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Supersticiones C R E E N C I A S I N J U S T I F I C A DA S • M I A B U E L A D E C Í A • ¡ V A A E X P L O T A R ! • SE ME SUBIÓ EL MUERTO• CÓMO LLEGUÉ AQUÍ • LA DOLOROSA
Editorial
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unca he sido supersticiosa, creo que cada suceso de nuestra vida nos va llevando por el camino correcto, ya sea que parezca bueno o malo en primera instancia, al final siempre nos daremos cuenta que era necesario para estar justamente en este instante. Leía hace poco que cada persona está justo a tiempo, en ocasiones nos frustramos porque la vida no toma el ritmo que queremos, creemos que tenemos mala suerte, que fracasamos, que los NO que se nos presentan nos humillan y deshacen sueños. Cuando en realidad todo es parte de un plan mejor al que tenemos registrado en nuestra mente, al que nos aferramos y que indudablemente no soporta sorpresas. Es entonces cuando nuestro instinto se torna a depositar su fe en aquello que creemos nos fortalece, aquello que nos brindará un ápice de buena suerte, aquello que va a deshacer cualquier mal augurio. No digo que sea algo malo, si eso realmente te da seguridad y te hace crecer, ¿por qué habría de ser malo? La verdad es que todo está en la mente y en ocasiones necesitamos algo tangible que nos dé ese empujoncito hacia el valor, como cuando Ron Weasley ganó el juego de Quidditch, porque creyó haberse tomado la poción Felix Felicis, esa que te brinda suerte para conseguir lo que quieras. Dejar que la vida fluya, no es sentarte y esperar que pase algo. Es tomar acción con la creencia en uno mismo, con la creencia de que podemos sorprendernos con súbitos cambios que nos harán mejores. Culminamos este grandioso año con un tema controversial como divertido, te invitamos a adentrarte al mundo de las supersticiones y creencias, si ya nos has seguido el rastro durante los últimos cinco ejemplares podrás apostar que no hablamos solo de lo relacionado con buena/mala suerte, quien ya nos conoce sabe que siempre logramos sorprenderlos yendo más allá de nuestro título. Que la disfruten como mejor les apetezca. Fernanda Beltrán Villarreal.
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La Peripecia de tu día
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Índice LOVE. ANA *Escoge el que quieras
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EL CEMENTERIO DE LOS LIBROS OLVIDADOS *Creencias injustificadas
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SÚMATE *El mejor amuleto
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ELLOS DICEN *Juan Carlos Navarrete
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¡OH DELICIA! *Mi abuela decía
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HABLE Y ESCRIBA BIEN *¿Eh?
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PERIPECIAS DE LA CONSCIENCIA *Angélica Rodríguez
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HIPO *¡Va a explotar!
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LA LENGUA ES DE QUIEN LA TRABAJA *Tétrico
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DE PATA DE… GATO *El Gato Negro
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CONSIGUE EL ÉXITO *Recodifica tu mente
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PARÁLISIS DEL SUEÑO *Se me subió el muerto
30
SALIDA DE LA MANGA *“A ojo de buen cubero”
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CINÉFILOS *Diana Arredondo
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CONFLUENCIA *Cómo llegué aquí
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TOP 10 *Las diez supersticiones más raras en el mundo
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RISOTERAPIA *Ana Bueno
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PARLOTEO *La Dolorosa
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Directorio
PARA TRABAJAR EL CEREBRO *Acertijos
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Dirección General Fernanda Beltrán Villarreal
VIVIENDO DE RAÍZ *Rosa Alba Aguirre
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PARAFRASEANDO *Mahatma Gandhi
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LA HORA DEL TÉ *Aroma y té
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DE LENGUAS *Salir un viernes
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QUÍTATE EL PENDIENTE *Los alimentos calientes
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DE EXAGERACIÓN Y OTROS MALES *Déjà Vu
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ETIMOLÓGICAMENTE HABLANDO *Naco
Diseño Luis Alejandro Wong Edición y corrección Héctor David Hernández Carrillo Ilustraciones: Melissa Calderón, Nadia Cuen Colaboradores Claudia Valdez Bello, Gerardo Osornio, Rosa Alba Aguirre, Juan Carlos Navarrete, El Gato Negro, Luis Fernando Zazueta, Iván Velázquez Aréchiga, Angélica Rodríguez, Tmox Moraila, Ana Bueno, Eduardo Madrigal Elizondo, Diana Arredondo, Claudia Beltrán.
Contacto:
cel. 6672 22 49 22 peripeciarevista@gmail.com
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Love. Ana
Escoge el que quieras Por: Fernanda Beltrán
Hola Peripecia (Fer), para mí los cuentos cortos fueron lo que me llevo a buscar dentro de las librerías a estos autores. Sin estos y otros más creo que nunca hubiera adquirido el vicio de leer. ¿Cómo le harán los escritores para ponerlo a uno nostálgico? Escoge el que quieras, todos son mis favoritos y luego te paso más. Love. Ana.
Fragmento; El otro
Jorge Luis Borges
El hecho ocurrió el mes de febrero de 1969, al norte de Boston, en Cambridge. No lo escribí inmediatamente porque mi primer propósito fue olvidarlo, para no perder la razón. Ahora, en 1972, pienso que si lo escribo, los otros lo leerán como un cuento y, con los años, lo será tal vez para mí. Sé que fue casi atroz mientras duró y más aún durante las desveladas noches que lo siguieron. Ello no significa que su relato pueda conmover a un tercero. Serían las diez de la mañana. Yo estaba recostado en un banco, frente al río Charles. A unos quinientos metros a mi derecha había un alto edificio, cuyo nombre no supe nunca. El agua gris acarreaba largos trozo de hielo. Inevitablemente, el río hizo que yo pensara en el tiempo. La milenaria imagen de Heráclito. Yo había dormido bien; mi clase de la tarde anterior había logrado, creo, interesar a los alumnos. No había un alma a la vista. Sentí de golpe la impresión (que según los psicólogos corresponde a los estados de fatiga) de haber vivido ya aquel momento. En la otra punta de mi banco alguien se había sentado. Yo hubiera preferido estar solo, pero no quise levantarme en seguida, para no mostrarme incivil. El otro se había puesto a silbar. Fue entonces cuando ocurrió la primera de las muchas zozobras de esa mañana. Lo que silbaba, lo que trataba de silbar (nunca he sido muy entonado), era el estilo criollo de La tapera de Elías Regules. El estilo me retrajo a un patio, que ha desaparecido, y la memoria de Alvaro Melián Lafinur, que hace tantos años ha muerto. Luego vinieron las palabras. Eran las de la décima del principio. La voz no era la de Álvaro, pero quería parecerse a la de Alvaro. La reconocí con horror.
Me le acerqué y le dije: -Señor, ¿usted es oriental o argentino? -Argentino, pero desde el catorce vivo en Ginebra -fue la contestación. Hubo un silencio largo. Le pregunté: -¿En el número diecisiete de Malagnou, frente a la iglesia rusa? Me contestó que si. -En tal caso -le dije resueltamente- usted se llama Jorge Luis Borges. Yo también soy Jorge Luis Borges. Estamos en 1969, en la ciudad de Cambridge. -No -me respondió con mi propia voz un poco lejana. Al cabo de un tiempo insistió: -Yo estoy aquí en Ginebra, en un banco, a unos pasos del Ródano. Lo raro es que nos parecemos, pero usted es mucho mayor, con la cabeza gris. Yo le contesté: -Puedo probarte que no miento. Voy a decirte cosas que no puede saber un desconocido. En casa hay un mate de plata con un pie de serpientes, que trajo de Perú nuestro bisabuelo. También hay una palangana de plata, que pendía del arzón. En el armario de tu cuarto hay dos filas de libros. Los tres de volúmenes de Las mil y una noches de Lane, con grabados en acero y notas en cuerpo menor entre capítulo, el diccionario latino de Quicherat, la Germania de Tácito en latín y en la versión de Gordon, un Don Quijote de la casa Garnier, las Tablas de Sangre de Rivera Indarte, con la dedicatoria del autor, el Sartor Resartus de Carlyle, una biografía de Amiel y, escondido detrás de los demás, un libro en rústica sobre las costumbres sexuales de los pueblos balkánicos. No he olvidado tampoco un atardecer en un primer piso en la plaza Dubourg. -Dufour -corrigió. -Esta bien. Dufour. ¿Te basta con todo eso? -No -respondió-. Esas pruebas no prueban nada. Si yo lo estoy soñando, es natural que sepa lo que yo sé. Su catálogo prolijo es del todo vano. La objeción era justa. Le contesté: -Si esta mañana y este encuentro son sueños, cada uno de los dos tiene que pensar que el soñador es él. Tal vez dejemos de soñar, tal vez no. Nuestra evidente obligación, mientras tanto, es aceptar el sueño, como hemos aceptado el universo y haber sido engendrados y mirar con los ojos y respirar...
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Love. Ana
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El cementerio de los libros olvidados
Creencias Injustificadas Por: Gerardo Osornio
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as supersticiones son creencias muy comunes entre los seres humanos y los que hacen literatura (que no es lo mismo que canciones, como lo hace Bob Dylan) como mortales que son, no están obviamente exentos de tener rituales que aseguren que lo que plasman en la hoja en blanco resulte un éxito de librería, por lo menos. Hay muchos mitos alrededor de este tema en toda la historia de la Literatura, desde que algunos escriben desnudos, otros sin desayunar y algunos otros con una pata disecada de conejo o hasta de su perro favorito, pero sin duda hay hábitos, más que supersticiones, que sí funcionan cuando de crear textos memorables se trata, y uno de esos hábitos es algo llamado disciplina. Sobre todo los narradores, sean novelistas, cuentistas, relatores o cronistas, tienen costumbres rígidas a la hora de escribir. Un premio Nobel de Literatura, uno que sí era escritor y no creador de canciones (excepcionales, cabe decir, como el señor Dylan), ha contado en ocasiones que se encierra desde cierta hora de la mañana en su estudio, lleno de libros que incluyen una buena dotación de diccionarios en varios idiomas, y no sale del lugar hasta haber logrado alguna cuartilla decente al menos. Otros pasan largas estancias en alguna casa alejada de la agitada vida de las ciudades y no regresan a la vida moderna hasta lograr una obra, de la que su suerte con los lectores ya no depende tanto de su creatividad, sino de factores como la mercadotecnia, los diseñadores de portadas y otras hierbas. Pero más allá de supersticiones y hábitos, hay algunas claves para que un mortal como yo intente al menos creer que puede escribir Literatura, y es muy sencilla, la más elemental: leer, leer, leer, leer y leer más todavía. Nada asegura el éxito literario, pero lo que antes comento es clave para escribir medianamente de forma decente, así que si pretendes ser escritor no sigas poniéndote los calzones al revés, ni comas atún con cajeta, tampoco sirve dejar de bañarte, ni abstenerte de unos buenos tacos de buche, menos sirve caminar sin pisar rayitas y mucho menos rezar. Son sólo supersticiones y éstas no hacen la literatura. Hasta la próxima entrega. Gritos, reclamos y recordatorios maternos al correo gerardo.osornio@gmail.com
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Súmate
El mejor
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amuleto “Tanto si piensas que puedes, como si piensas que no puedes, estás en lo cierto”. Henry Ford
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uestra limitada capacidad de entender la realidad en la que estamos inmersos aunada a el enorme ego que caracteriza a nuestra especie, nos ha llevado históricamente a creer que tenemos una explicación para cada fenómeno y circunstancia que existe, sucede o está por ocurrir. Tal vez la enorme ansiedad que genera el percatarnos del poco o nulo control que tenemos de la mayoría de sucesos a nuestro alrededor es tan insoportable que nos motiva a buscar respuestas, explicaciones e invocar un conocimiento superior del funcionamiento de nuestra realidad; a creer explicaciones mágicas, sobrenaturales y en ocasiones totalmente descabelladas y alejadas de la realidad misma; pero al final una explicación por fantástica que resulte disminuye la inmensa incertidumbre en la que vivimos. Entender la realidad genera una sensación de control; conocer cómo funciona el universo de lo diminuto a lo colosal nos empodera, aún cuando ese conocimiento sea falso. La superstición nos ha acompañado quizá desde el inicio mismo de nuestra existencia como seres humanos, porque cada duda necesita ser respondida, porque no soportamos no saber. La superstición ayuda a respirar a quienes se ahogan en la incertidumbre. Un amuleto, el horóscopo o cualquier ritual, sólo tiene efecto en la actitud de quien le otorga poder; sin embargo la propia actitud determina en gran medida las acciones del sujeto influyendo así en la realidad misma. No es necesario saber qué ocurrirá para que ocurran cosas
buenas, así como ignorar lo que sucederá no hará que sucedan cosas malas; ya que la realidad tan sólo es, sin importar lo que esperemos de ella. Detrás de la superstición entonces, se asoma un miedo insoportable a que las cosas no sean como queremos, a que la realidad no se ajuste a nuestras expectativas; lo cual nos puede llevar a confiar más en más en cosas o sucesos ajenos, que en nosotros mismos. El mejor amuleto es sin duda el autoconocimiento. Conocer quién soy, qué quiero, de qué soy capaz. Conocer mis límites y capacidades, con orgullo y humildad, me dará más “buena suerte” que todas las patas de conejo y tréboles del mundo. Por el contrario, ignorar de qué soy capaz o cuáles son mis límites, puede llevarme a la peor suerte. El poder de “atraer lo bueno y alejar lo malo” no radica en amuletos ni rituales, sino en la paz y serenidad que nos permite vivir sin temer a la vida misma. Iván Velázquez Aréchiga Director General Suma, Sociedad Unida, IAP
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Súmate
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Ellos dicen
12 Por: Juan Carlos Navarrete
Creer o no
creer Por: Juan Carlos Navarrete
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a superstición es magia, es una interpretación de nuestra psique que no tiene racionalidad, algo que no podemos aseverar si existe o no. Lo anterior me hace reflexionar sobre creer o no creer. Creer o no creer en la magia, en lo místico, en religiones, en amuletos, símbolos, objetos, personas. Nos preguntan muchas veces si somos supersticiosos; personalmente siempre digo que gracias a Dios no soy supersticioso, pero... ¿qué no el hecho de decir “gracias a Dios” no implica ya una magia? por lo tanto una superstición. Es algo complicado el tema. ¿En qué creer y en qué no creer?, es una decisión personal. No creo que un gato negro sea signo de mala suerte, producto de un sortilegio; ni mucho menos que un amuleto sea buena suerte. Lo cierto es que, buscando dentro de mi antología, de chico, especialmente en la adolescencia sí fui supersticioso; no sé si por elección propia, creo que influyó mucho el contexto en el que crecí. Les voy a contar el porqué. La mayor parte de mi infancia fue caótica –por decir lo menos– muchos son los factores para describirla así, pero no son menester de este texto, probablemente en algún futuro lo sepan. Mi infancia la recuerdo en un ambiente extremadamente religioso. Mi madre para sacarnos del caos de casa, nos maravilló con el mundo clerical, hoy que lo reflexiono, pienso que llegó al extremo. Recuerdo que antes de poner un dedo en la cama tenía que rezar; al abrir los ojos nuevamente. Lunes y martes nos preparábamos con examen de
conciencia tratando de encontrar los pecados a confesar. Los miércoles teníamos que confesarnos obligatoriamente. Los jueves íbamos a un orfanato donde mi madre llevaba comida a niños que eran cuidados por religiosas, una de ellas en especial tenía amistad con mi progenitora. Los viernes era día de descanso. El sábado a catecismo, que se prolongó por 4 años o más, donde hicimos la primera comunión y confirmación, hasta el estudio de la Biblia por un tiempo. Y el domingo el clímax de la semana, la Santa Misa. Recuerdo a un cura de un carácter muy fuerte diciendo todos los domingos que los papás deberían de ser como los míos, nos ponía en un altar –a mi hermano más chico y a mí– gritando por el micrófono que éramos dignos de ejemplo, por irle a tocar todos los miércoles la oficina de la iglesia a las seis de la tarde exactamente para confesarnos. Mi madre como se podrán imaginar se sentía vanagloriada, orgullosa de sus dos hijos encaminándose por el camino de Dios. Por otro lado mi historia era otra. Conforme fui creciendo y llegué a la etapa de adolecer, les confieso me sentía extremadamente confundido, mortificado, angustiado. Se lo preguntaba a mi hermano para saber si el problema era exclusivo mío, y decía que no. Sentíamos lo mismo. ¿Recuerdan a la religiosa del orfanato amiga de mi madre? No sé si siga con vida pero creo que ella fue la causante de crear en mí una personalidad supersticiosa en mi adolecer. Memorándola, la revivo diciéndome cosas que no entendía. Una que me impactó recuerdo fue cuando me dijo que me debía de bañar en bóxer, porque Dios me miraba; ese comentario fue el detonante para desatar los demonios convertidos en supersticiones. Creía en todo lo que ella me decía que usara, leyera, vistiera. Cuando me dijo eso me sentí potencialmente vulnerable, ese ser magnánimo estaba viéndome desnudo todos los días. Lo anterior llevó a que empezara a sentir un cierto desprecio por mi cuerpo y por mis partes íntimas, cuando mis amigos hablaban de masturbación salía corriendo, creía que eso además de ser un pecado produciría en mí enfermedades, llegué a tal desespero que le pregunté a mi mamá qué pensaba si dejaba mi colegio por el seminario. Se imaginarán qué me contestó: extasiada sentía que le había dado la mayor alegría de su vida.
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Ellos dicen
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Ellos dicen Por el contrario yo me sentía cada vez más confundido y abrumado. Después de varios meses bañándome en bóxer me armé de valor un día y dije ¡basta! es ridículo esto, me despojé de toda la ropa –incluidos los bóxer– y creo que a la fecha es la mejor ducha que me he dado en toda la vida. Recuerdo esa sensación de libertad y casi empiezo a sentir la piel de gallina. En ese momento entendí eso de la rebeldía en la adolescencia, no pensaba seguir en esa tortura emocional, física y espiritual. Al día siguiente le dije a mi mamá que esa semana no me iba a confesar, que no asistiría al estudio de la biblia y a la mejor ni a misa. Empezó la tercera guerra mundial entre ella y yo, pero así fue, no asistí a nada. Mi mamá nos dejó de hablar varias semanas pero no me importó, no estaba dispuesto a regresar a ese reclusorio, semana a semana nos insistía pero desistí de ese mundo, de esa ideología casi fanática que nos estaba inculcando. Creo mucho en Dios; Él fue fundamental para que no me volviera loco en esos tiempos. Lo que sí sé es que mi relación con Dios cambió. Decidí creer en Él pero a mi manera. ¿Por qué algo sagrado como mi cuerpo era pecado? me preguntaba a diario. Creo que tuve una revelación o una epifanía pero conmigo mismo, decidí que la iglesia iba a estar aparte, primero estaba Él (Dios) y después yo. Hoy en día sigo platicando con Él, hacemos negociaciones para que haya un ganar/ganar y a veces me responde, otra veces no, quizá porque está muy ocupado; lo cierto es que mi relación con Él está mejor que nunca. No necesito confesarme e ir a misa todos los domingos; me confieso todos los días con Él y voy a misa cuando tengo la necesidad de ir. Cada quien puede creer o no creer, ser o no supersticioso. Lo cierto es que caí en una serie de supersticiones locas durante un largo periodo de mi vida por el fanatismo religioso de una madre. Pueden cometer muchos errores, menos uno; que es el de quitarle a sus hijos el derecho a decidir. Sé que los niños y jóvenes no pueden decidir sobre ciertas cosas por su inmadurez, pero cuando crezcan lo harán; al final de cuentas cuando se abran camino en la vida decidirán su religión, decidirán sobre su cuerpo y sus propias ideologías y creencias. Darles pequeñas libertades y que aprendan de forma empírica, sin obligar a nada. ¿Será cierto todo eso que nos dicen de niños, de jóvenes, de adultos? O será que nuestra mente es tremendamente insegura, que precisa aferrarse a algo para ver si ese algo te da eso que no nos animamos a buscar. Si yo les diera un cabello mío y les dijera que ese cabello lo
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Ellos dicen tienen que cuidar, ya que gracias a ese cabello van a lograr muchas cosas; van a cuidar ese cabello porque van a depositar su fe en él y lo van a convertir en un talismán; entonces el talismán se convertirá en un elemento imprescindible. Si llegasen a perder el cabello se asustarán creyendo que perderán eso que obtuvieron gracias al cabello. Por ende, buscarán otro talismán. El miedo se apoderara de ustedes, y el ciclo volverá a empezar. ¡Mentira! lo logrado es por el esfuerzo que hicimos, por el talento, la perseverancia y la fe en nosotros mismos. Es hora de darnos cuenta que estamos hechos a semejanza de Dios y de que tenemos capacidades infinitas. No nos menospreciemos utilizando talismanes y creyendo en cosas estúpidas; depositemos esa fe en nosotros mismos y creamos que podemos lograr cualquier cosa, nos daremos cuenta que lograremos lo mismo o más que con esas porquerías que compramos y que nuestra mente nos hace creer, ya sea por convicción propia o por lo que escuchamos o nos dicen otros.
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¡Oh delicia!
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Mi
abuela decía Por:CHEF. Angelly N. Jacobo Sanchez CHEF. Cuauhtémoc Peñuelas Moraila
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a cocina se asemeja mucho al laboratorio de un alquimista, donde se hace infinidad de cambios en busca de la mezcla perfecta; o en nuestro caso el manjar exquisito a la vista y paladar, al ver ese platillo terminado tan perfecto y elaborado no imaginamos todos los procedimientos que hay detrás, mucho menos en todas las supersticiones por las cuales ha pasado, esas supersticiones que suelen ser una creencia con algunos sucesos inexplicables o en ocasiones mágicos, contrarios a la razón. Desde las primeras infiltradas a la cocina de nuestras abuelas o nuestras madres, desde que ponemos un pie en ese místico lugar donde los alimentos pasan de una forma y salen transformados como por obra de magia, con esas flamas que parecen llegar al techo, la mirada de nuestras abuelas nos indican qué tocar y qué no hacer, algunas no entendibles ni legibles, otras un tanto extrañas y confusas, como la moneda dentro de la olla al momento de hacer los tamales, ¿acaso la moneda genera un sabor en especial?, ¿quién le dijo a mi abuela que el fierro se come?, todo eso tan confuso que desde niños no comprendemos, ni comprenderemos porque para nosotros siempre serán esas mágicas supersticiones que parecen ser creadas por dioses ancestrales, porque por muy extraño que parezca, tienen un propósito al momento de elaborar o ponerle sazón a nuestras comidas. En la cocina hay miles de supersticiones desde las más sencillas, como poner ajos en la puerta para repeler las malas vibras o la mala suerte en nuestras cocinas. ¿Quién no le ha quitado el extremo del pepino para frotarlo con el mismo, y así quitarle lo amargo? ¿Quién no ha puesto la cebolla en hielo para que no nos haga llorar?, muchas de estas acciones las realizamos por inercia porque ya forman parte de nuestra vida cotidiana, desde que estamos pequeños los licuados con poderes mágicos que nos hacía mamá, las deliciosas espinacas con la capacidad de darnos
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¡Oh delicia!
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¡Oh delicia!
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fuerza sobrehumana; siendo estos algunos ejemplos de el comienzo de un mundo de supersticiones, conforme crecemos éstas se van haciendo más complejas. ES DE MALA SUERTE Derramar la sal es una aberración en cualquier lugar, si quieres evitar la mala suerte después de haberla tirado de inmediato se tiene que arrojar un poco de sal sobre el hombro izquierdo con la mano derecha, creas en ello o no, hacerlo dejará con tranquilidad a las personas que te acompañan, o no querrás que te echen la culpa de algún suceso malo que se presente inesperadamente. “TÚ NO HIJO, TÚ ERES CUATE” En el mundo de las supersticiones el gato negro es el rey, pero en el mundo de la cocina un “cuate” (un gemelo no idéntico) es nuestro gato negro, todo gira alrededor de ellos, si no eres un cuate o no conoces a algunos cuates quizá nunca habrás escuchado estos relatos: En la elaboración del pan, si un cuate anda cerca de la cocina y como diría la abuelita “anda de metiche”, tienen que darle un pedacito de la masa, para que el pan pueda leudar* bien. Se dice que, si a un cuate se le antoja tocarla y no lo dejan, éste le echa el ojo y nunca hincha o en caso de un pastel, no levanta. De nuevo, los cuates son partícipes de nuestras supersticiones, ya sea al momento de estar levantando las claras de huevo, para hacer chiles rellenos o un merengue para turrón, dicen que pueden bajarlo por completo si su estado de ánimo no anda del todo bien. Para ser honesto, yo no creía mucho en estas supersticiones, pero como dicen, hasta no ver no creer. En una ocasión cuando estudiaba, en clase de repostería mientras levantábamos las claras de huevo en perfecta armonía, todos muy tranquilos y estudiosos, nos dimos cuenta que nuestras claras lindas y perfectas no estaban levantando, lo primero que pensamos fue: “el tazón donde están las claras está sucio”, “las claras de huevo estaban viejas”, después de ir descartando todas la posibilidades, al
final quedó solo una. - ¿QUIÉN DE USTEDES ES CUATE?, una pregunta un tanto con signos de interrogación y exclamación salió de mi chef de repostería. Todos nos mirábamos las caras con miedo, y atrás de mí alguien lentamente levantaba su mano con cara de enojo. - YO SOY, CHEF, ¿TIENE UN PROBLEMA CON ESO? Para no explicar más de ese momento incómodo, se llegó a la conclusión por unanimidad que nuestro cuate de la clase estaba de mal humor, como la hormiga de la canción que “estaba de mal humor porque el chorrito la salpicó y sus chapitas le despintó”. De que hay muchas supersticiones en la cocina, es correcto, pero nosotros por si acaso, en la puerta del taller tenemos una corona de ajos para espantar las malas vibras. *leudar-verbo transitivo-Dar fermento a la masa con la levadura.
Hable y Escriba Bien ¿Te has preguntado alguna vez sobre la forma correcta entre Hey o Ey? Resulta que ninguna de las dos lo es. “Hey” por su parte es una interjección que proviene de la lengua inglesa usada en ese idioma como un saludo o un llamado de atención, en castellano es considerado un anglicismo. El “Ey” vendría siendo la adaptación sin H de este anglicismo a la lengua española, algunas personas lo consideran correcto por su similitud con ¡Ay!: sorpresa, temor, dolor… La Real Academia Española no acepta ninguna de las dos formas anteriores ya que existe una interjección usada para expresar saludo o llamada de atención, siendo esta la forma correcta: “Eh”.
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Peripecias de la consciencia
Dime en qué crees, y te diré quién crees que eres
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Por: Angélica Rodríguez
@angiemzt @seryconsciencia Facebook: El Ser y la Consciencia elserylaconsciencia@hotmail.com
Creer. Considerar una cosa como verdadera o segura, o pensar que existe, sin tener pruebas de su certeza o un conocimiento directo de la misma.
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ecuerdo cuando era niña y esperaba con gran ilusión y esperanza la Navidad. Aunque no tenía por seguro lo que me traería Santa Claus, sabía que algo habría para mí debajo de aquel árbol decorado con tanta devoción y entusiasmo. Creía fervientemente que aquel hombre regordete y de cabeza blanca llegaría hasta mi casa para traerme lo que le había pedido. No hay mayor poder en nuestras manos que el de creer, poniendo nuestra energía y atrevimiento en eso que creemos no hay nada que nos pueda detener. Y sin embargo, le hemos conferido a tantas cosas y personas, equivocada o ingenuamente, esa fuerza, que terminamos dudando de todo y de todos, de uno mismo. Nuestras primeras fuentes de la verdad son definitivamente nuestros padres, hacen su mejor esfuerzo por orientarnos, por ponernos en el camino correcto, nos piden que creamos en un Ángel de la Guarda que nos protege de todo mal, pero también, y según convenga, en un “Coco” que nos llevará si no nos portamos bien. Creímos en lo que nos decían nuestros maestros sobre nosotros si reprobábamos o no teníamos la conducta que ellos esperaban; pero nos cuesta trabajo creer que con voluntad y dedicación podemos superar cualquier reto; creí en el amor a primera vista, y me traicionaron; pero también creí que nunca volvería a amar igual y la vida me sorprendió. Creemos en métodos milagrosos para adelgazar, pero dudamos que cada día es un milagro; creemos en los horóscopos, pero dudamos del poder sanador de mirar al cielo; creemos en lo que nos dice la televisión, y desconfiamos de nuestras corazonadas; creemos en una estampita y una veladora, pero oramos sin fe. Creemos que el gobierno es el corrupto, pero me justifico ante el incumplimiento de mis deberes ciudadanos; creo en el poder de la mente, pero la lleno de novelas y chismes del espectáculo; creemos que lo hemos perdido todo, cuando nada nos pertenecía; creemos tener una seguridad económica, cuando sólo tenemos un empleo; creemos amar, cuando no conocemos el perdón. Por mucho tiempo creí que la felicidad era tener un matrimonio, unos hijos con buenas calificaciones y una casita donde envejecer; sumida en esa creencia es que luché y luché por mantener algo insostenible, me creí la responsable de todo lo que pasaba y por mucho tiempo me creí ese asunto tan infructuoso como paralizante que es la culpa. Hubo una época también en que creí que iba a morir, que no me alcanzarían las fuerzas para levantarme de la lona, recobrar la dignidad y ver crecer a mis hijos, de hecho, llegué a creer que, en esas circunstancias ni siquiera mi presencia era necesaria para ellos. Después creí que la fiesta era la solución a todos los males y el ajetreo social la respuesta a mis crisis existenciales; pero lo que en realidad tenía era
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Peripecias de la consciencia
miedo, miedo a vivir, a creer en mí, a ser yo misma, a ver la realidad, que sabía no iba a gustarme. También creí que todo lo que era y lo que no había logrado ser era por mis padres, y si bien, soy mitad mamá, mitad papá, hoy sé, tras un largo proceso de terapia (que aún continúa), que ellos también tienen sus propias creencias, su his- 23 toria, y que hicieron lo mejor que pudieron con lo que tuvieron a la mano, como lo siguen haciendo hasta hoy. Agradezco y bendigo su destino, pero no es el mío. ¿Qué creencias tengo respecto a mí misma? ¿me creo lo que me dicen que soy o lo que los demás opinan de mí? ¿creo que el rechazo es importante o que un fracaso marca mi futuro? ¿qué creo sobre el dinero y la abundancia? ¿pienso que es escaso y que cuesta mucho ganarlo o que hay infinidad de oportunidades de cómo obtenerlo pero aún no las puedo ver por la estrechez de mi mente? ¿creo en la pareja como un complemento, alguien que vendrá a satisfacer mis necesidades no cubiertas o como alguien con quien compartir todo lo que yo soy, lo que tengo, lo que he logrado y mis planes a futuro, por el gusto de hacerlo y no movida desde la carencia? ¿creo que aquí me tocó vivir con una resignación que estanca y no la aceptación que nos concientiza y hace entrar en acción? Si yo soy lo que creo, y si el mismo esfuerzo me toma creer en lo negativo que en lo positivo, ¿por qué le confiero a veces más valor o peso a las malas noticias, los malos presentimientos y al miedo que a la bondad, al amor, la misericordia? Hoy creo profundamente en el poder de transformación de las personas, porque lo sé de cierto, lo vivo en cada día, en cada mañana que abro los ojos y tomo la decisión de levantarme para seguir adelante, pero sólo puede ser posible a través de la calidad de los pensamientos, de lo que yo creo, que estaré enfilándome al camino para lograr dichos cambios. El miedo existe para confirmarnos que creer en nosotros mismos, y trascenderlo, es el primer paso para ser feliz. El miedo nos hace creer que la vida y lo que obtengamos de ella no depende de nosotros, sino de circunstancias exteriores que no podemos controlar. Pero al darme cuenta, al creer, realmente creer, que el miedo como tal no existe, (no me refiero a una amenaza física real) que sólo existe en mi cabeza, por mis creencias, la posibilidad de transformar esa realidad cobra vida. Busqué mucho tiempo soluciones ahí afuera, encontrando cada vez más dudas y temores. El miedo sigue aquí, es humano, es ineludible, la pregunta ahora es ¿le permito al miedo tomar mis decisiones? ¿yo controlo mis creencias o ellas me controlan a mí? Las cosas no son como las vemos, las vemos como somos. Como es adentro, es afuera. Un simple cambio de mirada puede ser el despertar de nuestra consciencia, que nos permita recordar quiénes somos y lo que somos capaces de CREAR cuando es en el amor y no en el miedo en lo que creemos. Bendiciones, AR.
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Hipo
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¡Va ! r a t o l p x e a
“Decían eso acerca de Carlitos cuando sufrió un ataque de hipo en un episodio de la vieja caricatura de Rugrats.
Por: Fernanda Beltrán
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n espasmo en el diafragma que provoca una súbita inspiración de aire haciendo que las cuerdas vocales se cierren y se escuche un gracioso “hip”, es a lo que conocemos como hipo. Unas cuantas repeticiones bastan para que los remedios salgan a flote: aguanta la respiración, denle un susto, bebe agua… Tomar mucho alcohol, reírse, comer a prisa, o una gaseosa, pueden provocarlo, aunque también surge sin razón alguna a pesar de que su reflejo no tiene ninguna función protectora ni fisiológica. Aquí lo importante es distraer al cuerpo haciendo que algo dramático le suceda: Aumenta el CO2: Distraer al cerebro haciendo que se concentre en producir dióxido de carbono con cosas simples como aguantar la respiración o respirar dentro de una bolsa de papel, en vez de estar atento en el espasmo, hacen que este desaparezca. Otros creen que el hipo es producido gracias a niveles bajos de CO2 y cuando estimulamos su aumento, el hipo desaparece.
Estimula el nervio vago: El nervio vago es aquel que coordina el respirar con el tragar, va desde el cerebro hasta el estómago, implicándose en el proceso del hipo, aquí la idea es interrumpir esa cadena enviando señales al cerebro para que atienda una nueva sensación en vez del hipo. Beber rápidamente agua, jalarse la punta de la lengua, comer hielo picado, poner los dedos en los oídos o morder un limón son métodos efectivos para ello. Orgasmo: Francis Fesmire del Colegio de medicina de la Universidad de Tennessee probó en un paciente que mediante un “masaje rectal de digitopuntura” pudo parar el hipo de cada dos segundos que durante tres días había estado presente. Es así como se dio cuenta que un orgasmo tiene el mismo efecto y es preferible por los pacientes. Ganó el premio igNobel -los premio parodia de los Nobel- por su descubrimiento. A pesar de que ninguno de los métodos anteriores cuente con un respaldo comprobado científicamente, no se trata de supersticiones, resultan inofensivos y se ajustan a lo poco que se sabe sobre el hipo. Charles Osborne Fue un estadounidense que se ganó su registro en el libro Guinness de los records por ser la persona con el ataque de hipo más prolongado, con un total de 68 años hipando, provocado por una caída que rompió un vaso sanguíneo en la parte de su cerebro que inhibe la respuesta al hipo.
La lengua es de quien la trabaja
Tétrico
Solemos usar esta palabra para referirnos a un escenario de terror, algo macabro, terrorífico. Pero el verdadero significado de esta palabra es un poco diferente a lo que creemos. La Real Academia Española lo describe como: triste, demasiadamente serio, grave y melancólico. La confusión viene a raíz de que se suele utilizar esta palabra para referirse a un ambiente sombrío, oscuro y triste, como un cementerio, relacionándolo entonces con el miedo y horror.
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Hipo
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De pata de… gato
¿Los gatos son de mala suerte? Por: El Gato Negro @elgatonegromx hola@elgatonegro.mx
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a superstición y el sentido mágico han estado presentes en la vida de los seres humanos desde la etapa de la prehistoria (cuando aún no se inventaba la escritura). Es desde aquellos tiempos en que comienza la evolución y junto con ella también se incrementó la capacidad de creer en algo hasta convertirse en una “necesidad”. Porque no solo hay necesidades fisiológicas como comer o dormir sino también existe la de creer. Poco a poco fue madurando su cosmovisión nombrando a fenómenos naturales e incluso a animales como deidades*. Por ejemplo en el antiguo Egipto, el sol del amanecer era representado con cuerpo humano y cabeza de escarabajo llamado Khepri. Los egipcios fueron grandes admiradores de muchos animales como el caso de los felinos –gatos y leones– que por sus cualidades de cazadores los convirtieron en deidades y así Diosa creían estar protegidos por estas habilidades. La diosa-gata Bastet gata fue una de las más veneradas en los hogares. Le hacían ofrendas, le rezaban, trataban de ser unos devotos fieles porque creían Bastet. que si no lo hacían con el suficiente fervor provocarían su ira y destruiría a toda la humanidad. Conforme ha pasado el tiempo la percepción sobre los gatos se ha modificado, en el continente asiático se cree que cuando un gato se frota la cara hasta las orejas significa que va a llover o que posiblemente lleguen visitas. En Asia es común que en muchos negocios coloquen un gato con una patita levantada y “saludando” para atraer la buena suerte y fortuna. Estas figuras se han convertido en parte de su cultura popular y son conocidos como Maneki-neko. Dependiendo de la patita que tenga levantada es el significado: • Si es la patita derecha, sirve para atraer dinero y fortuna. • Si es la patita izquierda, es para atraer visitantes. • Si son ambas patitas, es para proteger tu casa o negocio. Esto nos lleva a reflexionar que a lo largo de la historia de la humanidad las situaciones en las que no se tiene el control como la muerte, eclipses, clima, por mencionar algunas, las han convertido en deidades o rituales. Así que detrás de muchas de las creencias está presente el miedo. Por miedo y por admiración se han hecho sacrificios, rituales, danzas, cantos, celebraciones para estar “en paz” con esas fuerzas invisibles y no provocar su furia o la “mala suerte”. *Deidad: Ser divino o esencia divina.
Galletas sin gluten Sabores:
Nopal, nueces,ajonjolí, algarroba, kale-cayena, cacahuates, kale-cúrcuma, almendras-coco, cacao-almendras, cacaochia-quinoa
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Cel. 6672 396764 marielosliera@elgatonegro.mx
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Consigue el éxito
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Recodifica tu mente Por: Fernanda Beltrán
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os seres humanos nos codificamos de cierta manera que llegamos a convertirnos en “borregos”, por así llamarlo, siguiendo e imitando a los demás, cayendo en un círculo vicioso que lógicamente nos lleva a donde mismo, no sin antes hacer una parada rigurosa por la línea del auto sabotaje. Compartiendo una charla con MB Consultores -empresa dedicada a dar capacitación y cursos a empresas y personas que quieran mejorar su calidad de vida y empresarial- me di cuenta del impacto que genera a nuestro alrededor el cambiar la mentalidad y las peculiares creencias con las que a diario nos saturan los medios y la sociedad. Se dice que cuando identificamos la raíz de nuestro problema, se abre paso al éxito. Esto es posible con técnicas de programación neurolingüística, coaching y sobre todo entendimiento y aplicación de estos métodos. ¿Cómo logro cambiar la mentalidad? La verdad es que mucho
resuena en mí la frase “la mente es poderosa” y engañosa diría, ya que podemos aferrarnos tanto a un pensamiento que llegamos a creerlo real. De aquí se desprenden las ideas negativas, de autoestima y confianza, las cuales la mayoría tienen su origen en nuestra mente más que en la vida real, lo grave es que llegan a convertirse en algo más fuerte que uno mismo, ¿te ha pasado? Lo mismo sucede cuando queremos lograr metas, pero anteponemos los pensamientos negativos y estos terminan consumiéndonos. Aunque pueda sonarte incoherente la comparación, así como un alcohólico necesita de los demás para salir adelante, una persona con pensamientos negativos necesita de entrenadores que inciten un cambio en su mentalidad. Al leer esto podemos tornar a la incredulidad, pero lo cierto es que quien logra dar acción al cambio, no idealiza dar pasos atrás. Mauricio Benoist, Ricardo Perret, Ana Bueno y JuanMa Valenzuela, son entrenadores especialistas en Recodificar Tu Mente, unidos de la mano de MB Consultores pretenden innovar el coaching llevándolo a un magno evento, “algo extraordinario” en palabras de su creador Mauricio Benoist. Recodifica Tu Mente pretende impactar en nuestra ciudad, romper paradigmas y sobre todo combinar lo vivencial y experimental con un show, se trata de una serie de técnicas que activan el “botón del éxito” que todos tenemos pero no todos desarrollamos. Respaldados por más de 200 mil casos de éxito prometen brindar total garantía al evento señalando que quien asista saldrá con un nuevo código de mentalidad, siempre y cuando se lleve a la acción todo lo vivido dentro de esas seis horas.
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Consigue el éxito
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Se me subió el
muerto
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Por: Fernanda Beltrán
espiertas sintiendo pasos sobre tu cama, no puedes moverte ni hablar, el único movimiento que tu cerebro te permite es el de tus ojos. El miedo se apodera cada segundo de ti, hasta que al fin logras moverte y todo lo que escuchabas o veías, desaparece. Cuando dormimos, cuando estamos profundamente dormidos, llegamos a una fase a la que los especialistas llaman REM –movimientos oculares rápidos, por sus siglas en inglés– fase en la que comenzamos a soñar, en la cual el cerebro paraliza los músculos del cuerpo para evitar que representemos los movimientos de nuestros sueños, librándonos de posibles lesiones. La frase “se me subió el muerto” en realidad es una parálisis del sueño donde algo sale mal, crees despertar pero una parte de tu cerebro sigue dormido, más bien soñando y enviando señales a tu cuerpo de estatismo, ¿extraño no?, sin embargo las estadísticas muestran que es más común de lo que pudiera creerse. Y se preguntarán ¿qué pasa con los fantasmas, ruidos y demás cosas paranormales que se presentan? La respuesta es lógica, sigues dormido ¿recuerdas?, todo ello es producto de tus sueños, resulta que te conviertes en una víctima de tu propio cerebro. Como en tu realidad no es posible que algo o alguien esté en tu cuarto, la simple idea asusta. Pero lo cierto es que, por así decirlo, el mundo de los sueños entra en la realidad por escasos segundos. Comprendo que es un padecimiento desconcertante el no poder moverte ni gritar, se convierte en algo absolutamente aterrador, pero según los médicos tener una parálisis del sueño no es grave, se presenta por diversas circunstancias de nuestro entorno, ya sea estrés, cansancio o por el llamado jet lag*. Lo que recomiendan es que una vez recuperada la movilidad, te levantes y sigas en movimiento evitando una inmediata nueva parálisis del sueño. Aunque después de ello dudo que se pueda conciliar el sueño con facilidad.
*Jet Lag: Trastorno o malestar producido por un viaje en avión con cambios horarios considerables.
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Parálisis del sueño
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Salida de la manga
“A ojo de buen cubero”
Expresión que utilizamos para describir que se lleva a cabo determinada acción sin una medida o conteo exacto, sino más bien a simple “tanteo”. El origen de esta frase se remonta al oficio de los artesanos de cubas, recipientes que contenían todo tipo de líquidos e irónicamente servían también como unidad de medida, pero su fabricación no contaba con técnicas de medición para la capacidad exacta de cada recipiente, por lo que los cuberos -como los llamaban- debían elaborarlas “al ojo” utilizando su experiencia e intuición para hacer todas “iguales”.
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Cinéfilos
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Éxitos basados en
supersticiones Por: Diana Arredondo
D al-
entro del mundo cinematográfico existen algunas creencias entre directores, actores y realizadores en general, aquí gunas de ellas:
Superman, se cree que el rol del superhéroe está maldito, pues quienes lo han interpretado han sufrido algún accidente o una racha de mala suerte. George Reeves (el primer actor que interpretó Superman en pantalla) fue asesinado poco tiempo después de haber encarnado al Hombre de Acero. Christopher Reeve (el icónico Superman de las películas de los 70) sufrió una lesión que lo condenó a una silla y respiración asistida por el resto de su vida. Brandon Routh (Superman Regresa) y Tom Welling (serie Smallville) no volvieron a tener éxito en otro proyecto (aunque eso depende más de la calidad histriónica del actor que de la maldición que tenga el personaje). Veremos cómo le va a Henry Cavill, quien en la actualidad encarna al superhéroe en la franquicia de DC Comics.
Se dice que Alfred Hitchcock, el afamado director de suspenso, no soportaba el color rosa, es por eso que dicho color no era utilizado en ninguna de sus historias pues creía firmemente que le podría causar mala suerte. Tim Burton y Johnny Depp trabajaron juntos en ocho películas que se tradujeron en un rotundo éxito tanto en taquilla como para la crítica, sin duda ambos lograban crear historias genuinas. Sin embargo “Sombras Tenebrosas” (2012) no tuvo el éxito esperado, provocando así declaraciones de Burton donde aseguraba no volver a trabajar con Depp. Superstición o no, ambas celebridades ya no han vuelto a compartir proyecto, con la excepción de “Alicia a través del espejo” (2016), colaboración casi forzada al ser la secuela de “Alicia en el país de las maravillas” (2010) donde Depp interpretó uno de los personajes principales.
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Cinéfilos
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Confluencia
Cómo llegué aquí Por: Eduardo Madrigal Elizondo
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mpiezo a escribir este artículo un martes 13, pensando en la diosa Fortuna, y sus secuaces: la Suerte, la Coincidencia y la Casualidad; también pienso en la relación -acaso inexistente- de éstas con la Superstición, eje temático en torno al cual está integrado el sexto número de PERIPERCIA; donde aparece, además, mi primera colaboración, en una sección llamada CONFLUENCIA. Observando juntos todos estos datos, viene a mi mente una canción de Jorge Drexler (interpretada magistralmente por Solé Giménez, en el disco “Dos Gardenias”): “Todo se transforma”. Es curioso: un hilo indescriptible, conecta esa canción con mi historia en esta revista; Toda ella puede ser vista como una cadena de eslabones unidos por azar; los cuales, más o menos resumidos quedarían así: I: Una noche a mediados de agosto pasado, llego a un café-restaurante y busco una mesa desocupada. Encuentro una, sobre la que distingo un tabloide color amarillo, el cual -imagino- es el menú; pero cuando lo reviso, mientras tomo asiento, veo que en realidad es el número cuatro de PERIPECIA y pienso: “la mesa está ocupada y el comensal la dejó en señal de apartado”. Me dispongo a cambiar de lugar cuando llega la mesera y corrige mi confusión: se trata de un ejemplar de cortesía, por si alguien llega antes de tiempo a una cita, o requiere esperar a quien viene retrasado. “Vaya coincidencia: ese es mi caso” le respondo y me dispongo a hojear el ejemplar. Para cuando la mesera regresa trayendo -ahora sí- el menú, le solicito más… revistas como esa. No sólo me lleva el número tres, sino además me obsequia ambas. Con tan suculento aperitivo, cené opíparamente. II: Consigno en mi muro de Facebook la anécdota anterior, y descubro haber sido invitado -meses atrás- a la presentación del primer número de PERIPECIA, por uno de mis contactos de esa red social. Recuerdo de golpe aquel evento al cual pretendía asistir, y cancelé a último momento por atender algún asunto urgente (otra vez el azar, pienso). También, gracias a ese mismo post, me contacto con los muros de la revista y de su directora. III: Me hago el propósito de asistir a la presentación del siguiente número de la revista, anunciado para el martes 6 de septiembre, a las 19:00 hrs. Aunque no puedo evitar cierta extrañeza al pensar en el refrán (“en martes, ni te cases ni te embarques”) la fecha me viene bien, pues casualmente no tenía compromiso para esa hora y día. Sin embargo, el Huracán Newton llegó sorpresivamente y obligó a pos-
poner el evento para el lunes 12. “¡Qué mala suerte!” exclamo cuando me doy cuenta de tener ocupada mi agenda para entonces. IV: El lunes 12, por la tarde (a las 16:30 horas) intempestivamente me cancelan la cita de las 19:00 y lo primero que se me ocurre pensar es “ah, qué bueno: alcanzo a llegar a la presentación de PERIPECIA”. Desafortunadamente, por lo precipitado del cambio de planes, no logro invitar a nadie a acompañarme. Llego, tomo un lugar y mientras trascurre la presentación, me siento algo extraño al principio, “¿Cómo llegué aquí?” me pregunto; pero al repasar los acontecimientos, poco a poco me voy relajando. Al terminar el evento me acerco a presentarme con Fernanda Beltrán, la felicito por la revista, y ella -quizá por algunas cosas que leyó en mi muro- me sugiere la posibilidad de colaborar para la revista en algún futuro. “Me encantaría, por supuesto; con suerte y para el próximo número se me ocurra algo ¿ya tiene el tema para la siguiente edición”. “Sí -me responde- será la superstición”. V: Poco antes de dormir, pienso en el tema, sin encontrarle algún aspecto sugestivo; quizá porque Umberto Eco ya lo liquidó con un formidable aforismo paradójico: “La superstición trae mala suerte”. Y es entonces cuando distingo la diferencia fundamental entre la fortuna y las distintas maneras de tratar de predecirla (en el fondo, en eso consiste la superstición: en una contradicción). Es tratar de aplicarle leyes a aquello que es espontáneo por naturaleza. No todo tiene por qué coincidir; y cuando lo hace, no necesariamente sucede lo imaginado. Reparo entonces en la similitud entre las palabras «coincidencia» y «confluencia». Pensando en todo ello, me duermo. VI: Despierto pensando en escribirle a la directora de PERIPECIA una disculpa porque no se me ocurre prácticamente nada para hablar sobre la superstición. Tomo el celular y me percato del martes 13. Empiezo entonces a escribir las primeras líneas de este artículo. Con suerte, lo terminaré antes del cierre de la edición.
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Top 10
Las diez supersticiones más raras en el mundo Por: Fernanda Beltrán
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Alguna vez has tenido un mal día sin saber por qué?, apuesto a que repasas todas aquellas posibilidades limitadas a acciones que podrían acarrear mala suerte y no encuentras ninguna, seas supersticioso o no. Resulta que cada cultura posee sus propias creencias y formas de vida que dan explicación a lo que la razón no. Descubre aquellas supersticiones que se esconden alrededor del mundo, probablemente alguna de ellas has llegado a ver o incluso cometer sin siquiera saberlo.
1
Argentina:
En este país se cree que dar mención al nombre del ex presidente Carlos Menem es símbolo de mal augurio por lo que de inmediato las mujeres se tocan el pecho izquierdo y los hombres el testículo del mismo lado para evitar quedarse con la mala suerte.
3
China:
En Mandarín el número cuatro se pronuncia casi igual que la palabra muerte, por ello es un número al que le tienen pavor, en muchos edificios y hoteles es común que se salten los pisos 4, 14, 24… .
Dinamarca:
Cuando una taza, plato o cualquier utensilio de porcelana se rompe, lo inmediato sería botarlo. En Dinamarca la gente suele guardar los trozos en cajas, en espera de la víspera de año nuevo, para entonces ser lanzados a las casas de los amigos y familiares como deseo de buena suerte, entre mayor sea el montón de trozos afuera de tu casa, más suerte te traerá.
2
Francia:
Cuando visites este lugar procura pisar excremento con tu pie izquierdo para atraer la buena suerte, pero fíjate que sea el pie correcto, de no ser así llamarás todo lo contrario.
5
Grecia:
4
“Me debes un pan y una soda”, solemos exclamar en México cuando alguien dice exactamente lo que nosotros en un mismo tiempo. Cuando esto pasa en Grecia ambas personas deben gritar la frase “Piase Kokkino” que significa “atrapa el rojo” de inmediato buscan algún objeto de este color y lo tocan para evitar pelearse. En pascua suelen colocar bastantes huevos rojos por todos lados.
Haití:
Se cree que puedes provocar la muerte prematura de tu madre si caminas con un solo zapato, barres la casa de noche, giras tus rodillas o comes las cáscaras del pomelo* o la sandía.
7
México
En nuestro país se cree que pasar la sal de una mano a otra es señal de mala suerte, por ello durante cualquier almuerzo, cuando alguien pide este condimento porque le queda retirado, la otra persona suele tomar el frasco y dejarlo sobre la mesa al alcance del otro.
Vietnam:
El plátano es una fruta resbaladiza. En la lengua de este país la palabra “resbalón” suena igual a “fracasar”, por ello los estudiantes evitan comer plátanos ya que tienen la creencia de que si los comen les traerá un fracaso escolar.
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Gales:
Se dice que construir una corona de ramas y hojas de avellano, y llevarla puesta, te da la oportunidad de poder pedir un deseo y este hacerse realidad.
Tailandia:
Si eres hombre y quieres tener buena suerte, cuelga un pene de tu cuello. Los llaman “Palad Khik” y son collares de madera en forma de pene, sirven como amuletos pero solo para hombres, se cree que con ellos atraen fortuna en el juego y el amor.
10 *Pomelo: toronja
Etimológicamente hablando Naco. Existen diferentes versiones sobre el origen del término Naco, se cree que es una palabra del Otomí que significa “cuñado”. Otros aseguran que viene del náhuatl “xinakatl”: encuerado, que se usaba en tiempos precolombinos para referirse a los pollos que nacían sin plumas. También se dice que puede provenir de una derivación de totonaco, pueblo indígena que habitó Veracruz. Lo cierto es que a dicha palabra le hemos dado una connotación despectiva y clasista: Diccionario de la Real Academia Española: sinónimo de indio o indígena. Diccionario del Español de México: ignorante, torpe o carente de educación, de mal gusto y sin clase. Diccionario de Mejicanismos: En Tlaxcala, indio de calzones blancos. En Guerrero les dicen así a los indígenas nativos de ese estado, ignorantes e iletrados.
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Risoterapia
¿El dinero es felicidad? Por: Ana Bueno-Terapeuta de la risa
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¿Cuando tienes dinero te sientes mejor que cuando te falta?
urante mucho tiempo la felicidad estuvo en el centro de la economía porque se pensaba que la proporcionaba el dinero. “Hoy todo se puede comprar y esto no necesariamente hace más feliz a las personas” Matthew Killingsworth, científico de Harvard, expone su propuesta ‘Rastrea tu felicidad’, que implica llegar al éxito desde la perspectiva de una nueva teoría del desarrollo económico. Asegura que ser feliz es la llave maestra para que las personas sean más productivas en la sociedad y alcancen el progreso individual. Pese a haber establecido que el dinero no es lo determinante, pero sí es un pequeño componente para llegar a logros que proporcionan felicidad, en el transcurso de la investigación encontró que la felicidad es medible, pues los deseos individuales por satisfacer son similares: relaciones profundas con gente que a uno le gusta, trabajo con altos ingresos para adquirir cosas materiales como carro, casa, vacaciones, entre otros. Medir la felicidad, según Killingsworth, sirve para identificar los episodios que a las personas les proporcionan más alegría. De esta manera se podrán reproducir esas circunstancias y llevarlas a los contextos productivos, como el lugar de trabajo. A través de la utilización de números, asignó distintos niveles de felicidad y registró lo que hacían las personas cuando se sentían felices. Matthew en la investigación observó que cuando a las personas se les triplica el sueldo tienen 1 punto de felicidad, mientras que relacionarse con otros en actividades participativas proporcionaba más de 10 puntos. Relacionarse con otros, sentirse parte de un grupo, compartir o cualquier actividad en contexto social en el que se pueda ser colaborativo y creativo, da 9 veces más felicidad que un aumento de sueldo. Desde la perspectiva de la investigación, los Estados y las empresas deben entrar en un nuevo paradigma que tenga en cuenta que proporcionar felicidad genera más productividad. Esta información nos abre un panorama poco explorado que nos permite acercarnos a la felicidad desde nuestras posibilidades, siendo gestores de nuestro gozo personal y así compartirlo con los que nos rodean. ¡Muchas Risas!
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Parloteo
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La Dolorosa Por: Claudia Valdez
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n domingo por la tarde me dirigí hacia una de las colonias más conocidas y antiguas de la ciudad, en búsqueda de un lugar color blanco, sobre una calle empedrada, con un letrero colgante indicando que ahí, donde yo tenía mi cita, era un estudio de tatuajes, se leía: La Dolorosa. No iba a tatuarme, acordé encontrarme ahí, en su pequeño, tan querido y valioso espacio, con Anakaren. Estaba en espera de mi llegada para ansiosa poder contarme y compartirme un poco de lo que es su pasión. Con 26 años de edad y siendo Lic. en Artes Plásticas, Anakaren Lizárraga, una chava de aspecto noble, sencilla y visionaria ha tenido que atravesar diversos obstáculos y batallas contra estereotipos sociales para poder lograr lo que realmente le gusta: El arte de poder tatuar a las personas. “El primer tatuaje que me hice fueron unos murciélagos, porque, además de que me gustan mucho, para los chinos el murciélago se considera una criatura encantadora que asocian con la felicidad, aunque la mayoría de la gente los asocia con mal augurio, aunque en realidad, quería tapar una cicatriz que tengo en el pecho” Entre cuadros con diseños extravagantes pero creativos, llenos de color y fuera de lo ordinario, me cuenta que poder llegar hasta aquí no ha sido fácil. El primer reto: expresar su deseo y pasión a sus padres, siendo hija única, sumándole el hecho de ser mujer. Además, ha luchado contra una mentalidad cerrada, llena de tabús sobre las personas con tatuajes en la ciudad. “Trato de usar ropa que logre ocultarlos, aunque no me avergüenzo de ellos, simplemente me he topado con mucha gente que me dice: ¿Por qué te los hiciste…
y tan grandes? Nadie te va a querer así, a nadie le gustan las chicas con tatuajes... entre otro sinfín de prejuicios de la cultura culichi y su mentalidad cerrada.” Empezó como aprendiz en diversos estudios de tatuajes de la ciudad, al principio sólo observando, capturando poco a poco, para después ponerlo en práctica. “Paso horas y horas tatuando aquí y la verdad es que me encanta… Disfruto todo el proceso que conlleva realizar un tatuaje.” Anakaren busca romper con los esquemas que la sociedad ha marcado sobre este arte, sobre todo en las mujeres. “He tatuado a mucha gente, con diseños propios o diseños que ellos me traen, en todas las partes del cuerpo que te puedas imaginar, y la verdad es que la mayor satisfacción para mí es saber que les ha gustado el trabajo que se ha realizado pero lo que más me emociona es cuando me piden algo que yo diseñé, pues el plasmar algo mío en alguien significa mucho para mí.” Su mayor sueño es poder viajar por el mundo y convertirse en una de las mejores tatuadoras del mundo. Pero sobre todo que su arte, su estilo y su trabajo se reconozca alrededor de éste.
•noviembre-diciembre 2016
Parloteo
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Para trabajar el cerebro
Acertijos
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En cada casilla pon un número del 1 al 8 sin que se toquen en ningún sentido, ni lateral, ni diagonal, con su antecesor o sucesor
Dibujando solamente dos líneas rectas se crea una tercera flecha
¿Cuántos osos logras ver en la imagen?
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Viviendo de raíz
48 Rosa Alba Aguirre Health-Coach en Nutrición Holística
Di “bye bye” a las dietas
Por: Rosa Alba Aguirre Chaidez
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Health-Coach en Nutrición Holística
Qué es lo primero que se te viene a la mente cuando escuchas la palabra “dieta”? La mayoría de las personas la asocian con restricción, sacrificio, disciplina, fuerza de voluntad, rebote y hasta comidas aburridas y sin sabor.
Muchos traemos en la mente experiencias pasadas de cuando hicimos tal o cual dieta extrema y odiosa, comimos casi pura lechuga por muchos días y al terminar claro que bajamos los kilos que quisimos pero también los recuperamos en la mitad del tiempo, ¿te suena familiar? Desde hace mucho tiempo que utilizamos el concepto de “dietas” para bajar de peso, o cuando queremos llevar una vida más saludable, o porque ya de plano estamos enfermos y el doctor nos exigió que cuidemos lo que comemos. Sin embargo, todas esas creencias que asociamos alrededor de las dietas son exactamente lo que impide que realmente funcionen por un periodo largo de tiempo, la mayoría sí implican muchísimas restricciones que se terminan convirtiendo en un sacrificio, por lo tanto, será imposible mantenerlas durante toda una vida. Lo que yo quiero decirte hoy es que DEJES DE HACER DIETAS, ¡no funcionan! ¿y por qué no funcionan? por todo eso que asociaste inmediatamente después de leer la palabra “dieta”. La vida NO debería de convertirse en un andar contando calorías, en dejar de tener vida social por no poder comer nada o en una lucha constante con nosotros mismos por no “pecar” con una comida que se nos antoja. A lo único que nos va a llevar todo eso es a vivir con una ansiedad incontrolable y a entrar en el ciclo de dietas y rebotes que se va haciendo como una bola de nieve. Sí, comer saludable es importante, pero es igual de importante comer delicioso, disfrutar nuestras comidas y estar tranquilos con nuestro cuerpo. ¿Qué tal si en vez de seguir haciendo dietas cada dos meses, empezaras a desarrollar pequeños hábitos que se pueden quedar contigo para siempre? Hábitos que te ayudarán a nutrir tu cuerpo, a quemar grasa y a sentirte lleno de energía.
Aquí te van mis TOP 5 HÁBITOS PARA DEJAR LAS DIETAS PARA SIEMPRE: 1. Agrega más vegetales verdes: Espinacas, acelgas, kale, brócoli, calabacitas, etc. Cómelas crudas en la ensalada o cocidas con el huevo, hazlas al vapor, en mantequilla (orgánica de preferencia) o como te gusten. 2. Agrega proteína a todas tus comidas: Es indispensable para mantener el azúcar controlada. Pueden ser proteínas animales como pollo o huevo (orgánicos), pescados (pequeños o salvajes de preferencia), carne de libre pastoreo, yogurt griego sin azúcar, etc. 3. Come más grasas: No les tengas miedo, las grasas buenas son necesarias para nuestro organismo. Son de los mejores snacks y acompañamientos. Come almendras, nueces, semillas, aceite de coco, aceite de oliva prensado en frío, aguacate. 4. Mantente hidratado: Toma mínimo 1/2 litro de agua en ayunas y continúa tomando durante el día. Cuando comas no tomes líquidos, solo 20 minutos antes o 20 minutos después de tus alimentos. 5. Incluye más fibra: Es súper importante mejorar nuestra salud digestiva. Incluye 1 cucharada diaria de semillas de chía o linaza remojadas en agua o en tus licuados. ¡Los pequeños cambios son los que hacen TODA la diferencia! Ve adoptando uno por uno, sin presión ni prisas, festeja tus logros por más chiquitos que parezcan y, sobre todo, disfruta muchísimo el camino de la vida saludable y la conexión con tu cuerpo. Gracias por leerme y permitirme ser un cachito de tu vida. Tu Health Coach, Rosa Alba Si quieres más información sobre cómo mejorar tus hábitos de vida, escríbeme a: Mail: ag.rosalba@gmail.com Facebook: Bodhi Health Coaching Instagram: bodhi_healthcoaching
Parafraseando
Autores y demás
“Tus creencias se convierten en tus pensamientos, tus pensamientos se convierten en tus palabras, tus palabras se convierten en tus actos, tus actos se convierten en tus hábitos, tus hábitos se convierten en tus valores, tus valores se convierten en tu destino”. Mahatma Gandhi
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Viviendo de raíz
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La hora del té
¿Sabías que el té tiene muchos beneficios? Por: Claudia Beltrán (Tea Lover)
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í, te platico que es muy bueno para la salud, si tomamos una taza de té diario nos mantendrá jóvenes, ligeros y de muy buen humor. El té es la segunda bebida más popular del mundo después del agua y se consume en China desde hace más de 5,000 años, con fines medicinales o de placer. ¿Qué es el té? Es una simple infusión hecha con hojas o brotes de la planta Camellia sinensis, existen seis tipos de té en el mundo según los expertos: té blanco, verde, oolong, amarillo, pu-erh y negro. La técnica para preparar Té es muy sencilla, se introduce una cucharada cafetera en agua caliente y se deja reposar por unos minutos. Cada Té tiene sus beneficios en particular, pero en general te puedo decir que ayuda a prevenir diabetes, cáncer, enfermedades cardiovasculares, colesterol malo, tiene muchos antioxidantes y ayuda a mantener en buen estado huesos y dentadura por su contenido en flúor. Conviértete en un Amante del TÉ, regalaTÉ salud, ponTÉ de buen humor.
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De lenguas
¿Salir un viernes
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13? Por: Luis Fernando Zazueta
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uando estamos aprendiendo una lengua extranjera es importante relacionarla con su contexto cultural. Existen muchos temas que nos ayudan a adentrarnos en el idioma, el de hoy es un tanto controversial, las supersticiones. Algunas son para atraer la buena suerte y otras tantas para alejar las malas vibras. Hasta a la persona más escéptica le sigue entrando cierto miedo inevitable cuando ve cruzar un gato negro, al tener que pasar por debajo de una escalera o si por accidente o torpeza derrama un poco de sal en la mesa. Si escuchamos la mala fortuna o desgracia de alguien buscamos rápidamente cualquier objeto de madera para evitar que nos suceda lo mismo o simplemente cruzamos los dedos para que nuestros deseos se cumplan. Se supone que el 13 es un número maldito y si éste cae en martes, mejor ni les buscamos. Además dice el dicho que en martes “ni te cases ni te embarques”, sin faltar el hecho de que levantarte con el pie izquierdo hará que tu día sea un desastre. Muchas de las supersticiones de los humanos provienen de la misma razón por la que creemos en monstruos y fantasmas. De hecho hay estudios que demuestran que ser supersticioso nos puede ayudar a hacer algo con mayor cuidado y evitar que algo salga mal. Existen muchas supersticiones que compartimos con los estadounidenses, aquí mencionaremos algunas de las más populares, así como el supuesto origen de ellas.
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Ver a la novia con el vestido antes de la boda: más allá de que lo crean o no, es un detalle romántico y mantener la sorpresa para el día de la boda. Pero siguiendo con el tema, se supone que si el novio ve a su futura esposa con el vestido antes de la boda, el matrimonio será una pesadilla por no hacer las cosas en el orden correcto.
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No caminar bajo una escalera: esta superstición es entendible, nadie quisiera arriesgarse a que le caiga alguien encima justo en el preciso momento que va caminando por debajo, pero existen dos teorías, una es que una escalera recargada sobre una pared forma el triángulo de la Santísima Trinidad, por lo cual sería blasfemo romper ese triángulo. La otra es que se asemeja a una horca medieval. Sería mejor quedarnos con la primera opción, la seguridad.
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Gatos negros que se atraviesan en tu camino: los gatos siempre han sido animales de compañía para los humanos, incluso fueron venerados en Egipto, entonces ¿por qué sacarles la vuelta? la razón de esta superstición es que se asociaban con las brujas, pues se creía que convertían a la gente en gatos; además el color negro nos recuerda el lado oscuro de algo.
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Pata de conejo: traer un pedazo del cuerpo de este animal sencillamente es porque se considera como un amuleto para ahuyentar cualquier cosa maligna, se dice que es una combinación de las culturas nativas de América, europeas y africanas.
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Romper un espejo: este incidente nos dará siete largos años de mala suerte, se dice que un espejo no sólo refleja nuestra imagen, sino que un poco de nuestra alma también, por ello algunos estadounidenses cubrían los espejos cuando alguien moría, para guardar su alma. Siete años es mucho tiempo, por lo cual algunas personas tocan un pedazo del espejo roto y con eso rompen el mal augurio.
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Tocar madera: Después de decir algo malo es un talismán verbal, el hacerlo nos hace sentir seguros, sólo hay que asegurarnos que realmente es madera y no imitación, de esa manera podremos estar a salvo ya que los buenos espíritus que se encuentran en los arboles podrán protegernos.
•noviembre-diciembre 2016
De lenguas
•noviembre-diciembre 2016
De lenguas
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Cruzar los dedos: cruzar los dedos en señal de buena suerte. Proviene de tiempos antiguos cuando dos personas cruzaban sus dedos índices para pedir un deseo, los deseos simulaban una cruz; cualquier cosa asociada con una cruz se suponía era de buena suerte, con el tiempo la gente empezó a hacerlo sin necesidad de otra persona.
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Abrir un paraguas dentro de una casa: alguien por ahí contaba la leyenda de una mujer de la antigua Roma, quien abrió un paraguas dentro de su casa momentos antes de que ésta se derrumbara, pero la mayoría de la gente cree que es simplemente para evitar cualquier accidente como picarle el ojo a otra persona. Así como éstas, existen muchas supersticiones más, aquí lo importante sería no caer en la paranoia y dejar que controlen nuestras vidas, lo ideal sería mantener un balance, ni creer todo ni dejar de hacerlo. Para evitar ser presas de las supersticiones podríamos tener en cuenta los siguientes cuatro puntos. 1. Tener control de nuestros actos 2. Ser decisivos 3. Evitar situaciones peligrosas donde la “mala suerte” esté presente. 4. Controlar la ansiedad de otra manera
Quítate el Pendiente
Los alimentos calientes ¿Alguna vez tu madre te ha llamado la atención por guardar la comida caliente en el refrigerador? Mucho se habla sobre el tema de poner la comida aún caliente dentro de nuestro refrigerador, la verdad es que nada pasa con ellos si de prisas hablamos, sin embargo existen algunos puntos que nos darán mejor respuesta a la habitualmente escuchada frase “se echan a perder”. Haces trabajar más el refrigerador: Este debe mantener una misma temperatura, al guardar alimentos muy calientes trabajará con mayor esfuerzo. Enfriamiento desigual: Al tratar de enfriar un gran recipiente puede llegar a costarle mayor esfuerzo enfriar de manera uniforme, teniendo una parte fría y otra caliente, lo cual puede producir bacterias. En este caso se recomienda verter el contenido en varios recipientes pequeños. Calienta alimentos cercanos: Provocando bacterias en otras comida ya frías.
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De exageración y otros males
Déjà Vu
Palabra francesa que sencillamente significa “ya visto”, a pesar de englobar algo tan complejo y poco descubierto. Se dice que dos tercios de la población llegan a tener un déjà vu en algún instante de su vida. Esa sensación que nos llega de repente en un momento cualquiera donde sentimos que ya lo hemos vivido. Vas caminando tranquilamente cuando alguien se te acerca con una pregunta inusual. De repente tu mente se frena momentáneamente. Un déjà vu es un fenómeno común hasta cierto punto, tiende a ocurrir más entre personas jóvenes a diferencia de muchos otros problemas de memoria. Se dice que la explicación no hay que buscarla en vidas pasadas ni profecías, se trata simplemente de pequeños lapsus en el almacenamiento de la memoria, por parte del cerebro, donde puede llegar a confundir cualquier imagen relacionándola con experiencias ya vividas similares. Déjà Vu crónico Un joven británico padece una eterna sensación de haber vivido casi todo a su alrededor. Evita ver televisión, escuchar la radio o leer periódicos pues cree que ya lo ha visto o escuchado antes. Los científicos especulan que su caso podría deberse a la ansiedad y depresión.
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