Juntos somos más que 4 issu

Aceptar las diferencias de compañeros, complementarnos y trabajar en armonía.

ISBN: 978-612-46052-8-4

Juntos somos más que cuatro

Trabajo en equipo

TR

Juntos somos más que cuatro

A B AJO EN EQUIPO

Ilustración: Christian Ayuni Chea Cuidado de edición: David Abanto Aragón

Un sello editorial de Título. Juntos somos más que cuatro.

Trabajo en equipo © 2013, Llupi © De esta edición: 2013, Santillana S.A. Av. Primavera 2160, Santiago de Surco, Lima, 33 – Perú Edición especial para BEMBOS S.A.C Dirección Editorial: Rubén Silva Diseño de Colección, diagramación e interiores: Wendy Drouard Olivas

ISBN: 978-612-46052-8-4 Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú: Nº 2013-01970 Registro de Proyecto Editorial: Nº 31501401300113 Primera edición: Marzo de 2013 Tiraje: 10 000 ejemplares Impreso en Perú/ Printed in Peru Industria Gráfica Cimagraf S.R.L. Torres Paz 1252, Lima 1, Perú Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada o transmitida por un sistema de recuperación e información, en ninguna forma y por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la Editorial.

Llupi

Un día de abril, al terminar las clases, Tony, el hámster; Blas, el perro; Ada, la cabra; e Inés, la gallinita, decidieron ir a pasear a la montaña que estaba cruzando el río.

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La última vez que fueron de excursión descubrieron una cueva y, desde ese día, estaban inquietos pensando en explorarla; claro, de día, pues de noche les daba miedo.

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Al d铆a siguiente, apenas toc贸 el timbre de salida, salieron corriendo los cuatro aventureros.

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Anduvieron hasta que llegaron a la orilla de un río, lo fueron bordeando, pues buscaban el camino más estrecho y menos profundo para cruzarlo, hasta que encontraron un sitio por donde podrían pasar, pero todavía era muy ancho y profundo para Tony e Inés.

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Entonces, Blas carg贸 a Tony y Ada hiz贸 lo mismo con In茅s.

Por fin, llegaron al otro lado y vieron una explanada.

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«Descansemos», dijo Ada. Y así lo hicieron disfrutando de la vista, pero pronto oscureció y empezaron a sentir un poco de miedo.

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A regañadientes siguieron su camino hasta que, por fin, llegaron a la cueva.

Entraron y sin pensarlo ya estaban muy adentro.

De pronto escucharon un “sssssssssssssss”. Los cuatro voltearon de inmediato y vieron una enorme serpiente aparecer detrás de ellos.

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—Hola, bocadillos —dijo la serpiente en tono burlón—.

Me los comeré a todos —añadió riéndose.

Los amigos se asustaron. Blas se quedó de una pieza.

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Ada e In茅s dieron un grito. Tony avanz贸 intentando proteger al grupo.

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—¿Qué te hemos hecho? Solo queremos conocer la cueva e irnos.

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—Mmmm —los miró fijamente—, haré un trato con ustedes —dijo y abrazó con su cola una caja vieja y misteriosa.

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De dos coletazos, abri贸 la caja y vaci贸 el contenido. Eran piezas para construir, y dijo:

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ÂŤQuiero que armen una fortaleza con las piezas. Debe tener torres circulares y esculturas, si lo consiguen, no me los comerĂŠÂť.

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Y añadió: «¡Ah!, me olvidaba. La fortaleza debe ser idéntica a esta —dijo mostrando una maqueta que ya estaba armada—. Tienen veinte minutos y no pueden hablar. ¡Al primero que hable me lo como!».

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Los cuatro amigos se miraron entre sĂ­ y rĂĄpidamente fueron cogiendo las piezas desordenadamente para empezar.

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Cada uno intent贸 armar su fortaleza, y a los cinco minutos ya todos ten铆an la estructura principal completa.

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Eso los anim贸 mucho. Sin embargo, fueron pasando los minutos y no encontraban todas las torres.

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Empezaban a desesperarse y comenzaron a quitarse las piezas entre ellos.

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Tony dej贸 de pelear y mir贸 su fortaleza con preocupaci贸n. De pronto, vio la fortaleza que hab铆a hecho Blas.

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Estaba en verdad hermosa y se parecía a la maqueta. Sin embargo, le faltaban dos torres y un muro.

Aunque la fortaleza que él había hecho no estaba tan bien, sí tenía las cuatro torres. Así que las cogió y se las ofreció a Blas.

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Al ver esto, uno a uno le fue entregando a Blas las piezas que le faltaban Ada le dio dos esculturas, InĂŠs le dio uno de sus muros hasta que por fin... ÂĄla fortaleza estaba lista!

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Cuando Tony la levantó para compararla con la de la maqueta, ¡oh, no!, aún faltaban cuatro esculturas.

Veo que por fin supieron cómo hacerlo , pensó la serpiente.

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Ya faltaban menos de tres minutos y ¡sin las esculturas, todo estaría perdido! En eso, Inés recogió el resto de piezas disponibles, las dividió en cuatro y rápidamente las entregó a cada uno de sus amigos.

Trabajando en equipo lograron colocar las cuatro esculturas faltantes, ¡qué alivio!

Terminaron justo a tiempo.

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—Ya tengo las dos maquetas que necesitaba para la tarea de mi hijo. Jua, jua, jua, jua, jua —rio la serpiente.

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Y como les debo el favor y soy buenita, ยกpueden irse!

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Aún temblando, corrieron presurosos. Al salir se abrazaron y caminando llegaron a la parte más estrecha del río. Descansaron un ratito y comprendieron que trabajando juntos, y en equipo, eran mucho más fuertes y eficientes.

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Aceptar las diferencias de compañeros, complementarnos y trabajar en armonía.

ISBN: 978-612-46052-8-4

Juntos somos más que cuatro

Trabajo en equipo

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Juntos somos más que cuatro

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