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1. Tempranos antecedentes
1. Tempranos antecedentes
Solo habían transcurrido dos años de la llegada a Perú de los primeros culíes justamente por la concesión que se le había otorgado a Domingo Elías, y El Comercio del lunes 6 de octubre de 1851, daba la noticia que «una persona respetable de la capital acudió a la Intendencia a dar aviso que un número bastante grande de colonos chinos se reunía en diferentes puntos con el objeto de dedicarse a juegos de envite. Poco después se sorprendió a uno de estos grupos en la calle de Santo Domingo. Se les detuvo incautándoles 130 pesos y material de juego. Buena parte de este dinero fue robado a don Domingo Elías».
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Durante la ocupación de Lima, los chilenos comprobaron que en los garitos se facilitaba dinero a los chinos con el fin que jueguen, y si perdían firmaban un contrato que los obligaba a trabajar en alguna hacienda; lo mismo y con mucha frecuencia sucedió en Macao durante la gran trata amarilla del siglo xix que condujo a miles de culíes a Perú, Cuba y muchos otros lugares.
A pesar de lo injusto de esa manera de obrar, desde antes de la invasión chilena, los garitos continuaban funcionando porque los agentes policiales estaban coludidos con los dueños de esos locales. Por esos mismos años en el artículo 5 del reglamento de policía correccional se disponía que las personas sorprendidas en juegos de azar o envite, perdían el dinero que estaba sobre la mesa y en sus bolsillos, las sanciones eran mayores si a los mismos jugadores se les encontraba en lo mismo en posteriores ocasiones. En suma, desde mucho tiempo atrás el juego por dinero se pretendió controlar tanto en Lima como en el resto del país.
En una hacienda al sur de Lima a un chino culí sus colegas de infortunio le dieron para que guarde una suma de dinero destinado a celebrar una de sus fiestas religiosas. El oriental que tenía este encargo, a pesar de las estrictas condiciones del encierro luego de las horas de trabajo en el campo, jugó el dinero y perdió todo, poco después se suicidó porque le debía al santo, según interpretación del administrador de esa propiedad agrícola.
Un descendiente chepenano de chinos explicaba que el evidente interés de los emigrantes del Celestial Imperio por los juegos en los que hubiera de por medio algo de dinero, de alguna manera compulsivo como el ejemplo anterior, se debía a que la socialización alrededor de estos entretenimientos incluyendo el atractivo del dinero, estaba por doquier en Guandong tal como él vio durante los años que residió en China. Este personaje contaba que pudo observar como dos muchachitos doblaban cada uno un billete en dos, los ponían en un piso liso frente a frente, y cada cual soplaba su billete hasta que uno derrotaba al otro, por supuesto que el que perdía se quedaba sin su dinero, y el juego podía continuar.