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Alberto Lama
Un sello editorial de Colección: Mondo y Lirondo Título: Mondo y Lirondo en la playa ©2013, Alberto Lama ©Santillana S.A. © De esta edición: 2013, Santillana S.A. Av. Primavera 2160, Santiago de Surco, Lima 33, Perú Teléfono: 313 4000
Dirección Editorial: Rubén Silva Edición: David Abanto Aragón Diseño de colección: Wendy Drouard Ilustraciones de cubierta e interiores: Alberto Lama ISBN: xxxxxxxxxxxx Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú: xxxxxxxxxx Registro de Proyecto Editorial: xxxxxxxxxxxx Impreso en Perú / Printed in Peru Industria Gráfica Cimagraf S.A.C. Torres Paz 1252, Lima 1-Perú. Primera edición: mayo de 2013 Tiraje de esta edición: 25 000 (tentativo) Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, digital, magnético, fotoóptico,
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Esta historia comienza el día en que los nuevos amigos, Mondo y Lirondo, encuentran la playa que sería el nuevo hogar del cangrejo. —¡Por fin, ya huelo a playa! —dijo Lirondo. —¡Sí!, pero también hay un olor muy raro, ¿qué será? —dijo Mondo.
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¡Oh, no! ¡Es basura! ¡Todo está lleno de basura! ¿De dónde salió todo esto? —dijo Mondo —¡¡Mi playa!! ¡¡No hay ni un solo sitio limpio!! —gritó Lirondo
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Mondo y Lirondo caminaron un poco y, a lo lejos, divisaron un claro con algo clavado encima. —¿Qué es? —dijo Mondo —¡Qué curiosidad! ¿Vamos? —dijo Lirondo.
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—¿Qué clase de objeto es este? Me pregunto para qué habrá servido —dijo Mondo. —¿Un palo con peluca? ¡Qué cosa más rara! —dijo Lirondo. El espíritu juguetón de Mondo no pudo resistir la tentación de jugar un poco: se imaginó un cetro de múltiples poderes, un caballo veloz y un tractor arreglacarreteras.
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Mondo se alucinó en un concierto de rock... ¡hasta bailó un tango! —¡¡Hey, Mondo!! ¡¡Miraaa!! —gritó Lirondo.
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Era increíble, así como jugando, Mondo había limpiado una buena parte de la playa. —¡Qué bien! Y huele mejor, je, je —dijo Lirondo. Pero de pronto, se sintió un temblor seguido de un sonido muy extraño.
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De todos los rincones de la playa, se fueron juntando todas las basurillas, unas con otras, otras con unas, y se formĂł un montĂculo, una colina, digo, ÂĄun cerro! Una masa de basura transformada en... ÂĄun terrible monstruo!
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Nuestros amigos corrieron tan rápido como pudieron, no sin escuchar a lo lejos una potente voz que les dijo: «¿Por qué se van? ¡No tengan miedo! ¡Déjenme explicarles!». Mondo y Lirondo dejaron de correr y voltearon extrañados. ¿Quién o qué era esa criatura?
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¡ Hey! 19
Yo soy el descuido de las personas. Soy la cáscara, la envoltura y el vaso que usaron; la botella, la cajita de jugo y todo lo que después de usar se olvidaron. Y ahora aquí he quedado solo y abandonado.
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—Ahora aprovecharé su grata visita para cantarles una bella canción —dijo el monstruo y cogió un pedazo de guitarra y sin más, se cantó un blues (terriblemente desafinado, si me permiten)—: Soy un accidente, un error de medida, un descuido que la gente alimenta día a día soy un accidente, señor, pero la cosa es peor, pues sí sé de dónde vengo, pero no sé ¡¡adónde voooooyyy!! —¡Hey! Esa frase me ha dado una idea, amigo. ¡Tus problemas han terminado! —exclamó Mondo.
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La idea era simple: ยกescoger los tipos de basura!
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Papel con papel, plástico con plástico, vidrios por acá, pilas por allá y así, poco a poco, todo se iba convirtiendo de basura a un material útil de nuevo para fabricar otras cosas y, por supuesto, ¡disfrutar de una playa limpia!
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El municipio local no tardó en colaborar y no solo se llevó el material, sino que también colocó nuevos depósitos para el reciclaje. Nuevo ciclo de vida para todo ese material y así el trabajo quedó casi terminado. Solo faltó la vieja guitarra de su nuevo amigo la cual, después de unos arreglos, les dio una nueva sorpresa.
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Este amigo se quedó a vivir en los inesperados sonidos de la guitarra y decidió pasar la tarde cantando con sus nuevos amigos. —¿No está un poco desafinada? —sugirió Lirondo —¡Ayyyy, al menos hemos recuperado otra playa para disfrutar! —dijo Mondo. Pero eso no duraría mucho, pues...
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Un tiempo despu茅s la playa se volvi贸 a llenar de personas.
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¡Oh, no! ¡Tanto esfuerzo para nada!
Yo creo que si todos ponemos la basura en su lugar, podremos disfrutar la playa.
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Alberto Lama