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MAÍZ EN EL SUDESTE

A la conquista del lejano sur

LA REGIONAL BAHÍA BLANCA DE AAPRESID EXPUSO SUS LOGROS EN LA MATERIA, EN UNA ZONA QUE ALGUNA VEZ FUE HOSTIL PARA EL DESARROLLO DE ESTE CULTIVO. BAJA DENSIDAD, SIEMBRA TARDÍA Y MATERIALES GENÉTICOS DE PUNTA.

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Maíz en el sudoeste de la provincia de Buenos Aires. Se prueban materiales, distanciamiento y manejo del cultivo antecesor.

Se fue convirtiendo en uno de los cultivos más apreciados en una región que no parecía destinada a lograr renta con él. Precisamente, Gustavo Maddoni, especialista de la FAUBA, puso de relieve el gran avance del maíz en el sur de Buenos Aires, incluso en ambientes impensados diez años atrás. La implantación

tardía y las bajas densidades han sido parte

relevante de esta movida. “Hablamos de ambientes con restricción hídrica, escenario parcialmente revertido por la demora en la fecha de siembra, lo cual no quita que estos suelos tengan estructuralmente problemas para almacenar agua o cederla al cultivo”, sostiene el técnico. Además de las fechas de siembra desplazadas en el tiempo y la baja densidad, hay que buscar híbridos de maíz que generen plasticidad, en principio reproductiva, para poder capitalizar mejoras de condiciones ambientales e incre-

mentar la cantidad de espigas por m2, y con

BAJO PRUEBA

“Estamos estudiando la chance de introducir

cultivos de servicio antes de estos maí-

ces tardíos de baja densidad, jugando con el momento de quemado para que no le pase la factura al cultivo. También analizamos el peso de los macollos en diferentes años y distintos ambientes”. (Maddoni)

eso sostener los pisos de rendimientos. A su vez, en lotes variables en cuanto a limitaciones, aprovechar los ambientes más productivos y subir también algunos techos de rinde. “Analizamos la capacidad de producir espigas secundarias, ya sea en el vástago principal (prolífico) o en el caso de aquellos materiales que son capaces de producir en etapas muy tempranas varios vástagos que pueden ser reproductivos según las condiciones en floración (macollador). Incluso algún híbrido que puede tener los dos atributos, con distintas ventanas temporales para que se establezcan y fijen estructuras reproductivas”. Básicamente la espiga subapical está relegada respecto del vástago principal y su éxito reproductivo dependerá de cuán sincrónica sea en florecer en relación a la espiga apical. Para eso se deben dar no solamente condiciones

de radiación por planta lograda por medio de

la baja densidad, sino también una buena alimentación hídrica, muchas veces asociada a la fecha de floración de un maíz tardío. También juegan las lluvias, porque en ocasiones no alcanza lo que está almacenado en estos suelos, y desde luego no debería haber restricciones nutricionales. En el caso de los materiales macolladores, en la ventana temprana de macollaje, que es previa a la encañazón, tiene que haber recursos por planta, tanto en agua como en nutrientes, para que esos macollos crezcan una vez que se diferenciaron las yemas, acompañen la encañazón

y lleguen a floración, aunque demorados, lo

más cerca posible del vástago principal. Van a influir mucho las lluvias en el período crítico.

BENDITOS HÍBRIDOS

Aníbal Cerrudo, de la EEA INTA Balcarce, recordó que esta es una zona con una distribución no uniforme de las precipitaciones, con alta demanda en verano. El cultivo de maíz se ha extendido; parte de la estabilidad en estos ambientes está ligada al retraso de la fecha de siembra; es decir, ubicar el periodo crítico del maíz en un momento de menor demanda atmosférica. Y el gran cambio para dar este paso se centra en los avances de la tolerancia a enfermedades, resistencia al daño por insectos, tolerancia al estrés, y la siembra directa, que amplía la ventana de implantación. Desde luego, recortar la

El adecuado manejo de la nutrición, en especial detrás de un cultivo de servicio, debería evitar un problema de este tipo.

densidad implica mayores recursos por planta y hay genética en condiciones de expresar-

lo. Son todos cambios que no afectan la partición a la estructura que nos interesa, que es la espiga. Finalmente, corresponde destacar la

integración del maíz con la ganadería (funda-

mental grano húmedo). “Siguen faltando ajustes. El maíz es una herramienta para el control de raigrás, pero la baja

densidad es un desafío para mantener a raya

las malezas. Otro tema es dónde ubicar al maíz, después de qué cultivo. ¿Se puede hacer un cultivo de servicio (CS)? ¿Cuándo quemarlo? ¿Qué costo se justifica asumir? ¿Qué sigue después del maíz? Habrá que generar ensayos para responder a estas preguntas”.

Los nuevos híbridos rinden cada vez más, son más eficientes en el uso del agua, generan el doble de granos con la misma cantidad de

agua. La ganancia por este lado es más importante que la que se obtuvo manejando nutrientes. Ahora estamos dándoles a los cultivos los nutrientes necesarios para que se maximice el uso del agua. Eso sí, hay que saber si estamos relegando rendimientos. Asimismo considerar que no todos los ambientes son muy restrictivos en el sudoeste. Se

están haciendo ensayos en fecha temprana

con menor densidad y ciclos más cortos. “Por otro lado estamos apostando a generar conocimientos en materia de maíz de segunda en la zona. Permite intensificar el uso de los recursos, y adecuar el ciclo es fundamental: la estación de crecimiento es más corta, acumulamos menos temperatura por día, las etapas del cultivo se alargan y la helada llega antes. Apunta-

mos a subir el piso en estos ambientes y esta-

bilizarlo”.

La densidad como estrategia se basa en darles más recursos a cada planta; hablamos de menos individuos por hectárea, 25-27 mil plantas. La idea es no usar tanta agua tempranamente y llevarla hacia la floración. Esto no podemos hacerlo sin estar seguros de que el híbrido es plástico y tiene tolerancia al estrés.

Los ensayos apuntan a lograr la distancia entre hileras más adecuada tanto para híbridos macolladores como prolíficos.

CUÁNDO HACERLO

Roberto Kiessling, productor de la Regional y docente de la Universidad Nacional del Sur, se refirió al que-

mado del CS, en función de tres tratamientos: testigo (barbecho) y vicia + centeno, con dos fechas de secado: últimos días de

agosto y primeros días de octubre. Se trabajó con un maíz sembrado el 18 de noviembre. La disponibilidad de agua a la siembra fue de 150 mm para el testigo, el mismo volumen para el secado temprano y 120 mm en el secado tardío, con lluvias de octubre-noviembre más abultadas de lo habitual. En cuanto a la cobertura de MS, en el testigo fueron 3000 kg, básicamente del cultivo antecesor (el problema es que desaparece durante el ciclo del cultivo; implica más malezas); para la fecha de secado temprano,

unos 5000 kg MS (buena cobertura, menos

DISTANCIAMIENTO

Jorge Mendoza se refirió a este tema. Explicó que

se están probando tres híbridos: uno prolífico,

uno macollador y uno prolífico/macollador. Fueron 27 mil pl/ha sembradas en diciembre sobre un CS eliminado en agosto. En principio no habría mayor diferencia al aumentar la distancia en un híbrido prolífico, pero puede tener alguna ventaja en el caso de los macolladores, si bien no está definido cuál puede ser y en qué circunstancias. Al respecto, Felipe Kleine entiende que dada la

fisiología del cultivo la mejor distribución es a

52 cm. “Aumentar el distanciamiento puede favorecer a un macollador, pero un prolífico puede pasar factura. Además, con mayor distanciamiento en esta zona hay un tema de vuelco que debe considerarse”.

malezas) y en fecha demorada, alrededor de 7000 kg MS (centeno clave, alta cobertura, menos malezas).

Respecto del nitrógeno (N), en el barbecho se llega a la siembra con 100 kg de N en forma de nitratos. En fecha tardía fueron 30 kg N y le aplicaron 100 kg de urea, para terminar aportando entre suelo y fertilizante unos 80 kg N, y de todos modos dio falta de llenado de granos en la punta de la espiga. “En contraste, en el tratamiento temprano de los CS, en donde habíamos arrancado con 100 kg en el suelo más 46 kg agregados con el fertilizante, tuvieron un buen llenado de la espiga. Hay que asegurar el

final del verdeo en agosto/septiembre, a más

tardar”.

DE SEGUNDA

Magalí Gutiérrez, integrante de la Regional anfitriona, explica que la idea es trabajar-

lo en baja densidad, aprovechando la tolerancia y la plasticidad reproductiva de

los híbridos modernos. La profesional de Aapresid se refiere a unas 36 mil pl/ha, sembradas alrededor del 21 de diciembre, tras una cebada de 4300 kg. Es una interesante alternativa para la soja de segunda, en vista de que las heladas pueden ser importantes en abril en esta zona. En la oleaginosa significan pérdidas totales, pero si el maíz

no llega a cosecha puede tener un aprovecha-

miento forrajero. La Regional ha tenido resultados de 2.500 a 3500 kg en maíz de segunda; es interesante en caso de que se lo pueda cosechar, porque tiene un costo de USD 170. “El primer paso es elegir el ciclo adecuado, que calce dentro de la ventana de crecimiento que ofrece la zona –sostiene Gutiérrez-. Vamos a diferir el periodo crítico del cultivo a momentos en los que tenemos más recursos hídricos y donde podamos cosechar toda la radiación posible, por lo cual el ajuste de densidad no es un tema menor. Es un esquema amigable con la implantación de cultivos de servicio; admite volear con avión o Altina”.

Claudio Gianni

La idea es diferir el periodo crítico del cultivo a momentos en los que tenemos más recursos hídricos y donde podamos cosechar toda la radiación posible.

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