Pineal magazine #2
Dirección: Melanie Benyahya Portada y contraportada: Ana P. Requejo Relato y poesía: Clàrice Eté, Kate Shogun, Rodrigo Mendoza, Melanie Benyahya Ilustración: Bran Solo, Melanie Benyahya Fotografía: Ana P. Requejo, Clàrice Eté, Sofía B. Manzano Edición y maquetación: Melanie Benyahya
¿estás ahí?, ¿puedes oírme? luego pensé en tu cuerpo como se piensa en el asesinato… con mis palabras he sido fiel a mi alma Anne Sexton el sueño me arrancaba la piel me lamía las costillas se comía la infección que iba a contagiar a mis ojos mis manos el trozo de muslo que también bebe mi sangre que conoce el lugar donde dejé quemarme sin miedo sinmiedo el miedo es una continua regresión a nuestra primera muerte dónde nos dejamos vencer para descansar ciegos de esta luz invasiva el sueño me tapó la herida me dejó a oscuras acunada, casi inerte, en la desidia desde dentro sólo se sentía la pérdida deambulaba, inocua, sobre mis huesos tocaba sus tejidos livianos les besaba como si nunca hubieran nacido y estuvieran esperando a formarse en algún lugar remoto ajenos a mí misma
Fotografía y poesía: Clárice Eté
fui un cuerpo inerte esperando su rendición fui un cuerpo inerte engendrando la muerte que vendría la que yo misma alimentaría en mi vientre un cuerpo inerte acudiendo al desangramiento de mi vagina como quien acude al funeral de su único hijo rindiéndole un homenaje entre piedras milenarias y tumbas que mecen los cuerpos de los que nunca existieron todavía puedo esperar la espera es mi condena y la acepto como los muertos se aceptan a sí mismos estoy lejos de mi misma el juego ha empezado
cómo sostener esta angustia incipiente que me crece lenta en mi vientre como un embrión malogrado
Fotografía: Sofía B. Manzano; Texto: Clárice Eté
FotografĂa: Ana P. Requejo
FotografĂa: Ana P. Requejo
“No intentes explicar el mero hecho de existir. Es tan real que emplear palabras para describirlo sería en vano; y sin embargo, tan humano. Tratar de trasladar una sensación intangible, del mundo de las ideas a nuestra dimensión, sólo puede ocasionar una falsa impresión de entendimiento, una comprensión superficial. Y en eso se basa el desarrollo de nuestra existencia: en ruidos, aberraciones… Tratamos de desentramar nuestros pensamientos con el cerebro mal sintonizado, distraído. Aún así, aparentemente no afecta al proceso de comunicación, y la vida sigue evolucionando. El ser humano continúa creciendo y parece olvidar su esencia por el camino. Podemos expresar casi con total precisión mediante fórmulas concebidas lo externo a nuestro ser, aquello que perciben nuestros sentidos. Usando las palabras nos alejamos del verdadero significante; esterilizamos las ideas. Somos ondas perpendiculares entre sí; ondas convergentes de la misma expansión, sonando y brillando por la eternidad. Navegamos por el espacio infinito, y nuestros serpenteantes movimientos conforman la melodía cósmica. ”
Texto e ilustración: Melanie Benyahya
Fotografía: Clàrice Etè
Qué utopía, pensar que nuestras vidas dependen únicamente de nuestras propias decisiones.
Texto: Kate Shogun; Fotografía: Sofía B. Manzano
Estar vivo es romper la rutina con peque帽os actos improvisados, y agarrarse con fuerza a la belleza de lo real, de lo presente.
Texto e ilustraci贸n: Melanie Benyahya
Poesía: Rodrigo Ilustración: Bran Mendoza Solo; Fotografía: Clàrice Eté
Parte 3. El Orden In-imaginable cuerpo que teme a las sombras. Luz azul, roja. Figura de vida y sistema de estrellas que intangible me llega a la membrana subaracnoidea / subaracnoidea / subaracnoidea / subaracnoidea / subaracnoidea / subaracnoidea / subaracnoidea / subaracnoidea / subaracnoidea / subaracnoidea. Vista desde el mar su reflejo desvela fuego infinito que se sumerge en las derivas. Espacios formados de las explosiones de un punto circunscrito en las formas de mirar las distancias. Sonido. Sistema de señales anamórficas que el radar capta como las vicisitudes del amor o de la esperanza de tener un tímpano dispuesto a los astros.
Poesía: Rodrigo Mendoza
Parte 4. El Caos Contención. Violencia absoluta. Deseo. Apoteosis de la lujuria. Dos seres complejos, incomprensibles para los otros, incomprensibles entre sí. Guardan silencio ante el otro. Fusión definitiva para después convertirse en una misma verdad. A y B siempre serán consecutivos aunque no consecuentes. A+B=AB ¿Entropía?
Poesía: Rodrigo Mendoza
Fotografía: Sofía B. Manzano
Una vez, cuando aún estábamos en primaria, la gata de un compañero de clase que vivía enfrente del colegio se tiró por la ventana. Los rumores incluso decían que había caído dentro de un descapotable, y que había una pareja dentro, pero no lo vimos, así que podría haber sido un camión de la basura, un autobús o un abuelo en sidecar. Lo único que vimos fue al chico como si tuviese cuatro años, sollozando y moqueando por Chenoa, su amada y gorda compañera de juego, berreando como quien pierde a un hijo, o a su mujer, y preguntándose "por qué" como si alguien fuese a solucionar la incógnita. Igual la pobre estaba harta de tener un nombre tan horrible, o era una gata de ciencia y quería experimentar en sus propias carnes el funcionamiento de la gravedad, o incluso, me atrevería a decir que pudo haberse resbalado mientras curioseaba por el balcón. El caso es que Carlos, Carlitos, lloraba y lloraba. Lloró durante horas; como un bebé, como una plañidera, con sus doce años y sus cincuenta y cinco kilos, un martes cualquiera. En plena regresión porque quería muchísimo a su gata. O porque era hijo único. O por el divorcio de sus padres. Yo qué sé.
Relato: Kate Shogun; Ilustración: Bran Solo
FotografĂa: Ana P. Requejo; Relato: Melanie Benyahya
No hay tregua en el limbo. Cada capa de realidad estĂĄ constituida de innumerables subjetividades, y trato de navegar, a la deriva, entre las dudas de una ficciĂłn impuesta por el colapso de tu mundo. La magia se ha descompuesto en locura, la luz en oscuridad. El anhelo de palpar lo real pierde su fuerza a cada instante, a cada palabra que recorre fugazmente mi pensamiento. Mis personalidades han entrado en duelo, mi cuerpo habita a ras del suelo. Te busco en mi piel, encuentro trazos desesperados en cada acto de rebeldĂa. La idea de encontrarte resulta aterradora, por eso voy a la noche, para cegarme, para tentar a la casualidad.
Ilustraci贸n: Bran Solo
La palabra se ha prostituido ante la verdad y, joder, si no fuésemos a morir mañana, ¡cómo pesaría el recuerdo de cada acto, a cada instante!
Texto e ilustración: Melanie Benyahya
Fotografía: Sofía B. Manzano