Pineal Magazine #3
Dirección: Kate Shogun y Melanie Benyahya Portada y contraportada: Alejandro Alcolea Relato y poesía: Andrea Frye, Andrea Toribio, Kate Shogun, Melanie Benyahya, Rodrigo Mendoza Ilustración: Klari Moreno, Marjan Roshan, Melanie Benyahya, Muslito du Pollo Fotografía: Ana P. Requejo, Clàrice Eté, Germán Peñaranda, Luis Montero Collage (serie CONSTRUCCIÓN): Alejandro Alcolea Edición y maquetación: Melanie Benyahya
“La pequeña dormía como si no hubiese un mañana. Profundamente, como si las fases Rem se pagasen por horas. Como si no hubiese dormido en años, o en siglos. Como si dormir fuese el principal objetivo del ser humano, y ella lo desempeñase dando el máximo de sí. Pensé irónicamente que su resaca era peor que la mía, pero en seguida deseché la opción. Joder, era un puñetero bebé, no un viejo alcohólico. Era asombroso: La niña parecía completamente concentrada en su inconsciencia. Me pregunté también si soñaría algo, pero no lo creí. Su madre quería enseñarle el mundo, y ella lo rechazaba como quien rechaza un plan aburrido de fin de semana. No me apetece y punto. Y casi mejor, porque el día no acompañaba demasiado. Coches, ruido, gente con prisa yendo hacia ninguna parte, y así. Eso era la gran ciudad. Aprovecha ahora, niña –me dije para mis adentros- ya que en unos años, tu placentera disciplina se verá reducida a unas pocas horas cada noche por culpa de cosas que realmente no quieres hacer y cosas que realmente no querrás que ocurran. ¡Qué digo! ¡Incluso habrá personas de las que realmente no querrás saber nada! Pero se colarán en tu vida para hacértela menos placentera.”
Relato: Kate Shogun, Fotografía: Clàrice Eté
Fotografía: Fotografía:Ana LuisP.Montero Requejo
Tengo un desierto encerrado dentro de mi, tan estéril y muerto como este colchón. Descompuesto, disociado en la entropía del universo de los elementos no-vivos. Todo pierde el sentido y vuelve al origen. Y la estructura sigue funcionando. Esta atemporalidad engloba los momentos de luces y sombras. Tan típico, tan real. Tan ajeno y tan... Humano.
Fotografía: B.Requejo Requejo, Manzano;Texto: Texto:Melanie CláriceBenyahya Eté Fotografía:Sofía Ana P.
Aquella noche intentĂŠ robar el vacĂo.
Poema roto: Andrea Frye
Pequeño cuento de obsesión-compulsión
Sabe dios que soy desordenado hasta para respirar, pero ese día necesitaba tener algo, por ínfimo que fuese, bajo mi control. Si no, temía explotar y poner perdidas de sangre las paredes del supermercado. ¿Os imagináis? Una señora paralizada, salpicada entera por mis vísceras, mientras la cajera de al lado chillaba aterrorizada. En el fondo no era una muerte tan mala. Era algo casi cómico. Pero en ese momento mi vida se iba a la mierda como un avión al que le fallan los motores, y yo necesitaba algún tipo de consuelo. Después de pulular frenéticamente por todos y cada uno de los pasillos del supermercado, me dirigí a la caja, y comencé a guardar mi compra con un orden y una cadencia casi militares. Mis tripas se deshacían en un mar de incertidumbre, y yo colocaba cada brik de leche en una bolsa, al lado de su correspondiente botella de zumo. Mi padre moría lentamente entre ataques de ira, pero yo separaba la docena de huevos en dos seisenas. Colocaba en la primera bolsa los plátanos, y aunque mi futuro me mandaba al carajo, yo me esmeraba en acomodar en la segunda los melocotones. Mi corazón redoblaba como de camino al patíbulo, pero a un lado el detergente, y al otro las patatas. Y nada más importaba. Al coger cada bolsa con una mano, noté que no pesaban igual, y fui tragado por un mar de angustia. Cambié un paquete de pan de molde por una caja de cereales, y de repente, todo era un poco menos desastroso. Y por primera vez en varios días, sentí algo de paz.
Texto: Kate Shogun
Ilustraci贸n:Ilustraci贸n: Marjan Roshan Marjan Roshan
Fotografía: Clàrice Eté Etè
Regรกlame el tiempo que dabas por perdido.
Poema roto: Andrea Frye
Os veo tan tranquilos Rodando en las rutinas frustrantes Que enmohecen el alma, Como si no murierais, Como si todo esto diese igual.
Fotografía: Germán Peñaranda, Texto: Melanie Benyahya
Sequía No sé llorar. No es tanto que broten las lágrimas que tan a menudo inundan mis ojos, sino que falta el espasmo, el llanto continuado que parece haberse secado. Como si ya hubiera llorado tanto por ti, que no me quedase nada para los otros.
Texto: Kate Shogun; Ilustración: Marjan Roshan
Tebeo: Klari Moreno
Parte 5. La Sobrevivencia Galaxia elíptica de luz que conduce a la fusión de todas las esperanzas depositadas en una sola alma. Espíritus que van en búsqueda de nuevos cuerpos para habitarlos. Los llamas con el hilo de tu perenne mañana. Implacable e irresistible, así eres cuando se trata de vacilar entre el desierto y tus muertos. Calor de invernadero. El gozo de saberte poseedora de los grandes miedos me remite a la idea de la verdad misma, de cada película donde se parten los huesos y el polvo se convierte en estrellas; centinelas que buscan a su vez partículas para devorarlas y seguir jugando a lo prohibido.
Poesía: Rodrigo Mendoza
Parte 6. La Calma Espiral de bajo brillo y leve producción de estrellas. Bordes inminentes en la desesperación de un barco que no puede encontrar la deriva. Tripulantes que se suicidan antes de convencerse de que la bruma puede ser benévola con sus cielos. Distantes una de otra –como los símbolos entre cada islaestán las flores que no se dan en cualquier lugar pero que sirven para reconocer lo que no somos. Coordenadas que funcionan para localizar lo que nunca ha estado perdido, como si poner un título o una etiqueta no fuera un insulto a la belleza, o a la verdad misma de un pequeño retrato del espacio que nunca habitaremos y que está por devorarnos.
Poesía: Rodrigo Mendoza
Fotografía: Ana SofíaP.B.Requejo Manzano
Notas a los días por centro Europa (tristes)
Edificio azul. Cruz con flores en un pasto verde. La velocidad del tren pierde, de pronto, su acústica. Te miro y recuerdo la fotografía de aquella pareja en el lago del parque, donde las olas. Camino de la mano de la soledad del hombre en una pagoda en Viena. Aspiro el aire del cielo oblicuo; cenizos esqueletos murmuran. Ojalá este beso durase para siempre. A menudo pienso en Bratislava, en nosotros, en los bordes blancos de las copas de helado, en el dolor. Las cámaras y su rumor crean continuas ciudades digitales, huellas estáticas de nosotros. Entonces creí que estábamos condenados a desaparecer. Algunos, en cambio, dicen que alguien construye una nueva Europa en la que Kafka pueda reír desde su estatua junto a una sinagoga. Aún creo estar recorriendo los pasillos de la pintura alemana y me siento sola. Toco las burbujas de las jarras de cerveza y. De esto hace años, pienso. Éramos felices. Cierre de álbum. El pálpito del corazón sobre el pecho es buena señal. Ojalá no morirse. Pinto un Franz von Matsch en la memoria.
Texto: Andrea Toribio
Collage: Alejandro FotografĂa: Ana P. Requejo Alcolea
FotografĂa: Collage: Alejandro Ana P. Requejo; Alcolea Relato: Melanie Benyahya
lobotomía
ella vino. dijo: "tan mal, mal, mal no lo hicimos." Verdad. pregunta. yo. sentada. un bolígrafo negro. pintaba un árbol negro. las ramas se salieron de la hoja. eran ellos.
Texto: Andrea Toribio, Ilustración: Melanie Benyahya
Ilustraci贸n: Bran Solo
Ilustraci贸n: Muslito du Pollo
多Quieres encontrarme? Habito entre tus desastres.
Poema roto: Andrea Frye
SofíaP.B.Requejo Manzano Fotografía: Ana