Un paréntesis en la vida H
ace unos días participé en una reunión donde uno de los
temas que se hablaron, fue que hoy en día las empresas, que han hecho de todo para evitar los accidentes laborales, aún mantienen una importante tasa de accidentes entre sus empleados. Parece evidente preguntarse: ¿existe una fórmula para evitar estos eventos? Con cierta timidez me atreví a exponerles una posible solución y sin más les dije que sería maravilloso recordarles a las personas antes de comenzar su jornada de trabajo, que no dejen de amarse a sí mismas, que se cuiden y se quieran tanto como para que nada malo les ocurra. Dicho esto hubo un escueto silencio hasta que alguien dijo que eso sería lo ideal, pero que en la realidad (como si yo hablara de lo irreal) en la vida cotidiana las cosas no son así. Entonces, la realidad es que se necesitan técnicas de cuidados, técnicas de protección…técnicas, muchas técnicas. Una de las formas más simples para realizar una pequeña acción de auto cuidado, es detenerse, hacer un pequeño paréntesis en la cotidianeidad y conectarnos internamente con nuestro corazón, con nuestros sentimientos, con nuestros sueños, con nuestro hobby, podemos recordar a las personas que amamos o simplemente respirar y quedarnos en silencio. Si no estamos cómodos con nuestro trabajo o con lo que estamos haciendo, es válido que nos preguntemos: ¿por qué hago lo que hago? Una pregunta tan simple y evidente a veces no lo es y la respuesta podría sorprendernos. Un pequeño paréntesis cada cierto tiempo nos puede aliviar el stress, la angustia, la presión y de la competencia que de manera tan dura se da en distintos ámbitos de la vida. Un pequeño paréntesis nos puede impulsar a leer un libro, a pintar o simplemente a jugar, también podría darnos la oportunidad de bordar, tejer, caminar o compartir con las personas que amamos. Por Marisol Montero Directora Revista Paréntesis
INTOUCHABLES O INTOCABLES EN ESPAÑOL Esta cinta francesa escrita y dirigida por Oliver Nacahe y Eric Toledo se convirtió en la película más vista por el público galo en la historia, ya se le ha calificado como la película francesa más exitosa de todos los tiempos, una historia fresca, ágil, divertida, en fin una comedia maravillosa. Rodríguez Marchante, del Diario ABC, la calificó de “magnífica, hilarante, humanista, inteligente” y Cristophe Narbonne, de la revista Premiere: “el éxito de la cinta reside en la evidente química entre los dos personajes principales, que no podrían adaptarse mejor a la historia.”
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