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Entre muros “La huella de la Bauhaus
Descubre dos espacios creados por arquitectos que transformaron los objetos que usamos todos los días
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En la Alemania de entre guerras se fundó una escuela que no solo revolucionaría la educación artística, sino que transformaría cómo se ven los espacios que habitamos y los objetos que usamos todos los días: la Bauhaus. Era 1919, el país germano se encontraba sumido en una profunda crisis a raíz de la Primera Gue- rra Mundial, pero, a la vez, se respiraba un aire de esperanza ante la creación de una nueva constitución democrática firmada en la ciudad de Weimar.
La idea de renovación social y política de ese momento dio pie a la creación de un moviimiento que buscaba hacer lo mismo en el campo de las artes y cuya sede sería aquella mítica escuela que, por supuesto, fue inaugurada en la misma urbe.
La Bauhaus nació de la visión de Walter Gropius y partía del concepto de obra de arte total (gesamtkunstwerk en alemán), la integración de todas las artes bajo la arquitectura. De esta manera, la Bauhaus proponía un acercamiento multidisciplinario en el que el espacio y todos los objetos que en él se encuentran forman un todo. A su vez, los alumnos también se convertirían en artistas totales, al estudiar simultáneamente disciplinas como artes plásticas, danza, teatro y fotografía, y oficios como carpintería y diseño textil. Además, se propuso como objetivo fundamental el trabajo en taller para romper la barrera entre el artista y el obrero. A través de su enfoque experimental y su compromiso social, la Bauhaus comenzó a desarrollar una nueva filosofía hacia el diseño cuyo fin era crear objetos accesibles y bellos explotando las innovaciones industriales. Así, los artistas, diseñadores y arquitectos que se formaron en esta escuela crearon también una nueva estética que impactaría en todos los aspectos de la vida cotidiana: es gracias a ellos que hay acero en nuestras cocinas y que tenemos sillas de fibra de vidrio con patas tubulares.
La escuela más importante de arquitectura, diseño y arte del siglo XX.
La Bauahus pasó por distintas ciudades debido a la persecución política. La mayoría de sus integrantes militaba en el comunismo, así que en cuanto el fascismo comenzó a surgir en Alemania la escuela se convirtió en una enemiga. Además, el arte moderno y de vanguardia era considerado un peligro para el régimen nazi, que lo declaró arte degenerado. Después de pasar una temporada en Dessau, se instalaron en Berlín en 1933, para finalmente cerrar sus puertas a los pocos meses; pero a pesar de haber sobrevivido muy poco tiempo en Berlín, aún quedan dos ejemplos paradigmáticos de la arquitectura de la Bauhaus que no deben faltar en una visita a la capital alemana.
Archivo Bauhaus (Bauhaus-Archiv)
El Archivo de la Bauhaus alberga también el Museo de Diseño de Berlín. El edificio fue construido entre 1976 y 1979 por su fundador, Walter Gropius, para albergar la colección que desde la década de los 60 había impulsado. En ese momento, el arquitecto hizo un llamado a quienes habían sido miembros del movimiento para reunir piezas, documentos y libros para su conservación y estudio. Además de hacer investigación sobre la Bauhaus, este espacio tiene un programa de exposiciones temporales en las que podrás ver lo más destacado del mundo del diseño.
Nueva Galería Nacional de Berlín (Neue Nationalgalerie)
Este museo es obra de una de las figuras más destacadas de la Bauhaus: Mies van der Rohe. Inaugurado en 1968, está dedicado a las corrientes artísticas de las primeras décadas del siglo XX, entre ellas, por supuesto, la Bauhaus. Aquí encontrarás también piezas de los pinceles más afamados de movimientos como el expresionismo, la vanguardia alemana, como Vasili Kandinsky y Paul Klee. El espacio en sí mismo es una obra de arte que invita a la contemplación y fue el último museo construido por el icónico arquitecto de origen prusiano.