"Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre" 1Juan 2: 16,17.
No tengo pleno conocimiento del tema, porque no soy doctora en teología, ni en nada; pero quiero expresarles a través de esta edición la importancia que tiene el obedecer a Dios y las consecuencias que seguramente algunos de ustedes han sufrido en carne propia, por no estar sujetos a las normas del Señor. Estoy convencida, que muchos, por sus experiencias de vida han sacado sus propias conclusiones y con toda seguridad podrán decir a cualquiera que les pregunte: ¿Cuál es el éxito de la vida? Contestarán: obedecer a Dios. Porque no sólo nos garantiza éxito aquí en la tierra; sino aseguramos nuestra vida eterna. Voy a ser un poco imprudente y tal vez atrevida al contar esta historia, pero necesito ubicarlos
en la dimensión del problema y en la importancia de hacer un alto, para pensar y tenerlo en cuenta, si quieres participar de la obra eterna de Dios. Recomiendo tener presente los personajes y ojo al inicio: Ahora en “navidad”, en “horario familiar”, ví una película donde una chica de 15 años, le hace vida de cuadritos a una señora que su papá pretendía, quien se había separado de su madre y a quien ella defendía con la esperanza de que algún día volvieran a ser una familia. Utilizó las tretas que cualquier adolescente usaría. Pintó a un padre mujeriego, irresponsable, rumbero, alcohólico, en fin todo lo contrario a lo que él realmente era. El señor inexperto en la materia, confundido, en medio de su desesperación, ideó una salida a la finca de la madre de la chica. (Error número uno). Esto para unir a las dos mujeres que estaban a punto de acabar con sus nervios. En el afán de tener contenta a su hija, llevó a su mejor amiga y su novio, también un niño de 15 años. Hasta hay, fue graciosa. Pero las cosas fueron dando un giro inesperado. Puntos de Interés: Concepto de obediencia ¿Por qué obedecer a Dios? • ¿Qué pasa cuando no obedecemos? • ¿Qué ganamos los que obedecemos? • La rebeldía, el peor pecado • “Tips” para aprender a obedecer.
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La amiguita aprovechando que la chica estaba ocupada cuidando a su papá, se encargó muy comedidamente del novio de su “mejor amiga”. El muchacho ni corto, ni perezoso le paraba bolas a las dos, mientras la “novia” del papá le declaraba la guerra a la chica. Hizo que su padre se embriagara con el fin de demostrarle a la “intrusa” que él si bebía como ella se lo había contado, sin pensar que esa noche él hacía la presentación de una revista para jóvenes, en un club muy importante. Debía crear la necesidad de la revista en el público para poderla impulsar. En medio de los tragos y de algunas mujeres que inexplicablemente para él, (pero no para su hija), lo rodearon, tiro al suelo el papel con el discurso que tanto había preparado. Pasó a la tarima un poco ebrio, comenzó a saludar, buscó en su bolsillo el discurso y al darse cuenta que no lo tenía se asustó tanto que empezó a tartamudear.
Mientras lo abucheaban se dio cuenta de todo lo que estaba ocurriendo y entendió la actitud de su hija. Explicando a todos, que los hijos crecen y que es difícil que entiendan ciertas cosas y es más difícil explicárselas, cuando ha sido dañada la relación por los errores de los mismos padres. Esa noche la muchacha decidió quedarse sóla en el jardín de la finca para pensar. Cuando fue a dormir ¡oh sopresa! en ese instante estaba su novio con la amiguita besándose en la cama de ella. Naturalmente se enfureció y salió de allí llorando. Para rematar, en el desayuno la hermanita de ocho años preguntó al papá qué era una relación anal. El padre sorprendido se atragantó y derramó el café. Pero la señora muy calmadamente le explicó. (y no quiero entrar en detalles que dijo). La niña dirige ahora la pregunta a la señora novia de su papá: ¿A los cuántos años tuviste tu primera relación? Y ella contestó orgullosamente que a los 16, y que no salió como ella lo había preparado, pero lo había disfrutado. El papá tenía la boca abierta escuchando lo que su “novia” decía y agregó al comentario que era mejor esperar mucho tiempo, y pensar mucho con que clase de persona debería tener su intimidad, para que las cosas no solo salieran bien sino que organizara una familia. La chica se retiró de la mesa disgustada por el comentario inapropiado de la señora. Esto sirvió para que la señora decidiera irse de la finca con su hijo que adivinen quien era. “El novio de la chica” Por otro lado la amiguita le pide a la niña de ocho años que le ayude a hacer las paces con su hermana, quien responde que sí, con la condición de 2 2
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que ella le enseñara a “masturbarse”. Yo comencé a ver la película acostada en mi cama y aquí ya estaba sentada. Muda… Las dos adolecentes restauraron su amistad y la amiguita explicó que se había aprovechado de la situación debido a la envidia que sentía de ver la familia que tenía a pesar de lo que estaba pasando. Papá e hija quedan sólos, en un muelle, disculpándose el uno con el otro por los daños causados. Y termina ese episodio con el papá preguntándole a la chica si había tenido relaciones con su novio a lo que ella contestó que ¡no! El papá da un suspiro de alivio y se abrazan. Pense: “que final tan lindo”. ¡Pues no! Despúes del corte de comerciales aparece el papá dejando a la niña pequeña en casa de la amiga y ellos dos padre e hija en la puerta de la casa del novio y a su vez suegra; y consuegra del Señor. ¿Y adivinen qué? El papá terminó acostado con su consuegra, la mamá de su yerno, en casa de ella, y la niña en casa de su papá, con su novio y “hermanastro”, en la cama de su papá con autorización de su papá. Y termina la chica escribiendo en su diario: ¡y fuimos muy felices! Yo, aquí ya estaba parada. Todo esto sin contar otros detalles desagradables, en horario familiar, programación navideña, donde lo estan viendo niños y adolescentes. La pregunta es: ¿En qué momento lo bueno pasó a ser malo y lo prohibido y dañino a ser bueno? Ahora esta de moda que las niñas se acuesten con cualquiera solo por que eso es lo que vende la t.v. Es como si ser “virgen” fuera algo de que avergonzarse y de lo que
se tienen que deshacer cuanto antes. Ya no hay programa de t.v. que no tenga sexo, y si analizan los personajes y protagonistas, son cada día más jóvenes. Las novelas para tener rating deben tener su gay incluido, y ya no es uno, sino la pareja, y rivalidad entre los jóvenes, es más, ya se presenta entre los niños pequeños; porque eso es lo que ven todos los días. ¿Cómo decirle a tu hija que no se fije en los novios de sus amigas, si lo ha estado viendo durante años, en los canales extranjeros y para ella eso es la más normal? “Los boletas somos nosotros”. Para la gente ahora es normal ser prepago, el tráfico sexual de niños y niñas, (estamos hablando de edades entre los 5-‐6 años en adelante), el terminar en la cama de aquel con el que salió a “rumbiar esa noche”, no hay buena rumba sin borrachera, droga y mujeres. Los malos y metidos ahora son: la policía y los afectados, los que se aterran de lo que pasa hoy día, como nuestros padres, que son de otra generación; y los “buenos y víctimas” son los narcotraficantes, los jefes de las grandes mafias y todos los que generan 3 3
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violencia y hacen daño. Se les da publicidad, se hacen series completas, contando las hazañas y los actos heroícos de como burlaron la D.E.A. y como triunfaron pasando toneladas de heroína y hachis, a un país y lo peor, se les deja libres por delatar a otros. Ahora esta “out” ser leales, fieles, cumplidos, honestos, hablar con la verdad, sostener la palabra dada, tener consideración y caridad con las personas, el matrimonio, obedecer a los padres y velar por ellos cuando lo necesiten, respetar y obedecer las autoridades, darle buen ejemplo a los hijos, amarlos, cuidarlos, protegerlos, no tocar lo ajeno, cuidar la ciudad, el parque, ser generosos, ser agradecidos con el Señor, dedicar un día a rendir honor a su nombre, en fin, obedecer las reglas que Dios nos dio para una sana, grata y pacífica convivencia. Y lo peor es que ya no hay quien nos lo esté recordando y/o enseñando. En el tiempo que llevo de vida, que, son muchos, y con todo respeto, nunca he escuchado a un sacerdote hablar en los sermones de la eucaristía, o en reuniones, sobre el adulterio, la fornicación, la lujuria, los pecados de impureza; sobre la unión libre, sobre el homosexualismo. He escuchado a algunos pastores tratar el tema en televisión, pero a nadie más. La abuela y mamá son las únicas que se atreven a tocar el “asunto” con los hijos y eso cuando son pequeños y si es cristiana. Pero, ¿por qué callar temas como estos, si fue Dios quien dijo que estaba mal hecho? Más directamente Dios dice: que éstos no entrarán al cielo. “¿No sabéis que los
injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los Idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios”. 1 Corintios 6:9-‐10 No entiendo porque callarlo si lo que está en juego es la vida eterna de las personas. Se hacen caminatas por la paz, por el no maltrato a las animales, por no más FARC. Y está muy bien, de eso se trata, pero ¿por qué no hacer caminatas en contra de la pornografía, de la explotación sexual de los niños, del abuso de los canales de tv, y el derecho de conservar los valores familiares? ¿Por qué no hacer una marcha y campañas en parroquias, escuelas y comunidades, pueblos, ciudades, sin importar de que religión es, sobre la bendición que Dios riega a aquellos que hacen caso a sus reglas?
No sólo las bendiciones que recibimos aquí en la tierra, sino el mejor premio que se nos otorga: la vida eterna al lado del Señor. 4 4
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Concepto de obediencia
Se denomina obediencia al acatamiento de órdenes o normas, por parte del sujeto pasivo de las mismas. Surge de una relación donde alguien manda con autoridad de hecho o derecho sobre otro, a quien le impone determinadas conductas y/o abstenciones. “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que se resisten, acarrean condenación para sí mismos. Porque los magistrados no están para infundir temor al que hace el bien, sino al malo. ¿Quieres, pues, no temer la autoridad? Haz lo bueno, tendrás alabanza de ella; (…) Por lo cual es necesario estarle sujeto, no solamente por razón del castigo, sino también por causa de la conciencia. (…) Romanos 13, 1-‐14.
¡Obedecer a Dios una aventura! "La obediencia vale más que el sacrificio, y la docilidad más que la grasa de los carneros”. 1 Samuel 15:22 Es una aventura porque para obedecer se necesita conocer a quien obedecemos, analizar por qué decidimos obedecerle, colocar en una balanza la ventajas y las desventajas, estudiar y saber las leyes de quien obedecemos, considerar si estamos dispuestos a someternos a estos reglamentos, los que implican renunciar a ciertas cosas, adaptar otras con las que no contábamos que de pronto no nos agradan y mueven, es más cambian el sistema de vida que llevamos. Es importante e indiscutible saber que en toda casa, en toda empresa, en toda institución o lugar a donde vayamos, existen reglas. Si queremos integrarnos a determinado grupo social, debemos someternos a su manual de convivencia. No importa de dónde vengas ni de que se trate el grupo. Si no obedecemos, estamos en serios problemas, ya que rompemos el sistema creado por ellos, trayendo consecuencias para todos y desestabilizando el fin con el que se creó el grupo. Así mismo es en la casa de Dios. Él tiene su gobierno y sus estatutos, y el que quiera entrar allí debe cumplir fielmente las reglas. En el instante en que decidimos aceptar a Dios en nuestro corazón espiritualmente pasamos a ser miembros de su familia y por lo tanto quedamos sujetos a sus estatutos. Por eso esta decisión debe ser libre y consciente. 5 5
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¡Adrenalina pura!
“Entrad por la puerta estrecha. Que es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que entran por ella. Y es estrecha la puerta y angosto el camino que lleva a la vida, y son pocos los que la encuentran”. Mateo 7; 13-‐ 14. 40 años duraron los israelitas en el desierto, comiendo maná. Esa no era la voluntad del Señor, lo que Dios quería era que conquistaran y se tomaran la tierra que él les había prometido. Pero el pueblo no quería entender que su corazón debía cambiar y obedecerle. Obedecer a Dios es adrenalina pura, porque el sólo hecho de “obedecer” implica alterar tu estilo de vida y adaptarlo a las reglas de Él. Más exactamente a las enseñanzas de Jesús. El proceso para mantener una relación con nuestro creador es: Seguir, creer, obedecer. Jesús te acepta tal y como eres, en el camino resuelve tus dudas, y con el tiempo querrás alterar tu estilo de vida. ¿El premio? Vida eterna. El pecado del hombre no sólo afecta
su ser interior sino que intoxica el ambiente de todos los que están a su alrededor. Lo difícil para nosotros es dejarnos moldear y dejar aquello de lo que alguna vez participamos; por eso es tan importante que nuestro cambio se note, porque somos ejemplo de vida de lo que alguna vez fuimos, que estaba mal y lo que ahora somos, que es el camino correcto. Esto como ejemplo para nuestros hijos y/o familia, que nos conocieron y fueron tal vez víctimas de nuestro mal proceder. Además los resultados de obedecer a Dios se ven en algunos a corto y en otros a largo plazo. Este es el riesgo y el desafío: saber decir no, enfrentar, actuar y esperar en Dios con los ojos puestos en él, sin desmayar a pesar de las adversidades. Según Rafael Arango (lo escuche en tele amiga), luchamos contra el encanto de lo mundano: “estamos enamorados de la materia, del mundo, no queremos ver lo que Dios hace por nosotros y tiene para nosotros. Nos enamoramos del progreso, del desarrollo humano pero no del dador de las cosas. Tenemos esperanza intra-‐humana, progresista, pero no en Dios, sólo lo buscamos para que nos de cosas, nos resuelva nuestros problemas y nos quite la depresión. Por otro lado el exceso de prudencia es un acto de cobardía, hay que perder el respeto humano para entrar en la verdad divina. Y qué difícil es. Aquí no se trata de agradar al hombre si no a Dios”. En Cristo no puedes estar inactivo. Si no creces corres el riesgo de salirte del camino. 6 6
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¿Por qué obedecer a Dios? “Pues he bajado del cielo no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me ha enviado. Y esta es la voluntad del que me ha enviado, que yo no pierda a ninguno de los que él me ha dado, sino que los resucite en el último día. Pues es la voluntad de mi Padre que todo el que vea al hijo y crea en él tenga vida eterna y yo lo resucite en el último día. Juan 6, 38-‐40“.
Tenemos que entregar nuestra voluntad a la voluntad de Dios porque él es fuente de vida eterna. Y la voluntad de Dios es buena, agradable y perfecta. Obedecer a Dios es una elección no una emoción. Puede ser una decisión poderosa o vivir pensando que así está bien y que sólo puedo salir de todos los conflictos emocionales, económicos, morales, en los que me involucro al pasar los días. Y rodar de error en error, más graves aun convirtiéndose en una bola de nieve tan grande que las consecuencias de mis pecados y problemas van afectando e involucrando al que está a mi lado, que por lo general son los seres que más amamos. Necesitamos elegir obedecer a Dios pronto. Sólo así se cosecha. Tomando acción rápida y concreta. No podemos esperar a que nos “nazca” o “queramos”. Las emociones nunca son un apoyo. Tenemos capacidad de elegir y Dios respeta nuestra decisión. Sino elige cambiar, Dios no lo cambia, porque somos colaboradores de Dios, así que debemos obedecer para tener cambios que traen bendición a nuestra vida aquí en la tierra y nos lleve a la vida eterna.
¿Y que logramos si obedecemos a Dios? “Reconoce en tu corazón que el Señor, tu Dios, te corrige como un padre lo hace con su hijo. Guarda los mandamientos del Señor, tu Dios; sigue sus caminos y respétale. El Señor, tu Dios, te va a introducir en una tierra buena; tierra de torrentes, de fuentes, de aguas profundas, que brotan en el fondo de los valles y sobre los montes; tierra de trigo y cebada, de viñas, higos y granados (…) Deuteronomio 8, 5-‐10 Hay cosas en la vida que tienen que funcionar muy bien. Y es “nuestra vida”. Gastamos poco tiempo metiéndonos en problemas y mucho tiempo para salir de ellos. Cuando estamos en buenos caminos es porque dejamos que Dios cambie nuestra forma de ser. Y cambia nuestra angustia por sosiego. Cuando somos obedientes, Dios cambia el maná por trigo y el agua de la roca por ríos, y nuestro vestido parece siempre nuevo. Cuando obedecemos a Dios ganamos respeto ante los demás por nuestro buen proceder, credibilidad, confianza, nuestro trabajo es reconocido, ganamos buenos amigos, nuestros hijos se sienten orgullosos de nosotros, nos sentimos amados por todos y lo mejor, en cada momento sentimos el respaldo y el amor de Dios. 7 7
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¿Y si nos negamos a obedecer?
La autoridad de Dios
Los que hemos sido desobedientes nos podemos identificar con este texto bíblico. “Ahora esto dice el Señor todopoderoso: fíjense en su situación: siembran mucho pero cosechan poco, comen pero se quedan con hambre, beben pero siguen sedientos, se abrigan pero tienen frío; y el asalariado guarda su pago en bolsillo roto. (…). Esperaban abundancia, resultó escasez; lo que guardan en su casa, yo lo disperso de un soplo; ¿por qué? -‐ oráculo del Señor Todopoderoso-‐. Porque mi casa está en ruinas, mientras ustedes disfrutan cada uno de su casa”. Hageo 1, 4-‐9 No olvides que está en juego tu vida eterna. “De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que se resisten, acarrean condenación para sí mismos”. Romanos 13,2. Sin palabras….
"¿Por qué me llamáis ¡Señor! ¡Señor!, y no hacéis las cosas que os mando?” Lucas 6: 46 El trono de Dios se fundamenta en la autoridad. Los hechos de Dios proceden de su trono y éste se fundamenta en su autoridad. Todas las cosas son creadas por la autoridad de Dios y todas las leyes físicas del universo se mantienen por esta misma autoridad. Por esto la Biblia se refiere a ellos expresando que Dios “sustenta todas las cosas con la palabra de su poder”, lo que significa que sustenta todas las cosas con la palabra del poder de su autoridad. Porque la autoridad de Dios representa a Dios mismo, mientras que su poder representa sus hechos. Sólo Dios es autoridad en todas las cosas, porque todas las autoridades de la tierra son instituidas por él. La autoridad es algo de importancia sin igual en el universo; no hay nada que la sobrepase. Por consiguiente, es imperativo que los que deseamos servir a Dios conozcamos su autoridad. 8 8
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La rebeldía el peor pecado Escucha la Palabra de Dios: "Lejos está de los impíos la salvación, porque no buscan tus estatutos" Salmo 119: 155. El querubín se convirtió en Satanás cuando sobrepasó la autoridad de Dios, compitiendo con él y volviéndose de este modo un adversario suyo. La rebelión fue la causa de la caída de Satanás. Tanto Isaías 14:12 – 15 como Ezequiel 28:13-‐ 17 se refieren al ascenso y caída de Satanás. Sin embargo, el primer pasaje pone énfasis en cómo Satanás infringió la autoridad de Dios mientras que el segundo pone de relieve su transgresión de la santidad de Dios. Ofender la autoridad de Dios es una rebelión mucho más grave que la de ofender su santidad. Puesto que el pecado se comete en la esfera de la conducta, se lo perdona con más facilidad que la rebelión, pues ésta es una cuestión de principios. Fue el intento de Satanás de poner su trono sobre el trono de Dios lo que violó la autoridad de Dios; fue el principio de la vanagloria o exaltación propia. El hecho de pecar no fue la causa de la caída de Satanás; ese hecho no fue más que el producto de su rebelión contra la autoridad. Fue la rebelión lo que Dios condenó. Todo reino, autoridad y gloria pertenecen a Dios, y a Dios solo. Lo que nos libra totalmente de Satanás es el ver esta preciosísima verdad: que el reino es de Dios. Puesto que todo el universo está bajo el dominio de Dios, tenemos que someternos a su autoridad. Que nadie le
robe la gloria a Dios. Tan sólo la obediencia honra completamente a Dios, pues solamente ella toma a Dios como su centro. Sepamos bien que hay dos principios en el universo: el principio de la autoridad de Dios y el de la rebelión satánica. No podemos servir a Dios y a la vez seguir el camino de rebelión teniendo un espíritu rebelde.
Algunos “Tips” para la obediencia
“Guardad con gran cuidado los mandamientos del señor, vuestro Dios, los preceptos y las leyes que él os da. Haz lo que es justo y bueno a los ojos del Señor, para que seas dichoso y entres a tomar posesión de la hermosa tierra que el señor prometió con juramento a tus padres”. Deuteronomio 6, 17-‐19 Tarde o temprano, los que queremos disfrutar de la eternidad al lado del Señor, debemos tener un encuentro con la autoridad en el universo, en la sociedad, en el hogar, en la iglesia. ¿Cómo puede uno servir y obedecer a Dios si jamás ha tenido un encuentro con la autoridad de Dios? En una entrevista explicaba una psiquiatra cristiana, que lo primero que hacen cuando ingresa un paciente, es explicarle las normas y la disciplina del hospital, y aunque parecen muy estrictas estas reglas tienen su propósito. El ser humano necesita ser guiado por una autoridad porque le da seguridad y estabilidad emocional. Entonces obedecer a Dios es más que un simple asunto de 9 9
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enseñanza o doctrina; es porque fuimos diseñados por el Espíritu Divino y somos parte de este Espíritu. Por lo tanto dependemos no sólo espiritualmente de aquel que nos creó; sino que necesitamos ese manual de convivencia para podernos desarrollar tan eficazmente para lo que fuimos diseñados por el fabricante. Algunos creen que es muy difícil saber obedecer a la autoridad; pero si hemos tenido un encuentro con Dios, la dificultad desaparece. No hay nadie que obedezca a la autoridad de Dios sin que la misericordia de Dios descanse sobre él. Aprendamos, por tanto, algunos “tips”: A. Tengamos un espíritu de obediencia. Cuando hemos sido maltratados tenemos problemas con las autoridades y es difícil obedecer al esposo, a los padres, al jefe, etc. Pero el diseño divino de Dios para mantener el orden aquí en la tierra se llama: Autoridad. Y es imprescindible aprender la obediencia. Debemos hacer un proceso de sanación y pedir en oración a Dios para que nos dé un espíritu de obediencia. B. Practiquemos la obediencia con toda naturalidad, podemos vivir una vida obediente, sin quejas, ni reclamos, sin renegar de la vida, del jefe, del esposo que nos tocó. Esa fue nuestra decisión y debemos asumir las consecuencias. Por lo tanto obedezcamos en silencio y con buena actitud. C. Aprendamos a ejercer la autoridad delegada con respeto y cariño. El que vive, sirve y trabaja para Dios necesita no
solamente aprender a obedecer la autoridad, sino también aprender a ser la autoridad delegada a Dios en la iglesia y en el hogar. La
obediencia cristiana
La obediencia cristiana es un acto libre que busca realizar la voluntad de Dios en la propia vida, para identificarse con Jesucristo. En el Antiguo Testamento la obediencia a Dios era la virtud fundamental; el Nuevo Testamento nos presenta la obediencia de Cristo a su Padre Dios; a María y a José; y a las autoridades. Obediencia es estar conectado con la fuente original. Con Cristo nos está diciendo Dios que no hay otro camino que obedecer a Dios. “Yo pongo hoy por testigos al cielo y la tierra; pongo delante de ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Elige la vida para que vivas tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, obedeciéndole y estando unido a él”. Deuteronomio 30,19-‐ 20.
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