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BIENESTAR ANIMAL
MUCHO MÁS QUE UNA CUESTIÓN HUMANITARIA
LA PRESIÓN DE LOS CONSUMIDORES EN ESTE TEMA HA SUPERADO CUALQUIER EXPECTATIVA. PARALELAMENTE, SE HAN PODIDO IDENTIFICAR PÉRDIDAS PRODUCTIVAS QUE IMPLICAN UNA IMPORTANTE MERMA DE INGRESOS PARA EL PRODUCTOR.
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Por YAEL PERANDONES REDACCIÓN CHACRA | contenidos@revistachacra.com.ar
La buena alimentación, un alojamiento o entorno favorable, una salud óptima y un comportamiento adecuado son los puntos básicos del bienestar animal.
Se define al bienestar animal como “el esta-
do de completa salud física y mental de un animal que está en perfecta armonía con el ambiente que lo
rodea” (Hughes, 1976). La buena alimentación,
un alojamiento o entorno favorable, una salud
óptima y un comportamiento adecuado son los cuatro principios que fundamentan el bienestar animal. Ricardo Consigli es ingeniero agrónomo y productor ganadero, especializado en este tema. “El conocimiento del comportamiento natural del ganado bovino permite manejarlo adecuadamente con el objeto de evitar su estrés y, por ende, las consecuentes pérdidas productivas y de calidad de la carcasa y la carne”, afirma Consigli. El bovino es un animal que vive en grupo, lo que le permite sentirse seguro y protegido, ya que
experimenta temor ante posibles predadores. Un ejemplo claro es la presencia de perros
durante los arreos. La utilización de banderas constituye una gran herramienta de fácil confección y aplicación para mover o arrear el ganado sin causarle el estrés que producen los perros o los gritos.
Por otro lado, los vacunos tienden a seguirse unos a otros. Esta es una característica muy importante que puede aprovecharse a la hora
de manejar el rodeo, por ejemplo, en el llenado
de la manga. El solo hecho de observar que la misma se va vaciando, estimula a los animales que esperan en el toril a ingresar. Es decir, el
llenado y vaciado de la manga puede realizar-
se casi de manera “automática” aprovechando esta característica. Debido a que el enfoque de su visión no es bueno, los bovinos caminan lentamente para ir ubicando los objetos (charcos, pozos, palos, sombras, etc.) que se presentan en su camino. Una vez que comprueben que no son peligrosos, seguirán avanzando. “Esto explica por qué
no debe forzarse a los animales a caminar a una velocidad mayor a la propia de su natura-
leza; de lo contrario, solo conseguiremos que se pongan nerviosos”, explica Consigli. El bovino tiene una audición muy sensible y
percibe sonidos que para el ser humano son
imperceptibles. También escucha a un volumen superior, por lo que no hay ninguna necesidad de gritarle y con esa actitud solo se le genera mayor estrés. Es a su vez muy sensible a los contrastes de luz. De ahí que siente miedo en un corral con tablas que se encuentran separadas entre sí, generando contraluces.
Condiciones de estrés o maltrato llevan a obtener una carne de este tipo, rechazada por todos los mercados. Manejarse con banderas es ampliamente preferible al uso de perros o palos. Redundará en los resultados económicos del establecimiento.
Las distracciones son muy comunes en los
bovinos. En el caso de los arreos o movimientos del ganado, hay que evitar las causas que provocan estas distracciones, ya que conducen a que los animales se detengan, cambien el rumbo de la marcha o aumenten su miedo y estrés.
CONSECUENCIAS PESADAS
Está ampliamente demostrado que el bovino
que es maltratado física o psicológicamente
disminuye su productividad. Esto se traduce en una menor ganancia de peso vivo y una peor eficiencia de conversión del alimento, lo que tiene implicancias directas en la rentabilidad
del productor ganadero.
CAPACITACIÓN
Trabajar en este tema con los operarios es fundamental para la productividad a campo, la calidad de la carcasa y la carne. “De nada vale realizar inversiones de dinero en adecuar las instalaciones, si el personal que está en contacto diario con el vacuno no está capacitado para manejarlo correctamente, evitando cualquier maniobra que contradiga el bienestar animal”, expresa nuestro entrevistado.
Tanto las aguadas como los comederos deben tener un diseño y funcionamiento con el fin de ofrecerle confort al animal y evitar la competencia.
El maltrato físico recibido por el animal se refleja luego de la faena en daños presentes en la res o carcasa como son los machucones, hematomas y abscesos, los cuales deben ser recortados, originando pérdidas económicas al productor. Por lo tanto, un descuido en el bienestar animal conducirá a diferentes tipos de pérdidas en la producción y también se originarán deficiencias en la calidad del principal subproducto: el cuero. Una de las principales pérdidas que sufre el sector a causa del maltrato del ganado es la obtención de la carne de corte oscuro o carne DFD (dark, firm, dry por sus siglas en inglés, equivalente a oscura, firme y seca). En general
proviene del animal que ha sufrido estrés previo a la faena o ha estado lesionado o enfer-
mo. Consigli destaca a su vez que el estrés, sea físico o emocional, ocasiona un consumo de las
reservas de energía presentes en el músculo
(glucógeno muscular), llevándolo a valores de pH elevados, fenómeno considerado irreversible. Los cortes de carne con pH elevado no
son admitidos en los mercados de exporta-
ción que demandan carne refrigerada y, aunque sean destinados al mercado interno, se consideran no aptos para consumo humano, tanto desde el punto de vista microbiológico como sensorial, ya que presentan alterados aspectos como la terneza, la jugosidad y el sabor, además de tener una vida comercial muy limitada.
LA IMPORTANCIA DE LAS INSTALACIONES
El buen diseño, trazado y mantenimiento de la infraestructura del campo son necesarios para que los vacunos puedan manifestar su comportamiento natural, evitándoles el estrés y la posibilidad de golpes, resbalones y caídas. Así, los callejones para tránsito del ganado deben mantenerse en buen estado, lo que implica piso afirmado y alambrados limpios y sanos; se debe evitar el anegamiento y la formación de barro. Consigli insiste en que las dimensiones deben permitir el traslado y desplazamiento cómodo de los animales, siendo recomendable un ancho mínimo de 6 metros, pero siempre supeditado al tamaño del rodeo. En corrales de traba-
jo, recomienda una superficie de 3 a 4 metros
cuadrados por animal, siempre dependiendo de la categoría, y en corrales de engorde, entre 15 a 20 metros cuadrados/animal.
MUCHO CUIDADO
La presencia de barro en dichas instalaciones dificultará el desplazamiento del animal, además de generarle estrés. El barro provoca un mayor gasto de la energía que consume con el alimento; quedará menos energía disponible para su engorde, lo que repercute en una dis-
minución en la ganancia diaria de peso vivo. Esto se traduce en una mayor permanencia de los animales en los corrales de engorde, con la consecuente disminución de la rentabilidad. “Cuando en los corrales de engorde el barro tiene una profundidad de 10 a 15 cm (la pezuña se entierra), la pérdida en la ganancia diaria de peso puede oscilar entre un 10 y 15 %, sumado a una disminución del 15 a 20 % en la eficiencia de conversión del alimento”, advierte Consigli. Lo mismo sucede cuando los animales no disponen de sombra. Así, el organismo tendrá que poner en marcha ciertos mecanismos para disipar el exceso de calor. En el caso de que en el campo no se disponga de sombra natural, pueden construirse sombras artificiales fijas o móviles, debiendo considerarse una superficie mínima de 4 metros cuadrados/animal. Por último, el suministro de agua en cantidad y calidad es otro factor que puede afectar el bienestar animal. La hacienda debe disponer de abundante agua fresca y limpia; la temperatura ideal debe bordear los 15°C. En regiones calurosas, Consigli aconseja tener bebederos de menor capacidad, pero con un rápido reabastecimiento para garantizar agua en cantidad y temperatura adecuadas. A su vez, la capacidad de los tanques de almacenamiento y bebederos debe adaptarse al número de animales. En general, un frente de bebedero de 3
a 5 cm por cabeza es suficiente para garantizar que todos los animales puedan tener ac-
ceso al agua. Cabe recordar que el consumo diario de agua de un vacuno se aproxima al 10 % de su peso vivo, pudiendo incrementarse hasta un 60 % según las condiciones ambientales.
INEXORABLE
El bienestar animal llegó para quedarse. La certificación en este punto comienza a tener importancia, tanto en los establecimientos frigoríficos exportadores como entre los productores ganaderos que los abastecen o desarrollan su propia marca comercial destinada al mercado interno. El bienestar animal no solo es
y será una exigencia en el comercio interna-
cional, sino que su descuido genera importantes pérdidas productivas, de calidad de la carcasa y la carne en cualquier establecimiento ganadero.
El barro no solo es un factor de estrés sino que además consume improductivamente una parte de la energía que aporta el alimento.
ALIMENTO
La competencia por la comida es también otro factor muy estresante, sobre todo en los corrales de engorde. Por ello debe considerarse un frente de comedero de 30 cm lineales cuando las categorías son chicas y de 60 cm en animales de mayor tamaño. No es conveniente superar las 200 cabezas porque complicará el establecimiento del orden social. A su vez, se recomienda evitar mezclar animales de distintos grupos y/o procedencias, ya sea en los corrales del campo, el transporte o los corrales del frigorífico, para prevenir peleas y daños entre ellos.