Pasos para pasar la prueba

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"Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito". He.11:17 “…El Señor le dijo: ¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un hombre justo y honrado, religioso y alejado del mal. Satán respondió: -­‐¿Y tú crees que su religión es desinteresada? ¡Si tú mismo lo has cercado y protegido, a él, a su hogar y todo lo suyo! Has bendecido sus trabajos, y sus rebaños se ensanchan por el país. Pero tócalo, daña sus posesiones, y te apuesto a que te maldice en tu cara. (…) Ponle la mano encima, hiérelo en la carne y en los huesos, y te apuesto a que te maldice en tu cara”. Job1-­‐6 6-­‐12 y 2, 1-­‐6 Dios, nos enseña en su palabra que todos somos sometidos a prueba, y nos explica el porqué. A Abraham le pidió sacrificar su único hijo y a Job después de ser el hombre más rico de la región le fue arrebatado los bienes, los hijos y sufre una penosa enfermedad en la piel. Sus vidas fueron testimonio del amor y de la fidelidad a Dios a pesar de las pruebas. Nosotros que nos decimos seguidores de Cristo, no hacemos el menor esfuerzo para formarnos espiritualmente y tratar de agradar a Dios con nuestra manera de vivir. Y creemos que por convertirnos en Cristianos nos vamos a liberar de las pruebas.

Queremos todo lo fácil, lo cómodo, lo rico, lo placentero y lo mejor, sin que nada nos cueste. Cuando estamos económicamente bien y todo marcha perfecto, alabamos y bendecimos a Dios, y creemos tener la relación perfecta con él; pero cuando de la noche a la mañana todo nos cambia, ¿cuál es nuestra actitud frente a los problemas y frente al Señor? Lo bueno cuesta, y mucho. Conservar el lugar en el cielo tiene un precio y se llama obediencia. Y obedecer no es nuestro fuerte. Y así como la pureza del oro se prueba a muchos grados de calor con fuego, así, Dios prueba nuestra obediencia y nuesrtra fe. Puntos de interés: ¿Qué es la prueba? • ¿Para que nos prueba Dios? • Pasos para pasarla • Que obtenemos si pasamos la prueba? • Ojo, No hacer de la prueba un estilo de vida 1

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¿Qué es la prueba?

La prueba, significa "aspirar algo, esforzarse, examinar o comprobar el valor de algo o de alguien". Dios quiere saber hasta donde llega nuestro amor por él, hasta donde va nuestra fidelidad y hasta donde somos capaces de sostener esa relación. Y no por vanidad, No. Por amor a nosotros; pues entre más dependamos de él, más libres somos, y más cerca estamos al grado de santidad que debemos tener para estar en su presencia. Los que decidimos seguir a Cristo debemos ser firmes y tener claro lo que vamos a hacer, lo que queremos recibir de Dios, hasta donde queremos que Dios nos lleve y hasta donde queremos dejar que Dios entre en nuestras vidas. Si queremos recibir lo que Dios quiere darnos tenemos que perder algo antes de recibir. Recordaremos dos tipos de pruebas y la reacción de cada uno, y, podremos tomar ejemplo de ellas e identificarnos con alguna situación similar. Palabras, reacciones, en fin.

“Después de estos sucesos Dios puso a prueba a Abraham, diciéndole: -­‐ ¡Abraham! Respondió: -­‐ Aquí me tienes. Dios le dijo: -­‐ Toma a tu único hijo, a tu querido Isaac, vete al pais de Moria y ofrécemelo allí en sacrificio en uno de los montes que yo te indicaré. Abraham madrugó, ensilló el asno y se llevó dos criados y a su hijo Isaac; cortó leña para el sacrificio y se encaminó al lugar ue le había señalado Dios. Al tercer día, levantó Abraham los ojos y divisó el sitio a lo lejos. Abrahan dijo a sus criados: -­‐ Quédense aquí con el asno; yo y el muchacho iremos hasta allá para adorara Dios y después volveremos con ustedes (…). Cuando llegaron al sitio que le había dicho Dios, a Abrahann levantó allí un altar y apiló la leña, luego ató a su hijo Isaac y lo puso sobre el altar, encima de la leña. Entonces Abraham tomó el cuchillo para degollar a su hijo; pero el ángel del Señor le gritó desde el cielo: -­‐ ¡Arbaham, Abraham! -­‐ El contestó: Aquí estoy. Dios le ordenó: No alargues la mano contra tu hijo ni le hagas nada. Ya he comprobado que respetas a Dios, porque no me has negado a tu hijo. Abraham levantó los ojos y vió un carnero enredado por los cuernos en los matorrales. Abraham se acercó, tomó el carnero y lo ofreció en sacrificio en lugar de su hijo. (…) Desde el cielo, el ángel del Señor volvió a gritar a Abraham: -­‐ Juro por mí ismo-­‐ oráculo del Señor_: Por haber obrado así, por no haberte reservado tu hijo, tu único hijo, te bendeciré, multiplicaré a tus descendientes como las estrellas del cielo y como arena de la playa. (…) por que me has obedecido. Genesis 22, 1-­‐19.

La actitud de Abraham es sorprendente; nunca una queja, nunca un reproche, un ¿por qué?. No le dijo nada a Sara su esposa, ni se embriagó, ni se lamentó. La Biblia no describe

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absolutamente ningún reproche, ni actitud que lo pusiera en evidencia en contra de lo que Dios le pedía. Pongamonos por unos minutos en su situación. “En silencio obedeció. A pesar de su dolor. Porque tuvo que haber sentido un sufrimiento muy grande ante aquella orden. Y mientras caminaba con su hijo la tristeza debió agobiarlo. ¿Qué decirle a Isaac?, que debió estar asustado. ¿Qué va a decirle a su madre cuando regrese sin su hijo? Luego hacer un altar, apilar la leña y atar a su único hijo, para sacrificarlo es una actitud de obediencia sin pensamientos. Y por lo general decimos: si Dios amaba a Abraham por que le pidió esto. ¿Qué clase de Dios tenemos? Dios tenía una finalidad y un propósito en esta petición; era terminar con los sacrificios humanos que los pueblos paganos ofrecían a sus dioses en agradecimiento o medio para hacerles una petición. Esta fue una de las formas de enseñarnos que él no se complace con sacrificios humanos, sino, con un corazón obediente, manso y completamente seguro de que si Dios lo quiere así, sus razones tendrá y será para bien personal. Y de toda una comunidad.

La historia de Job nos muestra otra manera de ver las cosas cuando se pasa por una prueba. Vemos un padre amoroso, y temeroso de Dios, un hombre muy rico y respetado. De pronto llega la ruina y sus hijos mueren. Él, en señal de duelo, se raspa la cabeza, se rasga los vestidos y se postra en la tierra ante Dios exclamando: “Desnudo salí del vientre de mi madre y desnudo volveré a él. El Señor me lo dio, el Señor me lo quito: ¡Bendito sea el nombre del Señor!” Job 1, 20 Pero cuando le llega la enfermedad en la piel, con llagas desde la planta del pie hasta la coronilla y se llena de gusanos , de costras y de pus, comienza a maldecir el día que nació y la noche que fue concebido, llora, se lamenta, siente deseos de morir, más nunca piensa en el suicidio. Los amigos le hablan de un posible castigo de Dios y lo invitan a hacer un exámen de conciencia y revisar su pasado para que se arrepienta, pida perdón y Dios quite su castigo. Para ellos prevalece la justicia de Dios como juez que premia a los buenos y castiga a los malos. A medida que se hace más profunto el dolor y el sufrimiento de la enfermedad, más son las preguntas de Job a Dios. Lastimado su cuerpo y lastimado su corazón, Job, quiere saber cuales son los misterios de Dios . Pero esta seguro que el propósito de Dios no es el castigo sino que hay algo más que necesita descubrir. Cuando entiende que los propósitos del Señor van más allá de una vida religiosa y confirma que Dios no es solo un juez que castiga, sino que es un Dios que forma y pule, es cuando recibe bendiciones y restituye su hogar, sus bienes, restaura su imagen y su buen nombre.

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Características Del oro

"En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo". 1 Pedro 1, 6-­‐7 -­‐El oro es símbolo de realeza. -­‐Se derrite más fácil que el bronce y la plata. -­‐No se oxida. -­‐Es maleable. Se puede trabajar muy bien. Para el Señor somos su tesoro, y de gran valor. Y se convierte en un joyero cuando está trabajando con nosotros. Nos da forma a grandes temperaturas y con martillo si es necesario. Dios nos está convirtiendo en oro puro para su reino. No le des brillo al bronce para que parezca “oro” Mejor déjate purificar. Doloroso pero efectivo. Deja que el Señor trabaje en ti.

¿Para qué la prueba?

“Queridos hermanos no se extrañen como si fuera algo raro, de verse sometidos al fuego de la prueba; al contrario, alégrense de participar en los sufrimientos de Cristo” 1Pedro 4, 12-­‐16. La prueba es la manera en la que el Señor nos va puliendo y moldeando de acuerdo al plan de vida que tiene para nosotros. Por medio de las pruebas, El, trabaja en cada uno la humildad, el perdón, la paciencia, la fe, el amor, en fin todo los que nos falta y necesitamos para formar parte de su reino. Uno de los mayores errores de los que nos decimos seguidores de Cristo es que no estamos dispuestos a proseguir más allá del dolor. Tenemos que morir a algo, un sentimiento, un deseo, para recibir de Dios algo mejor. Para pasar a otro nivel de espiritualidad debemos pasar la prueba del primer nivel. Hay

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que pisar un escalón para subir al otro. Y tal vez pisar nuestros propios deseos o esperanzas, pero que no son la voluntad de Dios. No puedes decirle a Dios: dirige tú mi vida y no permitir que El haga su obra. Y lo que más nos cuesta trabajar son los sentimientos. He aquí una lista de los que el Señor puede estar probando en nosotros: • Nuestro: amor, fidelidad. • Nuestro carácter con relación a El. • Nuestro crecimiento espiritual y nivel de fe. Nuestra dependencia de El. • Nos enseña que no es todo lo que queremos. Nos permite encontrar nuestras debilidades y limitaciones. • Nos enseña a poner los ojos sólo en El, con la esperanza que cumplirá lo que nos prometió. • Descubre nuestra capacidad de aguante. • Nos quita el velo de los ojos. • Nos revela sus misterios. • Nos permite ver cualidades ocultas. • Nos enseña a valorar lo que tenemos. • Nos enseña a perdonar. • Nos enseña a ponernos en el lugar del otro. • Aprendemos a sentir el dolor de los demás. • Descubrimos lo pequeño de nuestra carne y lo grande de su divinidad. • Nos permite reconocer que El es lo único que tenemos. Y que es todo lo que necesitamos.

Pasos para pasar la prueba

"Hermanos míos, tengan como suprema alegría las diversas pruebas a que pueden ser sometidos, sabiendo que la fe produce la constancia. Pero que la constancia vaya acompañada de obras perfectas, para que sean perfectos, irreprochables, sin dejar nada que desear. Santiago.1:2-­‐3

Tenemos que tener claro que una cosa es la prueba y otra cosa son los sufrimientos consecuencias de nuestros pecados. David sufrió las consecuencias de su pecado. Abraham y Job fueron puestos a prueba. Y los tres amados por el Señor. He aquí unos pasos que nos pueden servir como guía para pasar una prueba.

1. Sabiduría: Debemos pedirle a Dios que nos de su sabiduría para identificar lo que pasa. El problema está ahí, frente a nosotros. Pedir Luz para reconocer sus componentes y su dimensión. Y que nos

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revele como poner todas las piezas juntas y armar el rompecabezas.

2. Que el carácter de Cristo sea dado en nosotros: “al contrario, alégrense de participar en los sufrimientos de Cristo, para que así mismo, puedan estar gozosos el día en que se manifieste su gloria”.1 Pedro 4, 13 Debemos pedir a Dios, nos impregne del carácter de Cristo: No desviarse ni a la izquierda ni a la derecha, hacer siempre la voluntad del Padre, cumplir la misión que el Señor ha encomendado de la mejor manera posible, mucha oración y mucho amor para todos y para todo. Es primordial identificar que quiere enseñarnos Dios a través de la prueba que estamos pasando. Si no lo tenemos claro pidámosle que nos lo revele pronto, para poder trabajar con objetivos claros. Tenemos que buscar información que nos aporten y provean elementos de crecimiento espiritual que nos exigen las circunstancias en ese momento.

3. Resistencia:

La resistencia es una combinación de fuerzas, lucha y mantenernos firmes. La fortaleza nos la da Dios a través de la Oración, el ayuno e indiscutiblemente el conocimiento de su palabra. Tenemos que alimentar nuestro hombre espiritual y hacerlo fuerte. No nos conformemos únicamente con ir a la iglesia los domingos. Así la prueba nos sacará de base. Hay cosas que Dios nos quiere decir, pero si sólo tenemos momentos y no una intimidad con Dios, no le damos tiempo suficiente para una comunión. Los leones atacan a los animales débiles, enfermos, recién nacidos o pequeños. No permitamos que Satanás utilice nuestra prueba para acabar con nuestra fe y eliminar los buenos resultados que podemos obtener. La lucha no se trata solo de defendernos. Recordemos que nuestro mayor enemigo no es el demonio sino nuestras propias limitaciones. Debemos atacar de manera que eliminemos nuestros propios obstáculos. Debemos ir a grupos de oración. El reunir varias personas para ponernos de acuerdo para pedir a Dios por algo o por alguien, es un arma eficaz. Hablemos de Dios a un amigo, a nuestros hijos, demos testimonio de nuestra conversión y de esa relación que decimos tener con el Señor. Coloquemos programas de tv, radio, internet, que edifiquen. Coloquemos alabanzas mientras nos sea posible. Mantengamos nuestras energías y pensamientos en Dios, no en el problema. Firmeza: Es no dar el brazo a torcer. Tenemos que ir contra la presión de nuestra familia, nuestros amigos, nuestro trabajo, etc. Tenemos sufrimientos y Dios quiere enseñarnos a través de ellos y yo decido si los paso y aprendo, o si me devuelvo y de todos 6

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modos voy a sufrir y volveré a tener la misma prueba. El vino se hace cuando se pasan las uvas por el agar. (La coladera). Y la herida de un quemado solo sana cuando se limpia una y otra vez, y al limpiar duele y mucho. Debemos proseguir así pasemos algunos sufrimientos. Nosotros no estamos dispuestos a proseguir más allá del dolor y es necesario. Tenemos que cambiar el patrón mental que nos encadena. Nunca sabremos que tiene Dios para nosotros sino pasamos la prueba.

4. Paciencia: Tenemos que aprender a esperar y reposar en el Señor, confiados en que todo pasará, y lo que pase es para nuestro bien y nuestro crecimiento espiritual, que nos lleva a la santidad que necesitamos tener, para poseer lo que nos prometió. La vida eterna con él. ¿Vale la pena pasar la prueba? “al acostarme pienso: ¿Cuándo me levantaré? Se hace larga la noche y me canso de dar vueltas hasta el alba;” Job 7, 4

Lo que no debemos hacer en una prueba

Por lo general en los monentos de sufrimientos profundos dejamos salir lo que pensamos de Dios. • No debemos quejarnos. • Autocaompadecernos. • Tener una actitud negativa. • Renegar de Dios. Y de lo que nos esta pasando. • Desconocer la voluntad de Dios. • Volver atrás. Cada vez que empezamos a tener progreso el diablo viene a llevarnos de nuevo al lugar de donde salimos. La parálisis del pasado evita que disfrutemos hoy la vida, de nuestro presente y que nos proyectemos a un futuro. Tan pronto empezamos a sentir dolor, o sentir que sufrimos, cuando dejamos de sentirnos cómodos, buscamos las salidas más cercanas. Volvemos atrás y empezamos de nuevo, es como cuando decidimos hacer dieta. Es fácil decir voy a hacer dieta cuando recién acabamos de comer. No estamos dispuestos a proseguir más allá del dolor. En la persona de Job podemos ver reflejados nuestros momentos de sufrimientos, duda y confusión. “Por eso no frenaré mi lengua, hablará mi espiritu angustiado, se quejará mi alma entristecida” “Estoy hastiado de la vida: así que voy a dar rienda suelta a mis quejas desahogando la amargura de mi alma. Pedire a Dios: No me condenes, hazme saber que tienes contra mí.” Job 10, 1-­‐2 7

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No hacer de la prueba mi forma de vivir Moisés sacó a los israelitas de Egipto y duraron 40 años para llegar a la tierra prometida, cuando Dios tenía planeado que atravesaran el desierto en 40 días. ¿Por qué? Porque no quisieron desprenderse de todas las costumbres adquiridas de los egipcios; como adorar a otros dioses, practicar la hechicería y dejar todos aquellos pecados que los separaba del Señor. Se olvidaron en pocos días de su sufrimiento, y agobio, del poder que ejerció Dios para sacarlos de la opresión y la esclavitud ejercida por los faraones durante 400 años, pero no se olvidaron de sus vanas y pecaminosas costumbres. Es más, algunos le reclamaban a Moisés el para qué los había sacado de Egipto, pues allí tenían comida, pero ¿a qué precio? Por eso encontramos personas que salen de un problema y se meten en otro, y sufren, se angustian, pasan por diversas penas, pierden la familia, el trabajo, el buen nombre, su imagen, su paz; porque no quisieron aprender de la primera vez. Vemos casos, de hombres y mujeres que cambian de pareja una y otra vez, y a todos les tiene que soportar groserías, vicios, malos tratos, violencia personal y con sus hijos, y, siguen con la obsesión no poder estar solas pero no quieren aprender que el problema no es de los demás sino de ellos. El Señor nos quiere enseñar por un lado y otro y no, no entendemos. Si pasamos siempre por el mismo tipo de problema, ojo, el problema somos nosotros, algo tenemos que cambiar y debemos escuchar la voz de Dios.

¿Qué pasa si superamos la prueba?

“Dichoso el hombre que soporta la prueba; porque si la ha superado, recibirá la corona de la vida que Dios ha prometido a los que lo aman”. Santiago 1,12 Cuando Dios te pone a prueba y la aceptas haciéndole frente con la mente puesta en el cambio te saca victorioso y restituye y restablece lo que habías perdido. Inténtalo, de eso se trata, competir con las reglas del Señor. Triunfa el que supera las pruebas. ¿El premio? ¡Eternamente con el Señor! Que Dios bendiga a las personas que con sus charlas hicieron posible el tema de esta edición. Son notas reunidas durante 3 años de programas que escucho por la radio, la televisión, retiros espirituales. A todos los que hacen posible que la información llegue a sus manos. ¡Gracias!¡AYUDA AJESUS EN SU MISION! Regala copias 8

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