Volumen 7, número especial, junio 2013
Investigación
CIENTIFICA
enero–julio 2013,
issn 1870–8196
Emociones y motivación relacionadas con la
práctica del atletismo
eRiKA AHumAdA BeceRRA Unidad Académica de Psicología Universidad Autónoma de Zacatecas
erika_chapis@hotmail.com
Resumen El presente estudio tiene como objetivo conocer los motivos por los que los atletas practican ese deporte, debido a ello se realizó una investigación de tipo exploratorio descriptivo de corte transversal con un diseño no experimental. Se contó con deportistas de un club de atletismo, con edades entre doce y dieciocho años, trece de sexo masculino y ocho femenino, lo que da un total de veintiún atletas. Los instrumentos utilizados fueron un cuestionario para recopilar datos sociodemográficos, una ficha técnica para obtener datos referentes a su rendimiento deportivo, una prueba estandarizada, perfil de estados emocionales Test Poms v1.0 para conocer los estados de ánimo y un cuestionario para el clima motivacional percibido en el deporte. Éstos se aplicaron en el lugar de entrenamiento al término de las actividades. Los resultados señalan que el principal motivo para practicar atletismo es el placer, y que al efectuarlo predomina una emoción positiva. Su nivel de motivación refleja que todos los integrantes se consideran importantes y sin ninguna distinción en el equipo. Palabras clave: atletas, motivación, práctica deportiva.
Abstract The present study aimed to know the reasons for what athletes practice the sport, so it was conducted an exploratory investigation of cross section with a non–experimental design. It featured athletes an
athletic club, aged twelve to eighteen years, thirteen was male and eigth female, giving a total of twenty one athletes. The instruments used were a questionnaire to collect sociodemographic data, a data sheet for information relating to sports performance, a standardized test, profile Poms Test v1.0 emotional states, to know the moods and motivational climate questionnaire perceived in sport. The instruments were in place at the end of training them. The results show that the main reason for athletics is pleasure, predominating in them a positive emotion. Their level of motivation reflects all considered important and without distinction in the team. Keywords: athletes, motivation, sports.
Introducción De acuerdo con Chóliz (2005), todas las emociones tienen alguna función que les confiere utilidad y permite que el sujeto ejecute con eficacia las reacciones conductuales apropiadas, con independencia de la cualidad hedónica que generen. Para Reeve (1994; citado en M. Chóliz, 2005), la motivación es una de las funciones de la emoción, por lo que su relación es íntima. Para conseguir éxito en cualquier deporte es necesario ser constante y perseverante durante periodos prolongados de tiempo. En el caso concreto del atletismo, la preparación requiere además mucha disciplina y lineamientos a que debe sujetarse el atleta: vestuario adecuado, buena alimentación, horario de comida antes del entrena-
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miento y descanso antes de cualquier competencia. No obstante, el entrenamiento físico no es suficiente para el atleta, ya que antes, durante y después de las competencias tiene que lidiar con una gran variedad de emociones; es aquí donde interviene el apoyo psicológico, que le ayuda a lograr un manejo adecuado de éstas, ya que podrían perturbar o incluso perjudicar el rendimiento deportivo. Weineck (2005) señala que el deporte de alto rendimiento, por las elevadas exigencias que plantea a la capacidad de carga psicofísica del deportista, precisa, para optimizar el entrenamiento, de medidas que favorezcan la capacidad de rendimiento deportivo y los procesos de regeneración posteriores a la carga. En ese sentido, los métodos de entrenamiento tradicionales disponen de un eficaz complemento ofrecido por otros de tipo psicológico. Éstos se subdividen en tres grupos principales: 1) métodos psicológicos para mejorar la regeneración y aumentar la capacidad de rendimiento físico, 2) métodos psicológicos para optimizar el aprendizaje de la técnica y 3) métodos psicológicos para eliminar factores de distorsión psíquicos que influyen sobre la capacidad de rendimiento deportivo. El entrenamiento psicológico junto con el plan de entrenamiento indicado por el instructor, forman un conjunto que abarca tanto la parte física como la preparación mental necesaria para todo atleta en los momentos claves de su rendimiento deportivo. Es indispensable que el deportista practique motivado, entusiasta, con ganas de superar su propia marca, que sepa cuáles son las capacidades a desarrollar, se fije metas y visualice los resultados que podría alcanzar y los beneficios que trae consigo; esto colaborará para mejorar cada día su rendimiento físico durante las horas de trabajo. Tamorri (2004) considera que en el deporte existen numerosas situaciones que provocan la aparición de tensión emotiva y malestar, entre ellas destacan: la competencia unida al deseo de vencer, la frustración de la derrota o de un rendimiento insatisfactorio, el miedo a un adversario fuerte, los sacrificios excesivos del esfuerzo agonístico, la evaluación del entrenador, la opinión de los amigos y de las personas importantes. Debido a lo anterior es imprescindible ubicar en todo momento el es-
tado emocional del atleta, ya que su rendimiento deportivo dependerá en gran parte de aquél. En ese sentido, cabe preguntarse cuáles son las principales emociones y tipos de motivación que tienen los atletas de alto y mediano rendimiento; específicamente se pretende conocer las emociones positivas y negativas más frecuentes y puntualizar cuáles son las motivaciones recurrentes en esa actividad.
Método Se realizó una investigación de tipo exploratorio descriptivo de corte transversal con un diseño no experimental.
Participantes Colaboraron veintiún deportistas, fueron elegidos con una técnica de muestreo deliberado. Se tomó como único criterio de inclusión que pertenecieran a un equipo de un club de atletismo que entrenara en el incufidez, con un rango de edad de doce y dieciocho años, trece de ellos de sexo masculino y ocho de sexo femenino.
Instrumentos Primero se aplicó un cuestionario dirigido a los atletas a fin de obtener datos personales y deportivos, tales como el tiempo que se han dedicado al atletismo, el motivo por el que efectúan esa práctica y en qué competencia se ven participando en el futuro. Después se aplicó una ficha técnica modificada de Camacho (1995; citado en González–Cutre, Sicilia y Moreno, 2008), que permitió conocer su rendimiento deportivo. Abordaba las siguientes áreas: horas y días que le dedica a su entrenamiento, si es que tiene un plan de entrenamiento, tiempo que lleva en el atletismo, si es que entrena solo o con entrenador y, por último, quiénes le brindan apoyo para continuar con su práctica. Para ubicar las principales emociones se contó con la prueba, perfil de los estados de ánimo de Elena Ma. Andrade Fernández, Constantino Arce Fernández y Gloria Seaone Pesqueira (2002). La prueba
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se divide en siete tipos de emociones positivas y negativas: 1) Tensión (ocho palabras), 2) Depresión (catorce palabras), 3) Cólera (doce palabras), 4) Vigor (ocho palabras), 5) Fatiga (siete palabras), 6) Confusión (siete palabras) y 7) Amistad (siete palabras); lo que suma un total de sesenta y cuatro palabras de las cuales el atleta deberá asignarles una calificación de 0 a 5, con el 0–Nada, 1–Poco, 2–Moderadamente, 3–Bastante y 4–Muchísimo. Se empleó la prueba de Newton, Duda y Yin (2000), que es un cuestionario del Clima Motivacional Percibido en el Deporte (cuya abreviatura es pmcsq–2), para medir la motivación del atleta. Tiene dos subdivisiones, la primera es de clima tarea e incluye clasificaciones como: 1) Aprendizaje cooperativo (cuatro preguntas), 2) Esfuerzo/Mejora (ocho preguntas) y 3) Papel importante (cinco preguntas). La segunda es la de clima ego e integra: 1) Castigo por errores (seis preguntas), 2) Reconocimiento desigual (siete preguntas) y 3) Rivalidad entre los miembros del grupo (tres preguntas). En total son treinta y tres preguntas. Los atletas deberán dar una puntuación del uno al cinco: 1–Totalmente de acuerdo, 2–Algo de acuerdo, 3–Neutro, 4–Algo en desacuerdo, 5–Totalmente en desacuerdo. Se aplicaron los instrumentos durante varias sesiones y dentro del lugar de entrenamiento al término de éste.
Procedimiento El primer contacto que se tuvo con los atletas fue cuando el entrenador los presentó a la investigadora. Después se les planteó el trabajo a realizar, por lo que se solicitó su cooperación para obtener así resultados satisfactorios. Posteriormente se presentó cada uno mencionando el motivo principal que los indujo a optar por ese deporte. Esa actividad se hizo al aire libre, justo a un costado de la pista en la que entrenan. Durante semanas se hicieron observaciones a sus entrenamientos con el objetivo de percibir individualmente su desenvolvimiento deportivo, la forma en que interactuaban y sobre todo para que la investigadora pudiera integrarse al grupo. Una vez concluida la fase de rapport se hicieron las pruebas, se comenzó con la ficha técnica, luego el Perfil de los Estados de Ánimo (Andrade,
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Arce Fernández y Pesqueira, 2002) y el cuestionario del Clima Motivacional Percibido en el Deporte (Newton, Duda y Yin, 2000); se efectuaron dentro de las instalaciones del incufidez. La aplicación de la ficha técnica fue en la sala de juntas. Después del entrenamiento se envió a los atletas al lugar donde se trabajaría. Una vez reunidos se les entregó el material, se dio una pequeña introducción de lo que trataba para así contestarlo. Al finalizar se dio una plática, se realizó una técnica de integración grupal para poder trabajar de la mejor manera posible, se agradeció su participación y se indicó que se trabajaría con ellos sólo los sábados. La siguiente ocasión se llevó a cabo el Perfil de los Estados de Ánimo (Andrade, Arce Fernández y Pesqueira, 2002). Al igual que con la ficha, al terminar el entrenamiento se dirigió a los deportistas hacia la sala de juntas, se dieron las instrucciones y comenzaron a contestar, conforme iban teniendo dudas la investigadora les ayudaba a resolverlas. Por último, se explicó el objetivo de la prueba, se expusieron los tipos de emociones, se les preguntó cuáles conocían y se les pidió ejemplificar algunas. En la tercera sesión se aplicó el cuestionario del Clima Motivacional Percibido en el Deporte (Newton, Duda y Yin, 2000) y se siguió el mismo procedimiento que en los anteriores. Cuando acabaron de contestarlo, se definió en qué consisitía la motivación y se les instó a mencionar una experiencia que los hubiera motivado a seguir adelante. Al concluir la primera parte de la investigación se agradeció a los atletas por su colaboración al responder los cuestionarios, y al entrenador del club por permitir trabajar con ellos. Se hizo el compromiso de entregarle un reporte donde se arrojarían datos significativos para el trabajo futuro que se efectuaría con los deportistas. Los instrumentos que se aplicaron fueron de modo grupal, en un tiempo de treinta a cuarenta y cinco minutos para cada sesión.
Resultados y discusión En la tabla 1 se indican características de los participantes tales como la edad, el sexo y el tiempo que
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llevan practicando ese deporte. Con respecto a la edad, el 52 por ciento oscila entre los doce, trece y catorce años; el 47 por ciento restante entre quince, dieciséis, diecisiete y dieciocho. El 61 por ciento es de sexo masculino, mientras que el 38 por ciento femenino. En cuanto al tiempo dedicándose al atletismo, en el 38 por ciento de los casos es menor a cinco años, el 33 por ciento entre uno y dos, el 19 por ciento menos de uno y el 9 por ciento entre cinco y diez años.
atletas tienen el apoyo de toda su familia. González– Cutre, Sicilia y Moreno (2008) mencionan que ese elemento es determinante para rendir más en los entrenamientos, ya que tener un buen nivel deportivo no sólo es cuestión física, intervienen diversos factores, entre ellos el familiar.
TABLA 1 cARAcTeRÍsTicAs
Y pORcenTAJes de LOs pARTicipAnTes
Edad
12, 13, 14
años (52%) 15, 16, 17 y 18 años (48%)
Sexo
Mujeres (38%) Hombres (72%)
Tiempo practicando el atletismo
Menos de 1 año (19%) Entre 1 y 2 años (33%) Menos de 5 años (38%) Entre 5 y 10 años (10%)
En la figura 1 se destacan los resultados referentes a las razones por las cuales los atletas eligen ese deporte. Para la mayoría (76 por ciento de los mismos), el motivo es el placer, seguido por la cuestión de salud. Estos resultados coinciden con los de Gutiérrez (1995) y Castillo (1995, citado en Mingote y Requena, 2008), quienes señalan que la mayoría de los deportistas practican su actividad para divertirse, suelen pensar que están dotados para determinado deporte y perfeccionar sus destrezas y habilidades. Según tales autores, realizar ejercicio, divertirse, ponerse en forma, mejorar la salud, estar con los amigos, conocer gente, hacer nuevos amigos y competir son los motivos más relevantes para la práctica deportiva de adolescentes; ganar o ser una estrella ocupa un segundo plano. Asimismo, se encontró que el 19 por ciento le dedica un tiempo de seis veces por semana entre una y dos horas. Ese dato da cuenta del gran compromiso que tienen los deportistas con el plan de entrenamiento que les ha asignado el entrenador para prepararlos hacia futuras competencias. Otro aspecto sobresaliente es que el 47 por ciento de los
Figura 1. Porcentaje de los motivos por los que los atletas realizan tal práctica.
La figura 2 muestra porcentajes con relación a las emociones. Cabe notar que en el 47 por ciento de los atletas predominan emociones positivas como el vigor. El 25 por ciento dice presentar muchísimo esa emoción en su preparación previa a las competencias, el 45 por ciento señala hacerlo moderadamente, el 20 por ciento alude sentirlo bastante y el 10 por ciento poco.
Figura 2. Porcentaje del vigor que reportan los atletas.
Bakoulis y Karu (2001) aluden que entrenar día tras día, aunque a veces resulte monótono, es con mayor frecuencia apasionante. La sensación de poderío físico y vigor, así como la previsibilidad de correr en la pista, carreteras y senderos constituyen gran parte de la razón de ser del entrenamiento. Según éstos no se corre sólo para competir, si no para medir su desempeño individual, mental y físicamen-
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te, además de evaluar el progreso de la ejercitación. Los objetivos intermedios aportan motivación a lo largo de las rutinas de entrenamiento y hacen que su actividad siga siendo fresca y estimulante. Otra emoción positiva es la amistad, la cual está en un nivel medio con un promedio de 48 por ciento. Aunado a ella se encuentra el nivel de motivación, que se refleja en que todos los atletas se consideran importantes y sin ninguna distinción dentro del grupo de atletismo. Es posible que esa sea una de las razones para que se lleve a cabo satisfactoriamente la práctica del deporte, y el deseo de mejorar en cada entrenamiento. La figura 3 muestra de qué manera se distribuyen los porcentajes de la autopercepción como parte del equipo. El 48 por ciento señala estar algo de acuerdo respecto a sentirse importante dentro del grupo, el 28 por ciento indica estarlo totalmente, el 19 por ciento se percibe en neutro con relación a la función que se le otorga y el 5 por ciento se halla en desacuerdo; nadie está totalmente de acuerdo sobre el papel que se le confiere en el equipo. Según Urrutia de Hoyos (2011) el entrenador es la figura clave que coordina, quien marca qué tipo de equipo quiere tener física, táctica y emocionalmente. Está obligado a ser un motivador que logre sacar el máximo rendimiento del mayor número de jugadores. Uno de los puntos clave para conseguir que todos los miembros se sientan relevantes y valorados a fin de alcanzar los objetivos, a pesar de que algunos participen menos que otros, es tratarlos con igualdad tanto en las recriminaciones como en las felicitaciones.
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Pero también las emociones negativas influyen en la práctica del deporte. En el caso de la depresión, por ejemplo, se obtuvo que el 66 por ciento la presenta en poca medida. En cuanto a la rivalidad entre los miembros del mismo equipo, manifiestan un nivel neutro; consideran que ésta existe antes, durante y después de las competencias, mientras que el compañerismo se refleja antes y al término de los entrenamientos. En este sentido se infiere que la intervención psicológica dentro del entorno deportivo es de gran ayuda, y que puede complementar el plan de entrenamiento diseñado —ya sea un macro, meso o un micro periodo preparatorio—, siempre que se tomen en cuenta los requerimientos particulares del atleta. Si dicha preparación se enfoca tanto en la atención física, teórica y psicológica el trabajo será más completo. Como pudo notarse en el equipo analizado, el desarrollo de la capacidad para el manejo de las emociones es parte fundamental para un buen desempeño dentro y fuera de las competencias. Las emociones positivas motivarán más a los atletas a mejorar o, en algunos casos, a mantener las marcas obtenidas, es por ello que será determinante la relación que establezcan los miembros del grupo, tener un ambiente de trabajo adecuado donde los atletas se sientan iguales ante las exigencias del entrenador y que no halla distinción por ninguno. Finalmente, otra emoción negativa encontrada fue la tensión. La manera en que se distribuye el porcentaje de respuestas a ésta se exhibe en la figura 4.
Figura 4. Distribución del porcentaje de participantes que señalan sentir tensión. Figura 3. Importancia que el atleta percibe como integrante del equipo.
La tensión que reportan sentir el 67 por ciento de los deportistas antes de las competencias es poca, el 24 por ciento menciona que se presenta moderada-
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mente, sólo el 9 por ciento señala no tener ese tipo de emoción. Tal resultado podría relacionarse con los motivos por los cuales los participantes practican ese deporte: el placer, ya que al no sentirse obligados a realizarlo (por ganar dinero, entre otros) es probable que estén más relajados. Al respecto, Plantonov (2001) apunta que cada estado tiene un incalculable número de variantes que dependen de las particularidades del deportista, nivel de preparación, estado concreto, carácter de la competencia, etcétera. En ocasiones los cuatro tipos de tensión psíquica (en diferentes grados), se manifiestan en el mismo deportista durante una competencia larga o en el transcurso de varios encuentros. Así pues, es indispensable que los entrenadores y psicólogos hagan un trabajo previo para prevenir posibles estados negativos. Se distinguen cuatro estados de preparación competitiva en el deportista: excitación insuficiente, excitación óptima, sobreexcitación e inhibición como consecuencia de esta última.
Conclusiones Tanto las emociones negativas como las positivas en la vida de un deportista influyen para su desempeño. Según lo muestran los resultados, presentar emociones positivas antes de las competencias es común en los miembros del club de atletismo «unido», siendo el vigor la emoción predominante. Esa aseveración indica que los atletas se encuentran en una buena motivación, lo que les ayuda a poner el mismo o mejor empeño dentro de sus entrenamientos. Martens (2002) establece que cuando los deportistas disfrutan de una cantidad razonable de éxito, éste refuerza su búsqueda ulterior de la excelencia; pero si no consiguen experimentarlo quizá se culpen por el fracaso y lo atribuyan a un déficit de capacidad. Con repetidos fracasos, los deportistas pueden decidir que no tienen el éxito asegurado, por lo que al menos protegerán su dignidad evitando el fracaso. De esas experiencias tempranas de éxito y fracaso emergerán dos tipos de deportistas: uno motivado para alcanzar el éxito y otro motivado para evitar el fracaso. Las emociones negativas incidirán en su
rendimiento siempre y cuando se hallen muy motivados, como es el caso de los atletas que comprenden este estudio. Puesto que la tensión es una de las emociones negativas percibidas antes de sus competencias (67 por ciento manifiestan tenerla poco, 24 por ciento moderadamente y 9 por ciento nada), es fundamental que el atleta considere que posee un papel importante dentro del equipo, por lo que todos los integrantes deberán ser tratados de la misma forma, sin ninguna distinción. Weinberg y Gould (2007) aluden que en el seno de una organización formal, se encuentra una red informal e interpersonal que posiblemente afecte en un alto grado el funcionamiento de la organización. El entrenador debe identificar a los integrantes cuya posición y prestigio interpersonales dentro del equipo sean elevados. Pueden existir lazos de comunicación, por ejemplo entre el cuadro técnico y los jugadores, lo que ayuda a que los entrenadores permanezcan en contacto con los sentimientos y las actitudes del equipo. Esos vínculos o lazos otorgan a los directores técnicos y a los deportistas un medio de expresión de ideas, opiniones y sentimientos respecto de lo que sucede en el equipo. Con ello se ve al entrenador como una parte fundamental, ya que los atletas lo consideran una autoridad, además de aquella persona en la que depositan su confianza, que los alienta a seguir adelante y los apoya en los tropiezos durante su carrera. La comunicación que haya entre los miembros del equipo, entrenadores y atletas, será imprescindible para estar motivados a continuar con su carrera deportiva, pero más que nada para seguir dentro de ese equipo de entrenamiento. Con base en los resultados, el principal motivo por el que los atletas practican ese deporte es el placer, con un 76 por ciento; 19 por ciento refiere que es por motivos de salud y el 5 por ciento debido a cuestiones económicas. Entonces, además de la práctica del deporte será preciso entrenar psicológicamente las variables personales de los atletas para lograr así una consolidación. Ello concuerda con autores como Márquez y Garatachea (2009), quienes dicen deben entrenarse aspectos físicos, técnicos y tácticos que potencian dicha práctica, trabajar los
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componentes emocionales y motivacionales que sustentan el deseo y placer por hacer deporte; esto hará comprender que cuando los factores psicológicos no sean los idóneos ocasionarán la propensión al abandono. Otro aspecto a tomar en cuenta es la edad que tienen los atletas y el tiempo que le han dedicado a ese deporte, ya que invierten gran parte de su vida. Se argumenta esto al momento de ubicar la edad promedio de los atletas, que va entre los doce a los dieciocho años, mientras que el tiempo que llevan practicando es menor a cinco años. Bompa (2005) revela que los deportistas que se desarrollen gradualmente serán capaces de efectuar un trabajo durante mayor tiempo. A lo largo de la adaptación a una carga de entrenamiento, aumentarán sus capacidades para soportar el estrés y las demandas del entrenamiento y las competencias. El ritmo en que los jóvenes optimicen su rendimiento dependerá del ritmo y método que empleen para aumentar la carga de entrenamiento.
Bibliografía Bakoulis G., Karu C. (2001), Guía para progresar como corredor, Barcelona: Paidotribo. Bompa T. (2005), Entrenamiento para jóvenes deportistas, Barcelona: Hispano Europea. CarrascosaJ. (2011), Trabajar y competir en equipo. El método saber competir, España: Netbiblo. Chóliz M. (2005), Psicología de la emoción: el proceso emocional, Valencia, consultado en www. uv.es/=choliz. Márquez S., Garatachea N. (2009), Actividad física y salud, España: Díaz Santos. Martens R. (2002), El entrenador de éxito, Barcelona: Paidotribo. Mingote C., Requena M. (2008), El malestar de los jóvenes. Contextos, raíces y experiencias, España: Díaz Santos. Plantonov V.N. (2001), Teoría general del entrenamiento deportivo olímpico, Barcelona: Paidotribo. Tamorri S. (2004), Neurociencias y deportes: Psicología deportiva. Procesos mentales del atleta, Barcelona: Paidotribo.
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Weinberg R., Gould D. (2007), Fundamentos de psicología del deporte y del ejercicio físico, España: Médica panamericana. Weineck J. (2005), Entrenamiento total, Barcelona: Paidotribo.