TOMO 1
EXPRESIONES DE FOLKLORE COSTEÑO
RODRIGO DE TRIANA GUIDO GARAY SERGIO LEÓN ASPIAZU
EDITADO POR KATIA MURRIETA PRIMERA EDICIÓN 1995 SEGUNDA EDICIÓN
A LA MEMORIA DE GUIDO GARAY Al final, la vida no es más que una suma de recuerdos. Cuando alguien deja de existir, solo nos queda concurrir al vasto almacén de las memorias, donde se halla guardado todo lo que dejó aquel que emprendió el viaje a lo eterno, para entrar en comunicación, a través de un diálogo que, esta vez, no tendrá fin. Al recorrer sus galerías, en búsqueda de algo que nos haga revivir los momentos que el pasado se encargó de conservar, encontramos toda suerte de "boutiques", que nos ofrecen un sinnúmero de posibilidades. Así, en el caso de Rodrigo Chávez González, Sergio León Aspiazu y Guido Garay Vargas-Machuca, basta con dirigirnos al bazar del folklore, para, entre machetes, sombreros, garabatos y vihuelas, observar a los dos primeros escribiendo comedias y versos, mientras Guido hace el espectáculo en medio del escenario, cantando y danzando. Terminada la función, veremos a los tres, en amena charla, conversando sobre los temas que continúan uniéndolos aún en el más allá: el montubio, abundando en reflexiones filosóficas sobre la vida, que, por lo demás, ellos la vivieron bastante y a su manera. Para incrementar esos recuerdos y difundirlos, hemos querido reeditar esta obra, en homenaje a quien dirigió e interpretó las piezas de Rodrigo, y las presentó en todo el Ecuador con el Cuadro Folklórico Montubio, por algunos lustros, desde 1965: Guido Garay, cuya ausencia sentimos desde el 15 de enero de este año. Su contribución a la dramaturgia de Rodrigo fue inmensa, porque se convirtió en su director teatral, coreógrafo, bailarín y compositor. Muy lejos estaba de presentir el inmenso legado que estaba gestando para todos los ecuatorianos, desde ahí y desde cuanto escenario fue propicio para regalarnos con su arte. Guido fue, contrariamente a lo que, en forma muy modesta pensaba, un ser extraordinario. La vida, para él, era una comedia donde había que saber jugar el papel que el destino le había asignado en el reparto. Y así se fue, cuando creyó que el espectáculo había terminado. Concluyó para él, pero no para nosotros, para quienes su paso por el mundo nos llenó de lecciones de toda suerte, enseñándonos que debemos ser dispendiosos con el saber en beneficio de los demás; que podemos ser artistas sin haber ido a la escuela de teatro; que podemos aprender sin graduarnos en la Universidad; que podemos reír a carcajadas cuando el corazón está llorando; que podemos cantar con el alma dolida sin transmitir tristeza; y, sobre todo, que podemos ser grandes, como él, desde la humildad… Gracias a la Dra. Elsa Alarcón, Rectora de la Universidad Laica Vicente Rocafuerte y a todo su equipo colaborador, por apoyarnos, una vez más, en esta aventura. Y, gracias a Guido, por habernos dejado tanto… KATIA MURRIETA 08.03.09
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PREFACIO Conocí a Rodrigo en la ciudad de Loja, cuando yo estudiaba en el colegio Bernardo Valdivieso. Llegó a aquel sitio tan distante a lomo de mula, batiendo lodo y hablando alegremente hasta por los codos. No conocía a nadie; pero, al día siguiente, era amigo de todos. Se trataba de un jovenzuelo alto y delgado, que derrochaba ingenio por todos los poros. Pero, todavía su alma andaba metida en un cuerpo que tenía, como todo sólido, tres dimensiones. Con el tiempo, Rodrigo fue transformándose. Perdió una de sus esas dimensiones. Aquella expresión "de frente filo, y de filo nada", le ajustaba perfectamente. Andaba en pos de formar una farándula, de la cual sería el animador. Entre tanto, hacía lo posible por interesar al público por el folklore nativo. La tentaba vivamente el montubio del litoral. Se explicaba esta fanática afición: la llevaba en la sangre. No en vano, hacía poco tiempo, circulaba en las escuelas y colegios del país un libro de lectura escrito por José Antonio Campos y Modesto Chávez Franco, profundamente ecuatoriano. Pues bien: el primero hacía las delicias del lector con sus artículos humorísticos, que publicaba con el seudónimo de Jack the Ripper; y, el segundo, editaba evocadoras crónicas del Guayaquil antiguo. En ese ambiente, creció Rodrigo, que despuntó sorprendiendo en todas partes con su precocidad de escritor, su gracia de actor, su audacia de don Juan juvenil y su prodigiosa capacidad para improvisar. Cuando creyó que sus ideas, un tanto estrafalarias, parecían haber encontrado asidero, se adentró en el proyecto de hacer fiestas montubias, celebrar encuentros folclóricos entre la gente del campo costeño, y por fin, instituir el rito galante de la Criolla Bonita del Litoral. Este era uno de los aspectos de Rodrigo. Es decir, una de sus facetas. Pero también componía versos populares, improvisaba libretos líricos, con la colaboración de amigos músicos tan locos como él, y llevaba por todo el país un mensaje alegre, que nos revelaba tal como somos. Tenía una prisa por vivir casi patológica. Me pareció siempre como un motor acelerado a la máxima potencia. Pero vivía improvisando. Improvisaba en todos los terrenos en los cuales le tocó actuar. Recuerdo así mismo cómo alentaba las campañas políticas del socialismo, en el cual militaba. De pronto, tenía armado un espectáculo. A nuestros austeros dirigentes aquello no les parecía bien al principio. Pero terminaban por ceder. Entre los escritores que le eran coetáneos no encontró asidero: se miraban con un risueño
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recelo recíproco. No les gustaba a los jefes de los partidos socialista y comunista aquello de folklore y de la criolla bonita. La causa del cholo y del montubio les parecía que, por ese camino, se iba el folclorismo, desviando la genuina lucha de clases y la oposición inexorable entre explotadores y explotados. Pero Rodrigo de Triana era una especie de clérigo suelto del socialismo, y se salía con la suya. Y seguía improvisando. Toda la vida fue un improvisador. Los amigos que admirábamos el esplendor de sus facultades intelectuales le encarecíamos que sentara cabeza, y creara literatura con un sentido de profundidad y permanencia. Prometía hacerlo, pero no cumplía. Mejor dicho, llegó a preparar los originales de un libro en serio, que explicaba a su manera los problemas sociológicos de nuestro mestizo tropical y de nuestro indio aborigen. Ignoro qué habrá pasado con los originales. Sufrió persecuciones políticas que las compartíamos a menudo. Hacía las delicias de sus aprehensores: los obligaba a reir, y por cierto que nunca le iba mal durante sus prisiones. Tenía el don de una alegría contagiosa y de una charla chispeante, que la ponía al alcance de cualquier auditorio. Sus dotes de conversador, heredadas de su padre, le permitían dar a su diálogo una amenidad envidiable. Tenía el dicho oportuno, la réplica burlona, el chiste a flor de labios. Los jefes de la oficina de investigaciones, que amedrentaban a tanta gente, no podían menos que reir cuando le conminaban, como jueces severos, a explicar sus bataholas. Creaba un verdadero sainete. No podían hablar en serio con él, o mejor, terminar en serio un diálogo con él. Por sus teorías y prácticas referentes al montubio y al afán de conservar su cultura primigenia, en trance de desaparecer, se afincó, un tiempo, en el teatro, y escribió, de apuro, unas cuantas estampas porteñas. En ese risueño y penoso trabajo le acompañaron Guido Garay y Sergio León Aspiazu. En la barricada estaban, entre otros, los audaces y juveniles escritores que se encontraban conformando el llamado Grupo de Guayaquil. Y su libro trino y uno, intitulado "Los que se van", comenzaba con la transcripción de unos versos que decían: "...porque se va el montubio.. La victrola en el monte apaga el amorfino... tal un aguaje largo les empuja el destino... Los montubios se van p'abajo del barranco". Pero, certeramente, Rodrigo y sus dos amigos y compañeros de empresa, no querían que el montubio se fuera: pretendían retenerlo. Y lo que los tres hacían era afianzar las raíces de su personalidad. Por entonces, este significado positivo no fue bien comprendido. Bueno: era la época de un dogmatismo un tanto cerril. También se sostenía muy en serio, que el romance era
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una forma aburguesada de escribir, que un buen revolucionario debía rechazar. Una gran parte de la obra literaria de Rodrigo (teatro, canciones, estampas folklóricas), se ha perdido en el tráfago de una vida difícil, por lo sacrificada y por lo bohemia. Y de seguro hubiera naufragado lo que todavía ha podido rescatarse, si Katia Murrieta no se hubiera impuesto una tarea verdaderamente descorazonadora: iniciar una búsqueda laboriosa. Obra ciclopea y benedictina al mismo tiempo. Ha permitido que, a su llamada, reaparezca esa figura material casi mítica que era Rodrigo Chávez González, que ya en vida sólo quedó con dos de las tres dimensiones, esto es, longitud y latitud, y que nos diga: ¡Presente! Servicio que el país debe agradecer a la intrépida exploradora que es Katia, a quien no sólo voy a felicitar por la obra que ha realizado, de traernos a la vida a Rodrigo de Triana, sino comprometerla para que haga con la obra casi perdida de Pepe Pino Icaza (especialmente, restaurar su libro "Rostros antiguos y papeles viejos"), lo que ha hecho con el rescate de lo que todavía queda del paso del asombroso Rodrigo, por el amado país que recorrió de punta a punta, derrochando alegría, emoción patriótica y un constante mensaje de fe y de esperanza.
Angel Felicísimo Rojas
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INTRODUCCION .. .Acabo de conluir la corrección y, por ende, la lectura de esta recopilación que hoy me permito ofrecerles. Por ello, al final de la tarea, empiezo por el principio, es decir, redactando esta introducción. ¿Qué decir de la obra de Rodrigo? Contiene temas montubios y patrios. Las piezas son sencillas pero de gran contenido. Como diría el mismo Rodrigo en su exordio, al empezar "Exodo", no están dedicadas a los intelectuales... Trato de tomar el principio del ovillo. ¿Cómo llegué a ellas? Investigando, recolectando cosas viejas, de esas que a pocos interesan; pero, que para mí tienen un hondo significado. Guido Garay me proporcionó las primeras piezas. Poco a poco fui escarbando y, con su ayuda, empecé a completar, como rompecabezas, una a una las historias; buscamos entre cartones viejos, entre papeles rotos y revueltos, amarillos, con olor de añejo; luego, le fuimos poniendo la música, los programas de estreno y, en pocos meses, el libro fue tomando forma. Pero, a más de nuestra buena voluntad, necesitaba dinero para emprender el viaje, había que escribirlas y editarlas... No fue difícil... Las puertas se fueron abrieron como si un impulso electrónico las animara: Mi hija Katia se ofreció a hacer el levantamiento de texto en la computadora; y, la Dra. EIsa Alarcón Soto me dio inmediatamente su apoyo para editarlo en la imprenta de la Universidad de su acertada rectoría. ¿Qué más? Sólo me faltaba tiempo para ir revisando y corrigiendo... Quizás esto era lo menos fácil. Cuando mi hija terminó su trabajo me dijo: Escribí algo, yo también quiero poner mi aporte en esta historia. Así como ella, hoy, que concluyo, me siento satisfecha. Por eso, presta escribo, para contarles como nació el libro que tienen en sus manos y mis impresiones sobre su temática. Hurgar en los recuerdos, en las costumbres, en las tradiciones, en el folklore de nuestro pueblo, con sus hábitos, sus dichos y sus formas de ser, es recoger un poco nuestra identidad como nación. Una es la forma con la que los historiadores narran los acontecimientos -no siempre ajustados a la verdad -, otra, es la manera en que la gente misma los vive y los interpreta. Ambas vertientes deben ser conjugadas para tener una apreciación completa de un hecho histórico, de la vida del país y del quehacer de los ciudadanos. Lo mejor, para ello, es ir pescándolos paso a paso e ir construyendo su propia versión, la más cercana al sentimiento popular. Lamentablemente, muy pocos lo han hecho o lo hacen. Uno de esos pocos es Rodrigo Chávez González (Rodrigo de Triana). Sus apuntes biográficos, felizmente redogidos por Rodolfo Pérez Pimentel, se los ofrecemos aquí. ¿Un comentario para sus obras? Nadie mejor que Guido Garay, quien lo acompañó una buena parte de su vida, en el trajín de las tablas y, luego, dirigió y escenificó algunas de ellas. Parte de ese quehacer magnífico que nos legara, sin quizás proponérselo ni intuirlo él mismo, lo hemos rescatado, para que la distancia que el tiempo pone entre lo vivido y el presente no borre eso que, en parte, es ya sólo un recuerdo... Un patriota fue Rodrigo. No tuve el gusto de conocerlo, pero había oído mucho acerca de este personaje sencillo, desinteresado, desapegado de las cosas materiales, multifacético...
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dramaturgo, poeta, director de teatro, periodista y, por sobre todo, amante de su tierra natal. Con mucha sensibilidad holló en la campiña y, de ahí, extrajo sus protagonistas, poniendo siempre frente a frente al hacendado, al citadino y al campesino, de la sierra y de la costa. Sus obras no están exentas de filosofia, de historia, de sentencias, de amor patrio, sentido común, buen humor y, también de dolor, de dolor por la Patria herida, vejada y maltratada: Exodo es un testimonio. Muchas son sus comedias musicales. Con ellas paseó por toda la república, cosechando aplausos. Guido Garay las estrenó con él y después las dirigió él mismo. Para avivar esos recuerdos, les traemos las piezas con las partituras originales, repartos y programas. Rodrigo de Triana marca una era en la vida costumbrista nuestra. Uno de sus copartícipes, gran hacendado y dilecto amigo de Rodrigo, fue, sin duda, Sergio León Aspiazu. Por eso incluimos también parte de su creación literaria. Este hombre, bolivariano, de mucha sensibilidad, nos complementa la historia de aquella época. Sus versos son fáciles, también cargados de amor patrio y nos pintan, de manera alegre y hermosa, la campiña, una campiña sana, llena de música, ingenuidad y verdor...No falta la guitarra en su poesía, ese instrumento que va -o que iba-unido noblemente al montubio... No debo dejar de consignar mi agradecimiento a la familia Chávez Pazmiño por permitirme entregar este trabajo a la sociedad ecuatoriana; muy especialmente a Ottón, quien me proporcionara buena parte del material; a Guido Garay, quien, además, con mucha paciencia y entusiasmo de niño volcó en el pentagrama las canciones que constan en este libro; a mi hija Katia, por su devoción y excelente trabajo; a la señorita doctora EIsa Alarcón Soto, Rectora de la Universidad Laica "Vicente Rocafuerte", sin cuya valiosa ayuda tampoco hubiese sido posible hacer, esta edición; a Argentina Feraud Aroca vda. de León, por confiarme su tesoro: Los originales de la obra inédita de su extinto esposo; al señor Doctor Angel Felicísimo Rojas, por su bello prefacio; al señor Ingeniero Carlos Tama Corral, a mi hijo Federico y a Claudia Morán, últimos ladrillos de este gran edificio y, a ustedes, amables lectores, por otorgar la importancia que merece esta recopilación. Gracias, gracias a todos.
30.09.95 KATIA MURRIETA
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MIS VIVENCIAS CON GUIDO GARAY Por: Katia Murrieta
OPERA PARA GUAYAQUIL: Fue en 1987 cuando tuve el privilegio de conocer personalmente a Guido Garay, en casa de Argentina Feraud. Mucho había escuchado sobre él. Era indiscutiblemente famoso. Su andar por cuanto escenario le había ofrecido sus tablas había sido siempre objeto de las mejores críticas. Discípulo de Angelo Negri, cautivaba con su voz de barítono. Su vocación eran, además, los temas montubios. Y aquel día, cuya fecha no preciso, Argentina nos invitó a participar de un sueño: Tener ópera en Guayaquil. Estuvieron también Francisco Pérez Castro, Laura de Perrone, Yela Loffredo, entre otros. Luego, ampliamos el grupo y, en horas noctámbulas, intentábamos dar forma al proyecto. Lo primero que se me ocurrió fue hacer una Fundación, que denominamos "Amigos de la Opera". Pero, reconozco que abundé en democracia. Al final, ante la propuesta inaceptable de algunos de repartir las utilidades entre los fundadores, con derecho, además, a un palco, resolvimos posponerlo. Supongo que cuando Guido se fue, el 15 de enero de 2009, se llevó esta aspiración entre sus cosas pendientes… RECUERDOS DE GUAYAQUIL ANTIGUO: 1988. 4 octubre. Más de mil personas vinieron a la velada "Recuerdos de Guayaquil Antiguo", que organicé en el Palacio de Justicia. Cincuenta fotos de la ciudad, de 1895 a 1945, proporcionadas por Eduardo Salvador, nos ubicaron en el pasado. Carlos Domenech interpretó al piano las canciones de moda en los años del charleston y del foxtrot; y, las alumnas de Esperanza Cruz las bailaron, maquilladas y vestidas a la antigua, con los trajes que me facilitó Paco Cuesta, de "Los que Vendrán". Yo misma lucí uno de ellos. Con los muebles de principios de siglo XX, de Carola Saltos, armamos la sala. William Wilson le puso el fondo con un cuadro, de la calle Villamil, en carboncillo. En ese entorno, en diálogo con Guido, revivimos el ayer con la intervención del público. Clarita de Piana, entre muchos. Mientras se desarrollaba la escena, me preguntaba, cuando Guido ya no esté ¿habrá alguien para contarlo? Así nació
Guido Garay dialogando con Katia Murrieta y uno de los invitados durante la presentación de la velada “Recuerdo de Guayaquil Antiguo”
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ESTAMPAS DE GUAYAQUIL: Al acabarse el evento, propuse a Guido recoger en un libro sus escritos sobre nuestro querido lugar natal. Con el entusiasmo que lo caracterizaba, al día siguiente, vino con su tesoro: Restos de artículos publicados en algunos medios, especialmente en "El Universo", en cuartillas rotas, desordenadas, otros inéditos; pero, cada uno relatado con su típica sencillez, describiendo, de modo singular, como una estampa, las costumbres de la urbe porteña. De ahí el nombre "Estampas de Guayaquil", de las cuales William Wilson graficó algunas en plumilla. Gracias a Lucho Navarro, a la sazón Gerente del Banco Central, hicimos 1000 ejemplares que regalamos. Reeditamos igual cantidad después, con la Fundación Pedro Vicente Maldonado. El producto de la venta lo recibió Guido, aunque se negó al inicio. Nunca se interesó por las cosas materiales. Le bastaba tener para subsistir y comprar los remedios para Piedad, su adorada compañera. A su edad, "seguir vivo", decía, era bastante. Entonces, pensé que llegar a solo dos mil personas con el recuento de los tiempos idos, no era suficiente, de modo que emprendí otra aventura, con el noble Guido, por supuesto. GUAYAQUIL DE AYER: Queríamos decir a todos quienes se interesaban por nuestra historia, cómo surgió la ciudad, cómo creció y se desarrolló, cómo eran su gente, sus personajes, el estilo de vida, la música, el arte, el teatro, los infaltables políticos, los escritores, en fin, aquellos que se habían destacado en cualquier campo. Creé un espacio en Radio Nacional, bajo el nombre de Guayaquil de Ayer, que se transmitía los sábados, de 9 a 10 am. Mi puntal era Guido, quien narraba lo que recordaba con particular estilo y fidelidad. Era el recuento de sus años mozos y el de sus mayores. Siempre tuvimos un invitado adicional. Entrevistamos a muchas personas valiosas. Cada una aportó su rica experiencia. No faltó la música nacional: Carlos Rubira, Maruja Mendoza, Hilda Murillo, Silvana, Astrid, César Augusto y muchos más. Con Parsival Castro, durante más de un año, reconstruimos históricamente la urbe, con la evocación de sus calles, plazas, parques, iglesias y barrios. Un lustro después, la Radio cerró… En una de las tantas charlas que mantuve con Guido, quien tenía un caudaloso acervo cultural, le pregunté por las piezas de Rodrigo Chávez González. Desconocía su destino. Pensé, entonces, en emprender su rescate. De ahí surgió "EXPRESIONES DE FOLKLORE COSTEÑO": Festejamos su nacimiento en una maravillosa noche de septiembre de 1995, en el auditórium de la Universidad Laica, con guitarras, y pregones recitados por Lily Pilataxi. Este libro que, por su dimensión, parece una guía telefónica, recoge parte de la obra de Rodrigo de Triana. Hoy, nuevamente con la ayuda de la Dra. Elsa Alarcón, estamos reeditándolo. Guido dirigió y adaptó la música a las comedias que se presentaron, desde 1965, con el Cuadro Folklórico Montubio. Por eso, sin su colaboración y el material que me entregó, no hubiese podido hacer esta recopilación que cuenta con los programas, fotos y partituras de cada presentación. Agregamos "Proyección de Estética Costeña" del propio Guido y los versos inéditos de Sergio León.
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Lanzamiento del Libro Expresiones de Folklore Costeño Septiembre de 1995
De izquierda a derecha Argentina Feraud vda. de León, Guido Garay, Dra. Katia Murrieta, Dra. Elsa Alarcón Soto, Lcdo. Ottón Chávez y Lcdo. Ottón Muñoz.
Las doctoras Katia Murrieta y Elsa Alarcón sostienen en sus manos la obra “Expresiones de Folklore Costeño”
FIN DEL ESPECTACULO: La vida es como la rueda moscovita que no se detiene. Guido seguía girando con ella y, aun con más de 80 años a cuestas, continuaba siendo guía de los pocos que se interesan por el floklore, como Sergio Cedeño, quien, al conmemorarse el centenario del nacimiento de Rodrigo, me invitó a dar una charla sobre tan singular personaje, en el acto organizado por la Fundación Regional de Cultura Costeña (29.01.2008). Solicité a Guido que interpretase dos de las canciones que forman parte de las obras. Presto aceptó y las cantó, con la guitarra de Luis López y el requinto de Gabriel Segarra, vestido de cotona, sombrero en mano… Como siempre, se robó el espectáculo. … Guido fue un artista en toda su dimensión, hasta cuando resolvió que la vida, sin poder leer, sin comida, ni bebida -que le prohibieron servirse en exceso- no merecía la pena vivirla, menos contarla… Entonces, bajó el telón, esta vez para siempre… 01.03.09 Nota: Publicado en La Revista, de Diario "El Universo", Sección Cuerpo y Alma, el 15 de marzo de 2009
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¿POR QUÉ REEDITAMOS ESTE LIBRO? La Universidad Laica Vicente Rocafuerte de Guayaquil en sus cuarenta y tres años de fructífera vida espiritual, intelectual, moral y humanística, siempre trabajó con el lema: “La educación de las masas afianza la libertad y destruye la esclavitud” y, jamás escatimó sacrificio alguno, para que este centro de estudios superiores, marche a la vanguardia de la cultura en sus diversas manifestaciones: científicas, filosóficas, tecnológicas, humanísticas y artísticas. Ernesto Cardenal, el gran poeta nicaragüense contemporáneo, dijo alguna vez, con tanta sapiencia que: “La Cultura era todo lo bello, bueno y útil que el hombre hace con su inteligencia y con sus manos”. Inspirados en esta concepción moderna y universal que participa del barro humano y del espiritu divino, nuestra Universidad desde los inicios de su vida académica, abrió un espacio privilegiado en sus aulas y, sobre todo, en sus corazones, para el desarrollo, para la difusión, para la práctica y vivencia de las artes: literatura, pintura, escultura, música, cine, arquitectura y artes populares de singular valor, en el folclor y artesanías nacionales que han sido y son parte de nuestra cultura y que no deben faltar en la formación de las juventudes, para poder fortificar en sus mentes y en sus corazones, los valores espirituales, intelectuales, morales, éticos, estéticos. Por esta razón nos place y satisface, modestia aparte, de haber sido protagonistas; autoridades, profesores y estudiantes laicos hemos sido testigos de las actividades culturales y artísticas de la Universidad Laica Vicente Rocafuerte: Exposiciones de pintura y escultura, recitales de poesía, conferencias, presentaciones de teatro en su propio local Ernesto Albán Gómez, en el cual el Grupo Folclórico y el Coro de la Universidad, han sido los animadores constantes de la vida artística universitaria, grupos que han sido distinguidos por su calidad artística dentro y fuera de nuestra institución. Las publicaciones de revistas de carácter científico como el Contador Laico, libros de poesía de Néstor Campusano, autor de la letra del himno de la Universidad, poeta que fue triunfador en un certamen internacional y cuyos sonetos siempre tienen el brillo de la inmortalidad. Libros de Jorge Astudillo en el campo de la poesía y la investigación (Perfil Folclórico de la Caña Gadúa en el Ecuador) que fuera publicado en el Segundo Simposio Latinoamericano del Bambú. Con estos antecedentes, me causa una profunda emoción, el rendir un merecido homenaje a un forjador de la cultura nacional que estuvo vinculado a nuestras actividades académicas y artísticas y sobre el cual tuvimos el acierto de publicar un libro que se ha constituído en un valioso testimonio cultural del folclor ecuatoriano. Me refiero a GUIDO GARAY, que nos precedió en el viaje final, pero vive en nuestros corazones, sobre todo de los que apreciamos y valoramos el folclor nacional, que abarca las tradiciones, creencias, costumbres ancestrales de las clases populares. Guido Garay, se suma a ese pequeño grupo de investigadores valiosos de nuestro folclor: el brasileño Paulo de Carvallo Neto y los ecuatorianos Justino Cornejo, Darío Guevara, Segundo Moreno, entre otros.
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RODRIGO DE TRIANA Y SU APORTE A LA LITERATURA ECUATORIANA Pocos hombres ecuatorianos se han dedicado a la tarea de escribir obras de teatro, ensayos, sketchs, u otros, relacionados con el quehacer montubio. Rodrigo Chávez González, o Rodrigo de Triana, como fue conocido en el mundo periodístico y en el de las tablas, perteneció a este grupo. Fue en los años 60 y 70 cuando sus obras fueron puestas en escena, dirigidas por el gran folklorista Guido Garay. Lamentablemente, con el correr de los años, este valiosísimo aporte se fue perdiendo y sus maravillosos escritos olvidados. Afortunadamente, gracias a la Dra. Katia Murrieta, unas cuantas han sido rescatadas y, con el apoyo de gente interesada únicamente en hacer labor en favor de la cultura, se ha realizado la publicación de este libro. RODRIGO DE TRIANA
Cada obra lleva consigo un mensaje, algunas son jocosas, otras tratan pasajes de la historia libertaria, otras, en cambio, reflejan el pensar montubio. Ellas deberían presentarse, volver a estrenarse. Es un valor netamente ecuatoriano, no importado. En este tiempo, en que casi todo lo que hacemos es una copia de lo venido del exterior, ¿por qué no sacar a flote y representar el folklore montubio, típicamente costeño? Lastimosamente, con el devenir de los años, los ecuatorianos se han ido creando la falsa idea de que lo que viene de fuera es mejor que lo propio. Solamente hace falta escuchar los comentarios que la gente realiza cuando se presentan artistas o programas extranjeros. Primero, los estudian y, luego, los califican de buenos o malos. Pero, basta que se le ponga la marca "hecho en Ecuador" para que, sin verlos, inmediatamente se los rechace. Si bien es cierto que no todo lo que se hace localmente es bueno, también es verdad que no todo es malo. El problema fundamental es la falta de escuelas de formación para artistas, escritores, etc. En otros países, existen centros de estudio para este fin. La gente que trabaja en estos campos no es improvisada. Y eso se refleja en su proyección. Disfrutemos, pues, de este libro, que es un verdadero aporte a la cultura nacional. Y esperemos que las obras contenidas en él se estrenen otra vez. KATIA AYALA MURRIETA
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CARTA AUTORIZACIÓN DE LA FAMILIA CHAVEZ - PAZMIÑO
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RODRIGO CHAVEZ GONZALEZ Por: Rodolfo Pérez Pimentel
FOLKLORISTA.- Nació en Guayaquil el 26 de Enero de 1908, en la casa de su padre, ubicada en Diez de Agosto entre Pedro Carbo y Chile. Hijo legítimo del Dr. Modesto Chávez Franco, Cronista vitalicio de Guayaquil, y Mercedes González Triviño, naturales de Santa Rosa y Guayaquil, respectivamente. En 1912 viajó con los suyos a Daule, donde había sido confinado su padre por actividades políticas. El 14 se establecieron en Catarama. Después recordaría que en esos tiempos pudo escuchar diversas tonadas montubias como "La casita lejana", cuyo origen más remoto parece babieco. Y con el tiempo, en sus viajes al Litoral, pudo recoger otras no menos vernáculas como "La Iguana", escuchada en el recinto El Mate del Cantón Daule, de labios del patriarca Juan Rugel, quien le dio la letra, la entonación y los compases principales del baile, así como también la llamada "Er galope", de lejana procedencia francesa. En 1920 le ocurrió una rara experiencia que él mismo la refirió en uno de sus artículos: "Mi inquietud poética y literaria comenzó en las riveras del río Milagro al ver a una chiquilla de mi edad enferma de tifoidea. Años después, en el río Paute, vi unos ojos iguales a los suyos y quise escribir mis primeros versos románticos, comenzando una trayectoria poética que se diluyó entre el frivolismo de la galantería porteña y el deseo de hilvanar frases elegantes, contra la opinión de mis padres que pedían a sus hijos que no fueran intelectuales para que lograsen triunfar en la vida". En Guayaquil, estudió la primaria en el Colegio salesiano Cristóbal Colón y, después de aprobar el sexto grado, pasó a la sección de Contabilidad del Colegio Mercantil, dejando trunca esa carrera porque jamás le atrajeron los números. Era un muchacho larguirucho, enjuto de cuerpo, magro de rostro, brillante mirada, pálido de color y muy dado a los deportes, sobre todo al box, al fútbol, a los toros y a los caballos. Por eso, cuando apareció el 4 de Diciembre de 1924 el diario "La Opinión Pública", de Manuel de Jesús Aguilar Peñafiel, fue contratado como Cronista Deportivo y escribió bajo el pseudónimo de "Rodrigo de Triana", que usaría siempre.1 Pocos meses después, pasó al vespertino "La Prensa" de Pompilio Ulloa Reyes. En 1925, escribió para "El Universo", donde lanzó la proposición de revitalizar el folklore y realizar la Campaña Criolla como forma de evitar la penetración yanqui, que se hacía sentir en todo el continente. Su credo era arielista, su posición vernácula a ultranza, quizás motivada por la crisis que atravesaba el agro a consecuencia de las pestes del cacao y, en política, profesaba ideas socialistas de avanzada. 1
Su ingreso a las Bellas Letras fue saludado por dos amigos de su ilustre padre: El poeta Francisco J. Falquez Ampuero, quien le criticó una fea cacofonía y Alfonso de Arzube Villamil, quien le rectificó una equivocada aseveración histórica. Todo por ser hijo de un escritor famoso.
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En 1925, sacó en "El Universo" una novelita de folletín titulada "Los dos crepúsculos" y 2 dirigió la tercera película ecuatoriana y primera de ambiente montubio "Soledad". En 1926, empezó a trabajar en "El Telégrafo", luchó contra la revolución Juliana y a favor de la autonomía regional. El 12 de Octubre se realizó con el auspicio de la Federación Deportiva del Guayas, que presidía Manuel Seminario Tejada, la I Fiesta Montubia por el Día de la Raza, en el parque de diversiones "American Park". Hubo el Concurso del poema al Montubio, baile, refrescos, comidas y la elección de la Madrina Criolla del Litoral. Desde el 19 de Diciembre de ese año tituló a su columna periodística "A través de mi lupa", porque se lo sugirió José Santiago Castillo y ya le estaba comenzando a fallar la vista. En 1927, escribió en la revista "Savia", que dirigía Gerardo Gallegos. En el teatro "Edén", la compañía Alcón-Cabezas estrenó su juguete cómico y folklórico "El Primo de Baba", que pasaría en distintos pueblos del Litoral, siempre con grandes muestras de regocijo, porque el argumento tiene mucha gracia a través de equívocos y palabras montubias. En 1928, escribió para la Compañía Páez D' Alphons la revista teatral de ambiente frívolo y música de la época "Guayaquil en broma", estrenada en el "Parisiana", en tres actos. En Octubre, la Compañía Infantil estrenó en el «Colón su revista de bailes y cantos típicos de la costa "Fiesta del Montúbio", en un acto.
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EnAbril de 1925 se formó la empresa "Guayaquil Film Co." gerenciada por Juan Emilio López Mosquera, con la finalidad de producir películas silentes. Se contrató a Rodrigo Chávez González para que escribiera el guión y se hiciera cargo de los demás detalles. La película resultó un poema vernáculo, romántico y pasional. Fue dirigida por el técnico italiano Carlos Boccacio. El quiteño Ignacio Bucheli manejó las cámaras. Los intérpretes fueron Evelina Orellana como Soledad, Rodrigo Chávez González, Pepe Chavasco Navarro en el papel de cómico, Emilio Pareja Cabanilla como el galán joven, Emilio Moret, Carlos Moreno como Carlos Mármol y Enrique Cardell. También actuaron las chiquillas Zoila Moreira Solórzano y Mercedes Suárez y el niño Amadeo Moreira Solórzano. "Soledad" cuenta una bella historia de amor en el trópico, dura más de dos horas y fue exhibida en un teatro de las calles Eloy Alfaro y Letamendi, así como en el Parisiana. Luego se pasó en Cuenca y en otras ciudades del país. Su estreno estuvo amenizado por la orquesta del Maestro Jarrín. Los escenarios naturales fueron rodados en la hacienda Angélica de Félix González-Rubio Velasco donde aparece Soledad y su amiguito de pequeños, doblados por los niños Moreira Solórzano. Luego salen ya de grandes. Soledad es salvada de una estampida de ganado. Con su enamorado navegan en un barco por el río, van a otra hacienda que arrendaba Alberto Guerrero Martínez, donde se reprisó un rodeo montubio con la mayoría de los motivos típicos y costumbristas de los habitantes del campo litoralense. Los ensayos se realizaron en el frontó Betty High, donde se jugaba a la pelota vasca, ubicado en Rocafuerte y Tomás Martínez. Allí instaló Boccacio una especie de Academia de Teatro con cursos de mímica y simulación y se montó la preparación técnica.
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En 1929, la Compañía Carmen de Granada estrenó en el "Variedades" de Cuenca, su revista de costumbres y ambiente azuayo "Crónicas del Azuay", como la primera expresión puesta en escena del llamado Tono del Niño, que es parte de su folclore, con cholos y cholas cuencanos,en tres actos y tres cuadros. En Julio, dirigió una novedosa producción de "Ocaña Film" titulada "Un viaje por Manabí", compuesta de dos rollos silentes filmados por Manolo Ocaña Dorado, hijo, con la cooperación del Touring Club del Ecuador. El estreno en el "Olmedo" estuvo acompañado de una película extranjera de largo metraje y de diversos números de variedades artísticas y se realizó en función de gala dedicada a la Colonia manabita, el Jueves 21 de Noviembre. Esa fue la primera película de turismo filmada en el Ecuador. Contiene pasajes tomados en Montecristi a Doña Manuela Alfaro vda. de Cajigal, hermana del Viejo Luchador, y numerosas vistas de paisajes manabitas. En 1930, estrenó "La Fiesta de las Cruces", expresión del folklore manabita, con música típica del lugar y otros arreglos realizados por el profesor Pedro Pablo Traversari, en tres actos y carácter de zarzuela. Enseguida pasó a Esmeraldas y, con la Compañía Beltrán Lozada, estrenó en el Teatro Municipal "La. Bomba esmeraldeña", obra en un acto. Ese año editó su novela costumbrista "Carne Criolla", escrita desde 1928 e intervino en la Organización del I Concurso Nacional de Belleza. Durante la velada de gala en el "Olmedo" hizo la presentación y el elogio de la candidata Maruja Pimentel. En 1931, estuvo de visita por Panamá como cronista artístico del "Panamá América" y organizó un Concurso de Belleza. Siguió viaje a Cuba y trabó amistad con el compositor Ernesto Lecuona, quien puso música en ritmo de bolero a su poema "Diez minutos más". A finales del año retornó a Guayaquil. En 1932 estrenó con un grupo de aficionados en el Teatro Municipal de Machala su sainete folklórico "Chupete", en el que hizo el papel de galán joven y la pieza cómica de tema bomberil "La Primera Alarma", en tres actos. Por entonces conoció a la niña de trece años, Aída Pazmiño Pazmiño, a quien dijo "Espérame, que cuando regrese me voy a casar contigo" . En 1933, estrenó con los alumnos del Colegio Nueve de Octubre de esa ciudad las comedias "Do you like to marry me?" y "Un montubio en New York", esta última folklórica. En cumplimiento de su romántica oferta, contrajo matrimonio con su novia Aída, quien desde entonces se convirtió en su compañera inseparable. Tuvieron seis hijos. En 1934, editó en la "Revista Municipal" de Guayaquil, que dirigía su padre, sus conferencias sociológicas sobre la realidad ecuatoriana y análisis histórico social sobre los tipos del agro, bajo el título de "Estudios de ldiosincracia regional", que en 1935 merecieron ser republicados en los "Anales de la Universidad Central" y el 37 recogidos en un libro de 122 páginas en Guayaquil. El mismo año 34 estrenó en el Teatro Municipal de Machala, con un grupo de aficionados, su comedia en tres actos "El Político Rural", a beneficio de la Sala de Maternidad del Hospital.
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En 1936, terminó su obra "Marx ante Indoamérica", cuyos originales aún permanecen sin publicar en poder de su hijo Ottón. Sus ideas eran de izquierda, militaba en el Socialismo desde que el 33 había intervenido en la campaña presidencial de Pablo Hanníbal Vela. En 1938, apareció en Quito su folleto sobre el "Facismo y Nazismo" que ocasionó gran interés y despertó agudas polémicas, pues atacó a dichas doctrinas políticas desde su posición de defensor a ultranza de la raza cósmica Iberoamericana. Entonces viajó a Loja y estrenó su obra folklórica "Lojanita. ¿Me queréis?" escrita a petición del Comité pro cárcel de esta ciudad, con las costumbres y usos regionales lojanos. En Junio de 1941 se encontraba en Guayaquil cuando ocurrió la invasión peruana y como su familia se hallaba en Machala, intentó recogerlos, pero sólo pudo llegar hasta Santa Rosa y de allí tuvo que seguir por las montañas porque los caminos estaban ocupados por la soldadesca peruana. Mientras tanto, los suyos habían podido escapar a Tendales, viajaron en lancha a Guayaquil. Desde entonces, se impuso la noble tarea de reinvindicar el honor nacional, pues le tocó ser testigo de los abusos cometidos contra los sencillos habitantes de la región. Para ellos inició una Cruzada Cívica, dictando conferencias, explicando y escribiendo sobre dicha tragedia nacional. En 1942, viajó por Manabí y presentó con un grupo de aficionados de Santa Rosa su comedia en tres actos, del folklore manabita, "Cantalicio está de novio", considerada una de sus mejores obras por el aplauso general que siempre cosechó, habiéndose representado más de nueve veces en esa provincia. Ese año regresó a "El Universo" y allí se mantuvo hasta cuando dejó de escribir a causa de un enfisema pulmonar, poco antes de su muerte. El mismo 42 estrenó en Machala, con la compañía River Plate, su tragedia "Exodo", la mayor parte en verso y en tres actos, calificada de legítimo testimonio del sacrificio del 41, relatando la heroicidad del pueblo orense, de la Marina y el Ejército Nacional. Su padre se emocionó mucho al verla y le dedicó su retrato con las siguientes frases: "A Rodrigo, heredero de mi pluma, ideales e inquietudes". Quizás era el preferido de todos sus hijos y el que mayor le comprendía sus anhelos, pues siempre había existido una gran identidad entre ambos. Por el contrario, el despótico régimen de Arroyo del Río, creyendo que su campaña cívica le hacía daño, le persiguió por sus escritos y lo tuvo en la Cárcel Pública de Machala casi dos meses y cuando su hijo Ottón lo iba a visitar, le ponía sus artículos dentro de uno de sus zapatos, para que pudieran llegar donde el suco Salazar, peluquero en Machala, quien los enviaba a "El Universo". Al salir, tuvo que esconderse algunas semanas en la casa de Puerto Bolívar, de su pariente político Rafael González-Rubio Acevedo. Finalmente, pasó a Guayaquil. En 1943, volvieron a apresarlo tres meses en el Cuartel de los Pesquisas, con Pedro Saad, Angel Felicísimo Rojas y Carlos Palacios Sáenz, luego fue confinado en Santa Ana, hasta que regresó subrepticiamente a Guayaquil, a seguir escondido en diferentes domicilios.
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Tras el triunfo de la revolución del 28 de Mayo de 1944, ocupó la Subdirección Municipal de Educación y escribió la obras de radioteatro "La Jornada Guayaquileña del 28 de Mayo", que se trasmitió por Radio Atalaya. El 45 realizó la dramatización histórica de la invasión peruana- Combate de Jambelí y Puerto Bolívar- a través de las ondas de Radio Imán, propiedad de su amigo Julio César Sánchez Vinces, y fundó la "Universidad Popular Rotativa del Ecuador" para dictar cursos rápidos de Enfermería de Emergencia, Higiene y Primeros Auxilios, Contabilidad Práctica, Economía Aplicada y Secretariado Comercial, en los pueblos donde no existían medios para lograrlo. Ese año en Ambato, el 47 en Daule y la Península de Santa Elena. En dicho año 45 desempeñó la Subdirección del Trabajo del Litoral y, al proclamar el presidente Velasco Ibarra, el 30 de Marzo de 1946, su dictadura personal, se volvió antivelasquista para siempre. En esa década y en la siguiente siguió militando en el Partido Socialista, dentro del ala de Manuel Agustín Aguirre y Juan Isaac Lovato. El mismo año 46 dictó una conferencia sobre el Criollismo en Latacunga. El 47 estrenó en el Salón de Actos de la "Sociedad Hijos del Trabajo" de Guayaquil, su obra teatral de ambiente urbano "El sastre Guayaquileño" y, en el "Colón", con la Compañía de su amigo Augusto San Miguel, su tragedia en tres actos sobre la invasión peruana "No pasarán". Igualmente presentó una pieza de ambiente folklórico vinceño "Entre Mazorcas", con un grupo de aficionados en dicha población. 1946 fue un año de mucho movimiento artístico. Comenzó su "Alma Cañari", melodrama folklórico de ambiente cañari y música de Rudecindo Inga Vélez, en el Teatro Municipal de Azogues, en tres actos, por los alumnos del Colegio Juan Bautista Vásquez de esa localidad. Luego salieron a las tablas cinco Sainetes irónicos en un acto cada uno, de su autoría, presentados por la Compañía Gómez Albán en diferentes ciudades del país, a saber: Evaristo Diputado, Evaristo Marino, Evaristo Pescador, Evaristo y los Patitos, Evaristo reza el Rosario, incluidos un año después en el libro de Estampas Quiteñas de Ernesto Albán, a quien una tarde, en el Hotel Astoria, Rodrigo le dijo que después del Evaristo Corral se pusiera chancleta, en recuerdo a un viejo quiteño de apellido Corral y Chiriboga que se vestía de chaqueta por las mañanas y salía a tomar el sol a chismear a la Plaza de la Independencia. En Noviembre hizo formar un Acta Cívica en Huaquillas, desconociendo la línea fronteriza del Protocolo de Río de Janeiro y colaboró activamente con la Junta Patriótica del Guayas que presidía el Dr. Armando Pareja Coronel. En Marzo de 1949 dictó una conferencia sobre los Saraguros, mitimáes lojanos de origen Aymaré, y trató sobre la unidad étnica ecuatoriana. Poco después editó sus "Pregones de Guayaquil", en 12 páginas, musicalizados por OIga Eljuri, que se cantaron en diferentes teatros de la ciudad. En Julio, publicó "Guayaquil Histórico", en 20 páginas, folleto con interesantes generalidades para los turistas, años después programó el primer City Tour que tuvo Guayaquil y preparó a las primeras guías turísticas. La Compañía de Augusto San Miguel trasmitió desde la radiodifusora "Cenit" su
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drama "Amor que Mata" y la pieza "El comerciante minorista". La Compañía Gómez Albán estrenó en el Teatro Andrade de Cuenca su Sainete irónico "Evaristo en Cuenca". También formó con un grupo de trabajadores el primer Orfeón Guayaquileño para continuar la labor iniciada por el fallecido Maestro Angelo Negri. En esos afanes contó con el apoyo del Maestro Concertista de piano Ernesto López Mindreau. En Septiembre, con motivo del terremoto de Ambato, escribió para la "Sociedad Hijos del Tungurahua" su drama "La sombra de Montalvo". En 1959, reactivó su Universidad con Cursos de Mecanografía al tacto (para ciegos) que dictó Teresa Ala-Vedra y Tama, escribió varios Diálogos cómicos para "La voz del Litoral" y la pieza histórica "Guayaquil por la Patria", que se transmitió en "La voz Liberal" durante los festejos octubrinos. Entonces fue declarado Socio de Honor del Centro de Militares y Marinos retirados. Entre 1951 y el 52 presentó varias obras folklóricas en Alausí, Chunchi y Guamote, donde también dictó Cursos rápidos con varios profesores. Esa obras fueron: "La Nobleza está en los páramos", un folklore de ambiente indígena del Chimborazo estrenada con aficionados en el Teatro Roxi de Riobamba y acompañamiento de varios Danzantes de Yaruquíes. La pieza folklórica, en tres actos, "Los contrastes de Alausí" y "Las Estampas de Guamote", en dos actos cómicos. El 14 de Marzo de 1952 se encontraba en Manta cuando recibió la noticia del fallecimiento de su ilustre padre, por eso no pudo concurrir al entierro. El Concejo Cantonal le designó Director del Museo Municipal pero se negó a posesionarse. Ese año dictó seis Cursos rápidos en Manabí y estando en Portoviejo, con motivo del centenario de fundación del Colegio Nacional Olmedo, estrenó en el Teatro Victoria su comedia histórica sobre temas manabitas, en dos actos, con alumnos de ese plantel, titulada "La Fundación del Colegio Nacional Olmedo" (1852-1883). Al finalizar el segundo acto se bailó la Cuadrilla de Lanceros, evocación del Portoviejo del siglo pasado. En Manta, bajo los auspicios del Club Rotario, fundó el Museo Municipal, que aún existe. En 1953 dictó Cursos en Daule, Santa Lucía y Nobol, dio una Conferencia sobre la Verdad histórica ecuatoriana en la radio "Atalaya", fue designado Ciudadano Adoptivo de Honor por la Municipalidad de Machala y en Diciembre volvieron a nombrarle Director del Museo Municipal, con S/. 1.660,00 mensuales de sueldo y se posesionó. En 1959, auspició la candidatura de su amigo, el Profesor español Carlos González Arijita, para la dirección del Conjunto de Opera del Núcleo del Guayas, y ayudó a la difusión de ese género en la ciudad. Entonces, inició una larga campaña contra la erección del Monumento a García Moreno en
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Guayaquil, por considerarlo un atentado al espíritu democrático de la ciudad. En la década de los años 60 se dedicó casi exclusivamente a revivir el folklore montubio del litoral en lo concerniente a música y baile vernáculos. Para el efecto, partiendo del folleto "Estudios Folklóricos sobre el montubio y su música", de Manuel de Jesús Alvarez, natural de Chone, fue contratado con sueldo para iniciar los estudios históricos de la Marina Nacional. En 1971, editó el Coronel Enrique Valdez Concha y su proyección en el panorama nacional, en 109 páginas, biografía del Héroe fallecido en acción de guerra durante la revolución de su tío Carlos Concha Torres. El 65 convenció a su amigo, el cantante Guido Garay Vargas-Machuca, para formar el Cuadro Folklórico Montubio que participó en los V Juegos Deportivos Bolivarianos. De allí en adelante trabajaron juntos. El Conjunto tuvo larga vida, 244 representaciones en 36 ciudades del país y 2 del exterior, casi siempre con distinto personal, pues actuaban con jóvenes estudiantes a quienes preparaban para la escena, de suerte que pasaron 136 integrantes durante un lapso de diez años, lo que es mucho, pues el cuerpo de baile nunca tuvo más de cinco parejas. Fueron años de duras experiencias, dificultades, sin apoyo oficial, venciendo todo género de dificultades, pero al final triunfaron en su empeño y hoy existen cientos de Cuadros Folklórico, en todo el país. Ese año se estrenó en el Teatro 9 de Octubre su melodrama histórico en tres actos "Crispín Cerezo", inspirado en la revolución de los Chapulos con música costeña de gran contenido folklórico, arreglada por el Maestro González Arijita. Al mismo tiempo, con Guido Garay, recorrió el país en misión artístico cultural. En Diciembre del 67 estrenó en el Olmedo su comedia musical en dos actos, "Los manabitas somos así", reprisada en diversas ciudades del país. En Mayo del 68 se dio "Pedro Vinces, el bandolero romántico". En Diciembre "Machete, garabato y corazón", en Junio del 69 "Ya llegó Vargas Torres" todas ellas comedias musicales folklóricas. El 70 "Los lanceros del Daule", igualmente musical y, como las anteriores, estrenada en función de Gala nocturna en el Teatro Olmedo. En 1969, el Alcalde Asaad Bucaram prescindió de sus servicios en el Museo Municipal, como retaliación por haber concurrido a una sesión de la Junta Cívica celebrada en el Paraninfo de la Universidad y publicitada en "El Universo". Era la política municipal lugareña la autora de tal injusticia. Por esa época estrenó sus Comedias: "El sobrino de Catarama" en Abril de 1970, "La Dulce Piña de Milagro" en Septiembre de 1970, "El espectro del descabezado", en Junio del 71, "No hay taco para el banano" en Octubre siguiente, con gran éxito y numerosos reprises.
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También llevó a las tablas sus Sainetes: "Torcuato y Nicanora" en Junio del 67, "Patrón y Torcuato" en Septiembre siguiente, "Cuando entra la picazón" en Agosto del 69, "Así semos los montubios" en Abril del 70 y "Torcuato Oligarca" en Mayo del 71, esta última también fue transmitida por la Radio Canal Central, en el Núcleo del Guayas de la CCE. En 1971, visitó con su esposa los Estados Unidos, invitado por su hijo Gonzalo que estaba de Cónsul. En Octubre del 73 el General Guillermo Rodríguez Lara le invitó a espectar un Rodeo en el Estadio Capwell y lo sentó a su lado. El 75, en una Función de Gala, reprisó su obra "Crispín Cerezo", en el teatro 9 de Octubre, fue subido al escenario por varios amigos. Casi no podía sostenerse en pie el viejo folklorista, tal su estado de debilidad y la asfixia continua que le aquejaba por su pertinaz enfisema. El público se puso de pie y le aplaudió larguísimo rato. Quiso agradecer pero no pudo, pues a causa de unas úlceras gástricas cicatrizadas toda su vida había sido de poco comer y era flaquísimo como su padre. Fue bajado con dificultad y, aunque sólo tenía 67 años de edad, se le veía acabado. La escena fue muy emotiva, sabíamos que su fin estaba cercano y estimo que él también lo presentía. Al poco tiempo después falleció su esposa Aída, su infatigable socia y secretaria en todas las andanzas, quien le llevaba las cuentas, le tenía en orden y lo alentaba en las horas de desánimo. De allí en adelante se recluyó. Estaba pobre pero sus hijos le auxiliaban. En Mayo de 1981 se le agravó el enfisema, fue llevado a la Clínica Guayaquil y de allí a la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital del IESS, donde falleció el 24 de dicho mes, de 73 años. Su obra aún no ha sido evaluada en toda su importancia. Sin él no tendríamos este reverdecer de lo nuestro que se respira en todo el país. La música y el baile vernáculos costeños le tiene por su reiniciador. El Teatro Ecuatoriano le cuenta entre sus mayores creadores y, en gran parte, las Estampas Quiteñas nacieron de su pluma. Fue un trabajador tenaz, infatigable, su vida es un ejemplo de sacrificio por la cultura y el arte en un medio hostil y fenicio; que, sin embargo, no logró apagar su creación.
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Guayaquil, diciembre 20 de 18957 “EL UNIVERSO”
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EL TEATRO DE RODRIGO DE TRIANA Por: Guido Garay
Es Rodrigo de Triana, quizás, el más fecundo autor teatral ecuatoriano y, además, tal vez, el más entusiasta propulsor de la labor teatral en nuestro país; incursionando con éxito en sus dos géneros: musical y hablado, y estrenando obras en distintas ciudades de Ecuador y del extranjero. Es verdaderamente sorprendente la intensa actividad teatral de Rodrigo: en los lugares aparentemente más imposibles para llevar a efecto esta alta demostración de la cultura de un pueblo, allí ha estrenado sus obras de ambiente local y, lo que es más sorprendente, con personal propio del lugar. ¿Dónde no ha estrenado obras teatrales Rodrigo de Triana? En Chunchi, Vinces, Loja, Daule, Riobamba, Esmeraldas, Alausí, Guayaquil, Cuenca, Portoviejo, Machala, Latacunga, Santa Ana, Guamote, Panamá (República de Panamá), etc. ¿Para qué seguir? Yo creo que ni él mismo sabe ya en cuántos sitios ha hecho su abnegada labor teatral. Y esta enorme producción y difusión del arte teatral nacional es más meritoria aún si tomamos en consideración que ésta no ha sido lo ocupación principal de Rodrigo de Triana, hombre que ha espigado con éxito en el teatro, poesía, novela, periodismo, historia, arqueología, sociología, y vaya usted a saber en cuántas ciencias y artes más, y de cuya obra también, como dijo su ilustre padre, el Dr. Modesto Chávez Franco, cronista vitalicio de Guayaquil, al prologar uno de los libros de mi inolvidable amigo Pepe Pino (como le decíamos con cariño a ese ilustre poeta y eminente hombre de letras que fue José Joaquín Pino de Ycaza); puede decirse que "es una lástima que se encontrara dispersa en diarios y revistas ".1 Lamentablemente, es verdad, sobre todo en lo que se refiere a la gran obra teatral de Rodrigo de Triana, que está en su mayoría irremisiblemente perdida, pues no acostumbra dejar copia de sus obras, que las ha entregado generosamente a los cómicos o grupos de cómicos que las han representado. En el género musical ha triunfado con las revistas musicales "Panamá al día", estrenada en 1930 en el Teatro Nacional de la ciudad de Panamá por la compañía de revistas "Lupe Rivas Cacho" en el que actuaba el célebre cómico mexicano Pompín Iglesias. "Guayaquil en broma", estrenada en el Teatro Parisiana (hoy París), por la compañía de Alphonse. "Pregones de Guayaquil" con música de la inspirada compositora OIga Eljuri (hoy esposa del gran actor y director teatral hispano-ecuatoriano Paco Villar); en que recoge los pregones guayaquileños que se fueron como: "Pan de regalo", "Hay que soldar", "Aguacates son todos", etc. "Sangre 1
Hace unos 20 años, altos varones de las letras nacionales sufrían un verdadero via crucis para poder sacar avanti revistas valiosas como "Trópico" de Pepe Pino, "Todo" de Rodrigo de Triana, etc. Nota del Autor
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Montubia" compuesta últimamente y cuyo primer acto reposa en mi poder, no habiendo podido concluirla por la enfermedad que lo postró en la cama y lo obligó a delicada intervención quirúrgica, que felizmente se llevó a efecto con éxito. Mención aparte merecen las cinco comedias musicales folclóricas costeñas estrenadas en el tradicional Teatro Olmedo, y reprisadas en diversas ciudades del país como Esmeraldas, Portoviejo, Babahoyo, Machala, Bahía, Pasaje, Quevedo, Huaquillas, Daule; y, en la gran temporada de teatro musical criollo que el cuadro folclórico montubio presentó en noviembre de 1969 en el Teatro París: "Los Manabitas somos así"; "Pedro Vinces, el bandolero romántico"; "Machete, garabato y corazón"; "Ya llegó Vargas Torres"; y la que compuso para celebrar el sesquicentenario de la independencia de Guayaquil: "Los lanceros del Daule", que han logrado triunfos sin precedentes en nuestro país. En el campo de la zarzuela ha estrenado con éxito "La fiesta de las cruces" con música del gran compositor quiteño Pedro P. Traversar; y "Crispín Cerezo" con música del compositor español Carlos Arijita. Como buen historiador que es, ha llevado la inquietud histórica a las tablas en sus recordadas "Estampas Históricas", "Fundación de Guayaquil", "Fundación del Colegio Olmedo" (Portoviejo), "Independencia de Naranjal", "El esfuerzo de un hombre", "Chunchi, puerta del Austro", "Escenas de la Libertad"; y quién sabe cuantas más que ya no recuerda. Pero es en la comedia en donde parece ser mayor su producción, con los siguientes títulos: "El primo de Baba", "El sastre Guayaquileño"; "Guayaquil, base de la nacionalidad y fuente de unidad nacional" (posiblemente el título más largo para una pieza teatral nacional); "El chofer Guayaquileño"; "Cantalicio Quinta Columna"; "La tristeza de Pierrot"; "Purito Capulí"; "Lojanita me queréis"; "Alma Cañari"; "La nobleza está en los Páramos"; "Paisaje de Guamote"; "Crónicas del Azuay"; "Un montubio en Nueva York"; "Do you like to marry me"; "La bomba esmeraldeña"; "Baba la noble y Torena"; "El embrujo de la huerta"; "El tigre de Bulo Bulo"; y, "El sobrino de Catarama", "La dulce piña de Milagro" y "El espectro del descabezado", estas tres últimas estrenadas por el cuadro folclórico montubio de mi dirección, las dos primeras en el Teatro Olmedo y la última en el Teatro de la Casa de la Cultura de esta ciudad. No conozco sus dramas, por no existir copias de ellos; pero por su referencia y datos periodísticos sé que se estrenaron con éxito y son: "No pasarán", "La china heroica", "El sermón de la montaña", "Exodo" (compuesta en verso), "La batalla de Jambelí", "La sombra de Montalvo", "Amor que mata". En lo que respecta a "sketchs", sólo recuerda "Chupetes" estrenada en Machala; y los estrenados por el cuadro folclórico montubio: "Torcuato y Nicanora", "Patrón y Torcuato", "Así semos los montubios", y "Cuando entra la picazón", que con tanto júbilo los ha recibido el culto público que los ha admirado.
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"Muy afortunados en el sainete, recuerda los siguientes: "Escenas de Nuestros mercados" y "Diálogos callejeros" (serie de sainetes cuyo número no puede precisar). "Guineo ecuatoriano, el mejor del mundo", "Guayaquil, puerto marítimo", y "No hay taco para el banano", este último que si Dios no dispone otra cosa lo estrenaremos el día 30 de octubre en la capital mundial del banano: la progresista ciudad de Machala. Algo que quizás sorprenda es que el éxito artístico de nuestro querido primer cómico nacional Ernesto Albán, en gran parte se lo debe a los libretos de Rodrigo de Triana, pues es a partir de la estampa cómica "Evaristo Diputado", adaptación que el propio Rodrigo hizo de su obra "El político rural", que la fama de Albán comienza a engrandecerse, pues hasta entonces era Chavica Gómez la figura principal de la inolvidable compañía nacional de comedias Gómez- Albán; e incluso el apellido de Corral y Chancleta del "Chulla quiteño Evaristo", pertenece a nuestro gran comediógrafo Rodrigo de Triana. Son muchas las "Estampas Quiteñas" de Rodrigo de Triana que han hecho la fama y la fortuna de Ernesto Albán, y su infortunio temporal también, pues alguna vez autor y actor luego de recibir las ovaciones del entusiasmado público en el escenario del sensiblemente desaparecido Teatro Colón de nuestra querida ciudad, fueron a parar a la cárcel por el capricho del "manda más" de turno, herido en su amor propio por las candentes sátiras políticas de Rodrigo en sus "Estampas Quiteñas" tan magistralmente interpretadas por Ernesto Albán. Lamentablemente, no se puede precisar el número de "Estampas Quiteñas" que se deben a la pluma de Rodrigo, que fueron muchas más que las que aquí cito: "Evaristo Diputado", "Evaristo Marino", "Evaristo Chofer", "Evaristo y la Inepaca", "Evaristo reza el rosario", "Evaristo: qué caro es estar enfermo", "Evaristo corral y pastor, corregidor", "Evaristo y la fábrica de llantas", "Evaristo en el IV Velasquismo". Y no sólo ha producido para los cómicos de carne y hueso, sino para los muñecos también. Es así que funda con buen éxito un teatro de títeres, haciendo funciones que gustan a la "gente menuda" en el desaparecido Teatro Aladino de nuestra amada ciudad, y en escuelas y colegios, tanto aquí, como en diversas ciudades de nuestro país, haciendo las delicias de los niños que veían en "Matasiete" a su personaje favorito. Sobre la desaparición de estos magníficos libretos de Rodrigo de Triana, que sumaban más de una veintena, existen dos versiones; la primera, del propio autor que manifiesta que el descuido de las empleadas del servicio doméstico en su casa al poner estos libretos en un cajón que fue subido a un altillo de donde cada vez que se necesitaba una hoja de papel para algún uso casero, fijo que se tomaban las hojas de sus libretos de teatro de títeres para los más diversos menesteres. La segunda versión pertenece a su esposa, la distinguida matrona orense Aída Pazmiño de Chávez González, quien manifiesta que el propio autor en un rapto temperamental, propio de todo artista, sobre todo cuando es bueno, los destruyó. Queda al buen juicio del paciente lector que hasta aquí nos ha acompañado el aceptar cuál de las dos versiones es la verdadera. Yo, desde luego, conocedor de la "sangre gitana" que se gasta a veces don Rodrigo y con la que se maneja, me inclino por la versión de su digna esposa.
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Es pues mucha y de calidad la contribución de Rodrigo de Triana al teatro nacional, y sobre todo en el teatro costumbrista su obra quizás no tenga igual entre nosotros. Y a propósito de teatro costumbrista, hay que reconocer en Rodrigo de Triana a un triunfador en este género teatral, pues debemos recordar que el profesor Justino Cornejo, tras una larga campaña en contra del teatro folclórico de Rodrigo de Triana, presentó su "chigualito, chigualo" en el Teatro 9 de Octubre, mereciendo la más rotunda repulsa del distinguido público allí presente, motivando el desmayo de Patricia Aulestia, que por primera vez en su carrera artística experimentaba el fracaso por haber dejado de lado la temática folclórica de Rodrigo de Triana. Ante este frustrado estreno Patricia dejó para siempre la temática folclórica de don Justino, y volvió a la de don Rodrigo en lo que a folclor costeño presenta; y don Justino "se vengó" del culto público guayaquileño comparándolo con el "abominable hombre de las nieves" en un lamentable artículo periodístico, adoptando la clásica posición del artista fracasado que le echa la culpa al "público que no ha sabido apreciar su obra". Queda demostrado que Rodrigo de Triana es quizás el único triunfador en los tiempos actuales en el género teatral folclórico costeño entre nosotros; y creo que es hora ya de que los guayaquileños, dejando el egoísmo a un lado, solicitemos al supremo Gobierno la condecoración nacional que Rodrigo de Triana por su inmensa labor teatral se merece, pues aunque orlado su pecho por significativas preseas internacionales, provinciales y locales que ostenta, hasta la fecha no se ha hecho justicia con él, en lo que a un homenaje nacional se merece don Rodrigo de Triana, seudónimo con que modestamente oculta su nombre el eminente ciudadano guayaquileño Rodrigo Chávez González.
Publicado en la revista dominical "'El Universo” página #5, domingo, Noviembre 14 de 1971.
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OBRAS DE RODRIGO DE TRIANA
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GUAYAQUIL, BASE DE LA NACIONALIDAD Y FUENTE DE UNIDAD NACIONAL Comedia en un acto y en un cuadro, original de RODRlGO DE TRIANA. DECORADO:
Sala regularmente elegante de familia de clase media guayaquileña. A juicio del Director, puede haber una mesa en el fondo; pero habrá forzosamente un par de butacas a ambos lados, igual que una silla de cada lado, cerca a las butacas, y dos sillas en el fondo, a ambos costados de la puerta del foro, que se supone es la que va a la escalera que lleva a la calle o al zagüán. Pueden haber mesas con floreros y flores en el fondo.
PERSONAJES: ANA:
Dama joven, hija de Damián y de Estela, hermana de Abdón. Viste con elegancia más que con lujo.
ESTELA:
Madre de Ana y esposa de Damián y madre de Abdón. Ataviada correctamente. Todos aparecen en traje de casa, pero muy correctamente vestidos. Es una señora de unos cincuenta años.
LORENZA:
Criada de la familia. Mujer sencilla y con atavío sencillo. Es joven. Lleva delantal.
DAMIAN:
Hombre de unos cincuenta y cinco a sesenta años. Es el dueño de casa, esposo de Estela y padre de los jóvenes. Puede salir en bata de casa, si se quiere. Puede llevar anteojos.
ABDON:
Joven deportista, bien parecido, ataviado elegantemente, algo frívolo.
GABRIEL:
Amigo de Abdón, menos frívolo, pero cordial y afectuoso.
ESCENA PRIMERA Aparece la escena solitaria. Luego Abdón, y enseguida Damián. ABDON:
Caramba: ¿Para qué me habrá mandado a llamar papá? (PAUSA) Mi padre es una buena persona; pero este vivir preocupado de los asuntos de la tierra chica, está resultando fuera de moda, cuando todos pensamos en hechos mundiales y hasta extra-mundiales, con estos viajes estratoesféricos y de astronautas, que hará que un momento dado, las cosas terrenas se sujeten a las extra-terrenas, como en la preocupación de los espiritistas.
DAMIAN:
(ENTRANDO CON UN PERlODICO EN LA MANO) ¿No te dije, Abdón? Al fin y al cabo, si no en forma total, a Guayaquil tienen que oirlo y, a la larga, darnos la razón.
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ABDON:
Pero, ¡papá! Los guayaquileños tenemos que enorgullecernos de lo que hizo Pancho Segura, lo que están haciendo Olvera y ahora Pancho Guzmán en Europa, sin mencionar a Spencer y los que irán ubicándose en las canchas mundiales...
DAMIAN:
Eso es: para ti no hay mayor blasón guayaquileño que las patadas, las trompadas, los raquetazos y hasta los meneos de la nueva ola.
ABDON:
Usted sabe, papá, que eso de los niños afeminados, con chamecos pintados y poses a lo Leo Dan, los detesto; por algo usted me puso en el bautismo "Abdón", y acaso mi nombre ha influído para que me sienta muy hombre desde pequeño, ya que soy tocayo del héroe de Pichincha. (CON AIRE DE SUPERIORIDAD).
DAMIAN:
Pero yo no te puse "Abdón" para que te sientas Spencer o Chuchuca, sino porque ese nombre del héroe simbolizó el heroísmo guayaquileñista, por más que nació en Cuenca; pero, como dijo el prócer Fajardo, Calderón constituyó el símbolo de la juventud guayaquileña, pues su madre fue guayaquileña, aquí se crió y educó, formó parte de las milicias del 9 de octubre de 1820, ingresó al ejército libertador guayaquileño, peleó en Camino Real, en Tanizahua, en Chone y fue el que tremoló la bandera de Guayaquil en Pichincha como abanderado del "Yaguachi".
ABDON:
Es cierto eso, papá; pero ya la etapa de las lides guerreras pasaron y ahora hay que buscar el triunfo guayaquileño en las del deporte.
ESCENA SEGUNDA Ana que entra sonriente y afable. ANA:
Que, ¿estás otra vez convenciendo a Abdón para que se aleje del deporte?
DAMIAN:
No tanto, hija mía: comprendo que, cuando no se requiere la acción guerrera, el deporte es un medio viril y hasta moderno para servir de propaganda a la virilidad guayaquileña; pero el civismo nuestro debe ponerse por encima de todo. Por eso te puse "Abdón" para tu bautizo.
ANA:
Y a mí debiste bautizarme con el nombre de Isabel, y no de Ana.
ABDON:
Claro: para que tenga un nombre igual al de Isabelita Morlás, alma y nervio de la revolución del 9 de octubre.
DAMIAN:
Se equivocan: Isabelita Morlás no fue guayaquileña, sino venezolana, por una parte; y por otra, ella estuvo locamente enamorada del bizarro Febres Cordero, y si es verdad que ella tuvo parte activa en las ideas de su padre; pero el alma, vida, acción y decisión de esa conspiración, fue la
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guayaquileña Ana Garaycoa Llaguno de Villamil, en cuya casa se formó la Fragua de Vulcano, que fue el nombre de una logia masónica de Cádiz, a la que había pertenecido su esposo, Villamil, cuando su estadía en España. ANA:
Pero la historia concede mayor relieve a Isabelita que a doña Ana.
DAMIAN:
Era la belleza, la juventud, la parte marcial del que fue su esposo más tarde; pero fue la guayaquileña Doña Ana la que expuso sus propiedades, su hogar, su alta posición social para laborar en pro de la causa, en la que estaban empeñados su esposo y toda su familia. Por eso te puse Ana, porque necesitaba en mi familia infiltrar ese guayaquileñismo que, desgraciadamente, se va perdiendo, pues ya los ricos no exponen sus fortunas, sus hogares y sus vidas por servir a Guayaquil, que fue la base de la nacionalidad ecuatoriana y lo que ha hecho la unidad nacional a través de su historia.
ESCENA TERCERA Lorenza, primero, y luego Gabriel. LORENZA:
Perdón, señores, pero ha llegado don Gabriel.
ABDON:
Que pase. (MUTIS LORENZA)
DAMIAN:
¿Y no estaba ausente de Guayaquil tu amigo?
ANA:
Sí; pero llegó anoche, y lo tenemos aquí...
GABRIEL:
Buenas tardes don Damián, Abdón y Anita (DA LA MANO A TODOS)
ABDON:
Llegas a tiempo, pues esta noche tenemos un partido de basquet.
ANA:
Pero no lo dejas ni descansar.
GABRIEL:
Para mí, el mayor descanso es estar cerca de ustedes.
ABDON:
(A GABRIEL, SONRIENTE) Déjate de estar mirando mucho a mi hermana porque ahora mi papá la ha convencido de que puede ser una heroína.
ANA:
De todos modos, sería conveniente, Gabriel, que tome asiento.
DAMIAN:
Y que tome aliento, frente a la propuesta deportiva de Abdón.
GABRIEL:
Mil gracias. Necesitaba este descanso, luego del viaje tan largo.... (SE SIENTAN TODOS MENOS ABDON)
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ANA:
Llamaré a mamá, para darle la buena noticia de que has llegado. (HACE MUTIS)
GABRIEL:
Y ustedes, ¿cómo se han conservado?
ABDON:
Aquí, mi papá, como siempre, tratando de demostrarnos que debemos dedicarnos, ante todo, a sacrificarnos por Guayaquil y defender su historia, sus tradiciones, sus blasones...
DAMIAN:
No tanto; pero considerando que, a medida que esta ciudad se hace más cosmopolita, más extranjera y forastera dentro de su propio perímetro, tenemos que multiplicar la enseñanza de nuestros hechos y sentimientos, para que los que se radican en ella, sientan como propias las cosas nuestras.
ABDON:
Si aquello se realiza en gran escala, llegará el momento en que tendrá razón el refrán que dice: "el extranjero o el serrano acriollado, es más guayaquileño que el nativo".
GABRIEL:
Bueno: en eso tiene razón don Damián. Este cosmopolitismo hace que los guayaquileños nos sintamos cada día menos nativos, menos dueños de lo nuestro.
DAMIAN:
Si, es verdad que es incontenible, ni se debe contener el hecho universalista, cuando menos hay que mantener, siquiera como recuerdo, los blasones nuestros y hacer que los que se fincan aquí, los respeten y los amen.
ESCENA CUARTA Entran Estela y Ana. ESTELA:
Vaya qué sorpresa: el viajero del Viejo Mundo regresando a su pequeño mundo... (EXTIENDE LA MANO, QUE GABRIEL ESTRECHA)
GABRIEL:
(DE PIE) Así es, doña Estela; y, parece mentira, pero mientras más lejos está uno, más se extraña este calor, y hasta los grillos y los mosquitos.
ABDON:
Yo no sé qué tiene nuestra tierra, para atraernos tanto.
ANA:
Lo que es yo, aún dentro del país, apenas llego a otra ciudad, comienzo a extrañar a Guayaquil.
DAMIAN:
Y eso que los guayaquileños no hemos hecho lo suficiente para enseñar a amar a nuestra tierra, como debía hacerse.
GABRIEL:
Realmente, en las Embajadas de nuestro país en Europa, no se encuentran ni folletos ni fotografías de nuestra cuidad ni de nuestra región, siendo,
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como es, la primera de la República la más grande poblada, rica, industrial, comercial y financiera. ABDON:
Le tocaste el tema favorito a papá.
ESTELA:
Tendremos para rato con esto.
GABRIEL:
¡Exacto! Pero yo creo, justamente por haber permanecido dos años fuera de Guayaquil y en Europa, que lo que nos hace falta a nosotros aquí, es personas que constantemente prediquen las verdades de nuestra historia y nuestras glorias. El pueblo guayaquileño y de la Costa, en general, permanece indiferente en cuestiones cívicas, justamente porque no se ha estimulado a los hombres que se dedican a decir esas verdades.
ESTELA:
Nuestro pueblo ya no se emociona por otra cosa que no sea lo frívolo, el desnudo, la película de la nueva ola, cuando no es el crimen pasional o los argumentos de atracos y robos con sus crímenes. Mi marido pierde lastimosamente su tiempo.
ANA:
Es una lástima; pero es la verdad. Mis amigas se emocionan más ante el espectáculo de un fifiriche que sale a lucir sus monéos, que ante una arenga histórica.
ABDON:
Es que los tiempos cambian, y la vida hoy es de otra manera.
DAMIAN:
No lo discuto; pero no se puede dejar de decirle al pueblo que, si no se funda Guayaquil entre Piura y Panamá, no se forma lentamente la organización seccional que dio origen a la Real Audiencia de Quito con puerto propio, y que si lo que fue Provincia de Guayaquil no hubiera aportado con la construcción de los mejores barrios y el mejor Astillero de América, no se organiza el núcleo económico-social con la importancia que requirió, lo que sirvió de base para la futura república del Ecuador.
ANA:
Es decir: la base de una nacionalidad, por supuesto.
GABRIEL:
Y esa conversación debe servirnos para constituir también la base de la unidad nacional, por cierto.
ABDON:
Quién sabe....
DAMIAN:
Que lo fuimos y lo somos, pese a que no se ha gobernado al país desde Guayaquil, salvo momentáneas influencias políticas, debido al poder económico; pero los movimientos cívicos guayaquileños han sido los que, como el del 6 de marzo de 1845, robustecieron la nacionalidad y terminaron con un dominio militar extranjero; así como el 9 de Octubre de 1820 fue el que, no sólo sirvió de base para la libertad de todo el Ecuador, sino para la libertad del Perú.
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ESTELA:
Bueno, bueno; pero todo eso se ha olvidado, y lo peor es que lo ha olvidado el resto del país.
GABRIEL:
Pero considero necesario que se lo recuerde siempre.
DAMIAN:
Y que fue Guayaquil y su territorio costeño, el que luchó y derrotó la invasión peruana cuando la Campaña de Buijo, que hubiera hecho la anexión de toda la Costa al Perú; así como ha sido nuestra contribución económica constante, abundante y generosa, la que durante tantos años ha suministrado al país grandes recursos para mantener su estructura.
ABDON:
Sí, es verdad todo eso; pero del recuerdo y de la gloria, no viven los pueblos, porque ya ni los blasones familiares se respetan.
DAMIAN:
Estoy de acuerdo contigo. Los blasones familiares pueden servir para envanecer a familias, pero no es lo mismo el blasón de un pueblo, que es el constante estímulo para la superación en su vida cívica.
ANA:
Quién sabe si papá tiene razón.
GABRIEL:
Que sí la tiene, y reconozco que es eso lo que nos hace falta, y no sólo a nosotros, sino que lo sepa y lo conozca bien todo el Ecuador.
ABDON:
Entonces, tendríamos que comenzar por mostrar al pueblo la belleza de la música de nuestra región, sus bailes, crear un ballet como en México, sus canciones, a más de lo mucho que se difunde su historia, su literatura, sus artes plásticas del pueblo, es eso: el teatro con su música y sus cantos; porque de otro modo, el sentimiento guayaquileñista seguirá siendo de élites, de pequeños grupos cultos, y nada más.
ESTELA:
En eso la Sierra y sus principales ciudades nos ganan y nos dejan atrás, muy atrás, pues, gracias al fomento de su folclor, han logrado que en la propia Costa se canten con preferencia los pasillos, yaravíes, sanjuanitos, albazos y danzantes, mientras lo de la Costa y de Guayaquil se está perdiendo en nuestro propio solar.
DAMIAN:
Yo me alegro que en nuestra región costeña, y especialmente en Guayaquil, se tenga mucho aprecio por esas manifestaciones de la Sierra, porque nuestra ciudad es la síntesis de la nacionalidad ecuatoriana, y aquí hay gente de todo el país; pero tampoco debe olvidarse ni descuidarse lo nuestro, lo costeño, lo guayaquileño; porque, de otro modo, ni esta región ni Guayaquil estarían presentes en algo que sea de unidad nacional.
ANA:
Tiene también que participar Guayaquil y la Costa, para que lo ecuatoriano sea completo, claro está....
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ABDON:
Pero, que yo sepa, no se ha hecho nada para también resaltar lo nuestro.
DAMIAN:
Es que nos hemos dedicado sólo a la parte de exaltación de los grandes valores literarios, a difundir medianamente nuestra historia y sus hechos gloriosos, a propagar las excelencias del poder económico, pero no se ha querido llegar hasta el pueblo, hasta el hombre de la calle con lo nuestro, con nuestro rico folclor, con lo que llega a la gran masa; por eso, nuestro guayaquileñismo es de élite, de grupos selectos, y no de raíz popular.
ESTELA:
Antes sí hubo algo, pero eso se ha ido perdiendo.
GABRIEL:
Y es necesario revivirlo.
ANA:
Agotando todo esfuerzo, porque el día que el pueblo de esta gran urbe y de esta rica región, pierda su hondo sentido cívico, no podrá continuar cooperando a fortalecer, mantener y sostener ese tan reclamado concepto de grandeza, patria y unidad nacional.
DAMIAN:
Me alegro que estés de acuerdo conmigo.
ESTELA:
Y que ese "acuerdo", no sea sólo por algún interés sentimental.
ABDON:
Como yo lo sospecho (MIRANDO AMBOS A ANA)
ANA:
Sería una pena que sólo fuera por un interés sentimental, que durante los dos años de estadía en Europa, amenguó mucho....
ABDON:
Pero hay un refrán que dice: "un viejo amor, si se olvida, si se deja"....
GABRIEL:
Pero "nunca dice adiós", ¿verdad?
DAMIAN:
Sospecho de qué hablan ustedes.....
GABRIEL:
Que en la larga ausencia, no sólo se aviva el amor a la patria chica y a la patria grande, sino a las cosas de profundo afecto que se han dejado en la ribera del Guayas.
ABDON:
Saltó la liebre.
ESTELA:
Pero, usted no dijo nada concreto antes de su viaje.
ANA:
Mamá: ¡que estamos hablando de las glorias de Guayaquil y su región!
DAMIAN:
Porque fue Guayaquil la que rechazó la invasión "floreana" un 4 de julio de 1852, protegida por el Perú, y que hubiera significado la parcial entrega de nuestro territorio, acaso.
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ABDON:
Pero papá no quiere pensar en que se nos va parte de nuestra familia.
DAMIAN:
Por eso, el 25 de julio de 1941, el guayaquileño capitán Morán Valverde...
ANA:
Sí, ganó el combate de Jambelí contra los destroyers peruanos, salvando a Guayaquil y al Ecuador.
ESTELA:
El que quiere estar ciego, se tapa los ojos.
GABRIEL:
Pero es que ustedes se refieren....
ABDON:
Al afecto que quedó o te llevaste en el viaje.
ESTELA:
¿Ana?
GABRIEL:
Señora .
DAMIAN:
¿Eh? ¿Qué pasa con mi hija?
ANA:
Nada, papá....
ABDON:
Que es parte de nuestro territorio espiritual y corporal, familiar y afectivo, que, sin bombardeos "floreanos", se 1o van a llevar.
GABRIEL:
Bueno... yo pretendía.....
ESTELA:
Yo creía que "pretende".
ABDON:
Por cierto, que todavía no desembucha.
ANA:
Bueno: sí; Gabriel me dijo en su última carta, que el mismo día que llegara a Guayaquil, pedía mi mano.
DAMIAN:
Esto sí que es una sorpresa.
ESTELA:
Como la de los bucaneros que caían sobre Guayaquil.
GABRIEL:
No tanto: esta vez se pide permiso y solicita respetuosamente.
ANA:
No se trata de un pirata, ni de un Flores, que es lo mismo.
ABDON:
Pero se busca una flor.
ESTELA:
Por mi parte, concedido.
DAMIAN:
Siempre que se respete la autonomía de Guayaquil, y claro, de nuestra hija.
GABRIEL:
Ella será la que mande.
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ABDON:
Te invité a un juego, y ha resultado en serio.
ESTELA:
Así es todo en Guayaquil: hasta nuestra independencia del 9 de octubre se hizo después de un baile.
GABRIEL:
Espero, pues, la respuesta; aun cuando doña Estela ya la dio.
DAMIAN:
Por las buenas, todo se consigue en Guayaquil y de Guayaquil; por las malas, como en Zaragoza, hasta las mujeres salen a la calle.
ABDON:
Es que, como bien ha dicho usted, Guayaquil no sólo fue la base de la formación de la unidad nacional, sino que es la síntesis de la nacionalidad ecuatoriana, y, por lo tanto, por las buenas damos todo.
ESTELA:
Confirmando el lema de "Guayaquil por la Patria".
ANA:
Y que Guayaquil siga siendo el mayor sentido de unidad nacional.
DAMIAN:
Y de firmeza para robustecer la ecuatorianidad.
GABRIEL:
Pero, ¿en qué quedamos de lo otro?
DAMIAN:
¿Qué otro?
ANA:
Lo de Gabriel y lo mío.
ABDON:
Si es por la unidad, y por las buenas....
DAMIAN:
Que sea por las buenas.
GABRIEL:
Gracias, don Damián. (SE ACERCA A ANA)
ANA:
Y que conste que este mes de julio es el de la unidad. (SE ABRAZAN)
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MALPELO Relación histórica para radiotelefonía, original de RODRIGO DE TRIANA. LOCUTOR: La América del Sur estaba libertada ya de España, pero sugieron disyuntivas entre las repúblicas bolivarianas, e iniciada la guerra terrestre entre Perú y Colombia la grande, la táctica militar aconsejó al país del sur realizar simultáneamente las acciones de tierra y mar, puesto que si la costa quedaba libre de la contienda la gran base naval que significaba Guayaquil, constituía un punto de reconquista para las fuerzas grancolombianas. Debe recordarse que la independencia de Guayaquil no sólo significó psicológicamente un golpe tremendo para las fuerzas realistas, sino que fue el lugar de suministro de armas, alimentos,. ropa y hombres para realizar los combates del segundo Huachi, Chone, Papaloma, Riobamba y la batalla de Pichincha, al mismo tiempo que, según confesión del propio Libertador, se hizo posible Junín y Ayacucho. Por ello, lo primero que pensó el enemigo fue cortar las comunicaciones marítimas entre Buenaventura y Guayaquil con la costa peruana. A las órdenes de un marino experimentado, la corbeta peruana "Libertad" estableció el bloqueo del golfo. El entonces Coronel del Ejército de Colombia y Comodoro del sur de la misma nación, Thomas Charles Wrigth, recibió orden de zarpar, y el día 30 de agosto de 1828, salió como jefe de la expedición a bordo de la goleta "Guayaquileña", seguida de la "Pichincha", cuyas dos naves unidas no podían competir con el bien armado barco enemigo. A bordo, iban dos bravos marinos, que más tarde ocuparían el solio presidencial del Ecuador, y otro que llegaría a ser el inventor del primer submarino del mundo. En estas condiciones, en el muelle de Guayaquil se desarrolla la siguiente escena.... (CORTINA MUSICAL, LUEGO LA ESCENA) URVINA: Coronel Wrigth..... WRIGTH:
Comodoro..., Alférez Urvina... "Comodoro"
URVINA:
"Perdóneme, Comodoro".... Estaba acostumbrado a llamarlo "Coronel".......
WRIGTH:
Desde este momento, en que el Libertador me confía una misión naval, soy “Comodoro”.....
URVINA:
Digo, que estamos listos, "Comodoro"...... En el "conchero" se embarcaron las balas y el Alférez Rodríguez Labandera ha arreglado la artillería y las jarcias.....
WRIGTH:
¿Y el Alférez Robles?....
URVINA:
Está a bordo, Comodoro....
WRIGTH:
¿De la Pichincha?
URVINA:
Estaba destinado a la "Pichincha", Comodoro; pero él quiere actuar con usted en la "Guayaquileña"....
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WRIGTH:
Todos quieren la "Guayaquileña"..., parece que este nombre está vinculado al mar....
(CORTINA MUSICAL) LOCUTOR: Y así se dieron a la vela las valientes goletas, donde, en unión del glorioso Comodoro, iban aquellos que en el sitio del Callao habían logrado ascender de “guardias marinas", José María Urvina, Francisco Robles y José Rodríguez Labandera. Ahora eran ya "Alférez de Fragata" y aspiraban a cubrirse de gloria al lado de ese ex-miembro de la Armada de su Majestad Británica, que vino desde el Eire a hacer toda campaña libertadora junto a Bolívar en Venezuela y Colombia y junto a Sucre en el Ecuador; tan grande, que llegó a tener cuatro patrias: Inglaterra, cuya nacionalidad no la abidcó jamás; Venezuela, que le otorgó grados militares; Colombia, que le dio hasta el "coronelato" y cargos civiles; y Ecuador, que lo hizo "General de División" y ciudadano distinguido, Gobernador del Guayas, Comandante de Milicias, Comodoro de su Escuadra. Cuatro naciones que lo tuvieron como suyo....- A las siete de la mañana del día 30 de agosto de 1828 zarparon las naves, tremolando la bandera de Colombia la grande, Colombia la de Bolívar; y como todo el tiempo tuvieran viento favorable, iban a gran velocidad, pasando por Puná antes del mediodía, avistando la Isla del Muerto al anochecer. Navegaron toda la noche, y como por unos pescadores de balandras tuvieran noticias que por la boca de Túmbez se encontraba un barco de guerra peruano, Wrigth ordenó que pusieran proas hacia allá. Navegaron durante la noche y gran parte del día, y a eso de las tres de la tarde el día 31.... (CORTINA MUSICAL) VOZ LEJANA: ¡Barco a babor!..... URVINA:
¡Comodoro! ¡Hay un barco enemigo frente a la punta Malpelo!
WRIGTH:
Ya lo veo el catalejo... Antes de un par de horas estamos junto a él... Ordene, Urvina, que avance la "Pichincha".
URVINA:
¡Se dará órdenes por semáforo!
RODRIGUEZ: ¿No le parece, Comodoro, que es peligroso acercarse? WRIGTH:
El enemigo no da flores... Flores está en Quito... Y tenemos que estar listos para responder cualquier ataque. Usted, Alférez Rodríguez, tenga listas las piezas, cargadas como si fuéramos a entregar en combate....
RODRIGUEZ: Muy bien, Comodoro..... WRIGTH:
(COMO HABLANDO CONSIGO MISMO) No darán flores... si Flores está en Quito.....
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(CORTINA MUSICAL) LOCUTOR: Y así, Wrigth realizó la más audaz de las maniobras que se pueden concebir en un estado de conflicto entre dos países: preparado para cualquier sorpresa, se acercó al barco enemigo hasta ponerse muy cerca de la borda, pero previniendo a toda su tripulación para que no sean víctimas de la sorpresa. Por semáforo ordenó a la "Pichincha" que se pusiera cerca de la Guayaquileña, a fin de colocarse por las bordas de estribor y babor junto a la "Libertad".Cuando estaban casi tocando las bordas enemigas, el Comodoro pidió la bocina de órdenes: (CORTINA MUSICAL) WRIGTH:
(GRITANDO) ¡Eh, la nave peruana!.... ¡A nombre del Gobierno de la Gran Colombia y del gran Libertador Bolívar, pregunto qué hace ese buque en aguas colombianas!....
(RUIDO DE ANDANADA DE CAÑONES) URVINA:
¡Nos traicionaron, Comodoro!.....
(SE OYEN GRITOS, CONFUSIONES, ORDENES, ETC. LUEGO CORTINA MUSICAL). LOCUTOR: Así respondió la nave enemiga a la pregunta hecha por el Comodoro: con una andanada sobre la cubierta de la "Guayaquileña". Las naves estaban ya amarradas, el empuje grancolombiano fue tremendo, y a los disparos traicioneros respondió la "Guayaquileña" con tiros certeros sobre la cubierta enemiga; pero, desgraciadamente el favorable viento cambió de improviso, y la "Pichincha" se vió impedida de colocarse al pairo y secundar la audaz maniobra de la "Guayaquileña".- Los bravos marinos de la Gran Colombia estaban solos ante la más numerosa marinería peruana y junto la nave nuestra a un barco mucho más grande y mejor armado.... (CORTINA MUSICAL) WRIGTH:
¡Al abordaje!.....
URVINA:
¡Ataquen!..... (SE OYE MUCHO RUIDO DE VOCES, DISPAROS, ETC.)
ROBLES:
¡Comodoro: fuego a bordo!.....
WRIGTH:
¿Dónde?
ROBLES:
¡En popa!.....
WRIGTH:
¡Despeguen amarras!..... (SE OYEN IGUALES RUIDOS, QUE SE VAN ALEJANDO).....
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(CORTINA MUSICAL) LOCUTOR: Y así, en momentos en que se iniciaba el más audaz de los abordajes en tan desigual pelea, un incendio presentado cerca a la popa de la "Guayaquileña" obligó a los bravos marinos a cortar las amarras y abrirse de la nave enemiga. - La respuesta a la andanada enemiga, debido a los cañones y fusilería dirigidos por el Alférez Artillero José Rodríguez Labandera, hicieron efectos tremendos en la cubierta del barco peruano, matando a más de treinta tripulantes, según el historiador Camilo Destruje, mientras los marinos grancolombianos eran pocos los muertos y heridos debido a que estaban preparados para la sorpresa de un ataque intempestivo. El Alférez José María Urvina fue herido en el muslo cerca a la cadera en momentos en que encabezaba el abordaje, mientras el Alférez Francisco Robles cuidaba de protejer con el fuego de fusilería el avance de los que asaltaban la nave enemiga.- El capitán de la embarcación peruana estaba también gravemente herido, y al producirse el desamarre de los barcos, "La Libertad" emprendió la huída, acogiéndose al viento favorable... El enemigo huía, completamente derrotado, mientras los tripulantes de la "Guayaquileña" apagaban el fuego que impidió el abordaje....- La "Pichincha" recién se acercaba a la nave victoriosa, y en cubierta se realizó la siguiente escena conmovedora y que debemos recordar todos los ecuatorianos: (CORTINA MUSICAL) RODRIGUEZ: Comodoro: se nos escapa el enemigo.... WRIGTH:
No importa, buen Pepe Rodríguez.....Van derrotados... Se acabó el bloqueo del golfo.....
ROBLES:
Comodoro: Urvina está herido....
WRIGTH:
¡Que lástima!... ¡Se ha portado como un héroe!....
URVINA:
No es mayor cosa, Comodoro..... Hemos triunfado y las bajas enemigas son mayores... (HABLA CON DOLOR Y CANSANCIO).
WRIGTH:
Se han portado mejor que en el sitio del Callao, y yo pediré al Libertador y al General Flores, que así como los ascendieron a Alférez en el Callao, ahora sean ascendidos a Tenientes de Fragata....
URVINA:
Gracias, Comodoro... Para nosotros, el mejor premio es saber que hemos cumplido con nuestro deber...
ROBLES:
José María: es necesario que bajes al camarote.
WRIGTH:
Que esto quede para lección, y que ojalá sepa el Perú que cada vez que quiera bloquear el golfo de Guayaquil, habrán marinos que mantengan limpio el horizonte que Villamil puso a órdenes de la libertad.....
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(CORTINA MUSICAL) LOCUTOR: Y así terminó la gloriosa acción de "Malpelo" con la derrota, huída y desbloqueo de la nave enemiga y del golfo de Guayaquil, señalando un ejemplar derrotero a nuestra Marina, que cumpliera ese legado histórico en 1941 mediante el transportecañonero "Calderón" en Jambelí, no muy lejos de Malpelo. En esa histórica acción de 1828, los bravos marinos graduados en la primera Escuela Naval fundada por Decreto del Libertador Simón Bolívar y realizada por el Almirante Illingworth, demostraron hasta dónde llega el heroísmo de los marinos ecuatorianos, que esa vez actuaron a las órdenes de un bravo Comodoro nacido en Inglaterra. José María Urvina y Francisco Robles llegaron más tarde, con el grado de Capitán de Corbeta, para convertirse en el inventor del primer submarino del mundo, de otros inventos más y director de un astillero naval. El Comodoro Thomas Charles Wrigth llegó más tarde a General de División de la República, y el Decreto del Libertador Bolívar ascendiendo a los combatientes de Malpelo, comenzaba diciendo: "Por cuanto, el 31 de agosto del presente año, la Armada de Colombia por intermedio de la acción decidida y valiente de la tripulación de la goleta "Guayaquileña" logró impedir la continuación del bloqueo del Golfo de Guayaquil establecido por el Gobierno del Perú, en un combate desigual y heroico".... La historia recoje hoy esas frases del Libertador de cinco naciones, y los ecuatorianos rinden homenaje a los que fueron gloriosos defensores del tricolor gancolombiano y hoy también ecuatoriano..... (CORTINA MUSICAL) HIMNO ECUATORIANO
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TRAYECTORIA Y MUERTE DE PEDRO VINCES, EL BANDOLERO ROMANTICO Ese jue pa la Cuaresma: er pueblo de Miguelillo taba topao de creyentes, y en traje de colorines, con trenzas, porca y pollera, ella me mandaba besos en su rosario de vidrios; eso lo vio er monaguillo y se lo sopló ar Prioste, que se me vino en derecho pa castigar mi esperanza. Yo desenvainé mi jierro: le paré su garrotazo, y su cabeza barbuda manchó de rojo mi corva... Se amontonó la gentísima; tuve que brincar al anca der jabao der mesmo Prioste, y clavando las espuelas tragar porvo y beber viento subiendo y bajando cerros entre ceibos que me abrían anchos brazos, como amigos y cómplices en mi fuga. Así llegué a Bajogrande, donde estaban los de Concha, y jui con la "montonera" pa no caer en er presidio. Con er Coroner Cortés entramos en Jipijapa; y con Briones "Catalán" agarramos por asarto er tren que iba a Portoviejo; estuve en lo de Chamiza con Cevallos er "bragao", Por Paján bajé a Colimes pa entrar en lo de Los Ríos.
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En Palo Quemao estuve con Llaguno, y Puebloviejo cayó como Catarama y Ventanas; que era Lastra er que allí nos comandaba. Ya me decían "capitán", y en Babahoyo "comandante"; y la cabeza der Prioste se quedó con mi esperanza. Yo no hei bandolero; que jui revolucionario pa no caer tras de la reja por lo que hice en Miguelillo. ¿Después?... Se rindió er caudillo, y yo propuse rendirme, y cuando me entregué preso los sordáos me flagelaron y me escupieron la cara. Pensé que soy manabita, que a un preso no se le ataca, y echando mano a un machete hice calle y nueva fuga sobre un alazán robado. Quedé juera de la ley; esa ley que pone juera ar que a tiempo se arrepiente.... ¿Er camino?... "Bandolero". Tiene que ser bandolero a la juerza, y los "rurales" nos disparaban sin cuento cuando íbamos ar galope por las pampas de Mocache o sabanas de Palenque. Pedro Vinces era er bandido que perseguía la injusticia con fusiles de venganza y sables de cobardía. Los periódicos decían que Pedro Vinces, er malo,
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mataba, robaba, hacía la ruina de gamonales; que las huertas de cacao era saqueadas sin cuento; que er crimen y violaciones eran su obra y su proeza. Y todo eso era mentira: publicaciones pagadas por los que yo castigaba pa defender a los pobres. ¡Cuántas veces perseguía y mataba a los "cuatreros" que se tomaban mi nombre pa servir a gamonales! ¡Cuántas veces defendía el honor de las mujeres que la carne de montubias la codiciaban los blancos! Yo sí me hice "entonero" sin bandera de Partido, y que digan los de Vinces si conmigo había injusticia. Cuando yo necesitaba pa mi sustento y mi gente, cogí lo más necesario sin quitárselo a los pobres. Jui amparo de los humirdes, fui justicia en la injusticia cuando tanto tinterillo rapiñaba de lo ajeno. Mi tribunar: Dios en lo alto; mi conciencia aquí en la tierra; y al morir, el desvalido perderá su valimento. Ahora aquí, me tienen preso, amarrao como una fiera; sólo pudieron cojerme porque sabían que de noche iba a pedir la limosna
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de amor a Natalia Pico. Me llevan pa la sabana, seguramente a matarme por la esparda a "boca e jarro” ya que con las manos libres matan a Pedro Vinces. Se encorvarán las espigas de los tiernos arrozales y habrá sollozo en las huertas y la oscuridá en los barrancos; las mozas en las cabañas dirán que han matao a un hombre que defendió con su arrojo el honor de la montubia. Ya me llevan pa matarme sin juzgamiento ni leyes, que no merece abogao quien la ley hizo pedazos. Sonreirán los gamonales porque matan ar que supo imponerles la justicia cuando explotaban ar pobre. Las campanas de Palenque seguirán sonando a gloria ya que las puertas der cielo se abren pa er que hizo justicia recordando er "padre nuestro" y er Sermón de la Montaña. Alegres autoridades, pero tristes lo montubios: Pedro Vinces jue un bandido que hizo justicia en la tierra sin códigos ni abogaos, y supo decir ar mundo lo que es er alma montubia.
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E XO D O Por: Rodrigo Chรกvez Gonzรกlez (Rodrigo de Triana)
DRAMA EN UN ACTO Y UN CUADRO NOTA IMPORTANTE: EL ASPECTO LITERARIO ESTA SUPEDITADO AL HECHO HISTORICO Y AL PUNTO DE VISTA PATRIOTICO: NO ES UNA OBRA PARA INTELECTUALES. ES UNA OBRA ESCRITA PARA LOS DE LAS GALERIAS O "PANAGRAS" DE LOS TEATROS; PARA EL PUEBLO. SI HAY ALGUN INTELECTUAL QUE ENCUENTRE PERITOS EN ESTA OBRA, EL AUTOR ANTICIPA SU AGRADECIMIENTO POR SU BENEVOLENCIA. EN EL VERSO NO SE HA BUSCADO LA SUJECION A REGLAS LITERARIAS; HA NACIDO LA POESIA CON LA EMOCION NATURAL QUE PODIA EMANAR DE LAS BOCAS EMOCIONADAS DE UN PUEBLO SIGUIENDO UN EXODO INESPERADO Y ANTE EL ATAQUE COBARDE DE UNA NACION QUE SE HABlA FINGIDO HERMANA. NO SE HA BUSCADO TAMPOCO INSULTAR AL PERU ESCOGIENDO FRASES GROTESCAS; SE HA TRATADO DE REFLEJAR LO QUE ERA DABLE EXPRESAR INDIGNADOS LOS ORENSES EN ESOS DUROS MOMENTOS. ANTE TODO, SE HA BUSCADO LA VERDAD. El Autor
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DECORADO:
Un claro de huerta de cacao en el camino tropical y costeño del Guabo a Tandales: En el fondo, un tronco de árbol derruido, donde se sentarán cuando se indique los actores: Hojas secas de cacao alfombran la escena:
PERSONAJES DON RAIMUNDO: Anciano de unos 70 años; barba blanca, pelo canoso, mirada inteligente, viste traje viejo, usado y peor maltratado por la larga caminata desde Machala; zapatos o botines enlodados y viejos; sombrero de paja toquilla, igualmente viejo y dañado, y un levitón que a manera de abrigo lo sacó ante el bombardeo que obligó a los machaleños al éxodo: Camina cansado, agotado, apoyándose en un palo de rama de árbol o bastón viejo, pues su caminar es dificultoso por la edad y el cansancio; si se quiere puede llevar anteojos; ELENA:
Joven de clase media, profesora de escuela urbana de El Oro: Viste igualmente desgajado el vestido, en forma apropiada en una larga caminata a través de ríos, selvas y bosques: Llevará un pañuelo grande para cubrirse del sol;
JESUSITA:
Niña-bien de ciudad provinciana, hija de rico hacendado. Vestido apropiado en las circunstancias, tratando de ostentar en medio del dolor y sufrimientos: fastidiada y fastidiosa por todos;
DOÑA PANCHA: Madre de Jesusita, esposa de gamonal o cacique de pueblo. Señora reposada, pero afanosa de mantener las divisiones sociales entre patronos y peones; AMADA:
Dama de alta clase de la provincia. Personaje real, esposa del Cónsul General del Perú en Machala. Su nombre es Amada Valarezo de García, que todas las mujeres ecuatorianas deben recordar con gratitud por su actitud patriótica y altiva. Carácter sereno, altivo, viste correctamente de negro con los perjuicios para su atavío durante una larga jornada a pie. Lleva una manta de seda negra; su edad fluctúa entre los 60 a 65 años;
PETITA:
Viejecita de clase pobre, achacosa, enferma usará una bata larga, manta, bastón para apoyarse. Su edad fluctúa entre los 70 a 75 años;
EDUARDO:
Joven de clase media de ciudad provinciana; apuesto y bien parecido, usa traje maltratado, pero de ciudad. Lleva el saco en la mano y aparece en camisa en escena;
ANTONIO:
Joven campesino, malencarado, huraño, tipo del matón rural, va con el Cortado, descalzo y con machete al cinto, cotona y sombrero alón;
CORTADO:
Como Antonio, tipo del matón; pero éste es cómico, burlón, chacharero y fanfarrón;
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MANUEL:
Hombre de mediana edad; culto, hijo de Amada. Personaje real: Manuel García Valarezo, de la sociedad machaleña. Va acompañando a su señora madre. Es Jefe del Cuerpo de Bomberos de Machala y uno de los jefes de Batallones Voluntarios. Va con polainas, poncho, sombrero alón, pero con el estropeo de un viaje tan penoso;
JULIAN:
Gamonal, dueño de hacienda, sencillón pero autoritario; esposo de Doña Pancha y padre de Jesusita. Va con polainas y sombrero alón, más el bejuco típico de los gamonales rurales. Usa bigotes anchos. Todos están algo barbados, aun los jóvenes, por los varios días sin afeitarse;
RAMIRO:
Joven estudiante en la ciudad, hijo del gamonal Julián, de Pancha y hermano de Jesusita; pero su actitud es más comprensiva debido a las ideas adquiridas en colegios y universidad;
LUCIANO:
Maestro de escuela joven, pertenece a los batallones de reservistas, por su uniforme de tal;
DANIEL:
Hombre de mediana edad, reposado, empleado fiscal de la Aduana de Puerto Bolívar: saco, camisa, pero estropeado todo por la caminata que lleva;
PEDRITO:
Niño de pocos años, nieto de doña Petita. Saldrá a escena descalzo, con camiseta rota, y pantaloncito corto.
FUGITIVOS:
1, 2, 3 Y 4, con traje a capricho del Director y de acuerdo con las circunstancias.
Además, durante las escenas, o entre una y otra, pueden pasar varios fugitivos, que, sin hablar, den mayor patetismo a la obra. Gente que viene cansada, caminando con dificultades, o ya heridos transportados por otros. Alguna mujer con traje de enfermera de la Cruz Roja, etc. TODOS LOS PERSONAJES de la obra, con excepción de Luciano, Manuel y Raimundo, en sus segundas apariciones, saldrán de derecha a izquierda del espectador:
ESCENA PRIMERA Antes de levantarse el telón, se escuchará de lejos un combate, que irá aumentando en violencia: Ruidos de aviones, un toque de "ataque" de corneta lejana, disparos, que irán desapareciendo poco a poco: Luego silencio con lejanas detonaciones, y un toque de corneta indicando "silencio".- El fugitivo 1 pasa con un fardo al hombro sin hablar. Durante la obra, y sin interrumpir a los actores, se escucharán lejanas detonaciones, pues el éxodo se produce durante los ataques de la aviación, la artillería y fusilería enemiga, que entra a las poblaciones después de haber sido abandonadas por los orenses:
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FUGIT.
2:
¡Caminar y caminar!....
(denota agotamiento)
¡Ya no puedo resistir!.... Esto al fin, me va a agotar...
(pausa, y da unos pasos)
Más, ¿para qué protestar? si la orden ha sido "huir"!.... FUGIT.
3:
(sale)
Sin un machete o fusil, sin tener cómo pelear, veo mi tierra capturar sin poder imaginar
RAIMUNDO:
como estará Guayaquil.....
(sale)
Es muy dura la jornada.....
(entre Fugitivo 2 y Rai-
¡Esta prueba es decisiva!...
mundo, deberá pasar otro
Viejo ya, y ¿qué tengo?. ¡Nada!
fugitivo, sin hablar)
¿De qué me sirve la vida? Creo que me daré un descanso
(Viendo los troncos de
después de tanto trajín.
árbol).
Como estoy viejo, me canso...
(“por fin” lo dice ya al
Me sentaré, pues .... ¡por fin!
sentarse, como respirando)
Cómo disparan, ¡villanos!....
(Detonaciones lejanas)
Cómo asesinan, rastreros... Más que soldados peruanos
(con indignación y en voz
son los "huiruros" artero
altas mientras duras las
y cínicos, ¡inhumanos!....
detonaciones)
¡Fingir, con adulo raro,
(disminuye la intensidad de
que siempre fueron hermanos!
las detonaciones, y él habla
¡Nos ataron de las manos
para el público y mira
para atacar sin reparo!
también hacia el lugar de
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Pero es mayor el descaro
donde provenian los disparos)
porque los ecuatorianos de hoy ¡no tienen a un Alfaro! a ese sí que los peruanos ¡no le hacían este disparo!...
ESCENA SEGUNDA Dichos y El Cortado y Antonio, que entran portando un gran cajón, pesado, que se supone lleno. Al oir las últimas palabras de Raimundo, el Cortado detiene el paso, obligando a hacer otro tanto a Antonio, que viene tras él. CORTADO:
¡Ya se murió don Eloy, mi querido don Raimundo!... ¡Piense usté en los hombres de hoy y no en los del otro mundo!...
ANTONIO:
Mi abuelo se llamó "Antonio"; mi padre "Antonio Jaén", y para bien del demonio yo soy "Antonio" también....
(con tono de burla y mal genio)
RAIMUNDO:
¡Así piensan los hombres de hoy en día que olvidaron de ayer su mejor gloria! ¡No sé si a esto llamar yo "cobardía" o baldón de vergüenza en nuestra historia!
(mirándolos despreciativamente)
CORTADO:
La culpa no ha sido nuestra: Hubo quién quiso pelear. no se nos dio ni una muestra para el peruano enfrentar.
(bajando el cajón y sentándose en él. Igual de mal humor, hace Antonio)
ANTONIO:
Déjate de hacer teorías...
(con fastidio)
CORTADO:
Si no es "teorías el decir cosas que, si tonterías, nunca serán un mentir.”
(tratando de disculparse ante Raimundo, pero dirigiéndose a Antonio)
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RAIMUNDO:
Y, ¿qué traen en el cajón?
(serenado ya)
CORTADO:
Utiles de cocinero que nos "dejó la Invasión".
(haciendo con la mano, señal de robo)
RAIMUNDO:
¿No serán de los tenderos?
ANTONIO:
¡Yo no doy explicación!
(se pone de pie)
CORTADO:
No es explicación decir que metimos al cajón lo que se pudo podrir. Al grito de "hay que huir" todo el mundo salió huyendo, mientras yo iba recogiendo lo que no pude pedir... Nadie me vino a impedir el que yo metiera mano. Cogí todo esto al salir; pensé que hay que preferir que sea yo antes que el peruano...
(sigue sentado, pero dirigiéndose a ambos, según habla)
RAIMUNDO:
Está bien... como disculpa.... Pero, ¿quién quita que piense el país que tuvo la culpa del despojo el pueblo orense? Ustedes, para salir tenían que traer de comer y telas para vestir y abrigo para el llover... ¡que es oscuro el porvenir, y el mañana hay que prever!... Muy bien, tratando de huir tuvieron, pues, que robar
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en la tienda abandonada.... Pero, ¿quién quita el pensar a la gente "mal pensada" que lo han hecho por hurtar, sin de ello necesitar, como la gente avezada en eso de despojar? ..... ¡A mí me importa un comino que piensen muy mal de mí! Yo no me hice este destino, ni he escogido este camino, y lo que pude.... ¡cogí!....
(fastidiado)
CORTADO:
¡Tiene razon, compañero!..... ¡Tiene toda la razón!... Aunque me llamen "ratero", el "número uno" primero, ¿y después?....¡todo el cajón!
(habla imitando a Antonio, Entre los dos levantan el cajón, y salen, hablando el Cortado, pasado por delante de Raimundo)
RAIMUNDO:
¡Pobres hombres, que ayer fueron tan sanos! ¡Qué daños les ha hecho la invasión! ¡Cómo ha dañado el alma a mis paisanos, emponzoñándoles el corazón!...
(viéndolos perderse lejos cargando el cajón, cuando están ya fuera de escena)
ANTONIO:
(se agacha a cojer el cajón)
ESCENA TERCERA Dicho, y fugitivo 4. Porta tres naranjas, nada más. Sin zapatos, un sombrerito puesto. Entra silbando, alegre, despreocupado. Al ver a Raimundo se detiene. FUGIT.
4:
Hola, don Raimundo: ¿qué hay?
(pasa por delante)
RAIMUNDO:
¿Dónde vas sin un "atado"?
(extraño al verlo así)
FUGIT.
Voy camino del Azuay, donde vive mi cuñado...
(se detiene al hablarle Raimundo)
4:
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RAIMUNDO:
Pero así, sin precauciones, sin respuestos ni de un traje...
FUGIT. 4:
Me bastan los pantalones...
(Sale silbando)
RAIMUNDO:
¡Se necesita coraje!... ¡Juventud despreocupada!... ¡Juventud, que es un tesoro! ¡No le importa qué ocupada sea la provincia de El Oro!.... ¡Siendo joven, todo es nada!.....
(viéndolo salir, y poniendose de pie, con dificultad)
Tres naranjas por comida; ¡trapos viejos por ropaje!... ¡Ilusiones en la huida como divino bagaje para un mañana de vida!....
(pausa y avanza. Luego se detiene ) (vuelve a avanzar y se detiene a reflexionar)
Dicen que un Dios hizo el cielo; y también hizo las penas... Qué triste será el anhelo del que, creyendo en el cielo, ve en las malas, ¡cosas buenas!.... Las penas hay que domarlas; hay que ver de dónde vienen; hay que saber soportarlas, con valentía remediarlas sabiendo el donde provienen. ¡Hay remedios que no tienen más que un bien para ese mal!.. Todos sabemos que vienen de injusticias que devienen de un mal arreglo social....
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(sarcástico y sonriente)
(con energía)
(avanza otro paso) (se detiene)
(camina por retirarse)
ESCENA CUARTA Dichos y Petita, que entra apoyándose para caminar en el hombro de Pedrito. Este lleva un atadito que se supone de ropa. Ella camina con mucha dificultad, pues viene atacada de una fuerte congestión pulmonar. Al oirla toser, Raimundo se detiene al extremo opuesto de por donde entran Petita y Pedrito. PETITA:
¡Ay... mi hijito!..Ya no puedo
(se detienen)
PEDRITO:
¡Cójase de mí, abuelita, y no tenga tanto miedo!....
(ostentado valentía y fuerza)
RAIMUNDO:
Avance, doña Petita...
(como esperándola)
PETITA:
¿Quién es usted? ...
RAIMUNDO:
Soy Raimundo, Su vecino
PETITA:
Ya no puedo.... ¡siento aquí un dolor profundo!
(por la espalda y la tos)
PEDRITO:
Camine: ¡no tenga miedo!.....
PETITA:
¡No es miedo, no...es que un mundo me duele la espalda... hijito!
(da dos pasos con dificultad)
RAIMUNDO:
La ayudaré
(avanza hacia ellos)
PEDRITO:
Don Raimundo: ¡si yo soy fuerte, viejito!...
(haciendo músculo en el brazo)
RAIMUNDO:
Siéntese aquí... y que el chiquito vaya a buscar al estero un poco de agua...
(tomándola del brazo y llevándola a los troncos de árboles)
PETITA:
Pedrito: anda busca agua primero....
(sentándose)
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y regresa.... ¡En un ratito! Oiga, don Raimundo: cuide a ésta mi pobre abuelita. Ni un minuto la descuide, porque ya está muy viejita..
(entusiasta, y luego en secreto a Raimundo)
RAIMUNDO:
Está bien... ¡Pobre criatura! ¡A ti también te ha tocado parte en esta desventura!... ¡Tan niño, y tan desgraciado!...
(contesta a Pedrito, y luego viéndolo perderse soliloquia)
PETITA:
Después que todo perdí ya no debiera vivir... Pero el niño tiene en mí todo... y no quiero morir... Su padre, mi hijo, murió; su madre, muchacha loca, al chiquillo abandonó cuando aún el seno a la boca la criatura reclamaba... Ella... jamás regresó.... mientras yo al niño cuidaba... Para él... la madre... soy yo...
(todo lo pronuncia con frases entrecortadas por la fiebre y la agonía. Al comenzar a hablar ella, Raimundo la ayuda a incorporarse, pues luego de sentarse ella tuvo que casi acostar sobre el tronco. Tose cada rato, y se interrumpe tosiendo)
RAIMUNDO:
Sobrepóngase al dolor...
PETITA:
Esta tos que no me deja...
(tose fuertemente)
RAIMUNDO:
¡No pasa algún doctor que vea a esta pobre vieja!....
(aparte, como buscando con la mirada a alguien que pase por la huerta
PEDRITO:
(sale en pos del agua)
ESCENA QUINTA Dichos y PRAYA. Personaje conocido. Tipo Juan Pueblo, con sombrerito recortado de paño negro, viejo y usado. Hombre fornido, trigueño, nariz ancha, ñato, sale a escena en
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camiseta, pantalón oscuro con parches, remendado. Es borracho frecuente, pero alegre, lleno de palabras y dicharachos. Entra con una botella de aguardiente en la mano. Comienza a hablar desde dentro, pero antes grita "Viva Alfaro". Sin zapatos, y con un trapo de changador al hombro. PRAYA:
Yo soy Antonio Preciado; el mismo Praya... y, ¿quién conca? Si hay por aquí un “desgraciado”, declárese sepultado ¡si a Praya quiere armar "bronca"!...
RAIMUNDO: No grites, hombre, que aquí
(desde dentro) (entra a escena)
(incorporándose)
hay una enferma.... PRAYA:
Déle “trago” .... que el "trago", Dios, ¡ayayay es mejor que él mago!.....
(le ofrece la botella, que Raimundo rechaza, interponiéndose entre ella y Praya)
Cuando yo enfermo me siento me tiro adentro un bun "lapo" se me quita el "sentimiento", y de purito contento salto mucho más que un sapo.
(tambaleándose y saltando como sapo)
RAIMUNDO: Tú no eres un desalmado.
Ten, pues, ahora compasión.... PRAYA:
Eso sí: no habrá un patrón que diga que le ha robado Praya, o Antonio Preciado, ni siquiera la intención....
RAIMUNDO: Por eso: ¡calla y respeta!.....
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(jactancioso)
PRAYA:
No callo .... ¡que soy muy franco! Me crió Pancho Barrezueta, que era el más decente "blanco" y me hizo hombre, ¡y me hizo atleta!
(luciendo sus músculos)
Yo peleo contra mil; no tengo miedo a "matones"; ¡ya va a saber Guayaquil cuál es el más varonil que resiste a mis trompones!.... De Machala a Santa Rosa, de Arenillas a Pasaje, no hay ninguna "güenamoza" que, no siendo pretenciosa, se resista a mi "correaje".... No aspiro a mejor linaje; respeto a la aristocracia, pero sí me da coraje cuando algún "blanco" salvaje se burla de mi desgracia. RAIMUNDO: Pero, ¡por fin! ¿No te callas?
(impaciente)
PRAYA:
¿Por qué he de callar?.... Hermanos todos, vamos hacia el Guayas porque no hubieron cien Prayas ¡pa' atajar a los peruanos!...
PETITA:
¡Qué dolor!....
(voz de angustia)
PRAYA:
Un trago, vieja.....
(ofreciéndole la botella)
RAIMUNDO: Quieto, Praya, ¡que se muere!
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(interceptándolo)
PETITA:
Mi nieto......
(Praya se detiene)
RAIMUNDO: Ya, pronto viene..... PETITA:
Así sea, si Dios lo quiere... pero.... mi nieto.
(Raimundo la ayuda)
PRAYA:
¿Y qué tiene? Es en serio que está mala
(impresionado, cambia su expresión)
RAIMUNDO: Con congestión ella viene desde que dejó Machala. PETITA:
¡Pobre!... Se va... ¡se muere!.. ¡Ya no resiste!. Se acabó su vida ya....
(sosteniéndola, luego cogiéndola hasta que cae muerta, y poniéndole el oído al corazón)
PRAYA:
Caramba... Esto es muy triste...
(profundamente emocionado)
PEDRITO:
Abuelita: el agua fui a buscarla en el estero. No había agua por aquí cerca.. ..
(entra contento y se dirige a la abuelita creyendo que le escucha)
RAIMUNDO: Escucha primero... PEDRITO:
¡Es el agua de abuelita!
(mostrando el matecito)
PRAYA:
¡Caramba, niño... un momento!
(la impresión le ha hecho pasar la borrachera)
PEDRITO:
Abuela: ¡si está fresquita!
RAIMUNDO: ¡No sé qué hacer!.....
(aparte)
PRAYA:
¡Que tormento!.....
(aparte)
PEDRITO:
Qué abuelita, ¿se durmió?
(al verla con los ojos cerrados)
PRAYA:
Si... se durmió la viejita...
(secándose una lágrima)
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RAIMUNDO: Tu abuelita... PEDRITO:
(como haciendo un esfuerzo) (con ansiedad)
¿Qué?
RAIMUNDO: Murió....
(agachando la cabeza)
RAIMUNDO: ¿Que se murió la abuelita?
(llorando, dejando caer el mate y abrazándose a ella)
RAIMUNDO: Sí, hijito.... PRAYA:
¡Maldita sea quien tenga la culpa de esto!
RAIMUNDO: ¿Cómo hacer que esto se vea en todo el país, y se crea que no es mentira todo esto?
PEDRITO:
¡Mi abuelita!... ¡Mi abuelita!..
RAIMUNDO: Vamos, Pedrito, no llores... PRAYA:
¡Mil veces sea maldita la hora fatal que, inaudita, nos trajo aquí estos horrores!
RAIMUNDO: Vamos, Praya: ayúdame a sepultar esta muerta...
(indignado bota la botella, que debe cuidarse que caiga sin hacer ruido en las tablas del escenario) (al público, señalando la escena de la viejita muerta y el niño abrazando a ella, llorando) (sollozando) (acariciando al niño)
(indignado)
(agachándose a ella)
PEDRITO:
¿Y yo? ...
(al ver que Raimundo la quiere cargar)
PRAYA:
¡Pues yo te encontré yo de aquí te sacaré!....
(poniéndole la mano en el hombro)
RAIMUNDO: Enterrémosla en la huerta. PEDRITO:
No me dejarán solito
(a Praya) (ya de pie, entre los dos)
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PRAYA:
que tengo miedo... ¡Malaya sea mi suerte, a Pedrito no le va bien con Praya!
(póngase de relieve la transformación del borracho en un hombre sano y conmovido, de gran corazón)
RAIMUNDO: Tómala de la cabeza que yo cojo de los pies
(la toma por los pies) (La toma por la cabeza, y ambos la cargan, y la sacan hacia la izquierda del espectador. Pedrito tras ellos va llorando)
PRAYA:
Ahí voy.
PEDRITO:
Con delicadeza, no vaya a sufrir después....
ESCENA SEXTA Queda la escena sola. Deberán pasar algunos refugiados solos, heridos, cansados, etc. Luego de unas detonaciones lejanas, se hace silencio, y salen a escena Amada y Manuel. Ella denota cansancio, y al salir se detienen viendo los troncos de árboles. AMADA:
Aquí descansar quisiera un rato....
MANUEL:
Pero, madre: yo creo una locura que sin necesitarlo usted se afane en huir... Pudo en Machala quedarse con mi padre y con sus cosas, en la seguridad que la respeten. él es ni de Cónsul peruano, y nada teme los invasores ni invadidos....
AMADA:
Sí, es verdad, mi hijo... Mas tú sabes que has salido ya tú con tu familia; también mis nietos y mi otro hijo
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(dan un paso hacia adelante)
en Guayaquil está... ¡y yo soy madre!
(da otro paso)
MANUEL:
Pero, ¡por ley esposa de un peruano, y peruana por ley y por mi padre!
(con tono persuasivo)
AMADA:
Pero, ante todo, ¡soy ecuatoriana! ¡Soy hija de esta tierra así ofendida! ¡Yo no pudiera ver sin indignarme la humillación de El Oro!...Si García soy por mi esposo, por mi padre llevo el nombre Valarezo ecuatoriano, y por mi madre... ¡soy ecuatoriana! y por haber nacido en esta tierra....
(con altivez y arrogancia)
¿El es Cónsul?... Pues bien: que él reciba a sus paisanos, que en deber le toca... Pero yo, que soy madre ecuatoriana de ecuatorianos hijos, no podría contemplar semejante bofetada dada a mi Patria, ¡sin motivo alguno!
(serenándose)
(volviendo el tono altivo) (da otros pasos y Manuel le sigue solícito)
MANUEL:
Pero mi padre es viejo, y está enfermo...
AMADA:
Que Dios me lo perdone, y que El lo cuide, ¡y se apiade del mal que nos aflije! ¡Que el Señor se conduela de mi duelo (da otros pasos y se detiene) en esta dura prueba de mi vida! Bueno él conmigo ha sido, fiel esposo, buen compañero, amante, buen amigo, cariñoso y gentil... pero, no puedo por enfermo que esté acompañarlo, cuando el propio país que él representa (volviendo a subir el tono) invade nuestra Patria generosa, que siempre a los peruanos recibiera con hospitalidad y mano franca...
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MANUEL:
AMADA:
Además, mi deber es como madre mayor que como esposa... Pero el viejo está ya anciano, y él te quiere tanto, y te extrañará... Debes quedarte que, como nunca, él te necesita. Nosotros somos jóvenes; ¡no importa si el porvenir oscuro se presenta!.... No importa... para ustedes... ¡que los hijos para una madre siempre son pequeños! ¡Quiero irme con mis hijos y mi Patria! Que se diga mañana que una orense abandonó a su esposo y sus riquezas, prefiriendo sufrir penalidades pero ser, ante todo, ¡ecuatoriana!...
(tratando de serenarse)
(ya al final de la escena) (con energía, poniéndo énfasis en las últimas frases, con las que sale altivamente; con la natural dificultad de sus años y el cansancio) (Manuel sale con ella, pues durante toda la escena ha ayudado solícito caminar )
ESCENA SEPTIMA Esta escena, es la única en prosa. Para escribirla, el autor ha tomado la mayor cantidad de datos sobre los acontecimientos de la frontera. Está dedicada, de modo especial, al noble y valeroso EJERCITO ECUATORIANO, que por medio de un reducido número de hombres que componían la guarnición de frontera en El Oro, demostró heroismo, valentía sin límites y sacrificio por la Patria. DANIEL:
¡Qué diablos! Los mosquitos van a terminar conmigo. ¡Me tienen enronchada la piel, y creo que me a dar sarna!
LUCIANO:
¡Mosquitos!.... ¡Qué horror!. ¡Esos han sido los mejores aliados del enemigo!
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(espanta los mosquitos)
(sale a continuación)
¿Otro más que huye? Algo peor... ¡Derrotado!..¡Y derrotado sin pelear casi!.. Sin haber tenido la satisfacción de haber podido sostener el combate!...
(Al ver a Luciano) (se apoya al caminar en el fusil)
DANIEL:
¿Estuvo usted en la línea de fuego?
(se detiene)
LUCIANO:
¡Justamente!.. ¡En la línea de fuego!. Después de presentarnos como voluntarios, de dormir en el suelo, sin abrigo alguno, sin mosquiteros durante las noches, sin enseñársenos siquiera el manejo de las armas...
(Daniel lo escucha y se sienta en los troncos)
DANIEL:
¿Cómo?... ¿No sabían manejar las armas?
LUCIANO:
Sí; la mayoría no lo sabía entre los voluntarios... (habla febril y emocionado) Y nos enrolamos con otros que vinieron de Guayaquil... Se nos llevó a la frontera, a Chacras, Aguas Verdes, Guabillo, Balsalillo, Carcavón y Huaquillas; a mirar al enemigo cara a cara, a un enemigo diez veces superior en número y ¡cien veces mejor armado!
DANIEL:
Entonces, ¿presenció usted los combates de Chacras y Quebrada Seca?
LUCIANO:
¡El combate de Chacras!.. Sí; ¡y jamás lo olvidaré!.. Mientras los indomables del Montecristi, comandados por el Mayor Félix Vega Dávila, resistían en Quebrada Seca, Guabillo y Balsalillo al empuje de los atacantes, que venían arrollando con ametralladoras, caballería, tanques blindados, autos, protegidos por la artillería pesada y la artillería de montaña, mientras la aviación sembraba de bombas y despojos nuestro terreno, nosotros, los enro-
DANIEL: LUCIANO:
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lados como voluntarios, pasábamos los pertrechos de guerra a los conscriptos, soldados y clase de primera fila.... DANIEL:
"¿Conscriptos?"......
LUCIANO:
Sí; la mayoría de los soldados eran muchachos conscriptos, y muy pocos veteranos de combate. Y nos situábamos cerca a ellos, en la propia línea de fuego... Los bravos del Cayambe, que guiaba el Mayor Luis Alberto Rosero, con la intervención de oficiales de Reservas como Luis Pantaleón Campos, Jorge Manzo Millán y Juan Royón, diezmados, reducidos a menos de la mitad en los primeros encuentros de Huaquillas y después de haber ocupado triunfalmente Aguas Verdes y haberse apropiado del Cuartel de Cemento Armado y todo el arsenal peruano, ¡retrocedían disputando pulgada a pulgada el suelo patrio!... ( con profunda emoción el final)
DANIEL:
¿Y no avanzaba la retaguardia?
LUCIANO:
¡La retaguardia!.. ¡Eso era lo que no había!... La retaguardia se desconcertó antes que la vanguardia... Los carabineros, tropa veterana de línea que debió servir de fuerza de cobertura, recibió una absurda orden de retroceder justamente cuando nuestras tropas de Ejército ocupaban la Línea Prado, y, lo peor, ¡de no obedecer al Comando Militar!...
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DANIEL:
¡Qué traición!...
LUCIANO:
No sé cómo llamarlo... La aviación había sembrado el desconcierto en las indefensas poblaciones civiles. No recibíamos auxilio oportuno, y cuando retrocedíamos ante el peso abrumador del enemigo, nosotros, los voluntarios de la segunda fila, tuvimos que tomar los fusiles para engrosar la vanguardia... ¡Muchos de los reservistas, como dije, apenas sabían cómo se manejaba el fusil!....
DANIEL:
¿Y cómo en esas condiciones pudieron pelear, y, según dijieron los que regresaron después del 24, derrotaron al enemigo?
LUCIANO:
Peleamos a medias; como podíamos... Más con el corazón que con fusiles, más con el espíritu que con las manos... más que con estas manos, cuyas uñas se clavaron en tierra para hacer trincheras!... Recuerdo que el día 23 en Rancho Chico, avancé en el ataque de la madrugada, en unión de un joven guayaquileño, que en plena batalla se mostraba alegre y sonriente. Intentamos cubrir el ala izquierda del Cayambe. Una bala hirió al joven guayaquileño, haciéndolo caer de bruces. Yo traté de sacarlo del combate; pero él quería seguir peleando. Herido, en el suelo, disparaba. Yo ya no tenía cápsulas y pensé utilizar las de él. Me
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pidió que me retirara, que retrocediera, que no era posible salvación alguna para él que estaba herido, pero, generosamente, ¡quería que me salvara yo!... Tendido en el suelo, boca abajo, el heróico muchacho disparaba todavía sonriente y ¡avivando al Ecuador!..... DANIEL:
¡Valiente gesto!...
LUCIANO:
Y cuando yo, obligado a retirarme porque no tenía ni un machete, ni un yatagán, ni una bayoneta, ni una bala, de lejos, a tres cuadras de distancia o más, alcancé a ver, entre el humo y el polvo, a ese muchacho disparando sus últimos cartuchos... Era guayaquileño, según me dijo, y estaba dispuesto a poner bien alto el nombre de su tierra natal. ¡Gustavo Ledesma Vasquez!.....
DANIEL:
¿Y murió?
LUCIANO:
¡No lo sé!.. Posiblemente... o cayó en poder de los que avanzaban, porque, en el contra-ataque que realizamos esa misma tarde y que, gracias a que el Teniente Campos protegía en Bramadero nuestro avance, disparando contra el flanco enemigo, rebasamos Chacras y Huaquillas y cruzamos el río y entramos a Aguas Verdes, con mirada ansiosa busqué su cuerpo en el lugar donde lo vi por última vez... y no lo encontré...
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DANIEL:
Y así dirán mañana que retrocedimos por cobardes, porque no hubo gente que quiso pelear... porque no peleamos... Yo he visto en Puerto Bolívar dos actos que, como el que usted ha relatado, salvan el prestigio de nuestra Patria en su justa fama histórica de ¡hombres valientes!...
LUCIANO:
¿Viene usted del Puerto?
DANIEL:
Sí. Y a estas horas estará ya ocupado por unos dizque "paracaidistas" que bajaron en unas avionetas cuando ya en Machala no había un solo soldado, y creo que ni población civil, pues yo fui uno de los últimos que salió del pueblo... Y mi relato se ajusta al hecho en que, justamente los portobolivarenses nos aprestábamos a celebrar el aniversario del natalicio del Libertador Simón Bolívar, con la seguridad de que el Perú respetaría una tregua que se nos anunció se había pactado entre los Gobiernos del Perú y del Ecuador. Llenos de alborozo tratábamos, además, de alimentar y hacer recuperar las fuerzas a los marinos del pequeño Aviso "Atahualpa", que también se portaba vigilando nuestro archipiélago fronterizo, y que, después de 17 días de brega, regresaba al muelle de Puerto Bolívar en busca de alimentos, petróleo o gasolina... De pronto aparecen sobre el cielo de Jambelí tres aviones enemigos, de ese país que se
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(se pone de pie)
olvidaba de la deuda de gratitud que contrajo en Junín para con la memoria del Libertador... y en ese día 24 de julio, venían sus aviones a bombardear el puerto ecuatoriano que lleva el nombre del ¡Gran Venezolano! (se sienta)
LUCIANO:
¡Parece mentira!....
DANIEL:
Si; ¡parece mentira!.... Y, como dije, acoderado al muelle estaba el pequeño Aviso "Atahualpa", encontrándose la mayoría de oficiales y marinos en tierra, quedándose a bordo tan sólo el Alférez de Fragata Mecánico e Ingeniero, Raúl Yabar Robles, y cuatro marinos, reparando las viejas y dañadas piezas del cañoncito anti-aéreo y una ametralladora bastante usada y vieja también. El Comandante de la nave, un joven riobambeño, Alférez de Fragata llamado Víctor Naranjo Fiallo, estaba descansando sobre una yasija que le presté yo en la caseta del Resguardo de Aduanas. Yabar Robles, al divisar a los aviones, grita llamando a Naranjo y a los marinos. Estos, rendidos y agotados por tantos días de trabajo, comenzaron a retirarse hacia la salida del muelle. Naranjo los ataja, pistola en mano, ordenando a toda la tripulación a que se reembarque... Habían resuelto salvar a la población....
LUCIANO:
¡Admirable!
DANIEL:
Sí, admirable, joven.
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(Manuel regresa en pos de un atado que dejó al llegar con su madre a los troncos)
MANUEL:
Buenas tardes, amigos...
LUCIANO:
Buenas tardes, don Manuel.
DANIEL:
Bienvenido, don Manuel. Estoy relatando......
MANUEL:
Siga, siga Daniel. Que estos relatos en estos momentos de dolor, son como recuerdos consoladores de la actitud nuestra frente a un enemigo tan superior... Además, todo eso que usted dice es verdad. Yo también fui a Puerto Bolívar esa mañana y al día siguiente, pues a más de ser Comandante de las Guardias Nacionales, soy Comandante de la Bomba "Machala", y el Jefe Francisco Arcéllez mandó a los bomberos que estemos listos en caso de incendio...
LUCIANO:
Siga usted, don Daniel con su relato...
DANIEL:
Y despegó del muelle el "Atahualpa". Como tenía la hélice dañada, se abrió ayudado por la marea en vaciante. Mientras las águilas enemigas se acercaban, nuestro barquito llegó al centro de la bahía, tiró anclas (el suicidio del marino en el combate) y retó a los atacantes a desigual pelea fuera del poblado. Naranjo Fiallo estaba inmóvil en el puente de comando, mientras Raul Yábar hacía disparar a las viejas piezas con la decisión unánime de sus
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(Manuel se coloca tras Luciano)
marinos. Las bombas hacían saltar al barco de popa a proa o de babor a estribor, según caían, pues los aviones trataban de hundir al barquito que así, tan valiente, los desafiaba. Los chiflones de agua lanzados por la explosión de las bombas al reventar en el agua, parecía que se tragaban a la nave. ¡Fue algo grandioso! ¡Magnífico!... ¡Parecía como que los aviones enemigos querían vengar en el "Atahualpa" la derrota que Huáscar, el hermano traidor y felón, sufrió antes que Sucre derrotara a sus descendientes en Tarqui!..... MANUEL:
Efectivamente: ¡fue algo grandioso!....
DANIEL:
Un avión logró tirar una bomba cerca al vecino estero de "Huailá", otra bomba cayó a 20 metros de la Aduana, otra en el manglar del norte. Los aviones, viendo que con las bombas no podían hundir al pequeño "Atahualpa" que se ofrecía como magnífico blanco en el fondo límpido de la bahía, bajaban en picada para ametrallarlo. Pero ¡un avión fue abatido; otro, herido, emprendió la fuga, y el tercero lo hizo más tarde!
LUCIANO:
¡Hurra!
MANUEL:
Repito, que es verdad todo ello...
DANIEL:
Pero en ese mismo combate, un joven Subteniente de Carabineros, Luis
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Alfonso Negrete, cuando el último avión atacó la población civil, lo recibió a fuego de metralla, acostado, bocaarriba, con la metralla en el pecho, a la entrada del muelle de Puerto Bolívar, como para advertirle que no sólo del "Atahualpa" debían esperar castigo, sino de todo ecuatoriano armado que se encontrara en el área de la población que pretendían destruir. ¡El "Atahualpa", pues, anotó un triunfo de combate aereo-naval para la historia de nuestras Fuerzas Armadas!..... DANIEL:
¡Ya tiene tema la Historia!
MANUEL:
¡Ya tiene, claro que sí!... Y hay más: en el corto lapso de 24 horas, otro tema hermoso para esa Historia que leerán nuestro hijos y nuestros nietos y los de cien años después. Esa misma noche del 24, llegó un convoy procedente de Guayaquil: las motonaves "Olmedo", "Daisy Edith" y "La Pinta", custodiadas por el Cañonero "Calderón", el antes llamado Crucero "Cotopaxi", que parece hubiera sido construído para que ninguna bala lo hunda, pues tras largos años de sevicios en acciones internas logró esta vez poner fuera de combate a un Destroyer peruano, alejar a otro e impedir que un tercero salga a la mar. (Avanza hacia el centro, mientras Daniel se pone al lado de Luciano)
LUCIANO:
¿Y, cómo fue eso?
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MANUEL:
Era, como dije, al día siguiente del aniversario del natalicio del Libertador, y, por lo tanto, el día de Santiago de Guayaquil. Dejando el convor y descargado en Puerto Bolívar la noche del 24, en la mañana del 25 el guayaquileño Teniente de Corbeta Rafael Morán, ordena la salida del convoy para un regreso a Guayaquil. Las tres naves mercantes salen delante, y tras ellas el "Calderón". Pero cuando la cañonera llegó a la vista de Bajoalto, divisan una gruesa columna de humo. El vigía grita "Barco a estribor". Los catalejos dicen que se trata de nave de guerra. Se toca a "zafarrancho", y se espera la maniobra. El barco enemigo traía gran velocidad, toma altura, se coloca al pairo, y una andanada avisa al "Calderón" que vienen a hundirlo... Morán mide la distancia que hay entre la ubicación de su barco y el faro de Jambelí, y calcula una hora de marcha forzada. Piensa también, que para seguir adelante y alcanzar la travesía del Canal y llegar siquiera hasta Punta Española en Puná, necesita tres horas y media desde el lugar en que se encuentra. Y, en un gesto decisivo, resuelve regresar a Jambelí, poniendo obligadamente proa al enemigo, acercándosele, poniendo en sus dos únicos cañones las cuarenta balas que tenía...
LUCIANO:
¡Otro gesto heroico!...
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MANUEL:
Al hacerse el primer disparo desde la cubierta del "Calderón", se daña el cañoncito de proa de tres millas, y quedó inútil para todo El Alférez Manuel Nieto, que actuaba como jefe de la artillería, tuvo que conformarse con cañón de popa, que era un viejo cañón del antiguo caza-torpedero "Libertador Bolívar", y con balas que, para utilizarse, el Alférez Raúl Yábar tuvo en Guayaquil que aplicarles fulminantes de fusil a los casquillos de cañón, porque eran tan viejas que caían, perforaban, pero no reventaban...
LUCIANO:
¡Qué barbaridad!....
DANIEL:
Y de las cuarenta, joven, sólo salen a su destino 18 para salir del cañón, exponiéndose los artilleros a morir reventados si alguna de esas balas hubieran reventado en la cámara de explosión del mismo cañón, porque la aguja de la espoleta no pudo ser tan aguda como la del fusil.
MANUEL:
Y más heroísmo cabe, si pensamos que los artilleros del barco enemigo, con cañones de mayor alcance, disparaban por andanadas, horquillando con sus tiros a nuestra pequeña nave, sin lograr poner en ella una sola bala. Los nuestros lograron poner en el destroyer enemigo, cuatro balas: paralizaron su andar, lo obligaron poner proa al sur y arrastrar en su derrota al barco
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que estaba a mayor distancia. El "Calderón", en decidido combate, dirigido por Rafael Morán y secundado denonadamente por el Alférez de Fragata César Endara y los demás, logra un sin precedentes triunfo naval, en cuarenta minutos de combate, y ¡un trofeo más para la Historia Ecuatoriana!... . DANIEL:
Y todo ello lo hemos visto cientos de personas, cientos de testigos, lo del "Atahualpa" y lo del "Calderón", pues nos fuimos en la lancha del Resguardo hasta el faro de Jambelí... Y a todos nosotros debería pedírsenos rendir declaraciones para otorgar a los héroes la recompensa... si nuestra Patria logra el apoyo que en estos momentos deberían dar todas las naciones del Continente, ¡en momentos en que las Américas unidas rechazan los sistemas de agresión de otros continentes!
LUCIANO:
Y en la frontera hubio otros muchos casos nobles, como el del Capitán Galo Molina, que al entrar los peruanos al poblado de Quebrada Seca, no quiso rendirse y, a la orden de rendición, respondió con sus últimos cartuchos... y el del Teniente César Edmundo Chiriboga, que peleó como un león, hasta caer el último de su grupo y abrazado a la ametralladora; y el Teniente Estrada Pantoja, que en el con-
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tra-ataque de la tarde del 23 y en momentos en que un avión bajaba de picada para sembrar el pánico, logró con un tiro de fusil conectarlo y derribarlo incendiado... O el Comandante Ochoa, ¡que logró mantener la moral en la segunda fila durante el retroceso de la mañana del 23, y alimentar el contra-ataque que nos cubrió de gloria!.... O el Sargento Díaz, ¡que avanzó resuelto al frente del grupo del Cayambe y pasó el Zarumillas, obligando a retroceder al enemigo y ofrendando su vida a la cabeza de los valientes que facilitaron el victorioso avance del Mayor Luis Humberto Rosero!..... DANIEL:
Todo eso recogerá la Historia junto con nuestro dolor y nuestro éxodo heroico, pues ¡los orenses preferimos abandonar nuestra provincia y, por sobre las promesas que a través de las radios hace el invasor de respeto y buen trato, no quedarnos para ver nuestra tierra invadida y nuestro pabellón arriado!...
MANUEL:
Acaso esta actitud nuestra, será juzgada cobarde; pero mañana se sabrá que, inclusive, mi madre y yo, esposa e hijo del Cónsul peruano, con garantías para permanecer en medio de nuestras comodidades, abandonámoslas para salvar el prestigio ecuatoriano, como lo están haciendo todos los orenses....
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LUCIANO:
Gustavo Ledesma Vásquez, Víctor Naranjo Fiallo, Raúl Yábar, Luis Alfonso Negrete, Rafael Morán, César Endara, Manuel Nieto, Félix Vega Dávila, Luis Humberto Rosero, Estrada Pantoja, Galo Molina, Sargento Díaz, César Edmundo Chiriboga, Comandante Ochoa, ¡oh, héroes! ¡oh, valientes!.... ¡Yo quisiera secundar vuestras hazañas! ¡Yo quisiera morir, como Calderón, abrazado a mi bandera!....
DANIEL:
Estamos sin armas, joven... Lo que trajo el convoy se quedó en Puerto Bolívar. Se impidió que el pueblo tomara armas, siquiera para formar guerrillas en las montañas y hostilizar el enemigo fuera de las poblaciones... ¡Parece que el Gobierno tiene miedo que el pueblo tenga armas, y le niega hasta el derecho a defenderse! No tenemos otro camino que huir....
LUCIANO:
Huir, sí; ¡pero regresaré!....
MANUEL:
¡Sería una locura!...:
LUCIANO:
Regresaré... ¡Alguien más debe morir y luchar por la Patria! A mí me enseñaron desde niño que se debe morir por la Patria cuando la Patria es invadida.... Regresaré, si, y mataré aunque sea a uno de los invasores....
DANIEL:
Vamos, joven, vamos...
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(como iluminado por extraña emoción)
(tomándolo del brazo, Manuel se impresiona del aspecto de Luciano)
(exaltado. Lo toman de los brazos, lo obligan a salir, pero él se detiene próximo a entrar; y se dirige al público.)
MANUEL:
Sería inútil el sacrificio....
LUCIANO:
¡Patria mía!.. ¡Pueblo mío!... ¡no te olvides jamás de los nombres de los que supieron defenderte!... ¡Yo regresaré para la montaña!.... (Daniel y Manuel lo sacan afectuosamente, tomándolo de los brazos)
ESCENA OCTAVA Eduardo y Elena. Ella aparece primero: lanza un suspiro, mira los troncos, se detiene, y luego aparece Eduardo, también mira los troncos, le habla cariñoso: EDUARDO: Descansa, Elena, por ahora que la noche se avecina; y será triste la aurora para el que tanto camina. Presiento que se avecina una dura realidad: toda la felicidad que soñamos, en la ruina y en nuestra fatalidad... ELENA:
No hables así... ¡La esperanza no hay que perder en la huída: si grande ha sido la herida, grande ha de ser la bonanza que nos depare la vida!...
EDUARDO: Por caminos ya perdidos vengo al azul de tus ojos; caminando hacia el recuerdo retrocediendo a mi pena... Sobre la grama no hollada encuentro
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(sentándose en los troncos de árboles, cansada. El la ayuda solícito, y colocándose tras ella le habla con profunda ternura)
(Eduardo y Elena deben saber recitar)
mis propias huellas, y tienen los muertos cantos nuevas notas de esperanza... Por caminos ya perdidos vengo al azul de tus ojos. Remanso de tus miradas, azul de cielo enfermizo; llevo en el alma engarzados tus ojos de mansa lumbre... Por el camino de ortigas sangran mis pies peregrinos y no miro los zarzales que destrozan mis sandalias, porque ante mis ojos tengo el resplandor de tus ojos... Remanzo de tus miradas, azul de cielo enfermizo.....
Ella escucha emocionada, lo mira con amor, o agacha la cabeza, alternativamente.
Apoyando mi tristeza en el bordón del olvido (que tiene puño de luna y regatón de fastidio), camino mucho, camino hacia atrás... por ver tus ojos, luceros de alba sonriente, azul de lagos dormidos, claros de mis noches buenas que entristecieron mis horas de azulidad de lagunas, de azulidad de cariños... ¡Y así camino y camino apoyando mi tristeza en el bordón del olvido!...
(se sienta al lado y pone el brazo tras ella, hablándole emocionado, pero varonilmente, a fin de que el aspecto romántico no parezca afeminado ni afectado)
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ELENA:
Amor mío: duro camino se presenta a nuestro paso... La desgracia cruel zarpazo clavó sobre mi destino... ¡Oh dolor de los que, locos, soñamos un porvenir!..... ¿Cómo este dolor decir si los vocablos son pocos para tanto describir?.... ¡Oh Patria mía!, que ayer te mostrabas tan ufana ¡de ser la mejor hermana de América, en el deber!... Nadie supo comprender tu gran americanismo, tu fiel bolivarianismo ni tu noble proceder, y te dejaron caer ¡hasta el fondo del abismo!... Yo en la escuela predicaba que la patria ecuatoriana era tierra americana de unión, de amor, y pensaba inculcar para el mañana esa paz... ¡y me engañaba!... ¿No ves la desilusión que todo esto significa?.. ¿Un país que se dignifica por una generación de comprensión, y predica sin lograr la comprensión?....
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(con angustia)
(con enérgica amargura, y alternativamente a él y al público)
(con amarga desilusión) (a él y al público, dando un poco al frente. El, de pie, la sigue atento)
(mezcla de indignación y despecho)
En desbordante pasión y candorosa creencia, concebimos en demencia de clamar por esa unión... ....¡sin prever la inconsecuencia!..
(dejando caer los brazos y la cabeza)
EDUARDO:
No dañes tu corazón con la venganza humana...
(tratando de atenuar su amargura)
ELENA:
Y, ¿quién creerá en el mañana ante tan dura lección? ¿Quién aquí creerá en la unión de la tierra americana? Se me ofusca la razón pensando en lo que ha pasado: ¡a un hermano desarmado se le asesina a traición!.. ¿No has visto ya y comprobado el por qué de esta invasión? ...
(revolviéndose indignada)
EDUARDO:
Con todo, no está mejor que el nuestro el pueblo vecino, pues tan duro su destino es como el del Ecuador: cruento ha sido su camino, y en cuanto a engaño... ¡mayor!....
ELENA:
Después de esto, ¿qué hay que hacer? ¿Por qué a un pueblo americano se permite que, inhumano tenga, cruel, que padecer el ataque de otro hermano? ¿Dónde está el pueblo peruano, que no sacude ese yugo que lo convierte en verdugo
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(sin tomar en cuenta casi lo que él dice)
(como preguntando al público)
del país ecuatoriano, cuando a su sátrapa plugo? ¿Cómo voy a predicar en mi escuela a los pequeños, que sigan forjando empeños de hermandad, si al despertar verán rotos esos sueños? ... Yo sí comprendo, mi amor, que el origen de esta guerra no es la conquista de tierra ni el conquistar un honor que ambición de un pueblo encierra... El pensarlo sólo aterra, porque es un motivo peor: ¡se ha tomado al Ecuador como motivo de guerra afianzando un impudor!..... Es un medio de eludir una interna situación: se resuelve la cuestión invadiendo... e impedir la interna sublevación... EDUARDO:
Pero allá el pueblo se ha unido, y al Gobierno ha secundado...
ELENA:
¿Qué sabe un pueblo humillado de vencer, cuando vencido se encuentra en su propio Estado?...
EDUARDO:
¡Pero ya vendrá la gracia para el que ayer fue explotado, si el pueblo ha sido engañado se impondrá la democracia que Roosevelt ha proclamado!...
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(a Eduardo).
(tratando de serenarse, pero vuelve a tomar la actitud enérgica)
(con energía) (Elena no está en un solo lugar. Acciona y “hace escena”)
ELENA
¡Democracia!.. ¡Dulce nombre que el pueblo clama en desgracia contra tanta plutocracia que explota al hombre por hombre!..
(impresionada por la palabra democracia, avanza como iluminada hacía el público)
¿Cuándo vendrás, democracia, en carne viva... y no en nombre?.. ¡Es tiempo que discutamos
(a él y al público)
ya, de pueblo a pueblo, el tema; que el pueblo plantee el problema, y que, al fin, nos entendamos llevando el amor por lema!.. No concibo otro dilema que mejor lo enfoque todo: el pueblo sabrá a su modo resolver este problema ¡sin heraldos de acomodo!...
EDUARDO:
(comienza a notarse un muy lejano oscurecimiento en la escena)
Ya es tarde; vamos, Elena, al más próximo poblado...
ELENA
(con amargura, cediendo a la suave presión de él para llevarla)
iEs duro ver un pasado derrumbarse!... .
EDUARDO:
Tú eres buena y noble, y habrá un rincón donde pueda el corazón expandirse en el futuro. Si ahora el presente es oscuro,
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hay que pensar en vivir, construir otro porvenir con ese tu ideal tan puro. ELENA
Vamos , vamos... hay que huir...
(salen silenciosos)
ESCENA NOVENA Julián, Jesusita, Pancha, Ramiro, y luego Raimundo, que regresa de enterrar a Petita. Pancha porta un pequeño paquete; Julián un maletín; Ramiro una maleta; Jesusita una ramita para espantarse los mosquitos, mostrándose fastidiada.
RAMIRO:
Aquí hay un lugar algo propicio para el descanso... y no hay mucho lodo.
(entra primero, y habla a los que le siguen)
JULIAN:
De veras. Descansar aquí podemos...
(a Pancha, que sale tras él)
PANCHA:
¡Yo ya no aguanto más! Estoy rendida...
(se dirige a los troncos)
JESUSITA:
Y yo, enlodada toda y pegajosa...
RAMIRO:
Hay que hacerse al momento, Jesusita...
RAIMUNDO: Buenas noches, señores...
(entrando a escena)
JULIAN:
¿Qué hay, Raimundo?..
PANCHA:
¿También usted huyendo?.. Qué horroroso ha sido el bombardeo de Machala.
(se sienta Pancha sobre los troncos)
JULIAN:
Dicen que en el Pasaje hasta han dañado parte del Hospital...
(dejando el maletín junto a Pancha)
RAMIRO:
Y Santa Rosa se está quemando todo.
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RAIMUNDO: Así he oído decir a unos que vienen de ese lado. PANCHA:
Jesusita: cuídame ese paquete Y tú deja el atado y la maleta.
RAIMUNDO: ¿No pudieron sacar más que esas cosas?
JULIAN:
(da dos pasos, y se detiene para hablar) (le da el paquete, y luego se dirige a Ramiro) (Ramiro deja la maleta tras los troncos y se coloca al lado de Jesusita, que pasa a la izquierda del espectador)
Lo único que salvar hemos podido.
RAIMUNDO: ¿Y no tenían caballos y automóviles? JESUSITA:
Lo que más siento yo son mis zapatos de taco de magnolia, y mis vestidos....
PANCHA:
Es que, Raimundo, ya no hay ni quién sirva. Los peones de la hacienda se olvidaron que son peones, y cogieron ellos las bestias para traer a sus familias, sin respetar que eran de nosotros. Se sintieron los dueños, y cargaron con caballos y mulas sin permiso de los patronos... ¿Ve qué atrevimiento?
RAIMUNDO: El pánico, señora, es contagioso...
(avanza unos pasos)
JESUSITA:
¡Si hasta el chofer se fue botando el carro en el garaje y sin dejar la llave!..
(habla con remilgos y arreglándose el pelo y detalles del vestido)
JULIAN:
No hay duda que los viejos son mejores;
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porque, lo que es los de hoy son muy ingratos: el patrón da trabajo y "anticipo",
(se sienta al lado de Pan-
y los trata de amigos, y le roban...
cha)
y en el momento duro de la huída todos a sus patronos abandonan... RAIMUNDO: Ellos también tenían sus familias
que salvar y alejarlas del peligro. PANCHA:
(avanza por delante de Pancha y Julián)
Ya está usté defendiéndolos ¿Acaso no tenían el deber con sus patronos?
JESUSITA:
¡Todos son unos malagradecidos!...
(Ramiro trata de contener a su hermana)
RAIMUNDO: No los defiendo... sólo los disculpo.
En tanta confusión y tal alarma
(se coloca al otro extre-
todos pensaron en salvarse pronto,
mo cerca a Ramiro y Je-
puesto que nadie los organizaba,
susita)
ni hubo quién dirigiera la salida... RAMIRO:
Tal vez tenga razón...
JESUSITA:
¡Pues, no la tiene!
(indignada)
¿Cómo es posible, hermano, que el sirviente se largue abandonando a los patronos? Yo entregué mi maleta a Petronila con mis afeites y con mis zapatos y dos revistas PARA TI, ¡y la negra sinvergüenza hasta ahora no aparece! RAIMUNDO: ¡Mucho le ha de servir lo que ha llevado!...
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(con sorna)
RAMIRO:
Se habrá ido con algún enamorado; pues cuando el desconcierto se produce ahí también el amor tiende sus alas...
JULIAN:
Es que son egoístas...
JESUSITA:
¡Al fin, "cholos"!
PANCHA:
Si nadie quiso obedecer, Raimundo...
RAIMUNDO: Pero, ¿qué quiere usted, doña Panchita?
Si primero dijeron que no se huya; las radios anunciaron una tregua; confiamos que el Perú respetaría esa tregua anunciada, y se nos dijo que nadie se moviera... y, de repente, caen bombas en Machala y en Pasaje y en Santa Rosa y en Puerto Bolívar... y los carabineros se regresan a decirnos que huyamos cuanto antes, que se han tomado Chacras y Arenillas, que todo está perdido... justamente cuando los nuestros ganan los combates... Y vino el desconcierto, y nadie supo jamás lo que pasaba en la frontera... Unos pidieron armas, no les dieron... y tuvimos que huir... como se pudo, en medio de la angustia y la zozobra, sin que nadie nos guiara en nuestra ruta, sin organización y sin caudillo...
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RAMIRO:
Es cierto lo que dice don Raimundo; pues, yo fui "Voluntario" y pedí armas con otros estudiantes, y negaron: conseguimos revólveres, y fuimos con Agurto Castillo a Puerto Pilo a rechazar las lanchas enemigas, y en el torreón municipal tiramos con Agurto también a los aviones... Y, ¡quién creyera!, un avión artero tiró una bomba a la Asistencia Pública, y, entre otros, lo dejó sin vida a Ramón Agurto Castillo, que portaba el pabellón que en la Intendencia había...
PANCHA:
Todo está bien... Más nada justifica ni da razón a que hagan los sirvientes lo que les dé la gana, y no obedezcan.
JESUSITA:
Ni se roben las cosas que son nuestras.
JULIAN:
Es que ya no hay respeto a los patronos Si yo soy el patrón, soy el que mando; yo soy el que les pago, y ellos comen del trabajo que doy y que les pago.
RAIMUNDO: No, don Julián, la culpa no ha tenido
ese pueblo ignorante y aterrado. Nuestro pueblo no es malo, es respetuoso, es humilde en los campos y en las urbes. La evacuación debió de hacerse en orden, con visión militar... y así no se hizo
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(poniéndose de pie)
porque los batallones se diezmaron ante el peso mayor del enemigo, y el Gobierno... ¡no sé en lo que pensaba! Y vino el desconcierto desde arriba, y el pueblo se sintió desconcertado... RAMIRO:
No hablemos de eso ahora, y caminemos que ya es tarde.
(se nota bajar un poco la luz)
PANCHA:
Cierto, cierto mi hijo, mejor es olvidar ingratitudes.
(se pone de pie)
JULIAN:
Don Raimundo: no es bueno que a la gente le dé usted la razón, porque se creen superior a nosotros... y nos roban.
JESUSITA:
¡Fíjese cómo estamos por la culpa de esos "cholos" ladrones y atrevidos!...
RAIMUNDO: No se quejen así, que siempre el rico encuentra las mejores atenciones Ustedes donde vayan tendrán siempre mejores atenciones que los "cholos".... ¡Si hasta el color influye en la desgracia!.. PANCHA:
Ricos fuimos ayer, hoy no tenemos ni medio más que usted...
RAIMUNDO: ¡No señora! Donde vayan habrán negros y blancos... y ustedes tendrán siempre mejor trato, mejor alojamiento y atenciones, y preferencias, y hasta mejor ropa... pues los de la alta clase se protegen...
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(no debe estar rígido. Cuando hablan los otros deben hacer algo)
(dando un paso para seguir el camino) (habla con tono sarcástico y amargado, al mismo tiempo que filosófico y sentencioso.)
Pero esos infelices proletarios, aquellos campesinos y artesanos, esos recibirán siempre lo mismo: un mendrugo, unos trapos, un desprecio y un refugio común... ¡como el ganado!.... JULIAN:
Ellos no sufrirán, porque eso ha sido lo que han tenido siempre, en cambio...
(tomando su maletín)
RAIMUNDO: Ustedes sufrirán mucho más, ¿verdad? ... PANCHA:
¡Exacto! Porque no hemos estado acostumbrados a vivir mendigando protecciones...
JULIAN:
Y quién sabe por eso que ella ha dicho no podamos pedir, y padezcamos en silencio la ruina y la miseria, mientras que los que piden, se acomodan...
RAIMUNDO: Ya aprenderán ustedes a humillarse y a saber del dolor de los caídos, aunque siempre en mejores condiciones que esos que tanto tiempo han humillado... JESUSITA:
Don Raimundo: ¿qué, se ha hecho socialista?
(enfrentándose a él)
JULIAN:
¿Quién le ha inculcado tantas tonterías?
(fastidiado)
PANCHA:
¡Válgame Dios!... ¡El mundo está perdido!.. Ya no hay respeto, ni moral, ni creencia en nuestra religión...
RAIMUNDO: ¡Muy bien pensado! ¡Ha nombrado a su Dios!... ¡Si reviviera Jesús de Nazareth unos momentos
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(a medida que habla se va exaltando como un
- ese Jesús tan bueno y generosose alegraría de ver que en esta noche se nivelan los hombres y las clases!...
rebelde iluminado, anatemizado)
¡Todos somos por ahora fugitivos! ¡Todos somos hermanos en desgracia! ¡Todos, ante el peligro lamentamos, nuestra propia desgracia igualitaria!... ¡Todos, ricos y pobres, en la noche de la montaña somos "refugiados", de igual color, el negro de penumbra el negro de dolor.... el negro miedo del porvenir oscuro y tenebroso!... JA! JA! JA!
(se acerca a ellos con las manos en alto, amenazante gritándoles. Todos van formando un grupo asustado, menos Ramiro, que los observa) (lanza una carcajada diabólica)
JULIAN:
¡Vamos, mejor, mujer!...
PANCHA:
Sí; ¡vamos, vamos que tengo miedo de pensar en todos los malagüeros que oigo de este loco!...
(retroceden asustados, mientras Raimundo avanza riendo a carcajadas)
JESUSITA:
¡Loco!....¡Loco!...
(salen todos de escena)
RAMIRO:
Tal vez tenga razón
(sale el último, sereno)
RAIMUNDO: ¡Piedad!.. ¡Terror!.. ¡Vergüenza!.. lo
(viéndolos perderse lejos)
comprenden y hoy sienten el dolor... pero no ceden... No se dan por vencidos ni en la pena ni ante la realidad que los oprime!.. ¡La igualdad transitoria que hoy nos une
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(se está ya en casi oscuri-
no romperá su orgullo y su prejuicio! Si han de volver, vendrán con sus ideas, retornarán iguales que han salido: los mismos pensamientos y costumbres... ¡y la misma injusticia en sus conceptos!..
dad. Al final, vuelve a lanzar otra carcajada).
¡Nada se habrá ganado en la derrota, como nada de haber sido victoria! ¡Ellos serán lo mismo en la amargura como fueron ayer en la bonanza!.. ¿ Ynosotros? ... ¡Lo mismo!.... Siempre “cholos”.... y “cholos” atrevidos, por si acaso.... JA! JA! JA!
ESCENA DECIMA Al lanzar la última carcajada, Raimundo vuelve hacia el extremo o sea, por donde salieron a escena todos los anteriores, para dar lugar a la movilidad de esta escena final. Apenas terminó su carcajada, comienza a escucharse más cerca el bombardeo y los tiros de fusilería, aviones y metrallas. Raimundo mira al cielo, y arruga el ceño ante los fogonazos, que deberán hacerse en forma intensa, iluminando la escena. Sale Luciano, que regresa por donde huyeron Pancha, Julián, etc. y viene armado de un machete. Su rostro es como de un loco, dispuesto al suicidio, lleno de coraje y vigor sobrehumanos. Ha dejado el fusil, y trae la camisa rasgada; pero en el pecho, cuidadosamente disimulada, una bandera ecuatoriana, que Raimundo la sacará al final. LUCIANO:
¡Ya vienen los malhechores! ¡Pero uno, si quiere, ufano he de matar con mi mano!... ¡Oh malditos invasores!...
RAIMUNDO: ¿De dónde vienes, Luciano; a dónde vas tan airado? LUCIANO:
¡Al ejército peruano que nuestro país ha ultrajado!
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(sale y se detiene como dirigiendo sus frases de desafío a los aviones, sin ver a Raimundo) (acercándosele alarmado por su aspecto y locura) (deteniéndose ante Raimundo, pues quiso seguir adelante)
RAIMUNDO:
LUCIANO:
¡Serénate y ten cordura!...
(Tratando de imponerle
¡Estás casi desarmado!....
serenidad en voz alta)
¿ Que no tengo armas?... ¿ Armado
(mostrándole el machete)
no me ve? RAIMUNDO:
¡Eso es locura, creer que puedes con machete ir a enfrentar ni a un piquete de toda esa armada gente!... ¡Bien está, como valiente es mucho quien arremete sin armas.... pero imprudente!.....
LUCIANO:
Pero como ecuatoriano no puedo ver todo aquello que signifique atropello a nuestro país soberano. ¡Si no tenemos cañones, tenemos fuerza en las manos; si carecemos de aviones los pechos ecuatorianos
RAIMUNDO:
harán ver a los peruanos
(avanza, Raimundo lo
¿cuáles son nuestros corazones?
detiene)
¡Detente, loco!........ ¡Manía
(agarrándolo ante un
fue siempre creer que ganaba
nuevo intento de avan-
el Ecuador si peleaba
ce. Lo sacude y se hace
con su valor!... ¡Valentía
escuchar ante la inquietud
que la verdad ocultaba!....
de Luciano por avanzar.
Hoy no se puede pensar
(Luciano agacha la ca-
que se ha de pelear sin armas;
beza mientras Raimun-
107
la pelea tiene otras formas nuevas para ir a guerrear Está bien quieras vengar, la ofensa a nuestra Nación... Mas, ¡es una loca acción con machete ir a enfrentar y ser carne de cañón!......
do habla)
LUCIANO:
¡Déjeme usted combatir!
(reacciona altivo y avanza)
RAIMUNDO:
¿No oyes los tiros cercanos? Tus esfuerzos serán vanos y soló irás a morir!....
(lo contiene, y se entraba una verdadera lucha entre ambos)
LUCIANO:
¡No importa: yo moriría Envuelto en el tricolor!
RAIMUNDO:
¡Vamos!.. Que aquí tu valor de nada te serviría!..
LUCIANO:
¡No voy!
RAIMUNDO:
¡Vamos!....
LUCIANO:
¡No! ¡No voy!.....
RAIMUNDO:
¡Allí vienen los aviones!
(ruido de aviones cerca)
LUCIANO:
¡Pues si nos faltan cañones, con los puños aquí estoy!...
(aprieta los puños y amenaza con ellos a los aviones supuestos)
108
(Raimundo lo contiene pero va retrocediendo ante el ímpetu de Luciano. Es de cuidar que la lucha dé oportunidad a hablar sin que el público pierda las frases)
RAIMUNDO:
¡Atrás!
LUCIANO:
¡Nunca!... ¡Nunca!....
RAIMUNDO:
¡Atrás!
LUCIANO:
¡No corro!
RAIMUNDO:
¡Loco!
LUCIANO:
¡Jamás!
(lo empuja en franca lucha)
(al decir esta palabra, se oye un balazo cerca, y Luciano cae herido en el pecho.)
RAIMUNDO:
¿No ves?. ¡Locura suprema!....
(al ser tocado por la bala, Luciano se tambalea. Raimundo lo abraza y lo sostiene)
LUCIANO:
¡No importa si me han herido! ¡pero... nunca el anatema caerá en mí... que yo he corrido!
RAIMUNDO:
¡Otra víctima indefensa!...
(habla al público señalando a Luciano)
LUCIANO:
¡No importa... lo que yo siento
(habla entrecortado, ca-
es que se me va... el aliento,
yendo poco a poco,
Patria... sin ver... tu... defensa!
mientras Raimundo lo va sosteniendo hasta llegar al suelo.)
109
RAIMUNDO:
LUCIANO:
Te amarraré este pañuelo
(saca el pañuelo y lo po-
para taparte la herida...
ne en la herida)
Es inútil.. que la vida se va... como en raudo vuelo... Quiero tan sólo... un anhelo... cumplir... en mi hora postrera... ¡ Que me cubra... la bandera... de mi patria... como un vuelo... de iris... y amor... que trajera para ondearla sobre... el suelo que hollara... planta... extranjera!....
RAIMUNDO:
Y, ¿dónde está el pabellón?
LUCIANO:
Aquí... junto... al corazón... junto... a la herida traidora... Lo traje... y en mi última hora tremolar ese pendón...
RAIMUNDO:
¡Qué sorpresa!.. ¡Esto es sublime!
(saca la bandera y la mira sorprendido)
LUCIANO:
¡Adiós... mi Patria!
RAIMUNDO:
¡Luciano! ¡Un esfuerzo, que mi mano aquí tu herida comprime!... y con esfuerzo...
LUCIANO:
Vano... todo esfuerzo... adiós... 110
(dándole aliento)
RAIMUNDO:
¡Escucha!
(muere Luciano, y Rai-
¡Oye, muchacho!... ¡Qué horror!
mundo lo sacude. Al dar-
¡Muerto!... Y lejos de la lucha
se cuenta que ha muerto
donde él quiso con honor
se horroriza)
morir peleando, y con mucha ambición de luchador!... ¡Patria: ya sabes, por fin,
(abraza al cadáver, lo cu-
el crimen que significa
bre con la bandera, y se
ver que el pueblo sacrifica
pone de pie, dirigiéndo-
sin armas un noble fin!..
se al público)
¡Que no vuelva tu clarín a llamar a los soldados, si no estamos preparados del uno al otro confín! ¡Tierra de El Oro: humillada
(avanza hacia la concha
antes de ser invadida!
del apuntador)
¡Que sirva esta cruel herida
(de lejos se oye el Himno
y la falta sea enmendada!
Nacional cantado)
¡Que el país no tenga olvidada a esta provincia querida, que siempre expuso su vida
(regresa hasta el cadáver
con valor... y desarmada!
y abre la bandera, que
¡Y si hoy ha sido ocupada
luego la vuelve a colocar
que sea pronto redimida!...
sobre el cuerpo de Lucia-
“Salve, oh Patria, mil veces, oh Patria".
no, cayendo él abrazado hasta caer el telón)
FIN
El telón baja a las voces, ya fuertes, del Himno Nacional cantado por un coro. *** 111
Esta obra fue estrenada en el Teatro Olmedo, de Guayaquil, por el grupo artístico del Centro Social- Deportivo "River Plate", de Machala, que también la representó en Machala, Santa Rosa y Pasaje; por el Conjunto "Augusto San Miguel" en Babahoyo y Daule y Teatros Parisiana, Colón y Victoria de Guayaquil; por un grupo Social de Santa Elena, Salinas, Ancón y La Libertad; y por un grupo estudiantil del Departamento Artístico de DIFUSION TECNICA ECUATORIANA en Alausí, Riobamba y Ambato.
RECORDEMOS EL ORO (Marcha Patriótica) Música de Olga Eljuri
Letra de Rodrigo de Triana
Coro: ¡Recordad El Oro!.... ¡Recordad El Oro!.... ¡Recordad que América sufrió una traición! ¡Recordad la Patria, que sufrió un desdoro y una puñalada en el corazón!... ¡Recordad El Oro!.... ¡Recordad El Oro!.... ¡Recordad que es oro de nuestra Nación!. ¡Pensad que en Pichincha se nos dio un tesoro que, devastadora, robó la invasión...... Estrofa: Fue nuestra la tierra Huancavilca y Manta, Cañaris y Paltas, Chonos y Puruhá; nuestras las insignias del Shiry que canta con voces de breñas y Andes por garganta un himno de océano que abraza a Puná. ¡Es nuestro el mestizo, cholo, chagra, chazos; y es nuestro el montubio y es el mitimá; nuestro el Zarumillas, del Túmbez ribazo, como es nuestro el Guayas y el Gran Chimborazo, y es el Amazonas, Carchi y Macará!..
Coro: ¡Recordad El Oro! ¡Recordad El Oro!... etc. 112
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PATRON, TORCUATO y NICANORA Sketch campesino del Litoral Ecuatoriano original de RODRIGO DE TRIANA, con arreglos, dirección y montaje de GUIDO GARAY; estrenada por Guido Garay y su cuadro Folclórico Montubio en el antiguo Teatro Olmedo de Guayaquil, que estaba situado en la calle Luque entre Chile y Pedro Carbo, el 26 de septiembre de 1967 en función nocturna, con el siguiente reparto, en orden de aparición: PATRON:
Guido Garay.
TORCUATO: Hipólito León. NICANORA: Marlene Filbig
La escena transcurre en un solo acto, con el mismo escenario para todas las secuencias: una finca de la Costa Ecuatoriana. PATRON:
(EN ESCENA) Caracoles, por dónde diablos andará este Torcuato que no me ha dado cuenta de lo que pasa en el corral del Pechiche.
TORCUATO: (SALIENDO A ESCENA) Güenos días, patrón. PATRON:
Hombre de Dios que te ando buscando por todas partes, y no te encuentro por ningún lado.
TORCUATO: Güeno, pero ahora estoy a su lado, y bien arrimao. (SE RECUESTA AL
PATRON y ESTE LO RECHAZA DE UN EMPUJON) Mire patrón, es que como anoche hubo relámpagos..... PATRON:
Pero, ¿qué tiene que hacer los relámpagos con la parición de la vaca amarilla que le compré a mi compadre Serapio?
TORCUATO: Es que cuando hay relámpagos la leche se hace agua, porque gotéa
durisisísimo y er ganao come yerba con garúa fuerte y si se le aprieta la teta la gente dice lo que dice diciendo que el bestia de Torcuato le echa agua a la teta para que llueva leche sin que se haga requezón. PATRON:
Pero la vaca está en el potrero.
TORCUATO: Si patrón, porque er potrero no puede estar en la vaca. PATRON:
Por supuesto, hombre, por supuesto.
TORCUATO:
Ni por supuesto, ni por ningún puesto, así sea de diputao o Concejal, porque yo una vez le dije a doña Matirde que me trujiera pa poner la vaca y me dijo que la leche no estaba en el ternero sino en er corral.
PATRON:
¡Cómo en el corral! ¿Y que tiene que ver el ternero con la leche que está dentro de la vaca? 129
TORCUATO:
Mesmamente patrón: lo que yo digo que la leche der ternero no está onde está la vaca, y onde está la vaca está la leche y er ternero, que es onde se saca er ternero pa que los cuernos no ataquen.
PATRON:
¡Cuernos! ¿ Qué cuernos?
TORCUATO:
¡Los cachos, patrón! No se haga er zonzo que usté sabe más de esto que yo... (CON MALICIA).
PATRON:
(DISGUSTADO) ¿Qué dices?
TORCUATO:
Digo: los cachos... los cachos del toro padre que según doña Matirde y don Angulo...
PATRON:
¡Don An que!
TORCUATO:
Don Angulo.
PATRON:
Ah, ya: Angulo, yo había entendido otra cosa.
TORCUATO:
Si, Angulo, ¿se acuejda? Er que tocaba su vigüela.
PATRON:
(INDIGNADO) Cómo que tocaba a mi abuela, a la tuya sería, atrevido.
TORCUATO:
No, no, patrón, mire, usté no ha interpretáo bien mis palabras, así que no me insurte; déjeme explicotearle la cosa: la vigüela, es la guitarra, y Angulo la tocaba siempre cuando iba ar corral, pa darse güena suerte, pues con música salía mas leche.
PATRON:
(ALEJADO) ¡¡¡De la vigüela
TORCUATO:
No patrón, de la vaca de la teta.
PATRON:
(ADMIRADO) ¡De la vaca de la Teta!
TORCUATO:
Eso mesmo.
PATRON:
(INDIGNADO) De la teta de la vaca querrás decir.
TORCUATO:
Lo mesmo da "Chana que Juana".
PATRON:
Qué Chana, ni qué Juana, a mí lo que me interesa saber es cuánto ha dado de leche.
TORCUATO:
¿Quién? ¿Juana?
PATRON:
¡Juana! Qué bruto eres, quién va a ser: la vaca.
TORCUATO:
Pero la vaca está en el corral.
130
....!!!!
PATRON:
Pero el corral no tiene tetas: zoquete.
TORCUATO:
Mesmamente patrón, la leche la saco de la vaca.
PATRON:
Claro, no la vas a sacar del cielo.
TORCUATO:
(ENTUSIASMADO) Ay, Cielo, Cielo le dicen a la hija de don Anastacio.
PATRON:
Pero don Anastacio, ni doña Cielo no tienen que ver nada con la leche de mi vaca.
TORCUATO:
Pero no me confunda er cerebelo patrón. Aclaremos la cociaca: Don Anastacio tiene a Cielo, y la leche no se saca der cielo, sino der corral, que no es lo mesmo salvo un error u omisión como dice er escribano don Zoilo.
PATRON:
¿Y qué tiene que ver el escribano don Zoilo con mis intereses pecuarios?
TORCUATO:
Pecuaca, diji'o...
PATRON:
Pecuarios he dicho, y bien claro, pecuarios, que quiere decir ganaderos.
TORCUATO:
Aaaaah, allá es que yo iba a parar con la parada que para, porque don Zoilo no tiene corral, ni vaca, ni teta, sino su profesión de escribano, no se acuejda usté der verso amorfino que dice: «Er gavilán con cien plumas no se puede mantener, y er escribano con una, mantiene moza y mujer « .
PATRON:
Así es, Torcuato. Eso de ser escribano, concejal o diputado, ya es una leche de por sí. Todos lo sabemos. Pero yo te pregunto es por la leche.
TORCUATO:
(ADMIRADO ) ¡Der escribano!
PATRON:
(INDIGNADO) No seas bruto, de la vaca.
TORCUATO:
Pero estaba hablando der escribano.
PATRON:
¿Yo?
TORCUATO:
(ACUSANDOLO CON VEHEMENCIA) Si, si, usté, usté.
PATRON:
(RECHAZANDOLO CONTRARIADO) Tú eres majadero, el que metes al escribano en mis asuntos.
TORCUATO:
Aguántese un pedazo patrón.
PATRON:
(SORPRENDIDO) Como, que pedazo de alcornoque serás tú animal. 131
TORCUATO:
Quiere decir un momento. No se caliente patrón: no güerva a mal interpretar lo que digo. Mire el otro día yo paseaba con la Nicanora me conversaba un cacho...
PATRON:
(INDIGNADO) Cachos, cachos, siempre cachos, oye, yo ya estoy de cachos hasta la coronilla, no quiero saber nada de eso, no me importa, entiendes. Lo que yo pregunto es cuántos litros de leche ha dado mi vaca.
TORCUATO:
Güeno, yo le exprimí la teta y no me bajaba nada.
PATRON:
Nada, nada....
TORCUATO:
Nadititita.
PATRON:
(CONTRARIADO) ¡Horror! Se le secaron las ubres.
TORCUATO:
No patrón, el escribano por la escritura de la compra de la cuadra de mi tía.
PATRON:
(ALARMADO) ¿Y la leche?
TORCUATO:
(SORPRENDIDO) De mi tía.
PATRON:
¡No seas bárbaro! De la vaca.
TORCUATO:
Si, pero la vaca de la leche....
PATRON:
¡Qué vaca de la leche! La leche de la vaca, querrás decir.
TORCUATO:
(DESPISTADO) ¿De quién?
PATRON:
De quién va a ser: de la teta de mi tía.
TORCUATO:
¿Qué dice? (ADMIRADO)
PATRON:
(ENREDANDOSE CADA VEZ MAS) Quiero decir: la leche del corral, no, este del escribano, es decir de mi tía. Pero qué diablo estoy hablando, si tú majadero me has hecho un enredo que ya no sé ni lo que digo (VASE DIS GUSTADO GESTICULANDO APARATOSAMENTE, MIENTRAS TORCUATO LO SIGUE ATRAS PORFIANDOLE EN ALTA VOZ)
TORCUATO:
(SIGUIENDOLO) Pero oiga patrón, que la leche de la vaca der corral de la teta... (AL PUBLICO) Se mareó er patrón con mi palabreo, así que con la rebusca que mey jecho con la venta de la leche me voy onde mi compadre Soledispa, er cantinero, que tiene un pepejigua que aclara er gañote, y me dará juerza pa entrarle con chalala a
132
la Nicanora que está como papaya madura, esperando quien la tumbe. (MUTIS) NICANORA:
(SALIENDO A ESCENA) Onde andará ese mardito de Torcuato, que lo hei buscao por todas partes y no lo encuentro. A lo mejor le está dando ar refinao con anís, preparándose pa jacerme jaleo. Es un haragán, pero berraco y jachudo, y anda celosísimo como gato emberrichinao. Me cela con todo er mundo; no permite que ni mi taita se me acerque, porque dice que en los periódicos se ha publicao que un mal padre quiso abusar de su hija. ¡Que horror! Me cela hasta con er cura, verdá que er padrecito de repente me da un pellizco; pero de todos modos, Torcuato debe comprender que son caricias sacerdotales y que tienen argo de bendito. Er cura no me disgusta der todo; pero tiene una na, que no dizque es sobrina, sino amartelada o arrejuntada, que dice que es sobrina, y que también Torcuato le estuvo queriendole clavar las espuelas y enlazarla para llevarla al corral. Esto de enamorarse de un hombre que siempre anda tras la que puede pescar, es argo de poner los sesos en la batea. Y es que ese pica flor de Torcuato dice que su agüelo fue chapulo, de esos que andaban dando jierro y bala con don Crispín Cerezo en la montonera, y como ese jue su agüelo, él también es ternejo. Ha llegado a amenazarme, diciendo que si yo no lo quiero y no me voy a la grupa de su melao, me descose er tripaje con er machete. Pero mi mamá me dice que no le tenga miedo, porque er gallo enamorao achica las alas cuando la gallina estira er pico; y que cuando mi taita, que era medio matón, le quiso meter una bala de carabina, ella se levantó la pollera, y er muy valiente se puso de rodillas, que no hay macho más tonto que el que se deja ver las corvas del otro lao; y eso es lo que quiero hacer con el fanfarrón de Torcuato: en cuanto lo vea celoso, me paro firme, le hago una mueca, y juápite, se viene guarda abajo. Las mujeres jembras der sexo femenino, débil y bello, tenemos un arma más juerte que las de los machos der sexo masculino, feo y bruto: y es que tenemos pollera, y en la pollera está todo. Y ahora voy a buscar a ese mardito, y siguiendo los consejos de mi mamá, juápite que te pica la avispa y se te cae la baba. (MUTIS CONTONEANDOSE EXAGERADAMENTE)
TORCUATO:
(SALE MEDIO BEODO CON UNA GUITARRA) Vengo de darle ar trago, pa tomar juerza pa entablar nuevamente relaciones con Nicanora, que dende que me jui pa la fiesta de Yaguachi, no quiere 133
hacerme er guiño. Tendré que calentarle las orejas con un amorfino bien rasgao y punteao, pa que asome la jeta y me diga argo. (GLOSA LA GUITARRA) Las mujeres son como la jicotea: que sólo cuando se les da durce se dejan rascar la oreja. (GLOSA LA GUITARRA) A ver, ahora si por Do Mayor empiezo: Asómate Nicanora, y ya no seas coqueta; ábrame pronto la jeta antes que venga la aurora.
(CANTANDO)
¡Barajo! No se asoma. Será porque hey usao un lenguaje medio patán, que me lo ha inspirao er trago. Pero es que er guachucho tiene la doble cualidá, que si enrieda la lengua, también da valor; y pa reconquistar a Nicanora, hay que tener mucho valor, ya que la muchachona parece un político der gobierno, que ofrecen todo, y no dan nada, diciendo que lo ofrecido jue sólo palabreo. A ver si vorteando la cosa, me sale más mejor; u sea a lo divino: (CANTANDO)
Pregúntale a San Antonio, si es que me quiere la ingrata; si no me quiere, er demonio hará que estire la pata.
NICANORA:
(SALIENDO FURIOSA) Quién es ese desgraciao de la desgracia, que ha invocao a San Antonio.
TORCUATO:
¡Virgen santísima de los apretones! Yo, arrepentío pecador, llamé ar santo de tu devoción, pa ablandarte la verruga der disgusto que por gusto tienes conmigo.
NICANORA:
Cómo que por gusto. ¡Y eso de la borrachera, y el irte con la Nicasia pa la fiesta de Yaguachi, a media noche!
TORCUATO:
Apacíguate, Nicanora, que en las próximas elecciones voy a ser persona importante.
NICANORA:
Importante tú, (RIENDOSE) Pobre montubio.
TORCUATO:
Pero, Nicanorcita de mi arma. No ves que ahora que mey afiliao ar partido de la Chilindrina, en las próximas elecciones podría sel presidente, arcarde a diputao.
NICANORA:
Pero en las elecciones siempre triunfan los pícaros y pillos que explotan ar pobre Ecuador, prendidos siempre en la teta.
TORCUATO:
¿En la qué? 134
NICANORA:
En la teta.
TORCUATO:
¿En cuar teta?
NICANORA:
En cuar va ser pues: en la del erario nacional, marcriao.
TORCUATO:
Güeno, pero como naiden sabe que soy de los tetudos, podré ser candidato.
NICANORA:
Candidote, querrás decir.
TORCUATO:
Mira, arma de mis riñones y emoción de mi hígado: como no pueden regresar los mamones de hoy, porque no hay reelección, y como será difícir encontrar quienes puedan prenderse de la teta, allí me coloco yo.
NICANORA:
Pero, si quienes quieran entrar ar mame, sobran.
TORCUATO:
Es cierto, que ahora sobran los que nunca lograron empuñar; pero como los que saben der teje, maneje, troncha ya no regresan, será fácil colarse por la trastienda, que cuando er gavilán dobla er pico, la pacharaca plega las alas y er gallinazo se hace cucurucho.
NICANORA:
Entonce, si tú y yo nos entendemos con las entendederas de las güenas, yo sería disputada.
TORCUATO:
De ninguna diputada.
NICANORA:
¿Dipu que?
TORCUATO:
Diputada por se la mujer der diputao, porque er diputao sería yo.
NICANORA:
Marcriao. (LO EMPUJA)
TORCUATO:
Diputao, que quiere decir er hijo de la disputada.
NICANORA:
Entonce, ¿tu serías mi hijo?
TORCUATO:
No, pimpollo: er diputao es er hijo de la cosa.....
NICANORA:
¿Qué cosa?
TORCUATO:
La cosa, la cosa pública, que quiere decir la voluntá de muchos que se acercan a la urna.
NICANORA:
Eso es: a la disputa. ¿Y cuando seas diputao, qué gano yo?
manera. Tú no serías disputada por naiden tu serías
135
TORCUATO:
Ah, cuando yo sea diputao como mi parcero Hurtado, te compro un melao con silla de cajón y gancho, pa que te envidien cuando cruces la sabana pa ir a la misa der pueblo.
NICANORA:
Con tar de que vos no le arrimes ar trago.
TORCUATO:
Eso der gaspete, es cosa que uno la necesita pa sentirse, macho, berraco, juerte y ternejo; pero cuando se está frente a una jembra como vos.... (SE LE ARRIMA)
NICANORA:
(RECHAZANDOLO) Hacete pa atrás, Torcuato, que me siento disputada.
TORCUATO:
Ay, disputadita de mi arma. Si gano en la pelotera, te compro una porca y pollera nueva, y vamo ante er señor cura pa que nos largue er requiéscate in pace, que quiere decir: amoláos pa toda la vida pero arrejuntados como ostión ar mangle.
NICANORA:
Entonce.....
TORCUATO:
Atácale ar amorfino, que Torcuato llevo por nombre y Avilés por apellido; me está picando la sarna, y dicen que es sarpullido.
NICANORA:
Aaaaayyyyy!!! Torcuato.
TORCUATO:
Viva la Chilindrina, dijo er cojo, y er manco dijo preciosa,
NICANORA:
Er tuerto dijo me mojo, y voló cuar mariposa.
FIN NOTA.- Originalmente existieron dos obras separadas llamadas Patrón y Torcuato, y Torcuato
y Nicanora, al llevarlas al teatro el señor Guido Garay las fusionó. La obra se la presentó con el nombre de Patrón, Torcuato y Nicanora.
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CONTINÚA EN TOMO 2