Pablo, conversión radical

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“Los que lo acompañaban se quedaron atónitos oyendo la voz, pero sin ver a nadie. Saulo se levantó del suelo, y, aunque tenía los ojos abiertos no veía nada; Lo llevaron de la mano a damasco, donde estuvo tres días sin ver y sin comer ni beber”. Hechos 9,7-­‐9. ¿Está pensando que la imagen esta corrida o mal tomada? No, realmente la coloque así, a propósito. ¿Por qué? Deseo vislumbrar lo que puede suceder cuando nos volvemos muy religiosos, hasta fanáticos, creyendo que vamos por buen camino porque nos mantenemos en la iglesia, o participamos en todas las actividades que allí se programan, o, porque nos pasamos rezando rosarios, haciendo cuanta novena nos regalan o aconsejan, y entrando a todas las eucaristías o cultos, vigilias, charlas, talleres que nos ofrecen y a los que podemos asistir. Pero nuestro corazón está muy lejos de la real conversión que necesitamos para disfrutar del premio eterno, que pagó Jesús en la cruz. Sin vida nueva no hay salvación. Y vida nueva exige un cambio interior que se reflejará en

el exterior. Trataremos el tema de la conversión y lo que esto realmente es. Durante su vida pública, Jesús predicó el Reino de Dios como una nueva y definitiva intervención de Dios en la historia de la humanidad. A este anuncio el Señor lo definió como: Evangelio o Buena Nueva. ¿Qué significa? Que Dios debe ser el centro que da nuevo sentido a nuestra vida natural y mediante la purificación y elevación de esta vida natural comenzamos a disfrutar de una vida sobrenatural. Puntos de interés: ¿Qué es convertirse? Elementos de la conversión • Acción santificadora del Espíritu Santo • Cambio interior • La conversión debe ser permanente, ascendente… • Pablo conversión radical.

Cuando nacemos estamos rodeados por una cáscara protectora que esta compuesta por todo lo que heredamos de papá y mamá y a su vez lo que traemos en nuestra cadena de A.D.N. Desde Adán y Eva nos fue transferida una carga generacional, que contine elementos buenos y elementos negativos ocacionados por los errores cometidos de la humanidad y los míos (de cada uno) que obran en nuestro cuerpo físico, mental, sexual, emocional y espiritual, afectando 1

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nuestro diario vivir y nuestras relaciones con nuestro entorno y con nuestro ser interior. De esto no tenemos conciencia hasta que abrimos los ojos y descubrimos que estamos en el lugar equivocado. Y todo esto nos lo revela la cantidad de problemas en los que nos vemos envueltos, la amargura de nuestro corazón generada por tantas heridas, decepciones y errores y la falta de paz en nuestro corazón que es tan fuerte que cuando menos pensamos dependemos de pastas para la ansiedad, el estrés, la depresión. Se sufre de bipolaridad, de paranoia, y parálisis emocional, que, nos convierte en seres incapaces de conducir nuestra propia vida y terminamos dopados, siendo una carga tediosa, mortificante y la mayoría de las veces muy, muy, pesada. Llegamos a ser aquellas personas que nadie quiere tener como amig@, por su carácter agresivo, soberbio, orgulloso, y manipulador, o de víctimas inspirando lástima. Personas de las que huímos cuando nos buscan por su ligero y dañino modo hablar, las que siempre evitamos para no tener conflictos, las que no tenemos en cuenta para ningún evento o invitación. Y entre más años, más difíciles de tratar (más mañas). Como no podemos cambiar de piel, Si podemos mudarnos a un plano espiritual que es configurar nuestra vida con la de Jesús. Dios conoce lo que nos ocurre y nos brinda oportunidades para volver a comenzar. Es naciendo de nuevo. Y nacer de nuevo es darle un vuelco total a nuestro estilo de vida y permitirle a Dios que nos guíe y obre en nosotros. ¿De qué manera? Por medio de la conversión.

¿Qué es la conversión?

Conversión es un término con origen en el latín conversĭo que hace referencia a la acción y efecto de convertir o convertirse (hacer que una persona o una cosa se transforme en algo distinto de lo que era). Si dividimos la palabra con-­‐ver-­‐ vertir y/o con-­‐versión tenemos que: Con: indica que va acompañado de algo o alguien más. Ver: Percibir por los ojos los objetos mediante la acción de la luz; Verter: Derramar o vaciar líquidos, Inclinar una vasija o volverla boca abajo para vaciar su contenido, Versión: del latín versum, es el modo que tiene cada sujeto de hacer algo o de referir un mismo suceso. Si le colocamos lógica, nos dice que “con” alguien más “vemos” a la luz, (…), “derramamos” o vaciamos “nuestra propia versión o historia”. La palabra conversión alude a un cambio de dirección o de rumbo. El rumbo nuevo brota de una luz nueva, una luz que muestra lo que yo no veía antes. 2

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cayó Por lo general las conversiones se dan después de muchas caídas y frecuentemente cuando la caída es profunda, que se toca fondo.

“En el camino, cerca ya de damasco, de repente le envolvió un resplandor del cielo; cayó a tierra y oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? El preguntó: ¿Quién eres Señor? Y él: Yo soy Jesús a quien tú persigues... Levántate y entra en la ciudad; allí te dirán lo que debes hacer Hechos 9, 1-­‐6. Saulo (después Pablo) fue un fiel servidor de su iglesia y costumbres judías. Estaba plenamente convencido que actuaba bien y que lo que hacía era correcto; porque así se lo enseñaron. Perseguía a los seguidores de Cristo. Porque decían ser el hijo de Dios. La conversión de Pablo es un testimonio de vida y “los seres humanos escuchan más a gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan, o escuchan a los que enseñan porque dan testimonio (Pablo VI en el Concilio de laicos 1974)”. En la “versión” de Pablo, que aparece en el texto enunciado, tenemos varios elementos que nos serán comunes en cualquier historia de vida de una persona que vuelve sus ojos a Dios.

y oyó una voz que le decía: “Saulo, Saulo, El Señor continuamente nos habla, a través de un texto bíblico, a través de las personas, o a través de una emisora o un canal de t.v. o internet. De algún mensaje en un afiche, una carta o una simple y pequeña tarjeta. Pero está presente llamándonos. A veces necesita una calamidad para que escuchemos su voz. Sólo que no escuchamos sino hasta que estamos en el suelo. Esta es una figura para decir que algún@s necesitamos estar “llevad@s” para escuchar la voz de Dios. El preguntó: ¿Quién eres Señor? No falta algún momento en nuestra vida en que nos preguntemos sobre Jesús o sobre Dios. Levántate: Jesús usa esta palabra repetidamente. Siempre nos invita a pararnos, a no quedarnos tirados en el suelo, a recobrar el sentido de nuestra vida y nuestra dignidad. A comenzar de nuevo a fijarnos nuevas metas, a progresar a crecer. Entra: Nos indica el lugar donde debemos estar, qué camino tomar, a meternos dentro del cuento. A entrar en su mundo. Allí te dirán lo que debes hacer: Jesús se nos presenta como alguien que guía, quien coloca personas que nos conducen y nos dice lo que debemos hacer. Claro que no hay elección; hay que obedecer lo que él a través de sus autoridades, y su palabra quiere que hagamos.

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El arrepentimiento inicio de conversión

Elementos para la conversión

“…Arrepentíos y creed en el evangelio" Marcos 1,15 La primera palabra de Cristo en el Evangelio, cuando inicia su ministerio de predicación, es un llamado a la conversión: "El tiempo se ha cumplido y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos y creed en el evangelio" (Marcos 1,15; véase Mateo 4,17). El arrepentimiento es el conocimiento de uno mismo, llegar a arrepentirse entraña muchas cosas: no equivale simplemente a sentir vergüenza, incomodidad o culpa. El genuino arrepentimiento va siempre de la mano del conocimiento de sí. La Biblia suele describir este proceso en términos de una luz que lleva a la persona a descubrir algo que no veía. Lo descubierto tiene que ver con los actos pasados y la condición presente; tiene que ver con lo que uno es y con quién es Dios.

“Pedid y se os dará; buscad y encontrareís; llamad y se os abrirá. Porque todo el que pide recibe, y el que busca encuentra y al que llama se le abre” ¿o quién de vosotros si su hijo le pide un pan le dará una piedra? O si le pide un pez, ¿le dará una serpiente? Pues si vosotros, que sois malos, sabéis dar a vuestros hijos cosas buenas, ¿Cuánto más vuestro Padre celestial dará cosas buenas a quien se las pida?” Mateo 7,1

1-­‐ Buscar ayuda en Dios. 2-­‐ Escuchar su palabra. En Romanos 10,17 dice que la fe viene por el oír el mensaje de Cristo. La palabra permanece siempre actual, sobre todo cuando va acompañada del poder de Dios. Es decir, es la palabra oída la que invita a creer y va purificando. 3-­‐ Creer en Dios y creerle a Dios. Creer en sus promesas, en la alianza que hizo con nosotros a través de Jesús. Creer en el amor de Dios para con nosotros y en el amor de nosotros para Dios. 4-­‐ Entrar en un tiempo y espacio a solas con el Señor. Sólo cuando disponemos de espacios a solas con nuestro Dios podremos conocer lo que él quiere realizar en nuestra vida. Si no le damos tiempo y espacio no hay comunicación con él.

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5-­‐ Obedecer. Al creer estamos diciendo sí a una relación con él, por lo tanto decimos sí a lo que él nos propone entonces debemos obedecer. Y obedecer es configurar mi vida con la de Dios. Cuando aceptamos a Jesús en nuestro corazón pasamos a ser miembros de su familia. Por lo tanto nos sometemos a las reglas y estatutos del gobierno de Dios. No puedo aceptar a Dios y seguir en mi rebeldía. Tengo que morir a mí, (mis deseos, caprichos, sentimientos emociones, egos, etc) dando paso a lo que quiere Dios en mí. Sólo si le permitimos a Dios actuar en nosotros, el Espíritu de Dios actúa dentro de nosotros. El no actúa contra nuestra voluntad. Tenemos que responder a sus propuestas.

Acción santificadora del Espíritu Santo

“Cuando venga él, el espíritu de la verdad, os guiará a la verdad completa”. Juan 16,13 Sólo el Espíritu Santo nos da conciencia de pecado, debemos estar atentos a él. Sólo él puede hacer que reconozcamos nuestra situación real actual y lo que necesitamos cambiar y sólo él nos indica hacia donde debemos dirigirnos. Nos muestra lo que debemos corregir. Nos sana. Nos fortalece. Y nos capacita para responder. Es indispensable estar atentos a El. Escucharlo: por medio de la lectura de la palabra, por medio de la oración, en nuestra intimidad con él, a través de las personas que pone en mi camino, de un canto. Entender y aceptar lo que nos está señalando, o nos está pidiendo a través de los pasajes bíblicos o de nuestros consejeros espirituales o personas convertidas, con autoridad moral. 5

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Cambio interior y luego cambio exterior: De modo que si alguna persona está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron: he aquí todas son hechas nuevas. 2 Corintios 5:7 ∗ Actitud de cambio: la pasividad nos estanca. Podemos correr el riesgo de volver atrás. Somos seres en movimiento; por lo tanto nuestra vida física, mental, emocional y espiritual debe estar respondiendo a movimientos y a cambios positivos. Que nos ayuden a crecer. (No olvidemos que las personas tibias el Señor dice que le producen vómito) ∗ Palabras positivas: Que edifiquen a quien nos escucha y borren lo negativo que tenemos guardado en nuestro disco duro. ∗ Renovar nuestra mente: nuestros pensamientos, con pensamientos correctos, de paz de justicia, de verdad, de bien, de bondad. Reforzarlos repitiendo textos bíblicos cortos. ∗ Huir del pasado: No aferrarnos a nuestros dolores y heridas que lo único que conseguimos es ser prisioneros de nosotros mismos. ∗ Obediencia a la voluntad de Dios. ∗ Dejar malas costumbres y/o hábitos.

Cómo alcanzar nuevos niveles La conversión no es sólo salir del pozo: Es un proceso de cambio en todas las áreas de nuestra vida. Debe ser un cambio interior, que se manifieste coherentemente en nuestro exterior: con nuestros actos, nuestras actitudes, nuestras palabras. En nuestros planes, en nuestra familia, en nuestra misión, en nuestro servicio a la comunidad. En nuestra relación con Dios. La conversión debe ser vivida como una actitud: constante, permanente, progresiva, ascendente. CONVERSION, es el creer, tener fe y certeza que Dios está en mí y que EL es quien dirige mi vida, mi discurso, mi presencia en todo sentido. Esa Conversión es el volverse a la fe, a una nueva conciencia de vida. El testimonio de vida auténticamente cristiana, consiste en una constante conversión y comunión, una entrega libre a Dios Padre misericordioso y en una acogida fraternal y servicio a nuestros hermanos especialmente a los más pobres.

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Enfoque

“Precisamente por eso nosotros, envueltos como estamos en una gran nube de testigos, debemos liberarnos de todo aquello que es un peso para nosotros y del pecado, que fácilmente nos sucede, y correr con perseverancia en la prueba que se nos propone, fijando nuestra mirada en Jesús el autor y consumador de la fe, quien para obtener la gloria que se le proponía, soportó la cruz, aceptando valientemente la ignominia, y está sentado a la diestra del trono de Dios” Hebreos 12,1-­‐2 . Es necesario Avanzar: Debemos pasar obstáculos creados por nosotros mismos. Miedos, apegos, fortalezas mal encaminadas. Constante morir a: nuestros deseos, emociones, egos. Pasar de la esclavitud a la libertad. Liberarnos de todo lo que nos somete, nos quita la paz. Debemos ser firmes, dispuestos a disciplinar nuestra voluntad, (Dominio propio), Templanza. Mantener el rumbo, con los ojos fijos puestos en Dios, proyectándonos hacia nuestra vida eterna.

“Saulo, hermano mío, vengo de parte de Jesús el Señor, el que se te apareció en el camino en el que venías, para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo. En el acto se le cayeron de los ojos como escamas, y recobró la vista.; se levantó y fue bautizado, comió y recobró fuerzas” Hechos 9,17-­‐19. Pablo de Tarso fue un activo perseguidor de los cristianos bajo la influencia de los fariseos. De hecho él fue de los que participó y asintió en la ejecución de San Esteban (Hechos 7,58) el primer mártir de la iglesia de aquel entonces, quien fue víctima de lapidación como cumplimiento de una ejecución judicial, pues Saulo contaba con la venia de Roma. Pero tras la caída Saulo se convierte y comienza una nueva vida. El Señor nos llama a que abramos los ojos. Tres días de ceguera necesito Pablo para entender que estaba en el lugar errado; pero lo admirable de él es que reconoció inmediatamente que estaba equivocado y 7

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seguidamente se dispuso a enmendar el error cometido. Sólo hasta que abrió los ojos espirituales comprendió, fue necesario que perdiera la vista hacia lo natural, para comenzar a ver con los ojos espirituales. Recordemos que Sansón necesito quedar ciego para ver con los ojos espirituales y comprender así el propósito de Dios en su vida; que no era el que muriera allí, pero él no quiso obedecer, escuchar ni ver, hasta que cayó en la trampa de Dalila. Pablo es considerado por muchos cristianos como el discípulo más importante de Jesús, a pesar de que nunca llegó a conocerlo, y, después de Jesús, una de las personas más importantes para el cristianismo; como también fueron Pedro y Juan. Predicó el Evangelio con ejemplos y comparaciones comunes de la cultura por lo que su mensaje fue recibido en territorio griego claramente y esta característica marca el éxito de sus viajes fundando comunidades cristianas. Nació entre el año 5 y el año 10 en Tarso, en la región de Cilicia, en la costa sur del Asia Menor (la actual Turquía). La ciudad de Tarso tenía concedida la ciudadanía romana por nacimiento (Hechos 22:22-­‐29). Por lo que Pablo era ciudadano romano pese a ser hijo de judíos.

Pablo firma siempre sus cartas utilizando el nombre de Paulos, en griego (παυλος), que se traduce al español por «Pablo» En los Hechos de los Apóstoles, sin embargo, se le conoce también como Saulos hasta Hechos 13,9, donde se le denomina Saulos (...) ho kai Paulos, es decir, «Saulo, quien también [es llamado] Pablo». A partir de ese momento, en el resto del libro de Hechos se le llama Pablo[29]. Este cambio de nombre en el trascurso de su historia contada en Hechos, ha sido interpretado en relación con su cambio de fariseo a cristiano. «Saulo» sería el nombre antiguo y «Pablo» el nombre cristiano. Pablo se siente solidario con las tradiciones apostólicas; las cita cuando se le presenta la ocasión porque les debe mucho. No conoció a Cristo en vida, pero conoce sus enseñanzas.

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y que sentía profundamente la necesidad y el dolor de los demás.

Físicamente Pablo no era impresionante ni atrayente; sus adversarios le echaban en cara que «su presencia era poca cosa y su palabra despreciable» (2 Corintios 10:10); él mismo alude también a su exigua estatura corporal (2 Corintios 10:12-­‐14). Su salud era débil; Pablo sufría una enfermedad que él mismo califica de aguijón de su carne y bofetón de Satán (2 Corintios 12:7-­‐9); es un sufrimiento doloroso, humillante y crónico, como lo confirma el propio Pablo (Gálatas 4:13-­‐15). Pablo poseía temperamento de jefe, voluntad de hierro, constancia inquebrantable, gran capacidad de sufrimiento, sentido para la iniciativa, extraordinaria, capacidad de trabajo y resistencia, y un carácter conquistador; su carácter era, además, apasionado, impetuoso y dominador, que se entregaba de modo total al amor. Más, junto a su férrea voluntad, Pablo tenía también un alma de fina sensibilidad y condescendencia, y un corazón lleno de ternura que se pegaba a los hombres y despertaba fuerte simpatía,

El núcleo central de sus cartas son recomendaciones, consejos con el deseo de que vivan una auténtica comunidad , en la que reine el amor, la esperanza, la misericordia, la paciencia, la alegría, la fraternidad, la acogida, el compartir, la paz etc. Comienza con un saludo como suele hacer en todas las cartas: “La gracia y la paz esté con vosotros, de parte de Dios nuestro Padre, y del Señor Jesucristo” (Rom.1, 7). “Somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada miembro está al servicio de los otros” (Romanos 12,5). “Vivid alegres en la esperanza, pacientes en la tribulación, perseverantes en la oración, subvenid a las necesidades de los santos, sed solícitos en la hospitalidad” (Rom. 12, 11). “Os recomiendo que tengáis los ojos abiertos sobre los que producen divisiones y escándalos en contra de la doctrina que habéis aprendido y que os apartéis de ellos” (Rom.16, 17). Su predicación es, ante todo, el kerigma apostólico; la proclamación de Cristo crucificado y resucitado conforme a las Escrituras. Su mensaje no es cosa suya; es el mensaje de la fe común, sólo que con una aplicación especial a la conversión de los gentiles. Así era Saulo el judío, Pablo el romano. Pablo que quiere decir: “Pequeño entre los más pequeños”. Fue pequeño en estatura, pero grande su cambio, grande su misión, grande su amor por Cristo. 9

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La pasión de pablo fue Cristo Su encuentro con Jesús lo marcó para el resto de sus días, literalmente se pasó de ser el enemigo para ser el principal difusor del cristianismo, arriesgando su vida, sufriendo encarcelamientos y, finalmente, morir decapitado en Roma. (Gálatas 1:13; Filipenses 3:6). Tuvo una educación natural mucho mayor que los humildes pescadores que fueron los primeros apóstoles de Cristo. Decimos "educación natural" porque los otros apóstoles tuvieron al mismo Jesús de maestro recibiendo así una educación divina. Su pasión por el Señor se refleja en su trabajo y en cada una de las cartas escritas por él a las diferentes iglesias. Azotado, golpeado con vara, apedreado, enfermo, mordido por una serpiente, encarcelado… “El Señor le dijo a Ananías: Anda, que este es un instrumento que he elegido yo para llevar mi nombre a los paganos, a los reyes y a los israelitas. Yo le mostraré cuanto debe padecer por mí”. Hechos 9,15-­‐16.

en la ciudad, en peligros en el desierto, en peligros en el mar, en peligros entre falsos hermanos, en labor y afán, en noches sin dormir a menudo, en hambre y sed, en abstinencia de alimento muchas veces, en frío y desnudez. Y además, mi obsesión diaria: mi preocupación por todas las iglesias”. 2 Corintios 11:23-­‐27

A Pablo, el apóstol de los gentiles, le cabe solo un adjetivo: grande entre los grandes. Pablo es el patrón de los misioneros. Cambió de comportamiento cuando se dio cuenta de que estaba equivocado. Puso más empeño en servir a sus enemigos, y en orar por ellos. No alimentó otro deseo que el de agradarle siempre y en todo a Dios. Este apóstol renunció a todo por seguir a Jesucristo y dedicarse exclusivamente a amarle y servirle como él mismo declaró a través de estas palabras: "Ni lo presente, ni lo futuro, ni cuanto hay en las alturas y en las profundidades, ni criatura alguna, ni nada ni nadie conseguirá jamás separarme del amor de Dios" Es tiempo de Cambio, es tiempo de ver claro

“¿Son ministros de Cristo? Respondo como loco: más sobresalientemente soy yo uno; en labores, más abundantemente; en prisiones, más abundantemente; en golpes, con exceso; a punto de morir, frecuentemente. De los judíos cinco veces recibí cuarenta latigazos menos uno, tres veces fui golpeado con varas, una vez fui apedreado, tres veces experimenté naufragio, una noche y un día los he pasado en lo profundo; en viajes a menudo, en peligros de ríos, en peligros por parte de salteadores, en peligros por parte de [mi propia] raza, en peligros por parte de las naciones, en peligros

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