Tema 7: Hábitos y rutinas en Educación Infantil

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Marta Caro Serrano Estefania Pulido Mariblanca Pilar Heredero Peño

Mª Reyes Trujillo Fernández Raquel Leal Durango Elisa Cabañas Gómez

TEMA 7: HÁBITOS Y RUTINAS EN EDUCACIÓN INFANTIL 1. INTRODUCCIÓN En la escuela infantil es esencial el mantenimiento de la rutina, ya que es la base fundamental para la adquisición de la autonomía y el aprendizaje de valores en el aula. Aprender hábitos y rutinas es para los niños una forma de ordenar, programar y adquirir hábitos de autonomía, responsabilidad, bienestar y establecer una relación adecuada con los otros niños dentro de la escuela infantil. La rutina ayuda a los niños a comprender y aceptar las normas sociales, a respetar a los demás, a cuidar el material, a apreciar el valor de las cosas... Muchos de los principios que enseñamos a los niños se aprenden más fácilmente haciendo todos los días las mismas cosas.

2. OBJETIVOS ESPECÍFICOS DENTRO MEJORA EN EDUCACIÓN INFANTIL

DEL

1.- Saludar al entrar y despedirse al salir de la escuela. 2.- Pedir las cosas por favor y dar las gracias 3.- Utilizar las papeleras. Recoger los papeles que veamos en el suelo. 4.- Lavarse las manos antes de comer u los dientes después de las comidas. 5.- Quitarse el abrigo, gorro, bufanda y guantes. Colgarlos en su sitio. 6.- Ponerse y quitarse solo alguna prenda de vestir y abrocharse. 7.- Respetar el turno 8.- Prestar atención cuando se le habla o cuando habla otro. 9.- Aceptar y jugar con todos los niños sin discriminar a nadie. 10.- Compartir los materiales y sus cosas

PLAN

A


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11.- Ordenar y recoger los materiales después de utilizarlos. 12.- Adquirir hábitos alimentarios correctos

3. PRINCIPALES HÁBITOS Y RUTINAS DE LA ESCUELA INFANTIL 1. La entrada: este momento es clave para el desarrollo del día. Se recibe con afecto y alegría al niño. Deberemos transmitirle confianza, comunicar aspectos de interés o escuchar lo que se nos dice será fundamental para el resto del día 2. Momento de higiene personal: los cambios de pañal, el aseo, etc se convierte en un momento de intercambio físico. 3. El juego: tanto en el aula como en los patios de juegos o psicomotricidad es el momento propicio para el desarrollo del juego libre, momento de tomar decisiones, intercambio de juguetes con los compañeros, iniciación a la comunicación, resolución de conflictos,… un momento para el esparcimiento y la diversión, bien individual o colectiva. 4. La comida: momento de respetar las pautas del comedor: permanecer sentado, mantener puesto el babero, esperar la comida, poco a poco adquirir mayor autonomía y comer solo, pasar de la comida ligera a incorporar primeros sólidos. Una dieta sana y equilibrada y unos hábitos de higiene son los fundamentos de este momento del día. 5. El sueño: la siesta y descanso tras haber comido y haberse aseado, un descanso del juego, de la actividad y un reconfortante sueño para “recargar pilas”. Acompañar de palabras afectuosas, de su chupete, de un entorno cálido, con música relajante, instrumental serán claves en este momento del día. 6. Hábitos en el vestido: desabrochar botones y cremalleras, quitarse el abrigo, subir/bajar los pantalones, ponerse los zapatos, etc. 7. Hábitos de orden: colaborar en la recogida de juguetes, guardar los materiales en su lugar, cuidar de los objetos de la escuela y de sus propias cosas. 8. Hábitos de alimentación: comer solo, utilizar la cuchara y el tenedor, estar sentado en la silla durante la hora de comer, colaborar en poner y quitar la mesa. 9. Hábitos de relación: compartir juguetes, aceptar la compañía de todos los otros, saludar y despedirse de la maestra y los compañeros, aprenderá a pedir perdón... 10. Hábitos de responsabilidad: realizar pequeños encargos, dar pequeños recados, desplazarse por la escuela sin correr,... 11. El aseo: tras el sueño, debe haber nuevamente aseo (peinarse, ponerse colonia,…).


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12. La merienda: los niños y niñas que salen a la tarde, meriendan, se asean y realizan diferentes actividades hasta que llegan los padres, tales como: psicomotricidad, juego libre, pintura, etc. 13. La salida: En este momento se comenta a padres y madres cómo ha ido el día, se entrega la agenda rellena y se recibe información.

4. LA ACTITUD DE LOS PADRES EN EL PERIODO DE ADAPTACIÓN - La actitud de los padres frente al periodo de adaptación del niño, es la misma que el niño muestra hacia la escuela. Por tanto, es importante mostrar confianza, seguridad y tranquilidad. - Es importante tener muy claro que los primeros educadores son LA FAMILIA, a partir de ahí en la escuela se refuerzan y se ofrecen aprendizajes nuevos en situaciones que no se dan en la familia. - Para que un hábito se adquiera con éxito es importante tener presente que debe darse en un mismo momento. - Además de enseñarle, hay que elogiar al pequeño por sus actividades y sus logros. Premiar cualquier avance y reconocer sus logros es la manera más efectiva de que repita de forma habitual lo aprendido y vaya mejorando a medida que sus capacidades se desarrollan.

5. PASOS PARA ESTABLECER CORRECTOS HÁBITOS Y RUTINAS Hay que tener en cuenta muchos detalles para establecer entre los pequeños rutinas y hábitos que sean correctos y educativos. Señalamos las rutinas básicas que es necesario inculcar a los niños y niñas. Tener un horario muy bien definido. Cuanto más claro sea este horario, antes lo aprenderán y así podrán realizarlo solos, o casi sin que tengamos que intervenir. Aún así siempre será conveniente que sea revisado por si existes algún despiste. Cuando estén acostumbrados a la misma secuenciación de actividades se encontrarán en un marco que les dará seguridad y bienestar.


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Evitar un tono de voz alto y agresivo. En muchas ocasiones nos podemos dar cuenta de que los niños y niñas copian el tono de voz que nosotros les hablamos, e incluso a veces nuestro mismo vocabulario y expresiones. Utilizan lo que ven y oyen, como suyo, casi al instante. Debido a esta clara interrelación lo lógico es que intentemos cuidar las formas, ya que las irradiaremos a nuestro alrededor y calentaremos todo lo que esté en nuestro radio de acción o bien lo tranquilizaremos todo si adoptamos la paciencia y la tranquilidad como instrumento. Mostrarnos pacientes y hablar siempre con el máximo respeto. El respeto también se enseña. Muchos mayores piden el respeto de sus peques cuando no lo ofrecen. Esta cuestión es muy, muy importante. En numerosas ocasiones se hace visible constantemente en clase que cuando muestran interés y respeto por un menor, ése se acerca más a ti ya que te suele pagar con la misma moneda. Lo más preciado para ellos, en la mayoría de las ocasiones, es ganarse tu atención y tu cariño. Motivar cualquier tarea o actividad previamente. No es lo mismo darle un libro a un niño o a una niña y entregárselo sin más, que antes haberle dado vida con una representación magistral. No es igual dar un muñeco a un menor para que se calle, que contarle antes la historia de cómo ese muñeco sobrevivió a un huracán y se convirtió en el rey de Encantilandia. Observaremos que si rodeamos los objetos de historias mágicas, serán tratados de forma diferente. Fomentar su autonomía progresivamente. Esto se logra permitiendo la posibilidad de realizar las máximas actividades posibles, y todas aquellas de las que sean capaces los niños, confiando siempre en sus posibilidades. Enseñar hábitos de orden y de cuidado de sí mismos. Hay muchos detalles que si no los mostramos, pueden quedar en el tintero. Las normas han de ser siempre adecuadas a la edad y al desarrollo del niño o la niña, deben estar muy claras. Cuidar la organización, el orden y la limpieza. Una imagen vale más que mil palabras. Una clase a una casa que siempre está ordenada y limpia enseñará a los menores que esto deber ser lo habitual. Si cada objeto tiene su lugar concreto, así lo aprenderán.


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Inculcar cierto grado de responsabilidad en relación con sus actos. Si han desordenado su cuarto, el menor debe ser consciente en todo momento de que eso va acarrear su posterior trabajo de recogida. En clase, a la hora del jugo en rincones, muchas veces puede parecer que no tienen en cuenta las normas de orden pero debemos también ser muy conscientes de la necesidad de darles libertad a la hora de jugar y no agobiarles mientras realizan dicha acción tan importante como el aire que respiran. Resulta muy agradable y curioso observar que tardan muy poco en dejarlo todo igual, o incluso más ordenado que antes, cuando llega la hora de continuar otra actividad. Ofrecer siempre la misma respuesta ante un desvío de la norma. De esta manera no dejaremos opción a escogerán camino diferente que queremos enseñar. No hay que olvidar que debemos tener muy en cuenta las palabras: respeto y paciencia. No es ni necesario, ni positivo utilizar una respuesta agresiva e irrespetuosa ante una situación no deseada. Si mantenemos siempre la misma respuesta de manera clara y contundente, sólo es cuestión de tiempo que adopten la norma de manera habitual.

6. PRÁCTICA DOCENTE La organización y puesta en práctica de las rutinas escolares no supone únicamente una estructuración didáctica de nuestra labor educativa. Es mucho más que eso. Estamos ofreciendo a los niños/as algo más que unas pautas. Mediante la adaptación a las rutinas y el seguimiento de las mismas, los pequeños van conociendo el entorno que les rodea, superando sus miedos y temores a lo desconocido, descubriendo qué es lo que viene después y proporcionándoles la seguridad tranquilidad y confianza necesaria para una adecuada adaptación y estancia en la escuela; todo lo cual posibilita el desarrollo de una sana autonomía personal (objetivo de la Educación Infantil) y el conocimiento de estructuras temporales y nociones secuenciales, como antes y después, ahora y luego, hoy y mañana. Hay que hacer hincapié, por otro lado, en la necesidad de elaborar y desarrollar unas rutinas coherentes con las necesidades del cuerpo humano, es decir, ofrecer la posibilidad de pasar de un estado corporal a otro distinto, con fines educativos. Cada una de las situaciones educativas que vivimos en la escuela durante la jornada, suponen una presencia corporal distinta. Así cuando realizamos algún taller; cuerpo silenciado, cuando escuchamos el cuento; cuerpo objeto de atención, cuando comemos. De esta forma, los educadores podemos “explotar” las actividades según el objetivo de cada situación.


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7. LAS RUTINAS Las rutinas permiten al niño: -

Anticipar acontecimientos

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Conocer el entorno que le rodea

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Superar miedos y temores a lo desconocido

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Tener seguridad y confianza en sí mismo

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Favorecer el desarrollo de la autonomía personal

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Conocer estructuras temporales y nociones secuenciales

La progresiva adaptación a las rutinas favorecerá la completa adaptación a la escuela. Para el educador, el diseño de las rutinas que van a marcar el día a día en el aula, es una tarea fundamental, ya que le van a permitir llevar a cabo tanto las actividades propiamente educativas como las asistenciales. Siendo muy importante que la distribución temporal de las rutinas sea siempre la misma favoreciendo así al niño a interiorizar el concepto tiempo. La canciones o los poemas serán dos formas divertidas de introducir las rutinas, como por ejemplo a la hora de hacer un tren, en lugar de decirles a los niños “Chicos un Tren” empezamos a cantar una canción de “ El Tren ” y automáticamente los niños saben que hay que hacer un tren. Lo mismo con el momento de recoger los juguetes, es una tarea un poco aburrida y la amenizaremos cantando canciones.


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8. IMPORTANCIA DEL TRABAJO DE LOS HÁBITOS EN EDUCACIÓN INFANTIL.

Lo cotidiano es la base de la vida diaria. Y lo diario constituye nuestro sentido del tiempo, de la historia y del futuro tanto personal como colectivo. La vida cotidiana es la situación más cercana y más estable para los seres humanos especialmente si son niños. En el espacio de cada día, en el ritmo y en lo que ocurre a lo largo de cada jornada es donde se realiza su desarrollo, con sus necesidades y deseos, sentimientos y emociones, y también con todo lo que sucede en su entorno y con los descubrimientos y experiencias que él vive. Desde la perspectiva pedagógica, la vida cotidiana es uno de los grandes recursos educativos con los que puede y debe contar el educador de esta etapa, facilitando a los pequeños la adquisición de unos buenos hábitos personales y sociales. Cuando hablamos de adquisición, nos estamos refiriendo a que debe darse una situación de aprendizaje y toda situación de aprendizaje requiere un proceso durante el cual progresivamente se van incorporando conocimientos, actitudes y hábitos, es decir, maneras de hacer constantes debido básicamente a la repetición de las mismas conductas. En este sentido nos referimos a la rutina diaria como las actividades que el niño realiza diariamente a la satisfacción de sus necesidades más primarias. Y estas rutinas tienen gran importancia, ya que se repiten regularmente facilitando así la adquisición de hábitos saludables y positivos. En la escuela existen unas normas comunes para todos: horarios, actividades, etc. Sin embargo no todos los niños y niñas asimilan y actúan de la misma manera, ya que cada uno es diferente a los demás y sobre todo porque, paralelamente a la acción escolar, está la familiar, de la cual han adquirido, previamente a la escolarización, una serie de hábitos, costumbres, normas de comportamiento, valores, etc., propios del sistema familiar en que viven. No obstante, en la etapa de Educación Infantil, escuela y familia inciden en una serie de actividades que aunque se realizan en contextos diferentes son comunes: alimentación, higiene, autonomía y socialización, etc.


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Los hábitos aportan a las personas su personalidad, la capacidad de elaborar los propios rasgos personales de forma original, al mismo tiempo que los identifica con el grupo social en que han nacido con sus valores y su cultura y proporcionan a la mente del niño una trama sólida a partir de la que se hace posible el proceso del pensamiento. Los hábitos son una actividad que a base de realizarse constantemente igual (por lo que deben adquirirse correctamente desde un principio), se convierten en conductas autómatas. Se consolidan durante los primeros años de la vida, de ahí la importancia de adquirir en estas edades unos buenos hábitos. Es necesario que los hábitos sean estables y se constituyan en marcos de referencia para que las situaciones se vuelvan familiares y los niños se encuentren cómodos y seguros en ellas. El adquirir buenos hábitos de pequeños, les hará personas mucho más seguras y con mayor autonomía de mayores. Los hábitos deben trabajarse constantemente e intentar que las familias los inserten en su vida diaria. Debemos recordar que los niños y niñas repiten lo que se dice. También debemos recordar que la verbalización de los hábitos ayuda a su automatización La actuación conjunta entre familia y escuela puede favorecer mucho la adquisición de una serie de hábitos en los niños y niñas, básicos para su autonomía y desarrollo posterior. Para ello es importante que los padres y madres conozcan qué objetivos educativos tiene previstos este nivel educativo para la adquisición de esos hábitos básicos, así como para los y las educadores/as también es importante conocer en qué medida un niño o una niña de su clase está habituado, por ejemplo respecto a la alimentación, a comer de todo, si come solo, si ayuda a recoger la mesa, etc., dentro del ámbito familiar, ya que puede ser que en la escuela realice estas tareas y en casa, debido a que los límites son más flexibles, no las haga. Una buena relación entre familia y escuela, y un intercambio de información entre padres y profesor-tutor se revela como fundamental.

BIBLIOGRAFÍA http://www.chiquitajos.com/la-importancia-de-las-rutinas-en-el-aula/ http://www.guiainfantil.com/articulos/educacion/escuela-colegio/habitos-y-rutinas-enla-escuela-infantil-para-ninos-y-bebes/ Domenech, J. y Viñas, J. (1997). “La organización del espacio y el tiempo en el centro educativo”. Barcelona: Ed.Graó. Gairín Sallan, J. y Darder Vidal, P. (1994). “Organización de centros educativos”. Barcelona: Ed. CISS Praxis educativa. Ibáñez Sandín, C. (2006). El proyecto de Educación Infantil y su práctica en el


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aula. Madrid: Muralla. http://actividadesinfantil.com/archives/2379 http://centros3.pntic.mec.es/cp.buenos.aires.gabriel.martin/creacion_de_habitos.htm


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