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APROVECHAR EL PASTO
FORRAJES | APROVECHAMIENTO
Prepárese para producir mucho pasto
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LAS FORRAJERAS MESOTÉRMICAS “SABEN” QUE LLEGA LA PRIMAVERA Y ESTÁN LISTAS PARA DAR GRAN CANTIDAD DE MATERIA SECA APROVECHABLE. LA CLAVE PASA POR LA NUTRICIÓN Y EL MONITOREO.
Necesariamente debe monitorearse la evolución del pasto para evitar tanto la sobreutilización como su desaprovechamiento.
Fernando Lattanzi es un argentino que se ha especializado en forrajeras en el INIA de Uruguay. Explica que las plantas C3
tienen un óptimo alrededor
de los 25 ºC y, antes o después, su tasa de crecimiento se hace más pequeña, en especial por sobre esa marca térmica. Los límites de confort pueden establecerse entre fines de agosto y comienzos de diciembre. La planta “sabe” que viene la primavera. Las
forrajeras C3 están preparadas para crecer a
mayores tasas en ese ambiente, tanto en producción de materia seca (MS) como en cuanto a la elongación de hojas. Así, empiezan a acumular vainas y tallos, y una menor proporción del carbono que fijan es destinado a las raíces, por lo cual la eficiencia de uso de la radiación es mayor (es capturada mucho más rápidamente debido al acelerado desarrollo foliar). Por último, el proceso conlleva una mayor capacidad para convertir energía en biomasa.
NUTRICIÓN VITAL
Cuando todo está listo para crecer sobremanera, la limitación la pone la nutrición. ¿Qué pasa si lo que falta es nitrógeno (N)? La planta no se puede expresar, estará elongando a la mitad de la tasa potencial, y va a capturar menos luz. Diversos ensayos indican que, estando la planta bien provista de N, la conversión puede llegar a 1.8 g MS/megajoule interceptado, contra 1.2 g en una situación de deficiencia del nutriente. Cabe agregar que la deficiencia de N también afecta la eficiencia de recolección del forraje. Además, la respuesta económica al agregado de N para producir pasto, y a partir de ahí un kilo de peso vivo, ($N/$kg vivo) depende obviamente de las relaciones de precios, pero también de la eficiencia aparente de conversión (EAC). Con una EAC de 11 kg de pasto por kilo vivo, uno puede tener respuestas tan bajas como 6 kg de pasto por kg de N, y de ahí para arriba es rentable. Pero si vamos a 20 kg de pasto por kilo vivo, tendremos que sacarle 12 kg de pasto a cada kilo de N que aplicamos para que sea rentable, considerando USD 1.6 por kilo vivo y USD 450 por tonelada de urea.
NO LO OLVIDE
Es muy importante lo que se pierde en primavera
por no ajustar N; puede implicar despreciar una producción potencial de más de 13 t de MS, para caer en otra que ofrece no mucho más de 8 t. Considerando una intercepción de radiación en el primer caso del 65 % y en el segundo del 45 %, más una eficiencia de utilización del 65 % y 55 % respectivamente, serán 5.7 t vs. 2.1 t respectivamente.
Macollos vernalizados (“modo primavera”)
Macollos no vernalizados (“modo otoño”)
El aporte de nitrógeno es vital si se pretende maximizar los beneficios de la primavera. CÓMO UTILIZARLO
El problema en primavera es que la tasa de cre-
cimiento del pasto suele pasarnos por arriba
y se hace difícil mantener el ritmo de consumo en base a aumentos de carga en el área pastoreada.
Para evitar que esto suceda y cosechar mucho pasto, hay que tener un sistema de monitoreo que permita anticiparse. El mismo puede tomar muchas formas, pero básicamente hay que recorrer el lote a pie o con el drone, y tener reglas de decisión respecto de cuándo entrar a cosechar cada franja y, si empieza a sobrar el pasto, aumentar la carga o ver dónde hacer reservas.
Primavera climática para las forrajeras C3. Por debajo y por encima de los 25ºC el crecimiento declina.
El concepto de manejar gramíneas por número de hojas es bastante conocido. Los macollos de gramíneas no pueden acumular más de un cierto número de hojas (para festuca, 2.5; para raigrás, 3; pasto ovillo está más cerca de 4). “Lo que estamos haciendo es utilizar la tasa de aparición de hojas (filocrono) versus la temperatura. Sabemos que a 24-25 ºC la festuca produce 0.7 hojas/día, mientras que en los extremos (2ºC y 36ºC) es 0. Es más habitual escuchar que generar una hoja de festuca lleva 240º/día, que podemos ubicar en un rango de temperatura de 10 a 17ºC. Con esta función básica corremos las bases de datos históricas de temperatura para ver cuán-
tos días tardaríamos en acumular dos hojas
y media de festuca. En abril demoraríamos 35-45 días. En pleno invierno precisaríamos 75 días, pero después de dos meses pasamos primero a 60 días y luego, cae a 45. Hay periodos del año en que es muy variable, y eso tiene que ver con las particularidades climáticas. “Ahí vuelve a ser imprescindible el monitoreo para evitar que el pasto nos pase por encima o acabar sobrepastoreando y quedarnos con poco remanente”, concluye Lattanzi.
Claudio Gianni
Fuente Facultad de Ciencias Agrarias de Balcarce