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MINERALES IMPRESCINDIBLES
Las carencias que no vemos
MACRO Y MICROMINERALES CUMPLEN ROLES VITALES EN MUCHAS FUNCIONES QUE HACEN A LA PRODUCCIÓN FINAL DE SUS ANIMALES. DESATENDER ESTA DEMANDA IMPLICA IMPORTANTES PÉRDIDAS ECONÓMICAS.
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Por YAEL PERANDONES REDACCIÓN CHACRA | contenidos@revistachacra.com.ar
Todos los sistemas son carentes en alguno de los minerales que necesita la hacienda para expresar su potencial productivo.
Podemos definir a la nutrición como la suma de procesos por los cuales un animal ingiere y utiliza todas las sustancias requeri-
das para su mantenimiento, crecimiento, reproducción y producción de
carne y/o leche. Guillermo Mattioli, responsable del Laboratorio de Nutrición Mineral y Fisiología de la Reproducción de la UNLP, explicó a CHACRA los criterios básicos de la nutrición mineral en bovinos. En primera instancia vale aclarar que, si bien la nutrición se basa en un correcto aporte de agua, energía y proteínas, la dieta del bovi-
no se complementa con una serie de macro
y microminerales que no deben faltar. Estos elementos se requieren en dosis diarias de gramos y miligramos, respectivamente, dentro de los cuales encontramos al calcio, fósforo, magnesio, sodio, potasio, cloro y azufre entre los macrominerales, y al cobre, zinc, selenio, manganeso, yodo, cromo y cobalto, entre los microminerales.
¿POR QUÉ SON IMPORTANTES?
A pesar de ser requeridos en pocas cantidades,
cuando se presenta una deficiencia de estos elementos, esta actúa como factor limitante, generando un menor potencial productivo o
desventajas a futuro, dependiendo la categoría de la que se trate y de la función afectada.
Así, habrá diversas deficiencias que serán más o menos significativas, ya se trate de funciones estructurales, como en huesos y dientes; catalíticas, formando parte de enzimas vitales para el organismo, como las metaloenzimas antioxidantes; reguladoras de la expresión génica, y finalmente fisiológicas, encargadas del mantenimiento de la presión osmótica, el equilibrio ácido-base, la permeabilidad de membranas y la transmisión de los impulsos nerviosos. Recuerde que no sirven los aportes aislados,
ya que la mayoría de ellos se complementan
para cumplir una determinada función. Como ejemplo, Mattioli menciona que la retención de agua en el organismo es igualmente dependiente del sodio, el potasio y el cloro.
ERRORES FRECUENTES
Una equivocación común al diseñar un plan nutricional es creer que el alimento aporta todos los minerales necesarios. Si bien se pueden medir los minerales del agua y del alimento, y así considerar posibles desequilibrios, en sistemas pastoriles esto es casi una fantasía. Se trata de algo que va cambiando permanentemente, conforme avanza el año y el crecimiento del forraje. Por otro lado, la composición mineral del forraje depende del suelo, que puede variar incluso en cortas distancias. Por estas razones, la evaluación del agua y del alimen-
to previo al diseño de un suplemento mineral resulta importante, pero solo para detectar limitantes severas y decidir todos los compo-
nentes a utilizar.
En este sentido se debe recordar que no existe el sistema pastoril que no tenga carencias minerales; las mismas irán variando con la categoría considerada, los cambios de potrero y las estaciones del año, pero cualquiera de ellas que no haya sido contemplada actuará como limitante de la salud y la producción. Por esta razón
HOJA DE RUTA //////////////////////
• Los minerales complementan la dieta y son vitales una vez cubiertos los requerimientos de agua, energía y proteína; deficiencias en este sentido resultan limitantes para la salud productiva del rodeo.
• Los sistemas pastoriles son carentes y en ellos se debe suplementar por vía oral; de ser posible, mezclado en la comida.
• Cuando se detecten fallas en el aporte oral se deben emplear suplementos inyectables que minimicen los riesgos de carencia, siempre bajo el control de un profesional idóneo.
Los macro y microminerales intervienen en muchas funciones vitales para el bienester animal y la producción que se busca obtener.
Los minerales están en la cima de la pirámide. Su carencia se agrava cuando la hacienda tiene comida suficiente.
es que Mattioli destaca como la opción lógica el uso de suplementos que tengan en cuenta la mayoría de los requerimientos minerales, y emplear el análisis del agua y del alimento para los ajustes finales. Resulta claro que, cuando animales sanos y de
alto valor genético son alimentados correcta-
mente, expresan todo su potencial productivo, y es en ese momento cuando se encuentra la brecha diferencial en los aportes minerales. Estos no solucionan problemas de la cadena forrajera o de mal manejo de la hacienda.
¿CÓMO EVALUAR LOS RIESGOS DE CARENCIA MINERAL?
En relación con lo anterior, un análisis de concentración mineral en muestras de sangre es valioso, pero podría ser confuso si no se tiene en cuenta el contexto en el que se encuentra dicho animal. Mattioli menciona que un ejemplo típico es la evaluación de la concentración de minerales en animales que no están bien alimentados; en este caso los requerimientos minerales son bajos y, por ende, sus valores serán normales en sangre, pero podrían volverse limitantes
cuando se mejora la comida y aumenta la pro-
ducción, ya sea de carne o leche. Este tipo de riesgos se presentan con mayor frecuencia en animales de alto potencial genético.
EN SU JUSTA MEDIDA
La complejidad de funciones que desempeñan los macro y microminerales da una idea de las consecuencias que pueden generarse cuando el aporte es deficiente, del mismo modo que en exceso pueden generar intoxicación.
CUIDADO CON EL SODIO
Bajo la consigna de que no existe un sistema pastoril sin carencias, el técnico advierte que lo primero a considerar es que se debe suple-
mentar con mezclas minerales acordes a la
categoría en cuestión. Una vez aportado el suplemento, se pueden evaluar los niveles en sangre para detectar la necesidad de ajustes. Mattioli hace hincapié en que la vía de suplementación inicial siempre es la oral, siendo la
mejor opción la mezcla del suplemento con la
comida, lo cual garantizará su consumo. Cuando esto no es posible se deben aportar los mismos suplementos, pero en bateas para libre consumo; en estos casos es muy importante asegurar una ingesta adecuada.
El único mineral que ha demostrado tener un apetito dirigido es el sodio; por esta razón, en zonas con carencia de sodio los animales consumen cantidades adecuadas de suplementos
orales; incluso se puede aprovechar la capacidad que posee el sodio en exceso de controlar el consumo, convirtiéndose en un regulador aceptable. Por el contrario, allí donde se cuenta con un aporte de sodio por agua o alimento que cubre los requerimientos de este mineral, los animales no consumen el suplemento. “En estos casos puede surgir la falsa idea de que no necesitan suplementos minerales, cuando en realidad sólo tienen cubierto el aporte de sodio, pero este hecho limita el consumo de los demás componentes del suplemento. En dichas circunstancias deben seleccionarse otros componentes que estimulen el consumo, como granos molidos, melaza, etc.”, indica Mattioli.
UN COMPLEMENTO INTERESANTE
El técnico menciona una herramienta fantástica de suplementación, pero que debe ser comprendida correctamente previo a su aplicación; se refiere a la suplementación con productos inyectables. Los mismos han sido diseñados para complementar la suplementación oral, pero no para competir como opción y mucho menos para reemplazarla. Cuando hay limitaciones en el consumo de suplementos orales, o bien cuando algún elemento sufre una interferencia por factores dietarios y no logra ser cubierto, entonces el suplemento inyectable es la opción adecuada. Debe tenerse en cuenta que el mismo aporta dosis terapéuticas, por lo cual es necesario evaluar la cantidad involucrada y la capacidad del organismo de almacenar el elemento inyectado. Existen innumerables productos que aportan minerales vitales, pero en dosis insuficientes y no terapéuticas; en este sentido, la Argentina cuenta con técnicos con suficiente formación profesional para orientar al productor.
Al decir que el suplemento inyectable complementa al oral, debemos recordar que en ocasiones el consumo de alimento está reducido o incluso anulado. Esto es común en las situa-
ciones estresantes y de altos requerimientos
minerales. Mattioli menciona a modo de ejemplo que los minerales con capacidad antioxidante son vitales en momentos de estrés, y el aporte por el alimento y/o suplemento oral es casi nulo. En estos casos el inyectable es una opción importante.
Las deficiencias de cobre tienen una serie de consecuencias clínicas y subclínicas que el productor debe conocer y ponderar.