M. I. Municipalidad de Guayaquil Dirección de Cultura y Promoción Cívica Ab. Jaime Nebot Saadi Alcalde de la Ciudad Arq. Melvin Hoyos Galarza Director de Cultura y Promoción Cívica
Registro de autor No. ISBN Investigación y textos: Jenny Estrada Ruiz - Historiadora Diseño Editorial: Arq. Pedro Gambarrotti Gámez Impresión: Poligráfica C.A. Primera edición: 2011 Guayaquil - Ecuador Publicado por la Muy Ilustre Municipalidad de Guayaquil. Prohibida la reproducción total o parcial sin autorización de la autora
Introducción Familiarizada con el estudio de las migraciones que desde la constitución de nuestra república (1830) fueron llegando a Guayaquil, para insertar su aporte en el desarrollo económico, cultural y social de la comunidad porteña, y comprometida con el proceso evolutivo de la mujer en cada una de las etapas de nuestra historia, me ha llamado la atención el hecho de que hijas, nietas y bisnietas de inmigrantes italianos, poniendo de relieve un temple singular para encarar las circunstancias, estuviésemos siempre dispuestas a asumir los nuevos roles que la evolución de la sociedad fue demandando. Contrariando el esquema familiar predominante en la propia Italia, donde la autoridad del “pater famili” proyectó una imagen de dependencia y sumisión de la mujer al ámbito doméstico, esa aparente docilidad femenina de la donna que delicadamente amasa la pasta y cuida de sus hijos con amorosa dedicación, disimula casi siempre un carácter fuerte y apasionado que la constituye en el verdadero eje conductor de la vida familiar y en la modeladora e impulsora de los destinos de su descendencia. No de otra forma se explica la valerosa actitud de despedir con bendiciones a sus padres, hermanos, maridos e hijos, cuando la necesidad o el espíritu de aventura los empujaron hacia lejanas y desconocidas tierras de esta América generosa, donde se asentaron para forjar la nueva vida y terminaron plantando la semilla de un mestizaje italo-ecuatoriano en su numerosa descendencia. En gratitud a ese legado invalorable de fortaleza emocional, tenacidad, sensibilidad y capacidad de emprendimiento, que aunque en pequeña proporción guardo entre mis genes y en muchas instancias de mi propio accionar se hace presente, quise reunir en este pequeño librotestimonio, el ejemplo de un grupo de mujeres en quienes la herencia de Italia continúa palpitando en Guayaquil. Jenny Estrada R.
Índice Siglo XIX 6
Aurelia Palmieri
Siglo XX 16
Elena Valle S.
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Crisalia Lamboglia
22
Clara Bruno Cavanna
30
Libia Frugone
33
Resfa Parducci
36
Zoila Luisa Campodónico
40 Anunziatta Caputti Fondo: Emigrantes llegando a América por vía marítima.
46 Ma. Luisa Zerega 48
Yela Loffredo R.
56
Yolanda Aroca
60 Inés Arratta Macías 62
Noralma Vera Arratta
66
Cecilia Vera Cino
74
Maritza Cino Alvear
82
María Emilia Bigalli Pipa
92
Amelia Cipolla de Angeletti
94
Marina Salvarezza
104 Mariella García Caputti 112 Ernestina Pescarollo 116 Larissa Marangoni 124 Gioconda Minervini 127 Mirella Minervini 128 Gabriela Galvez V. 134 Mirella Cesa Dalmau 140 La autora
SIGLO XIX
Aurelia Palmieri Minuche Precursora de la educación media Primera universitaria de Guayaquil Primera licenciada en Medicina del Ecuador
Los hechos que esta singular mujer llevó a cabo en una época tan lejana y limitante para el género, son propios de un temperamento poco común y de una voluntad acerada, a cuya naturaleza aportó, sin duda el componente genético de origen italiano trasmitido por su padre, y en otra proporción, la formación y guía un un hombre sabio y culto como Francisco Campos Coello.
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Entrada la segunda mitad del siglo XIX, Francisco Palmieri, joven marino nativo de la Liguria, había decidido quedarse a probar suerte en el Perú. Después de un tiempo avanzó hacia la parte sur del Ecuador, donde estableció sus primeros contactos comerciales y luego fijó residencia en Guayaquil, para dedicarse al comercio del cacao. Más adelante contrajo matrimonio con la Srta. Felisa Minuche Aguirre y de ese enlace, el año 1869, nació su única hija a quien inscribieron y bautizaron con el nombre de Aurelia Palmieri Minuche. La niña recibió enseñanza de primeras letras de parte de su madre, luego tuvo preceptora en casa y terminó la etapa escolar en el colegio de los Sagrados Corazones. Cumpliendo con las disposiciones de rigor, obtuvo el título de Institutora de primera clase y aplicó para una plaza de trabajo en la escuela fiscal de Naranjito, donde ejerció el magisterio por un tiempo. Para entonces, don Francisco Palmieri era propietario de uno de los muelles de embarque situados en la parte norte del Malecón y su situación económica era buena.Aurelia leía y hablaba fluidamente el italiano y soñaba con ir a la universidad, pero la Ley de Educación vigente no contemplaba la inclu-
* La biografĂa documentada de Aurelia Palmieri, escrita por la auora de este libro, fue publicada el aĂąo 2001 por la M.I. Municipalidad de Guayaquil, en un volumen titulado "La precursora olvidada" 7
sión de la mujer en el estudio de la secundaria y siendo el título de bachiller el requisito indispensable, era practicamente imposible darle gusto. Sin embargo, su padre recurrió al ilustre maestro Francisco Campos Coello, quien acababa de retornar de Europa, observando precisamente las ventajas de la educación libre o a distancia y le planteó el caso de su hija. Al escuchar la decisión de la joven, el sabio Campos se ofreció a prepararla particular y gratuitamente en las materias correspondientes a la secundaria, siendo tan notorio el aprovechamiento de la estudiante, que al cabo de 3 años terminó todo el programa, motivando a su maestro a solicitar prueba oficial de grado a las autoridades competentes. Por aquel tiempo los exámenes previos al grado de bachiller eran públicos y se receptaban en la sala del Cabildo ante un severo tribunal. El 4 de junio de 1893 (como aparece publicado en la Gaceta Municipal de ese año), en la sala principal del Concejo Municipal, la aspirante a bachiller fue examinada durante dos horas y media y después de ser interrogada sobre todas las materias corres8
pondientes a la instrucción secundaria, más los idiomas francés, alemán e italiano, recibió voto de aplauso y un certificado, sin valor académico, como constancia de sus conocimientos, por cuanto la deficiencia de la ley ecuatoriana, no permitía a la mujer ser bachiller. El jurado examinador pidió al Concejo que en las próximas festividades de Independencia, se condecorara a la estudiante, resaltando su ejemplo para otras jóvenes que desearen superarse. Los medios de comunicación se hicieron eco del suceso y la sociedad guayaquileña aplaudió su coraje. La revista femenina “El tesoro del Hogar” primer órgano de prensa femenina fundado en 1887 en Guayaquil, en su edi-
ción del 9 de septiembre de 1893, dedica la portada y un artículo muy conceptuoso, reseñando el triunfo y el merecido homenaje que le ha rendido la Sociedad de Beneficencia Italiana “Garibaldi”, a tan destacada descendiente, hija de uno de sus socios fundadores.
En sesión solemne, los inmigrantes italianos, le obsequian un hermoso cuadro de 90x70 ctms, con marco de plata combinando con felpa azul y alegorías doradas, y grabado con admirable caligrafía, consta un mensaje en idioma italiano, que dice así:
Aurelia Del tuo avenire la fulgida stella Rápida s’eleva all’imo de la gloria; Di sua luce brevi, vivida e bella L’aureo ampesso che tu de’alla Storia Y socii fondatori della Beneficenza “Garibaldi” che sottoscrivano, compresi d’orgoglio e d’ammirazione innanzi al verdetto pronunciatto dall’alto giuri; questo tenue pegno d’affetto ed attestato di lode, alla figlia d’un nobile core italiano, all’ egregia signorina AURELIA PALMIERI dedícano in omaggio al chiaro talento e rare doti di virtú di cuo diedi eloquenti prove. Guayaquil, settembre de 1893 9
Firman: el cónsul de Italia, Nicolo Norero, el Presidente de la Sociedad Garibaldi, Luiggi Zanatta y más socios fundadores de la institución, que también le hacen entrega de una medalla “del tamaño y peso del águila de oro americana, con elogiosa inscripción”... Pero ni la prensa ni los homenajes logran disipar la frustración que la invade; sentimiento que no aprueba su maestro, quien la insta a matricularse de oyente en la recién abierta Facultad de Medicina de la Universidad de Guayaquil. No obstante el impedimiento de un título, en 1894 es admitida y comienza a asistir a clases teórico-prácticas del primer curso de Medicina, y el 4 de abril de 1895, termina con excelentes notas en sus exámenes, sin crédito académico. Mientras tanto, el país es escenario de la fase final de una lucha encarnizada que liberales y conservadores vienen protagonizando desde algunas décadas, y que el 5 de junio de 1895, llega a su climax en Guayaquil, con el triunfo de la Revolución Liberal; hecho que permite a su líder máximo, el general Eloy Alfaro, retornar del exilio para asumir la conducción de la república, en calidad de Jefe Supremo, desde este mismo puerto. 10
Y es a dicho personaje que la valiente Aurelia Palmieri va a recurrir para hacer valer sus derechos de mujer y ciudadana conciente de sus capacidades. Asesorada por Campos Coello, pide audiencia al general, quien la recibe en la antigua casona de la Gobernación de Guayaquil, en la mañana del día 4 de julio de 1895, y escucha atentamente su caso. Verdadero líder y estadista, Eloy Alfaro sabe que si el Ecuador continúa marginando al elemento femenino de la educación y desperdiciando el potencial que representa la mujer, no tendrá sentido hablar de justicia social ni de desarrollo armónico en su programa de gobierno. Consecuente con sus convicciones, el Jefe Supremo entiende y apoya la actitud de esa estudiante, que a tan solo 14 días de su gobierno, le da la oportunidad de poner en práctica uno de los pasos más trascendentes para la transformación social de la Nación. Y es con el nombre de Aurelia Palmieri, que se expedirán los primeros decretos a favor de la mujer ecuatoriana, autorizándola a entrar a la Universidad y cambiando desde ese modo el rumbo de nuestra historia.
General Eloy Alfaro Delgado líder del liberalismo ecuatoriano y gran transformador de la condición de la mujer en el país.
Antiguo edificio de la Universidad de Guayaquil, donde Aurelia Palmieri marcó un paso importante para la historia del feminismo ecuatoriano. Su ingreso al Alma Mater significó el comienzo de grandes cambios. En la planta baja de la Vieja Casona existe una placa recordatoria en homenaje a la ilustre precursora. 11
En el Registro Oficial del 10 de julio del aĂąo 1895, se publica el texto Ăntegro del primer Decreto expedido por el Gobierno Liberal del general Eloy Alfaro, a favor de la mujer ecuatoriana. En el texto consta el nombre de Aurelia Palmieri. 12
El 18 de julio de 1895, en el Registro Oficial No. 5 del AĂąo 1,se publica un Oficio enviado por el Ministro del ramo al Dr. Alejo Lascano Bahamonde, Rector de la Universidad de Guayaquil, exigiĂŠndole el cumplimiento de las disposiciones del general Alfaro, a favor de la Srta. Aurelia Palmieri. 13
Una lucha inconclusa El general Alfaro no solamente apoyó el ingreso de Aurelia Palmieri a la Universidad de Guayaquil, sino que, interesado sinceramente en su carrera, al conocer que después del Incendio Grande (1896) la entonces viuda de Palmieri y su hija Aurelia atravesaban dificultades económicas, ordenó al Ministro de Hacienda que a través de la Gobernación del Guayas, entregara una pensión de 50 sucres mensuales a la Srta. Palmieri, como contribución para la continuación de sus estudios de Medicina. (Reg. Of. 894- julio 14 de 1899)
chos años. Lamentablemente, insuperables situaciones personales que escaparon de su control, le impidieron coronar con gloria sus esfuerzos de pionera, dejando pendiente el doctorado, que 21 años más tarde conquistaría la lojana Matilde Hidalgo de Procel, convirtiéndose en la primera médica del Ecuador.
Fiel a sus nobles ideales, el 23 de octubre del año 1900, Aurelia Palmieri rinde pruebas de grado previas a la obtención de su licenciatura en Medicina, obteniendo las más altas calificaciones y recibiendo la investidura que por primera vez en la historia de la educación superior ecuatoriana se le imponía a una mujer.
El resto de su vida fue una saga de tragedias que acabaron por convertir sus sueños y sus años de lucha en un puñado de nostálgicos recuerdos. Ejerció la medicina solamente en el medio familiar y en un consultorio para campesinos pobres, instalado en la residencia de la familia Lavayen ( Casa verde). Retirada de toda actividad, en los últimos años de su vida dedicó mucho tiempo a la lectura, sobre todo revistas de temas médicos y avances de la mujer. Falleció en Guayaquil, el 16 de agosto de 1937.
Le faltaba únicamente sustentar la tesis oral para acceder al doctorado, con el que pondría punto final a una página de oro escrita con inteligencia y valor a lo largo de mu14
En septiembre 7 de 1901, Aurelia contrajo matrimonio con el capitán de marina mercante Manuel Ignacio Guerra Guerra, con quien procreó cinco hijos, de los cuales sobrevivieron únicamente dos mujeres.
Aurelia Palmieri, su esposo y sus hijas MĂŠlida y Danae. 15
SIGLO XX
Elena Valle Schennone Primera mĂŠdica cirujana de Guayaquil
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Cuando la ley de educación media posibilitó el ingreso de las mujeres al estudio de la secundaria solo existíain los Normales para capacitación de las maestras, por lo que las aspirantes a estudios universitarios debían someterse a otros procesos o ingresar al colegio nacional masculino, Vicente Rocafuerte. Tal fue el caso de Elena Valle Schenonne, guayaquileña (1904), hija de César Valle Cruz descendiente de emigrante genovés y de Josefina Schenonne, italiana de nacimiento. Al terminar sus estudios básicos en el colegio de la Srta. Izquierdo, Elena Valle obtuvo el título de Preceptora de primera clase y luego de prepararse para rendir pruebas de aptitud, ingresó a la Facultad de Medicina de la Universidad de Guayaquil, donde siguió la carrera que culminó en 1926, graduándose de doctora en Medicina y Cirugía, en unión de Ma. Luisa Muller, su única compañera de estudios, con quien compartió el triunfo en la las aulas universitarias y el reconocimiento como pionera de la Medicina en Guayaquil y el Litoral ecuatoriano.
Durante sus años de formación académica, Elena Valle hizo prácticas reglamentarias en el Hospital General Luis Vernaza, más adelante fue médica del Seguro Social, al tiempo que desempeñaba la cátedra en el Colegio Nacional de Señoritas Guayaquil, cuyo ejercicio mantuvo hasta el momento de su jubilación. Miembro del Colegio de Médicos del Guayas y de la Unión de Mujeres Americanas (UMA); mujer de profunda sensibilidad social, dedicó sus conocimientos y atención especial al elemento femenino de las clases marginadas, por lo que durante los años de ejercicio profesional recibió innumerables reconocmientos y muestras de gratitud de parte de asociaciones barriales y clasistas, a la par que merecidos homenajes y diplomas de altos círculos profesionales. Estuvo casada con el Dr. Liborio Panchana Sotomayor, siendo su hijo el Dr.Guido Panchana Valle. Falleció el 29 de marzo de 1977 en Guayaquil.
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Crisalia Lamboglia Gómez (1903-1969)
Una pionera de la Industria Gráfica en Guayaquil
Luigi Lamboglia di Giovanni, nacido en 1841 en Santa Domenica Talao, provincia de Cosenza, Calabria, andaba por la medianía de la vida cuando decidió emigrar a América, junto con otros miembros de su familia y coterráneos. Hacia 1883 arribó a Guayaquil y tratando de ubicarse en el agro, del que era originario, recorrió zonas de la provincia del Guayas, radicándose en Balzar, donde trabajó arduamente y al cabo del tiempo adquirió una pequeña propiedad agrícola. Contrajo matrimonio con Ana Teresa Gómez Martillo, educadora rural, emparentada por línea materna con la familia de la que un siglo más tarde sería nuestra Santa Narcisa de Jesús Martillo Morán. El matrimonio Lamboglia Gómez tuvo solo dos hijas: Crisalia y María Luisa, esta última desposada con el Cap. de Navío Rafael Castro, padres de 8 hijos. Mientras Crisalia, la mayor, casó con Maximiliano Chonillo, en cuya unión procreó 10 hijos, de los cuales su primogénito, Moisés comenzó a trabajar desde muy joven en el oficio de imprentero.
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Al enviudar de su esposo y tener que hacer frente a las urgencias familiares, que eran muchas, Crisalia instó al joven Moisés, quien laboraba en la imprenta Reed & Reed, y había sido favorecido con la lotería, a invertir en su propio negocio, comprometiéndose a ayudarlo en la organización y manejo del mismo.
En 1935 madre e hijo abrieron la primera “Imprenta Chonillo”; mas, al poco tiempo Moisés fallece y es ella quien asume el reto de conducir el negocio, ayudada entonces por su hijo Luis. Mujer tenaz, de naturaleza activa y anhelos de superación, pronto penetró en los secretos de un quehacer hasta entonces
Cédula original de Crisalia Lamboglia vda. de Chonillo cuando tenía 56 años de edad. Como datos referenciales constan: instrucción secundaria y profesión: Industrial 20
liderado solo por varones y dentro del cual las mujeres estaban relegadas a tareas artesanales como compaginación, encuadernado y empastado manual, sin participar de aspectos administrativos ni comerciales, que ella comenzó a dominar con singular inteligencia. Exigente y perfeccionista, imprimió su sello en la calidad de los acabados y la seriedad en el cumplimiento de las obras contratadas, labrando el sólido prestigio del negocio que dejó como herencia a sus descendientes. Creativa e innovadora, se abrió espacio en el área bancaria, ofreciendo los cheques con seguridades, consistentes en un cliché visible en la parte inferior de cada documento, lo que le granjeó el respeto y gratitud de los banqueros de aquel tiempo.
Imprenta Chonillo continuó al mando de sus hijos Luis y Rodolfo Chonillo Lamboglia. Posteriormente, Luis, casado con su prima hermana Elba Castro Lamboglia, creó su propia imprenta “Gráficas Chonillo” . Actualmente la dinastía familiar de gráficos que Crisalia Lamboglia inició en 1935 se extiende a la tercera generación con su nieto, el Ing. Luis Chonillo Castro, fundador y gerente general de POLIGRAFICA, una de las imprentas más reconocidas del país y de América Latina, de la cual ya forman parte cuatro bisnietos. Al morir su hijo Luis Chonillo Lamboglia, Gráficas Chonillo, fue heredada y es conducida por María Eugenia Lamboglia Castro, otra nieta de la pionera cuyo nombre quedó inscrito con honores en la historia de la industria gráfica de Guayaquil.
Su nombre consta entre los miembros fundadores de la Sociedad Industrial de Gráficos Ecuatorianos y en la membresía de Cámara de Industrias de Guayaquil. En 1969 viajó a la ciudad de Bogotá para tratarse una dolencia de la vista sobreviniéndole el infarto que ocasionó su deceso en esa urbe (Feb. 17 de 1969). 21
Clara Bruno Cavanna
Ubicados en el barrio del Astillero, donde residía la mayor parte de inmigrantes italianos y de otras procedencias, que en la segunda mitad del siglo XIX habían encontrado generosa acogida en Guayaquil, era fácil dar con las personas cuyos nombres se fueron haciendo familiares en el medio.
Lleva a Italia en su sangre y a Ecuador en su cerebro y en su corazón
Los hermanos Carlos, Césare, Amadeo y Arturo Bruno, naturales de Génova, habían venido a Ecuador, invitados por su pariente Domenico Sampietro, pionero de la explotación maderera en la provincia de Esmeraldas, donde fundó la primera empresa maderera del país, llamada “La precursora”, cuyas labores demandaban mucha dedicación y esfuerzo.
Primera Contadora Pública graduada en Guayaquil Pionera del campo industrial Empresaria y ejecutiva Promotora de grandes causas sociales Decana del Cuerpo Consular Escritora y benefactora
El mayor de los Bruno era Carlo, que a principios del siglo XX contrajo matrimonio con la también genovesa Adele Cavanna los hijos José, Domingo, Angel y Clara, quien aprendió a hablar el dialecto genovés a la par que el español, por ser esa la lengua que la familia usaba para comunicares en el ámbito doméstico y con la mayoría de los miembros de la colonia italiana, para entonces la más numerosa e importante de la ciudad.
Mujer símbolo de trabajo Creador y positivo
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Cuando las puertas del conocimiento y la oportunidades laborales de ciertas ramas tecnicas estaban todavía cerradas para la mujer, la alegre Clara, que poseía una hermosa voz de soprano, brillaba como aprovechada estudiante del colegio religioso La Inmaculada, donde recibía la enseñanza primaria, demostrando inteligencia singular, mucho entusiasmo por el estudio y un carácter sumamente decidido, iba a dar un paso muy importante para el futuro de la mujer guayaquileña y ecuatoriana en general, al optar por el bachillerato en la novedosa especialidad de Contabilidad, que luego del tiempo de capacitación reglamentaria le significó la obtención del título de Contadora Pública (1932), siendo el primer diploma expedido por dicho plantel y el primero también adjudicado a una mujer en la ciudad de G.uayaquil para dicha especialidad. Pero si ese título representó un avance trascendente, más lo fue el hecho de que la joven Bruno Cavanna decidiera dejar atrás los prejuicios de la época para incorporarse al trabajo de la empresa maderera, ejerciendo las funciones de contadora en “El Pailón”, junto a su padre. Esa experiencia laboral la obligó al aprendizaje de un negocio manejado por hombres y le exigió saber distinguir las distintas clases de maderas, medidas y 24
Hermanos Bruno Cavanna
precios. Aprendió a negociar con los proveedores y compradores y a manejar a los rudos obreros. El sueldo que percibía era apenas de 5 sucres mensuales, sin embargo la verdadera ganancia estaba en el desarrollo de su capacidad ejecutiva y en la seguridad que iba adquiriendo cada día.
En 1936 viajó con la familia a Génova donde conoció al capitán Francisco Piana Ratto, joven y apuesto oficial de la Real Armada Italiana, quien dejaría la carrera para venir a casarse con ella y formar parte de la empresa familiar, administrando la planta de Limones en Esmeraldas, donde sortearon toda clase de dificultades, consolidando su amor con la procreación de sus hijos Luis, Carlos, Juan y posteriormente, su hija Ana María. Superados los castigos impuestos por la Lista Negra durante el período de la II Guerra Mundial, viajaron a Italia y el año 1951, de retorno al Ecuador, los esposos Piana-Bruno emprenden su propia ruta empresarial adquiriendo acciones de una fábrica de aceites y grasas vegetales que luego transforman en “Oleica S.A.”. Por decisión conjunta y temperamento, ella asumió el mando, debiéndose a su iniciativa la fundación de CEDOSA, primera fábrica ecuatoriana para extracción de aceites por solventes de semillas oleaginosas de producción nacional, aporte reconocido con la condecoración “Al Mérito Industrial”. En 1960 fundaron “Vendedores Asociados” y 5 empresas autónomas “La Perla” en
distintas provincias y sacaron al mercado nuevos productos como la margarina Klar. A partir de 1976 diversificó las inversiones fundando fábricas para alimentos balanceados, aceites de pescado, tratamiento y aprovechamiento del maíz, en Guayas y El Oro, desempeñando la presidencia de los directorios en cada una de ellas.
Clara Bruno en sus años de estudiante del colegio La Inmaculada donde ontuvo el título de Contadora. 25
En 1975 el gobierno de Italia la nombró Cónsul honoraria en Guayaquil, oportunidad que aprovechó para desarrollar una extraordinaria labor en pro de la unión de los italianos y sus descendientes, así como por la difusión de la cultura italiana y el impulso a las relaciones comerciales bilaterales.
Joven y decidida pionera
En reconocimiento a su extraordinaria labor en bien de ambos países, recibió la condecoración “Orden al Mérito” de la República de Italia, país que en ocasiones posteriores le otorgaría las órdenes de Caballero, Comendador y Gran Oficial. Por su parte, el gobierno ecuatoriano le impuso la Orden Nacional al Mérito Industrial en el grado de Oficial, agradeciéndole los servicios prestados a la patria y la Orden Nacional en grado de Comendador. En 1978 fue elegida, por unanimidad, Decana del Cuerpo Consular de Guayaquil, distinción por primera vez otorgada a una mujer. Ese mismo año fue premiada como “La Mujer del Año” en el campo industrial por sus aportes al desarrollo del sector. 26
Segura de sí misma y del logro de sus metas
2011. Retirada de la actividad pública, a los 97 años, es un personaje inspirador.
En la foto familiar aparecen los esposos Piana- Bruno rodeados por sus cuatro hijos y sus nueras. 27
Clara Bruno de Piana, en primer plano y al fondo el gran complejo industrial que su esp铆ritu de pionera la llev贸 a fundar y desde el cual procur贸 fuentes de trabajo, apoyo al campesinado y progreso industrial al Ecuador. 28
Paralemente a su tarea de empresaria y ejecutiva, marca una huella profunda en obras de contenido social a través de instituciones por ella fundadas, como MUNERA, dedicada a la educación de jóvenes de sectores marginales y otras entidades de acción social a las que ha aportado su entusiasmo y dinamismo, como SERLI, y el Club de Leones, cuyo Comité Femenino presidió en cinco períodos consecutivos, debiéndose a sus iniciativas la exitosa realización del concurso Reina de Guayaquil, cuyos fondos financiaron -por algunos años- los consultorios médicos gratuitos, escuelas y otras obras sociales de enorme beneficio. Fue presidenta fundadora de la Asociación de Damas del Cuerpo Consular y la Sociedad de Asistencia Italiana Garibaldi, la cuenta entre sus miembros más distinguidos, habiendo sido la primera y única mujer que hasta el presente ha presidido el Directorio institucional. De manos del Mons. Vincenzo Farano, Nuncio Apostólico de la Santa Sede, recibió la condecoración “Eclesia et Pontifice” que le fuera concedida por el Santo Padre Juan Paulo II, a quien atendió como anfitriona en su visita a nuestra ciudad.
En el ocaso de su vida, ha escrito dos libros de carácter autobiográfico. El uno se titula “Plumazos de una vida” (2 ediciones), donde recoge sus experiencias de los años juveniles, los comienzos de su familia, su matrimonio, la formación de su hogar y el ejemplo de pionera entregada al trabajo digno y honrado. El otro libro de su autoría se llama “Raíces de dos familias” donde compila la historia de las familias Bruno y Cavanna, respectivamente. Su biografía consta en el libro “Mujeres de Guayaquil, siglos XVI al XX” (Jenny Estrada 1984); en “Mujeres ecuatorianas del Siglo XX” (fascículos publicados por la Revista Hogar) y en la selección “Mujeres de 2 siglos”, editado el año 2002. En 2008 recibió “La rosa de plata”, máxima distinción a la trayectoria femenina, otorgada por la Revista Hogar de Guayaquil. En una de sus obras expresa: “En el camino han quedado prendidos en mi pelo hilos de plata que hablan de una incomparable riqueza que es la convicción de haber obrado con dignidad, de haber sabido luchar con honor y vencer con valentía”. 29
Libia Frugone Frías
Lider feminista Precursora de ACORVOL Promotora de acción social Conferenciante Empresaria 30
La presencia de los Frugone en Guayaquil data del año 1877 cuando el inmigrante Pio Gerolamo Frugone Di Bernardo, oriundo de Santa Margherita Ligure, casado con María Bavestrello, arribó a Guayaquil, donde fundó una casa de comercio dedicada a importación de vinos y abarrotes, alcanzando solvente posición. Para ayudarlo en el trabajo de la firma Frugone & Cía, en 1892 viajó su hijo Francesco Frugone Bavestrello, quien llegaría a ser también un próspero comerciante y desta-
cado empresario, miembro de la Sociedad Italiana Garibald y de otras importantes entidades sociales y empresariales. De su enlace con la guayaquileña Natividad Frías procede Libia Frugone Frías, quinta de siete hermanos, quien contrajo matrimonio con el también inmigrante italiano Francisco Vitola (+), en cuya unión procreó a sus hijos Carmen y Rafael. Poseedora de un innato sentido de la organización social, participa activamente en los directorios de entidades de servicio comunitario. Es socia fundadora de la Sociedad Ecuatoriana de Rehabilitación de Lisiados (SERLI) y presidenta fundadora del comité de damas voluntarias del mismo. Socia activa de la Legión Femenina de Educación Popular, en 1963 funda la escuela “Rosa del Guayas”, dedicada a la educación de adultos, siendo su presidenta vitalicia. Estrechamente vinculada a la vida de la Sociedad Italiana Garibaldi, desde el año 1952, realiza fecunda labor como miembro fundador del Comité Femenino de la entidad, siendo su primera secretaria, Posteriomente desempeña diferentes dignidades, hasta la presidencia del Comité (1973). Participó
activamente en la construcción del Circolo Ricreativo. Y en 1966 participó en la fundación del Centro Cultural EcuatorianoItaliano, del cual fue también su presidenta. Sus dotes para el liderazgo femenino se pusieron de manifiesto en el trabajo realizado a favor de la mujer. En 1973, invitada a Washington por la Liga de Mujeres Votantes, asiste al seminario de Coordinación de Recursos para la Acción Comunal, siendo delegada para ofrecer el discurso de clausura. A su retorno de Washington, colabora en la fundación de ACORVOL, como coordinadora del primer Comité organizador que asumiría la tarea de diseñar los esquemas y nuevos procedimientos para cambiar la historia del voluntariado ecuatoriano. Invitada por organismos de gestión social a favor de la mujer y de la promoción humana, viaja a República Domincana, México, Colombia, Panamá, Argentina. En 1980, organiza en Salinas el seminario internacional de Animadoras de Centros de Promoción y funda el centro de educación de la entidad. En 1983 crea en Guayaquil el primer equipo de asesoramiento para la Promoción Humana, siendo su directora. 31
En 1984 participa en México como panelista de evaluación en el seminario sobre la Condición de la Mujer y su proyección al futuro. Al año siguiente, es nombrada primer vocal del directorio de Clamuc, Consejo Latinamericano de Mujeres Católicas. En el transcurso de la década despliega una intensa labor como motivadora de círculos del voluntariado. Dicta conferencias y organiza seminarios en colegios y centros de acción comunal. Siempre presente en los acontecimientos
1993. Libia Frugone de Vítola (segunda desde la izquierda), vocal principal del directorio de la Sociedad Italiana Garibaldi. 32
de carácter cívico, también se da tiempo para el ejercicio de la tarea empresarial, gerenciando la empresa familiar de productos alimenticios “Presto”, cargo que desempeñó hasta la extinción de la firma. Participa en la fundación del Liceo Italiano del cual fue administradora ejecutiva. Una dolencia física le impone retiro obligatorio. El año 2010, la Junta Cívica de Guayaquil, reconociendo su destacada trayectoria le otorga presea y diploma “Al Mérito Cívico”.
Resfa Parducci Zevallos Arqueóloga e investigadora de nuestras antiguas culturas
Primera arqueóloga guayaquileña y del Litoral ecuatoriano Descubridora de la Fase Guayaquil Estudió los instrumentos musicales prehispánicos interpretando y grabando sus sonidos 33
En la nómina de los emigrantes italianos más antiguos llegados a esta ciudad figuran Rafaele Parducci Barsotti oriundo de la provincia de Lucca y Ma. Bianca Craviotti natural de Varasse, casados en Estados Unidos y asentados definitivamente en Guayaquil (1862) donde emprendieron su nueva vida y dieron origen a numerosa descendencia entre quienes destacan prominentes ciudadanos y una mujer símbolo de amor y dedicación al estudio de la arqueología, ciencia a la que dedicó toda su vida. Resfa Parducci Zevallos (1915) hija de Nicolás Parducci Craviotti y Sara Zevallos Zambrano, cursó el bachillerato simultáneamente a la carrera musical y desde el año 1963, inducida por su padre y su hermano Ibrahim, quedó deslumbrada por las evidencias de antiguas culturas encontradas en las frecuentes expediciones que realizaban, apasionándose por la arqueología a cuyo estudio teórico e investigaciones de campo entregó largas horas hasta volverse una autodidacta respetada en la materia. Luego fue asistente del gran investigador Carlos Zevallos Menéndez junto a quien realizó prácticas de gabinete, restauración de piezas arqueológicas, fotografía, clasifi34
cación y ficheros, inventario de piezas de cerámica, lítica y otros, así como el montaje de las primeras exposiciones de cerámica y metales para el público. Fue la primera mujer que compartió tareas de excavación en la Península de Santa Elena, donde participó en el descubrimiento de un cementerio Chorrera en el sitio “Los cerritos (1964) y formando parte de un equipo de trabajo binacional con arqueólogos canadienses realizó el estudio de sitios precerámicos cerca de Salinas y de la población de Santa Elena. Más adelante excavó en el sector de la Sabana Grande de San Pedro, antigua hacienda Atarazana, aprovechando un espacio no alterado al construirse la ciudadela del mismo nombre, cuyas muestras enviadas a los Estados Unidos para comprobación del Carbono14, dieron la datación de 340 años, validando la importancia del hallazgo que permitió conocer una nueva fase del desarrollo regional, por lo que decidió denominarlo como “Fase Guayaquil” para darlo a conocer al mundo científico mientras proseguía estudiándolo con su hermano Ibrahim. Igual tarea realizó con el arqueólogo danés Olaf Holm en el sitio Estero Covina.
Aprovechando sus conocimientos musicales emprendió la investigación de los instrumentos de viento del Litoral prehistórico ecuatoriano presentando un importante trabajo junto a las espectaculares grabaciones musicales logradas con la interpretación de dichos instrumentos.
Dos de los trabajos publicados por Resfa Parducci.
Sus investigaciones sobre elementos característicos de las culturas formativas del Litoral ecuatoriano, sellos zoomorfos y triangulares de la provincia de Manabí y decenas de trabajos de su autoría, más otros realizados en coautoría, superan los 40 títulos, todos ellos de enorme importancia para descifrar las evidencias de nuestro remoto pasado y aprender a valorar nuestros orígenes. Escribió y publicó artículos científicos en revistas especializadas de España, Estados Unidos, Canadá, Colombia y otros países. Fue Curadora y posteriormente Directora del Museo de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, cuyos fondos siguió estudiando y enriqueciendo con sus conocimientos y con la donación de piezas encontradas en sus excavaciones. En el ejercicio del cargo multiplicó esfuerzos para la conservación, estudio y difusión de los elementos a su
custodia, permaneciendo frente a la institución hasta que el estado de su esalud lo permitió. Fue miembro de importantes instituciones científicas y culturales del exterior y del país. Falleció el año 2008 en su ciudad natal. 35
Zoila Luisa Campod贸nico Mu帽oz Pedagoga
Periodista
Promotora cultural
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La extensa familia del comerciante veneciano Angelo Campodónico Accorsi (viudo con 11 hijos), salió de Génova hacia América el año 1870, estableciéndose en Buenos Aires, Argentina. De este grupo familiar, su hijo Michele Campodónico D’ Montferrato, fue el primer emigrante de aquel apellido llegado a Guayaquil (1875), alcanzando exitoso desenvolvimiento en el comercio local. Luego vendrían sus sobrinos Cesare y Michele Campodónico Acrozzi (1875), que se establecieron en Guayaquil y Manta, respectivamente. El último miembro de la familia en llegar fue Michele Campodónico Arppe (1899), también dedicado al comercio, quien el año 1903 contrajo matrimonio con la joven cuencana Lucrecia Muños González, procreando tres hijos y una hija: su primogénita Zoila Luisa, quien al crecer se sentiría atraida por el magisterio, como la actividad que vocacionalmente deseaba desempeñar. Graduada de profesora normalista en el Normal Manuela Cañizares de la ciudad capital, recibió la formación profesional de parte de los miembros de la II Misión Alemana encargada de introducir nuevos conceptos pedagógicos y colaborar con la capacitación de los maestros ecuatorianos.
Después de ejercer el cargo en varias escuelas fiscales, recibió el nombramiento de directora de la escuela fiscal “Manuel Gómez”, donde puso en práctica todos los conocimientos a los que añadió como característica personal la alegría, el dinamismo y entusiasmo propios de su carácter. Al mismo tiempo empezó a enriquecer su desarrollo intelectual participando en asociaciones culturales y literarias y fortaleciendo su conciencia sobre la superación de la mujer. Miembro fundador de la Legión Femenina de Educación Popular, colaboró estrechamente con su mentalizadora, la poeta y líder feminista Rosa Borja de Icaza, en la creación de las primeras bibliotecas populares y el programa de enseñanza de lecto-escritura para los voceadores de periódicos. Como delegada de esta agrupación, en 1938 participó en un encuentro con mujeres chilenas en la ciudad de Santiago, ofreciendo conferencias en varios centros obreros liderados por la Legión Femenina de Chile. En 1937 formó parte del primer grupo integrado para formar el Comité de Damas de la Cruz Roja local. Su espíritu cívico se puso de manifiesto durante la guerra de 1941 con el Perú, cuando se ofreció como 37
voluntaria para llevar las estadísticas de los refugiados que huían de la provincia de El Oro, a fin de brindarles ayuda y ubicarlos en puestos de trabajo.
Izq. en su juventud, cuando estudiaba para ser maestra. En Santiago de Chile con su esposo el Dr. Rafael Caputi Macías.
Zoila Luisa en la ancianidad, rodeada por sus hijos e hijas a quienes procuró formación en valores e Inculcó amor al arte y la cultura. 38
En unión de prestantes intelectuales y poetas, el año 1955 fundó el grupo cultural OASIS y durante un extenso período colaboró con el Comité de Damas del Colegio de Abogados de Guayaquil, trabajando intensamente a favor de las reclusasde la penitenciaría, mientras su labor pedagógica destacaba en el rectorado del colegio particular Presidente Eisinhower, la dirección de la escuela fiscal Presidente Estrada. Posteriormente fundó y dirigió la escuela fiscal Bethsabé Castillo. de Castillo, que gracias a su dinamismo pudo contar con edificio propio y equipamiento. Su nombre se inscribe también en el periodismo guayaquileño, ya que durante algunos años figuró como colaborada eventual de diario El Telégrafo, para el cual escribió relatos de sus numerosos viajes por América y Europa, semblanzas de artistas y personajes de la literatura nacional y amenos artículos de temas varios. En reconocimiento a su fructífera labor
pedagógica mereció algunos reconocimientos, entre ellos, el diploma de Honor al Mérito, por parte del Ministerio de Educación; placa de agradecimiento del comité de padres de familia del colegio Bethsabé Castillo, y la Rosa Especial, galardón único, en premio a su entusiasta y acertada labor cultural al cumplirse los 20 años de vida del grupo Oasis. Casada con el respetado jurisconsulto Dr. Rafael Caputi Macías, Zoila Luisa Campodónico tuvo siete hijos en quienes realizó
sus anhelos de mujer madre, trasmitiéndoles valores cívicos y morales, amor a la cultura y apoyándolos en el desarrollo de su potencial intelectivo. Entre sus descendientes figuran artistas de prestigio internacional como la gran declamadora Anunziatta Caputti Campodónico, a quien dedicaremos las páginas siguientes, empresarios de la industria y el comercio local, productores culturales, pintoras, danzarinas y maestras. Viuda del Dr. Rafael Caputi, falleció el año 1986.
Su hija Luisa Caputi Campodónico de Cuesta preside el directorio de la Sociedad Femenina de Cultura entidad que regenta el Teatro Centro de Arte en Guayaquil.
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Anunziatta Caputti Campodonico
Los años 30s-40s del siglo XX tuvieron especial significación para el desarrollo de las letras y las artes en Guayaquil, cuyo panorama cultural se enriqueció con la presencia de grandes valores de la literatura, la música y la pintura.
Una voz privilegiada para el verso
Entre los talentos que brillaron en aquel período, surgió una precoz declamadora, arte entonces cultivado con esmero, llamada Stella Anunziatta Caputi Campodónico, nieta de inmigrantes italianos por línea paterna y materna, quien, desde la edad de 6 años hizo vibrar a los públicos más disímiles con su voz y sentida expresión escénica del verso.
Declamadora de fama Internacional, su nombre estuvo ligado intimamente a la literatura ecuatoriana y universal a lo largo de varias décadas.
En categoría de “niña prodigio” fue elogiada por insignes intelectuales del medio como Rosa Borja de Icaza, al igual que figuras internacionales de la talla de Gabriela Mistral, quien en su visita a Guayaquil, despúes de escucharla declamar escribió en su libro de autógrafos: “Ud. es una niña privilegiada a la que hay que guardar como un tesoro. Es la intérprete del mañana para los poetas de nuestra América. Los poetas velaremos sobre usted con cariño constante. Los del Ecuador y los de Chile también”.
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Con todos estos antecedentes, cuando cumplió 9 años, el ministro de Educación de entonces (1938) Dr. Teodoro Alvarado Olea, le otorgó una beca para estudiar declamación en Chile, a donde viajó en unión de su entusiasta familia, cursando 2 años de estudios en el Conservatorio Católico de Música y Declamación de Santiago, sentando precedente al obtener los títulos que la capacitaban para enseñar el arte de la recitación, a los 11 años de edad. Su retorno al Ecuador marcó el inicio de una brillante carrera dentro y fuera del país. En Lima ofreció un recital junto al sacerdote mexicano José Mojica y al afamado poeta peruano Carlos Alberto Fonseca. El teatro Colón de Bogotá le abrió las puertas para exitosas presentaciones. En 1954, cuando cumplía 25 años de edad, ganó un concurso literario premiado con beca por el gobierno español y en el mejor momento de su madurez emocional y artística, viajó a Madrid donde le esperaban nuevos triunfos. Notables intelectuales de la época como Concha Ospina, Gerardo Diego, José Ma. Pemán, Eduardo Alonso,José Ma- Tavera, entre otros, le testimoniaron rendida admiración en crónicas de prensa y elogiosos comentarios. 42
Luego viajó a Nueva York, Estados Unidos, donde ofreció lucidos recitales en la sede de la Asociación Panamericana de Mujeres, recibiendo condecoraciónes de la Sociedad Iberoamericana y de la Unión de Mujeres Americanas (UMA). En esa ocasión, la gran Gabriela Mistral, abandonando su celoso retiro, estuvo todo el tiempo a su lado, reiterándole al aprecio brindado cuando era solo una promesa. De vuelta a su ciudal natal siguió cultivando el arte de la declamación al que añadió sus dotes de maestra de arte dramático, fundando y dirigiendo grupos estudiantiles con los que montó algunas obras teatrales. Más adelante perfeccionó sus conocimienos de idioma inglés, obteniendo el título de profesora graduada en la Universidad Católica de Guayaquil, y ejerciendo el magisterio en esta especialidad en varios planteles. El prematuro fallecimiento de su amado padre marcó un alto definitivo a su labor artística, y dejando de lado importantes propuestas optó por el retiro. Las últimas décadas de su vida fueron para su familia una fuente de permanente inspiración intelectual y afectiva. Falleció en 1998.
1. La ni単a prodigio 2. Con Gabriela Mistral 3.Con Bertha Singerman 4. Junto a Rosa Borja 5. La artista en Madrid 6.- En Europa con su madre 7. Visita al Santo Padre 43
Testimonios de su fulgurante carrera. Gráfica sup. Compartiendo con Concha Ospina en Madrid. Superior der. Ecos del Teatro Colón de Bogotá. Inferior der. con el embajador Dr. José Vicente Trujillo, luego del recital realizado en la ciudad de New York.
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El elogio de José María Pemán para Anunziatta Caputi (Transcripción) “Creo que casi puede decirse que hay una escuela de recitación que podríamos llamar americana. El repertorio de los recitadores españoles suele ser ceñidamente folclórico y pintoresco. La voz americana- bajo el misterio de Berta Singerman- gusta de transmitir a las más la poesía universal, sin miedo a los tonos más líricos y sin reparo a las fórmulas más enfáticas de la gran recitación. Anunziatta Caputi es un nombre fundamental en esa gran escuela de recitadoras. Tiene en su voz la frescura matinal de su pueblo. Dice como si anunciara, como si se asombrara de cada palabra. Sus gestos tienen un ancho ritmo cósmico. Gesticula como los árboles: con una naturalidad sabia... La gran artista ecuatoriana hará un gran bien a la poesía, y a la civilización que necesita para no caer en crisis, de ese elemento equilibrador sobre las masas que es el verso”...
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María Luisa Zerega Péndola Prima donna de la opera nacional
Procedentes de Rapallo, Génova, el año 1910 arribaron a Guayaquil los esposos Fortunato Zerega Queirolo y María Luisa Péndola. El inmigrante instaló un negocio de compra y venta de artículos varios ( nuevos y usados), al que llamó “La Genovesa”, situado en las calles Ballén y Noguchi y en unión de otros dos paisanos fundó la firma F. Zerega y Co. La tercera de los cuatro hijos guayaquileños que tuvo el matrimonio Zerega Péndola, María Luisa, nació dotada de una privilegiada voz que al crecer la ubicó como primera soprano lírico-dramática del elenco de la ópera nacional, fundado por el célebre músico italiano Angelo Negri Fraccia en Guayaquil. Sentado, don Fortunato Zerega Queirolo. A su izquierda José; a la derecha Fortunato y al frente María Luisa; Yolanda en brazos de una empleada y la señora de Zerega, de pie a la derecha.
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La joven Zerega había cursado estudios primarios y parte de la secundaria en Italia. De vuelta al Ecuador, a los 17 años, bajo la dirección del maestro Negri, comenzó su preparación musical debutando en el rol estelar de Cavalleria Rusticana (1939) con resonante éxito. Su voz purísima y de ricos matices destacó posteriormente en la segunda producción de “Traviata” (1940) ocupando el espacio de una auténtica estrella del bell canto con reconocimiento de la crítica local. Posteriormente asumió primeros roles en Las educandas de Sorrento, Sor Angélica, entre otras óperas, siendo el papel principal de Madame Butterfly, el que le prodigó los mayores triunfos Su padre, entusiasta mecenas de la ópera apoyó la infatigable labor de Negri, autorizando a Ma. Luisa a ofrecer los salones de la residencia familiar para ensayos y financiando parte del vestuario, escenografías y más detalles de cada obra estrenada durante la década llamada “época de oro” de la lírica en esta ciudad, que a la muerte de su forjador (1947) truncó las aspiraciones de muchos valores nacionales. Casada con el músico español José Barniol,
María Luisa Zerega caracterizada para el rol de Madame Butterfly. A su lado el músico italiano Angelo Negri, fundador de la primera escuela de opera en el país.
concertino y por muchos director de la Orquesta Sinfónica de Guayaquil, María Luisa Zerega se retiró del arte para dedicarse a la atención de su hogar y sus cuatro hijos. Falleció en Guayaquil el año 1988. 47
Yela Loffredo Rodríguez
Escultora Diseñadora de joyas Arqueóloga Promotora cultural y lider comunitaria
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De Montecassino, provincia de Napoli arribaron el año 1880 a Guayaquil un par de jóvenes hermanos miembros de la familia Loffredo Calabresse, deseando probar suerte en América. Al igual que tantos otros inmigrantes, escogieron este puerto como el lugar de su definitiva residencia. Gaetano, el mayor, se dedicó al comercio, mientras Salvatore, soñador y poco amigo de los negocios, prefirió buscar otra ubicación. Miembro de la logia masónica Luz de América.
Notable parecido de Yela Loffredo con su padre. Foto tomada del libro “Yela”. Publicación Revista Hogar.
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Buen intérprete de varios instrumentos musicales y sumamente sociable, fue requerido para animar reuniones sociales, siendo en una de ellas donde conoció a la bella guayaquileña Julia Rodríguez Coello, con quien se desposó y formó familia de 11 hijos. Aunque murió prematuramente sin alcanzar la ansiada prosperidad, sembró en cada uno de sus hijos mucho amor, unión familiar y sensibilidad por el arte, lo que en algunos trances les facilitaría la subsistencia. La menor de sus 3 hijas, a la que bautizaron con el nombre de Angela y luego llamaron YELA, demostró especial inclinación para el
dibujo y la pintura desde la infancia y alentada por sus hermanos comenzó a ayudarlos en la fabricación de máscaras de años viejos que vendían a los vecinos y amigos. Pero su primer contacto serio con el arte data de la época colegial cuando su madre las matriculó a ella y a su hermana Blanca en el Conservatorio Antonio Neumane, gracias a lo cual se integró a la coral del maestro Angelo Negri y pudo tomar parte en las óperas estrenadas aquel tiempo. Luego fue alumna de la academia de ballet del maestro francés Raymond Maugé. Graduada de bachiller en el Colegio Nacional de Señoritas Guayaquil, contrajo matrimonio con el también inmigrante judeo-alemán Paul Klein, quien supo valorar su talento y la impulsó a inscribirse en el Colegio Municipal de Bellas Artes a fin de canalizar sus magníficas aptitudes para las artes plásticas en general y para la escultura en particular (1960). Siendo madre de familia, Yela siguió el proceso de aprendizaje regular asimilando lo mejor de sus maestros, entre quienes anota al escultor Alfredo Palacio, los pintores Theo Constante y César Andrade Faini, el Arq. Alfredo Rivas, y ante el gozo que ex-
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perimentaba moldeando la arcilla, resolvió que lo suyo era definitivamente la escultura, entregándose apasionadamente al estudio de las técnicas y materiales con las que realizó sus primeras obras para las exposiciones que hoy pasan de un millar. En su madurez incursionó en el estudio de la arqueología, bajo la conducción de los Maestros Carlos Zevallos Menéndez y Francisco Huerta Rendón, sintiendo verdadera atracción por los misterios de nuestras antiguas culturas, que en la Venus de Valdivia le revelaron una cosmogonía dentro de la cual la mujer ocupó un sitio especial. Al tiempo que progresaba en el arte su familia crecía. Madre de 5 hijos ( Johnny, Tanya, Paulette, Denisse y Vivian), tuvo en su hogar el soporte afectivo necesario para nutrir sus anhelos de superación que implicaban también la participación en asociaciones y núcleos femeninos luchando por conquistar el espacio históricamente negado a la mujer. Tampoco las causas cívicas y patrióticas le fueron ajenas, todo lo cual la fue convirtiendo en un símbolo del género y sobre todo en una abanderada por las causas de Guayaquil., donde su presencia es saludada con respeto.
En 1966, luego de un viaje a los Estados Unidos, recorriendo el Greenwich Village, concibió la idea de darle proyección social al arte hasta entonces circunscrito a las salas de exposición, y para concretar su idea invitó a otros artistas a realizar una exposición plástica anual abierta al pueblo, eligiendo como escenario la calle Numa Pompilio Llona del antiguo Barrio Las Peñas, y el 25 de julio en homenaje a la Fundación de Guayaquil, en unión de 20 artistas de renombre, efectuó la primera manifestación de la que se ha convertido en la muestra anual ininterrumpida de arte más concurrida del Ecuador, donde jóvenes artistas y grandes valores alternan frente a la multitud que aprecia y juzga sus creaciones.Luego de unos años la exposición de los artistas de Las Peñas también se realizó en el balneario de Salinas. Preocupada por la falta de atención estatal a los artistas, fundó la Asociación Cultural Las Peñas, de la cual es presidenta vitalicia, logrando algunas conquistas. Gracias a sus esfuerzos, la Asociación cuenta hoy con una Casa del Artista Plástico,ubicada en el barrio las Peñas, donde se efectúan exposiciones, foros, seminarios, etc. 51
Esculturas de Yela. Fotos tomadas del libro “Yela”. Publicación Revista Hogar.
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Durante un fructífero período desempeñó la dirección del Museo Municipal de la ciudad. Fue asesora técnica del Museo del Banco Central en Guayaquil y condujo un prqueño espacio semanal de televisión sobre temas artísticos. En 1979 al crearse el Departamento Cultural de la ESPOL, aceptó el cargo de directora que ejerce hasta el momento, correspondiéndole organizar y orientar esa unidad, donde estableció los ya tradicionales “Lunes Culturales”, procurando oportunidad a jóvenes y consagrados valores nacionales y extranjeros de la música, la danza, el teatro, la ciencia, para entrar en contacto con un público ansioso de ampliar sus horizontes culturales. En 1984, liderando un grupo de ciudadanos conscientes del desorden de las ventas callejeras de nuestros artesanos, consiguió la aprobación de una ordenanza municipal para la conversión del proyecto de un mercado de abastos que se pretencía ubicar en pleno sector central, en el mercado artesanal de la calle Loja, hoy visitado por miles de turistas. En la etapa de su madurez artística se multiplicaron las exposiciones colectivas en las que participó con lucimiento en casi
todas las capitales provinciales del país, así como el trabajo para sus exposiciones individuales con las que correspondió a invitaciones oficiales de México, Cuba, Perú, Estados Unidos, Rusia y más países donde sus obras fueron siempre acogidas con el beneplácito de la crítica especializada. Sus obras escultóricas constan en selectas colecciones públicas y privadas del país y del exterior, parques y centros culturales de la ciudad. Iguales elogios han merecido sus joyas, diseñadas bajo la inspiración de nuestras culturas prehispánicas, utilizando piedras preciosas y semipreciosas, semillas, conchas, caracoles y más elementos naturales que al fusionarse con el oro y la plata resaltan su belleza. Dinámica y creativa en el arte, generosa con sus conocimientos, valiente en la defensa de sus principios, avanza hacia su novena década de vida con la satisfacción de haber culminado sus más altos ideales, Yela ha cosechado los más altos galardones, entre esos el gran Premio Nacional Eugenio Espejo, otorgado en atención a su reconocido trabajo de promotora cultural. Cuando se refiere a los años que vendrán, Yela dice: 53
Joyas diseñadas por Yela. Fotos tomadas del libro “Yela”. Publicación Revista Hogar.
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“Deseo vivir hasta que tenga buena salud y pueda seguir siendo útil a mi familia, a Guayaquil y al Ecuador. Ojalá Dios no se olvide de recogerme, porque tampoco me gustaría que se extienda tanto el tiempo que tengo que esperar para emprender la nueva vida, en la que seguramente, voy a ser artista otra vez”...
Fotos tomadas del libro “Yela”. Publicación Revista Hogar.
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Yolanda Aroca Campodónico
Hija del Dr. José Aroca de La Paz y de Julia Campodónico de Aroca, descendientes de emigrantes italianos, nació en el puerto de Manta, provincia de Manabí y desde su infancia radicó junto a sus padres en la ciudad de Guayaquil, donde cursó estudios primarios y de secretariado. En su etapa juvenil destacó en el deporte y cosechó merecida admiración como reina de belleza.
Pionera de la tv comercial ecuatoriana Creadora y conductora del primer programa de cocina que se trasmitió por la televisión ecuatoriana Promotora de ventas y ejecutiva
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Dueña de una personalidad extrovertida, carismática y sumamente cordial, hizo de su habilidad para la preparación de exquisitos platos de comida italiana e internacional, un exitoso medio de vida, y al iniciarse la televisión comercial en el Ecuador( 1960), con la apertura de Canal 4 - Guayaquil, integró el equipo de pioneros que dieron luz a la historia de la televisión nacional. Conduciendo un programa de cocina de su creación y producción, al que puso por nombre “Cocine con gusto”, y con el cual se convertiría en uno de los personajes más famosos y queridos de la pantalla chica, entró a los hogares guayaquileños para trasmitir no solo el arte culinario, sino la orientación
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Yolanda Aroca en el set de Canal 4 desde donde trasmitía su popular programa de cocina
Publicidad de la firma Oster, donde consta su nombre como agente exclusiva para Ecuador
acertada para miles de amas de casa que a través de sus diarios consejos aprendimos a revalorizar la cocina tradicional ecuatoriana como parte de nuestra identidad cultural, al tiempo que recibíamos lecciones prácticas para el manejo de la economía doméstica y sugerencias para el correcto uso de nuestro potencial intelectual.
cio de 15 años ininterrumpidos, fue la inspiración para otras mujeres que siguieron sus pasos en la televisión. Igual iniciativa puso en marcha al inaugurarse el Canal 10, llegando hasta los más recónditos lugares del país para promover con mucho orgullo el oficio de cocinar, resaltando los sabores de la mesa nacional e internacional.
Su dinamia y entusiasmo para la conducción del programa, que mantuvo por espa-
Su innata simpatía y facilidad para las relaciones públicas le merecieron la desig-
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nación de “Demostradora internacional” de la firma de productos electrodomésticos norteamericanos OSTER, por lo que tuvo la oportunidad de recorrer más de 40 países entre centro y sudaméricay algunos de otros continentes. Los excelentes resultados de sus gestiones significaron grandes ganancias a la firma OSTER, que la nombró “Agente exclusiva” para Ecuador, convirtiendose en máxima ejecutiva de la empresa en las áreas de comercialización, importación y distribución de modernos artefactos para el hogar, con cuyo uso nos fue familiarizando por la televisión.
legumbres y flores tropicales. En 1983, invitada por la FAO y el Ministerio de Agricultura del Brasil, visitó dicho país donde realizó cursos sobre administración ganadera, agricultura y floricultura. De su disuelto matrimonio con Héctor Patiño Ycaza proceden sus hijos los Patiño-Aroca. Falleció el año 1999. Su hijo Ricardo Patiño Aroca es actual Canciller de la República.
Invitada como demostradora especial, llevó la conducción de exitosos programas de cocina para la televisión de Puerto Rico, Panamá, Costa Rica, Guatemala, Honduras, El Salvador, Perú, Colombia y Chile. Por sus labores de pionera de la televisión nacional, obtuvo merecidas distinciones, al igual que por su trabajo de empresaria y promotora de ventas. Su amor por la naturaleza la llevó a adquirir una finca donde experimentó con cítricos,
Fue autora de 2 libros de cocina con varias ediciones. 59
Inés Arrata Macías
Educadora Segunda mujer que desempeñó el Ministerio de Bienestar Social Primera directora del Liceo Italiano (*) El apellido Arratta suprimió una ‘t’ al españolizarse. 60
Andrés Arrata Castillo, de ancestros sicilianos, casado con Inés Macías Minuche, fueron los progenitores de Inés Arrata Macías, mujer de claro talento que destacó en el campo de la educación y en el desempeño de altas funciones de gobierno. Nacida en Guayaquil, luego de culminar estudios secundarios ingresó a la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universidad de Guayaquil, donde su brillante desenvolvimiento la hizo acreedora al “Premio Cornejo Gómez” antes de obtener su licenciatura. Becada por la Organización de Naciones Unidas (ONU), siguió cursos de sicología aplicada a la educación en México y España. Luego participó en seminarios de orientación profesional y problemas de la educación, en universidades de Chile y Argentina, respectivamente. Ejerció la docencia en escuelas primarias y colegios secundarios, entre estos últimos, el Colegio Nacional 24 de Mayo de la capital de la República y el Colegio Nacional Aguirre Abad, de Guayaquil. Su capacidad organizativa y su don de liderazgo se pusie-
ron de manifiesto durante el lapso que desempeñó el rectorado del Colegio Técnico de Comercio y Administración 28 de Mayo en este puerto. Interesada por la problemática del niño y la mujer, incursionó en la actividad pública, desempeñando la Dirección Nacional de Protección de Menores y, nombrada por el presidente Ab. Jaime Roldós Aguilera, asumió como titular del Ministerio de Bienestar Social ( actualmente Ministerio de Inclusión Social), siendo la segunda mujer que incribía su nombre en la historia política del Ecuador, como parte del gabinete ministerial de aquel gobierno. Al término de esas actividades , aceptó el cargo de directora del Liceo Italiano, plantel fundado en Guayaquil; correspondiéndole trazar el pensum de estudios que regiría dicha institución educativa. Estuvo casada con el Lcdo. Pedro Sorroza Encalada, en cuya unión procreó a sus dos hijos. Reside actualmente en Europa.
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Noralma Vera Arrata
Prima ballerina Estrella del Ballet de Francia y del Ballet Nacional de Cuba Coreógrafa y maestra (*) El apellido Arratta suprimió una ‘t’ al españolizarse. 62
De los ancestros sicilianos de su madre, doña Baltita Arrata Macías, casada con el destacado político Alfredo Vera Vera, seguramente heredó el temperamento apasionado con el que destacó como estrella internacional en el arte de la danza. Nacida en Guayaquil, ingresó a la Escuela de Ballet de la Casa de la Cultura Núcleo de Guayas en su temprana adolescencia. Por entonces la institución pionera de la enseñanza de este arte en el Ecuador, estaba dirigida por la maestra yugoslava Kity Sakilarides. Luego llegaría Ileana Leonidoff (1950 a 1957), siendo en esa escuela, donde Noralma Vera obtuvo los primeros reconocimientos por sus condiciones especiales para la danza. Su disciplina, dedicación y cualidades interpretativas la hicieron acreedora al Premio Latinoamericano de Ballet (1956), obteniendo una beca del British Council para seguir cursos de perfeccionamiento en escuela del Royal Ballet de Londres por 2 años. Al concluir la beca, formó parte de la famosa compañía Les Ballets de France de Jeanine Charrat en Paris, siendo en esta etapa donde alcanzó el nivel profesional asumiendo primeros roles
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en continuas giras por Francia, España y Bélgica, familiarizándose durante un año con las obras universales del ballet y las coreografías de los grandes creadores del momento como Béjart, Vavilé, Lifar y Charrat. De vuelta al Ecuador realizó exitosas presentaciones al igual que en Perú y Costa Rica. En 1960 viajó a Cuba y luego de pasar por una rigurosa audición frente a los grandes maestros Alicia y Fernando Alonso, ingresó al “Ballet Nacional Cubano”, como bailarina miembro del cuerpo de ballet. Teniendo como “partner” al bailarín cubano Julián Calderón, cosechó lucidos triunfos con espectáculos de gran belleza en dúos y solos, antes de volver a Cuba donde contrajo matrimonio con su coterráneo Patricio Cueva, y nacieron sus dos hijas mayores, siendo madre por tercera vez al volver a Quito, donde alumbró a su único hijo varón. Siempre buscando nuevos horizontes artísticos, viajó a España fue alumna de Héctor Zaraspe. Más adelante estudió danza con-
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Arriba y derecha: junto a Julián Calderón Abajo: con Arnold Haskeel, uno de los directores del Royal Ballet School. Fuente: 60 años de la danza CCNG.
temporánea en los Estados Unidos, asistiendo a la escuela de Martha Graham y a la escuela de Luiggi’s, renombrados centros de formación para profesionales. En 1968 asumió la dirección de Escuela de Ballet de la Casa de la Cultura de Quito y venciendo innumerables obstáculos, trabajó con afán de verdadera pionera para lograr la formación de bailarines, marcando una gran etapa de su trayectoria como maestra, coreógrafa y directora e impulsando decisivamente el arte del ballet y la danza contemporánea en nuestra capital, con la fundación de la “Compañía Experimental de Danza y Ballet” que bajo su conducción efectuó aplaudidas presentaciones hasta 1972. Posteriormente fue directora fundadora del Instituto Nacional de Danza, creado en Quito el año 1974. Desempeñó una agregaduría cultural en la embajada del Ecuador en México, donde se vinculó con los maestros mexicanos en la Escuela Superior de Danza Contemporánea, asimilando las enseñanzas de Lin Durán y Guillermina Bravo. Similares funciones diplomáticas ejerció
en la embajada del Ecuador de La Habana, Cuba. En 1978 de retorno a su ciudad natal continuó su trabajo artístico como directora de la Corporación Danza y Cultura Guayaquil y abrió una academia particular de danza con su nombre propio. Entre las creaciones coreográficas que estrenó por esos años se recuerdan con especial aprecio: la revista musical “Historia de la Calle 10” y “Canta Guayaquil canta”. Al abrirse la primera escuela de Arqueología en la Escuela Politécnica del Litoral (ESPOL), fue una de sus alumnas destacadas. Más adelante fijó residencia definitiva en la ciudad de Quito, donde cursó estudios en la carrera de Gestión Cultural, dentro de la Universidad Politécnica Salesiana. Desempeñó el cargo de directora general de los teatros de la Casa de la Cultura de Quito. Su trayectoria ocupa un capítulo importante de la historia de la danza en Ecuador.
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Cecilia Vera Cino
Caedrática emérita Ensayista y crítica literaria Doctora en Ciencias de la Educación Alumna fundadora de la Facultad de Filosofía, de la que fue cinco veces Decana Ex-Vicerrectora académica de la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil
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Mencionar el apellido Cino en Guayaquil es proyectar la identidad comercial de una industria alimenticia de las más antiguas y acreditadas de la urbe. Pero es también ubicar en el plano intelectual a algunas de sus descendientes, sobre todo a una mujer que ha hecho de la docencia la expresión más alta de su compromiso con la educación y con la vida. Graduada de bachiller con honores en el colegio La Inmaculada, Cecilia Vera Cino ingresó a la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil como alumna fundadora de la Facutad de Filosofía, de la cual más adelante sería uno de los valores de la docencia y la Decana que hizo historia al desempeñar dichas funciones en cinco períodos consecutivos, brillando también en el espacio de la crítica literaria y luego desde el ejercicio del vicerrectorado académico como orientadora de la planificación universitaria, con sobresalientes condiciones de liderazgo en la U. Católica. El recuerdo de sus ancestros italianos la lleva al posible origen de esa fuerza inspiradora que la destaca en su quehacer...
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“Mi madre me dijo un día que la había heredado de mi bisabuela, doña Adelina Valli de Fabiani, quien en Italia, había dedicado su vida a la educación, primero como maestra y luego en el campo administrativo en el cual llegó a ser supervisora de educación de una amplia región del sur de Italia, donde finalmente se radicó en la comuna de Santa Doménica Talao hasta el momento de su jubilación”. Para narrar la historia familiar, Cecilia se remonta a los inicios de la primera guerra mundial, cuando Italia Fabiani Valli, hija mayor de doña Adelina y abuela de Cecilia Vera, se había casado con Luigi Cino Sangiovanni, un calabrés originario de la mencionada comuna que animado a buscar futuro promisorio en América, llegó al Ecuador, radicándose por unos años en la ciudad de Babahoyo, por esas épocas centro de fructífera producción agrícola y comercio fluvial, además de ser un lugar recomendado por otros inmigrantes. Finalizada la guerra, don Luigi Cino trajo a su familia; su esposa y dos hijos: Francesco (que sería el fundador de la famosa
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fábrica de pastas Cino), y Lina Cino Fabiani que en 1934 se casó con el médico ecuatoriano, Dr. Orlando Vera Freire. En Ecuador el matrimonio tuvo su segunda hija, Margarita Cino de Alcívar. Poco a poco los hermanos Cino Fabiani: Pedro, Felice y Cesare y su hermana María arribaron al país, motivados por su cuñado Luigi y por la hermana mayor que siempre fue su líder, unos se radicaron en Guayaquil, otros en Milagro, dedicándose a las diferentes empresas que fundaron. “Mamma Adelina, como llamaban a mi bisabuela educadora, no soportó la soledad de Italia y finalmente llegó a Ecuador, donde solía pasar temporadas entre Milagro, con dos de sus hijos o en nuestra casa familiar de Guayaquil”. Nacida después de que la legendaria bisabuela falleció en esta ciudad, Cecilia no pudo conocerla y disfrutarla, siendo a través de su madre que aprendió a valorarla y a convencerse de que de ese ancestro italiano no solo había heredado su intensa vocación educativa sino algunos rasgos de
En el grupo familiar al centro Mamma Adelina Valli de Fabiani, sentada a su derecha nieta Lina, madre de Cecilia Vera Cino. su personalidad como la firmeza, la seguridad en la toma de decisiones y cierta serenidad que trasmitĂa a los miembros de su familia. Son esas cualidades las que a lo largo de su vida de educadora la han distinguido con sobresalientes condiciones tanto en el ejercicio de la cĂĄtedra cuanto en la capacidad organizativa e innovadora como conductora de planteles donde su presencia ha significado amplias garantĂas para la conducciĂłn administrativa de los mismos. 69
Hoja de vida Una licenciatura en Lengua Española y Literatura; un doctorado en Ciencias de la Educación, por la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil; estudios de postgrado en la Universidad Autónoma de México; un diplomado en Pensamiento Estratégico y Prospectiva de la Educación Superior por Universidad Externado de Colombia; otro diplomado en Comunicación Política y Gobernabilidad, por la Universidad George Washington USA, sumados a respetable cantidad de certificados por cursos y seminarios dentro y fuera del país, más una Maestría en proceso, avalan el caudal de conocimientos que en la práctica le han significado el éxito de una carrera inciada siendo muy joven, como profesora de literatura para Enseñanza Media, en los colegios San Francisco de Asís, La Inmaculada, Pino Icaza, Nta. Madre de la Merced y el colegio bilingue Jefferson hasta 2003. En el Nivel Universitario sus afamadas cátedras han sido aprovechadas por cientos de estudiantes de la Universidad Católica, desde 1968; en la Universidad Estatal de Guaya-
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quil, como profesora principal de Linguistica durante 11 años; Universidad Andina Simón Bolívar, en calidad de profesora invitada al programa de Maestría en Literatura, siendo también profesora de la Maestría en Comunicación de la U. Católica, dictando el curso de Semiótica Organizacional. Directora de la Escuela de Literatura de la U. Católica en cuatro períodos y del Departamento de Idiomas por dos ocasiones; de 1986 a 2003 y nuevamente desde noviembre de 2006, ha desempeñado el rectorado del colegio bilingue Jefferson. Entre el 2003 al 2005 fue rectora fundadora de la Unidad Educativa Santiago Mayor, Vicerrectora Académica de la U. Católica (2001-2006), ha combinado las tareas administravivas con la enseñanza. Lo que más me ha gustado es dar clase sin quitarle lo interesante y enriquecedor que puede ser, en experiencia y saber, un cargo administrativo.. Es que si uno se aleja de la cátedra, la gestión administrativa falla, porque se corre el riesgo de perder la perspectiva del sector más importante, que son los estudiantes.
Antigua foto familiar. De pie al extremo derecho la joven Cecilia Vera Cino y su madre do単a Lina.
La Dra. Cecilia Vera Cino de Galvez junto a su esposo, el Dr. Arnaldo Galvez , sus cuatro hijos y su madre, la inmigrante Lina Cino Fabiani de Vera, en primer plano. 71
Entre sus ex alumnos se encuentan distinguidos maestros, escritores y ministros de Estado, nutridos de sus sabias enseñanzas. El tema de sus ancestros italianos, está presente también en las aficiones que cultiva, entre ellas, los sabores de la comida de ambas culturas y la música que estudió desde los 7 años para interpretar al piano melodías clásicas junto a las canciones de la añoranza tarareadas por su abuela. “Les debo a ellas una amplia cultura musical pues disfrutaban mucho de la música clásica sobre todo las óperas en especial la Traviata. Firmeza de caràcter, organización, laboriosidad y un profundo sentido de unión familiar con liderazgo de las mayores de la familia, son valores que les debo y les agradezco a los antepasados de mi lado italiano...”.
Cecilia Vera Cino junto a sus padres el día de su graduación. 72
Recibiendo la Condecoración al Mérito Educativo de su exalumno el exministro de Educación, Raúl Vallejo Corral.
Con su hija Gaby buscando raíces en Italia.
Condecoración de la Sociedad Italiana Garibaldi. 73
Maritza Cino Alvear
El espíritu de la poesía
Crecí entre voces ancestrales, pastas y vino tinto, pero fue la escritura poética la que me otorgó la posibilidad de nombrarme Maritza Cino Alvear
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Después de la primera guerra mundial las condiciones de la vida en Europa se endurecieron y otro flujo de inmigrantes miró hacia América como la tierra de promisión. Fue en ese grupo que la familia Santelli Catalano, oriunda de Santa Domenica Talao, hizo presencia en Guayaquil para entrejer su historia familiar y multiplicarse en su descendencia ecuatoriana. “Mi abuela paterna Angiolina vino al país en 1920, a la edad de 5 años, con su hermana de 3 años, mi tía Ida Santelli Catalano; su padre Francesco Santelli y la segunda esposa de mi bisabuelo. Ellos desembarcaron en esta ciudad luego de la primera guerra mundial, donde él había participado. Al fallecer en Italia su primera esposa y su hija menor, afectadas por la fiebre amarilla había contraido segundo matrimonio decidiendo emigrar a América.” Así inicia su relato la consagrada poeta Maritza Cino Alvear, ligada por lazos de sangre paterna a uno de los hermanos Cino Fabiani, el abuelo Francesco, quien en 1930
contrajo matrimonio con Agiolina Santelli procreando a sus hijos: Luis Francisco; Francisco Antonio (+), Eda Italia y Lic. Gilda Cino Santelli. Dedicado a las labores de la pequeña industria, el abuelo incursionó en varios negocios vinculados a la industria alimenticia. Abrió una panadería, luego un restaurante y más adelante una vinícola hasta que el año 1948 fundó la fábrica de pastas “F.Cino F.” que luego de su muerte cambia la razón social a “Francisco Cino y Sucesores” como se mantiene hasta la actualidad en calidad de empresa familiar gerenciada por Luis Cino Santelli, padre de Maritza. 75
La abuela emigrante Sra. Angiolina Santelli.
Su primera foto de estudio. Junto a sus abuelos.
Maritza y su madre. 76
Una reuni贸n familiar.
Hogar paterno Su propia historia Soy hija única del primer matrimonio de Luis Cino Santelli y María Laura Alvear Guerrero, recientemente fallecida. Al divorciarse mis padres, desde la edad de 5 años permanecí con mis abuelos paternos (los Cino Santelli) y también con mi papá, hasta la adolescencia, etapa en que él contrajo nuevas nupcias. El estar gran parte de mi vida con mis abuelos Francesco y Angiolina me permitió experimentar estas dos culturas, ítalo-ecuatoriana, que se tornaron híbridas, ya que ellos traían consigo sus raíces, acentos, costumbres e historias, pero al llegar tan temprano al Ecuador, asimilaron mucho del país y de él se nutrieron como de una esperanzadora fuente. En este espacio geográfico y significativo se realizaron como personas emprendedoras y productivas. Lo que más recuerdo de ellos es su honestidad, sencillez y entrega al trabajo sin descanso ni tregua. Dedicados al negocio familiar de la pasta, laboraban hasta los domingos. Este era su sustento y su forma de vida, todos participaban en torno a los fideos: mis abuelos, mis padres, mis tíos y a veces nos involucra-
Maritza y su padre don Luigi Cino Santelli.
ban a los nietos, aunque a mí me gustaba más disfrutar de la buena mesa y de los exquisitos platos que mi Mamina preparaba, luego de que mi Nonito tuviera lista la masa. ella gozaba de un arte singular para hacer los ravioles, pizzas y ñoquis con sus propias manos, al igual que para sazonar comidas típicas ecuatorianas preparadas con un toque propio, muy a la italiana, lo que nos convocaba alrededor de la gran mesa. Era un festín familiar en el que degustábamos el entusiasmo y amor que ellos nos entregaban disciplinadamente “al dente”. Desde su adolescencia Maritza Cino empieza a manifestar su vocación literaria con la que sorprende a su familia matriculándose en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil donde obtiene su título de Licenciada en Literatura y Lengua Española.Sus primeros poemarios son recibidos con el beneplácito de la crítica que hoy la reconoce como una de las más altas voces de la poesía contemporánea en el país. 77
Hoja de vida MARITZA CINO ALVEAR (Guayaquil, 1957)
Licenciada en Lengua Española y Literatura, Universidad Católica de Guayaquil. Diplomado en Educación Superior, Universidad Casa Grande. Ejerce la cátedra en algunas universidades de la ciudad. Ha recibido algunos reconocimientos literarios y académicos. Publicaciones de Poemarios: Algo parecido al juego (1983), A cinco minutos de la bruma (1987), Invenciones del Retorno (1992), Entre el juego y la bruma, antología (1995), Infiel a la sombra (2000), Cuerpos Guardados (2008). Sus poemas constan en algunas antologías nacionales e internacionales: La palabra perdurable (Quito, 1991); Between the silence of voice, An Anthology Contemporany Ecuadorean Women Poets(Quito, 1997); Poesía y
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cuento ecuatorianos, Antología temática (Cuenca, 1998); Poesía Erótica de Mujeres (Quito, 2001); Trilogía Poética de las Mujeres de Hispanoamérica (México, 2004); Mujeres frente al espejo (Guayaquil, 2005); La Voz de Eros (Quito, 2006); Relato del Cuento Prohibido, antología (Quito,2007) Poesía en paralelo cero Encuentro Internacional de poetas en Ecuador (Quito, 2009), Tapestry of the Sun an Anthology of Ecuadorian Poetry (California,2009). Ha participado representando al Ecuador como poeta invitada en el encuentro de Poetas del Mundo Latino, México 2009. Sus textos poéticos y ensayos también constan en revistas del país, de Latinoamérica, España y EE.UU. Ha sido traducida al inglés y al italiano.
LA ESCRITURA POÉTICA Mi experiencia de vida se desarrolló entre presencias y ausencias. Por un lado el encuentro cotidiano con mi familia paterna. Los ritos de trabajo familiar, el festín de la buena mesa e historias de migrantes, siempre fusionadas con dialectos ambiguos y confusos que me extrañaban y persuadían, y por el otro, las visitas a mi familia materna, sobre todo a mi abuela Marieta Guerrero Robinsón, a mis tíos y primos; las idas y retornos de Chicago, lugar de residencia y reencuentro con mi madre. Estas travesías afectivas me permitieron conocer la otra mitad de mis raíces y reordenar una suerte de tablero innombrado.
En ese entorno que para mí era entrañable, seductor y nostálgico, el culto a la memoria y a la contemplación develaron desde la infancia mi inclinación por la poesía. Frente a la sorpresa de gran parte de mi familia, me incliné por los estudios académicos de literatura y posteriormente por la cátedra. Navegar entre historias de ausentes y vivos me perpleja, a la salud de los intersticios y bemoles de la memoria. Crecí entre voces ancestrales, pastas y vino tinto, pero fue la escritura poética la que me otorgó la posibilidad de nombrarme Maritza Cino Alvear.
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La poesía de Maritza Cartografía No leí a Lautreamont pero bebí de la herrumbre del océano desleal a los designos de mis antepasados migré al sur contracorriente una ciudad cercana desertaba. Con la iniciación de la palabra permanecí oculta entre los muelles arremetí el último puerto, las sombras asaltaban las tinieblas. Descendi por el fangoso azufre de los cerros y como nómada me detuve a escuchar, ninguna voz supo guarecerme del misterio. Pude haberme atrevido a inerpretar la historia y sus huidas sin embargo permanecí cautiva en una embarcación de la ciudad que una vez más me devoraba
Puerto Segura en casa queda trás la orfandad la contemplación del sahumerio desde la levedad de la balsa Se consumó la espera y el miedo a más Una vida antigua se difumina en dos. Desde este lugar en sombra acude a mi la inexplorada sintaxis la ausencia del saber en la perfección del silencio. Restaurar el amor se toma un tiempo los hombres de mar son leales a su instinto
Los premios recibidos ratifican el valor de sus versos, a veces enigmáticos, otras transparentes; pero siempre de buena estructura, lo que se va reafirmando en cada uno de sus libros, en las menciones y premios nacionales recibidos , en las opiniones vertidas por expertos literatos y en las antologías de poesía latinoamericana que incluyen algunos de sus poemas . 80
Retorno
Laura
Sólo una pista para invadir la escritura y que ésta me exima de la repetición de estos signos ya no será necesaria más sabiduría, ni acudir a dioses ni cábalas mayores. Antiguas tumbas con su saber inhóspito, larva de túneles o cráteres lunares disiparán leyendas de acentos piratas. Mientras me seduzca esa palabra elemental y me atrapen los peces de un cielo barroco será posible fundar la escritura
No encuentro otra forma de nombrarte que imaginándome en las líneas de tus manos, presenciando a todo riesto estos excesos de sosiego que me habitúan y fragmentan desde siempre, con ese restante de tu nombre que atraviesa la clarividencia de tu abrazo en mi memoria Canon
Ejercicio al nivel del mar Sobre el nivel del mar este deseo que se retrae y escapa a las alturas y una suma de excusas con a olor a rincón discurren por furtivos libros inventados. Bajo el nivel del mar una estampida de fósiles que detiene el frío habita en las aguas de una broma hueca ensayando el viaje por este ejercicio pardo
Cuando el humor desordena el tablero de azares instalo los dardos en el escenario del juego Apuesto a todas las suertes A las memorables noches de sal A las miradas detenidas Al nudo de los cuerpos Convierto la intriga en pieza teatral El micro cuento en desenlace al reverso Me transformo en cómplice estratega Invado el canon del vértigo 81
Maria Emilia Bigalli Pippa
Exitosa empresaria de la industria del sombrero
Continuadora de una tradici贸n familiar, lidera una exitosa industria nacional 煤nica en su g茅nero, con calidad de exportaci贸n.
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La historia de María Emilia Bigalli de Escudero nos lleva inevitablemente al recuerdo de su padre, nativo de Florencia, quien cursaba la carrera de Química en la Universidad de esa localidad, al tiempo que laboraba en la fábrica de sombreros de su progenitor, parte de cuya producción se exportaba al Ecuador, a pedido de la firma del Dr. Giovanni Meloni, residente en este puerto y persona que lo entusiasmó con la idea de instalar una industria similar en Guayaquil. Era el año 1926, cuando llegó Ezio Bigalli Crovari, con todas las ilusiones de hombre joven y emprendedor dispuesto a labrar futuro en América, fabricando los sombreros de rafia Fiorentina (“paglietas”) por acá llamadas tostadas, prenda de moda masculina, popularizada por Mauricio Chevalier, y cuyo uso habría de prolongarse desde los años 20 hasta bien entrada la década de los 40. Portando una buena cantidad de dichos sombreros y con el préstamo concedido por don Emilio Estrada, entonces gerente del Banco La Previsora, sacó de la aduana su mercadería para comenzar el
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negocio de importación y comercio. Poco tiempo después pensó que sería más conveniente importar la materia prima y fabricar los sombreros aquí, idea coincidente con el enamoramiento de su paisana, la inmigrante Lina Pippa Vincenzini. Bigalli no dudó en traer de Italia las máquinas necesarias y aprovechando la habilidad de los obreros ecuatorianos, montó la industria de las populares tostadas. El éxito fue rotundo y pronto pudo construir su primera casa propia de 2 pisos. Se casó en 1932 y diez años después viajó a Chile donde compró una fábrica de sombreros de fieltro de lana para diversificar la industria, que es la que vincula su historia con la de la mayor de sus hijas. Para albergar la nueva fábrica y dar comodidad a los suyos, construyó la casa anexa de 3 pisos (calles Junín y Riobamba) destinando el tercero a la familia, compuesta por 6 hijos: Giovanni, Ma. Emilia, Margherita, Arnaldo, Roberto(+) Fabrizio y Giulianna. Los otros pisos y los demás espacios fueron ocupados por la fábrica y las oficinas de la administración.
Muy apegada a su padre y atraida desde pequeña por el movimieno de las máquinas y el proceso de la producción de los sombreros, Ma. Emilia hizo de sus visitas a la fábrica el entrenimiento favorito, observando desde chiquilla y grabando en su memoria todo los detalles que seguramente la ayudarían más tarde a tomar la decisión de hacerse cargo de la industria.
Ezlio Bigalli y su esposa Lina Pippa. El porta en su mano una tostada
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Ya graduada de bachiller, y mientras estudiaba en la universidad, trabajó con su padre, aprendiendo la parte administrativa, conociendo las particularidades del mercado y de los clientes. En 1959 contrajo matrimonio con Julio César Escudero Correa y pasó a residir en Quito, formando una hermosa familia con cuatro hijos varones a cuya crianza dedicó todo su tiempo. Corria el año 1976, cuando su padre pensó que había llegado el momento de retirarse. Todos los hijos varones, profesionales de distintas especialidades, tenían sus vidas encaminadas. Dos de ellos y Margherita radicaban en el exterior y la ùnica que había demostrado interés por la industria que con tanto afán había creado, era su hija Ma. Emilia, a quien convidó junto con su esposo para conversar sobre el futuro de la misma. Recordando ese momento crucial, la empresaria expresa... ” De común acuerdo con mi esposo decidimos que yo me hiciera cargo de este negocio de los sombreros ya que tenía algún conocimiento sobre ello y él continuaría con su trabajo en una importante compañía pe-
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trolera de aquella época. Fue muy duro porque tuvimos que comprar terreno, hacer el galpón, trasladar las máquinas de Guayaquil a Quito y empezar a acondicionar el caldero y las máquinas que estaban bastantes deterioradas por los años. Con la ayuda y supervisión -aunque lejana- de mi padre, de un antiguo obrero de la fábrica y un mecánico de mucha confianza a fines del 1978 pude arrancar con los primeros productos, que bendito sea Dios, estuvieron bastante aceptables. Comencé a contactar a los antiguos clientes y compradores y empecé a trabajar con unas diez personas. Luego fue preciso aumentar el personal. Poco a poco iba progresando, aumentando la producción y por supuesto también recuperando los clientes antiguos y sumando nuevos.” El año 1981, ante el crecimiento de la industria, Julio Escudero decidió renunciar a su trabajo en la petrolera para dedicarse a la comercialización y venta de los sombreros, mientras Ma. Emilia continuaba frente a la producción que era lo que verdaderamente conocía. Fueron unos años muy hermosos para mi, porque hacía algo que me gustaba y veía como aumentaba el patrimonio, los obreros,
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el personal de trabajo y la aceptación que teníamos en el mercado. Como decía mi padre, la industria es el trabajo más noble que se puede realizar, ya que transformar la materia prima y dar trabajo a muchas personas es de los mas gratificante. Hoy tengo la satisfacción de decir que contamos con 120 obreros, con 3 ingenieros en las plantas y 20 personas trabajando en administración, a más de mis hijos y mi esposo que siguen en esta industria, ahora constituida en nuestro patrimonio familiar. En el año 1986, al conocer que el principal competidor (otro italiano) ponía en venta su fábrica, decidieron adquirirla, entraron al proceso de acondicionamiento y modernización que les significó cerrar la fábrica por un lapso y con la colaboración de los hijos incorporados al negocio, un año más tarde trabajaron en las dos plantas con una producción muy superior a la anterior. Hoy producen el 50% para el mercado nacional y el otro 50% para exportación hacia los EE. UU., Italia, Chile, Alemania, Francia, Australia y otros países. El edificio que compraron a la competencia y donde funciona la fábrica más gran-
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de, data del año 1915 y es una verdadera joya de principios del siglo XX, tanto por su arquitectura como por los detalles de la decoración, ya que los tumbados repujados en metal y pintados a mano, como se acostumbraba en esa época, fueron traídos de Francia. Se encuentra en Chimbacalle atrás de la estación de trenes y el FONSAL tiene interés en su restauración. Dos veces a la semana una empresa de turismo lleva visitantes a conocer el local, observar el funcionamiento de la planta y hacer compras, porque es una industria muy particular y poco conocida en el mundo, además de ser única en el Ecuador. Actualmente los hijos, con visión más actualizada, manejan los procesos de fabricación y sobre todo la parte administrativa. Todos los años viajan a Europa y EE. UU. para visitar clientes y ponerse al día de todas las tendencias de la moda de acuerdo a las estaciones y la creatividad de los diseñadores. Editan anualmente atractivos catálogos para difundir su produc ción, entre la que figuran modelos convencionales de paja toquilla y fieltro, junto a los estilos de vanguardia.
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El apellido Bigalli se perenniza en la marca de acreditados sombreros ecuatorianos fabricados para consumo interno y exportación. Entre las materias primas escogidas por esta industria nacional para las temporadas de primavera y verano, destaca la paja toquilla en los afamados modelos del “Panama hat” versión contemporánea.
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Catálogos en inglés, correspondientes al año 2011, con los que la casa Bigalli promociona sus modelos entre los clientes de América, Europa y Australia
Al presente, María Emilia ha disminuido el ritmo intenso del trabajo cotidiano al que estuvo habituada tantos años, para compartir su tiempo con los nietos y las obras de voluntariado que realiza en distintos frentes. Sin embargo, en sus frecuentes visitas a la planta se mantiene al tanto de todo lo que
ocurre y continúa compartiendo criterios con su esposo, que ahora es la figura señera de la empresa. Constantemente consultada, ha asumido el rol de consejera y asesora.... ”A veces cuando veo todo lo que hemos logrado pienso en mi padre y me parece oír sus palabras “Oe bambina y todo esto has hecho tu?....”
Agradecida de Dios, de la confianza que su padre tuvo en su vocación de empresaria y del apoyo de su esposo, Julio Escudero, María Emilia Bigalli piensa en la familia que formaron como en la más exitosa de sus realizaciones. En la foto junto a sus hijos y nietos. 91
Dra. Amelia Cipolla Simonelli
Doctora en jurisprudencia, Intelectual y Promotora cultural
Una existencia corta pero sumamente positiva
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Nace el año 1943 en San Quirico d`Orcia, provincia de Siena. Su familia se traslada a vivir a Milán donde estudia en el Liceo Statale Carducci y luego en la universidad, graduándose en 1968 de doctora en Jurisprudencia. Un año después contrajo matrimonio con Renzo Angeletti, emigrante residente en el Ecuador, que seguía la carrera de Geología en Italia. En 1972, después de que Renzo obtiene el doctorado, la pareja se traslada a vivir en Guayaquil, trayendo a su primogénito Sergio, nacido en la ciudad de Milán y en este puerto nace Irene, su segunda hija.
culos de prensa, foros cinematográficos y entrevistas de Tv. En 1985 compartiendo iniciativas con Marina Salvaretza de García, promueve la creación del Instituto Ecuatoriano Italiano de Educación y Cultura I.E.C.I.T.E.C, fundado el 11 de noviembre del mismo año, en unión de entusiastas elementos, asumiendo la dirección de la comisión de educación, encargada de la realización de cursos de idioma italiano para niños y adultos, intercambios culturales, etc. El IECITEC tuvo su sede en el centro comercial Albán Borja.
El elevado nivel intelectual de la Dra. Cipolla la vincula a prestantes elementos e instituciones de este medio, donde se inicia dando clases de italiano en la Sociedad Italiana Garibaldi y más adelante desempeña una cátedra en la Escuela de Lenguas de la Universidad de Guayaquil.
En 1986 viaja a Buenos Aires, Argentina, representando a la naciente institución en el encuentro sobre L’ italiano in América Latina. En los años siguientes despliega todos sus esfuerzos para cumplir las metas de difundir la cultura italiana a todo nivel, siendo muy apreciadas sus disertaciones sobre temas como los Etruscos, el Renacimiento, la literatura italiana y otros.
Sus conocimientos sobre historia del arte la motivan a realizar intensa promoción de la cultura italiana a través de conferencias, organización de exposiciones, artí-
En 1990 un trágico accidente automovilístico pone fin a su vida. Pocos años después falleció su esposo. En esta ciudad residen algunos de sus descendientes.
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Marina Salvarezza de García
Actriz de teatro, cine y televisión Directora teatral, Maestra, Promotora cultural
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Se trata de alguien que emigró por amor y por amor se integró a un medio totalmente diferente al de su Génova natal, donde vino al mundo un 6 de diciembre, dos años después de finalizada la Segunda Guerra Mundial. Mi mamá siempre me habló de que una nevada extraordinaria casi impide mi nacimiento ya que ella vivía en Sarissola, pequeño pueblo en las colinas cerca de Génova de donde era originario mi padre, Pierino, por lo que pudo llegar al hospital con muchas dificultades. Tal vez por esta razón siempre he buscado el sol y el calor y me establecí muy felizmente en Guayaquil donde vivo desde hace 33 años y cuyo clima es una de las más poderosas causas de mi larga permanencia en esta tierra. La profesión de su padre, especialista en aviones de la Fuerza Militar Aerea Italiana, hizo que su infancia transcurriera en diferentes ciudades hasta fijar residencia estable en Milan, lo que ocurrió cuando Marina terminaba estudios primarios. Soy hija única y muy engreída por toda la familia, siendo además la mayor de todos los nietos por parte de madre. La familia ha sido siempre muy unida y aun hoy, me reúno con mis primos y mis tíos todas las veces que
Foto: Chantal Fontaine
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regreso a Italia, a visitar a mi madre quien vive en su pequeño departamento en Milán, que es mi otra casa. Mi amado padre falleció en 2003 pero sigue vivo en mi corazón y en mi mente. Él ha sido mi gran apoyo y el ejemplo más sublime de lo que es la devoción a la familia.
Italia, la “Academia dei Filodrammatici” de Milán, donde pudo entrar después de superar pruebas de admisión muy severas, ya que cada año son alrededor de 400 los aspirantes que buscan calificarse siendo solo 20 los aprobados para cursar estudios especiales por tres años.
A su lado aprendí a leer muy temprano, a los cuatro años, ya que amaba guiarme en la lectura de los cuentos que yo adoraba y de las poesías que me enseñaba con suma paciencia a declamar, lo que yo hacía frente a los familiares en ocasión de la Navidad o de algunos acontecimientos especiales. Fue tal vez así que surgió mi pasión por el teatro y una particular sencillez de dirigirme y pararme frente al público, sintiendo temor pero venciéndolo, como lo hacía de pequeña, cuando me obligaban a treparme encima de la mesa para contar las historias de los Ángeles, del nacimiento de Jesús o de los caballero medioevales...
Su llegada al Ecuador
Integrada a grupos juveniles de teatro estudiantil, al finalizar la secundaria ella fue seleccionada para recibir clases de dicción, expresión corporal e interpretación en la más antigua academia de arte teatral de
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Durante el último año de la secundaria, conocí en una fiesta a un joven estudiante ecuatoriano llamado Alberto García Franco, quien se convertirá en mi esposo después de cinco años de noviazgo. Con él he cumplido 40 años de matrimonio y me parece que fue ayer la tarde que lo vi, sonriente, invitándome a bailar. Alberto se encontraba en Milán, acompañando a su hermana, Teresa García, quien había sido admitida para estudiar lírica en el Conservatorio Giuseppe Verdi de Milán. El seguía la carrera de arquitectura en Milán cuando nació en 1974, Verónica, mi primogénita, luz de nuestra vida, a quien se unió, después de cuatro años, Pier Lorenzo, mi segundo hijo, nacido en Guayaquil, sumamente guayaco como yo, quien es la esencia de nuestras personalidades.
Junto a sus padres y su hija Ver贸nica. Con su esposo junto a su hija Ver贸nica reci茅n nacida.
Marina y sus amigas en el Teatro Experimental Guayaquil.
Sentados, Marina, Alberto y Ver贸nica. De pie, Pier Lorenzo y su esposa.
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Verónica y Pier Lorenzo se formaron en la escuela primaria Valdivia, institución creada hace 33 años por mi cuñada Juanita García conmigo; ya que por su preocupación y devoción hacia la docencia, con el deseo de crear una escuela diferente, me invitó a fundarla. Al tomar esta decisión, de acuerdo con mi esposo, dejé Milán y nos instalamos en Guayaquil. Su calidad interpretativa y dominio escénico se ponen de manifiesto desde el año 1979, cuando conoce al gran dramaturgo nacional José Martínez Queirolo, quien le asigna el papel estelar de su obra “La torre de marfil” estrenada bajo la dirección del autor con éxito notable. A raíz de entonces se inicia una positiva amistad que contribuirá al desarrollo del arte teatral en la ciudad. Con Martínez Queirolo funda el grupo “Doscarátulas”. Lo recuerda con nostalgia: “..La colaboración con Pipo fue constante, divertida y sumamente enriquecedora, compartiendo e impulsando la difícil tarea de difundir el quehacer teatral a todo nivel. En los últimos 20 años he representando la mayoría de sus obras tanto con alumnos, aficionados o profesionales. Nunca me canso de montar sus textos que no pierden actualidad
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y cuyas temáticas expresan una realidad social extraordinaria. Espero poder crear un repertorio completo con puestas en escena exclusivas de sus piezas, para que sea representado ininterrumpidamente en la Casa de la Cultura donde la sala principal de teatro, lleva su nombre...”. Otro gran autor nacional con quien trabajó en interesantes proyectos artísticos fue Eduardo Solá Franco, pintor, escritor y dramaturgo, con quien llevó a escena la obra “A puerta cerrada” de Jean Paul Sartre, al estrenarse la sala principal del Teatro-Centro de Arte, en septiembre de 1988; luego “La Mujer Enclaustrada en el Ritz”, de autoría de Sola, quien le encomendó el rol protagónico. En unión de sus entrañables amigas Anita von Buchwald, Lul de Carvajal y Alcira Mugica, en un local cedido dentro del Centro comercial Albán Borja, en 1984 funda el Teatro Experimental Guayaquil, donde estrena en 1986, La Casa de Bernarda Alba de Federico García Loca, obra que según sus propias palabras, le permitió dar otro rumbo a su vida artística. La respuesta del público a ese magnífico esfuerzo significó un renacer del
La nueva semilla Edipo Rey
Dos car谩tulas
Kathy y el hipop贸tamo
La casa de Bernarda Alba 99
interés y aprecio por el buen teatro en nuestro medio. En la sala del Albán Borja empezó la creación de espectáculos dominicales para el público infantil produciendo obras para el teatro de títeres de Ana von Buchwald. Recordándo aquella etapa, dice Marina: ...Me percaté de la absoluta necesidad de ofrecer a los niños algo diferente, más artístico y humano, fuera de los superficiales ejemplos que la televisión propone. Hasta el día de hoy he preparado alrededor de 20 espectáculos para niños, cuyos montajes llenos de creatividad y humor, encantan a grandes y pequeños… Lamentablemente el espacio, que era una gentil concesión de sus propietarios, fue requerido para otros fines en 1986.
Aportes al teatro ecuatoriano Exitosas temporadas de dramas y comedias en el recordado Uniteatro Candilejas donde estrenó “La nueva semilla”, obra original de Henry Raad, sobre la historia de los emigrantes Del mismo autor: “Señora Democracia” ; Pobre Bitos de Jean Anouihl, “Kathie y el hipopótamo” de Mario Vargas Llosa; “Dos docenas de rosas rojas”. Luego hizo “Amor tiguando” de Luis Mueckay (estreno) contando drigida por el autor.
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Al cerrarse las puertas del Uniteatro Candilejas, siguió su aventura teatral en las tres salas del Centro Cívico, organizando una nueva productora “Humane”, con Hugo Avilés, y Nerio David, para estrenar en la sala principal, la maravillosa obra ecológica “Corazón de Mangle“ y los clásicos “El Principito” y “Fuenteovejuna¨. En unión de Luis Mueckay, Mirella Carone, Jorge Parra y Tany Flor, funda el grupo SARAO, uno de los colectivos teatrales más importantes del Ecuador que cuenta con sala propia hasta el presente. Bajo la dirección de Humberto Calaña, actuó en “Doña Rosita la Soltera” de Federico García Lorca. y con el Teatro Ensayo Gestus, de Virgilio Valero y Bernardo Menéndez, presentó la puesta en escena de “La Mandrágora” del gran pensador italiano Nicoló Maquiavelo. Con el fin de unir esfuerzos y producir mejores montajes, este trabajo en conjunto sigue hasta la actualidad con las producciones de TEG + TEG, Teatro Experimental Guayaquil y Teatro Ensayo “Gestus” . En esa misma sala estrenó - en enero del 2001- la obra musical ¨Cosmos”, con música de Schuberth Ganchozo, producción del Co-
legio Alemán Humbold, dedicada al extraordinario científico, Alexander von Humbold. Las dos salas pequeñas del Centro Cívico fueron también escenario de muchas funciones exitosas, seminarios y cursos de teatro para distintas edades, así como espectáculos teatrales de calidad durante un fructífero período. Pero donde su trabajo como actriz y directora se manifestó en todo su potencial y al más alto nivel, fue en las temporadas ofrecidas en las salas del Centro de Arte, de Guayaquil, donde sus actuaciones quedaron impresas en la memoria del público que la siguió y supo valorar su calidad. “La Celestina”, “La Vida es Sueño” , “Edipo Rey”, “El Espíritu Burlón”, “Las Cuatro Verdades” y un sin número de espectáculos realizados con su grupo o con elencos de alumnos de varios colegios.
Sembradora de arte A la par de su constante trajinar escénico Marina Salvaretza multiplica actividades en sus roles de maestra de arte en varios colegios e inicia también una prolífica actividad
de Teatro leído, para adultos, en afán de motivar a nuevos elementos y difundir el arte escénico a todo nivel, ha tenido a su cargo varios programas culturales, adaptación de obras teatrales y constantemente dicta conferencias. La televisión y el cine nacional e internacional, han contado también con su valiosa participación y experiencia, recibiendo muchos premios y reconocimientos por sus memorables actuaciones. Simultáneamente a la actividad artística continúa con la docencia en el Valdivia y en varias instituciones educativas; es profesorafundadora de la Universidad Casa Grande, donde coordina la nueva carrera de Comunicación Escénica, creada para formar profesionales serios y capacitados en el difícil arte escénico. Con estudiantes de diversas carreras en dicho centro de enseñanza superior ha organizado el grupo teatral “Tzantza Grande”.
Italia en su corazón Durante los años ‘80s, en unión de sus entrañables amigas, Amelia Cipolla de Angeletti,
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Maria de Nobili e Isabel Tamayo de Florsheim, fue cofundadora del IECITEC, Instituto Italiano para la Educación y la Cultura, ejerciendo una fuerte actividad social y artística a favor de la difusión de la lengua y cultura de su país de origen, actividad que mantiene en diferentes ámbitos, siendo miembro de organismos representativos italianos, como el Comites y el CGIE (Comitato y Consejo General de los Italiano en el Exterior ) y presidente de la UIM Ecuador ( Unión de los Italianos en el Mundo), sección cultural de uno de los más importantes patronatos italianos. Varias veces condecorada por instituciones culturales, ha recibido altas preseas del Gob ierno nacional y del Congreso ecuatoriano. Por su parte, el Gobierno de Italia, reconociendo en ella una trayectoria ejemplar y ejecutorias a favor de las fraternales relaciones entre Ecuador e Italia, y sobre todo su labor en pro de difusiòn de la cultura italiana, el año 2010 le otorgó la Orden Nacional al Mérito en grado de Caballero. Su presencia es recibida con admiración y respeto en círculos teatrales y culturales de Guayaquil, Quito, Cuenca y otras ciudades del país.
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Con el Embajador Emanuelle Pignatelli recibiendo la Condecoración al Mérito del Gobierno Italiano.
En esta ciudad que adoro he podido aplicar lo que estudié en mi tierra, desarrollándome como artista y como persona, encontrando un camino fértil en unión de gente generosa, abierta y solidaria. He formado mi hermosa familia y he tenido el privilegio de conocer a muchas personas maravillosas que han llenado mi vida de amistad y afecto.
Recibiendo una condecoraci贸n del M.I. Municipalidad de Guayaquil con motivo del CDLXXIV Aniversario de Fundaci贸n de la ciudad, el 25 de julio de 2009 en uni贸n de otros intelectuales y artistas. 103
Mariella García Caputi
Pintora y Arqueóloga
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Un sacerdote franciscano natural de Saponara di Grumento Nova, provincia de Potenza, fue el primer emigrrante de apellido Caputti en arribar a Guayaquil. Era el año 1871 cuando Monseñor Francesco Caputti D’Aquino, amigo del tercer obispo de esta Diócesis, recibió el beneplácito de la autoridad ecleciástica para incorporarse a la Diócesis, siendo designado párroco de Colimes y más adelante de Balzar, donde fue muy apreciado por su positiva labor en beneficio de la feligresía. Monseñor invitó a venir a sus sobrinos los hermanos Luigi, Domenico y Giuseppe Caputi Marazita, el mayor de los cuales, Luigi Francesco, se estableció en Balzar para dedicarse a la agricultura, contrayendo matrimonio con Rafaela Macías y García (1888), propietaria de extensos predios rurales, con quien engendró 7 hijos. De ese tronco familiar Caputi-Macías, procede su bisnieta, la afamada pintora Mariella García Caputi, nacida en Guayaquil (1950) y criada en un hogar donde el cultivo de las letras y las artes formó parte de la cotidianidad.
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Terminados su estudios de secundaria que complementó con el aprendizaje de la música y del ballet, se matriculó en la Universidad Católica de Santiago de Guayaquil para seguir la carrera de Literatura y en 1970, viajó becada a Estados Unidos donde ingresó al Incarnate World College de San Antonio, Texas, para seguir estudios de arte, recibiendo las primeras enseñanzas sobre manejo del color y el dibujo impartidas por su maestra Regina Wojinsky. De vuelta al Ecuador se interesó por continuar en la Universidad Católica estudiando Decoración de interiores sin alejarse de la Literatura. Luego ingresó al Colegio Municipal de Bellas Artes, donde permaneció un corto lapso en el que fueron sus maestros los conocidos artistas plásticos Theo Constante, César Andrade Faini y Enrique Tábara, a cuyo taller fue invitada para iniciarse en el conocimiento de formas, estilos y texturas, asimilando directamente la influencia del gran creador como un paso decisivo para la búsqueda de su propio camino. “El taller de Tábara marcó profundamente su expresión. Aprendió los secretos del oficio fundamentalmente en lo que se refiere a la uti-
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lización del espacio, las posibilidades de las diferentes materias y el rigor creativo que de ninguna manera significa una pérdida de libertad. Su búsqueda se centró en el impresionismo, el estructuralismo y el informalismo, viviendo su expresión visual un largo período de tensión entre las formas del maestro y el mundo propio que buscaba sus formas. Mérito suyo fue no rehuir la tensión y asumir la complejidad que en su caso tenía la conquista de la originalidad. .De allí en adelante evolucionó experimentando y gestando una forma propia” ... (H. Rodríguez Castello- crítico de Arte). En 1974 presentó sus primeras exposiciones en el Museo Municipal de Guayaquil y en el Centro Ecuatoriano Norteamericano, con obras figurativas de tendencia hacia lo abstracto, obteniendo buenos comentarios. En 1975 asumió la Comisión de Artes Plásticas del Centro Municipal de Cultura y en 1976 obtuvo el Premio Adquisición en el Salón Nacional de la Casa de la Cultura. Al año siguiente participó en el I Salón del Banco Central y a renglón seguido obtuvo un Segundo Premio en el Salón Nacional de Témpera, Grabado y Dibujo, convocado por la Municipalidad de Quito.
Ancestros de Mariella (bisabuelos)
Don Luis Caputi Marazita, su esposa Rafaela Macías García y sus hijos Carlos, Clementina, Carmela, Clarisa y María Luisa. También constan en el grupo familiar don Domingo Caputi Marazita y la Srta. Rosalía Olvera García. 107
En 1978 se hace acreedora a otro Segundo Premio en el Salón Muncipal de Pintura Fundación de Guayaquil. Para entonces su obra ya es reconocida en el medio como el producto de una artista alejada de los cánones convencionales y seriamente comprometida con su quehacer. Siempre a la búsqueda de nuevas posibilidades para la creación estética de su propia satisfacción, la década siguiente intensifica su trabajo y amplía su horizonte artístico dentro y fuera del país, participando en tres Bienales Internacionales de Arte realizadas en Valparaíso, Chile. Concurre con sus obras a dos Bienales de La Habana, Cuba .En 1986 está presente en la Bienal de Miami y en 1989 en la de Sao Paulo, Brasil.
Por ese tiempo enriquece su contexto cultural asistiendo a seminarios con el peruano Luis Lumbreras y el chileno Felipe Bates, verdadera eminencias del staff cientítifico de la UNESCO que aprecian su interés por aprender.
La Arqueología en su pintura
En 1985 interviene en las excavaciones del sitio Real Alto, y junto a los maestros Silvia Alvarez (argentina) y Joss Buys (belga), adquiere nuevas influencias para su formación, siendo el norteamericano Jimmy Zeidler, quien le sugiere profundizar investigaciones sobre la figura Venus de Valdivia que posteriormente será el tema de su tesis de licenciatura presentada en 1989, con el título de “La figurina Valdivia en Real Alto: reflejos de los modos de vida Valdivia”.
Entre tanto, el año 1980 ha dado otro paso para su crecimiento intelectual, ingresando al primer Centro de Estudios Arqueológicos y Antropológicos de la Escuela Superior Politécnica del Litoral ESPOL, donde su Director, el arqueólogo Jorge Marcos Pino, la ayuda a encontrar las raíces ancestrales que ella requería para comenzar a pintar temas vinculados a lo nuestro.
Al decir de Jorge Marcos “A través de la Arqueología, Mariella se halló a sí misma”. ...” Llegó a lo precolombino, lo hizo en el aula, en el laboratorio, en el terreno, excavando y estudiando. Profundizando en la Antropología se volvió arqueóloga, pero no dejó nunca de ser pintora; por el contrario, su profesión e arqueóloga se iba articulando en sus lienzos. Los estratos dibujados en
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1998. En una ceremonia oficial con su maestro Enrique Tábara.
1990. Junto al díptico para Mundo Valdivia.
2006. Recibiendo la Condecoración del Gobierno Nacional al Mérito Cultural de manos del expresidente Dr. Alfredo Palacio.
Con sus hijas Regina, Angela y Mariella, y su madre. 109
papel milimetrado que servían para dilucidar las superposiciones, asociacioines y recurrenciasde los restos del comportamiento social y del modo de vida de las sociedades pretéritas, se proyectaron en nuevos cuadros”...”La articulación de la pintura con la arqueología en su obra no ha restado la seriedad debida a su pintura ni a su otra profesión”....(fragmentos) La síntesis de todas esas etapas de búsqueda en las que ha perseverado paciente y seriamente, viviendo con intensidad sus dos carreras, se han visto reflejadas en espectaculares creaciones como el gran tríptico que presentó en la Primera Bienal de Cuenca y en obras posteriores donde la figura de la Venus Valdivia ha sido el centro de su inspiración.
Otras actividades La última década del siglo XX la encuentra inmersa en nuevas responsabilidades desde la dirección de Cultura del Banco Central del Ecuador y a partir del año 2002 hasta el 2009 como Directora Regional de servicios culturales de la misma institución, con jurisdición para toda
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la costa ecuatoriana exceptuando Esmeraldas. De ese período tiene a su haber la ejecución de varios museos como los de Bahía de Caráquez y Manta en Manabí y el montaje y organización del grandioso Museo Antropológico y Arqueológico de Guayaquil (MAAC), hoy denominado Centro Cultural Simón Bolívar, su más sobresaliente aporte de aquel extenso período en el que no dejó de lado su trabajo pictórico. También desempeñó la dirección del Centro de Estudios Arqueológicos de ESPOL. En mérito a talento artístico y al esfuerzo creador demostrado a lo largo de su prolífica carrera,ha recibido numerosos reconocimientos de parte de entidades culturales y del Gobierno nacional. Sus obras se encuentran catalogadas por importantes críticos de arte del país y del exterior. El Gobierno presidido por el Dr. Alfredo Palacio le otorgó la condecoración al Mérito Cultural. Y el año 2009, los artistas de la ciudad le ofrecieron un hermoso homenaje en el salón principal de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas.
Madre y abuela De su matrimonio con el Dr. Eduardo Manrique Trujillo (+) descienden sus tres hijas: Mariella, Regina y Angela, en quienes se proyecta la sensibilidad artística para la literatura y la danza. En segundo matrimonio casó con el Dr. Francisco Parra Gil (+), abogado y escritor (s.d.). Dedicada siempre a su arte y a disfrutar de su nuevo rol de abuela, reside en Guayaquil, donde sigue laborando como Coordinadora de Investigaciones y Proyectos Culturales del ex MAAC.
2009. Meditando en la visión.
2003. Diosa Umiña elevándose.
1993. Estructuración Mundo Valdivia. 111
Ernestina Pescarolo Orellana
Catedrática universitaria Mas de medio siglo dedicada a la enseñanza del idioma italiano
Ejecutiva Apoderada gerencial del Banco Holandés Unido durante 38 años
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La decisión de emigrar no fue tomada al azar por Luigi Pescarolo Carletti, técnico industrial del ramo de la confitería, nacido en la ciudad de Torino, quien el año 1924 firmo contrato con uno de los hermanos Segale Norero, fundadores de la fábrica La Universal de Guayaquil, para venir a laborar en esta prestigiosa industria en calidad de jefe de la sección confites, caramelos y afines, ejerciendo dichas funciones hasta el momento de su fallecimiento ocurrido el año 1964. Casado en esta ciudad (1934) con María Orellana Aschieri, procreó a sus hijos: Ernestina, Enriqueta, Luis y Mario Pescarolo Orellana, correspondiéndole a la mayor de ellos un sitio destacado en la nómina de mujeres de ascendencia italiana (por rama paterna y materna) en Guayaquil. Nacida en 1937, Ernestina realizó sus estudios primarios en el colegio La Inmaculada y los de segunda enseñanza en el colegio La Providencia, ambos regentados por comunidades religiosas; recibiendo su educación académica en Italia, como alumna de la Universidad para Extranjeros de la ciudad de Siena, donde se graduó de Profesora de Italiano y Linguistica.
A su retorno de Italia emprendió actividades docentes a nivel superior, ingresando el año 1958 como catedrática de idioma italiano en la Escuela de Lenguas de la Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación de la Universidad Estatal de Guayaquil, cargo en el que ha sobrepasado el medio siglo de ejercicio. Fue Subdecana de dicha Facultad por 5 años, en la que contribuyó a la fundación y organización de la carrera de Artes. Posee también un título de Tecnóloga en Administración Financiera, obtenido en el Instituto Superior ESCA y debidamente registrado por organimos estatales ecuatorianos, ya que junto a su actividad docente ha alternado labores ejecutivas, ejerciendo las
Doña Maria Orellana Aschieri de Pescarolo y sus hijos
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altas funciones de Apoderada Gerencial del Banco Holandés Unido durante un período de 38 años.
Miembro activo de la Fundación Dante Alighieri es una de las socias fundadoras del Liceo Italiano de Guayaquil.
Siempre pendiente de los cambios tecnológicos ha seguido cursos de actualización en informática en ESPOl y se encuentra en proceso para la obtención del título de Ingeniera en Gestión Empresarial por la Universidad Tecnológica San Antonio de Machala.
Casada con el catedrático y jurisconsulto Dr. Rosendo Maridueña German (+), quien desempeñó las funciones de Embajador del Ecuador ante el gobierno de Nicaragua, es madre de Lorena, Alsacia y Anita Madirueña Pescarolo, profesionales en distintas ramas, siendo sus nietos los Dik Maridueña, Reyes Maridueña y Martínez Maridueña.
Junto a su esposo Dr. Rosendo Maridueña (+) y sus hijas.
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Recibiendo la presea al Mérito Educativo de manos del entonces rector de la Universidad Dr. León Roldós A.
Guayaquil de hoy. Vista hacia el norte del Malec贸n 2000 a la altura de la Gobernaci贸n. Foto: Carlos Julio Gonz谩lez / Direcci贸n de Turismo M.I. Municipalidad de Guayaquil.
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Larissa Marangoni Bertini
Escultora
El nexo de Larissa Marangoni Bertini con el arte viene de sus lejanos ancestros triestinos. Para referirnos a los más cercanos: su abuelo Alessandro Marangoni Toso, pionero de la industria de pinturas en el Ecuador y artista pintor de gran talento. su padre, Dr. Paolo Marangoni Soravia, pionero en la gestión de planificación familiar en el Ecuador, director de salones de arte en Guayaquil, estrechamente vinculado al desarrollo de las artes plásticas en el Ecuador. Por eso no es de extrañar que a los 17 años, cuando Larissa, en goce de una beca partió a terminar la secundaria en Canada, donde ingresó al Pearson College of the Pacific (Vancuver island), escogiera arte como una materia en nivel A, encontrando en Flemming Jorgensen, no solo a su mentor sino a la persona que la condujo al encuentro con su vocación y al mundo de la creación artística.
Magister en Salud Pública Ambientalista Mujer y madre
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En esa etapa estudió historia del Arte, ceramica, pintura y escultura y al finalizar el colegio ganó otra beca para estudios universitarios en la Universidad de Bennington College, Vermont, donde también se inscribió en pintura, escultura, además de tomar las materias obligatorias. Estudió literatura latio-
Larissa con su segunda hija Amanda, nacida el 8 de abril de 2009. “Amanda ha iluminado mi camino para seguir viviendo con intensidad�. 117
naoamericana, danza africana, improvisacion y escenografia teatral. Recordando a sus maestros, expresa:
Conoci a Mia Westerlund Rosen con quien trabaje como asistente por 3 años tanto en Hoosick Falls cerca de Bennington y Nueva York, donde formé parte del equipo de su taller, ubicado en China Town. Lo bueno de Bennington es que cerraba por dos meses y había que trabajar en lo que tu querías especializarte, entonces trabaje por los cuatro años de tiempo que estuve en Bennington primero en Nueva York como asistente de biblioteca en Sothebys la famosa casa de subastas de arte, que quedaba muy cerca de donde yo vivía. Por las noches me desempeñaba como salonera en un restaurante Italiano llamado Otamanelis..El fin de semana trabajaba para la misma compañía en una panadería que quedaba en la 86 y York. El segundo año trabaje para la escultora Deborah Masters que vivía en Brooklyn en la zona de industrias bastante peligrosa. La ayude a hacer algunas esculturas especialmente en yeso, con ella aprendi a hacer moldes de yeso con figuras de 2 metros de alto 118
trabajábamos en barro y las fundíamos. En Bennington College aprendí a forjar hierro, a soldar, a trabajar en madera, en arcilla de todo pero lo que mas me gusto fue el hierro. Trabajabamos bajo cero afuera cortando con soplete los pedazos de hierro. !Era increíble! Aprovechando las vacaciones la estudiante se desempeñaba como asistente de Mia Westerlund Rosen con quien conoció las técnicas de soldar plomo y recubrir grandes esculturas de cemento con ese material. En el tercer año aplicó a otra beca para hacer su maestría en escultura siendo aceptada en en la Universidad de Syracuse. Igual que los otros lugares, me pagaban todo pero debía trabajar algunas horas extras en Bennington. Eran 14 horas semanales en total. En ese lapso trabajé como operadora de teléfonos de la Universidad y en la biblioteca y fui voluntaria en una casa de personas de la tercera edad. Cuatro años en Syracuse Larissa tuvo 3 cátedras a su cargo y para ayudarse en gastos, aceptó ser enfermera de la esposa de un pintor ( miembro del Departamento de arte), una doctora en Medicina aquejada por
Nueva York, trabajando en el taller de fundici贸n. Algunas de sus obras.
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esclerosis múltiple (Nancy se llamaba), a quien ayudaba 4 horas al día como responsable de su aseo personal, limpieza de casa, administración de medicinas,etc.. Inmenso esfuerzo que olvidaba cuando entraba al taller del maestro Roger Mack, un gran escultor internacionalemente reconocido . Teniamos un taller espectacular. Todos los que estábamos alla, que eramos unos 6 con beca completa , teníamos nuestros estudios en el taller. Manejábamos una fundidora sensacional de aluminio y bronce, fundíamos por lo menos dos veces a la semana. Aprendi a trabajar en masilla de carro, en resina haciendo moldes de todo tipo, a trabajar con maquinas de aire, a trabajar con motosierra. Me encanto dar clases porque teníamos muchos alumnos de arte, especialmente los que no eran artistas que venían a las clases que yo impartía `por la noche. Eran abogados, médicos, amas de casa, de todo; la clase iba de 6 de la tarde hasta las 10 de la noche y a veces nos quedábamos hasta las 12 de la noche. Hacer la Maestría fue muy duro ya que tenia que levantarme temprano a recibir clases y a dar clases toda la mañana; por la tarde tenia más clases y además debía cuidar a Nancy y por la noche dar clases y recién
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tipo 12 de la noche o los fines de semana lograba hacer mis esculturas. Fue difícil pero muy bonito capítulo de mi vida. Cuando termine Bennington College vendi mi primera escultura y mi primer cuadro y compré una camioneta doble cabina super vieja que tenia el radiador totalmente oxidado. La lleve a Syracuse y me duro los 4 años que estuve alla. Y nunca le hice reparar el radiador! Esporádicamente venía al Ecuador para visitar a sus padres y cuando terminó su maestría, la universidad la contrató un año más para seguir dando clases. Finalizado aquel período, Larissa regresó al Ecuador, se casó y luego de tres años, un 5 de septiempre de 1995, nació su primogénita Sophia, que hoy es una hermosa adolescente. Al regresar al Ecuador me di cuenta del potencial de mi país y empece a hacer exposiciones las cuales ya venia haciéndolas en los Estados Unidos. Tenía experiencia. Trabaje con David Perez la galería DPM por unos años en algunos proyectos y logre construir mis primeras obras monumentales. Su obra contemporánea abarca desde temas como las santas, Sor Juana de la
En el grupo familiar con sus padres: Paolo Marangoni Soravia, y Rosita Bertini y sus hijas Sophia y Amanda.
Larissa y su hija mayor Sophia 121
Cruz, Santa Caterina de Siena, Santa Eulalia, Santa Agatha, Juana de Arco que que inspiró su tesis sobre la relación de Juana de Arco y la mujer contemporánea, Narcisa de Jesus, las hermanas Mirabal temas específicamente femeninos, como instalaciónes, Memoria, Armas de guerra, La Novia, Espacio Vacio, Yo si me he mirado, etc… Temas ambientalistas, Yo ya no me baño en el estero, Derrame, etc… Ha expuesto con éxito en renombradas galerías de arte del país y del exterior. Algunas de sus esculturas de pequeño y mediano formato se encuentran en colecciones privadas. Sus obras monumentales son admiradas en el lobby y fachadas de modernos edificios, pero su espíritu inquieto siempre anda en búsqueda de algo más. Es cierto que soy muy inquieta. Todo me interesa, soy curiosa y siempre quiero aprender más, hacer más cosas. Me meti en la construcción de escenografías para canales de televisión trabajando muchos años para Ecuavisa en programas como Cliford, Los diez mandamientos, la novela Yo vendo unos ojos negros, Decisiones. Fui directora de arte encargada del vestuario, imagen, etc. Similares tareas realicé para
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Teleamazonas en las series El cholito 2 y La pareja feliz 2 . Incorporada a la labor social de APROFE (Asociación pro Bienestar de la Familia Ecuatoriana), institución pionera de la planificación familiar en el Ecuador, fundada por su padre para atención a la salud reproductiva de la mujer de áreas marginales y el cuidado de la salud integral de la familia, Larissa emprende otra etapa de su vida, dedicándose al servicio social y a la preservación de la naturaleza En estos últimos 4 años ha logrado un título de Magister en Salud Pública en la Universidad Catolica; ha hecho un curso de Alta Gerencia. A su dinamia se debe la reingeniería administrativa de APROFE, el cambio de imagen de las edificaciones, la agilización de los servicios, modernización y actualización de tecnología, entre otras modificaciones. Al crecer el departamento de Desarrollo Comunitario ha logrado el apoyo de muchas instituciones que ayudan a entregar medicinas, ropa, comida, etc. a quienes más lo necesitan.
Ha creado Solo con Natura, una organización dedicada a trabajar en lo que es salud integral de los pobladores de las zonas costeras del Ecuador, entidad que se aproxima al cuarto año de gestiones con residencia en Puerto Engabao. Comercializan productos reciclados como sandalias, lámparas, ropa de niños, bolsos. Producen líneas de shampoo, rinse y cremas con fragancias naturales. Con el dinero de esas ventas, aspira subsidiar más proyectos de desarrollo en las comunidades costeras, creando fuentes de trabajo y ayudando a preservar el medio ambiente. Definitivamente lleva en sus genes el impulso de pioneros italianos que supieron forjar nuevos destinos en tierras del Ecuador a donde llegaron en la segunda mitad del siglo XX. 123
Gioconda Minervini Lanata
De Orzomarzo, provincia de Cosenza, llegaron el año 1922 a Guayaquil los hermanos Giusseppe y Giovanni Minervini Pezzoti, quienes establecieron un negocio de importación de vinos y licores finos. Giusseppe venía con su esposa Michelina Faillace Laino, con quien tuvo tres hijos guayaquileños: Emilio, Aurelia y Alfredo, figurando en su descendencia los Minervini Lanatta, Guzmán Minervini y Minervini Marín. Emilio, inclinado a la música, estudió trompeta en el Conservatorio A. Neumane, integró la orquesta y el grupo de cantantes de la compañía de ópera dirigida por el maestro Angelo Negri. Casado con Carmen Lanata, fueron padres de Gioconda y Mirella, las dos hijas a quienes orientaron por los caminos del arte, donde el tiempo se encargaría de proyectarlas como dos brillantes figuras.
Balletista Quimica Farmacéutica Maestra y Coreógrafa de Ballet
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Al notar el talento especial que Gioconda demostraba para la danza, la inscribieron tempranamente en la Escuela de Ballet de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, siendo los maestros Esperanza Cruz, Angélica Marini y Jorge Córdova, los forjadores de la que luego sería nuestra prima ballerina.
Gioconda Minervini en una de sus memorables caracterizaciones 125
Matriculada también en el Conservatorio A. Neumane como estudiante de piano, asombró a sus maestros con una extraordinaria voz de soprano coloratura, pero lo suyo era la danza clásica, a la que se dedicó con ahinco, sin descuidar sus estudios regulares para obtener el título de bachiller en el Colegio Nacional de Señoritas Guayaquil e ingresar a la Universidad Estatal, donde siguió la carrera de Química y Farmacia hasta su graduación. En la vida estudiantil cosechó lauros especiales imponiendo un estilo propio a las coreógrafías de cachiporrera y representó a su plantel en eventos de gimnasia olímpica.
Convertida en primera figura del ballet, tuvo a su cargo roles estelares de los más afamados ballets del mundo. Sus magistrales initerpretaciones de Muerte del cisne; Coppelia; Danza de los 7 velos (Salomé), Peleade gallos, etc. quedaron como referentes para la historia del ballet clásico en Guayaquil. Entre sus actividades se anotan: profesora bailarina de la Escuela de Danzas de la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, profesora de ballet del Colegio Internacional SEK, profesora bailarina del Instituto Nacional de Danzas Raymond Maugé (1981), y desde el año 1988 al presente, rectora y coreógrafa del mismo.
El acreditado negocio de venta de vinos y licores finos perteneciente a los Hnos. Minervini Pezzoti, estuvo localizado en las calles 9 de Octubre y Escobedo. Fue un punto de encuentro para los miembros de la colonia italiana y prestantes elementos de la sociedad guayaquileña 126
Mirella Minervini Lanata Concertista de piano y cantante
Destacó dede pequeña por su voz y afinación, siendo una de las mejores alumnas de su promoción en el Conservatorio Nacional Antonio Neumane, a la par que lo fue en el Colegio Particular Británico del Ecuador, haciéndose acreedora a “Medalla Filantrópica” de la excelencia por ambas instituciones.
Cursó la secundaria en el Colegio Nacional de Señoritas Guayaquil, con promedios sobresalientes. Así mismo culminó el aprendizaje del idioma francés en la Alianza Francesa de esta ciudad. Su paso por el Conservatorio A. Neumane reveló su enorme potencial para la música. Dotada de una hermosa voz de soprano lírica, se graduó de concertista de piano y luego de obtener primer lugar en el Concurso Nacional Guillermo Wright Vallarino (Quito), efectuó un post grado de 2 años en el Conservatorio Europeo de Música de Paris, Francia. Posteriormente fue invitada a un Seminario Internacional de piano en la Fundación Isaac Albeniz (Santander-España). De retorno al Ecuador comenzó a explotar el prodigio de su voz, primero en intervenciones para la iglesia de su barrio y a nivel privado; luego fue requerida en destacados escenarios dentro y fuera del país. El condado de Dade, en Miami Florida, le otorgó las llaves, después de una magistral particicipación como cantante políglota (1995),en el evento organizado por la Fundación de Arte y Cultura de Ecuador Cultiva tanto la música sacra como el género popular con éxito notable. 127
Gabriela Galvez Vera
Periodista Catedrática Directora de la Revista Hogar
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Desde la dirección de la Revista HOGAR, cargo que ejerce con brillantez, Gabriela Galvez Vera, la niña que al nacer el año 1968 dio inicio a la segunda generación de la familia de los emigrantes calabreses Cino Fabiani, fue también la primera hija del matrimonio formado por el médico pediatra Arnaldo Galvez Cortés y la Dra. en Filosofía Cecilia Vera Cino, a quien siguieron tres hermanos: Arnaldo Javier, María Asunción y Daniel. Hoy, todos ya adultos y desempeñándose dentro de sus profesiones como Ingeniero Comercial, Sicóloga Clínica y Médico Pediatra, respectivamente. Una infancia feliz y la formación en sujeción a patrones familiares de excelencia la impulsaron a seguir los pasos de su madre educadora, que complementó la vida de los hijos con actividades extracurriculares ligadas a los intereses de cada uno. En el caso de Gabriela fueron los estudios particulares de piano que inició a los 7 años de edad con las maestras Hipólita de Luca y Lila Alvarez, continuándolos hasta nivel medio en el Conservatorio Nacional Antonio Neumane de Guayaquil.
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Excelente estudiante en todas las etapas de su educacion, optó vocacionalmente por la carrera de Periodismo, recibiendo su licenciatura (1993) en la Universidad Laica Vicente Rocafuerte; y siguiendo estudios a distancia, culminó la carrera de Lengua y Literatura en la Universidad Técnica Particular de Loja, graduándose como Profesora de Educación Media en dicha especialidad; luego asumió la cátedra de Literatura y Comunicación en la Univerdad Católica de Santiago de Guayaquil, donde prepara actualmente su tesis previa a la obtención de una Maestría en Comunicación Organizacional. Frecuentemente invitada a congresos y seminarios relacionados con su especialidad, ha hecho presencia destacada en foros nacionales e internacionales. Desde su despacho de la dirección general de la Revista HOGAR, la más importante publicación ecuatoriana dedicada a la mujer, recuerda sus inicios: Desde que era una estudiante universitaria busqué trabajar en la rama de la comunicación, por lo que en 1989 empecé a hacerlo en el grupo Editores Naciona-
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les, en una revista infantil llamada Pekes, para luego convertirme en editora cultural de la revista Vistazo y en redactora de la revista Hogar. Y es en esta última publicación donde mi vida profesional fue madurando. En 1999 me convertí en su Editora General y en el 2005 en su Directora General, cargo que desempeño hasta la actualidad, gracias a la confianza que depositó en mi su fundadora y primera directora, la periodista y poeta Rosa Amelia Alvarado Roca. A través de ese importante medio de comunicación donde su capacidad intelectual y ejecutiva se proyectan en cada edición, Gaby, como afectuosamente se la llama, canaliza contenidos respondiendo a los requerimientos de la mujer del siglo XXI. Cuando se analiza a si misma y define rasgos de su personalidad, es de sus raíces y recuerdos de donde extrae las respuestas que la ligan a sus ancestros calabreses y emprende el nostálgico relato que fluye sin más pausas que las que su propia emoción le va imponiendo:
“...La parte italiana de mi familia ha tenido una enorme influencia en mi vida. Como la “nieta inaugural” de mi abuela recibí toda clase de cuidados y mimos de su parte. Doña Lina Cino Fabiani de Vera era estricta con cualquiera, menos con sus nietos. (“Para esos están los padres”, decía, “yo no pongo disciplina sino cariño”). El completo arraigo que siento hacia mi ciudad y mi país me hace admirar aún más a mi abuela, al imaginarme lo difícil que tuvo que haber sido para ella el dejar atrás su “bella Italia”, a la que jamás quiso volver para evitar tener que enfrentarse a un posible deseo de no querer regresar a Ecuador. El evadir tentaciones, eliminó, entonces, cualquier posibilidad de retorno a Italia. Escuché innumerables historias del pequeño pueblo de Santa Domenica Talao, al sur de Italia, en la provincia de Cosenza, región de Calabria, y me aprendí de memoria la postal enmarcada de ese pueblo que miraba al mar desde la cima de una montaña, que ella contempló nostálgica hasta el día de su muerte. Ocho años después del fallecimiento de mi abuela, en el 2002, emprendí junto a mis
padres, un viaje al sur de Italia, que tenía como misión principal conocer ese pueblo de la postal. Llegar a Nápoles ya fue un impacto: su intensa actividad y su comercio y tráfico, casi anárquicos, me hicieron encontrar enseguida el parecido con Guayaquil. Ni qué decir de la apertura de la gente: personas comunicativas y amables. Luego siguió un trayecto en tren, de Nápoles a Scalea, atravesando la bella Riviera dei Cedri, repleta de limoneros sembrados en acantilados con vista al Mediterráneo. Scalea era el balneario veraniego tan mencionado por mi bisabuela, Italia Fabiani de Cino, con quien tuve una estrecha y cariñosa relación en mi infancia, en la gran casa del barrio Las Peñas, desde la que sentada en una mecedora, tejía a crochet día y noche, mientras vigilaba el desenvolvimiento de la vida de cada uno de los miembros de la familia. Recuerdo vívidamente la llegada a Santa Domenica Talao: tres extranjeros en busca de un pasado, a quien todos miraban con recelo. El pintoresco lugar es de esas poblaciones en las que de todo hay una sola cosa: una iglesia, una tienda, un restaurante, una barbería… En la Comuna del lugar, busca-
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mos los documentos de mi abuela, donde estaban registrados sus datos. Con cierta dificultad logramos encontrar la casa donde ella había vivido antes de ir al Ecuador y al verla comprendí por qué su padre, mi bisabuelo Luigi Cino Sangiovanni, había escogido la casona que compró en el barrio Las Peñas: la similitud arquitectónica era asombrosa. El único detalle que variaba era la vista. Desde la de Santa Domenica se veía el Mediterráneo y desde la de Guayaquil, el río Guayas. Llegar a Santa Domenica ha sido una de las cosas más significativas de mi vida. Fue re-conocer olores, sabores, vocablos. Fue volver en vez de mi abuela, por ella, para ella, o quizás, -y ojalá haya sido así- hasta con ella.
Con su madre Cecilia Vera de Gálvez y sus hermanos María Asunción, Arnaldo y Daniel.
He regresado a Italia después de esa visita a Calabria y, aunque no he retornado al pueblo de mis ancestros, he procurado visitar, junto a mis padres, algunas ciudades del sur, donde es gratificante lograr que el pasado se convierta en presente, aunque sea por una corta temporada de vacaciones... Dicen que soy la persona más parecida a mi abuela en toda la familia. Quizás por eso he buscado consciente e inconscientemente… a
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El el 2009 de paseo en Palermo, Italia.
veces en serio; otras, jugando, posar como ella en un retrato en sepia que dominaba la cómoda de su dormitorio. En la actualidad, el parecido físico ya me resulta irrelevante. Hoy quisiera tener sus virtudes, convertirme en un ser totalmente equilibrado y de fuertes
convicciones; en una persona valiente y plena. Y mientras eso sucede si es que sucede-, sigo recordando y disfrutando las tres cosas que compartíamos en sus últimos tiempos: la afición por la moda, la música y las telenovelas.”...
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Mirella Cesa Dalmau
Compositora Cantante internacional Creadora del Andipop
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Enrico Cesa Korek, abuelo de Mirella Cesa, nacido en D´Caveva, provincia de Udine, pertenece al grupo de emigrantes italianos llegados el siglo XX, en el período de la posguerra. Salió de su tierra natal a los 20 años de edad con destino a Francia donde instaló un negocio de venta de vehículos cerca de Burdeos. Luego pasó al Marruecos francés, y allí trabó amistad con su coterráneo Emilio Grudena C., decidiendo embarcar juntos con destino al Perú, donde arribaron el año 1931. En 1932 avanzaron a Guayaquil, ciudad que desde el primer instante los atrajo para establecerse definitivamente. Cesa abrió un taller de niquelado y pavonado en la calle Quito y Vélez, y comenzó a comprar antiguedades, las mismas que por aquel tiempo no tenían mayor valor comercial, pero que al paso de los años le representaron la sólida base de un floreciente negocio que le dio fama y fortuna permitiéndole hacer otras inversiones. Su afición al deporte del ciclismo le procuró algunos campeonatos. Casado con doña Ana Victoria Rolando, descendiente de emigrantes pioneros, procreó a sus hijos Rina (vda. de Rodríguez) y Giulio, padre de la artista Mirella Cesa Dalmau, nacida el año 1984 en Guayaquil.
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La música forma parte de su vida desde que empieza a pronunciar sus primeras palabras.. Desde muy temprana edad sintió una fuerte atracción por el mundo musical. Influenciada por artistas como: Armando Manzanero, Leo Dan, Mercedes Sosa, Illapu, Ana Belén, Vicky Carr, Dionne Warwick, Frank Sinatra, The Beatles, figuras de moda que
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escuchaba en casa de sus familiares cuando ella era adolescente, empezó a escribir estrofas que más adelante serían el origen de sus propias composiciones. Inclinada por las letras con algún significado, que a pesar de su corta edad gustaba cantar en reuniones de familia, amigos, iglesias y fiestas, a medida que los años pasaron sintió la música como algo mucho
más personal. Estudió guitarra para acompañarse y complementar sus composiciones y fue experimentando en la mezcla de sonidos andinos con música pop. Un día después de su graduación viaja a Miami en busca de oportunidades musicales. Con una maleta llena de sueños va buscando la oportunidad en varios lugares. Conciente de sus limitaciones, resuelve estudiar canto, guitarra, charango y actuación y luego de un extenso período de estudio y de búsqueda, conoce a Rudy Pérez, quien la orienta en la producción de sus primeras canciones. En Abril de 2006 lanza al mercado ecuatoriano su primer sencillo con el tema “El Amor es…” que la proyecta a nivel nacional como la revelación del año. El video clip de éste tema es elegido como uno de los tres mejores del año en la cadena HTV de ecuador, y su original fusión de instrumentos andinos y ritmo POP es bautizada por la prensa entendida como ANDIPOP razón por la cual ahora se la conoce como “la creadora del ANDIPOP”. Sobresale como Artista del año 2007, Artista del año 2008 y 2009, reconocimientos que la llevan a ser escogida como representante
de la juventud femenina del Ecuador en una campaña nacional auspiciada por la telefónica más importante del país. Su imagen es utilizada en infinidad de piezas promocionales y publicitarias y a su corta vida artística se convierte en “un fenómeno” al ser la artista femenina juvenil más joven en el mercado ecuatoriano con la mayor cantidad de presentaciones en vivo dentro del país. Sus presentaciones se caracterizan por la carga de matices andinos en una instrumentación que resalta lo ancestral americano, pues acompañando su voz escuchamos quenas, zampoñas y cajón peruano, fusionados con guitarra eléctrica, bajo y batería. Su original forma de vestir, su potencia interpretativa, unidos a su carisma y sencillez han hecho que la Mire (como la llaman sus “fans”), en tan solo 4 años de vida artística se convierta en la figura femenina del momento en todo el territorio nacional. Responsable y disciplinada conduce su carrera con mucho profesionalismo, constituyéndose en un referente para muchos jóvenes soñadores que persiguen una meta que en ciertos momentos consideran inalcanzable y a los que ella con su ejemplo de soñadora y luchadora va inspirando a la conquista de sus logros. 137
Hasta la fecha Mirella ha lanzado 10 sencillos incluidos en dos CD’s, estos sencillos son: El amor es, No seré para ti, Manantial de Caricias y Enfréntate a mí. Estos 4 del cd “Mirella Cesa”. Juego de tres, Nueve meses, Digan lo que digan, Este amor, Te confieso, Déjate llevar, de su segundo cd “Dejate Llevar”.
esta misma cadena (Mejor Video, Mejor Canción, Mejor Artista Femenina y Mejor CD) y además este mismo video también fue transmitido por Telehit. Elegida por votación popular como la MEJOR ARTISTA DE 2009 en el concurso de la cadena de radios LOS 40 PRINCIPALES, representó al Ecuador en el magno evento realizado en Madrid
Su primer CD a la venta le merece un DISCO DE ORO en Ecuador y su segundo CD que salió a la venta en Mayo de 2010 ya es todo un éxito. En Agosto de 2009 La Mire presentó su tercer sencillo el tema ESTE AMOR que a pasos agigantados ocupo lugares preferentes en el gusto del público. En noviembre del mismo año lanzó “Digan lo que digan” para luego presentar “ Te cnfieso”, (estos dos junto a MANANTIAL DE CARTICIAS son sus tres mas grandes éxitos)
Escogida como imagen de la campaña de 2010 de RADIO DISNEY ECUADOR. Este año (2011), Mirella inició con shows y premios pues el 1 de Enero fue la artista principal en la tradicional fiesta de fin de año de Yatch Club de Salinas, Ecuador, donde 4000 personas bailaron y cantaron sus temas y el 26 de enero, Mirella recibió el premio de MBN MIS BANDAS NACIONALES a la mejor artista con proyección internacional.
En Abril de 2010, cumplió 4 años de carrera artística y lo celebró a lo grande, pues su video de “Digan lo que digan” ingresó a los 10 más solicitados de MTV llegando a posicionarse hasta en segundo lugar. La cadena “Ritmo Son Latino”, también solicitó este video, siendo nominada en el presente año a 4 categorías a los premios “Orgullosamente latino” de
La meta más cercana de esta talentosa e incansable ecuatoriana que ya ha estado promocionando su trabajo en Panamá, Costa Rica, Perú, Bolivia y España, es introducirse al mercado Colombiano. Sin lugar a dudas Mirella Cesa seguirá en su ascendente carrera hacia el éxito, conquistando corazones mas allá del territorio patrio, para orgullo de su gente.
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LA AUTORA
Jenny Estrada Ruiz
Periodista profesional Historiadora Fundadora y directora del primer Museo de la Musica Popular y de la Escuela del Pasillo en Guayaquil
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Intelectural guayaquileña, hija del Dr. Miguel Estrada Valle y de la soprano Olga Ruiz Robles de Estrada. Inició sus labores periodísticas el año 1968, siendo la primera mujer editorialista de diario El Universo, donde abrió
Ancestros paternos
el camino para el elemento femenino y consolidó su carrera, sobresaliendo como comentarista política, entrevistadora y reportera. El año 1977, alcanzó su categoría profesional. Ha colaborado con los principales diarios y revistas del país extendiendo su experiencia de la comunicación social a la radio y a la televisión nacional, con mucho éxito. A partir de 1980, se aleja del periodismo para dedicarse a la investigación histórica, campo en el que ha aportado -hasta el presente- con la publicación de 23 libros de su autoría, algunos de ellos con varias ediciones y traducciones a otros idiomas.
Su bisabuelo Paolo Valle R., emigrante genovés nativo de Sori. Miembro fundador de la Sociedad Italiana Garibaldi.
Ha intervenido como conferenciante invitada en foros nacionales e internacionales (España, China, Estados Unidos, Argentina, México, Costa Rica, Cuba). Ha obtenido primeros premios en concursos para escritores y periodistas latinoamericanos. Pertenece a entidades culturales, periodísticas, artísticas y clasistas de Guayaquil y del país.
Su abuela Luz María Valle de Estrada. 141
En reconocimiento a su constante labor intelectual se ha hecho acreedora a innumerables galardones nacionales. Tres instituciones en ocasiones diferentes la han declarado Mujer del Año en la Cultura. Ostenta, entre otras importantes preseas, la placa de Guayaquileña Ilustre, otorgada por Cultura y Fraternidad; la condecoración nacional Al Mérito del Trabajo Cultural, por parte del Ministerio de Trabajo; la medalla al Mérito Cultural Vicente Rocafuerte, impuesta por el Congreso Nacional y la Orden Nacional al Mérito, en grado de COMENDADOR, que el Gobierno Nacional le confirió el año 2002, agradeciendo sus valiosos aportes a la cultura y a la defensa de la identidad cultural ecuatoriana.
con sede en Palermo-Italia, le extendió el nombramiento de Diputada con rango diplomático para la Comunidad Europea. Miembro fundador y primera vice directora del capítulo de Guayaquil, de la Academia Nacional de Historia, creado el año 2004. La evaluación de sus aportes bibliográficos, en el campo de la historiografía nacional, figura en antologías ecuatorianas y extranjeras. Defensora de la identidad nacional, entre sus últimos aportes a la cultura nacional figura la creación y dirección del Museo de la Música Popular que lleva el nombre del célebre cantor y compositor Julio Jaramillo, y de la primera Escuela del Pasillo del país, denominada Nicasio Safadi, desde donde realiza una importante labor en defensa y valoración de nuestra identidad musical ecuatoriana.
En 2007, la M.I. Municipalidad de Guayaquil y la Casa de la Cultura Núcleo del Guayas, le otorgaron las máximas condecoraciones al Mérito Cultural.
Miembro de NUMERO de la Academia Nacional de Historia
Igual distinción le otorgó la Comisión de Conmemoraciones Cívicas adscrita a la presidencia de la República en Quito.
Miembro correspondiente de la Academia Colombiana de la Historia
En 2004, el Parlamento Mundial de la Paz,
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Miembro Correspondiente de la Real Academia Española de la Historia
Miembro de la Academia Nacional de Historia Marítima y Fluvial
Sus Obras publicadas: • Una mujer total - Matilde Hidalgo de Procel Biografía • Mujeres de Guayaquil, siglos XVI al XX Diccionario biográfico • Dr. Juan Tanca Marengo Biografía • Dr. Luis Baquerizo Amador Biografía • Aurelia Palmieri: la precursora olvidada Biografía • Armando Romero Rodas: Ruta de un ideal Biografía • Los Jouvin 100 años en la industria gráfica Biografía • Los españoles de Guayaquil Inmigrantes Tomo I • Los italianos de Guayaquil Inmigrantes Tomo II • Segunda Guerra Mundial: Lista Negra en Ecuador • Personajes y circunstancias • La Armada en imágenes • La Balsa en la navegación prehispánica • El montubio un forjador de identidad • Del tiempo de la yapa • El Malecón, noticias de la historia • 100 años de la música popular en Guayaquil
(12 ediciones)
Entrevistas y reportajes Album gráfico y textos Compilación (2 ediciones) Estudio histórico social crónicas costumbristas (5 ediciones) Texto didáctico Memoria histórica del Museo J.J.
Institucionales y empresariales • SOLCA Historia de la lucha anticancerosa en Ecuador • APROFE Historia de la planificación familiar en Ecuador • Cervecería Nacional: 118 años haciendo historia • Cervecería Nacional en la historia de la publicidad ecuatoriana • Ancón en la historia petrolera ecuatoriana ESPOL - UPSE
(2 ediciones)
Coautorías • 1941: Epopeya del Aviso Atahualpa en la guerra con el Perú- INhima • Mujeres ecuatorianas del siglo XX – Revista Hogar, fascículos • Mujeres de dos siglos - autobiografías
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