![](https://static.isu.pub/fe/default-story-images/news.jpg?width=720&quality=85%2C50)
5 minute read
La modernización, condiciones y costo
3/ Crisis y desvalorización 117
gobierno peruano que debió recurrir a un arbitraje internacional. Los gobiernos sucesivos se esforzaron por hacerse de medios capaces de impulsar el desarrollo. Se creó la Compañía Nacional del Guano para proveer a los valles de la costa de este abono natural. Se promulgaron los códigos de Aguas y Minas. Se establecieron organizaciones patronales encargadas de la defensa de los grandes sectores de exportación: la Sociedad Nacional de Industrias, en 1895, la de Minas en 1896, y posteriormente la Sociedad Nacional Agraria. En 1910 se modificó el sistema aduanero. En 1911 Leguía compró los primeros aviones. Es en el contexto del establecimiento de una política de desarrollo orientada hacia el exterior que Bowman llegó al Perú. Joven geógrafo, años atrás había realizado su primera travesía de los Andes, del norte de la Argentina a Chile. Llegó al Perú con algunas convicciones sólidas: el modelo norteamericano de desarrollo, que se apoya en el dinamismo de los empresarios, y recurre a las técnicas más modernas en materia de transporte y agricultura, como lo mejor para dominar vastos espacios y ponerlos en valor. Este modelo de una agricultura orientada hacia la exportación ignora al campesinado, que no existía en Norteamérica.
Advertisement
El libro empieza con el retrato de cuatro hombres: un pionero de la selva, un viejo misionero en un puerto de tráfico de caucho, hijo de inglés y chilena casada con un jefe indio y que soñaba con El Dorado selvático, sobre la base de cultivos y la explotación de minas, especialmente de oro. La construcción de vías férreas por el gobierno y la disminución de impuestos sobre el caucho eran condiciones necesarias para el desarrollo. El segundo era un agricultor de los valles tibios bajos de los Andes orientales, propietario de campos de caña de azúcar y cacao. Este desea que el centro de gravedad del Perú, con su capital, se instale en esos valles "felices". Vías férreas, represas para la irrigación construidas por un gobierno que garantice el orden facilitarán la inmigración y crecimiento necesario de la población. El tercero es un hacendado de la altura, que vive en un medio frío y hostil, rodeado de indios que beben alcohol y mastican eaca, a los que debe vigilar constantemente. Un "buen gobierno" debería suprimir los impuestos a la lana, controlar la venta de alcohol, mejorar los pastizales con nuevos forrajes, a fin de que las punas puedan soportar entonces una población diez veces más numerosa, en la
118 Dollfus
que los miserables pastores serían reemplazados por eficaces granjeros. El cuarto vive en un valle de la costa, es descendiente de una antigua familia, alto, de presencia enérgica, con ojos claros. Cultiva el algodón como en Texas, la vid como en el viejo mundo. Este se queja también de la falta de entusiasmo por el trabajo de las poblaciones locales y para él el aumento de la producción, y por consiguiente de la riqueza, se lograría con inmigrantes procedentes del hemisferio norte, la importación de maquinarias modernas y el aporte de capitales de que carecen.
Estos hombres, que no resumen la diversidad del país, para Bowman simbolizan la esperanza y el porvenir. Esos empresarios, animados de la ideología positivista, tienen fe en el progreso, y lo ven a través de gobiernos más estables, que disminuyan los impuestos, realicen trabajos de infraestructura y favorezcan la inmigración blanca.
Lo que sigue del discurso de Bowman se desprende de esta presentación. Su estilo corresponde al relato de un viajero, salpicado de anécdotas y juicios que son los de un americano, orgulloso de serio, y que por momentos cree revivir las aventuras del far west, y las de un geógrafo dividido entre el determinismo natural que influye sobre las condiciones de vida de las poblaciones y la capacidad de los hombres de acción para superar las dificultades.
Recorre las regiones selváticas del Urubamba a fines de la trágica epopeya del caucho. Los árboles han sido sangrados menos duramente que las poblaciones indígenas, avasalladas por los barones del caucho. Sin embargo, en ese medio asolado por las epidemias de viruelas y paludismo, Bowman no menciona la fiebre amarilla que por entonces era terrible. Pese a los efectos de la explotación aún se encuentranindios machiguengas que viven en estado de equilibrio con la selva: pescan en las orillas, cuando las aguas bajan; practican el cultivo de la yuca mediante la roza, recogen las fibras del algodón arborescente y saben tejerlas; cazan con arco y viven replegados en la selva, al pie de los Andes; antes ocupaban las partes medias de las mesetas donde estaban en contacto y conflicto con los indios que la habitaban. Bowman subraya el fuerte antagonismo entre los indios de la sierra, los "blancos" y los indios selváticos.
3/ Crisis y desvalorización 119
Pero esta región selvática, rica en recursos, no puede ser únicamente un territorio de indios, Humboldt ya había soñado con instalarahí grandes ciudades. Mientras así ocurriera, según Bowman convenía desarrollar, por lo menos donde la estación seca es la más marcada, cultivos de arroz, maíz, caña de azúcar y vincular este espacio cultivado a los Andes por vías férreas, empalmando las partes planas con los ríos navegables. Para Bowman la Amazonía es una tierra de porvenir y, pese a ciertas reservas, sostiene el mito de la riqueza de la selva. Sorprende sin embargo que Bowman, tan cuidadoso al estudiar el potencial del medio físico, no mencione en absoluto la fragilidad y fertilidad de los suelos. Es cierto que al iniciarse el siglo la pedología estaba en sus comienzos.
Por el contrario, las perspectivas que ofrecía los Andes eran, para Bowman, menos interesantes. Sus descripciones y análisis son particularmente sucintos y se ordenan claramente alrededor de algunas ideas expresadas en forma simple y firme. Bowman comprueba, de abajo a arriba, una gradiente de la civilización al salvajismo, que va de la civilización técnica a la indiada retrógrada y sin porvenir.
Por otra parte, hay pocos blancos en la altura y los que viven en ella se indianizan, es decir se convierten en borrachos, inmorales y degenerados. Los blancos se instalan en los medios favorecidos por el clima, con suelos fértiles y donde puede vivirse sin dificultades extremas. Las poblaciones indígenas responden a otros estímulos, se conforman con poco y sus gustos son simples: "Sus instrumentos son escasos y de forma simple. Sus gustos alimenticios lo satisfacen con unoscuantos productos del campo y de los flancos de sus montañas. Es así como el indio ha vivido por siglos y está contento de su situación. Sólo la coca y el alcohol lotientan a comprometerse en el comercio. A trabajar de tanto en tanto en los valles cálidos y a esforzarse por algo más que las simples necesidades de la vida".
Es evidente que en las punas los indios viven miserablemente y sus condiciones de vida son agravadas por el fuerte consumo de coca y alcohol, pero soportan la altura. Durante todo el año les es posi