“Señor, no soy digno de que entres en mi casa, basta que lo digas de palabra y mi criado quedara sano” Mateo 8, 8 Soy una de las que me sentía segura que confiaba sino plenamente, si algo en Dios. Una mañana orando ante el Santísimo en la capilla del Divino Salvador concentrada, protestando como siempre, recordándole lo que he dejado atrás para agradarle, y lo que me ha costado, inconforme y haciendo una lista de todo aquello que necesitaba para mí y para mis hijos, me tocó el hombro un amigo y me dijo al oído: “dime un número del 1 al 280”. Le di un número y él tenía entre las manos un librito que abrió en el número indicado y me puso a leer. Decía algo así como: “corrige tu modo de
hablar, no repitas palabras negativas todo el tiempo”, luego de leerlo volvió a preguntar otro número e hizo lo mismo, abrió el libro y decía lo siguiente:“El amor es una donación y no una exigencia. Quien ama de verdad lo da todo y no pide nada. El que pide y exige algo a la persona que dice amar, demuestra a las claras que no ama. Manifiesta en cambio un egoísmo concentrado. Amar no es recibir sino dar, no es pedir, sino proporcionar felicidad gratuitamente”. Ese mensaje me tocó. Sentí que me estremecía; pero fue fugaz el sentimiento, ya que aquella persona volvió a pedirme otro número y repitió la historia. Este último decía: “cambia de actitud para que puedas triunfar en tus metas,…” algo así. Terminé de leer y mi amigo se fue a seguir orando. Yo por mi parte me quede pensando qué relación tenía eso con mi oración y que me quería decir el Señor, que de nuevo estaba ahí, hablándome, corrigiéndome a través de ese diminuto libro, en el momento preciso. Entendí que estaba basando mi fe en lo que Dios me proporciona y que estaba condicionando mi “amor” hacia él y sometiendo y manipulando el amor que el Señor siente por mí, a través de los resultados y las respuestas a mis peticiones, o mi bienestar personal. Sorprendida capte que: estaba fuera de base. ME IMPACTÓ, esa manera de Dios decirme: Tú no me amas, me buscas por necesidad. Puntos de interés: ¿Qué es fe? • Niveles de fe • Mide el grado de tu fe.
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Sentí confusión y temor por la manera que estaba ofendiendo a Dios quien de pasada claramente me dijo egoísta. Si antes estaba afanada por mis necesidades ahora me sentía doblemente afanada: por mis necesidades y por lo que el Señor me acababa de decir en las lecturas del librito: 1) Que solo repito palabras negativas: “El mal no merece comentarios, porque con ellos sólo se consiguen resultados desagradables. Toda palabra produce vibraciones semejantes. Por este motivo, los comentarios del mal atraen vibraciones molestas y dañinas. Habla exclusivamente de cosas buenas y hermosas, comenta el bien y las obras de nobleza y te rodeará una onda paz, gozo y bienestar”. 2) Que no lo amaba. 3) Que exigía mucho y daba poco. 4) Que soy egoísta y que solo lo busco para que calme mis necesidades. Y así es; confundimos la fe, con la pedidera. Estamos delante de él, arrodillados con carita de
desconsolados, lo alabamos y agradecemos por 10 minutos, y el resto del tiempo es una larga lista de peticiones, no importa de qué índole, pero peticiones.
“Es la garantía de lo que se espera y prueba de lo que no se ve”. Hebreos 11,1 ¿Qué significa tener fe? •
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La fe es creer en lo que no se puede ver y guardar la calma cuando todo es turbulento. La fe no es pasiva; ¡es poner las creencias en práctica! La fe es oír lo IMPERCEPTIBLE y ver lo INVISIBLE; creer lo INCREIBLE y recibir lo IMPOSIBLE. Tener fe es crear un vacío en el corazón para que lo llene Dios. Tener fe es permanecer en tu puesto cuando todos los demás desertan. Es estar dispuesto a pagar cualquier precio. Es hacer lo que Dios pide hoy y creer que Él hará mañana lo que ha prometido. 2
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La Fe y los Sentimientos
Ejemplo: 1-‐ El que tiene un buen trabajo o su propio negocio, una familia estable y goza de cierta amplitud económica, tiene para darse gustos y su problema es querer cambiar su carro por uno último modelo y aún no reúne el dinero. 2-‐ Una persona que vive de un salario mínimo, que si paga arriendo no tiene para la comida y si come no tiene para pagar el arriendo, que tiene a su cargo 5 o 6 personas ya que viven con él sus suegros o sus padres. Y por lo general hay alguien enfermo en la familia.
No es decir simplemente tener fe, sino actitud de que estoy creyendo.
“Por eso les digo que no anden angustiados por la comida (y la bebida) para conservar la vida o por la ropa para cubrir el cuerpo. ¿No vale más la vida que el sustento? ¿El cuerpo más que la ropa?” No es igual la perspectiva de aquel que lo tiene todo, donde sus necesidades son sólo espirituales, a aquel que aparte de las necesidades espirituales se le suman las necesidades económicas y en otro caso físicas (enfermedades). Hay casos donde se suman todas.
Dios hace todo de acuerdo a nuestra fe. Pero la fe con la autoestima en el piso no puede ser mucha. Hay una relación directa con el valor que me tengo y mi fe. De acuerdo a ese valor uno ora y así uno pide. En este caso la primera persona del ejemplo tendría una autoestima muy alta, ya que su estado emocional es tranquilo. Su fe será relajada y el tiempo de espera no importaría. ¿Cómo creen ustedes que sería la fe en otros casos, si los nervios penden de un hilo ya que los deudores los tiene ahogados, que la crisis económica acaba con la paz del hogar y los días pasan y no se ve una solución a corto plazo? ¿Y cómo sería la actitud del primero si se cambiaran los papeles con el segundo? Por eso la fe debe dominar los sentimientos. La fe es un acto de amor y de esos de traga maluca; Amor ciego: Seguirlo, Obedecerlo, pero usted no ve, no entiende, no huele, no se sabe cómo, pero estar seguros de que Dios está obrando para bien mío. 3
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Con razón el Señor me decía (recordemos la historia del librito) “no repitas palabras negativas”. Con la boca estoy activando mi vida a… cosas positivas o negativas, según lo que continuamente este expresando y pensando. Cuando piensas en estrechez y pobreza dudas del Señor que desea bendecirte.
La Fe un acto de amor
La fe debe ser un estilo de vida, no momentos de fe. Lo que Dios va a hacer contigo ya pasó en el tiempo de Dios, solo falta que se dé en tu tiempo. De ti depende abrir la puerta o cerrar y ponerle tranca. La fe es lo contrario del temor. “Miren las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni recogen en graneros, y sin embargo, el Padre del cielo las alimenta. ¿No valen ustedes más que ellas? ¿Quién de ustedes puede, por mucho que se inquiete, prolongar un poco su vida? Miren cómo crecen los lirios silvestres, sin trabajar ni hilar. Les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno de ellos. Pues si a la hierba del campo que hoy crece y mañana la echan al horno, Dios la viste así, ¿No los vestirá mejor a ustedes, hombres de poca fe?” Mateo 6,25-‐30
Tener fe es elegir a Dios a pesar de las circunstancias; de las demás posibilidades. Es confiar en la Palabra de Dios y no en lo que te dicen tus sentidos.
La fe tiene que ejercer una influencia muy poderosa sobre los pensamientos, sentimientos y sentidos. Sobre lo que vemos en el momento y lo que queremos ver. Sobre lo que vivimos actualmente y lo que desearíamos vivir.
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Niveles de la Fe
1. Nacer De Nuevo Por Fe “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios”. Juan 3:3 Cuando recibimos al Señor voluntariamente, conscientes de nuestro pecado, nacemos de nuevo, es decir que nos convertimos en nuevas criaturas, lista a crecer en fe. “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe”. Efesios 2:8-‐9 La fe de nosotros y la gracia de Dios nos hacen nacer de nuevo, este es el primer paso. “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. 2 Corintios 5:17 No lo olvides, eres nueva criatura que ha nacido por fe. Sujeta al cambio. Al entregarle nuestra vida al Señor, nacemos del Espíritu
quien nos hizo partícipes de la naturaleza divina. Entonces no hay nada que la fe no pueda lograr porque es capaz de lograr que nazcas de nuevo y no hay nada más difícil que eso. Si la fe puede lograr que nazca un nuevo Carlos, María, Juan, etc., ¡es capaz de hacer todo lo demás que sea necesario! Dentro de ti hay otra persona, tu espíritu se comunica con Dios, ama las Escrituras y busca una vida de santidad, (Santidad es obedecer la voluntad de Dios), literalmente hay un nuevo ser en tu interior. Pablo decía: “No sé qué hacer porque con mi espíritu quiero servir a Dios y con mi carne al pecado”. Con estas palabras afirmaba que había un nuevo Pablo dentro de él, una simiente incorruptible que crece y busca al Señor. Tu fe, te debe hacer caminar en nuevas cosas (cambiar actitudes y costumbres que destruyen o afectan de alguna manera tu vida personal, familiar y social). Tu fe, te tiene que dar la capacidad de escuchar a Dios, leer las Escrituras y también de superar cualquier dificultad para crecer y triunfar.
2. Vivir por fe “He aquí que aquel cuya alma no es recta, se enorgullece; mas el justo por su fe vivirá”. Habacuc 2:4 El que vive por fe no lo hace por orgullo porque creer es demostrar humildad. No es lo mismo decir “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” que decir “Yo soy capaz de todo”. Demuestra que eres de los justos que en humildad ha nacido por fe y ahora vive por esa misma fe. Cuando nacemos de nuevo, somos
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vives conforme a ella. Debes aplicar tu fe en las cosas pequeñas y también en las grandes, en las sencillas como vestir y en las complicadas como ver una nación entregada a los pies de Cristo.
3. Caminar por fe
“Porque por fe andamos, no por vista”. 2Corintios 5:7
trasladados del reino de mundo al Reino del Señor y operamos bajo sus estatutos, leyes y orden que nos hacen creer en un futuro de paz, gozo y estabilidad. La Palabra dice: “Busca primeramente el Reino de Dios y su justicia y todas estas cosas os serán dadas”. Esto significa que el Reino trae “cosas” para quienes viven por fe, no para quienes solamente han nacido por fe pero luego no la practican y hacen crecer. “Porque somos sepultados juntamente con él para muerte por el bautismo, a fin de que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en vida nueva”. Romanos 6:4 Quien ha nacido por fe no se afana porque entiende que la vida es más que comida y vestido. La Palabra es clara y nos dice que somos valiosos, más que los lirios y las aves, por tanto no debemos afanarnos. Esto no significa que nos quedaremos de brazos cruzados esperando que llueva ropa y comida, sino que nuestra fe en la providencia del Señor estará por sobre el afán del trabajo. El que trabaja poniendo su fe en Dios recibirá bendición. Busca siempre esforzarte y dar lo mejor porque de esa forma demuestras tu fe y
El tercer nivel es caminar por fe y no por vista. Debemos ser como los ciegos que caminan con un bastón, no ven por dónde van y alguien debe tomarles del brazo y guiarles, deben estar atentos, escuchar instrucciones hasta llegar a su destino y realizar lo que desean. No vemos el rumbo pero escuchamos al Señor que nos guía y lleva a nuestro destino. No temas porque el Espíritu Santo te orienta por fe. Lo mismo hacen los pilotos que vuelan por instrumentos. Conducen los aviones escuchando indicaciones y revisando instrumentos. Cuando tomas un periódico y te deprimes porque lees todo lo malo, no estás caminando por fe sino por tus sentidos humanos y te debilitas. Debes tener tus oídos atentos para escuchar a Dios que desea orientar tu vida y darte instrucciones para alcanzar sus promesas. 6
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4. Luchar por fe
5. Morir con fe
“Mas tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre. Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos”. 1 Timoteo 6:11-‐12
“Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras. Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón. Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio mandamiento acerca de sus huesos”. Hebreos 11:20-‐22
Esta Palabra le habla a alguien que ya nació, vivió y caminó por fe, es decir que ha sido formado como hombre de Dios.
Por la fe debes decirle a tus hijos qué esperar cuando ya no estés con ellos. Jacob se agarró de un bordón y adoró al Señor porque sabía su futuro. Morir era ganancia y le declaró a sus hijos que les iría bien. Pidió que no lo enterraran en el desierto sino que cargaran con sus huesos hasta la Tierra Prometida.
La batalla es el cuarto nivel de la fe. En el nivel de “luchar por fe” no peleas contra demonios sino contra tu propia desconfianza. No es Satanás ni las tinieblas quienes te atacan sino tu debilidad ante las dificultades. La batalla de la fe tiene que ver con enemigos que visitan tu casa, quieren quitarte a tus hijos, robar tu bendición y probar tu fortaleza porque ya caminas por fe. Sólo las batallas frente a los enemigos nos hacen más que vencedores. Caminar y vivir por fe no es pelear. Lucha seguro de la victoria porque tú y Él son mayoría y no temerás mal alguno ya que está a tu lado y te hará vivir confiado todas las noches de tu vida.
La seguridad es el nivel más alto de fe que podemos encontrar. Nacemos por fe, debemos aprender a vivir, caminar y pelear por fe para morir con fe. Hay promesas que tus ojos no verán y que deberás delegar a tus hijos y nietos con la seguridad de que Dios no miente. Él te ayuda a creer y esperar más allá de la muerte y desea bendecirte por generaciones. Dale gracias y aprende a desarrollar tu fe para vivir confiado porque tu futuro será bueno y el de tus descendientes será aún mejor. 7
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¿Sabes en qué nivel De fe estás?
como enfermedades, clima, oscuridad, etc. • El que no tiene fe no entiende que lo natural es lo que Dios usará para manifestar su Gloria.
Nivel 2 de FE: Poca Fe “Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?” Mt 6:30
A cada persona Dios repartió un nivel de fe, pero está en nosotros el que Dios la aumente. Existen 4 niveles de FE. Reflexiona y marca cual es el tuyo. Así sabrás qué medidas tomar para mejorar. “Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno” Romanos 12:3:
• Una característica de los que tienen poca fe es que son afanados. Ellos saben que Dios hace milagros, pero no quieren esperar en el tiempo de Dios, porque aún piensan que Dios no sabe cuándo es el mejor momento para manifestar sus milagros. • No confían en Dios. • Sólo confían en sí mismos. • Los de Poca Fe son aquellos que dicen: “Será a mi manera y no a la de Dios”, “Ya me cansé de esperar a Dios, así que lo ayudaré”
Nivel 3 de FE: Grande Fe
“Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?” Marcos 4:40
“Entonces respondiendo Jesús, dijo: Oh, mujer, grande es tu fe; hágase contigo como quieres. Y su hija fue sanada desde aquella hora” Mateo 15:28
• La primera característica de una persona que no tiene fe es el miedo. • Hay miedo porque el hecho de que Dios salva aún es desconocido. • El que no tiene fe tiene miedo a cualquier cosa, incluso a lo natural,
• El de Grande Fe consigue hacer que Jesús diga un “Oh”. • El de Grande Fe sabe que Dios hace maravillas y está dispuesto a esperar el tiempo de Dios, sólo que para recibir la bendición necesita ser tratado de
Nivel 1 de FE: Sin Fe
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muchas cosas como el orgullo, perdón, paciencia, etc. • El de Grande Fe aún es un creyente que necesita ser pulido por la palabra de Dios.
• Dios necesita probarlo para darle su bendición. • El de Grande Fe sabe que el milagro llegará, pero siente la necesidad de hacer guerra, ayunos y sacrificios que Dios no ha pedido. • Alcanzan las bendiciones pero no de manera fácil. • Para que haya una mejor comprensión para identificar a la persona de Grande Fe es que está pidiendo siempre aquello que Dios ya dio o ya autorizó en su Palabra y tiene la extraña necesidad de volvérselo a pedir.
• Aún es de las personas que necesitan ser elogiados para seguir felices.
Nivel 4 de FE: Tanta Fe “Al oírlo Jesús, se maravilló, y dijo a los que le seguían: De cierto os digo, que ni aun en Israel he hallado tanta fe.” Mateo 8:10 • No es necesario insistir porque sabe que la bendición llegará en el tiempo de Dios y sabe que ese tiempo es el mejor para él, lo único que hace es CONFIAR y obedecer su Palabra. • No son de los que se la viven haciendo guerra espiritual, sólo necesitan escuchar un Sí de Dios para saber que la bendición estará pronto en su puerta. • No se debilitan cuando ven las circunstancias. • No dudan nunca del poder de Dios. • Se fortalecen dando gloria a Dios. • No necesitan elogios de nadie, ni de Dios, porque saben que están confiando y obedeciendo. • Estas personas consiguen maravillar a Dios. • Consiguen hacer que Dios hable bien de ellas para otros. • Tanta fe no tiene límite de medida. Oye: Dios en su Palabra nos enseña en muchos pasajes que podemos aumentar nuestra fe. Es momento que nuestra fe maraville a Dios. Dios te ha llamado a que andes en este mundo con la certeza de que Él te protege y 9
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pelea por ti. Él te da las fuerzas para que te sostengas, (efesios 1,19), es tu actitud (lo
que tendrán resultados tanto aquí en la tierra como en la eternidad. No olvidemos que es eternamente en el cielo con el señor o eternamente sin él. No hay más opciones. Y sólo de ti depende. Así que es tiempo de construir para la eternidad.
que haces), tu amor (lo que demuestras con hechos) y tus palabras (positivas) lo que construyen tu fe. Ponle fecha de vencimiento a la crisis que estás viviendo en este momento, acéptala con amor, analiza qué te llevó a esa situación, que quiere el Señor que aprendas y comienza a declarar y a actuar en lo que Dios quiere para ti, dándole gloria al Señor por lo que estás pasando porque esa es la puerta al cambio.
Que algún día podamos decir como Pablo: “Porque yo ya estoy listo para ser sacrificado, y el tiempo de mi partida está cercano. He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe”. 2 Timoteo 4:6-‐7
¡Recarga tu Fe! Estamos en tiempo de conversión; una oportunidad más que nos da el señor a cada uno de nosotros para que hagamos un alto en nuestro camino y reflexionemos que debemos cambiar y que decisiones tomar para recargar ese nuevo hombre que nació en nosotros. Cada día es un nacer, cada día es un momento de demostrarle a Dios que deseo de corazón agradarle. Es un tiempo para cambios extremos
Agradecimientos: *Agradezco a fano por sus ilustraciones.*Algunos textos son bajados de la web.
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