Dopazo nació en el año 1929, en Trasabla (Amoeiro), en la provincia de Orense. Perteneció a una humilde familia gallega que residía en una pequeña aldea llamada Monteasnal. Fue el párroco de su pueblo quien, una vez terminado los estudios, lo puso en contacto con la compañía de Jesús que decidió trasladarlo a la SAFA como profesor. Tras una estancia en Úbeda de siete años y el desgraciado fallecimiento de su primera esposa, solicitó su traslado a Sevilla; allí fue nombrado Director del centro que próximamente se iba a inaugurar en Montellano en el verano de 1960. El 19 de marzo de 1961 vuelve a casarse, esta vez, con Dolores Romano. En abril del año siguiente nacería su primera hija, a la que siguieron dos varones, uno en 1963 y el otro en 1966. Como funcionario de Oposición, en 1977 solicita traslado a Sevilla y obtiene destino definitivo en el C.P. “Borbolla” de la capital; tras algunos años como profesor, asume el cargo de Director, hasta su jubilación a los 62 años de edad, por enfermedad. El 13 de Septiembre del 2005 fallece en Sevilla a causa de Alzheimer. Miguel Toral Nos dio “Aritmética razonada, de Bruño”, Música y creo que Redacción y Lecturas en 1º magisterio, serio, formal, la lección muy bien preparada, no era muy risueño. Recuerdo que una vez nos regañó en términos generales a todos, alguno que otro decía “joê” como muletilla, y claro para nosotros y con nuestra pronunciación, no era nada, pero para él, sí, y así nos dijo “es inadmisible que siempre estéis diciendo joer”, y se puso rojo rojo al decirlo. Tomás Rejón Santiago, dijo una vez ¡leshe!, y con tan mala suerte que lo oyó, otra regañina, “cómo se puede decir leche, sin aqué ni porqué”. No quería que fuéramos malhablados, a veces cuando se me escapa un exabrupto me acuerdo de él.

José García Bautista y Juan López Trabajador, pulcritud exquisita en sus trabajos así como en su aspecto y vestuario. Hombre de pocas palabras, pero muy correcto y cercano. Había enviudado y ésa circunstancia, obviamente, le afectó mucho. Una tarde que volvíamos de paseo por Úbeda, nos reunió en la sala de estudio y con la seriedad y serenidad que le caracterizaba, nos dijo:

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“A la mujer, se le mira a la cara y no con esas miradas que recorren todo el cuerpo, porque eso es intolerable. Es una absoluta falta de respeto hacia la persona que es lo más sagrado de la familia”. Nos lo volvió a repetir de nuevo, más pausadamente aún. Nos dejó impresionados y pensativos; a algunos supongo que avergonzados. Por lo visto alguien del grupo, venía haciendo algún comentario fuera de lugar y en voz más alta de lo normal, o haciendo alguna descripción de su anatomía, sobre alguna muchacha con la que se habían topado. Dedujo que alguien no se había comportado según las reglas por las que nos regíamos y deberíamos comportarnos con las chicas. Como profesor era extraordinario, explicaciones claras y concisas y sus calificaciones muy justas y ajustadas a lo que cada uno sabía y demostraba saber. El recuerdo que dejó en nosotros es muy positivo. En el año 2000 y con motivo de mi candidatura a la dirección del I.E.S. Caura (Coria del Río, Sevilla), me acompañaba como Jefe de Estudios un hijo suyo, D. Juan Antonio González. Todo un honor para mí.

D. Francisco Amate Torres Nace en Jaén, en diciembre de 1925. Cursó los estudios de Perito Industrial en las ramas de Electricidad y Mecánica. Es en la SAFA de Úbeda, en el año 1952, donde da comienzo su trabajo como Jefe de los talleres de máquinas, ajuste, forja y carpintería. Ese mismo año se incorporan también al colegio D. Diego Fernández y el maestro de Taller de Escultura, D. Cayetano Aníbal. En 1955 contrae matrimonio en Jaén; en el 56 y 60 nacen respectivamente, su primer y segundo hijos. Durante algún tiempo y por mediación de D. Bernardo, estuvo trabajando, como jefe de producción, en (F.U.C.O.R.), fábrica de vigas de hormigón pretensado. Estando trabajando en la SAFA se incorporó al Ayuntamiento de Úbeda, como encargado y responsable del alumbrado público y del Parque de Bomberos. Más tarde, consigue ganar la plaza de forma definitiva. En el año 1958, por cuestiones económicas abandona la SAFA. Poco tiempo después empieza a dar clases en la Escuela de Maestría Industrial. En 1988, cuando todo le marchaba sobre ruedas, el destino le juega una mala pasada: el fallecimiento de su esposa hace que su vida experimente un importante cambio que sabe afrontar con valentía. Hoy, pasados ya muchos años y superado aquel mal trago, vive su vida contento e ilusionado y, como todo el mundo, esperando el día que Dios quiera reunirlo de nuevo con su esposa.

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Yo lo recuerdo como aquel profesor que nos impartió clases de tecnología mecánica en 2º de Oficialía. Era hombre serio, aunque de vez en cuando dejaba entrever una parte de su buen humor con algún que otro chistecillo; exigente, también, como asimismo, su capacidad para acaparar y mantener la atención del alumnado, dadas sus excelentes dotes pedagógicas que hacían entender muy bien sus argumento y explicaciones de las diferentes Mater

Don Juan A. Jiménez Delgado Nació en Sierra de Fuentes (Cáceres), en septiembre de 1932. En 1937, cuando sólo contaba cinco años, su familia decide trasladarse a Madrid. Estudió en la Escuela Técnica Superior ICAI de los jesuitas, también conocida como “Areneros” debido a que el edificio está situado entre las calles Alberto Aguilera y Areneros. Allí estuvo hasta alcanzar el título de Montador Electromecánico, denominación atribuida por los jesuitas a los que cursaban la carrera de ingeniería electromecánica. En aquella época, los Montadores del ICAI gozaban de gran prestigio en el mundo empresarial, de hecho, el nivel de estudios de los Montadores se situaba entre el peritaje e ingeniería superior. Se incorporó a la SAFA de Úbeda en enero de 1959, precisamente cuando el colegio pasaba por una mala racha económica que hizo que el comienzo del curso se retrasara durante todo un trimestre, es decir, que nuestra promoción empezó con él, en 2º de Oficialía. Continuó en la SAFA durante siete cursos más, hasta que en 1966 se incorporó a la empresa Minas de Utrillas (Teruel), como Jefe de Mantenimiento. Fue en este centro minero donde desarrolló su vida profesional hasta su jubilación. Tras jubilarse, volvió a su tierra natal, donde ha pasado, junto su mujer, la última etapa de su vida. Nos dejó en diciembre de 2007.

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Miguel Toral Vino a sustituir a D. Alejandro, en Electricidad, ambos del ICAI, creo que Ayudantes de Ingeniero, el primer curso que dio fue el nuestro, muy buena formación en general (nieto de S. Ignacio), y muy paciente con nuestras torpezas, nuestra formación inicial en Electricidad se la debemos a él. Cuando empezamos a trabajar en Sevilla, vino a visitarnos, y gracias a él tenemos las fotos que nos hizo en la Punta del Verde.

Don Jaime Roselló Cabezas Mi lugar de nacimiento, Jaén capital; el de mi acogida, Úbeda, donde sigo viviendo con mi familia. “De cómo me vi involucrado en la ardua tarea de enseñar en la SAFA” Hacía unos meses que había terminado mi carrera como “Perito Industrial Mecánico”, así que comencé a buscar trabajo. Me enteré que mi paisano y gran amigo, Francisco Amate, entonces profesor de SAFA, se marchaba a trabajar a otro centro, con lo cual se producía una vacante de Técnico. Sin pensarlo dos veces rellené la solicitud para dicho puesto y, en breve, recibí en mi propia casa la visita de D. Isidoro Vilaplana, el cual concertó una entrevista con el Padre Rector, entonces Padre Bermudo. Llega el día establecido y en su despacho se fragua un trato, por el cual, me ví enganchado a las obligaciones establecidas a lo largo de un pequeño periodo de tiempo que alcanzó unos cuarenta años. Toda mi vida activa. Me sentía preparado para la importante tarea puesto que había completado mi formación de base con Oficialía y Maestría mecánicas. Con este bagaje y mi experiencia durante un curso como profesor adjunto de Ajuste y Matricería en la Escuela de Peritos, me veía capacitado para acometer las asignaturas teóricas y las prácticas de taller. Duelo de titanes Una vez cumplidos los saludos de rigor, el Rector procede a “leerme la cartilla”: ¿ te sientes con fuerzas para enfrentarte a este grupo de chavales? – debió verme demasiado joven – y me enseñó la foto de un equipo de fútbol, unos chicos aparentemente de mi edad pero más grandes. Si Padre, contesté, aún tengo fuerzas suficientes, vengo físicamente muy bien preparado (venía de hacer la mili).

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Su segunda pregunta fue más directa: ¿cuánto quieres ganar? Pues unas tres mil pesetillas… - en ese momento, un súbito silencio se adueñó de la escena y pensé que me había quedado corto- “para mi las quisiera”, me respondió. “Le ofrezco dos mil quinientas y además alimentación y habitación”. No cedo y muestro mi fortaleza contestándole con una frase bíblica: ¡no solo de pan vive el hombre! Se quedó pensativo y, con una voz como si le arrancaran una parte de su alma, me dice: “no sabes lo difícil que es dar de comer todos los días a estas criaturas”. Debo reconocer que ahí me atrapó, así que pasamos a elaborar mi contrato: - Cuarenta horas semanales, incluidos sábados. - Dirección de talleres (esto se lo había callado el granujilla). - Acompañante de excursiones y campamentos. - Tutoría y, en definitiva, todo el día a disposición de los alumnos. Y continúan las preguntas: ¿estás preparado para enseñar con estos libros? Me mostró la colección “Ediciones TEA” compuesta por veinte fascículos que tenía sobre la mesa. Y continuó: de momento te centrarás en los fascículos 3 y 4 dedicados al torneado y fresado. Estuve mirando el resto de los fascículos y seleccioné otros tres más que consideré necesarios para complementar la formación: el nº 9 (Materiales), el 13 (Metrología Dimensional) y el 16 (Análisis y Métodos), materias en las que no me consideraba suficientemente formado, puesto que era lo más avanzado en tecnología de fabricación mecánica, pero pensé que mis alumnos y yo aprenderíamos al mismo tiempo. De acuerdo. Le besé la mano al Rector y zanjamos el asunto. Recuerdo mis inicios con mucho trabajo y esfuerzo, pero tenía tantas ganas por hacerlo bien que pasé el curso gozando con el trabajo y en estado de motivación permanente, la situación ideal para un profesor. Los primeros pasos Mi incorporación al colegio se produjo a primeros de octubre de 1959. El Padre Arcelus me esperaba en “la garita” de la recepción y me acompañó hasta mi cuarto, portando con agrado mi maleta de cartón. Cuando entré, me quedé fascinado por sus dimensiones y las comodidades de que disponía ¡Tenía un lavabo y un cuarto de baño adyacente! Me conmovió mi nuevo estatus: había pasado de ducharme con un cazo, metido en un barreño de zinc (juro que es verdad), a disponer de ducha y baño privado con agua caliente. Yo alucinaba.

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Siguiendo el plano que me había confeccionado el cura Arcelus, me presento como novato al comedor y Casiano me indicó que la costumbre era el autoservicio. Ese día, teníamos para comer, sopa, lechuga y jamón serrano. Casiano al ver mi cara de sorpresa me dice: “no te hagas ilusiones que esto es solo el primer día, para impresionar”. Al día siguiente me entregan en Secretaría el horario de clases y, con algunas indicaciones, me sitúo en mi área de trabajo. Es mi primer encuentro con los alumnos y mi integración al tan ansiado proyecto. A los pocos meses pude darme cuenta que estaba viviendo la “época dorada de la enseñanza”: Los profesores éramos apreciados, respetados y nuestros conocimientos eran aceptados. Por otra parte, los alumnos eran verdaderas esponjas, dispuestos a absorber todas nuestras enseñanzas. Me es grato mencionar a un profesor que tuve en mi andadura como estudiante, D. Manuel García Gutiérrez. De él aprendí y, a la vez, os transmití la idea de trabajar en equipo, de tal forma que dicho trabajo fuera el resultado de implicar otras asignaturas y que el proyecto tuviera finalmente un significado práctico. Dichas materias eran: Química, Física, Dibujo Técnico, Métodos y Taller. Vi en el grupo de Maestría la posibilidad de introducir este sistema y lo que antes era una pura rutina, se convirtió en un interesante proyecto que entusiasmaba al personal ya que la interrelación entre las materias daba un sentido amplio al trabajo y se llegaba a conocer el porqué de las sucesivas fases del proceso. En clase Nuestro primer trabajo con este método, consistió en construir un cenicero con resina fenólica. El proyecto de desarrolló con arreglo a las siguientes fases: - Estudio de las resinas fenólicas. - Método de sinterización. - Diseño y desarrollo del utillaje de matricería. - La prensa hidráulica. - Desarrollo en plano. - Construcción de los elementos implicados. - Y, por último, prueba del proyecto.

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La experiencia resultó todo un éxito con la consiguiente satisfacción de los participantes. Esta metodología se fue implantando en las enseñanzas técnicas, a lo largo de los años sesenta, con el nombre de “enseñanza globalizada”. Más tarde adoptó el nombre de “metodología transversal”. En la SAFA, una vez más, nos habíamos anticipado. Vuestra época y la mía, no se puede resumir en unas actas firmadas. Fue algo más profundo. Para mí, no existió la línea divisoria entre profesor y alumno, tan habitual en aquel tiempo. Éramos y somos grandes amigos. El destino nos unió y no sé por qué, se amalgamó la amistad. El respeto, como hemos podido experimentar, es duradero e imborrable. No me puedo despedir sin contar una anécdota ocurrida en clase y que recuerdo con gran cariño: Nos encontrábamos en clase de Dibujo, trazo una circunferencia en la pizarra y le indico a uno de vosotros que determine geométricamente el centro. Coge la tiza y, como un rayo, marca un punto y dice: “ya está”. Me quedo mirándolo fijamente y le digo: pero hombre, hay que realizar un trazado previamente, anda, mira en el libro. Empieza a leer: “se toman tres puntos de la circunferencia, se unen dos a dos y se levantan perpendiculares en el punto medio de los tres lados formados, el punto donde se corten las tres perpendiculares será el centro geométrico de la circunferencia”. A continuación hace los trazados y el corte de las tres perpendiculares coincide exactamente con el que marcó al principio. Se gira hacia mí y con cara de asombro me suelta: “ves D. Jaime como yo llevaba razón, no es necesario hacer tantas operaciones para llegar al mismo resultado”. Ya, por último, quiero expresar mi agradecimiento a todas las personas que de alguna forma influyeron en mí con su saber, confianza y consejos con los cuales quede muy fortalecido. Me enorgullezco de haber formado parte de vuestro caminar por la vida y de haber dejado una huella que el paso del tiempo no podrá borrar jamás. Os quiero y gracias por todo muchachos.

Úbeda, 2009,- Ese caballero junto a las señoras, es nuestro profesor Jaime. D. Jaime, como así nos gusta llamarle.A su izquierda, Florido, Gómez Perea, Parra y Salvador

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Recuerdo de José García Bautista II Apareció D. Jaime en nuestras vidas en 3º de Oficialía, -curso 59/60sustituyendo a D. Francisco Amate profesor de Tecnología. Fuimos sus primeros alumnos y demostró ser un profesor muy cercano a nosotros. El primer día de clase fue apoteósico. La oración previa a la clase ya empezó con las dudas de D. Jaime y su extrañeza ante una situación en la que nunca se había visto. El paso siguiente era empezar la clase. Ahí D. Jaime se rompió pero como él solo sabe hacerlo con humor. Él empezó con una risa nerviosa que nos contagió a todos. Después, cuando pretendía reiniciar, alguien rompía la tensión del ambiente con otro escape de risa y vuelta a empezar. Más de media clase se nos pasó intentando empezar. D. Jaime ocupó el cargo de Jefe de Talleres; nos impartió clases de Tecnología y Dibujo; nos abrió el campo de conocimiento hacia publicaciones técnicas de actualidad en el ámbito de la industria europea…. Don Jaime Reselló Cabezas, persona carismática que dejó en nosotros honda huella, introdujo nuevas formas de relación Profesor-Alumno. Fue pionero en pedagogía y método. Muy preparado teóricamente, elevó nuestro nivel. El fue el primero en acompañarnos a desayunar a un bar que había fuera del colegio, por la zona de profesionales. Todos tenemos un montón de anécdotas con él. Supo hacerse con el grupo y ganarse nuestro respeto y alta valoración por su trabajo. Introdujo, como texto, unos cuadernos muy documentados y de alto valor práctico para nuestro futuro. Como muestra de esa buena relación con sus alumnos, vaya ésta felicitación de su puño y letra. (En este caso para Bautista ll)

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D. Eduardo Navarro Jiménez Miguel Toral

A D. Eduardo le tocó en suerte de ser el garbanzo negro de la Institución. Decían que estaba acostumbrado a ser duro porque en Villanueva tuvo que lidiar a “miuras”, no sé, cuando traté a los de Villanueva, en mi mente se desmontó esta justificación (que además no lo habría sido). La primera fue la de Blas Pastor Temprado, estábamos en preparatorio, curso 53-54, los jóvenes tenían 10 años y los viejos 13, pero tanto de los unos como de los otros había muy pocos, por tanto la mayoría teníamos 11 ó 12 años. El amigo Blas, no sé qué haría, posiblemente contra la disciplina, cualquier pequeñez -si hacías algo gordo ibas a la calle- y le dio tal paliza, que estábamos todos acojonados. Pero después cuando nos repusimos, fuimos dos o tres a hablar con el P. Prefecto (Cristóbal Sánchez) para darle las quejas y no nos hizo ni caso. Tanto es así que D. Eduardo unos cuantos meses después, en el comedor, por cualquiera sabe qué tontería, le calentó el cuerpo no recuerdo si a Jordán o a Soriano, que eran de los mayores de Profesionales, y cuando se dirigía a reprender a Mesa (un mocetón al que se le ponía un ojo contra el gobierno cuando miraba fijamente y que rondaba la estatura de D. Eduardo) se dio la vuelta; Mesa tenía cogida la silla por el travesaño superior del espaldar, y aunque parecía que estaba apoyado en ella (yo estaba cerca y vi que estaba como pantera a punto de saltar), D. Eduardo supo interpretar la situación y se dio media vuelta. El pobre Aznar también tuvo su parte en el pastel. Y ahora se ve que sí lo pusieron firmes, porque poco después me pasó a mí una que de otra forma hubiera sido sonada, principalmente porque yo no me hubiera resignado a cobrar. Estábamos en marzo o abril del 58, no recuerdo, y estando en el salón de estudio, miro por la ventana a mi derecha y veo a mi madre en la parte exterior del edificio, me dirijo a D. Eduardo –que era el inspector- y le digo que si me da permiso para ver qué quiere mi madre, y me responde con un lacónico no. Me vuelvo a mi pupitre, y no me sentía a gusto, entonces le pregunto a un compañero – creo que a Hidalgo- que cuanto faltaba para salir, y me respondió no sé cuantos minutos, una cantidad grande. Sin más vuelvo a pedirle permiso a D. Eduardo y me vuelve a decir no, y yo digo sí, y salgo. Cuando mi madre me dijo lo que quería, se me cayeron los palos del sombrajo, imaginaros, que tenía que ir a un sastre que estaba en la calle San Cristóbal (era la que daba a la puerta de Profesionales) a tomarme medidas para un traje. Le digo que adiós, le doy un beso, y empiezo a maquinar, cómo entro en el estudio.

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D. Eduardo tenía razón para no dejarme salir, pero me tenía que haber dado una explicación, y no hubiera pasado nada, faltaban menos de cinco minutos para salir al recreo. Veo que salen mis compañeros pero no veo que salga D. Eduardo, así que me dirijo al salón de estudio y al girar a la izquierda para tomar el pasillo, está saliendo del estudio (puede que me hubiera estado observando por la ventana). Hago mi estrategia, voy rozando la pared de la izquierda, pensaba usar el pié derecho y dejarlo sin respiración al darle una patada ahí, iba con mucho miedo pero decidido, a por todas, se ve que estas cosas se notan, y al llegar a mi altura, pero algo distanciado, me dice “salga usted de este edificio hasta que decidan los superiores”, me tocó la lotería, me di la vuelta antes de que se arrepintiera, y tardé menos en salir que ahora en decirlo. La batallita termina con que tuve que hablar con el P. Martínez Martín (Prefecto, y escuchante), le dije lo que había pasado, lo entendió, pero me insistió que en sitios como éste la disciplina era muy importante, yo le respondí que ante la incertidumbre de que pasara algo importante en mi familia, él tenía que comprender que estábamos en un colegio católico, y los padres tienen que estar por encima de la disciplina. No me dijo ni que sí ni que no, pero lo comprendió. Me ordenó que le pidiera perdón públicamente, y así lo hice (varias veces, porque D. Eduardo estaba muy dolido y no me quería escuchar). Qué extraño caso del Dr. Jekyll y mister Hyde nos tocaba vivir (Stevenson, majete, qué adelantado eras). Si preguntáis uno a uno a los que lo hemos tratado, la inmensa mayoría, casi la totalidad, hablará bien de él, algunos con auténtica devoción. No es fácil entender su personalidad. En el encuentro de 1990 de la promoción que terminó en 1959, la anterior a la nuestra, asistió D. Eduardo, y mientras otros profesores exteriorizaban su alegría por volver a ver a sus antiguos alumnos después de más de treinta años, D. Eduardo estaba tan compungido que parecía que nos pedía perdón a todos, y no hacía más que repetir, “eran tiempos muy difíciles, las cosas eran de otra manera” Sencillamente estaba arrepentido. Esto para mí, le honra, y creo que es suficiente para que le perdone el que le tenga algo que perdonar. Aznar: Por supuesto que yo lo tengo más que perdonado. ¿Qué podríais pensar ustedes, mis queridos amigos, de este humilde antiguo alumno y compañero de la SAFA, si no lo hubiera hecho? ¡Jamás guardaré rencor a ninguno de mis profesores! Me consta que todos, absolutamente todos, actuaron en conciencia y convencidos de que su proceder iba en la dirección correcta para conseguir depositar en nosotros la semilla de la educación, las buenas maneras y el saber estar. Afortunadamente y gracias a ellos, hoy puedo decir con gran satisfacción, además, que he sabido desenvolverme e incluso salir, en cierto modo, victorioso, en todos los círculos en los que me he visto involucrado. ¡Cómo no, entonces, dejaría de perdonarle, cuando gracias a ellos hoy me siento feliz de ser quien soy y poseo una gran tranquilidad de conciencia por haber demostrado ser un buen receptor de esos valores de que ya hemos hablado durante todo el recorrido por las páginas de este libro! Sería yo, en todo caso, el que debiera pedir perdón si el rencor se hubiera instalado permanentemente en mis sentimientos. No, yo jamás repudiaré a ningún profesor de nuestra SAFA.

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Don José Garrido Mendoza Maestro Tiznajo

Como los otros maestros de taller, El Maestro Tiznajo, era uno más de estas personas entregadas a los chavales y dispuesto a enseñarle toda su sabiduría, en su caso, en el mundo de la forja artesanal. Sin lugar a dudas, y así se le reconocía, este hombre era el mejor forjador que había por aquellos tiempos en la ciudad de Úbeda. Personaje singular era nuestro Maestro Tiznajo, el maestro de fragua. Figura achaparrada, piel obscura y ennegrecida por el polvo del carbón después de tantos años trabajando en su fragua. Tenía un gran sentido del humor y era un gran aficionado a la “zarzuela”. Recuerdo, que, mientras martilleaba el hierro después de salir al rojo vivo del fuego de la fragua para darle la forma deseada, nos amenizaba el trabajo golpeando el material al compás de fragmentos de sus zarzuelas favoritas. Por cierto, debo añadir que no lo hacía mal.

…Sin lugar a dudas, y así se le reconocía, este hombre era el mejor forjador que había por aquellos tiempos en la ciudad de Úbeda…

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Recuerdo especialmente su socarrona sonrisa cuando nos quedábamos indecisos y sin saber qué hacer o cuál era el siguiente paso a realizar en el trabajo encomendado. Se había dado cuenta que habíamos llegado al límite de nuestras posibilidades y que había llegado el momento de tomar cartas en el asunto y explicar bien la lección. Era entonces cuando, tomando en sus manos las herramientas y el material a trabajar, desarrollaba ante nuestros ojos, con exquisita sabiduría y total derroche de maestría, aquel difícil trabajo que desembocaba finalmente en una auténtica obra de arte. Era un todo un lujo y un verdadero placer verle trabajar. Con sólo un par de …Con sólo un par de golpes precisos, golpes precisos, conseguía lo que nosotros se podía conseguir una auténtica obra de arte no éramos capaces de conseguir por muchos golpes de martillo que diéramos sobre el material incandescente. Era un hombre abierto y asequible para todos; no paraba de hablar durante el tiempo que estábamos con él, cuando no, haciéndonos preguntas y dándonos consejos, o entonando sus acostumbrados cantes de zarzuela. Nos aconsejaba que siempre que tomáramos con nuestras manos un hierro cualquiera del taller, tuviéramos la precaución de hacerlo, como si estuviéramos convencidos de que acababa de salir del interior de la fragua. De esa manera siempre pondríamos las precauciones para no quemarnos. Pero si a pesar de todas las prevenciones, nos quemábamos, entonces debíamos cubrirnos la piel quemada con aceite y volver a coger de nuevo el hierro con el que nos habíamos quemado. Nos decía: ¡mano de santo!, doloroso, pero ¡mano de santo!, repetía.

Juan López.- Esta llave, compuesta de numerosas piezas, la hicieron los maestros de forja y ajuste de la SAFA, por encargo del Ayuntamiento de Úbeda. Se hicieron tres unidades y sólo queda una que está en poder de la familia del Maestro.

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D. Juan Herrera Catena Nació en Mengíbar (Jaén) el 29 de diciembre de 1922. Se casó en Úbeda con doña Catalina Vegada Lasheras, el 1 de septiembre de 1952 y tuvieron un hijo, Juan Herrera Vegada. Estudió Magisterio, habiendo ejercido su labor durante unos años en las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia de Úbeda. Posteriormente, estudió Derecho, en la Universidad de Granada, doctorándose en Derecho Civil, en 1971, con la Tesis: "Responsabilidad civil de los técnicos y constructores para construcciones ruinosas". Fue Profesor titular de Derecho Civil, en la Facultad de Derecho de Granada, desde el 6 de junio de 1973, hasta su jubilación, el 29 de diciembre de 1987, al cumplir los 65 años. Publicó la obra "Responsabilidades en la construcción" en dos tomos, Granada, 1974-1977. Estos libros han sido y son, un referente para los universitarios españoles. Murió el día 3 de agosto de 1988, en el Hospital Clínico de Granada, con 65 años, a consecuencia de las heridas en la cabeza que le produjo un cohete, el 21 de julio de ese año, durante un festejo en la Feria de Mengíbar. Fue enterrado en Granada, el día 4 de agosto, habiéndose oficiado las honras fúnebres en la parroquia de la Virgen de las Angustias, de Algunos de nuestros profesores. Granada.

Entre ellos, D. Juan Herrera (arriba) D. Bernardo y D. Diego (debajo)

Algunos recuerdos de D. Juan Herrera Pedro Mora: Cuando en clase cualquiera de nosotros se enredaba en una pregunta o en una contestación y él alcanzaba su límite de aguante, zanjaba el trance con la expresión “no involucres niño, no involucres” Dio clases particulares de Derecho al Padre Theotonio, más tarde se incorporó a la Universidad de Granada como profesor. Publicó varios libros sobre responsabilidades en la construcción, convirtiéndose en uno de los mejores especialistas en el tema. De hecho, sus libros han sido y son un referente en la materia para arquitectos y aparejadores en todas las universidades españolas.

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Miguel Toral y Bautista II Habría que decir de él con el vulgarismo tan gráfico andaluz “a este hay que echarle de comer aparte”. Para mí ha sido el mejor pedagogo que he tenido; aún recuerdo sus fórmulas mnemotécnicas, “hipo”, “oso” “ico”, “perico” –prefijos y sufijos de las fórmulas químicas; otra como, “el día 12 cobré el Mercurio, el día 13 fue el Oro, el 23, “Fe, Co, Ni, Manga, Cromo y el 24, Estaño, Platino y Plomo”, refiriéndose a las valencias con que actuaban en las diferentes moléculas cada uno de estos metales. También cuando nos hablaba del Cracking de petróleo: “convertir muchos pocos en pocos muchos” es decir, convertir muchas moléculas con poco carbono, en este caso, las del CO2, en pocas moléculas con mucho carbono, para finalmente conseguir los gasóleos. Otras de sus famosas frases que te recordaban todo un sistema matemático eran,“de logaritmo a número se pega, de número a logaritmo se añade”, “carrete partido por cien”, etc. Nos dio de todo, matemáticas, física, química, geografía económica, ¡qué completo era este profesor! por algo llegó a ser Catedrático de Universidad; pero, ¡Qué muerte tan horrenda, Señor! ¡Malditos cohetes festeros que os llevasteis por delante a un gran hombre! Resulta que teníamos un compañero de apellido Lechuga (muy buena persona). Creo, que el único “taco” que solía decir este profesor era ¡lechugas! Pues allá me tienes al bueno de Lechuga puesto en pie (entonces eso era lo correcto y en absoluto suponía una humillación para nosotros. Hoy los seguidores de la “pedagogía de la liberación”, opinan distinto. “pero eso ya es otra historia): ¿Que haces levantado?... Usted me ha llamado (entonces tratábamos de Usted a los mayores en edad, saber y gobierno. Pero… la misma historia) No, hombre, no,…….siéntate. Pues con una “tontería semejante nos partíamos de risa, solo unos segundos. El compañero Lechuga desaparecido en el siguiente curso, sabrá disculpar nuestra actuación. El sabe que la intención era detener unos minutos el “chorro“ de materia para examen. En las clases de Aritmética o cálculo, qué más da, las dos cosas nos resultaban igual de duras y farragosas (¡Qué error! ¡Que diría nuestro compañero F. Moya, Para él, el mundo se dividía en dos, los que saben matemáticas y los otros) No andaba muy lejos de la realidad). Bueno, pues a lo que iba: Teníamos un profesor, que solía ponernos problemas a base de jamones: “Si tenemos 5 jamones y los vendemos a 95 pts…” “Un carnicero vendió 200 jamones…”

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La gran mayoría de nosotros, no sólo no teníamos 5 jamones, es que ni tan siquiera los habíamos visto todos juntos, ¿cómo entonces los íbamos a vender? Sí es verdad que habíamos visto un gorrino, pero el de “San Antón,” ¿Cómo imaginar que un solo señor pudiera tener 200? La cabeza se nos llenaba de jamones y pesetas, justo de lo que carecíamos…..en demasía .A los que lo habían probado se les hacía la boca agua, pero… ¿y al resto? Total que suponía un doble martirio, el cálculo y las inalcanzables viandas.

Francisco Carpio Creo recordar que fue en Oficialía cuando apareció en nuestras vidas aquel hombre fortachón, impecablemente vestido, con exquisita elegancia gestual y mejores modales. Alta figura, un poco cargado de hombros, que nada mas verlo y escucharlo te recordaba el dicho “tiene de buena persona lo que tiene de humanidad”. Impartió asignaturas como Matemáticas, Física, Química, Organización del Trabajo, Derecho laboral, etc., pero su cultura y erudición eran tan grandes que cualquier materia que surgía en las clases la dominaba a la perfección. Recuerdo que un día, ya en Maestría, en medio de una de las clases, creo que de Seguridad e Higiene, surgió un tema relacionado con medicina laboral y entró tan de lleno en el tema que olvidándose de la asignatura del día, nos dio una disertación de formulación química y de medicina magistral, explicando el porqué de sus nominaciones, empezando por el sulfatiazol, las pastillas okal y un sin fin más de productos farmacéuticos comunes, algo de lo que ninguno nos enteramos. Cuando sonó el timbre de final de clase, volvió a la realidad y observando nuestras caras se dio cuenta de la desviación del tema y se marcho disculpándose. A pesar de que los datos de la anterior “Selección biográfica” parecen desmentirlo, D. Juan Herrera en Úbeda, nos parecía que ejercía también de abogado por los rumores que habíamos oído y por algún detalle que se le escapara en algún momento, de hecho, el Padre Theotonio nos comentaba hace poco que Don Juan le dio clases de derecho en Úbeda. Muchos días llegaba a clase preocupado y pensativo, expresándolo a veces con un gesto mímico de contrariedad, como recién salido de un juicio y quejoso de la maldad de la gente. Nos pedía cinco minutos de silencio mientras cambiaba el chip (como se dice hoy). Sentado con toda su elegante humanidad detrás de la mesa, totalmente ausente, la cabeza apoyada sobre la palma de la mano derecha y ésta a su vez apoyada por el codo en la mesa, metía el dedo índice de la mano izquierda entre el cuello y la camisa tirando hacia afuera para aflojarse un poco el nudo de la corbata. Si alguien hacía el más mínimo ruido, como máximo le espetaba "estate quieto niño".

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Cuando pasaban los cinco minutos olvidaba sus preocupaciones y se dedicaba de lleno a nosotros que en aquellos años éramos jóvenes dispuestos a empapar todo lo se nos mostrara. Todos lo pasábamos bien. El enseñando y nosotros aprendiendo. Aún hoy nuestra admiración y agradecimiento por él es enorme a pesar de los 50 años transcurridos. SEBASTIAN BARAHONA VALLECILLO

(Cronista Oficial de Mengíbar)

“Forzosamente y con toda justicia, a pesar de que estas páginas sean festivas y jocosas, hemos de traer a ellas un emocionado recuerdo a D. Juan Herrera Catena, fallecido el año pasado a consecuencia de un triste y lamentable accidente en nuestra Feria. Sería largo de enumerar las muchas y grandes cualidades que caracterizaron la vida de D. Juan y que, por encima de todo, hacen que me haya atrevido a decir antes que debemos hacerlo con toda justicia. Siempre fue un hombre sencillo, amable, bueno, educado y dispuesto en todo momento a servir al que se le acercaba. Aunque residía en Granada, donde ejercía la docencia en la Facultad de Derecho, nunca olvidó el Mengíbar que le vio nacer. Aquí pasaba muchas temporadas veraniegas y siempre que se lo permitían sus muchas actividades profesionales; entonces disfrutábamos de su efusivo y cordial saludo, de su preocupación constante por los problemas locales y por las últimas novedades ocurridas desde su última estancia, de sus clásicas partidas de ajedrez que despertaban, por su gran maestría, gran interés y expectación, de su elocuente y entretenida conversación, amenizada en todo momento con toda clase de detalles y anécdotas. Él como nadie, sabía de su Mengíbar, de sus gentes, de sus costumbres y, como no, de su Feria. Con su elegante bien cuidada y ágil pluma, llenó muchas páginas de esta Revista Programa de Feria, siendo uno de sus pioneros. En 1941 hace un bello canto juvenil a la Feria de Mengíbar. En 1952 escribe: “A pequeñas dosis”, reflexiones filosóficas de momentos de Feria, llenos de sabias sentencias, a manera de greguerías. Nunca podremos olvidar su pieza maestra: “La Era”, artículo aparecido en 1951 y con el que la Redacción de esta Revista ha querido rendirle un merecido homenaje, reproduciéndolo este año en la página de “Antaño”. El año pasado, el último en que se asomaba a su querida Revista, escribió: “Cuando la Feria venía por la Albariza”. Recordaba aquellas ferias de su niñez con sus cunicas, sus feriantes, sus ilusiones, sus buenos amigos.

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Terminaba el artículo despidiéndose con alegría en la Plaza a los aires de “España Cañí” y con olores a tierra mojada y a jazmines; ese final resultaba, días más tarde, sorprendente, pues en esa misma Plaza, viendo salir la comparsa de Gigantes y Cabezudos, con aires de pasodobles, contando anécdotas, él empezaba a perder la vida. Fue un año, Feria de 1967, Pregonero Mayor de nuestras Ferias y Fiestas. Los que asistimos al acto recordamos su bello recital, lleno de entusiasmo y excelente oratoria, cantando la Feria de Megíbar, especialmente la de su niñez. ¡Qué bien supo hacerlo! Por eso estoy seguro que cada año, cuando llegue la Feria de su Mengíbar, don Juan vendrá por la Albariza, volverá a subir en sus cunicas, irá detrás de sus Gigantes y Cabezudos, saludará a los amables feriantes y, asomándose a la Plaza de sus amores, pregonará, porque para ello tiene título: “¡Mengibareños, divertíos, vivid estos días en paz y alegría, sed niños, tened ilusiones, gozad de nuestra Feria! Y cuando así sea él volverá dichoso a su eterna morada. Que en la Paz del Señor descanse don Juan.” . Mengíbar, Junio, 1989

Mengíbar (Jaén).- Pueblo natal de nuestro querido profesor D. Juan Herrera Catena. Fotografía de C. M. Pojuelo. “Atardecer en Mengibar”

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José Mª García Gómez Pepe “El viejo”

(1912 – 2000)

Han pasado casi dos años desde que iniciamos la redacción “Nuestra SAFA” y durante este tiempo todos hemos hablado y recordado a dos entrañables personas de una forma especial; como más cariñosa; casi me atrevería a decir, como a nuestros padres. Ellos son El “Maestro Tiznajo” y “Pepe el Viejo”. Después de mucho indagar para conseguir información respecto de algunos más de nuestros curas, profesores y compañeros, finalmente y con gran pesar para todos, nos veíamos obligados a cerrar el libro sin poderle dedicar unas páginas a nuestro querido maestro en Automoción, José María García, al que denominábamos cariñosamente “Pepe el Viejo”. Por cierto que he de decir, porque así lo he leído en su manuscrito, que este apodo ya le venía de tiempos pasados, cuando trabajaba como conductor junto a otro compañero más joven, al que llamaban “Pepe el Joven”, para diferenciarlos, dado que sus nombres y apellidos eran exactamente iguales. Afortunadamente y sin ninguna esperanza ya de ampliar el libro con más historias de aquellas queridas personas, recibo una llamada de nuestro compañero Antonio Sáez Lanzas “El pollo” en la que me comunicaba que disponía de una documentación muy valiosa de este querido profesor. Dos días después la tenía en mi poder, y al siguiente, después de leerla con detenimiento, inmediatamente me puse a transcribir estas páginas reservadas a esta querida persona. Se trataba de una redacción escrita a máquina donde él narra los años de su vida dedicados a la Institución SAFA, una página, creo que de alguna revista, donde Pepe Barrera hace una preciosa descripción de la persona del viejo maestro después de su fallecimiento, además de un manuscrito enternecedor digno de leer, y que os traslado para que en vuestros ratos libres, lo leáis. Pepe el viejo nos cuenta en su redacción: “Vine a la SAFA en el año 1948 para trabajar con un camión, pues se necesitaba un conductor que ayudara en el desarrollo de las obras que estaban efectuándose en la SAFA…. Por aquella época los camiones que venían de la fábrica no traían las carrocerías y aquí había que hacérselas; esto no fue un problema para la escuela, ya que tenían talleres de carpintería para hacer el trabajo. Como las escuelas tenían referencia de que yo sabía trabajar en la fragua, me encargaron que yo hiciera los herrajes que me iban a servir. Esto fue lo que me marcó para siempre en la SAFA, pues como dice el refrán (en casa de comunidades no muestres habilidades). Pero aquello fue para mi lo mejor que hice, es decir, fue un gran triunfo durante el tiempo que estuve en la SAFA, pues de esta forma me aseguraba el puesto de trabajo en la empresa….a mí me asignaron un camión de matrícula BI-16275. Con él estuve unos 8 o 9 años recorriendo casi todos los centros SAFA…

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…Ya puesto en servicio el camión, pues mi primer viaje fue al Colegio de San Luís Gonzaga en El Puerto de Santa María, para llevar 5.500 kgs. de arena….. Ya de vueltas seguí en el trabajo que tenía en la SAFA de Úbeda… Este trabajo al público, fue el culpable de que me pusieran el mote de Pepe el Viejo. Este se debía a que estábamos dos conductores que teníamos el mismo nombre, o sea, José García, teníamos dos camiones iguales y los dos éramos de Granada. Cuando un cliente venía a alquilar un camión decían: déme este camión, el de Pepe; y le contestaban ¿qué Pepe? Entonces la gente decía, Pepe el Viejo o Pepe el joven según le fuera mejor uno u otro…” Así de esta forma, Pepe El Viejo se desplazaba con su camión de una escuela a otra para servir a las distintas obras que se iban efectuando. En Baeza, durante una corta temporada, suministrando material, especialmente piedras traídas desde Córdoba, para la construcción de la Iglesia; igualmente para la construcción de una iglesia en Úbeda, - no especifica si se trataba de la iglesia de nuestra SAFA. Habla que transportaban piedras desde el puente de la Cerrada hasta la iglesia de Santo Domingo, donde Palma Burgos tallaba las figuras de la fachada, y madera traída desde Valencia para la construcción de las puertas de la iglesia. También trabajó durante un tiempo en unas obras en Alcalá la Real. Cuenta que también hacía de conductor en el coche del Rector, cuando su chofer se iba de vacaciones. “…entonces yo tenía que coger el coche del Rector y utilizarlo durante un mes. Estuve con el padre Bermudo, el padre Luís Moreno, también una vez con el padre Cuenca en un viaje hasta Cádiz …en numerosas ocasiones viajé con el padre Villoslada; es decir, que tuve muy buena relación con todos ellos, a los que le agradeceré toda mi vida el cariño con que me trataron siempre.” Pues sí, nuestro maestro amigo Pepe se quedó finalmente de profesor de mecánica en nuestra escuela. “…Recuerdo que el padre Solís se trajo de Granada un motor viejo con el que me pusieron a dar clases de mecánica y electricidad del automóvil a los alumnos que estudiaban mecánica. Recuerdo que entre ellos había uno, concretamente Rafael Gómez Perea, hermano del padre Gómez, que me animaba para que escribiera mi vida en la SAFA…” Habla de algunas experiencias y recuerdos, concretamente no estaba seguro si era D. Agustín o D. Jaime el que daba las clases teóricas de mecánica: “…Entonces, como vieron que a los alumnos les gustaba la mecánica del automóvil….. estos alumnos pasaban una semana por el taller de mecánica, pues ya D. Jaime o D. Agustín les había dado la parte teórica….” Recuerda y así describe los cursos del PPO que el Ministro de Trabajo organizó para que fueran las escuelas SAFA quienes los impartieran. “Don Jaime me dijo que si yo me comprometía a dar dichas clases, y yo le contesté: por supuesto…creo que, como anteriormente yo estaba dando unas clases de mecánica para algunos alumnos, quisieron que yo diera estos cursillos…” Otra de sus ocupaciones en nuestra SAFA fue la de “Operador de Cine”: “También tuve que enseñarme a proyectar el cine, pues en aquellos tiempos el cine lo hicieron, cine club, y el padre Director me dijo que me enseñara a proyectar el cine, y de esta forma me convertí en un operador ya que para proyectar cine en los colegios no era preciso tener el carné….”

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A veces era Pepe el que llevaba la iniciativa respecto del aprovisionamiento del taller de prácticas del automóvil: “Ahora faltaban los motores para las prácticas, es decir, los motores, cajas de cambio y otros accesorios, pero a la hora de comprar los motores yo creí conveniente que no todos debían ser iguales, ya que de lo contrario el trabajo de prácticas sería muy monótono, este fue el motivo por el que se compraron diez motores diferentes que se colocaron en unas mesas adecuadas y fabricadas en la misma escuela, para mejor y más fácil enseñanza…También alternaba las clases con las prácticas de conducir, pues la SAFA había comprado un camión especialmente para ello. Después llegó la hora del examen de conducir; para ello el ingeniero que les examinaría vino desde Jaén; los aprobó a todos, pues nueve meses de ejercicios fueron más que suficientes para poder aprobar. Cuando terminaron los cursillos vino el Gobernador de Jaén a la clausura; yo puse a los alumnos en el mismo orden en el que trabajaban, es decir, dos personas en cada mesa. A su llegada al taller, el Gobernador comenzó a preguntar sobre la mecánica del automóvil para observar el nivel de los alumnos…sus preguntas me demostraron que el Gobernador era un gran entendido en estas cuestiones de la mecánica del automóvil…más tarde se dirigió a todos los alumnos para darles la enhorabuena y felicitarles por su buena preparación… añadió que, no fue ese gobernador que no tiene porqué tener conocimientos profundos de la mecánica, el que le sometió a sus preguntas, sino, como Capitán del Ejército que fue del parque de Automovilismo.” Nuestro querido Maestro Pepe se siente muy agradecido por algo especialmente importante que los jesuitas de la SAFA hicieron por él. “…Pero después de todo tuve la gran suerte, que nunca podré agradecer lo suficiente, respecto de lo que hicieron por mí para salir jubilado en las mejores condiciones. Recuerdo, no estoy muy seguro qué padre fue, el que me preguntó, cuanto tiempo me quedaba para jubilarme, entonces yo le contesté que aproximadamente unos tres años. Entonces me dijo que tenían previsto montar un taller de automoción y que deseaban que fuera yo el que lo dirigiera como maestro del mismo. A mi contestación de no poder ser así por no tener el título oficial, me contestó que el conseguirlo no sería mucho problema, dado que en el Boletín Oficial venía una orden notarial que decía que todo aquel que hubiera trabajado un mínimo de cuatro años en un taller de automoción podría presentarse a los exámenes teóricos y prácticos de mecánica para obtener el título de Maestro Industrial. Fue el padre Trovat el que me animó para que asistiera a los exámenes… ¡Cual fue mi sorpresa que me llevé cuando me comunicaron que había aprobado!....” Y de esta forma fue como nuestro maestro y amigo Pepe se convirtió en un gran Maestro de Automoción en toda regla y cobrando como tal. Fue muy querido y tratado por sus alumnos, según nos comenta: “…también los alumnos se portaron muy bien conmigo, no como alumnos, sino como verdaderos amigos…” Más tarde le propusieron que se quedara también en los cursos de Maestría, aunque al fin no pudo ser debido, según nos comenta, a los ajustes de personal: “Después quisieron en la SAFA que yo hubiera continuado con el curso de maestría hasta que estos hubiesen terminado, pero probablemente no pudo ser por problemas de ajuste de personal.” “Y esta ha sido mi vida en la SAFA durante 40 años y de la que me siento muy orgulloso por haber podido cooperar, además, en una obra tan humanitaria como lo son las SAFAS.

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El diario de “Pepe el viejo”: Pepe, en sus últimos tiempos, encontró suficiente motivos en su vida para volcar sus reflexiones en un diario manuscrito de 58 páginas que conserva su familia. Debido a su extensión, reproducimos la portada y la primera página.

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Nuestra SAFA D. Eduardo Bangueses Iglesias Se incorporó a la SAFA de Úbeda en 1.953. Seminarista y gallego de Orense. Completó los estudios de magisterio en la SAFA. Nos dio Dogma en Profesionales: ¿cuántas naturalezas hay en Cristo? dos, respondíamos, una divina y otra humana ¡Bién!, Y ¿cuántas personalidades tiene Jesucristo?.....alguno caíamos en la trampa…dos, ¡Nooooo! ….Se trata de un solo individuo, por tanto, solo tiene una personalidad ¿lo entendéis? A la clase siguiente volvían las mismas preguntas, los mismos aciertos y el mismo fallo.

Hombre culto hasta dar envidia, nos dio Historia de la Iglesia y creo que Catecismo Católico (de editorial Herder 1959), una explicación muy detallada del catecismo. Tocaba el armonio en la capilla, y después el órgano en la iglesia, a la vez que cantaba, pero el sonido del aparato siempre tapaba su voz.

D. Luis Becerra Nos enseñó inglés. No veía de buen grado las clases de inglés impartidas por D. Rafael Manzano, cuya preparación en el idioma de Shakespeare, la juzgaba algo deficiente. La siguiente anécdota, ocurrió en clase de inglés, con D. Luis Becerra. Estábamos en primero de Maestría, por lo tanto en el curso 60/61. Por aquellos tiempos se le había destapado a nuestro amigo Bautista la vena musical. No sé de donde le llegó una bandurria (“mandolina” le llamábamos nosotros) y en todo momento que tenía libre intentaba sacar unos acordes que sonaran bien al oído. Ese día, se llevó todo el recreo intentando sacar una canción con aquel instrumento que, finalmente y sin conseguir su objetivo, se vio obligado llevárselo a la clase de inglés por no darle tiempo de dejarlo en su habitación. Ya en clase, lo puso en el suelo junto a su pupitre. Golosa tentación para los traviesillos de turno, que no dudaron en poner inmediatamente en marcha su ingeniosa artillería. Con una gran batería de misiles fabricados con migajas de pan, intentaron sacar notas musicales de aquel apetitoso blanco “mandolinero”. Y lo consiguieron. Raudamente, el profesor, sospechando del propietario –BautistaII- de aquel improvisado instrumento, le llamó la atención: ¡Oye niño, no toques eso!

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Naturalmente, Bautista quedó seriamente sorprendido ante aquella injustificada reprimenda, dado que él no había sido el autor de tan atrevida travesura. Sin saber qué hacer ni qué decir, pues, ni hizo ni dijo nada, pero…instantes después…¡¡¡Tonnnnnn!!!! otra nota procedente de aquel inocente instrumento, se dejó oír interrumpiendo las explicaciones de inglés que en ese momento daba el profesor. Ante esta repetida interrupción, éste procede con más seriedad que la vez anterior: ¡¡Niño, Vete a la calle!! -Bautista, muy en silencio y congojado, salió al pasillo; pero, aún no han pasados unos segundos cuando… ¡¡¡Tonnnnnn!!! -Volvió a sonar de nuevo la dichosa mandolina. El profesor, ya bastante mosqueado, procedió con más contundencia: ¡¡¡Poned ese artefacto en la pared!!! Yo, que entonces “era un niño muy formalito”, actué estratégicamente y puse la mandolina pegada a la pared, donde nadie podía tocarla, pero sí hacer un buen blanco con aquellas improvisadas y malditas bolitas. Efectivamente, poco después, tras alguna bolita fallada, el mágico instrumento emitió un “fa” sostenido. ¡Pero es que ese bicho está endemoniado! -exclamó. Para deshacer el entuerto, tomé la palabra. Mire D. Luis, es que le han puesto unas cuerdas nuevas y hasta que no se ajusten bien, se destensan y suenan solas. Parece que la explicación le convenció, dado su posterior comentario: Ya me parecía a mí que ese muchacho no es de los que mete follón en clase… Anda, sal y dile que vuelva. ¡Pobre Bautista! allí estaba muy triste y apenado, porque era la primera y única vez que lo habían expulsado de clase y además sin haber hecho nada. Entra que todo se ha aclarado -le comenté-. ¿Todo?, ¡Yo voy a ser el que le va a decir al P. Nieto lo que ha pasado! Dijo con tono un poco airado. Al fin, todo se normalizó y a nuestro compañero Bautista se le pasó el mosqueo que había cogido. Entramos en clase y no hubo más incidencias. Nota Aclaratoria.- D. Luis Becerra, era un profesor atípico en la SAFA. La clase la hacía poco interesante y amena; con él apenas aprendimos inglés; él lo aprendió cuando trabajaba en Estados Unidos y, la verdad sea dicha, nosotros tampoco teníamos mucho interés por aprenderlo, solo retuvimos algo de vocabulario y poco más. Recuerdo que, durante mi estancia en Sevilla, unos extranjeros me preguntaron algo en inglés y, a pesar de haber tenido en 2º de Maestría clases con el P. Mendoza con el método ASSIMIL, no les entendí absolutamente nada; tuvimos que hablar en francés para entendernos un poco.

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Nuestra SAFA D. Manuel Coto Zamanillo

Detallista hasta decir, vale, paciente hasta unos límites exagerados, auténtico “maestro ajustador”. Decía que a él le gustaba fumar “esos cigarrillos Ideales tan buenos”, se refería a los “Ideales al Cuadrado”, pero como él era del norte, no iba a decir “cardo gallina”.

D. Rafael Manzano Ingeniero, amigo del Rector, nos dio química en 1º de profesionales. Serio y distante, era el profesor de mayor edad; con él aprendimos los rudimentos de la Química. Una frase que no he olvidado: “los metales tienen brillo metálico y los no metales no lo tienen”

D. Agustín Santa Bárbara Inspector de Profesionales y profesor de Dibujo Lineal y Tecnología Mecánica. Sería en 1º de Profesionales o en 1º de Oficialía donde nos impartió un amplio tema dedicado a las escalas, todo en apuntes que duró varias clases. El dichoso tema me ha sido de mucha utilidad a lo largo de mi vida profesional.

D. Juan Pascuau Guerrero Este profesor tenía espíritu safista antes de que existiera la SAFA; era despistadete e inocentón, ¿o se lo hacía? No le recuerdo un mal modo a nadie. Autor de varios libros, gran articulista, colaboró en periódicos regionales y nacionales.

D. Francisco Ocaña Corpas Lo tuve en el Grupo Escolar y en Magisterio, también muy meticuloso en el lenguaje, no quería ofender, por eso para regañarte te decía “trasto”, pero le debía parecer muy ofensivo y lo disfrazaba diciéndote “traxto”, o “tracto”, tanto es así, que nunca supe que me había llamado trasto, porque no sabía qué significaba lo que él me decía. Nos dio clases de dibujo artístico en Magisterio.

D. Manuel Lucena Profesor de Resistencia de Materiales. Asignatura y didáctica farragosas. Los variados conceptos tratados ( momentos, esfuerzos, resistencias..) nos valieron para cimentar nuestra cultura técnica.

D. Ricardo Ojanguren Maestro de Taller de máquinas. Con precisión, nos inició en el manejo del torno y fresadora, pasos básicos esenciales para el desarrollo profesional de los mecánicos.

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Capítulo IX Primer encuentro en SAFA de Úbeda Mayo de 1990

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Nuestro I Encuentro en SAFA Úbeda, Mayo de 1990 La iniciativa de reunirnos por primera vez desde que abandonáramos el colegio de Úbeda tras despedirnos de nuestra Virgen un atardecer de finales de junio en 1960, fue tomada felizmente por el Padre Bermudo. Habían transcurrido 30 años y se nos brindaba la ocasión de volver a vernos y “reconocernos” en nuestro colegio. Nuestro antiguo Rector, a sus 70 años, estaba elaborando un libro cargado de datos, hechos y recuerdos de su SAFA a la que dedicó media vida. La organización de los encuentros entre las distintas promociones de antiguos alumnos de Profesionales y Magisterio, debió ocuparle varios meses, hasta lograr localizarnos a la gran mayoría. Una vez conseguida esta proeza, nos fue reuniendo por cursos a lo largo de 1.990 para celebrar el cincuentenario de la SAFA. 1.- El cincuentenario de la SAFA En enero de 1940, el Padre Villoslada ponía la primera piedra de la SAFA en Alcalá la Real. Después de cincuenta años, nuestra Institución cuenta con 25 centros que gestionan la formación de 17.000 alumnos de Primaria y Bachillerato, 255 de Magisterio y 1.670 de Formación Profesional. El internado de Úbeda hay 268 alumnos.

Alcalá la Real - 453 -


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Primera llamada del P. Bermudo a los AA.AA. Profesionales de SAFA

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Notificación del P. Bermudo a nuestro compañero Bautista II

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SAFA Úbeda 2008.- Juan López Ruiz y Ángel Ibáñez Castillo

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2.- Nuestro I Encuentro Amaneció aquel sábado de mayo de 1990 adornado con las radiantes luces de la Úbeda primaveral. Al encaminarnos hacia el colegio se nos agolpaban las mejores sensaciones vividas unos treinta años atrás. La mayoría de nosotros, no sabía con qué compañeros se iba a encontrar. A las 10 de la mañana, hora del encuentro, en la puerta principal se formaban los primeros corrillos: saludos, reconocimientos, abrazos y emociones desbordadas.

El primer momento del encuentro, fue muy emocionante, había algo especial en el ambiente, así como un poco de nervios. Abrazos saludos, quedarnos dubitativos delante de algunos... pero tu ¿Quién eres? ... Sí ya caigo. El que estaba irreconocible, y hasta que él no reveló su identidad, no conseguimos reconocerlo, fue al “Nenito”, con una barba de “Papa Noel”, parecía que se había adelantado la Navidad y venía a traernos los regalos navideños, premio a nuestro buen comportamiento de todo un año de trabajo. Carpio tampoco estaba muy reconocible, con su pelo plateado por el paso del tiempo, etc. etc. Eran 28 ó 30 años de ausencia con algunos, otros no habíamos perdido el contacto durante todo este tiempo.

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Escenas y situaciones propias de la ocasión, mucha emoción y emotividad. Tras los comentarios de rigor, venía el emocionado abrazo, largo y sentido. Por la mente y a la velocidad de la luz, imágenes imborrables de peripecias y aventuras, vividas y sufridas juntos. Algunos, echando la cremallera a sus ojos, contenían a duras penas una lagrimita. En otros, se producían “fugas” que ponían en evidencia a los más sentimentales. Algún duro sucumbió. El espectáculo era presenciado por las mujeres acompañantes, que no daban crédito a lo que veían. ¡Fue una gozada! Para nosotros, era como el reencuentro de las vacaciones de verano, aunque un verano un poquito más largo de lo acostumbrado, un verano en el que se habían producido importantes cambios, habíamos dejado la soltería, habíamos tenido hijos que en algunos casos eran mayores que nosotros cuando nos vimos el verano anterior. 2.1.- Asistentes A pesar de las dificultades del momento ya que todos estábamos ocupados en nuestros trabajos, bastante alejados de Úbeda, concurrimos 20 de nuestra promoción, algo más de la mitad de los 37 que en 1960 finalizamos 3º de Oficialía.

Una foto para la historia: a los 30 años de terminar en el colegio, veinte de nuestros compañeros tuvieron la suerte y la voluntad de reunirse en Úbeda con los padres Bermudo y Mendoza, los profesores Don Bernardo y Don Jaime

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ASISTENTES

PROCEDENCIA

Miguel Cachinero Martín Francisco Carpio Gómez y Sra. José Chaves López y Sra. José García Bautista Narciso Garrido Gámez y Sra. Rafael Gómez Perea y Sra. José Mª Hurtado Martínez Ángel Ibáñez Castillo y Sra. Antonio Jiménez Fernández y Sra. Juan José Jurado Rodríguez José López Barrera y Sra. Juan. López Ruiz y Sra. José Moreno Barrera y Sra. Isidro Nieto Nieto y Sra. Manuel Reina Rodríguez y Sra. José Ruiz Gutiérrez y Sra. Antonio Sáez Lanzas y Sra. Manuel Sáez Puerma y Sra. Manuel Sánchez Cervera Francisco Vela Gómez Padre Bermudo Padre Mendoza D. Bernardo López Aparicio D. Jaime Roselló Cabeza

Valencia Madrid Sevilla Valencia Jaén Úbeda Úbeda Marbella Toledo Sevilla Úbeda Villacarrillo Granada Sevilla Andújar Marbella Linares Baena Vilches Sevilla Úbeda Úbeda Profesor (Mál Profesor (Úbeda))

2.2 Actos celebrados Tras la recepción en el patio de columnas donde pasamos más de una hora entre saludos, reconocimiento de los que habían experimentado mayor cambio físico y los primeros cambios de impresiones, pasamos a una gran sala de profesores donde tras ocupar las mesas dispuestas en círculo, el P. Bermudo pronunció unas palabras de saludo y bienvenida; después nos dio cumplida cuenta de los que por diversas causas no habían podido asistir. Continuó explicando la celebración del cincuentenario de la SAFA, definiendo nuestro Primer Encuentro como un eslabón más de la cadena de encuentros que se estaban produciendo entre los antiguos alumnos que se formaron en Úbeda.

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Los más aventureros, entre los que se encontraban (Ruiz Gutiérrez,- El chulo), (Ibáñez- El Tigre) y algún otro, habían recorrido buena parte de Europa el primero, entre otras cosas, se trajo su pareja de Suecia. Otros, más tradicionales, se habían quedado en nuestra piel de toro y los menos, no se habían movido de su pequeña patria, su pueblo. A la mayoría, nos había ido bien y a alguno, no tan bien, tanto profesional como familiarmente. Tras la intervención del P. Bermudo, siguió una improvisada ronda de presentaciones y exposiciones de nuestras vidas desde que abandonamos la SAFA. Más tarde pasamos a la evocación de recuerdos y anécdotas. Participaron de este parlamento los Padres Bermudo y Mendoza, los profesores D. Jaime y D. Bernardo y por los empleados, Pepe el Viejo.

Bella panorámica de nuestra SAFA de Úbeda La comida de hermandad se llevó a cabo en el comedor ya reformado de nuestro Colegio. Antes, visitamos los dormitorios, ocupados ahora por solo dos o tres alumnos. Por la tarde nos fuimos a dar un paseo por Úbeda, evocando aquellas salidas, aunque limitadas, de antaño. Algunos pasaron la noche en los dormitorios del colegio entre tertulias prolongadas y algo menos de sueño y descanso. Sin duda el “alma máter” P. Bermudo, contó siempre con un grupo de compañeros, López Barrera, Narciso y otros, que le ayudaron en la ingente tarea. Ya jubilado, supuso para él revivir con algunos alumnos, una de las mejores etapas de su vida (así nos lo confesó en su despacho, antes de despedirnos). Vaya nuestro agradecimiento y el perenne recuerdo de aquellos, ya lejanos, momentos vividos en nuestra SAFA.

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El recorrido por todo el colegio La iglesia, con la imagen de la Virgen en el retablo, presidiendo todos los actos que celebrábamos, de facciones entre clásicas y modernistas, ante la cual, tantas veces elevábamos nuestras plegarias, o entonábamos cantos de despedida (Adiós Reina del cielo, madre del Salvador dulce prenda dorada de mi sincero amor...). Más de uno le hemos pedido ayuda en época de exámenes, ó por unas viandas que no llegaban de Madrid. Ella, hacía lo que podía, y en ocasiones era justo lo necesario. Al día siguiente, se levantaba el cerco a que la sometíamos. Todos descansábamos ya, algo más felices, porque nos habían comunicado que habían concedido de Madrid nuevas provisiones. Cómo no recordar las salutaciones del coro, con aquellas increíbles voces tan magníficamente conjuntadas y dirigidas por D. Isaac Melgosa, fumador irredento. Quién no recuerda aquellas tardes del sábado en el salón de actos con su repertorio de canciones, tan extenso y con una interpretación inmejorable. Recordáis “El buen menú” era algo extraordinario y posteriormente “Los niños del Pireo” que le sirvió a radio Úbeda para ponerla en antena, porque no tenía la versión original. Aquellas eucaristías amenizadas por el coro te hacían vivirlas intensamente. Recordamos a los canteros y albañiles tallando a pié de obra. Una polvareda espesa, había constantemente por la obra. No cabe duda, la iglesia era la joya del colegio.

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La fachada de entrada del colegio, algo grandiosa para los que veníamos de los pueblos, nos causaba gran admiración, así como el patio interior. La primera vez que la vimos, nos pareció algo grandioso; nos hacía sentirnos más pequeños, pero te daba seguridad; seguro que allí podría hacerme un hombre útil (de provecho, se decía entonces) era la obsesión de nuestros mayores. El paso por las habitaciones, los pasillos, el comedor, los patios, nos trajo entrañables recuerdos. Con pena vimos que la granja y huerta había desaparecido, así como el taller de máquinas. Recordamos a D. Ricardo ¡Que buena persona y competente profesional! Riguroso, serio, respetuoso y siempre dispuesto para resolver cualquier duda o problema que se presentara. Un referente para todos, especialmente para los que hemos sido docentes.

El taller de Ajuste, transformado en Automoción. ¡Que tiempos! Limadura a limadura, movimientos de vaivén miles de veces (que digo miles... millones) raspando, hasta casi desintegrar el dichoso trozo, tocho, taco de hierro en pos del inalcanzable objetivo. D. Manuel (otro magnífico profesor), era incansable al desaliento, miraba y medía atentamente. El final, era siempre el mismo, seguir limando. Los pequeños (Bautista, Aznar, Lozano, Oliva, entre otros) lo tenían más difícil aún, tenían que ejercer de equilibristas, encima de la tarima. Recordamos, cuando nos dieron habitaciones individuales. Este fue el 2º salto de calidad de vida. El 1º, unos años antes: poder comer cuatro veces cada día, porque teníamos merienda también, aquel queso americano o aquel pan de higo que no sé de dónde saldría) ¡Casi na! Nada comparable con aquellas “camarillas”. Era nuestro reino, cerrada la puerta, salvo que llamara el P. Nieto.

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Salón Comedor

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Comedores

Todo limpio, ordenado, impecable... ¡Que remedio! Tantas noches estudiando a la luz de la linterna, dentro de una especie de tienda de campaña que formábamos con la sábana, para que la luz, no saliera por las rendijas de la puerta y se viera desde el pasillo. Cuando el P. Nieto decía: “Buenas noches... “Apagar las luces”, no era un deseo, era una orden en toda regla. Incumplirla, entrañaba riesgos. El pasillo brillaba. Con los pies, pasábamos el trapo una y otra vez después de haber recogido el serrín que caía al suelo después de cargar y encender la estufa que poníamos durante los días más fríos del invierno. ¡Se notaba!

Aposentos de la Primera División y Profesionales

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En ocasiones, el partido de “Jockey sobre patines” con escoba y naranja, era impedido por orden superior: ¡El P. Nieto! El desconcierto se apoderaba de todos. Las visitas a las habitaciones de los que podían echarnos una mano -el Rubio, Reina y alguno más- eran casi constantes en vísperas de exámenes, que era casi siempre (cada 15 días). Estos y otros muchos recuerdos se agolpaban y nos acompañaban por el recorrido de lo que un día fue territorio comanche. Los que pasaros esa noche en el colegio, seguro que no conciliaron el sueño hasta bien entrada la madrugada. ¡¡Tanto tiempo ha pasado ya!! ¡¡Tantos acontecimientos en nuestra existencia!! ¡¡En un solo verano, aunque un poco más largo de lo normal!! El comedor, lo veíamos, mirándolo con cierta perspectiva, como una “sala de usos múltiples”: Sala de lectura. El silencio solo lo rompía, cucharas y demás, pero ¡cuidado! Sorber la sopa, producía tal estruendo, que apañado iba el infractor. Emilio Salgari, Julio Verne… el “Cuerpos y Almas” de Maxence van der Meersch ¿Cómo olvidarlos? Pista de atletismo. El sitio era fijo e individual, pero el pan o el contenido del plato, podían variar y ¡Vaya que sí variaba! Los había rápidos como el viento y hábiles como “trileros” ¿Lo Recordáis? Sala de prensa. Sí, un plato sobre otro y las lentejas prensadas entre ambos. Actividad muy socorrida y más perseguida. Alguno incautos se arriesgaban, la “varita” le podía tocar a cualquiera. El refrán lo transformamos. “Las lentejas, el que quiere las come y el que no, también”. ¿Quién no recuerda aquellas migas por la mañana? Campo de tiro (artillería ligera). Estudios de balística. El proyectil - miga de pan. Algunos artilleros, dejaban caer bolitas en su zona para despistar. ¿Recordáis nombres? Yo sí, y yo también, y yo, y yo. Bueno, bueno, ¡vale ya!

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Úbeda, 2009.- La actual herradura de lo que, hace más de 50 años fueron los talleres y estudios de nosotros los Profesionales. Abajo a la derecha, aún se aprecian la calle y acceso a su interior

Campo de marcha, desfile y aterrizaje. El aterrizaje era ruidoso, pero nadie quería que su silla fuera la última en acomodarse. Vía de transporte rodado. El carrito no siempre terminaba el recorrido planeado, toda vez que ciertas viandas desaparecían como por encanto. Brazos largos y rápidos, era lo que se necesitaba, amén de vista y valor. La causa era noble y la recompensa repartida. Con estos y otros comentarios, terminamos la gira por la mayor parte del colegio. Minutos después, degustamos el menú preparado para la ocasión. Calidad y cantidad, buena compañía… pero, aquellos años tenían otro sabor: para estómagos delicados el nocturno retortijón de tripa, estaba garantizado. Otros tenían “motivos” y sobrellevaban la situación mejor -paquetes de casa, medicinas y sacrificios- Pero todo contribuyó a formarnos tal como somos y así salimos de la SAFA. Los que procedíamos de familias con escasos recursos, la gran mayoría, no tuvimos grandes problemas, la verdad. La mañana del domingo se ocupó con un prolongado ritual de despedida, entre los que destacó la celebración de una Eucaristía presidida por el Padre Bermudo en la iglesia, a los pies de la imagen de la Virgen. Nos recordó todo aquello que tantas veces nos habían repetido años atrás, los Padres Gómez, Mendoza y tantos otros: que fuéramos consecuentes con lo que habíamos recibido años atrás en ese mismo lugar. El Primer Encuentro nos supo a poco pero nos abrió la esperanza a otros más.

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Cap. 9.- Primer Encuentro en SAFA de Úbeda

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3.- Impresiones y recuerdos del I Encuentro ¿Qué fuerza invisible pero casi tangible, mueve el corazón y la voluntad de buena parte de una generación dispersa por el ancho mundo? Para que pasados tantos años, desde que nos despidiéramos, en una calurosa tarde noche del mes de junio de 1960, y los más recientes del 1962 en las puertas del colegio de la SAFA, de Úbeda, para que tomemos la decisión, y a juzgar por las emocionadas y emotivas escenas y expresiones manifestadas en el encuentro, una decisión acertada, de acudir a la cita que el P. Bermudo nos lanzó como un reto. Quizás esa fuerza sea mayor de lo que a primera vista parece: ¿El contacto diario a través de tantos años, en una época crucial para nuestras vidas, las experiencias compartidas, una cierta comunión de ideas y principios...? ¿Noches en vela preparando el examen del día siguiente, espíritu deportivo y sudores tras el logro conseguido…? ¿Algo de melancolía y nostalgia de unos años inolvidables e irrepetibles ni siquiera en generaciones posteriores…? Alcanzado cierto éxito profesional, equilibrio emocional y afectivo, realización personal, con una familia consolidada, ¿queremos exponerlo a los compañeros y amigos, no por vanidad, sino para demostrarnos que sí valió la pena y no cayó en saco roto tanto esfuerzo personal del entorno familiar, profesorado, educadores, y tantas personas que colaboraron en nuestra puesta a punto…? ¿Tal vez curiosidad por saber qué fue de aquellos chavales compañeros de fatigas, de sus ilusiones, ideales y proyectos? ¿Seguiríamos siendo fieles a ellos o las habíamos lanzado por la borda? ¿Cómo habíamos evolucionado en las distintas etapas de la vida...?¿Transmitir nuestra gratitud y reconocimiento a todo el personal que colaboró en nuestra formación? Sería un motivo más que suficiente y justo.

Reunión en 1989 de AA. AA. Profesionales del curso anterior a nosotros. De pié: P. Bermudo, Nuño, Cantero, Aceituno, Morales, D. Isaac, Ponce, P. Mauriño, D. Agustín, Valero, Ramírez, Morillas, Tarragó, Piña y Toral. En cuclillas: Portal, Codina, Soler y Bordás.

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Cap. 10.- Segundo Encuentro en SAFA de Úbeda

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Capítulo X Segundo Encuentro en SAFA de Úbeda 4 de Abril de 2008

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Cap. 10.- Segundo Encuentro en SAFA de Úbeda

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Entrañable abrazo entre Rafael Gómez Perea y Salvador González Gómez

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Cap. 10.- Segundo Encuentro en SAFA de Úbeda

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Nuestro II Encuentro en SAFA Úbeda, abril de 2008

En los pasillos del colegio durante nuestro II Encuentro Moreno Barrera, P. Mora, Salvador González y la Sra. De Sáez Lanzas. Toral (de espalda), Sáez L. y Florido, al fondo

Y por fin llegó el “día D” Nuestra llegada al hotel. 4/4/2008 . Sobre las siete de la tarde, después de un agradable viaje, mi amigo Pepe y yo estábamos entrando en la ciudad de Úbeda. Ya la había visitado unos años antes y por tanto conocía el extraordinario cambio que se había producido durante las últimas décadas; pero a pesar de ello aún experimentaba esa agradable sensación que se palpa cuando vuelves a ver algo que anhelas y quieres de verdad. Finalmente, llegamos a nuestro destino, un espléndido y lujoso hotel situado en pleno corazón del casco histórico de la ciudad de Úbeda, justamente en la plaza del Ayuntamiento. Allí, después de que el recepcionista nos informara de la llegada de nuestro compañero Bautista II, nos dirigimos a sus habitaciones para saludarle. No había nadie. Entonces decidimos salir para nuestro apartamento en el exterior del hotel, y, una vez allí, cada uno nos dedicamos a acomodarnos en nuestras respectivas habitaciones.

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Cap. 10.- Segundo Encuentro en SAFA de Úbeda

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Pasados unos minutos y de forma inesperada, unas voces desde la calle se dejaron oír a través de mi balcón. Me asomo y, efectivamente, se trataba de tres hombres mayores y dos señoras que se me quedan mirando. A dos de ellos no les conocía, pero sí en cambio al más pequeño de los tres. No podía ser otro, se trataba de mi querido e inseparable amigo de aquellos años, José García Bautista. No había cambiado mucho. Solo unas arruguillas en la cara y la carencia total de aquel gran tupé de pelo castaño, que había dejado paso a una espléndida y brillante frente, signo inequívoco de su gran e indiscutible intelecto. Mirando hacia el balcón donde me encontraba, con voz potente y segura y con talante alegre y sonriente, me saluda y pregunta: - ¡Hola! Tú eres José Aznar - No sé, tú sabrás, amigo Bautista. - Pues claro que lo sé, eres inconfundible a pasar de haberte dejado la barba. - ¿Y a nosotros, no nos recuerda?- comenta uno de los acompañantes. - Esperad que ahora mismo bajo, no tardo ni medio minuto. Ya en la puerta del hotel y frente a ellos, les di, como no podía ser de otra manera, un fuerte abrazo a los tres y el respetuoso saludo, como corresponde, a ambas señoras; inmediatamente empezamos el juego de los acertijos. - Bueno, que pasa, ¿no te acuerdas de mí? – me pregunta el más alto. Resulta que en estos casos, no sé si a vosotros os pasará igual, da un poco de reparo reconocer que efectivamente sus caras no las recuerdas, pero para remediar la situación contestas: - Sí hombre, tu cara me es familiar, pero… como han pasado tantos años, pues… la verdad ahora mismo no recuerdo tu nombre… si me dices tu primer apellido, tal vez… - Sí hombre, yo soy Ibáñez, ¿te acuerdas ahora? - Claro, ¡¡cachendiez!! ahora te recuerdo, aquel compañero alto que jugaba tan bien al fútbol. Debo aclarar que seguía sin tener la más pajolera idea de quién se trataba pues el Ibáñez que yo conocía no se parecía en nada a aquel señor, que dicho sea de paso, en ningún momento puse en duda de que realmente fuera él; pero mi actitud no tuvo otro fin que el de salir de aquel atolladero puesto que en aquel entonces él sería alto como en ese momento, y seguramente que jugaría al fútbol, dado que casi todos jugábamos al fútbol.

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Cap. 10.- Segundo Encuentro en SAFA de Úbeda

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Y acerté, pues me sacó algunas fotografías algo deterioradas donde en una de ellas aparecía él como componente de un equipo. Entonces fue cuando de verdad le identifiqué, pues resultaba que yo también poseo esa misma fotografía donde nos encontramos justamente los cuatro que estábamos allí, Ibáñez, García Bautista, Jiménez y yo, junto con los otros que formábamos el equipo, Andrés Martínez, Sarriá Carriquí, López Ruiz, Martínez Mayenco, Isidro Nieto y Sáez Puerma. De esa forma fue como identifiqué también al otro acompañante; se trataba de Jiménez Fernández. La verdad es, que, tanto éste como Ibáñez, no habían cambiado mucho, solo que, a ambos les había desaparecido el pelo de la parte superior, dejando entrever una redonda calva, propio de los años transcurridos. Ya identificado los tres, Ibáñez y Jiménez proceden a presentarnos a sus esposas, que, con exquisita amabilidad y demostrando en todo momento el buen gusto que habían demostrado mis amigos a la hora de elegir a sus respectivas compañeras, ambas se nos dan a conocer, como es de costumbre, con un mutuo y amistoso beso. Después de una larga y amena conversación, en la que relatábamos y recordábamos tantas anécdotas de toda una historia vivida durante más de cincuenta años, dentro y fuera del colegio, decidimos marchamos de nuevo para nuestros aposentos para reponernos un poco del viaje, no sin antes ponernos de acuerdo para salir más tarde a tomar unas copas. Efectivamente, sobre las nueve de la noche nos vimos de nuevo el hall del hotel y de allí nos marchamos a dar un paseo por nuestra querida Úbeda. Entramos en varios restaurantes, donde muy a gusto hablamos largo y tendido, a vez que degustábamos las sabrosas tapas y raciones de esa bendita tierra, la acompañadas, cómo no, de las adecuadas bebidas, por supuesto, sin pasarnos, pero sí en la dosis correspondiente.

Ibáñez y señora, Jiménez y señora, Bautista II y José Chaves, tomando unas copas en un restaurante de Úbeda

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Allá sobre las dos o las tres la madrugada, nos de marchamos para el hotel después de haber pasado las horas más a gusto y más felices de mis últimos años, tal vez de mis últimas décadas. Y así transcurrió nuestro primer encuentro con los compañeros Ibáñez, Jiménez y Bautista. 5/4/2008. Encuentro en la SAFA.

En el Hotel: Señora. de Ibáñez, Pepe Chaves, Ibáñez y Bautista II

Al siguiente día, después de haber dormido, creo que no más de cuatro horas, me introduje de lleno en la ducha donde quedé dispuesto para emprender el nuevo día que se nos presentaba muy movido. Así lo hizo también mi compañero Pepe, y juntos bajamos al comedor del hotel, donde nos esperaban los otros compañeros y sus respectivas esposas. Desayunamos todos juntos y sobre las nueve de la mañana salimos para el colegio. El encuentro fue apoteósico. Allí se encontraban ya casi todos y poco tiempo después llegamos a reunirnos hasta un total de 25, de los 27 que estaba previsto que asistieran, más las esposas de muchos de ellos. Ya había corrillos por todas partes intentando reconocerse - ¡Hola, que tal! ¡Qué alegría me da de verte! ¡Ay que ver lo bien que te conservas después de tantos años! - ¡Pues tú estás mejor que yo! ¡Apenas has cambiado; sigues siendo aquel Gómez Salazar de hace cuarenta y ocho años!... -¡Oyes, creo que te has confundido, yo no soy Gómez Salazar, yo soy Aznar, aquel chiquitujo que, para poder limar en el banco, debía subirse en otro ¿no te acuerdas hombre? - ¡Contra, pues es verdad, qué despistado estoy! Es que con la barba no te había reconocido. - Eso es normal Juan, son muchos los años pasados y es lógico que hayamos cambiado. El tiempo nos pasa factura a todos. - Bueno, pues… ¿sabes qué?... yo tampoco soy Juan, yo soy Sáez Lanzas, “El pollo” ¿recuerdas ahora? - ¡Pues, sabes que andamos bien de memoria… Está claro que los años no pasan en balde!

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Cap. 10.- Segundo Encuentro en SAFA de Úbeda

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II Encuentro. Los antiguos alumnos de Profesionales

dialogan y manifiestan su júbilo ante esta maravillosa experiencia que están viviendo Y así de esta guisa fue como transcurriendo los primeros momentos de nuestro encuentro en la SAFA. Todos andábamos un poco despistado a la hora de reconocernos, hasta que de una forma o de otra, enseñándonos fotografías de la época o contándonos nuestras anécdotas, nos fuimos identificando.

Las señoras escuchan atentamente el desarrollo de nuestro encuentro

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Moya, Toral, Martínez, López, Reina, D. Jaime y Lentisco Transcurrido aquellos confusos, pero muy felices momentos, pasamos a un salón, donde aparecía una gran mesa en el centro, ovalada y abierta en su interior. Mientras, cada uno se situaba en el lugar que le apetecía, yo me introduje en el interior para ir rodando todas aquellas escenas e imágenes interesantes que debían quedar para la posteridad. En uno de los extremos de la gran mesa, y para no interferir en lo que ellas consideraron momentos de intimidad entre compañeros de la adolescencia, se fueron situando, todas juntas, las respectivas esposas que no se quisieron perder aquel extraordinario encuentro protagonizado por sus maridos. Pues bien, una vez organizados todos dentro del salón, es Pedro Mora, nuestro gran coordinador, el que toma la palabra para informar del desarrollo de esos dos días que conviviríamos juntos.

Nuestros compañeros atentos a la disertación del Director de la SAFA

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Inmediatamente después le cede la palabra al Rector del Colegio, quien, con palabras de elogio hacia nosotros, nos da la bienvenida y así mismo la enhorabuena por el éxito de conseguir algo inusual como es reunirnos todo un curso después de 48 años. Nos desea éxito en nuestro cincuentenario y se nos ofrece para colaborar en todo lo que de parte de la Escuela sea posible. Nuestro querido amigo y compañero José García Bautista le toma la palabra para darle las gracias por su ofrecimiento e invitarle a que nos conceda el gran honor de contar con su presencia. En prueba de su agradecimiento, el Rector nos promete hacer lo posible por no faltar. Ya finalizado el acto, nuestro querido amigo Pedro volvió a retomar su intervención para invitarnos a todos a que relatáramos de forma resumida nuestro recorrido por la vida a partir de nuestra salida del Colegio. Debíamos hablar de todo un poco, de nuestra trayectoria profesional, de nuestras aficiones, algo sobre nuestras vidas de casados, como esposos, como padres y últimamente como jubilados y como abuelos. El primero en contar su historia, fue nuestro querido profesor Don Eugenio Jaime Roselló Cabeza. Su largo pero interesante relato acaparó toda la atención. Durante el mismo no faltaron chistes y anécdotas todas ellas contadas con la gracia que siempre le había caracterizado. Hizo alusión a varios de sus inventos, especialmente el del tubo macizo. Dado que este invento no le dio los resultados esperados, pues se desperdiciaba mucho líquido, debido a que adolecía de un importante fallo en su diseño como era el de circular el agua por el exterior del tubo, pues esto le obligó a tener que hacer una ligera modificación al invento, para intentar que el agua circulara por el interior. Para ello y después de unos cuantos años de complicados cálculos e interminables operaciones matemáticas propias de su portentoso intelecto, finalmente consiguió encontrar la solución al problema: se trataba de hacer, nada más y nada menos, que un agujero en el interior del tubo macizo; de esta forma ya no se derramaría líquido alguno y él habría inventado lo que más tarde denominó “El canuto”.

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Una tras otras fue contando historias y anécdotas que nos hicieron pasar un rato inolvidable. A partir de ahí, todos intervenimos y así relatamos también un poco nuestra trayectoria por la vida.

Gómez Perea, Florido, Jiménez, Sáez Lanzas y Antonio Garrido Otra instantánea de nuestro II Encuentro en la “Mesa Redonda”

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Durante una de las intervenciones, la Televisión Local de Úbeda hizo acto de presencia y pudo hacer un estupendo reportaje que en días posteriores retransmitiría. Todos estos acontecimientos han sido para mí algo especial en mi vida, pero debo resaltar aún más todas esas personales y entrañable historias de la vida de cada uno de mis compañeros. He tenido la gran ocasión de escuchar a todos y a cada uno de ellos narrando y desgajando su propia vida. Me quedé maravillado de la calidad de sus narraciones, tanto en la forma como en su contenido. En la forma, porque lo hacían con la mayor maestría; con una muy alta técnica narrativa, sabiendo empezar y terminar cada fase de su vida, para dar paso a la siguiente y finalizando su intervención con las palabras justas y más adecuadas. En el contenido, porque todas y cada una de sus historias demostraron el inmenso esfuerzo llevado acabo por cada uno de ellos para triunfar en la vida. Unos terminaron sus carreras universitarias, otros consiguieron crear su propia empresa, otros desarrollaron su trabajo en el mundo de la enseñanza, incluso hubo quien se introdujo también en el mundo de la política; y para ello, casi todos tuvieron que moverse mucho por toda la geografía hasta el punto de que, algunos, como es el caso de nuestro amigo Ibáñez, que se vio en la necesidad de tener que aprender varios idiomas.

Nuestro compañero el Pollo narra sus andanzas por la vida No podían faltar los más cachondos, que sabían utilizar sus propias anécdotas para darle un poco de humor a sus narraciones; es el caso de nuestro querido amigo y compañero Sáez Lanzas “El Pollo”, que nos contaba sus aficiones preferidas en su nueva etapa como jubilado.

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Cap. 10.- Segundo Encuentro

Nuestra SAFA

Según él, en esa fase de su vida se estaba dedicando a algo que no había podido hacer durante su trayectoria anterior, por falta de tiempo. Se refería al mundo del Periodismo y de la Bolsa. Nos contaba, que ahora, lo primero que hace todos los días, después de desayunar, es ir al quiosco a comprar la prensa, y lo segundo, acompañar a su señora al mercado y cargar con las bolsas de la compra. Por fin se habían cumplido sus anhelados deseos. En fin, que, unos tras otros fuimos contando nuestras interesantes experiencias hasta llegar al último, Casiano, que, aunque no era compañero de curso, desarrollaba su trabajo en el Colegio como secretario. Era la persona que más sabía de todos nosotros porque por él pasaba toda nuestra documentación; él conocía, uno por uno, a todos los alumnos y profesores que había en el Colegio, tanto en magisterio como en profesionales.

Almuerzo en el Restaurante, “El Marqués” Sobre las tres de la tarde salimos para el Restaurante “El Marqués” igualmente de lujoso y espléndido como el hotel, con una decoración renacentista propia y acorde con lo que es el pueblo de Úbeda, declarado desde hace años Patrimonio de la Humanidad.

En el restaurante “El Marqués”

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Cap. 10.- Segundo Encuentro

Nuestra SAFA

Gómez Perea hace alarde de su “tenórica” voz aún vigorosa a pesar de los años Durante el trayecto, que duró aproximadamente unos 20 minutos, íbamos recordando todos los lugares por donde paseábamos los alumnos en aquellas salidas que nos permitían los curas los fines de semana y que nosotros aprovechábamos, unos para ir al cine, otros, los más veteranos para tomarse unos chatitos, y otros, los más falderos, entre los que nos encontrábamos casi todo el consejo de ancianos, que nos dedicábamos a perseguir a las chicas con el único fin de entablar una bonita amistad que nunca desembocaba en nada, más allá de un leve y pasajero enamoramiento sin mayores consecuencias. Ya en el Restaurante cada uno ocupamos un lugar cualquiera, puesto que todos eran cómodos y placenteros y estaríamos siempre rodeados de grandes amigos, cualquiera de ellos que se sentara a nuestro lado. Allí se comió, se bebió y se cantaron canciones de nuestra juventud, incluso fuimos agasajados y vitoreados por dos grupos numerosos, uno de jóvenes que celebraban su fiesta, y otro de extranjeros, que, al parecer, se encontraban de visita turística. Ambos grupos, que estaban situados un unas mesas colindantes, se unieron a la fiesta y cada uno a su forma cantaban y bailaban sus danzas típica de cada país. Nuestro querido amigo Rafael Perea, haciendo alarde de su voz de tenor, nos deleitó con algunas de sus canciones favoritas y que fueron aplaudidas, cómo no, por todos los allí presentes, incluyendo los otros grupos. A todo ello, por supuesto que no podía faltar el brindar por todo lo que estaba aconteciendo en aquellos momentos y el significado que tenía para aquel grupo de Profesionales de la SAFA y grandes amigos de la infancia.

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Cap. 10.- Segundo Encuentro

Nuestra SAFA

Nuestro compañero Pedro Mora, siempre oportuno y dispuesto, con su impresionante voz presidencial y la fuerza de arrastre propia de los grandes oradores, con un simpático y particular brindis en el que tuvimos la oportunidad de participar todos, animó a los allí presentes a que se unieran a la fiesta, nuestra fiesta, la fiesta de unos hombres que después de medio siglo andando por los cuatro puntos cardinales de este planeta, fueron capaces de volver a reunirse en aquel lugar del que jamás se quisieron olvidar: las Escuelas Profesionales de la Sagrada Familia de la gran ciudad de ÚBEDA.

¡Vino vinillo, que entra por la boquilla y sale por el canutillo! ¡Arriba, abajo, al centro y adentro! ¡Y esto dijo el Obispo de Chinchón al Obispo de Medina! ¡Vengan pollos y gallinas! ¡Si nos matan... que nos maten! ¡Que nosotros estamos en el Marqués, refrescándonos, el gaznate! ¡Viva las señoras de los Profesionales! ¡Viva los Profesionales de la SAFA!

¡¡¡Viva La SAFA!!!

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Cap. 10.- Segundo Encuentro en la SAFA de Úbeda

Nuestra SAFA

Fue un fenomenal acontecimiento, en el que todos se unieron a nosotros y terminamos cantando y bailando en aquel gran salón de aquel lujoso restaurante, de donde finalmente salimos con la victoria, además, que supone, en haber conseguido otros buenos amigos, sin tener en cuenta ni la edad, nacionalidad, ni el color del cabello. De allí salimos en grupos y quedamos para vernos al siguiente día en el colegio, donde hablaríamos de nuestro proyecto; el proyecto de la Fue un gran día de júbilo para todos celebración del cincuentenario. Hubo algunos que por cuestiones de trabajo debieron regresar a sus lugares de origen y allí mimo se despidieron del resto del grupo, no sin antes ponernos de acuerdo en mantener el contacto para trabajar en el proyecto. Los demás nos marchamos a descansar un rato y reponer energías para más tarde salir a comer y a tomar unas copas. Nos reunimos Jiménez, Garrido, Ibáñez, sus respectivas esposas, García Bautista, Chávez y yo. Anduvimos juntos media Úbeda para encontrar un lugar donde sentarnos y todos estaban ocupados; finalmente hallamos un bar, donde, aunque bastante concurrido y animado, especialmente por una gran mayoría de jóvenes, pudimos tomar en la barra ese vinillo y comer algunas tapas propias de esa maravillosa y querida tierra. Durante aquellos momentos de júbilo me venían a la mente el recuerdo de aquellos compañeros que no pudieron asistir a este evento tan importante; me estoy refiriendo a mis compañeros de grupo Joaquín Oliva, José Ortega, Nieto, Cruz Rescalvo, Antonio Lozano, y mi inseparable amigo Martínez Mayenco, con el que tanta afinidad siempre tuve, porque nuestros caracteres se parecían como dos gotas de agua; por eso éramos como uña y carne durante los cuatro años que estuvimos en el colegio. A todas partes íbamos juntos. ¡Cuánto lo eché de menos!

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Cap. 10.- Segundo Encuentro en la SAFA de Úbeda

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Gámez Molina, L. Ruiz, P. Mora, F. Carpio y J. Chaves Pero fue un recuerdo en especial el que realmente me hizo sentirme mal: La ausencia de aquellos compañeros de los que, de ninguna de las maneras pudieron haber estado presentes. Más tarde decidimos irnos al mesón de la misma plaza del Ayuntamiento y allí comimos y charlamos hasta bien avanzada la noche. Los matrimonios se marcharon a descansar, y Bautista, Chávez y yo continuamos un rato más hablando de nuestras cosas.

Jurado, Ibáñez, Bautista II, Gómez Molina y L. Ruiz

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Cap. 10.- Segundo Encuentro en la SAFA de Úbeda

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2º día en la SAFA.- 6/4/2008 Como el día anterior, los que estábamos parando en el hotel, es decir, Ibáñez y Jiménez con sus esposas, Bautista, Chávez y yo, quedamos en el restaurante del hotel para desayunar. Sobre las nueve y media nos marchamos para el Colegio. Allí se encontraban nuestros compañeros esperando a que lo abrieran. Solo quedábamos unos catorce que nos reunimos en el mismo salón del día anterior. Allí, nuestro moderador y director de orquesta, Pedro Mora, nos fue marcando las pautas que deberíamos seguir respecto de todos los pasos a dar en la preparación del cincuentenario y confección del libro que teníamos en proyecto. Hablamos de hacer un boletín informativo, de la posibilidad de crear una asociación, y otros asuntos. Después de intercambiar opiniones y aclarar determinadas dudas respecto de la labor de cada uno, finalmente decidimos que nuestra primera labor debería ser enfocada a preparar toda la documentación para hacer posible escribir nuestro libro. Veríamos la posibilidad de vernos de nuevo el próximo año para comprobar el avance de nuestro proyecto. Aclaradas todas la dudas y dejado bien atados todos los cabos sueltos, dimos por finalizada aquella última entrevista, para pasar al peor de los momentos, la despedida. Pero no podíamos marcharnos sin haber pasado antes por la cripta donde yacía nuestro Espiritual Padre Gómez. Para allá nos dirigimos y así observamos que ésta había cambiado, al menos en su acceso y aspecto exterior. Cripta bajo el altar de la iglesia, donde reposan los restos de varios jesuitas

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Cap. 10.- Segundo Encuentro en la SAFA de Úbeda

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Epitafio en la cripta bajo el Altar, donde aparecen los nombres de los jesuitas fallecidos En aquellos años había que bajar hacia un pasadizo subterráneo que nos conducía hacia la cripta que se encontraba justamente bajo el altar de la iglesia. Actualmente se accede a través de una puerta que da al patio lateral de la misma, y que nos conduce hacia la capilla donde está situada la lápida en la que aparece su epitafio. Todos quisimos llevarnos nuestro recuerdo de esta visita y posamos en la capilla donde, como antaño, le rezamos nuestra oración de despedida.

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Cap. 10.- Segundo Encuentro en la SAFA de Úbeda

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En ese instante se daba por concluida la labor de unos hombres, que desarrollando un trabajo que a cualquiera se le antojaría imposible de realizar, consiguieron que un grupo de jóvenes, que con solo doce o trece años cuando se conocieron por primera vez en la SAFA de Úbeda, volvieran, al cabo de cuarenta y ocho, ya calvo, con canas y con arrugas en el rostro, verse de nuevo y convivir como lo hicieron en sus años adolescentes.

Momentos previos a nuestro oficial encuentro en el salón de reuniones de la SAFA.

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Cap. 10.- Segundo Encuentro en la SAFA de Úbeda

Nuestra SAFA

Este ha sido, queridos compañeros, mi humilde pero entrañable relato de lo acontecido en nuestro encuentro. Os pido perdón porque no fui capaz de identificaros a todos; no fue porque me hubiera olvidado de vosotros, pues fueron muchas las ocasiones en que para recordar, miraba mis ya viejas y descoloridas fotografías, sino porque el tiempo nos suele jugar malas pasadas en nuestra memoria. A ustedes, amigos Juan López Ruiz, Pedro Mora, Narciso Garrido, Francisco Carpio, y como no, a nuestro querido Padre Bermudo que fue el impulsor de la idea de reunir nuestra promoción de alumnos de la SAFA, en este caso la nuestra de los años 1953-62. A ustedes, los que habéis trabajado tanto para conseguir esta proeza, que Dios os lo premie y os colme de bendiciones. Nosotros os lo agradeceremos siempre.

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…A ustedes, los que habéis trabajado tanto para conseguir esta proeza, que Dios os lo premie y os colme de bendiciones. Nosotros os lo agradeceremo siempre

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Cap. 10.- Segundo Encuentro en la SAFA de Úbeda

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Marbella golf, a Ibáñez nos cede Graná a Salvador, Moreno y Garrido De Sevilla Bautista y Nenito Y de Huelva Toral ha venido

Romance

De Córdoba se viene el Rubio de Baena el jaenero Puerma y desde la Bahía Gaditana vienen Aznar, Chaves y Reina

Romance del II Encuentro

Del Santo Reino viene Narciso, y de Almería el electro-Andrés, de Úbeda Rafa, Hurtado y Moya y de Vilches, el Cervera Manuel.

Siendo los primeros días de abril del año del Señor dos mil ocho, veinticinco hermanos veinticinco se juntan para verse con gozo.

Linares nos ofrece un chollo, se trata de Antonio Sáez ¡el Pollo! Con él vienen Gámez y Perales, falta otro, para ser dos pares.

Llamados fueron treinta y cuatro tan solo veinticinco han venido, Álamo y Ordóñez están de médicos, de los otros siete poco hemos sabido.

De tan emocionante encuentro Jaime y Casiano han sido padrinos Úbeda la cariñosa tía, la SAFA, madre de los veinticinco niños.

Cuatro vienen de lejanas tierras, veintiuno moran en Andalucía, el Rubio los convoca en la SAFA para ver lo que ha tiempo sucedía.

Han sido bautizados como Profesionales queridos, ya solo queda encontrar a los que se hallan perdidos para que también escriban en tan esperado libro.

Jiménez por Toledo adoptado, Mora que en Zaragoza reside, Carpio por Madrid tan mimado, y de las tierras catalanas, Florido.

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Cap. 9.- Nuestras vidas fuera de la SAFA

Nuestra SAFA.

Fueron llegando todos guiando sus cochecitos, los menos, se reconocieron, los más, andaban perdiditos.

A rebobinar se puso Don Jaime y tras deductiva reflexión, vio con nitidez la causa de los sobresalientes que les regaló.

Muchos abrazos y emociones ¿cómo has cambiado Pepe? tu pareces el mismo ¿ y tú quién eres? ja,ja,ja… yo soy el Nenito.

Se regodeaba Jiménez con enigmática sonrisa, al recordar el invento chuletario por el que aprobó la Física. Y pensaba Pedro Mora con talante empresarial: si es cierto lo que dice el gaditano de vuelta a Zaragoza, lo pienso patentar.

¿Quiénes han iniciado esto? han sido el Rubio y Florido ¿a quién se debe esta hermosa sala? ¿a quién ese hotel tan bonito? lo de sala, a Puerma, lo del hotel a Narciso.

Porque el prodigio del albaido folio tiene mucho tralarí el éxito de estos Profesionales, resulta que se debe al Pollo y a mí.

El director del colegio los acoge, el rector los felicita por haber venido y les ofrece esta entrañable casa, para otras veces, si fuera preciso.

Las mujeres que nos acompañan perplejas se deben hallar, al ver que son unos granujas los “benditos” con los que fueron a casar.

Don Jaime se lanza al ruedo y nos deja sorprendidos, haciendo gala de su fino humor, nos cuenta recuerdos y chascarrillos

Preciso que en los últimos versos, puedo haber cometido excesos porque las mujeres, en general, nunca suelen pensar mal.

Aznar se marcó un mágico relato que a todos nos convenció, la chuleta del folio en blanco fue un invento del Pollo y yo.

Pedro Mora Figueroa

Mora: Pepe, esto “patí pamí”, ese rollo de la chuleta lo has “soñao” tú… Pepe: Amigo Pedro, estoy convencido que aquello ocurrió. Tal vez no fueron ustedes

los verdaderos estrategas, pero… ya sabes… “cría fama y … y ya no podrás dormir.

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Cap. 11.- Tercer Encuentro en la SAFA de Úbeda

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Capítulo XI Tercer Encuentro en SAFA de Úbeda 28 y 29 de marzo de 2.009

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Cap. 11.- Tercer Encuentro en la SAFA de Úbeda

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Vista desde la ventana de uno de los aposentos de los dormitorios de la 1ª División y Profesionales. Al fondo, Sierra Mágina

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Cap. 11.- Tercer Encuentro en la SAFA de Úbeda

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Nuestro III encuentro en SAFA Úbeda, Marzo de 2009

Recordemos que el I Encuentro se produjo en mayo de 1990 y que fue convocado por el P. Bermudo con motivo de la celebración del Cincuentenario de la SAFA. En aquella ocasión, veinte de nuestros compañeros se volvían a ver después de casi treinta años. Fue apoteósico ese I Encuentro: el P. Bermudo representaba a los jesuitas, D. Bernardo a los profesores y Pepe el Viejo a los empleados. El II Encuentro se produjo en abril de 2008 por iniciativa de nuestros compañeros Juan López Ruiz y Marcelino Florido Carrasco. Habían pasado diecinueve años y los veinticinco “niños” se vieron acompañados por el profesor D. Jaime y nuestro encargado de secretaría, Casiano. La gran mayoría, jubilados y abuelos, sufrimos el síndrome del “no reconocer al que tienes delante” y, sobre todo, el disloque emocional. Pero inevitablemente se debía producir el milagro psicológico de tratarnos como entonces, casi, como cuando éramos adolescentes. Un año después, el pasado mes de Marzo de este 2009, celebramos el III Encuentro. Los repetidores pudimos experimentar el sosiego de la reciente y exigua veteranía; no así los nuevos, que tuvieron que sufrir el dulce desconcierto al tener que reconocer a los compañeros después de casi cincuenta años y gozar del choque emocional consiguiente.

Los primeros cambios de impresiones en el hotel: Marcelino, Parra, López Ruiz y Bautista II

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Cap. 11.- Tercer Encuentro en la SAFA de Úbeda

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En esta ocasión, hemos podido organizarnos algo mejor que en las anteriores, siguiendo el programa trazado en una reunión celebrada la víspera del encuentro en el hotel María de Molina de Úbeda. Además, teníamos dos temas de peso: la celebración del cincuentenario de nuestras primeras promociones de Oficialía y Maestría y la edición del libro que en abril de 2008 nos propusimos hacer. Este último nos ha permitido mantenernos en contacto a lo largo de este año, durante el cual, nos ha sido posible, además, localizar a nuevos compañeros, profesores y jesuitas, e incluso, hemos iniciado contactos con los compañeros Profesionales de promociones anteriores y posteriores a la nuestra. Gracias a Dios, la familia de los Profesionales va creciendo.

III encuentro.- Convocatoria a los cuarenta compañeros en activo Úbeda 28 y 29 de marzo de 2009 Querido compañero: Aunque no lo parezca, ha transcurrido un año desde que celebramos nuestro II Encuentro en Úbeda. Allí tomamos la decisión de ir preparando un libro colectivo de memorias, cara a la celebración del cincuentenario de la 1ª Promoción de Oficialía para el 2010. Ahora, con objeto de revisar el estado del libro, diseñar la celebración del cincuentenario y pasar unas horas juntos, tan importantes y beneficiosas para nuestros “castigados cuerpos”, nos convocamos para final de marzo, en las fechas arriba señaladas En esta ocasión, asistirán algunos de los compañeros que no pudimos localizar en el pasado Encuentro como son: Álamo, Puentes Alcántara, Parra, Mayenco, Puche, Oliva, Cachinero, Sarria, Gómez Salazar, Lozano y Ortega Sánchez, si su actual enfermedad se lo permite. Dios lo quiera. Os pedimos un esfuerzo para localizar a los aún no contactados: Brazales, Lucena, Vela, Torres Corzo, Torres Vargas, Ruiz Gutiérrez, Pérez Santos, Olivares Córdoba, Bautista I, Cruz Rescalvo, La Paz y Alfredo Ojanguren. Asimismo, os animamos a invitar a compañeros Profesionales de promociones anteriores y a profesores y jesuitas que tengáis localizados. Ha llegado la hora de ampliar la familia de los Profesionales SAFA. Te proponemos el siguiente programa y, a la vez, te pedimos que aportes tus sugerencias al mismo: SÁBADO 10 h: -Recepción y reconocimiento mutuo, si somos capaces. 10,30 h: -Encuentro en un aula del colegio. -Presentación de los nuevos compañeros. -Revisión del libro y entrega de separatas. -Nombramiento de un Comité del Cincuentenario. 14 h: -Comida de hermandad en el restaurante “El Marqués”

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Cap. 11.- Tercer Encuentro en la SAFA de Úbeda

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DOMINGO 10 h: -Encuentro en el aula del colegio, conclusiones y toma de acuerdos. 14 h: -Comida y despedida Por último, te pedimos que hagas de detective para localizar a los que faltan. Si conoces datos de alguno, ponte en comunicación con Francisco Carpio o con Juan López Ruiz Para cuestiones de alojamiento y comidas, contactar con Narciso Garrido Gámez. Como es natural, podéis venir acompañados de los familiares que deseéis. Eso sí, comunicad el número de personas a Narciso Garrido para hacer la reserva en el restaurante y alojamiento. Hasta pronto y suerte.

Comisión del III Encuentro de Profesionales SAFA

D. Bernardo y Sra. departiendo con Mora La víspera Los componentes del Comité de Actos para el III Encuentro, nos habíamos citado el viernes 27, por la tarde, en el Hotel María de Molina, vetusto edificio de planta renacentista como la mayoría de las casas palacio de Úbeda. .

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Cap. 11.- Tercer Encuentro en la SAFA de Úbeda

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La tarde de la recién estrenada primavera se mostraba apagada, plomiza. Sin embargo, la necesidad de celebrar nuestra reunión para ultimar detalles, poner en común el desarrollo de los actos pendientes para sábado y domingo y presentar algunos datos aproximados sobre la edición del libro, ocupaban nuestras aún manejables mentes. A primeras horas de la tarde habían llegado los tres componentes “occidentales” del Comité: Aznar, Bautista II y Chaves. A las siete de la tarde llegábamos los “orientales”: Florido, Rubio y Mora. En recepción, nos confirmaron la presencia también de D. Bernardo y Parra. Ya en el corredor de la segunda planta, se produjeron los primeros saludos y lógicas confusiones. Mora, por ejemplo, creyó que D. Bernardo, con su juvenil apariencia, era el sevillano Oliva. A partir de ahí, Parra y D. Bernardo, acompañados de sus señoras, entraban en la órbita del encuentro, donde inmediatamente empezaron a fluir recuerdos que nos mantuvieron trabados en animada conversación durante unos minutos.

Los campechanos reconocimientos mutuos entre Parra, el Rubio y Florido Para entrar de lleno en el tema que nos traía, decidimos trasladarnos a una mesa en el comedor, donde, de forma más pausada hablamos especialmente de la celebración del cincuentenario. Después de aportar cada uno nuestras ideas, fue Bautista el que, en principio se encargaría de todo el protocolo.

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Cerramos esta reunión con el programa de actuación para los dos días siguientes, se repartieron funciones y nos despedimos. Los orientales teníamos que volver a nuestras moradas en Villacarrillo y Villanueva, donde nos esperaban algunos compromisos familiares. Los que permanecieron en Úbeda, fueron ampliando el grupo con los compañeros que iban llegando al hotel y así pudieron disfrutar de una sosegada y feliz velada recorriendo las tascas del casco antiguo.

Reunión de trabajo donde, “orientales” y “occidentales”, debaten los actos a realizar en la celebración de nuestro Cincuentenario Tras un animado debate, finalmente se acuerda el plan para el día siguiente: 1. Recepción y bienvenida a cargo de Juan López Ruiz. 2. Presentación de los asistentes primerizos. 3. Presentación del borrador del libro y entrega de separatas por Pepe Aznar. 4. Exposición del proyecto para la celebración del Cincuentenario de nuestras promociones de Oficialía y Maestría a cargo de Bautista II La moderación de las diferentes sesiones la ejercerá Pedro Mora. Desarrollo de la primera jornada, sábado 28 de marzo Con exquisita puntualidad y según horario previsto, fueron llegando los “romerosperegrinos” al espléndido patio interior de nuestro colegio que, por cierto, se mantiene tan hermoso e impoluto como cincuenta años atrás. Se sucedieron las mismas escenas del 89 y del 2008, ya narradas en las memorias. Si bien, hay que constatar un notable incremento de la emotividad. Han pasado más años. Para algunos, más de medio siglo ¡Casi ná!.

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Despedida hasta el siguiente encuentro Besos, abrazos y castos apretujones…, risas, sonrisas y algunas lagrimillas -no de llanto, sino destiladas por los estados de emotividad que se van sucediendo con los saludos. Reconocibles, irreconocibles, espera un poco….en realidad, la espera era corta. Un detalle, el inicio de una anécdota o “gesto”… cualquier signo podía rasgar el intangible velo; a continuación, todo sobre ruedas. La máquina del tiempo retrocedía veloz. Huérfanos de aquella disciplina que tanto nos ha ayudado en la vida, así como del silbato del P. Nieto y/o D. Eduardo, nos llevó algo de tiempo entrar y acomodarnos en la muy digna sala de profesores que la Dirección nos ofrece cada año. Ya en ésta, da comienzo el orden de intervenciones acordadas:

Diserta nuestro compañero Pedro Mora

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El primero en hacerlo es nuestro compañero Juan López. Después de dar la bienvenida a todos los asistentes, decide dedicar una oración a nuestros difuntos Jesuitas, profesores y compañeros, cuyos nombres se encargó Pedro Mora de mencionar. En respetuoso silencio y todos en pie, escuchamos las emotivas palabras de López Ruiz. Asimismo nuestra oración y buenos deseos van para los que están atravesando algunos problemillas físicos, (Ortega Sánchez, Martínez López y otros). El Padre Nuestro y Ave María son el mejor obsequio para ellos y el más indicado para la ocasión. Finalmente, Juan dio cuenta de los mensajes aportados por diez de nuestros compañeros con los motivos que habían impedido su asistencia a las jornadas y sus deseos de éxito para los que pudimos asistir. Seguidamente el infatigable, voluntarioso, y “buena gente”, Narciso Garrido, toma la palabra para hablar de números y de intendencia. Todo sincronizado gracias a un ímprobo trabajo y mucho dolor de cabeza, (la suya). Por nuestra parte el más sincero y agradecido abrazo, a modo de recompensa. Se ocupó el año pasado de concertar los alojamientos y las comidas para todos con gran acierto, confiamos en él. Presentación de Profesores y compañeros Como en ocasiones anteriores, estos momentos son los más esperados, los que captan toda nuestra atención e interés. Los “ponentes” gozan de la más respetuosa y atenta audiencia. El corazón y ánimo van al galope, en todos los presentes. En el rostro la más amplia gama de expresiones. Son momentos inolvidables. Después de casi cincuenta años nos vemos con Álamo, Ordóñez, Puentes, Sarria, Parra, Lozano, D. Bernardo y P. Theotonio.

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Los que ya estuvimos el año pasado, disfrutamos del sosiego con que nos dota la experiencia y observamos, con cierta envidia, la agitación emocional a la que se ven sometidos los nuevos. Todos aportan algunos datos biográficos, familiares y profesionales que aquí no reproducimos porque se exponen en el capítulo 8 con mayor extensión. D. Bernardo López Aparicio. Esta es la segunda vez que me reúno con vosotros. La primera fue en mayo del 89, cuando viví dos jornadas estupendas y tuve el placer de acompañar a vuestras esposas mientras celebrabais las reuniones. Ahora, lo que me apetecería es pasar lista como cuando estábamos en clase, pronunciar vuestro nombre e ir reconociendo vuestras caras. Os recuerdo cuando erais unos mocosos, en las clases de dibujo y tecnología. A partir de ahora que cuento con vuestras direcciones, os llamaré cada Navidad, como con otros grupos de Profesionales con los que mantengo un entrañable relación. Entré a la SAFA antes que vosotros, fui inspector y profesor de los Profesionales y estuve muy comprometido, junto al P. Marín, en actividades de apostolado social, cerca de los trabajadores: clases nocturnas gratuitas, cooperativa de consumo, movimientos reivindicativos, etc. Recuerdo, con cierto grado de dolor, algunos enfrentamientos con la Dirección por el trato diferencial que, a veces, se ejercía entre los alumnos de Magisterio y los Profesionales en los comedores. Lo que más recuerdo de vosotros como grupo es que, frente a vuestra condición humilde y vivir el choque inicial con la ciudad y el Colegio, desarrollasteis unas ganas de aprender excepcionales. Asimilasteis a la perfección el espíritu de colaboración, la prioridad del bien común frente al individual, el valor de la responsabilidad y del esfuerzo, y el sentido crítico que os inculcamos.

D. Bernardo durante su emocionante y sentida intervención.

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Como educador, hoy me siento felizmente orgulloso al ver aquel grupo de Profesionales hermanados, celebrando su encuentro con la alegría y la satisfacción de haber cumplido el mandato que la SAFA os propuso: pasar por la vida haciendo el bien. Siempre aprendí de mis alumnos y, aquí y ahora, me estáis dando una hermosa lección de hermandad. Estoy viviendo unos momentos que nunca olvidaré. Veo en vosotros el espíritu de la SAFA, el espíritu cristiano que animó a los fundadores y a los educadores que luchamos con entusiasmo por la realización de aquella magnífica obra.

Diego Álamo Vizcaíno Hoy me siento especialmente feliz porque me he encontrado con todos vosotros y porque tengo la oportunidad de dar gracias a Dios en vuestra presencia por lo mucho que se ha ocupado de mí y de mi familia en el último año. No pude asistir el año pasado porque en esos días me encontraba hospitalizado en fase de diagnóstico. Finalmente, los médicos me dijeron que tenía una masa tumoral en la columna, posiblemente producida tras una caída en la escalera. Después del primer mazazo, incomprensiblemente para los médicos, el tumor ha ido desapareciendo en este último año y hoy me siento bastante recuperado. Os doy las gracias por las muestras de cariño que supisteis transmitir a mi hijo y mi yerno y por los ánimos que me habéis infundido en nuestras conversaciones telefónicas.

Juan López Ordoñez Vine a Úbeda forzado por la situación de convivencia de mis padres. El dolor que como hijo sientes en una experiencia de ese tipo, en mi caso se vio muy recompensada por el calor que encontré aquí. Pasé de una familia en proceso de ruptura a otra acogedora. Los amigos, el cariño de los profesores y la guía y el consuelo que me dio el Padre Gómez, aliviaron mis cargas morales y mi sufrimiento durante los dos años que pasé en el Colegio. Fueron dos años maravillosos. Tal era el ambiente de hermandad que cuando volvíamos de vacaciones nos veíamos felices y contentos por la “vuelta a la normalidad”. En muchos casos, nos sentíamos mejor que en casa.

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Pedro Puentes Alcántara Hoy me siento especialmente feliz entre vosotros. Desde que Pedro Mora me localizó por teléfono hace unos meses, he esperado impaciente la llegada de este día. En todos estos años, solo me pude ver con Isidro Nieto, en Vigo, cuando él andaba haciendo instalaciones en la Citröen; más tarde tuve la suerte de coincidir con Nenito, Narciso y Moya, en Ronda, mientras hacíamos Milicias en Montejaque. A Nenito volví a verlo en el colegio de Andújar, donde ejercía de profesor, y con Pedro Mora nos encontramos en el Colegio de Peritos, en Madrid, en 1.969. Así que llevo cuarenta años sin ver a nadie. Llevo dos años jubilado e incomprensiblemente no me dedico a “la bolsa”. Me gusta visitar los pueblos de Madrid y hablar con la gente. Tengo una maravillosa nieta que me llama “Yeyé” y aunque hablo un poco menos que antes, reconozco que hoy me estoy desquitando.

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Antonio Sarria Carriquí Estoy aquí gracias a Diego Álamo que me explicó lo que estabais haciendo. Nunca esperé que esto que estoy viviendo fuera posible y aún dudo que esté pasando. Vivo en Madrid y estoy jubilado desde los 62 años. Mi vida profesional ha transcurrido en la empresa Barreiros donde he permanecido 42 años. Actualmente compatibilizo la vida familiar con el tenis al que me dedico desde hace 35 años y algunas escapadas que suelo hacer a los entrenamientos del Real Madrid. Tengo dos nietos que me llenan plenamente y dominan parte de mi felicidad.

Juan Luis Parra Cabrera Hace tres meses recibí una llamada de alguien de la SAFA, me extrañó que después de tanto tiempo alguien del Colegio diera conmigo. El comunicante resultó ser Pedro Mora que me puso al corriente de estos encuentros. Desde entonces he estado esperando con impaciencia la llegada de este momento y me encuentro muy feliz. Salí del Colegio al terminar 2º de Oficialía. Mi familia se había trasladado a Barcelona y no tuve más remedio que emprender mi vida profesional desde esa situación. Trabajé de electricista y tabernero, después me marqué un punto de inflexión como si quisiera someterme a un ensayo de dureza y elegí la ocupación más ingrata: vendedor de libros. Al poco tiempo, había superado la prueba y perdió interés para mí: ganaba el dinero bastante fácil y llegó a aburrirme. A continuación inicié una nueva actividad, un nuevo reto: el tratamiento de residuos tóxicos industriales. He montado varias empresas y he promocionado a otros para que hicieran lo mismo. Ahora, felizmente jubilado colaboro en varias asociaciones, entre otras con la casa de Úbeda en Barcelona.

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Antonio Lozano López Me incorporé a Úbeda en 1º de Profesionales, en 1956 procedente del Internado de Villanueva, de manera que arrastraba cierta experiencia en el modo de vida del internado. Sin embargo, las vivencias en Úbeda, sea porque teníamos unos años más, sea porque el ambiente era más tolerante y respetuoso, porque los cursos eran más numerosos y plurales, la verdad es que nos dejó una huella, en positivo, imborrable. Al terminar en junio de 1960, trabajé dos meses como Maestro de Taller en Villanueva y en enero ingresé en Santana hasta noviembre de 1961 que decidí marcharme a Barcelona donde tenía familia. Allí contacté con nuestros compañeros del Sol, Ortega y Mayenco, me casé en 1970 y al año siguiente tuvimos nuestro primer y único hijo. A los veinte años regresé a Jaén donde continuo viviendo. Actualmente soy Presidente de la Asociación Vecinal del Centro Histórico de Jaén “Arco del Consuelo” y me siento especialmente feliz al encontrarme con muchos de vosotros después de 49 años.

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Cap. 11.- Tercer Encuentro en la SAFA de Úbeda

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Vicente Theotonio Cáceres S.J. El pasado noviembre viví la grata sorpresa de una visita en nuestra residencia de Córdoba por parte de Juan López y Pedro Mora. Ellos me pusieron al corriente de vuestro proyecto y de esta reunión. Confieso que aunque me resultó algo sorprendente a la vez que muy gratificante, nunca pude imaginar lo que hoy estoy viviendo aquí. Sois auténticos pioneros en esta experiencia. Volvéis, ya casi en la tercera edad, a revisar toda la vida y a soñar con lo que vivisteis aquí ¡es para mí un fenómeno único en La SAFA! Es la Gracia de Dios. Aquí vivisteis algo tan especial, que os hermanó, por lo que veo, para siempre. Cuajó una convivencia que permanece viva después de 50 años y eso es algo insólito. Mis recuerdos de aquella época me llevan a una estancia feliz. No recuerdo ninguna enemistad, el ambiente de relación con los seglares, ahora se dice laicos, era excelente. Doy gracias a Dios por mi experiencia en La SAFA porque fue cariñosa, serena y la tengo viva en el fondo de mi alma. Nunca percibí rechazo por vuestra parte a la actividad religiosa. A pesar de su intensidad, la vivisteis pacíficamente. Os contaré un ejemplo de respeto mutuo: conocí aquí a uno que a pesar de pertenecer al Partido Comunista, asistía con regularidad a las misas, aunque no comulgaba. Luego, más tarde, cuando llegó la transición política, vino a verme a Córdoba y me invitó a entrar en el partido. Tras mi natural negativa, continuamos siendo amigos.

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Presentación del libro y reparto de separatas Pedro Mora

Estos fueron los objetivos fundamentales que hace un año nos propusimos con la confección de nuestro libro: a) Facilitar el contacto continuado entre el grupo y darnos a conocer nuestras propias vidas. b) Aportar a la historia de la SAFA los frutos de la formación de un reducido grupo de Profesionales y la proyección en la vida real de un genuino estilo de formación en unos chavales de los años cincuenta. c) Dar a conocer a la Comunidad de la SAFA que los Profesionales también existimos. Es cierto que hoy funciona perfectamente, y ello nos complace, una asociación de AA.AA. de Magisterio, pero no es menos cierto que lo han tenido muy fácil, entre otras razones, porque se han podido quedar en casa, es decir, que han sido “centrípetos”. Y existe una lógica razón de número: mientras una promoción de Magisterio terminaba con seis alumnos, la de Profesionales acababa con cuarenta, así que la mayoría nos veíamos “centrifugados” hacia otras regiones y otros países. Por tanto, los propósitos iniciales del Padre Bermudo en el sentido de que el centro de Úbeda debería ser el que preparara a los futuros profesores de Primaria y Profesional, se cumplieron solo parcialmente. d) Animar a otros grupos a que aporten su experiencia. De este modo, con el tiempo, alguien podrá componer el mosaico de la Formación Profesional en la SAFA y extraer las valoraciones diferenciales pertinentes. Se haría justicia a la labor de un grupo sensacional de jesuitas y profesores de inspiración cristiana que volcaron su vida en una causa trascendente en su época.

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José Aznar, informa sobre los trabajos realizados: “Contamos con quinientas páginas en este primer borrador y faltan aún entre 150 y 200 más. El trabajo realizado hasta la fecha, que debe merecer la aprobación de los presentes, nos da una idea de que el proyecto-sueño, va tomando forma y contenido en línea con lo proyectado. Hasta ahora, para mi sorpresa, hemos logrado coordinarnos a pesar del gran número de intervinientes. Si de hecho ya es algo complicado el proponerse uno solo escribir un libro, imagínense hacerlo entre unos pocos y cada uno en un lugar distinto de la península. Complicada comunicación para remitir documentos, coordinar y unificar criterios y lograr uniformidad en el trabajo, solo se consigue con un grupo de personas como este. La verdad es que me lo ponen fácil. Hemos podido comprobar la reacción de sorpresa que han mostrado nuestros profesores D. Jaime, D. Bernardo y Padre Theotonio al vernos tan unidos después de 50 años. Pueden estar tranquilos porque nosotros también nos hacemos las mismas preguntas. Posiblemente nosotros estemos hechos de nobles materias primas, pero fuisteis vosotros, queridos profesores y jesuitas, los que con vuestro buen hacer y vuestra infinita paciencia y bondad, tallasteis nuestra personalidad y nos formasteis en valores. Esa valiosa formación es la que nos une. Nos corresponde ahora tomar postura para la edición: formato, impresión en cuatricromía o en negro, calidad del papel y encuadernación”. Se abre un turno de intervenciones. Mora informa sobre una imprenta de Úbeda que anticipa un precio aproximado de 10€ para 500 libros de 500 páginas, editado en blanco y negro. Antonio Sáez y Parra proponen una edición de mayor categoría y en color. El núcleo de la argumentación es: se trata de nuestro libro, un libro de recuerdos hecho por nosotros, para nosotros y nuestras familias que recoge prácticamente nuestras vidas, no debemos escatimar. Los razonamientos calan y se adoptan por todos. Se delega en Pepe Aznar para avanzar en las gestiones de la edición. Finalmente, tras revisar los contenidos del libro, capítulo a capítulo, hizo hincapié en el material que falta, como son las biografías de algunos y las de prácticamente todos los jesuitas y profesores. Pidió un último esfuerzo a todos y terminó mostrando su satisfacción por los resultados.

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Celebración de los Cincuentenarios de Oficialía y Maestría Pepe Bautista II nos presenta un ramillete de ideas para tan importante celebración e invita a todos a que hagan su aportación. Sugiere que la SAFA puede implicarse en el acontecimiento y, en base a esta idea, finalmente se nombra un comité formado por Rafa Gómez, Narciso Garrido, Manuel Sáez Puerma y el propio Bautista para que vayan avanzando gestiones con la Dirección. Tras un animado debate, Bautista II, resumió las siguientes propuestas:

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Presentación del libro “Nuestra SAFA” Entregar a la SAFA una placa conmemorativa. Realizar un vídeo de los sucesivos encuentros.

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- Hacer un cartel oficial de los dos cincuentenarios. - Celebrar el acto en la SAFA un viernes de junio de 2.010 para tener una convivencia con actuales alumnos de FP. - Hacer una exposición con fotos, libros, cuadernos y trabajos nuestros que reflejen cómo era nuestra FP. - Convocar a las autoridades civiles y docentes de FP de Úbeda, centros de la SAFA y AA.AA. de Magisterio y FP. - Convocar a los medios de comunicación. Durante su intervención, aparece en la sala un equipo de la Televisión Local y ejerce de portavoz del grupo explicando detalladamente los motivos del acto. Días después, el periódico de Jaén “VIVA” publicó la noticia del III Encuentro. Comida de hermandad en el restaurante “El Marqués” Tras la encorsetada sesión matinal llegó la expansión y la discrecionalidad. La cordial comida en “El Marqués” vale para desatar las emociones y los intercambios de pareceres. A media comida, Rafa procede a la lectura de un brillante panegírico a favor de las mujeres presentes y poco más tarde empiezan los cánticos de nuestras viejas canciones, los brindis y los vivas a la SAFA y a los Profesionales. Terminamos cantando el himno de la SAFA con la antigua letra que aún recordábamos. La nueva letra que Rafa nos había repartido fue seguida por unos pocos.

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…cantamos canciones y popurrís de nuestros tiempos en el colegio…

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Asistentes al III Encuentro

A. Lozano, F. Carpio, Sáez Puerma, P. Mora, S. Cervera, A. Garrido, N. Garrido, P. Theotonio, S. González, R. Gómez, P. Puentes, Sáez Lanzas, Moreno Barrera, D. Álamo, JL. Parra, A. Sarria, J. Chaves, Casiano, M. Florido, D. Bernardo, G. Bautista, López Ruiz, J. Aznar, L. Ordóñez, D. Jaime, M. Toral y J. M. Hurtado.

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Nuestra SAFA Juan Luis Parra Cabrera

Días atrás llegué a casa y encontré la sorprendente noticia de que un compañero de colegio había localizado mi número de teléfono y quería contactar conmigo. Después de cuarenta y nueve años de caminar alejándome de la adolescencia, de repente, sin planteamiento previo, sentí el grito de la memoria de juventud y empezó el ensueño. Hablé con Pedro Mora, que me envió fotos, listados y crónicas de los encuentros anteriores. Tuve un encuentro con Florido en Barcelona. Viajé a Huelva y visité a Miguel Toral, compañero de sueños infantiles. Conté los días y las horas que faltaban para volver a Úbeda y reencontrarme con los amigos y compañeros de estudios, trabajos, juegos y proyectos de futuro. Y llegó el momento esperado. Me desplacé a Úbeda el día 26 y esa misma tarde pude verme con Pepe Hurtado-miembro de L.A.O.C.A.- ¡Cuantos años alejados¡ Ni él ni yo nos parecemos a los amigos adolescentes que se separaron hace cincuenta años pero, misterios de la naturaleza, nuestros corazones se mostraron tal cual eran y la conversación discurrió abierta y llana como si tuviésemos catorce años. Al día siguiente empezaron a llegar al hotel María de Molina algunos desplazados desde diferentes puntos de España, entre ellos Don Bernardo ¡Buena gestión la de Narciso! El tan esperado encuentro, comenzó en el alojamiento para el grupo de avanzadilla.

Úbeda, hotel María de Molina.- Parra y Bautista con sus señoras; al fondo D. Bernardo

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“Tabla Redonda” donde se vienen reuniendo los gloriosos Caballeros de la SAFA Por fin, al día siguiente, fecha marcada para el Encuentro, nos reunimos en el colegio de la SAFA y tras las presentaciones e identificaciones necesarias, pasamos a una sala con mesa ovalada donde los pioneros-organizadores expusieron las conclusiones de la reunión del pasado año, explicaron el proyecto del libro de nuestro curso e invitaron a los nuevos asistentes a presentar una síntesis de sus trayectorias vitales. Luego nos desplazamos al restaurante del Marqués, donde Narciso había concertado la comida de hermandad, para degustar la cocina ubetense, regocijarnos con recuerdos y anécdotas, cantar, brindar por los Profesionales y darnos un verdadero baño de felicidad. A la noche, reunidos en grupos, fuimos de cañas y tapas continuando con el ambiente de camaradería juvenil que luego nos proporcionó dulces sueños.

Paseo nocturno por las calles de Úbeda

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Al día siguiente, domingo, volvimos a reunirnos para tratar sobre el encuentro del año próximo que coincide con el cincuenta aniversario del fin de estudios. Se propuso la presentación del Libro, para lo cual se comentó la forma de componerlo, el formato, la impresión, el número de ejemplares y las aportaciones económicas para sufragarlo. El amigo Aznar tomó el compromiso de continuar con la maquetación; Rafa y Mora se comprometieron a buscar el taller de impresión más conveniente y así, unos y otros fuimos repartiéndonos las tareas menores, entre las que cabe destacar la búsqueda de los no localizados.

Después de Misa fuimos de nuevo al Restaurante del Marqués, dónde celebramos la comida – fin de fiesta -, si bien algunos ya habían marchado por razones de distancia, combinaciones de transporte u otras. Mi más entrañable amigo y compañero Salvador González se tuvo que marchar el sábado por la tarde. A propósito de Salvador he de mencionar que en el colegio le apodamos El Moro y con su sorna de granaino sacó la mayoría de apodos, como por ejemplo: Coturnos (abrv. Cotur), Un Per Galoche (abrv. Perga), Culombio (abrv. Culom), Biscuter, El Cuervo, El Böches y otros. Cuándo nos estábamos identificando en la puerta del cole, me dirigí a Salvador sin saber seguro de que fuese él y le dije que estaba buscando al más entrañable de mis amigos, un chico de Granada que, por su tez morena, le llamábamos El Moro, a lo que me contestó: A lo mejor soy yo. Otra gran sorpresa fue el encuentro con don Bernardo; cuando me dijo quién era, le giré la cabeza y al ver la melena dije: ¡hombre don Leonardo! Y entonces le confesé que en clase le llamábamos así por su melena. ¡Qué curioso!, lo que otrora hubiera sido una confesión merecedora de castigo, el tiempo la convirtió en una anécdota graciosa.

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Luego le recordé una trastada que le hizo a Pepe Hurtado y no se acordaba; resulta que un día que habíamos salido a pasear al pueblo, íbamos Hurtado, otro que no me acuerdo y yo fumando y vimos venir a don Bernardo, el otro y yo tiramos los cigarrillos pero Hurtado ahuecó la mano y se la metió en el bolsillo del pantalón. Lo malo es que el cruce no se limitó a un adiós, sino que don Bernardo estuvo dándonos conversación hasta que, después de varios cambios de color de la cara de Hurtado, dijo: sácate el cigarrillo del bolsillo que ya te estás quemando. López Ruiz-El Rubio- era un verdadero trasto, bromista e indisciplinado pero con un corazón de oro, noble y leal como muy pocos. En la reunión dijo que se ha transformado gracias al amor de su esposa y no dudo que este sea un gran amor pero, amigo Juan, para amar no sólo hay que tener capacidad sino que también hay que encontrar el objeto digno merecedor de ese gran amor. Tú ya eras así desde niño pero los niños son juguetones y los adultos no. Carpio Gómez sigue siendo tan tímido y discreto como entonces, sólo que en un hombre de nuestra edad, este es un valor añadido porque conservar durante cincuenta años de vida, de lucha, de desengaños y afanes ese candor juvenil es un verdadero tesoro. No cambies. Mora Figueroa fue y sigue siendo un líder, luchador, seguro de sí, observador detallista, con inquietud por el saber. Desde entonces quiso ser y es un gran hombre. Me enorgullezco de ser tu amigo. García Bautista II era demasiado serio para nuestra edad de entonces, pero ahora que ya tiene la edad apropiada, esa seriedad refuerza su personalidad e impone respeto, ¡qué suerte tienen sus alumnos!, docentes como él ya no quedan y cuando tengan que luchar para abrirse paso en la vida, estoy seguro, se acordarán de él como modelo a seguir. Si es cierto que estamos aprendiendo hasta la muerte, yo quiero profesores como tú. De todos los asistentes, los que a mi entender conservan su fisonomía más parecida a la de aquellos tiempos, son Sarria, Aznar, Florido, Salvador, Carpio, Garrido Romero y sobretodo don Bernardo.

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¡Ah, don Bernardo! En los tiempos en que pronunciar la palabra libertad te acarreaba una paliza y hasta la cárcel. Cuando reunirse para cualquier cosa, como cantar en un coro, precisaba de un permiso gubernativo. Cuando reivindicar los derechos te hacía sospechoso de comunismo o masonería. En esos tiempos don Bernardo organizaba grupos juveniles con un claro objetivo de lucha por la justicia social. Ahora son muchísimos los que se apuntan al carro, pero él fue uno de los pocos que arrimaron el hombro para sacar el carro del atolladero. Por su valentía, honradez y su compromiso social….¡Gracias don Bernardo! Ahora lamento muchísimo no haber ejercitado la memoria porque veo compañeros como Aznar, Narciso, Rafa, Puentes, Chaves, Puerma, López Ordóñez, CARPIO sí, con todas en mayúscula, los veo y siento una corriente de simpatía rayando la fraternidad, pero soy incapaz de recordar todo aquello que vivimos juntos, que nos hermanó. Asistieron a este encuentro dos profesores a los que no tuve la oportunidad de conocer ya que dejé el colegio antes de que ellos se incorporasen. Don Agustín y el padre Theotonio, que en sus breves intervenciones dieron sobradas muestras de pertenecer a la misma familia SAFA. Llamó particularmente mi atención su moderación, su espíritu de compañerismo y su sencillez sin asomo de paternalismo ni pretensiones de protagonismo ¿Por qué un comportamiento educado, sencillo y natural llama la atención?

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… Aquellos hombres con los que han compartido las más variadas experiencias… Nos movemos en una sociedad de estúpidos pavos reales, donde personas como ellos son difíciles de encontrar. Espero poder encontrarme con frecuencia con ellos en próximas reuniones. No me he olvidado de las señoras que asistieron a nuestro encuentro como madres que van a ver la representación de los Pastores donde actúan sus niños. ¡Qué ilusión en sus miradas! ¡Qué alegría en sus corazones! Aquellos hombres con los que han compartido las más variadas experiencias y a los que conocieron cuando ya eran jóvenes adultos, hoy se han transformado en adolescentes bromistas y dicharacheros que ríen con sus niñerías y lloran con sus recuerdos. Ellas contemplaban desde la platea esta representación de una época de nuestras vidas que marcó para siempre el carácter de los hombres capaces de enamorarlas. Y así con el corazón lleno de alegría y la vista puesta en el próximo encuentro, nos dimos sendos abrazos y nos citamos hasta el año que viene.

… y a los que conocieron cuando ya eran jóvenes adultos,…

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La síntesis de mi alma Eché de menos la llave que abriera los dormitorios, donde después del ajetreo, nos envolvíamos en mil abalorios y nos reducía Morfeo.

Eché de menos una llave que abriera los pasillos, para recorrer esos lugares de cuando éramos chiquillos de cuando éramos chavales. Eché de menos la llave que nos abriese las aulas, para rellenar las mochilas que cargamos a la espalda para emprender toda una vida. Vi cerrada la puerta de nuestros recreos y campos, donde con el balón en los pies, para un lado unos cuantos y otros tantos al revés Eché de menos un tiempo y tantos años perdidos, pues añorándonos tanto, hay que estar un poco idos y no salgo de mi espanto. Imagino a cada uno bajo un cielo haciendo lo que nos enseñaron, correr, trabajar, caerse, levantarse mientras, nuestras vidas pasaran y nuestro yo sin enterarse. Eché de menos una llave que abriera los comedores, en los que personal y monjas con poco hacían primores, aún sin recibir lisonjas.

Eché de menos la llave que nos abriese la puerta para a nuestro Señor visitar porque siempre estuvo abierta y no la debieran cerrar.

Eché de menos a los muertos y me sentí engañado, pues creo que en muchos aspectos, se nos han adelantado y con Dios son más perfectos.

Esculpida nuestra iglesia llevo en mi corazón, siempre viviente, pues modeló nuestras almas, porque nuestra voluntad y mente, se forjaron en las aulas.

No encontré aquellas manos que apretaron esos lazos, que al colegio nos ataron y deudos estamos de abrazos, para todos los que nos dejaron.

Eché de menos la llave en especial de esa puerta, de la “Cripta” que en mi alma permanece viva y no muerta, en la tempestad y en la calma.

A los que venir no pudieron por variados impedimentos, que de sus obstáculos pido para los próximos eventos, el Señor los haya redimido. Eché de menos la llave maestra madre de todos ¡María! que ante cualquier hijo enfermo con sacrificio, paciencia y gallardía, derrama su amor eterno.

Eché de menos orar ante Villoslada y Gómez, éste espiritual, aquel fundador y que ensamblaron nuestros goznes, a cual de los dos mejor. Eché de menos a los curas nuestros “Padres Jesuitas”, que nos reprendían con rigor, si lo requerían nuestra cuitas y nos aderezaban con amor. No abrimos los candados para renovar las cadenas, que tan fuerte nos ataron de libertad sin cadenas a todos los que nos educaron. Añoré aquellos profesores ejemplo de sacrificio y altruismo más de lo que sabían enseñaban, hasta aprendían ellos mismos y lo poco que ganaban.

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Eché de menos a “Nuestro Dios”, que a mi entornada alma, abriera de par en par, para suplicarle con calma pleno en la remisión final. Eché de menos llorar, y para otra vez con ilusión, las guardé en mi interior, pues las lágrimas del corazón son del calor del amor. Pedro Puentes Alcántara


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Desde la Aurora Boreal al Crepúsculo Vespertino El día de nuestra Aurora Boreal, salió el sol con incipientes, relucientes e infinitos rayos, que cual crin de dorado corcel, al viento, nos invita a cabalgar. Cada uno de nosotros montó en un rayo de ese sol, en el que iba a recorrer su camino. Subidos en él, ondeamos la bandera de nuestra preparada juventud y cabalgamos hacia nuestro futuro, al que ansiábamos ancho, largo y venturoso. Al aproximarnos al final de nuestros caminos, no nos precipitamos vertiginosamente en los abismos, no nos perdimos en la deriva por el espacio infinito, porque sabiamente nuestro sol disminuyó progresivamente la intensidad de su luz, se retiró a descansar de su largo viaje y dio paso a nuestro Crepúsculo Vespertino que nos recondujo a la serenidad y la calma de nuestra base de partida, nuestro colegio “La Sagrada Familia”. A la hora de la despedida del último encuentro, (primero para mí) marzo 2009, sentí un raro desasosiego en mi interior, una especie de depresión que creaba un vacío total y las lágrimas se asomaron a mis ojos. Por unos instantes me visitaron viejos y tristes recuerdos, aquella despedida de hace cuarenta y nueve años. Entonces nos enervaba la ilusión de la juventud, el conocer el mundo, el futuro y lo que nos reservaba, pero ahora a la vuelta, ¿porqué sufrir otra vez ese sentimiento triste y nostálgico de pérdida de algo, una parte muy importante que consideras tuya? Me faltó coraje para llorar y no pude soltar tal cúmulo de lágrimas embalsadas durante tantos años. Llevaba tiempo ilusionado con la idea de ver a mis compañeros, amigos y hermanos de niños y adolescencia del colegio. Sentí una gran alegría al veros y estar con vosotros el demasiado poco tiempo que pasamos juntos, no obstante al reconocernos unos y tener que identificarnos otros, recordé la letra de aquel tango: “Sentir que es un soplo la vida, que veinte años no es nada…” Yo diría que cincuenta años son dos veces y media nada. Allí estábamos con nuestras esposas, la mayoría, representábamos con matices similares, éramos el cálido resultado del paso rápido y fugaz de la vida sobre nosotros, éramos la misma vida. Un día salimos de “Nuestro Colegio”, cada uno por su vereda hasta nuestro rayo de sol, nos alejamos de nuestro epicentro religioso, moral, cultural y humano. Al volver de hacer nuestros caminos, estamos seguros de haber hecho realidad los versos de Machado. “…Caminante no hay camino, se hace camino al andar”. Partiendo de nuestro mencionado epicentro, nuestros caminos han sido divergentes-convergentes, pues después de abrirnos al universo de nuestro mundo, hemos vuelto a nuestro punto de partida.

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En geometría hablando de líneas (dos o más) no es posible la divergencia si nacen convergentes, pero considerando los valores humanos, considerando la mente y la voluntad modeladas por nuestros educadores, si hay un núcleo que nos atrae, si está Nuestro Dios y Nuestra Virgen, si hay una gran fuerza interna, si se quiere mucho lo que se dejó y a los que se dejaron, todo esto y mucho más, aunque todo haya estado soñoliento algún tiempo y en la distancia, y por esa misma razón estuvimos, estamos y estaremos siempre juntos y nos llevamos en el corazón. Os quiero.

Pedro Puentes Alcántara Madrid

La crónica III Encuentro (enviada a todos pocos días después) En esta ocasión, nos hemos reunido 23 AA. AA Profesionales. Como el año pasado, nos han acompañado Casiano y D. Jaime Roselló. Nuestro grupo se ha enriquecido con la incorporación del Padre Theotonio, que, junto con el Padre Nieto, fueron inspectores de nuestros compañeros durante sus dos años de Maestría. También con Don Bernardo López “uno de los nuestros” que desde 1.951 estuvo con los Profesionales desempeñando también las funciones de inspector y profesor de asignaturas como Tecnología, Dibujo, Física y Religión De los 25 que asistimos el año pasado al II Encuentro, 17 hemos repetido y 8 han excusado su no asistencia por diversos motivos. A este III Encuentro se han incorporado 6 nuevos compañeros: Diego Álamo Vizcaíno, Juan López Ordóñez, Antonio Lozano López, Juan L. Parra Cabrera, Pedro Puentes Alcántara y Antonio Sarria Carriquí. La sesión comenzó con una oración por los compañeros, profesores y jesuitas fallecidos y los compañeros que lo están pasando mal de salud como José Ortega. A continuación, los seis nuevos, D. Bernardo y el P. Theotonio hicieron una breve exposición de lo que han sido sus vidas desde que nos separamos en 1.960 y cómo ven ahora aquella experiencia. Resultaron especialmente sentidas y emocionantes las intervenciones de D. Bernardo y del P. Theotonio, que mostraron su admiración al ver cómo después de 50 años aparecemos hermanados y animados por la noble causa de sacar a la luz la experiencia de los Profesionales de la SAFA.

Asuntos tratados: 1.- Grupo de Profesionales Tras revisar la lista de los 58, tomamos el acuerdo de localizar a los 7 con los que aún no hemos contactado. Asimismo, acordamos localizar a los compañeros de cursos anteriores y posteriores con el objetivo de ampliar la familia de los Profesionales SAFA.

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2.- Libro Se presentó el borrador del libro que estamos confeccionando “Nuestra SAFA” y que va por 400 páginas. Faltan aún la mitad de biografías de alumnos, unas 16 biografías de profesores y jesuitas, y el capítulo 11 cuyo contenido será la crónica del III Encuentro y la preparación del Cincuentenario de la Primera Promoción de Oficialía y Maestría. Se decidió cerrar el libro el próximo 30 de junio para iniciar el proceso de edición. En este sentido, se recuerda a los que deseen que su biografía figure en el libro, deben ponerse en contacto con Pedro Mora, antes del 15 de junio próximo. Respecto a la edición, se nombró coordinador a Pepe Aznar quien irá pidiendo presupuestos para un volumen de las siguientes características: Tamaño: DIN A-4, aprox.; 500 páginas (50% color y 50% b/n); papel: 100gr. Encuadernación: Cosido; tapas duras y cubierta suelta en cuatricromía. Nº ejemplares: Precio para 200, 300, 400 y 500.

3.- Cincuentenario de las primeras promociones de Oficialía y Maestría

Para hacer las primeras prospecciones ante la SAFA e ir definiendo los contenidos y viabilidad de la celebración, se nombró, por su proximidad a la actual Dirección de la SAFA, a los siguientes compañeros: García Bautista II, Narciso Garrido, Rafael Gómez y Sáez Puerma. Ellos van a elaborar un plan que nos harán llegar con suficiente tiempo para que podamos hacer nuestras aportaciones. La coordinación del equipo, será ejercida por Bautista II. Hasta Pronto. Epístola de Pedro a los “Profesionalisafenses”

Sáez Puerma con García Mauriño en el homenaje al Padre Bermudo en Sevilla

“Hermanos: Hemos vivido dos encuentros sensacionales. Hemos gozado con imborrables brotes de sentimientos. Hemos sentido la feliz regresión a nuestros años de juventud. Hemos experimentado, en fin, el bien terapéutico de la alegría y la felicidad. Pero os recuerdo que somos unos vejetes fuertes, activos y responsables que hemos contraído el compromiso de hacer un buen libro y que no disponemos de mucho tiempo.

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Cuando hace un mes Pepe Aznar, el de la Vieja Gades del Sur, apareció con el “cacho-borrador” del libro, os confieso que no me lo creía. Me parecía increíble que unos aficionados ilusos hubiésemos llegado hasta ahí. Don Bernardo y Theotonio vieron el perfil del espíritu que habita en nuestro grupo. Así que tenemos que aprovechar nuestra buena racha y andar el resto del camino. Aznar y yo hemos cambiado impresiones sobre cómo rematar la jugada y os propongo el siguiente plan provisional, a la espera de vuestras observaciones. Dentro de unos diez días lo pasaremos a definitivo”.

Plan provisional para la finalización del libro “Nuestra SAFA” 1.- Borrador actual ( borrador 1º) Su estado es el siguiente: - Caps. 1,2,3,4 y 5.- Los está revisando Don Bernardo. Seguro que aportará precisiones sobre los acontecimientos de aquellos años que nosotros no vivimos o no supimos ver. - Cap. 6.- Pepe Chaves ha terminado el manuscrito en la marea de abril. Ahora, Aznar se lo irá pasando al ordenador y hará el maquetado. - Cap.7.- Solo tenemos las biografías de D. Benjamín, D. Jaime y los Padres Mendoza, Gómez, Nieto y Theotonio. - Cap. 8.- Tenemos solo 22. Tendríamos que hacer también las biografías de los fallecidos (ya está hecha la de Pepe Barrera). - Cap. 11.- Puesto que el cap. 10 dedicado al II Encuentro se lo merendó enterito Pepe Aznar, creo que la crónica del III Encuentro, cuya coordinación se le encargó “democráticamente” a Pepe Bautista deberíamos compartirla para que pueda dedicarle más al Cincuentenario. Él nos dirá qué piensa al respecto. Aznar está actualizando este primer borrador en fotos, tamaño de página etc. Esto significa que para San Isidro, deberíamos empezar a pasarle las correcciones definitivas de lo que ya tenemos escrito y los nuevos trabajos para que vaya confeccionando el borrador 2º. Éste deberíamos tenerlo listo hacia el 15 de julio. Para esa fecha, Pepe Aznar nos lo debe mandar en disco para hacer la última lectura y correcciones; esta lectura última la hará alguien más que “esté limpio”, es decir, que no haya intervenido en la redacción y así pueda hacer una lectura más crítica y objetiva.

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Cap. 11.- Tercer Encuentro en la SAFA de Úbeda

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En agosto/septiembre, tenemos que reunirnos para “cerrar el libro” y entregarlo a imprenta. 2.-Edición Pepe Aznar tiene un primer presupuesto que os adjunto para que hagáis vuestros comentarios. Estamos esperando otro de la imprenta Minerva de Úbeda. Como podréis valorar, la cosa está apretada en cuanto a plazos y no nos podemos dormir. Ya sé que estas epístolas “duelen” como decía el clásico D. Eduardo, pero debemos afrontar la realidad. Luego vendrá la fase de disfrute por el trabajo bien hecho. Si omito algo importante ya lo corregiréis con vuestros comentarios. Un abrazo y hasta dentro de diez días.

P. Mora

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Epílogo

Epílogo Llegamos al final del libro cuando nuestros depósitos de energía, ilusión y compromiso, se aproximan al nivel de reserva. Han sido dos años de idas y venidas, encuentros, cartas, correos electrónicos y llamadas telefónicas. Las dificultades están para superarlas y nos educaron para el esfuerzo y la perseverancia. De manera que no teníamos escapatoria: el libro debería terminarse para la celebración del cincuentenario de nuestra promoción y ya empezamos a saborear la satisfacción que produce el trabajo acabado. El grado de calidad del libro deberán calificarlo personas que no hayan intervenido, porque los que hemos trabajado en su confección, permanentemente nos hemos visto enredados en las lianas de los recuerdos vividos, atrapados en edenes emocionales donde la subjetividad campa por sus respetos. No nos hemos divertido tejiendo los contenidos del libro, sino que hemos gozado con lo bueno, con lo gratificante y hemos sufrido cuando nos veíamos obligados a tratar los recuerdos de los que ya no están entre nosotros: compañeros, profesores o jesuitas. En más de una ocasión se nos ha puesto el nudo en la garganta. Nos hubiese gustado presentar unas biografías más completas de los profesores, jesuitas y compañeros que murieron, pero no ha sido posible encontrar más información y, en algunos casos, las familias no han considerado oportuno participar en este trabajo; nuestro sincero respeto por una decisión que comprendemos. Pusimos ilusión desde el principio en reproducir lo más fielmente posible las trayectorias por los diferentes cursos (asignaturas, profesores, libros), pero cuando empezamos a recomponer el puzzle, sorprendentemente tuvimos que reconocer que nuestras memorias habían quedado bastante perjudicadas en ese aspecto: recordar cualquier asignatura de 2º de Oficialía y asociar a ella el libro y el profesor ha constituido nuestro hándicap, asunto que nos deja un poco tocados, como autores accidentales. Nos sentimos muy satisfechos del capítulo 8 porque ahí tenemos el trabajo de todos. Cuando seamos viejos, seguro que tendremos nuestro libro a mano y al evocar el más mínimo recuerdo de la adolescencia, bromas que el cerebro te gasta a esas edades, nos gustará hojearlo y pasar un rato agradable leyendo lo que hizo en su vida este o aquel compañero, amigo y hermano. Solo por esos momentos, el libro habrá merecido la pena.

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Nuestra SAFA

Epílogo

¿Y qué decir de los nietos cuando lean las arcaicas maneras de estudiar que practicaban sus abuelos y bajo la, tan inflexible disciplina de aquel internado? hasta les puede influir positivamente. Hemos tenido la suerte de contar con el apoyo y la ayuda de tres profesores: Don Bernardo López, con el que entramos en contacto como inspector y profesor en los años 55 a 58. Él nos ha sabido mostrar aquellos años de compromiso de la familia SAFA, una familia numerosa compuesta, no solo por jesuitas, sino por muchos seglares que actuando como benefactores, empleados o profesores, sentían hondamente la Institución y vivían para su causa, a veces, soportando situaciones de sacrificios personales extremos. Don Jaime Roselló, tutor en lo tecnológico y en lo personal de nuestros compañeros mecánicos desde 1959, continúa sin tener claro si fue profesor o compañero. Es posible que el impacto de ser los primeros alumnos lo mantenga hermanado a nosotros de por vida. Padre Theotonio, inspector durante los dos años de Maestría, se sorprende mucho al vernos tan frescos, tan naturales, tan hermanados después de cincuenta años ¿y qué podía esperar si él es uno de los culpables? Solo nos queda esperar el día de la primavera de 2010 en que nos volvamos a reunir en nuestra SAFA para celebrar el Cincuentenario de nuestras promociones de Oficialía y Maestría, repartirnos nuestro libro y gozar de los bellos momentos, junto a nuestras mujeres que, poco a poco, se van integrando en la causa. A partir de ahora que hable el libro. Cada vez que lo tengamos en las manos, sus páginas se convertirán en el espejo donde veremos reflejadas una de las experiencias más hermosas de nuestras sencillas y humildes vidas. Seguro que sabrá dosificar la magia necesaria para hacernos felices en esos momentos ¡que hable el libro!

A.Garrido

F. Carpio

D. Álamo

J. Áznar

G. Perea

C. Gómez S. González A. Ibáñez A. Jiménez J. Jurado D. Bernardo L. Ordóñez L. Ruiz

M. Barrera J. Ortega

J.L.Parra

V. Perales P. Puentes

J. Ruiz G. A. Sáez L. M. Sáez P. S. Cervera

A. Sarria

M. Toral

A. Lozano A. Martínez Mayenco

M. Reina

J. Chaves M. Florido G. Molina Bautista I Bautista II

P. Mora

D. Jaime

P. Theotonio

El equipo de redacción

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Nuestra SAFA

Epílogo

“Yo soy el libro”

No es usual que los autores otorguen personalidad a sus propios libros, pero en este caso, ya que los míos me invitan a expresar mi parecer, pues, con gran orgullo así lo hago. “Nací como idea, como emocionada intención, allá por noviembre de 2007, pero fue en los primeros días de abril de 2008, en Úbeda, cuando los veinticinco Profesionales que allí concurrieron, bajo un estado emocional fantástico adoptaron la decisión de crearme. Confieso que cuando fui animado a cumplir esta misión, me mostré escéptico: la inmensa mayoría de mis colegas fueron creados por una sola mano y una sola voluntad. Armonizar casi cuarenta manos y otras tantas voluntades, no sería tarea fácil. Sinceramente, desde el principio creí que no llegaría a la imprenta. Dos años después, me veo en la fase final de galeradas y debo admitir que me equivoqué. He tenido una gestación original. He podido contemplar las ilusiones que he ido despertando en este grupo de Profesionales repartidos por toda la geografía española: buscando fotos, libros, notas, diplomas, restaurando recuerdos entre los laberintos de las neuronas más perezosas y reacias, sacando emociones hermosas a la superficie, incluso, haciendo partícipes del proyecto a hijos y nietos de mis creadores ¿se puede pedir más? Antes de salir de la imprenta, he provocado la comunicación intensa entre mis creadores, los he tenido pendientes de mí y eso me hace feliz. Además, me temo que no voy a estar solo porque he despertado la vena creativa en algunos de mis autores y me consta que los hay animados a escribir su propio libro, incluso, a plasmar en otro libro colectivo, sus visiones actuales de los temas centrales de la vida y la sociedad a partir de ese lugar común que fue su formación en la SAFA; todo un sistema de creencias, como referiría Ortega Gasset. Sé que nunca seré un best seller, pero gozaré plenamente del cariño de mis creadores y de sus familias. Cada vez que visiten mis páginas, despertaré recuerdos y sentimientos de difícil cuantificación y ellos me mantendrán vivo y satisfecho durante mucho tiempo. Me confieso orgulloso por el título que me habéis dado “Nuestra SAFA”, por el material que contengo y, como la vanidad y la buena imagen son universales, mi más sincero agradecimiento al artista que me ha dado la forma ¡Y es que me veo guapo! ¡Cómo me alegra que entre algunos de aquellos muchachos de acero y cobre, hayan surgido inquietudes por la creación poética! En mis primeros capítulos llevo una somera explicación del nacimiento de la SAFA para que mis autores y sus familias puedan apreciar con qué mimbres se formó la Institución. Me divierte ese capítulo 6 en el que contáis cómo os lo pasabais en el internado ¡Qué suerte tuvisteis! Adolescentes de los años cincuenta y pasándolo bien.

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Nuestra SAFA

Epílogo

Me sorprende sin embargo la valoración tan entrañable que hacéis de vuestros profesores y educadores y el cariño que permanentemente mostráis hacia la SAFA; perdonad que os diga que se os nota a la legua un dulce síndrome de abstinencia. Y es que cuando hacéis las crónicas de vuestros encuentros parece que viajéis por el túnel del tiempo y os expresáis con la inocente camaradería de los quinceañeros; hasta habéis conseguido despertar la perplejidad de los profesores y educadores que os acompañan en esos maravillosos encuentros. Permitidme, por último, que muestre mi propia perplejidad al ver cómo en el capítulo 8 en que exponéis vuestras vidas, todos coincidís en tres valoraciones: el agradecimiento sin paliativos a la SAFA por la formación integral que os proporcionó, lo entrañable de la convivencia en el internado acrisolando hermandad y la constatación de que la formación recibida os ha permitido desenvolveros en la vida con relativa facilidad. A modo de reconocimiento a vuestro trabajo os regalo estos cuatro versos ¡que para eso yo soy el libro!” Profesionales de cobre y acero, manantial de ilusiones renovado historias que me han emocionado recuerdos que en mis páginas quiero

Nuestra SAFA, un libro agradecido NO LOCALI ZADO

Bautista I

NO LOCALI ZADO

D. Álamo

J. Aznar

P.Brazales

M.Cachinero

F. Carpio

J. Chaves

C. Rescalvo

M. Florido

Gámez M.

Gámez O.

Bautista II

N. Garrido

A. Garrido

G. Perea

G. Salazar

S. González

J. Hurtado

A. Ibáñez

A. Jiménez

J. Jurado

J. Lapáz NO LOCALI ZADO

A. Lledó

L. Barrera

L. Ordóñez

L. Ruiz

A. Lozano

J. Lucena

A. Martínez

Mayenco

P. Mora

M. Barrera

F. Moya

M. Molina NO LOCALI ZADO

NO LOCALI ZADO

I. Nieto

O. Soulié

J. Oliva

P. Olivares

J. Ortega

S. Otero

J.L. Parra

P. Lentisco

P. Santos

J. Puche

P. Puentes

R. Quesada

M. Reina

J. Ruiz G,

Sáez L.

Sáez P.

S. Cervera

A. Sarria

D. del Sol

F. Suárez

M. Toral

De la Torre

V. Torres

F. Vela

I Promoción oficial de Industriales (oficialía) de la SAFA de Úbeda, Plan de FP 1957

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Nuestra SAFA

Epílogo

El libro “NUESTRA SAFA” se siente orgulloso de sus creadores

…¿Y qué decir de los nietos cuando lean las arcaicas maneras de estudiar que practicaban sus abuelos y bajo la tan inflexible disciplina de aquel internado? hasta les puede influir positivamente…

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Nuestra SAFA

Epílogo

A Rafael Villoslada Peula S.J. MI VERDADERO Y ÚNICO AMIGO

Su rostro le incorporó, Y mirándole fijamente, Le ofreció inmediatamente Su ayuda sin condición. ¿Qué amigo será ¡Oh Dios! Que sus palabras no mienten, Pues las penas de mi Mente, Rápidamente borró?

De su cárcel escapó Muy disgustada mi Mente, y a buscar, entre las gentes Fue, amigos de corazón.

Rafael Villoslada, él le ayudó. Joven santo y muy valiente, Más… tenle siempre presente Y llévalo en tu corazón.

Allá estaba Juan Ramón, Joven vivo, inteligente, Más… se fue por la tangente, No prestándole atención.

Que este gran hombre murió, Por los pobres indigentes, Con arrugas en la frente, Huellas que le hizo el dolor.

Más adelante encontró A Pedro, que… frescamente, ¡Busca en la acera de enfrente! Le dijo sin contrición.

Cuando volvió a su prisión, Con pesar me habló mi Mente. Entre amigos diferentes, Sólo uno me ayudó.

Muy triste su corazón, Gran dolor en su alma siente, Por el amigo de siempre Que la espalda le volvió.

No te aflijas por favor Por la pena que tú sientes Los amigos están ausentes En momentos de aflicción

Cansada y sin solución, A sus problemas, mi Mente, Entre sus manos la frente, Sobre el solar se sentó.

Moraleja Amigos de corazón, No se encuentran fácilmente, Si tienes suerte y lo hallas, Consérvalo eternamente, Consérvalo hasta la muerte Que es joya de gran valor

De esta manera quedó, Dormida profundamente. Y en este sueño, mi Mente, A un gran amigo encontró.

J. M. Aznar

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Apéndice

Nuestra SAFA

Apéndice NUESTRA UBICACIÓN GEOGRÁFICA ACTUAL

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SUIZA

En junio de 1960, algunos de nosotros iniciamos los primeros pasos en el mundo del trabajo, probando fortuna fuera de Andalucía, incluso en el extranjero. Hemos hecho gala de nuestra inquietud buscando siempre la promoción personal y profesional sin escatimar esfuerzos, sacrificios y traslados. Este mapa refleja nuestra ubicación actual después del pequeño Big Bang que nos mantuvo flotando en nuestro cosmos europeo en los años juveniles. Nacimos partículas de núcleo en Andalucía y nuestra osada expansión galáctica nos ha convertido en átomos del mundo. Aún así, la configuración del “átomo Profesionales” presenta un núcleo pesado formado por 43 protones-neutrones.

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Apéndice

Nuestra SAFA

Cuando en marzo de 2008 nos aventuramos en el proyecto del libro, algunos ignorábamos que, junto a las largas horas de entretenido y, a veces, tedioso trabajo salpicado de dificultades propias de personas poco experimentadas en estos quehaceres, se producirían experiencias muy gratificantes. Atrás y ya casi olvidadas quedan las comunicaciones por correo Octubre de 2008.- Con el grupo de Linares postal y electrónico, las llamadas telefónicas, las presiones requiriendo textos y fotos, muchas veces con tintes de impertinencia, más, ante los perezosos que hacia los diligentes, que de todo hemos tenido. Al final nos sentimos satisfechos de la experiencia. Para coordinar los trabajos realizados durante estos dos años, hemos celebrado reuniones en distintas partes de nuestra geografía. Las fotos que ponemos a continuación, reflejan parte de estos encuentros en gran medida muy gratificantes y cargados de anécdotas. Este último encuentro, de tres días de duración, se llevó a cabo en el domicilio de la familia de nuestro querido amigo Bautista I, en Sevilla, durante los cuales mantuvimos varias sesiones de continuado trabajo para así poder realizar en su totalidad las últimas revisiones de las páginas de nuestro libro, en base a las correcciones hechas por todos con anterioridad, sobre las maquetaciones que se enviaron unas semanas antes al resto de los compañeros. El ajuste de las correcciones derivadas de las diferentes sugerencias, no resultó nada sencillo. No obstante, la positiva animosidad de los que en su día asumimos la responsabilidad de la coordinación del libro, permitió la superación de las razonables frustraciones y contrariedades que surgen en un grupo tan amplio como el nuestro, donde conciliar los heterogéneos puntos de vista resulta algo complicado. Nos educaron bien y esto ha facilitado el sacrificio de algunos que, con buen talante, no han tenido inconveniente en recortar sus aportaciones adaptándolas al proyecto común. En plena sesión de trabajo

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Apéndice

Nuestra SAFA

Disfrutando de “un descanso en la pelea” Ibáñez y L.Ruiz en el campo de golf

Mayo 2009.- Bautista I pasó por Zaragoza poniéndose al corriente del proyecto libro.

A mediados de marzo de 2010, Sevilla nos recibió húmeda y fría. Nuestros anfitriones Amparo y Pepe supieron compensarnos con su calor afectivo y su hospitalidad. Disfrutamos de su magnífica mansión, construida por ellos.

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Apéndice

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Nuestra SAFA

Nuestro Agradecimiento: A todos los que con sus aportaciones han participado en la confección del libro. A los que con gran ilusión han dedicado su tiempo localizando a compañeros que se hallaban perdidos. A nuestras esposas que con su presencia siempre apoyaron nuestro proyecto. A los familiares de nuestros compañeros fallecidos, por su gran e inestimable colaboración facilitándonos datos y documentos muy importantes. A los profesores: D. Bernardo, D. Jaime y Padre Theotonio, que supieron fundir su ánimo con los nuestros. Al Rector y al Director de la SAFA de Úbeda, que con extraordinaria predisposición y buena voluntad han colaborado para hacer posible nuestros encuentros.

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