Seguridad alimentaria, tecnificación del agro y cambio climático

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Volumen 7, número 1

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enero–julio 2013,

Seguridad alimentaria, tecnificación del agro

y cambio climático

Ningún país por sí solo puede ganar la batalla contra el cambio climático. La acción conjunta no es una alternativa, es una obligación. pnud:

Informe sobre Desarrollo Humano 2007–2008

ÁLvaro garcÍa HernÁndeZ eLena deL rosario paTiÑo fLoTa MarÍa de JesÚs espinoZa viLLeLa aLfredo rivas Herrera Unidad Académica de Derecho Universidad Autónoma de Zacatecas

alvarogh7@hotmail.com

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Resumen El hombre industrial ha generado como especie humana el peor desequilibrio ambiental del que se tenga registro. Si bien el planeta Tierra siempre ha experimentado fenómenos naturales que han generado la evolución de las distintas formas de vida, la emisión irracional de gases de efecto invernadero a la atmósfera está motivando un cambio climático global. Dentro de las consecuencias inherentes a ese fenómeno se encuentra el aumento en el nivel del mar. Ciudades como Londres y Los Ángeles pueden desafiar el riesgo de inundaciones porque su población está protegida por modernos sistemas de defensa, sin embargo, cuando el calentamiento global altere los patrones climáticos en el Cuerno de África, el resultado será pérdida de cosechas, hambruna y escasez de agua. De igual forma, la seguridad alimentaria contextualizada por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (fao), en el sentido de que todas las personas tengan acceso físico o económico a alimentos nutritivos, inocuos y suficientes para satisfacer las necesidades dietéticas para una vida activa y saludable, se verá afectada por el cambio climático, circunstancia que debe intensificar la tecnificación del agro en México, en virtud de que en la producción de alimentos se destina cerca del 80 por ciento de los recursos hídricos disponibles en el país y se desperdicia más del 50 por ciento por evaporación y filtración del líquido. Palabras clave: desarrollo sustentable, seguridad alimentaria, cambio climático, tecnificación, gases de efecto invernadero.

Abstract Industrial man as a human species has created the worst environmental imbalance on record. While Earth has always experienced natural phenomena that have led the evolution of different life forms, the irrational emission of greenhouse gases into the atmosphere is driving global climate change. Among the consequences inherent in this phenomenon is

the rise in sea level. Cities such a London and Los Angeles can challenge the risk of flooding because its population is protected by modern defense systems, however, when global warming alters weather patterns in the Horn of Africa, the result will be loss of crops, famine and scarcity water. Similarly, food security contextualized by Food and Agriculture Organization (fao), in the sense that all people have physical or economic access to nutritious food, safe and sufficient to satisfy the dietary needs for a life active and healthy, will be affected by climate change, a fact which should increase technological development of agriculture in Mexico, under which food production is for about 80 percent of the available water resources in the country and wasted more than 50 percent by evaporation and seepage. Keywords: sustainable development, food security, climate change, expanding technology, greenhouse gases.

Producción de alimentos y recursos hídricos Se ha reconocido oficialmente por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (seMarnaT) que a consecuencia del cambio climático y las alteraciones sobre los ecosistemas, a nivel mundial la sociedad ha resentido sus efectos, tanto en su vida cotidiana, como a través de las pérdidas en las actividades productivas generadoras de riqueza. Por ejemplo, en la agricultura influye la prevalencia de condiciones de altas temperaturas y a pesar de que la elevada concentración de CO2 provoca que en el corto plazo algunos cultivos sean más productivos, también genera que su calidad nutricional se reduzca de manera importante. De acuerdo con el Informe de la Situación del Medio Ambiente en México en su edición 2008,1 el incremento de CO2 en la atmósfera reduce la concentración Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Informe de la Situación del Medio Ambiente en México. Compendio de Estadísticas Ambientales, 2008, p. 257.

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de proteínas en los cultivos de cebada, arroz, trigo y papa entre 10 y 15 por ciento; en el caso de los recursos forestales, las alteraciones en los regímenes de fuego, así como la expansión de plagas y enfermedades forestales, podrían alterar negativamente la producción forestal en los países ubicados en el hemisferio norte. En ese contexto, el principal uso del agua en México es el agrícola según las Estadísticas del Agua en México,2 documento que expone que la superficie en unidades agrícolas de producción fue de 30.22 millones de hectáreas en 2007. El vii Censo Agrícola, Ganadero y Forestal destaca que el 18 por ciento de dicha superficie es de riego y la restante de temporal; en adición, la superficie sembrada anualmente varía entre 20 y 23 millones de hectáreas (para el año 2007 la superficie sembrada fue de 22.7 millones de hectáreas). Por su parte, el Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (siap), de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (sagarpa), informa que anualmente la superficie cosechada varía entre 17 y 21 millones de hectáreas, y afirma que a precios constantes de 2003 la aportación del subsector agricultura, ganadería, aprovechamiento forestal, pesca y caza al Producto Interno Bruto Nacional (pib) descendió ligeramente de 3.8 (2003) a 3.6 por ciento (2007). La Comisión Nacional del Agua (conagua) retoma los datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (enoe), de la cual se desprende que la población ocupada en el subsector agrícola al cuarto trimestre de 2008 fue de 5.9 millones de personas, lo que representa el 13 por ciento de la población económicamente activa, por lo que se estima que dependen de modo directo de esa actividad 30 millones de mexicanos, en su mayoría población rural. También acude a la información proporcionada por el siap sobre el año 2007, en el que el rendimiento de la agricultura de riego fue de 27.3 toneladas por hectárea, en tanto que el valor correspondiente a la agricultura de temporal fue de 7.8 toneladas por hectárea. Relativo a lo anterior, México ocupa el sexto lugar mundial en términos de superficie con infraes-

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tructura de riego con 6.46 millones de hectáreas, de las cuales el 54 por ciento corresponde a 85 distritos de riego y el restante a más de 39 mil unidades de riego; además, una tercera parte del agua tiene origen subterráneo y es concesionada para el uso agropecuario, que agrupa los usos agrícola, acuacultura, pecuario, múltiple y otros.

Seguridad alimentaria Para la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (fao) hay seguridad alimentaria cuando «todas las personas en todo momento tienen acceso físico o económico a alimentos nutritivos y suficientes para satisfacer las necesidades dietéticas y de su preferencia para una vida activa y saludable».3 A fin de lograr la seguridad alimentaria, la fao propone cuatro componentes: disponibilidad, estabilidad, accesibilidad y utilización. En ese sentido, considera que un sistema alimentario es un conjunto de interacciones dinámicas entre los medios biogeofísicos y humanos que influencian las actividades y los resultados a lo largo de la cadena alimentaria (producción, almacenamiento, elaboración, distribución, intercambio, preparación y consumo). A continuación se enlistan los efectos del cambio climático que influyen en la seguridad alimentaria. a) Fertilización del co2: incremento en la disponibilidad de dióxido de carbono para el crecimiento de las plantas. b) Aumento de las temperaturas medias mundiales: las máximas y mínimas en días calurosos y fríos; elevación de la frecuencia anual de días calurosos y de la reiteración, duración e intensidad de las ondas de calor. c) Cambios graduales en las precipitaciones: intensificación de la frecuencia, duración e intensidad de las temporadas secas y las sequías; así como cambios en periodicidad, localización y cantidades de lluvias y nevadas. d) Fenómenos climáticos extremos: elevación de la frecuencia anual de vientos fuertes, lluvias coOrganización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Cambio Climático y Seguridad Alimentaria: un documento marco, Roma, 2007, p. 6.

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Comisión Nacional del Agua. Estadísticas del agua en México, 2010, p. 67. 2

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piosas, tempestades e inundaciones asociadas con tormentas tropicales y tornados. e) Variabilidad climática: mayor inestabilidad en las configuraciones climáticas estacionales; cambios en el inicio y el final del transcurso de las estaciones. f ) Aumento del nivel del mar: inundación de hábitats humanos e infiltración de aguas salinas. De igual forma, la fao establece que los fenómenos climáticos extremos intensos más constantes e irregulares, las sequías, los niveles más altos de los mares y las irregularidades crecientes en los regímenes de la estación de lluvias ya tienen repercusiones directas sobre «la producción de alimentos, la infraestructura de la distribución alimentaria, la incidencia de las crisis alimentarias, los bienes y oportunidades para los medios de subsistencia y la salud humana tanto en las zonas rurales como en las urbanas».4 Adicionalmente, expone que existe una alta probabilidad de que los efectos de los cambios graduales de temperatura y precipitación medias sean discontinuos (positivos o negativos) y pueden incluir cambios en múltiples ámbitos: a) adaptabilidad de la tierra a diferentes cultivos y pasturas; b) salud y productividad de los bosques; c) distribución, productividad y composición comunitaria de los recursos marinos; d) incidencia y vectores de diversos tipos de plagas y enfermedades; e) pérdida de la biodiversidad y del funcionamiento del ecosistema en los hábitats naturales; f ) distribución del agua de buena calidad para los cultivos, el ganado y la producción pesquera continental; g) pérdida de tierras arables debido a la creciente aridez y a la salinidad asociada, disminución del agua subterránea y aumento del nivel del mar; h) oportunidades de los medios de subsistencia; i) riesgos para la salud; j) migración interna e internacional. Debido a que la agricultura, las actividades forestales y la pesca son actividades sensibles al clima, «sus procesos de producción —ya sea para alimentos, fibra, bebidas, energía o cultivos industriales o para el ganado, las aves de corral, los peces o los productos forestales— se verán afectados por el

cambio climático».5 En consecuencia, los cambios en los modelos de producción agrícola afectarán la seguridad alimentaria de dos modos: Primero: Las repercusiones en la producción alimentaria afectarán el suministro de alimentos a nivel local y mundial. En la esfera mundial, los rendimientos más altos en las regiones templadas podrían desequilibrar los rendimientos más bajos de las regiones tropicales. Sin embargo, en muchos países de ingresos bajos que tienen una capacidad de financiación limitada para el comercio y que se apoyan mayormente en su propia producción para satisfacer sus necesidades alimentarias, puede resultar imposible compensar la disminución en el suministro local sin aumentar su dependencia de la ayuda alimentaria. Segundo: Las repercusiones en todas las formas de producción agrícola afectarán los medios de subsistencia y la capacidad de acceso a los alimentos. Los grupos de productores menos capaces de abordar la cuestión del cambio climático, tales como las poblaciones rurales pobres de los países en desarrollo, arriesgan comprometer su seguridad y bienestar.6 Otro de los impactos que generará el cambio climático en un futuro inmediato será el difícil el acceso a los alimentos para muchas personas que actualmente son vulnerables y consumidores de ingresos bajos. El origen de dicha situación tiene que ver con una producción propia reducida, pérdida de oportunidades de empleo, cambio de modelos de producción en la explotación agrícola y fuera de ella, o un poder adquisitivo más bajo propiciado por el alza de los precios de los alimentos en el mercado. Así, la mayor repercusión del cambio climático la padecerán los países y las personas pobres; México se verá afectado al tener más de 50 millones de habitantes en condiciones de pobreza, contar una crisis económica persistente y un incremento en la inseguridad pública, que ahuyenta a los capitales. De acuerdo con la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (cepaL), la pobreza y la indigencia afectan a las áreas rurales de una manera 5

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Ibid., p. 7.

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Ibid., p. 8. Ibid., p. 9.


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más extensa que a las urbanas: «En 2008, el porcentaje de población pobre en las áreas rurales (52,2 por ciento) prácticamente duplicó la tasa de pobreza urbana (27,6 por ciento)».7 En su informe acerca del Panorama Social de América Latina se describe que la indigencia presenta una diferencia aún más marcada, pues su incidencia en áreas rurales (29,5 por ciento) superó en más de tres veces a la urbana (8,3 por ciento): Estas cifras muestran, asimismo, que la mayor parte de la población pobre en las áreas rurales vive en condiciones de pobreza extrema, a diferencia de lo que sucede en las áreas urbanas, lo que denota que la insuficiencia de recursos para satisfacer las necesidades básicas es más generalizada en las primeras.8

En la Conferencia sobre los nuevos retos en cambio climático, energía y alimentos, promovida por la fao,9 se dispuso que la agricultura, la silvicultura y la pesca son decisivas y ocupan un lugar central en el debate en torno al cambio climático y la bioenergía, porque contribuyen al cambio climático y son importantes agentes de atenuación y adaptación. Por tanto, el empleo de biocombustibles como solución para reducir las emisiones de carbono y adquirir una mayor independencia de los combustibles fósiles tiene secuelas trascendentales en el campo de la seguridad alimentaria y el uso de las tierras. El cambio climático, aunado al aumento de la demanda de biocombustibles creados con cultivos alimentarios, reduce la disponibilidad de tierras, agua y biodiversidad requerida en la producción de alimentos, y repercute en los precios de los alimentos. A fin de garantizar la seguridad alimentaria y la protección del medio ambiente es imprescindible examinar sinergias y compensaciones. Muchos de los pequeños agricultores del mundo trabajan tierras marginales en las regiones tropicales, las más vulnerables a los fenómenos del cambio Organización de las Naciones Unidas. Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Panorama Social de América Latina 2009, p. 51. 8 Idem. 9 Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Cambio Climático, Energía y Alimentos, Conferencia sobre los nuevos retos. Roma, 3–5 de junio de 2008. 7

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climático (como sequías más frecuentes e intensas), de modo que estos trabajadores no pueden adaptarse a la transformación de las condiciones. El cambio climático repercutirá en la aptitud de las tierras para generar distintos tipos de cultivos; al ganado, la pesca y el pastoreo; en la salud y la productividad de los bosques; en la presencia constante de plagas y enfermedades; y en la biodiversidad y los ecosistemas.

Tecnificación del agro Resulta pertinente mencionar que es indispensable que nuestro país diseñe estrategias diferenciadas relativas al cambio climático, la producción de alimentos y los recursos hídricos. Una de esas estrategias es la tecnificación del agro, puesto que los mecanismos arcaicos de obtención de alimentos originan un desperdicio de más del 54 por ciento del agua usada con ese propósito. Al respecto, el Programa Especial de Cambio Climático 2009–201210 establece que la vulnerabilidad del sector agrícola varía según la región, el cultivo y las tecnologías aplicadas, en función de la modificación de regímenes pluviométricos y de vientos, incidencia de fenómenos ciclónicos más intensos y elevación de temperaturas nocturnas. Además se aclara que por las nuevas condiciones climáticas se anticipan alteraciones en las tasas de degradación del suelo de uso agrícola, aumentos de salinización en las superficies de riego, incremento de pérdidas por siniestros (superficies incendiadas, afectadas por sequías, inundaciones), cambios en patrones y regiones de producción por temperatura y disponibilidad del agua. También se prevén cambios relevantes en la distribución y la dinámica poblacional de plagas, enfermedades y especies depredadoras, así como reducciones de las especies polinizadoras, vitales para la actividad agrícola. El programa propone numerosos objetivos con la intención de contrarrestar los posibles impactos del cambio climático en el sector agrícola, enfocados hacia la instauración de un proceso de adaptación integral. El objetivo 3.3.1 «Reducir la vulnerabilidad Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Programa Especial de Cambio Climático 2009–2012. México, 2009, p. 81.

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del sector agrícola y asegurar la agrobiodiversidad del país ante los efectos del cambio climático» postula varias metas a cumplirse en el 2012: a.44 Asegurar 9 millones de hectáreas de cultivo contra la ocurrencia de fenómenos climatológicos extremos. a.45 Ahorrar 3 mil millones de metros cúbicos de agua en usos agropecuarios. a.46 Aumentar la capacidad de almacenamiento en 116.2 millones de metros cúbicos de agua. a.47 Crear el Centro Nacional de Recursos Genéticos.11 Por su parte, el objetivo 3.3.2 «Modernizar la infraestructura hidroagrícola y tecnificar las superficies agrícolas en coordinación con usuarios y autoridades locales» propone: a.48 Tecnificar 1 millón 722 mil ha con infraestructura hidroagrícola (522 mil a cargo de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, sagarpa, y 1.2 millones de riego tecnificado en parcela por la Comisión Nacional del Agua, conagua), para alcanzar una superficie acumulada de 3 millones 139 mil ha. a.49 Incrementar la productividad del agua en distritos de riego en 2.8 por ciento anual para alcanzar 1.66 kilogramos por metro cúbico (Kg/m3). Incrementar en 0.25 Kg/m3 la productividad del agua en distritos de riego. a.50 Consolidar dos mil unidades de riego organizadas. a.51 Elaborar veintiún planes directores en los distritos de riego. a.52 Expedir ochenta y cinco permisos únicos de siembra y de riego en los distritos de riego. a.53 Establecer en cincuenta y ocho distritos de riego con planes agrícolas, el programa único de siembra en los distritos de riego del país en coordinación con la conagua, con base en la disponibilidad de agua, e impulsar cultivos con mayor productividad por volumen de agua utilizada, a través de una planeación agrícola integral.12 En el objetivo 3.3.3 «Profundizar el conocimiento sobre los impactos y la vulnerabilidad del sector 11 12

Ibid., p. 82. Ibid., p. 83.

agrícola ante la variabilidad y el cambio climático» manifiesta: a.54 Generar tres mapas de potencial productivo de especies agrícolas (maíz, fríjol y cebada) en regiones determinadas de México, bajo distintos escenarios de cambio climático. a.55 Elaborar y publicar un estudio sobre la afectación a la agricultura en tierras bajas costeras, por inundaciones e intrusión salina en acuíferos y suelos, bajo diferentes escenarios de cambio climático.13 Las Estadísticas del Agua en México14 indican que en el año 2030, en algunas de las Regiones Hidrológico–Administrativas i Península de Baja California, vi Río Bravo y xiii Aguas del Valle de México, el agua renovable per cápita alcanzará niveles cercanos o incluso inferiores a los 1000 m3/hab/año, lo que se califica como una condición de escasez grave. Por ello será preciso efectuar una gestión del agua eficaz que logre satisfacer las demandas crecientes de agua. Ante ese escenario, la conagua recomienda tener cuidado especial con el agua subterránea porque su sobreexplotación ocasiona el abatimiento de los niveles freáticos, el hundimiento del terreno y la perforación de pozos cada vez más profundos para extraer el agua; se hace hincapié en que la mayor parte de la población rural, especialmente en zonas áridas, depende casi de manera exclusiva del agua subterránea. En adición, dispone que con el propósito de enfrentar la disminución de la disponibilidad del agua en los próximos años, será necesario realizar acciones que reduzcan su demanda, a través del incremento en la eficiencia de su uso en el riego de cultivos y los sistemas de distribución en las ciudades. También se plantea elevar los volúmenes de agua residual tratada y su reúso, con la finalidad de aumentar la disponibilidad de agua con calidad adecuada para los usos a los que se destina, así como las coberturas de agua potable y alcantarillado. El impulso a la tecnificación de agro dependerá de la investigación científica que se lleve a cabo, a los recursos económicos destinados y al grado de 13 14

Idem. Estadísticas del Agua en México, p. 173.


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acceso que tengan campesinos y agricultores a programas diseñados por conagua y sagarpa para la modernización de la infraestructura hidroagrícola.

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El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (ipcc, por sus siglas en inglés) ha conceptualizado al cambio climático como «todo cambio en el clima a través del tiempo, ya sea debido a la variabilidad natural o como resultado de actividades humanas». A pesar de que existen distintos factores que pueden afectar el clima, el ipcc concluye en su Cuarto Informe de Evaluación de 2007 que el incremento de temperatura promedio observado desde mediados del siglo xx a la fecha se debe muy probablemente a la intensificación de las concentraciones de origen antropogénico de gases de efecto invernadero. Numerosos tratadistas y científicos coinciden en que el cambio climático es el desequilibrio ambiental de mayor consideración en la historia de la humanidad, fenómeno que pone en riesgo la permanencia de nuestra especie sobre el planeta. En el documento Impactos sociales del cambio climático en México15 se reconoce que sus efectos en el largo plazo son una amenaza para la biodiversidad planetaria, el desarrollo humano y el alcance de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, firmados por todos los países del mundo. También refiere que las consecuencias podrían ser devastadoras, incluso perjudicarían de modo severo el progreso alcanzado por la comunidad internacional; en tanto, las personas en condiciones de pobreza y los países en vías de desarrollo asumirían los costos más altos. Por tal motivo, la lucha contra la pobreza y contra los efectos del cambio climático deben ser una prioridad para todos los gobiernos. En ese contexto, existen cuatro áreas que ocupan la atención mundial: 1) investigación científica y tecnológica relacionada con el fenómeno y sus impactos; 2) resoluciones que atenúen las emisiones de los

gases de efecto invernadero; 3) medidas para la adaptación a las consecuencias del cambio del clima; 4) sensibilización y difusión de resultados y pautas que permitan una mayor y mejor participación de los actores sociales en el enfrentamiento del problema. México es parte del problema al emitir 1.5 por ciento de los gases que generan el fenómeno y según las cifras de la Agencia Internacional de Energía en 2004 se ubica entre los quince países con mayores emisiones por quema de combustibles fósiles a nivel mundial. Cabe mencionar que México es especialmente vulnerable al situarse en zonas que serán impactadas por sequías (noroeste), inundaciones (sureste) y eventos meteorológicos extremos en ambos litorales, cuya intensidad podría incrementarse; aunado a ello, concurren debilidades en las estructuras sociales y económicas que suponen desigualdades latentes en un amplio sector de la población. Es importante destacar los aportes del Informe sobre Desarrollo Humano 2007–2008. La lucha contra el cambio climático: solidaridad frente a un mundo dividido,16 publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (pnud) que contempla abiertamente la vinculación entre el derecho humano, el cambio climático y diversos enfoques de estudio acerca en torno al agua. En el prólogo se asegura que las medidas llevadas a cabo tendrán consecuencias que perdurarán por un siglo o más y reconoce la imposibilidad de revertir los daños propiciados por las emisiones de gases de efecto invernadero: «los gases que retienen el calor y que enviemos a la atmósfera en 2008 permanecerán allí hasta 2108 y más. Por lo tanto, lo que decidamos hacer hoy no sólo afectará nuestra propia vida, sino aún más la vida de nuestros hijos y nietos. Esto es lo que hace del cambio climático un desafío distinto y más difícil que otros desafíos en el campo de las políticas públicas».17 El panorama presentado describe una realidad que algunos pretenden manipular a través de versiones reduccionistas o conformistas de autoridades y medios de comunicación, como si ocultar

Ana Rosa Moreno Sánchez. Impactos sociales del Cambio Climático en México. Instituto Nacional del Ecología/ Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. México, 2008.

Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Informe sobre Desarrollo Humano 2007–2008, la lucha contra el cambio climático: Solidaridad frente a un mundo dividido. Nueva York, eua. 17 Ibid., p. 5.

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la realidad solucionara los problemas. El informe aclara que mientras los países pobres intervienen muy poco en materia ecológica, soportan las consecuencias de la gestión no sostenible. En contraste, los habitantes de los países desarrollados se han limitado a ajustar los termostatos, soportar veranos más largos y calurosos y observar cambios en las estaciones. Dentro de las consecuencias inherentes se halla el aumento en el nivel del mar. Ciudades como Londres y Los Ángeles pueden desafiar el riesgo de inundaciones porque su población está protegida por modernos sistemas de defensa, sin embargo, cuando el calentamiento global altere los patrones climáticos en el Cuerno de África, el resultado será pérdida de cosechas, hambruna y escasez de agua. Las zonas más indefensas son las comunidades rurales que habitan los deltas de grandes ríos como Ganges, Mekong y Nilo, y en los asentamientos precarios que crecen sin control en las ciudades del mundo en desarrollo. El informe identifica cinco mecanismos clave de transmisión a través de los cuales el cambio climático puede paralizar y revertir el desarrollo humano: Producción agrícola y seguridad alimentaria. Afectará las precipitaciones, las temperaturas y el agua disponible para actividades agrícolas en regiones vulnerables. Se cita el caso de las áreas propensas a la sequía de África Subsahariana, que podrían aumentar de 60 a 90 millones de hectáreas, mientras que las de tierras de secano sufrirían pérdidas de $26 mil millones en el año 2060 (en precios de 2003), cifra superior a la ayuda bilateral entregada en la región en 2005. Relativo a otros lugares en desarrollo (América Latina y Asia Meridional), experimentarán pérdidas en la productividad agrícola, lo que a su vez minará los esfuerzos para reducir la pobreza rural y se incrementarán las cifras de desnutrición a 600 millones de personas al año 2080. Estrés por falta de agua e inseguridad de agua. El Informe sobre Desarrollo Humano 2007–2008 establece que los cambios en los patrones de escorrentía y el derretimiento de glaciares aumentarán el «estrés ecológico», lo que comprometerá el agua empleada en riego y asentamientos humanos: «Otros mil 800 millones de personas podrían habitar en zonas con escasez

de agua en 2080. Lugares como Asia Central, norte de China y la zona septentrional del Asia Meridional enfrentan enormes vulnerabilidades asociadas al repliegue de los glaciares a una velocidad de 10 a 15 metros al año en el Himalaya».18 Advierte que siete de los grandes sistemas fluviales de Asia apreciarán en los próximos años una intensificación en su flujo, seguida de un decrecimiento a medida que se derritan los glaciares «la región andina también enfrenta riesgos inminentes en materia de seguridad hídrica debido al colapso de los glaciares tropicales, mientras que varios países en regiones ya bastante afectadas por la falta de agua, como el Oriente Medio, podrían sufrir pérdidas graves de disponibilidad de agua».19 Aumento en el nivel del mar y exposición a desastres meteorológicos. Los niveles del mar podrían aumentar rápidamente con la acelerada desintegración de los mantos de hielo; asimismo, el incremento de la temperatura mundial en 3ºC o 4°C podría provocar el desplazamiento permanente o transitorio de 330 millones de personas a causa de las inundaciones: «este fenómeno podría afectar a más de 70 millones de habitantes de Bangladesh, 6 millones en el Bajo Egipto y 22 millones en Viet Nam, mientras que los pequeños estados insulares del Pacífico y del Caribe podrían sufrir daños catastróficos».20 Respecto al calentamiento de los océanos se informa que se desencadenarán tormentas tropicales de mayor intensidad: «hoy, cuando más de 344 millones de personas están expuestas a los tifones tropicales, un aumento en la intensidad de las tormentas podría traer consigo consecuencias devastadoras para un grupo grande de países». De igual modo, los mil millones de personas que viven en tugurios urbanos ubicados en laderas inestables o en riberas proclives a las inundaciones enfrentan profundas vulnerabilidades. Ecosistemas y biodiversidad. El cambio climático ya está modificando los sistemas ecológicos, esto es, «alrededor de la mitad de los sistemas de arrecifes de coral del mundo han sufrido ‹descoloramiento› Ibid., p. 25. Idem. 20 Idem. 18 19


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como resultado del calentamiento de los mares. La creciente acidez del océano es otra amenaza a largo plazo de los ecosistemas marinos. Por su parte, los sistemas ecológicos basados en el hielo también han sufrido efectos devastadores por el cambio climático, especialmente en el Ártico».21 Mientras algunas especies de animales y plantas se adaptarán, a otras les resultará complicado: «Con un calentamiento de 3°C, entre 20 y 30 por ciento de las especies terrestres podrían enfrentar la extinción».22 Salud humana. El pnud sostiene que los países desarrollados están preparando sus sistemas de salud pública con la finalidad de enfrentar futuras crisis climáticas, tal como lo sucedido durante la ola de calor de 2003 en Europa y las condiciones más extremas durante los veranos y los inviernos; sin embargo, los mayores impactos para la salud se resentirán en los países en desarrollo debido a los altos niveles de pobreza y la poca capacidad de respuesta. Establece que las principales epidemias mortales podrían ampliar su extensión: «otros 220 a 400 millones de personas podrían verse expuestas al paludismo, enfermedad que ya cobra la vida de alrededor de un millón de seres humanos todos los años. Por su parte, ya es posible encontrar casos de dengue en altitudes mayores que las comunes, especialmente en América Latina y partes de Asia oriental, y el cambio climático podría ampliar aún más el alcance de esta enfermedad».23 En efecto: el informe expone que ninguno de estos factores opera por separado, sino que interactúan con procesos sociales, económicos y ecológicos más extensos que determinan las oportunidades para el desarrollo humano: «La combinación precisa de los mecanismos de transmisión, desde el cambio climático al desarrollo humano, inevitablemente variará entre los países y al interior de ellos, pero sigue habiendo grandes espacios de incertidumbre. Lo que sí es seguro es que el cambio climático peligroso tiene el potencial de propinar grandes golpes sistémicos al desarrollo humano a lo largo de un grupo considerable de países».24 Idem. Idem. 23 Ibid., p. 9. 24 Ibid., p. 10. 21 22

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Al contrario de lo que sucede con las crisis económicas que influyen en el crecimiento y la inflación, es probable que varias de las afectaciones sean irreversibles, como la pérdida de oportunidades en salud, educación y sistemas ecológicos vitales, y el desmejoramiento del potencial productivo. Dentro de las estrategias de mitigación propuestas por el pnud se encuentra la necesidad de un ejercicio colectivo sin precedentes en materia de cooperación internacional; luego de Kyoto 2012 se propone que en las negociaciones sobre los nuevos límites a las emisiones se enmarque el presupuesto mundial de carbono delimitado y traducido a estrategias y presupuestos nacionales prácticos. Según el pnud, la atenuación del cambio climático tiene una conexión directa con la forma en que se produce y se utiliza la energía, por lo que si se establecen compromisos y metas más confiables y adecuados, direccionados a objetivos globales de moderación, se podrían producir emisiones sostenibles.

Conclusiones Primera. El cambio climático comprende el desequilibrio ambiental más grave generado por la especie humana desde su aparición sobre la faz de la Tierra, por tanto, es preciso ordenar por la vía del derecho las actividades humanas que faculten revertir sus efectos. La ley como expresión de la voluntad general es un elemento fundamental a fin de lograr avances concretos en cada país. Segunda. Es urgente que México diseñe estrategias diferenciadas en cuanto al cambio climático, la producción de alimentos y los recursos hídricos, puesto que el fenómeno climatológico tendrá un fuerte impacto en la seguridad alimentaria. Tercera. No queda tiempo para simulaciones, el futuro de las presentes y futuras generaciones está en riesgo, si la ciudadanía no se une con las autoridades en las distintas esferas de actuación, no se alcanzarán las metas de reducción de los gases de efecto invernadero y ni se podrá desacelerar el cambio climático; la clave es la solidaridad mundial en acciones concretas.


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Bibliografía Comisión Nacional del Agua. Estadísticas del Agua en México, 2010. Moreno Sánchez, Ana Rosa. Impactos sociales del Cambio Climático en México. Instituto Nacional del Ecología/ Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. México, 2008. Organización de las Naciones Unidas. Comisión Económica para América Latina y el Caribe. Panorama Social de América Latina 2009. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Cambio Climático y Seguridad Alimentaria: un documento marco. Roma, 2007. Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación. Cambio Climático, Energía y Alimentos, Conferencia sobre los nuevos retos. Roma, 3–5 de junio de 2008. Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. Informe sobre Desarrollo Humano 2007–2008, la lucha contra el cambio climático: Solidaridad frente a un mundo dividido. Nueva York, eua. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Informe de la Situación del Medio Ambiente en México. Compendio de Estadísticas Ambientales, 2008. Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales. Programa Especial de Cambio Climático 2009–2012. México, 2009.


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