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b. Características y situación de los culíes
sucedido con muchas exhaciendas que rodeaban a la Gran Lima, se han convertido en urbanizaciones o en distritos.
Es preocupante desconocer qué cultivos había en las chacras de esa hacienda. En todo el juicio no mencionan este aspecto crucial. Es claro que los hubo ya que había chinos regadores nocturnos, seguramente en momentos que le correspondía a la hacienda el tiempo del riego de acuerdo a un orden general del valle, y eso no tiene hora; hay que aprovechar hasta las horas con o sin Sol. Eso es así desde antes de los españoles y es así en la actualidad en todos los valles costeños.
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Cualquiera que haya sido el o los cultivos, el hacendado repite una queja que era general: que la agricultura estaba agonizante, pero reconoce que el trabajo de los chinos es el que en esos momentos la sostiene; este criterio fue tan consensual durante el juicio que terminó siendo el eje de las decisiones. Una frase usada por un intelectual de la época era que la agricultura peruana era como la Venus de Milo: hermoso cuerpo pero sin brazos.
Francisco Menéndez era arrendatario y no propietario de Monterrico Chico y seguramente de Chacarilla. Esta figura era utilizada con frecuencia; había hacendados, empresas y hasta conventos que arrendaban sus tierras y sin hacer nada recibían dinero.
b. Características y situación de los culíes
No conocemos desde cuándo Menéndez era arrendatario, parece que desde hacía pocos años antes, le fue imprescindible por eso lograr culíes, algunos de ellos no fueron adquiridos directamente de personas o empresas chineras, se dice que venían de Caucato, la hacienda más grande del valle de Pisco, y de las islas guaneras de Chincha. En estas islas hubo no pocos chinos en las más terribles situaciones según algunas narraciones de la tripulación de las naves que se acercaban a esas islas a recoger guano; a quienes les constató suicidios en grupo. Domingo Elías, iniciador del tráfico amarillo, fue el primero que llevó culíes a esas islas, tuvo la concesión de colocar el guano en las barcas que luego lo llevaban hasta Europa como abono para terrenos que habían perdido fertilidad. Elías hasta instaló línea férrea que ayudaba al transporte; mas esa labor de picar, ensacar y cargar el guano hasta el tren o hasta las barcas fueron actividades de esos emigrantes orientales. Los que sobrevivieron buscaron un porvenir como ofrecer sus servicios a cualquier hacendado como Menéndez para las labores agrícolas y otras.
En el expediente hay dificultades para designarlos con sus patronímicos originales, a unos les colocan dos apellidos, otros son escritos de diferente manera tal como los escuchaban (Ayán o Allán), y a veces tienen el mismo apelativo. Esto nos remite al día a día. No hay forma de saber cómo se comprendían cotidianamente con los representantes de Menéndez; seguro que a pesar que era muy difícil que se entendieran verbalmente cada culí era distinguible físicamente por el hacendado y sus empleados, los veían todos los días. Casi todos son cantoneses y hay dos chinchuis, posiblemente se trata de las dos grandes etnias que llegaron a Perú, puntí y hakká. Otro asunto es que parece que no todos eran iletrados, en sus contratas se ve sus apellidos escritos en sus caracteres.
Cuando la razón inicial del juicio —flagelación y maltratos a los trabajadores chinos— pasa a un segundo plano, surge como tema de importancia la situación de los culíes en un régimen de contratación en cuyos términos están escritas cláusulas de mutua responsabilidad2. La palabra que usan es con-
2 Léase en anexo la transcripción de una de esas contratas.