III. El marco institucional Por poder no quiero decir “el Poder”, como conjunto de instituciones y aparatos que garantizan la sujeción de los ciudadanos a un Estado determinado. Foucault, Historia de la sexualidad.
No hay una estrategia única, universal, válida para toda la sociedad, propia a las instituciones autoritarias que, por una suerte de mecanismo interior, trataran de someter a la población, o a una parte de la misma, para asegurar la reproducción de la ideología dominante o la opresión del sistema capitalista. Descartando el determinismo, así como desechando la mirada teleológica, comprenderemos la autoridad desde la intencionalidad del poder. Cada situación concreta se encuentra sujeta al capricho del azar, a la ruptura, la repuesta violenta o la pacificación más o menos espontánea; por tanto, nada de prefijar una reacción, desechemos las pretensiones predictivas y deterministas que, dando primacía absoluta a las estructuras como el Estado, anulan la capacidad del individuo para la acción estratégica. En el cálculo de esta situación concreta, sin embargo, no hay que entender la racionalidad del individuo como si este calculara cómo debe comportarse, si aplicando una mayor 23