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Niños
Genio y figura
Un pequeño con un alto coeficiente intelectual requiere atención especial de sus padres
—Giovanna Cancino
Los pequeños que demuestran tener una capacidad intelectual o cognitiva elevada y por arriba de las personas de su edad son considerados niños genios debido a sus capacidades y do minios superiores, así como un gran interés por aprender.
Para el especialista en psicología clínica infantil, Fernando Lara Poot, estos niños siempre sobresaldrán del resto, ya que por lo general suelen ir más allá de lo que está establecido. “Son niños muy creativos y curiosos, siempre estarán cuestionando las co sas y buscándole una razón de todo. Pareciera que tener un hijo así es o será fácil, pero el hecho de que domi nen el intelecto y sepan muchas cosas no quiere decir que todo esté bien en ellos”, dijo el especialista.
Fernando agregó que, por lo gene ral, estos niños tienen un bajo control emocional y poca tolerancia a la frus tración, lo que ocasiona eventos de ansiedad y depresión.
“Se presionan tanto y, por lo mis mo que no han alcanzado una madurez, no pueden controlar sus emociones, es decir, no saben cómo actuar, querrán las cosas en el momento y las respuestas al instante”, comentó.
El psicólogo consideró que, conta rio a lo que se cree, los padres tienen una gran labor por delante, ya que un niño genio no es significado de un aprovechamiento excelente en la es cuela en todos los casos y que además requiere de un acompañamiento y educación muy comprometida.
¿CÓMO LO AYUDO?
1. No tratar de saber lo mismo que él o presionarlo; es decir, dejar que el niño aprenda a su manera y a su tiempo. Los padres no deben fungir como asesores o maestros, ya que ellos tienen sus propios ritmos e intereses. 2. Buena comunicación con sus maestros para saber los avances y alcances que el menor ha tenido, además de estar al tanto de sus interés para poder entablar una conversación con ellos y así fomentar la interacción o convivencia familiar. 3. Enseñarle el valor de jugar con otros niños. Esto no solo servirá para que el menor socialice y tenga amigos, sino que dejará de ocupar su mente en temas de estudio y se desestresará. 4. En caso de que el menor tenga poco control a la frustración, sea impaciente o no se pueda relacionar con compañeros, acudir a un terapeuta, ya que aunque se intente hablar con él; no entenderá por qué él sabe ciertas cosas que los demás niños de su edad no. 5. Darle las herramientas adecuadas para su edad; es decir, no se trata de que se le dé lo que pide, sino lo que necesita para desenvolverse y adquirir la información que desea.
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Colegio de la Mora, educando generaciones
En referencia a la educación en el estado desde hace 40 años, en sus aulas se han formado queretanos destacados
Esta es la historia de Gerardo Peregrina y su pequeña hija, Noelle, que tiene algo más que compartir: la escuela en donde vivieron la feliz etapa de la niñez. “Eran muchos años de mucha alegría, de mucha diversión”, asegura Gerardo, quien estuvo en el Kínder Campanita. El día de hoy la institución ofrece también la sección Primaria con el Colegio Miguel Ángel. A pregunta expresa de por qué eligió el “Colegio de la Mora” como la primera opción para poner en sus manos la educación de su pequeña, el empresario fue enfático. “Porque conozco la institución y sé que siempre buscan que los niños aprendan más de una manera diferente, que se enfocan en la persona, pues es una filosofía humanista, es una escuela pequeña y prestan mucha atención a cada uno de los chicos”, dijo.
Gerardo nunca perdió el contacto con la escuela,
—Gerardo Peregrina, Empresario
—Gerardo Peregrina, Empresario
todavía conserva a dos o tres amigos de aquellos tiempos infantiles, eran otras épocas y el Querétaro de entonces ya no es el mismo. Los tiempos cambian ciertamente, y Gerardo está consciente de esto. Por eso, no se decidió por el Colegio de la Mora solo por una razón de nostalgias y su decisión está basada en una reflexión comparativa que ha realizado entre esta y otras escuelas, toda vez que se ha dedicado a organizar campamentos para escuelas y conoce de primera mano el resto de las opciones de programas que hay en otras instituciones.
“He conocido una gran gama. Yo organizo campamentos en diferentes escuelas, entonces conozco muchas escuelas y al conocer la gran oferta educativa que existe, pues dices: ‘esto me gusta más’ y así es co
mo llegué a decidirme por el colegio”, explica.
La escuela no es la misma a la de sus recuerdos; ahora es mejor. “A lo largo del tiempo se fue expandiendo y también fue creciendo en sus programas hacia los niños. Aquí, en primaria, tienen sus salidas; se van a Inglaterra, por ejemplo. Además han ganado muchos premios en tanto a niveles educativos se refiere y han estado durante muchos años en los mejores niveles”, señala Gerardo como argumento para definir que el Colegio de la Mora es la mejor opción. Noelle, su niña, está ya en tercero de primaria, sus maestras son jóvenes, pero todavía hay quien recuerda a Gerardo de pequeño y ve en Noelle la semilla de un ser exitoso que debe prepararse para un mundo cambiante.
Noelle es curiosa –nos dice su padre–, se dice contenta, y aunque no le gustan las tareas, pone a su papá a que le ayude a elaborarla. Apenas hace unos días, por ejemplo, se pusieron a investigar unas obras artísticas para determinar quiénes eran sus creadores, tarea que le dejaron en la escuela y que reúne a dos generaciones de queretanos: uno, un empresario exitoso, y otra, en camino de ser también una persona exitosa.
De esta manera, el Colegio de la Mora, desde su sección Preescolar “Kínder Campanita” hasta su sección Primaria “Colegio Miguel Ángel” fragua las personalidades de queretanos exitosos en casi medio siglo de existencia basados en una premisa universal que trasciende los programas académicos, cambiantes en el tiempo, y que Gerardo Peregrina parece resumir de buena forma. “Es una escuela amorosa y eso hace mucho la diferencia”.
