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Un presente dulce
El negocio citrícola viene en franco repunte los últimos años. Carlos Pellichero, un viverista entrerriano de la localidad de Concordia, reveló la esencia y el laborioso trabajo de vender plantines de árboles cítricos, la base de la producción. UN PRESENTE DULCE
Por VERÓNICA SALAMANCO ESPECIAL PARA CHACRA | contenidos@revistachacra.com.ar
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En el invernadero, un plantín cítrico requiere de muchos cuidados. Demanda un año y ocho meses hasta el momento de su venta.
“La citricultura es una actividad rentable, si bien hay algún año que termina empardado, en promedio, un productor con 25 a 30 hectáreas puede mantener y hacer estudiar a sus hijos”.
Quien afirma esto es Carlos Pellichero, titular del “Vivero Santa María” que hace más de 70 años provee plantas a los emprendimientos citrícolas de Entre Ríos y otras provincias productoras.
Su experiencia como viverista le da autoridad para brindar algunas claves para el negocio: “El citricultor tiene que hacer el 70% de la actividad. La rentabilidad pasa por tener muchos kilos por hectárea, no por tener mucha superficie. Si se tienen 500/600 plantas por hectárea, se deberían obtener entre 40 y 60 toneladas de fruta por hectárea”, afirma el frutícola.
En ocho provincias productoras, hay 160.000 hectáreas de cítricos y la producción no se consume completamente en el mercado interno; es muy interesante el complemento con la exportación. Por esta razón, el emprendedor que invierte en algo de infraestructura y aplica tecnología en el manejo, verá recompensados sus esfuerzos a la hora de colocar su mercadería. En su vivero, Pellichero está duplicando la superficie de producción bajo cubierta y pronto tendrá 10.000 metros cuadrados, donde podrá producir 180.000 plantas por año.
“Tenemos unas diez variedades comerciales de mandarinas, naranjas, naranjas ombligo, pomelos, limones…. vamos haciendo lo que pide el cliente. Siempre hay material nuevo que sale en Israel, Marruecos o Sudáfrica, y se prueban en el mercado”, señala.
El primer paso de una planta es la siembra de semilla certificada adquirida en el INTA y plantada en almácigo. Las plantitas se traspasan luego a maceta y ahí se injertan con variedades de yemas certificadas de su propio banco yemero homologado por Senasa. Así nace el 80% de las variedades.
“En el área de cítricos tenemos 15 personas trabajando. Estas plantas son para emprendedores citrícolas de alta producción, y que ya están en actividad. Se trabaja mucho a pedido”, aclara.
ALERTA CONTRA HLB
El Huanglongbing (HLB) es considerado mundialmente como la enfermedad más destructiva de los cítricos y para la cual, hasta el momento, no existe cura posible. La preocupación global reside en que se propaga rápidamente a través de un insecto vector y malogra plantaciones completas en poco tiempo. La única forma de combatirlo, hasta ahora, es la prevención: se aplican rigurosos controles preventivos y barreras sanitarias para evitar que llegue a nuestro país. En Florida, EE.UU., dejó fuera de producción a 200.000 hectáreas de cítricos y su avance hacia el sur amerita un alerta. “Los viveristas somos los mayores responsables de controlar esa enfermedad porque tenemos 40.000 plantas juntas. Si la enfermedad entra a un vivero, puede ir a varios productores y así la diseminaríamos. Por eso es tan importante el trabajo bajo cubierta. Esperemos que se cumplan rigurosamente las barreras sanitarias y que todos los productores respeten los protocolos”, alerta el viverista Carlos Pellichero.
“Dentro del invernáculo con doble puerta se trabaja muy bien y las plantas salen con buena sanidad. Cada planta lleva un año y ocho meses de preparación. Luego se las entrega en macetas. La época de plantación es a partir del 15 de septiembre y sigue en octubre y noviembre. En el norte puede ser antes. El productor que las reciba ya debería tener acondicionado el sitio donde las va a plantar, con la densidad correcta y el poceado preparado. Si tiene sistema de riego instalado, mejor”.
Después de haber sido plantado, cada ejemplar demora tres años en dar frutos, cuando alcanza los 170 centímetros, aproximadamente, y a los 7-8 años entra en plena producción. En todo el proceso hay que protegerlos de las hormigas, regarlos periódicamente y aplicar tratamientos preventivos contra enfermedades.
Para producir fruta de calidad, se debe hacer poda de armado; esto es, se hace limpieza en sus ramas para que entre sol y fructifique adentro. “Nuestro clima es muy húmedo, entonces hay que realizar 4 a 5 curas florales en primavera para sacar fruta de calidad. Y más si son de exportación”, señala Pellichero.
La recolección se extendió varios meses ya que se juntan las variedades y se pueden ir escalonando en la producción: se comienza en marzo con las naranjas de verano, que se van cosechando durante tres meses, y luego las naranjas y mandarinas tempranas, las de media estación y las tardías, y eso va avanzando hasta que se unen las cosechas.
“Hoy la citricultura mejoró mucho. Veníamos de una helada terrorífica en 2012 cuando desaparecieron 12.000 hectáreas. Ahora el valor levantó, y el productor puede mantener bien su quinta y amortizar el desgaste de herramientas. Estos últimos años, el productor que tiene una buena quinta, acompaña con tecnología y se está reconvirtiendo, tiene un buen negocio”, cierra Pellichero, desde su Concordia natal.
CADA EJEMPLAR CÍTRICO DEMORA TRES AÑOS EN DAR FRUTO Y 7 A 8 AÑOS EN ALCANZAR PLENA PRODUCCIÓN.
FORRAJES: SE VIENE OTRA EXPERIENCIA EN AMEGHINO
“Dale un giro a tu producción. Sumá Experiencia”. Una nueva jornada de “Experiencia Forrajera”, tradicional jornada de CLAAS, se llevará a cabo el 21 de febrero, a partir de las 8:30 horas, en el campo experimental ubicado en la localidad bonaerense de Florentino Ameghino, en el kilómetro 308 de la RN 188.
Esta cita es la primera de las tres jornadas planificadas por la marca alemana para 2019. La próxima se llevará a cabo en Oncativo, Córdoba, durante el mes de junio, y la última en Sunchales, Santa Fe, en diciembre. A la jornada, que es de acceso gratuito y en cada edición renueva sus contenidos, también fueron convocadas empresas de la envergadura de BASF y KWS.
BIOGÉNESIS BAGÓ , POR SU EXPANSIÓN COMERCIAL
La revista británica “Animal Pharm” distinguió por tercera vez a Biogénesis Bagó como “Mejor empresa Latinoamericana del Sector Veterinario”. Esta vez premió a la compañía por su desarrollo y expansión durante 2018 en mercados estratégicos de Asia y Latinoamérica, y por su constante innovación demostrada
con el desarrollo de nuevas tecnologías para el control de la potencia de vacunas virales, como la de Fiebre Aftosa.
Con esta nueva distinción, otorgada por una publicación referente a nivel mundial de la información sobre los avances de la industria veterinaria, se hizo un espe
cial énfasis en el posicionamiento de la empresa argentina en un mercado asiático a través de su “joint venture” Jinhai Biotechnology, que permitió construir en China la planta de producción de vacunas antiaftosa.