5 minute read
INTENSA AGENDA
Derechos de exportación, trazabilidad, comunicación con el resto de la sociedad. Sólo algunos de los aspectos en los que ha puesto el foco la Mesa de las Carnes, desde luego sin descuidar lo atinente al mercado interno. Varios temas en carpeta
Hace tiempo que trabajan en el tema. Muchos de los integrantes de esta Mesa de las Carnes se movieron a su gusto dentro de las mesas de competitividad establecidas por el gobierno de Macri, con una ponderación muy especial; el expresidente asistió a doce de esas reuniones. Y se fueron logrando objetivos, particularmente aquellos ligados con la gestión. En especial la desburocratización de la actividad en cuanto a destrabar trámites en Aduana y Senasa, a lo que se sumó la idea de priorizar mercados. Se avanzó en muchas cosas, sin dudas. “Ahora hay que seguir trabajando con un nuevo gobierno, que conlleva otra visión, en medio de una situación de país sumamente complicada. Y con una realidad adicional: el aporte de las proteínas animales a la dieta de los argentinos y a la exportación creció sustancialmente con las otras carnes, tanto que ya son mucho más que carnes sustitutas o alternativas”, enfatiza Dardo Chiesa, coordinador de la Mesa.
Muy cierto. El pollo ha crecido de manera notable, y ni hablar del cerdo, que ya abrochó su primera exportación a China, cuando históricamente fuimos “Brasildependientes” en la materia. “Así, se abre un capítulo especial y toma relevancia el documento que se le presentó a este gobierno en función de la posibilidad de generar 200.000 nuevos empleos, además del desarrollo y la conversión de la materia prima en el interior del país”. Dardo Chiesa coordina la Mesa de las Carnes, que reúne a distintos integrantes de la cadena. Tiene bien identificados los principales problemas del sector.
Pendientes ¿Qué falta abordar?, preguntamos. “Entre los temas pendientes para el bovino hay uno que todo el sector agropecuario argentino tiene que trabajar fuertemente. Se trata del aspecto comunicacional en función de las cuestiones ambientales. Especialmente respecto de aquellos procesos ligados a la contaminación que pueden generar algunos sistemas y al efecto invernadero. De hecho, se vincula a la ganadería con el calentamiento global. Es un capítulo importantísimo, todo el mundo habla de esto pero se hace bastante poco”, se queja Chiesa. Otro tema relevante pasa por definir qué tipo de comercio exterior tenemos. “Con el nivel de trazabilidad que ofrecemos, no vamos a entrar en Japón. Asimismo hay que establecer los protocolos de alimentación; la Argentina debe contar con protocolos a pasto y a grano. Nos van a pedir el
BUENA NOTICIA
“Hemos hablado con Luis Basterra -explica Chiesa-. Nos dijo que el modelo de las mesas de competitividad le gusta y que le recuerda a lo que fue el Plan Estratégico Agropecuario (PEA) por cadenas. Su intención sería mantener estas mesas, lo cual es una buena noticia”.
CUEROS
“El decreto del gobierno de Macri que abrió una cuota para exportar 2 millones de cueros apuntó a descomprimir la situación. No sabemos cómo está funcionando porque arrancó prácticamente con el nuevo gobierno y no está claro si va a convalidarlo; sería muy malo que no lo hiciera”. (Chiesa)
El año 2020 encierra ciertos desafíos para la carne argentina. Las asignaturas pendientes están ligadas tanto a las exportaciones como al mercado interno.
máximo detalle de la vida del animal, en especial saber qué comió, qué tratamientos tuvo. La trazabilidad por grupo no será aceptada”.
¿Y el resto? En cerdos tenemos por delante un trabajo enorme de difusión y algunas definiciones respecto a promotores de crecimiento. “Actualmente es un negocio que no tiene techo -reconoce nuestro entrevistado-, si bien es cierto que las inversiones son pesadas; un criadero de 100 madres demanda u$s 1 M”. A su vez, la Argentina es un país libre de peste aviar. El desafío es mantener incólume esta virtud que la ha llevado a ganar mercados. Aquí también son importantes las inversiones. Por caso, se necesitan galpones con sistemas modernos de ventilación, que hagan que en verano se pueda producir al mismo nivel que en el resto del año. Son cuatro meses en que la producción suele caer por estrés calórico.
El ovino por su parte debe superar la ausencia de lugares formales de faena; es una situación para corregir cuanto antes.
Preocupante Chiesa reconoce que están siguiendo de cerca el tema China, todos los días y a toda hora. Claro, explica más del 70 % de las exportaciones argentinas. “Para el gobierno chino los precios de las distintas carnes habían subido demasiado y sus decisiones pesan especialmente sobre las empresas importadoras, que tienen capital estatal. Han habilitado el canal gris, carne que entra desde Hong Kong y Vietnam de manera informal pero que contribuye a bajar los precios. La gran pregunta es si esta movida es coyuntural o llegó para quedarse”.
Chiesa ofrece un dato inquietante. Hacia fines de diciembre había 3.500 contenedores con carne vacuna argentina en alta mar yendo hacia China, repactando precios y condiciones, ya que no es fácil redireccionar la carga hacia otro destino. “No hay forma de reemplazar el volumen de compras chino; se puede mandar algo a Rusia; hablamos de la misma clase de carne vacuna, con un precio u$s 1.000 menor”.
Pulseada Del mercado interno lo primero que hay que decir es que está abastecido. Los argentinos están comiendo anualmente unos 120 kilos per cápita de distintas carnes. “La carne no está cara, el problema es que la gente no tiene plata. Se supone que las medidas que se están tomando van en ese sentido. Coincidimos con el gobierno en que corresponde actuar sobre la demanda y no sobre la oferta. Es inaceptable volver a cuotificaciones o intervenir sobre el precio de la carne. Ver de qué forma la parte carenciada de la población puede acceder a la proteína animal mediante ayudas dirigidas”.
Pero nada es seguro; por eso se trata de un trabajo de todos los días para evitar la aplicación de limitaciones de cualquier clase sobre los volúmenes de carne comercializados fuera del país. “Hasta acá no esperamos que pase. Y tenemos un desafío en el tema de derechos de exportación, ya que a fines de diciembre aún no estaba claro si iban a fijarse en el 9 o los llevarían al 12 %. Si este último fuera el número, la actividad se resentirá severamente. Estamos pidiendo que todo lo que es enfriado/congelado, que lleva desposte, troceado, frío, envase primario y secundario, estiba y carga, sea tomado como un producto con valor agregado y los DEX no superen el 5 %”, confía Chiesa. Ojalá tengan suerte. O lo que es mejor, gocen de la comprensión de las autoridades.