Año 20 Edición semanal 861 • 23 al 29 de junio de 2017 • ISSN: 2422-1953 • $1000 www.periodicoeldiario.com • eldiario@periodicoeldiario.com
DISEÑO PORTADA / Kevin Espitia - EL DIARIO
¡Dejar las armas y dejar de robar! Este es el imperativo que surge para las partes después de consolidada la negociación y los acuerdos de paz entre el gobierno y las FARC: los insurgentes renuncian definitivamente al uso de las armas para pretender llegar al poder, mientras que la contraparte, los detentadores del control del establecimiento, tienen que obligarse a dejar de robar. No hay otra, si se quiere consolidar la paz, y empezar a construir una nueva sociedad. Ya se han visto los resultados del cese del fuego y la desmovilización de la guerrilla; los colombianos ven otro país, sin asaltos en las carreteras, sin tomas de los municipios, sin confrontaciones con soldados y guerrilleros muertos, y menos presión para aumentar el despojo y el desplazamiento. Pero del otro lado es necesario que pase algo parecido: no más robos como el de Reficar, no más asaltos al bolsillo de los colombianos como el del cargo por confiabilidad para el sector eléctrico; no más coimas y chanchullos como los de Odebrecht; no más ventas ilegales y tramposas como las del sector eléctrico; no más repartijas del territorio como la titulación indiscriminada para la actividad minera, y un largo etc. de eventos tramposos y mafiosos que se han permitido desde el último servidor público que no deja de pensar en robarse algo hasta los más encumbrados cargos del Estado donde los nombres que lo han manejado en los últimos 30 años, son los mismos. En todo caso, no queda duda de que la dejación de las armas por parte de las FARC, es el hecho más importante para la sociedad colombiana en más de cincuenta años, que sin embargo, está en medio de la campaña más grande en contra, para causar el desánimo y desprestigiar y minimizar el acontecimiento. Reconociendo lo hecho por el presidente Santos, corresponde a la mayoría sensata de los colombianos contribuir para superar la barbarie de las últimas décadas.