![](https://static.isu.pub/fe/default-story-images/news.jpg?width=720&quality=85%2C50)
3 minute read
d. Papel de los factores naturales en la transformación del paisaje
60 Dollfus
Fin del Cuaternario y del Holoceno en los Andes intertropicales
Advertisement
En la escala de los últimos milenios se establece un corte entre el fin de la última gran fase fría y probablemente seca del Cuaternarío (que tiene su máximo entre 18,000 y 16,000 antes del presente) y el rápido recalentamiento de comienzos del Holoceno, a partir de 10,000 años atrás, que pudo ser precedido por un breve recrudecimiento delfrío en el XI milenio (Glacial Tardío).
Aunque por el momento no puede ofrecerse una datación general y precisa para la última gran ola fría (tal vez hacia 16,500 antes del presente), marcada en los depósitos del lago Junín por cambios en la sedimentación, por un avance de los glaciares de la Cordillera Oriental (Carabaya y Cordillera Real), cuyas morrenas recubren turberas un poco más antiguas, la última gran fase fría del Cuatemario permanece como un acontecimiento mundial: aumento del casquete glaciar en el hemisferio norte (Wisconsin en Norteamérica) y en Patagonia, y enfriamiento de las temperaturas oceánicas, por lo que, a escala mundial, hubo una evaporación menor y, en consecuencia, una disminución en las precipitaciones. Los grandes anticiclones subtropicales se desplazaron hacia el Ecuador, lo que produjo un acercamiento del cinturón desértico hacia el mismo. En el desierto peruano hubo disminución de las brumas costeñas con aminoramiento de la corriente fría y probablemente algunas raras y copiosas lluvias, relacionadas con el acrecentamiento de los fenómenos de convexión entre las altas sierras frías y las llanuras cálidas. La baja del nivel marino contribuyó al ensanchamiento de los istmos de América Central. Por otra parte, es posible que la disminución de las lluvias y temperaturas favoreciera en las regiones cubiertas de espesa vegetación (Panamá y los llanos amazónicos), el aumento de sabanas y selvas ralas, en detrimento de la selva tupida. Es así como se señalan (Meggers 1971) posibilidades de circulación más fácil para pequeñas hordas de cazadores, que podían perseguir una fauna particularmente abundante de grandes mamíferos, muchos de ellos desaparecidos (hiparión, milodonte, mastódonte), aunque no es seguro que la sabana sea un medio más fácil (como lo es a nuestros ojos) que la selva para pequeños grupos acostumbrados al ecosistema boscoso.
1/ Fundamentos ecológicos 61
En la sierra andina, con unatemperatura inferior a la actual de 5°C a 7°C (a partir de las deducciones obtenidas de la vegetación y algunos sedimentos lacustres), en el campo tropical la diferencia entre estación seca y húmeda estaba atenuada, mientras que los glaciares aumentaban (Cordillera Oriental en el sur, al este de Bogotá y Andes Centrales). En su mayor parte los páramos ecuatoriales tenían una vegetación de puna (van der Hammen 1960). Las punas húmedas tenían la fisonomía de punas secas. Las hoyas interandinas - como la de Ayacucho - aunque climáticamente secas, podían ser alimentadas con agua mediante la fuente regular de los pequeños glaciares vecinos. Debe señalarse que en ningún lugar de los Andes trópico-ecuatoriales los glaciares constituyeron una barrera absoluta para los desplazamientos de norte a sur. Los Andes permanecieron habitables para grupos poco numerosos, a diferencia del macizo alpino, casi totalmente cubierto de nieve.
En los Andes una serie de episodios marcan la desglaciación de la última época fría del Cuatemario. En el altiplano Perú-boliviano los lagos se expanden en relación a la dimensión de sus cuencas y vertientes y, en gran medida, proporcionalmente a la importancia de las superficies congeladas. Es el caso de la extensión de los lagos Tauca (Servant 1978), en las depresiones de Uyuni, Coipasa y Poopo que en su máxima extensión cubre 43,000 Km2 ., siendo su mayor profundidad 60 m. Sus depósitos, escalonados, caracterizados por calcáreos lacustres y conchas datan, los más ahos, entre 12,360 y 10,600 años antes del presente, y los más bajos, inmediatamente anteriores al desecamiento, de 10,000 años antes del presente. La alimentación de esos grandes lagos, de muy breve duracióIÍ, probablemente se vinculaba a un desequilibrio positivo relacionado con la fusión de las masas glaciares, en un ambiente caracterizado por un cierto recalentamiento, pero en el que el poder de evaporación de la atmósfera era considerable, dada la altitud de esas regiones tropicales (mantenimiento de la salinidad). En los Andes ecuatoriales el fin del periodo frío y seco se ubica hacia 13,000 años antes del presente (van der Hammen 1960) y le sucede el interestadio "Guantia", templado, con levantamiento de las capas lacustres, reconquista de los suelos desnudos por las Myrica y