14 minute read

Introducción a la Parte III

Next Article
Hortensia Muñoz

Hortensia Muñoz

46% entre 1986 y 1990, cayó 31 % más entre junio de 1990 y octubre de1991, justo antes y después de que se implementara el ajuste económico de Fujimori (FONCODES 1994). Los cortes en el gasto público disminuyeron aún más la capacidad del Estado para responder a las crecientes demandas populares y a la crisis del orden interno.

Para Sendero Luminoso, las barriadas limeñas, donde existe una gran y creciente concentración de pobladores pobres era un terreno fértil donde construir una base de apoyo para su revolución. Es más, en términos geopolíticos, las barriadas limeñas eran cruciales para sus planes globales: controlar las barriadas significaba controlar las rutas de acceso al norte y sur de Lima a lo largo de la carretera panamericana, y hacia el este a lo largo de la carretera central, el principal camino al granero limeño y centro de provisiones e ingresos exportadores cruciales, minería principalmente. Las barriadas eran los puntos de estrangulamiento los "cinturones de hierro”16  a partir de los cuales se podía cercar las fuerzas enemigas, concentradas en el centro histórico de Lima y los circundantes distritos comerciales y residenciales (McCormick 1990, 1992). Para alcanzar el "equilibrio estratégico" la etapa decisiva antes de la ofensiva estratégica final, que llevaría a la ofensiva urbana y la toma del poder estata117 , Sendero tendría que obtener primero el control político, si no territorial, de los asentamientos importantes. Más de la mitad de la población de la capital vivía en las barriadas limeñas y su precaria condición económica hacía que fueran en lo que a Sendero concernía un público cautivo a su llamado para un cambio revolucionario.

Advertisement

No parece ser ninguna coincidencia que Sendero comenzara a orientar sus actividades en Lima en este preciso momento. Después de 1988, la situación política, social y económica del Perú comenzó a deteriorarse dramáticamente. El éxito inicial del experimento heterodoxo de García entre 1986 y 1987, impulsado por una recuperación de la economía basada en el incremento de la demanda, colapsó en 1988 bajo el peso de los constreñimientos de la balanza de pagos y los crecientes déficits fiscales. Entre 1988 y 1990, la espiral hiperinflacionaria 1,722% en 1988 y 2,775% en 1989 produjo una fuerte caída en los salarios reales y una contracción de la economía del 25% (Pastor y Wise 1992). El proceso de descomposición del Estado que siguió al fracaso económico, la caída subsiguiente en los servicios públicos y el agotamiento de los programas sociales

en agosto de 1991, un año después de que las medidas de ajuste iniciales fueran aplicadas. Véase FONCODES (1994). 16 La cita es de la entrevista a Guzmán (1988). 17 En esta etapa crucial del desarrollo de su guerra popular prolongada, Sendero sostenía haber obtenido la capacidad militar necesaria para combatir con las fuerzas de seguridad, a pesar del mayor número y de la potencia de fuego superior de estas últimas.

provocó un gran malestar social y debilitó seriamente a la frágil legitimidad del gobierno. La violencia política estaba creciendo y extendiéndose a nuevas zonas, lo cual exacerbó la sensación de caos.

El respaldo popular del APRA se erosionó rápidamente. Durante un breve tiempo pareció que IU, su principal competidora por el respaldo de las clases populares, captaría los votos de los apristas descontentos en las elecciones municipales de 1989 y las presidenciales del siguiente año. Sin embargo, las viejas tensiones dentro de la alianza entre moderados y radicales culminaron con su división a comienzos de 1989, desinflando así las oportunidades electorales de la izquierda.18 La división alimentó la creciente percepción de que los partidos políticos no eran capaces de resolver la cri- sis política y económica. Los partidos de todo el espectro político fueron vistos cada vez más como vehículos de poder personal y clientelaje, y el congreso llegó a ser percibido como un cuerpo ineficaz en elque se debatían puntos irrelevantes mientras el país viraba hacia la inestabilidad y el caos. La expresión política de este creciente descontento fue la elección de candidatos independientes, que aprovecharon el hecho de no estar vinculados formalmente con los partidos políticos "tradicionales": Ricardo Belmont ganó las elecciones municipales de 1989, mientras que Alberto Fujimori derrotó al novelista Mario Vargas Llosa en las elecciones presidenciales de 1990.19

La combinación de una devastadora crisis económica y el colapso de los mecanismos mediadores tradicionales entre Estado y sociedad, fue el telón de fondo sobre el cual Sendero incrementó sus actividades organizativas en Lima, después de 1988. La exacerbación de la crisis económica alimentó sentimientos de frustra- ción y desesperación entre segmentos importantes de los pobres urbanos. La hiperinflación fue especialmente devastadora para los pobres. La creciente inca- pacidad estatal para mediar las demandas populares y brindar siquiera los servi- cios públicos básicos, dejó a los pobres con pocos recursos para enfrentar la crisis. Esto era especialmente cierto para los migrantes más recientes. Aunque desde la época de Odría, los gobiernos buscaban obtener el respaldo de los pobres urbanos a través de programas sociales específicos y dádivas clientelistas

18 Los desacuerdos sobre la candidatura presidencial de Alfonso Barrantes, un independiente y anterior alcalde de Lima, desataron la división. Para los moderados, la candidatura de Barrantes captaría un mayor respaldo entre los votantes centristas e independientes y llevaría a IUal palacio presidencial. Los partidos radicales tenían reservas de larga data con el centrismo de Barrantes y se opusieron a su propuesta de un frente popular amplio para salvar a las noveles instituciones democráticas peruanas del golpe de la crisis económica y la violencia senderista. Sin embargo, otros conflictos más antiguos subyacían a la ruptura, entre ellos las rivalidades personales, las distintas visiones sobre la democracia política, las estrategias sobre cómo lograr un cambio social y las actitudes con respecto a Sendero (Pásara 1990). 19 Este descontento también se reflejó en abril de 1992, cuando Fujimori cerró el congreso y suspendió la constitución, medidas éstas que gozaron de un amplio respaldo popular.

(Collier 1976), la crisis fiscal posterior a 1988 erosionó la capacidad del gobierno para responder a las crecientes demandas por vivienda e infraestructura.20 El debilitamiento de los mecanismos tradicionales de representación de intereses, como los partidos políticos y los sindicatos, limitó las posibilidades que los pobres tenían de encontrar solución a sus problemas básicos. La combinación de estos factores constituye una serie de importantes variables contextuales que ayudan a explicar por qué motivo el ingreso de Sendero a las ciudades tuvo más éxito de lo que inicialmente había sido previsto. La creciente frustración y descontento entre sectores importantes de la poblacion urbana limeña le dio una crucial "ventana de oportunidad" para organizarse en Lima.

Estas condiciones estructurales indudablemente favorecieron su ingreso y su búsqueda del "equilibrio estratégico". Sin embargo, las condiciones estructurales por sí solas no explican el avance de la organización senderista en la capital. Numerosos estudios recientes han señalado las limitaciones del análisis estructural para explicar los fenómenos políticos, por no incorporar el papel de las personas en los procesos políticos y sociales. Aunque el enfoque de dichos estudios varía algunos tratan el comportamiento de los sectores populares usando modelos inspirados en la elección racional, como el que fuese desarrollado por Samuel Popkin (1979), mientras que otros buscan desarrollar modelos históricamente más sensibles para así comprender los patrones del comportamiento de los sectores populares de acomodo y resistencia a la autoridad, ellos comparten una preocupación con la comprensión de las variadas dimensiones de la acción humana, la conciencia subalterna y la toma de decisiones políticas.21 Este ensayo explorará la compleja dinámica existente entre las variables estructurales que dieron forma a las oportunidades organizativas de Sendero en Lima, y las mediaciones políticas cotidianas entre Sendero y los grupos locales en una barriada: Villa El Salvador.

Muchos activistas y organizaciones locales izquierdistas trataron de enfrentar a Sendero y sus intentos de establecer su influencia en Villa y en las organizaciones del distrito. En los planes maoístas el uso de la violencia, la coerción, las amenazas y los asesinatos era un medio legítimo en su lucha por alcanzar el poder. Sin embargo, estas actividades terroristas fueron un elemento del repertorio de acciones senderistas. Éstos actuaron a nivel político en diversos espacios y en

20 Driant (1991) presenta una excelente descripción del proceso de consolidación de las invasiones de tierras más tempranas, en las cuales los invasores construían lentamente sus casas con materiales que iban desde esteras a ladrillos y concreto, obtenían los servicios básicos como agua y electricidad y se desarrollaba la infraestructura local, y lo compara con las nuevas invasiones, ocurridas mayormente después de 1984, que frecuentemente tuvieron mayor dificultad para obtener la ayuda del gobierno para desarrollar sus comunidades locales. 21 Para otros trabajos que señalan que la toma de decisiones y las acciones subalternas no pueden ser reducidas a un análisis estructural, véase Mallon (1995), Scott (1985,1990) y Moore (1978).

muchos casos se subestimó su capacidad para negociar el complejo terreno de la política urbana. Mediante un examen detallado de las actividades de Sendero Luminoso en Villa El Salvador, las respuestas a su presencia de los actores locales y la naturaleza de las actitudes y respuestas populares que se le dieron, el presente ensayo intentará resaltar algunos aspectos claves que permitieron a Sendero establecer una cabeza de playa significativa en este distrito popular, así como en otras barriadas limeñas.22 Espero también presentar una explicación más contextualizada de los intentos de los grupos de base por resistir los avances senderistas, así como los casos en que se manifestó una mayor receptividad para con sus actividades.

Para comprender la dinámica de la expansión senderista en Lima, sobre todo en las barriadas, este ensayo analiza la naturaleza de la relación política que la organización maoísta buscó establecer con los potenciales seguidores.23 Pocos trabajos han buscado examinar la dinámica de la expansión senderista en Lima, la naturaleza de su interacción con la población local y con otros actores, y las actitudes locales hacia sus acciones y presencia.24 Explorar cómo fue que se construyeron, mediaron y negociaron las relaciones entre Sendero y sus potenciales seguidores ayudará no solo a explicar la expansión de la insurgencia senderista; también permitirá entender el aislamiento relativamente rápido del grupo luego de la captura de Abimael Guzmán, su líder máximo, en septiembre de 1992. Tras describir los intentos iniciales de Sendero por organizarse en Villa El Salvador, pasaré a analizar el periodo cumbre de actividad senderista en el distrito entre 1991 y 1992, cuando ejerció un nivel importante de influencia sobre organizaciones sociales claves de Villa, así como en ciertas zonas geográficas de este distrito popular.

22 Esta discusión esta basada en el trabajo de campo realizado entre 1992 y 1994, las investigaciones preliminares efectuadas en 1990 y en mis propias experiencias personales mientras vivía en dos barriadas (Villa El Salvador en 1986-87 y San Juan de Miraflores en 1989). Durante el periodo de investigación formal realicé entrevistas semiestructuradas con más de 50 activistas comunales y residentes en cuatro barriadas, y con más de dos docenas de observadores informados que vivían y/o trabajaban en estas comunidades. También llevé a cabo varios focus groups de residentes comunales y dirigentes de base en tres de las barriadas, y pude participar en numerosas reuniones eomunales, así como en discusiones informales dentro de ellas. Véase Burt (1997), para una discusión más general de las respuestas populares a la actividad urbana de Sendero. 23 Migdal (1974) discute lo que el llama "relaciones de intercambio" esto es, los bienes y servicios que una organización política puede ofrecer a su electorado y la forma en que estas relaciones moldean las respuestas populares a las organizaciones políticas que buscan su respaldo. 24 McCormick (1990, 1992) presenta un buen análisis del papel de Lima en la estrategia macropolítica senderista. Smith (1992b) examina las actividades senderistas en el estratégicamente importante distrito de Ate-Vitarte. Se pueden encontrar buenas versiones periodísticas de las actividades urbanas senderistas en QueHacer, una publicación bimestral de DESCO, y en Ideéle, una publicación mensual del Instituto de Defensa Legal. Los estudios sectorales del movimiento sindical han sido llevados a cabo por Sulmont et al. (1989) y Balbi (1992).

VILLA EL SALVADOR: LA CREACIÓN DE UN DISTRITO MODELO

Villa El Salvador fue fundada en 1971, como respuesta del gobierno a una invasión de tierras organizada por migrantes pobres y pobladores de los tugurios y callejones de Lima. La invasión original de terrenos estatales fue organizada por 200 familias, que en sólo unos días ascendió a 9,000 familias, extendiendo la invasión a terrenos de propiedad privada. Presionado para que demostrara su compromiso con los sectores pobres que su experimento "revolucionario" prometía beneficiar, elrégimen militar del general Juan Velasco Alvarado (1968-75) decidió reubicar los invasores en un extenso arenal árido y desierto a 26 kilómetros al sur de Lima. Miles de familias pobres recibieron tierras del gobierno velasquista en este nuevo asentamiento, que los pobladores llamaron Villa El Salvador y que se convertiría en la vitrina urbana de la "revolución" velasquista. Los planificadores del Estado tuvieron la tarea de convertir esta invasión espontánea en la primera comunidad urbana planificada del Perú, resolviendo así la contenida crisis de vivienda al mismo tiempo que se obtenía respaldo para el régimen militar.

La estructura de la comunidad fue trazada cuadra por cuadra, en forma cuadriculada. Cada manzana estaba conformada por 24 lotes familiares y cada 16 manzanas conformaban un grupo residencial. Cada uno de estos grupos tenía un espacio delimitado para proyectos comunales como nidos, centros de reunión, comedores populares y canchas de fútbol. Hoy, 126 grupos residenciales están agrupados en siete grandes sectores.25 Esta división territorial fue diseñada no sólo para racionalizar el proceso de urbanización, sino también para que facilitase la organización local. Cada cuadra elegía tres representantes y ocho de los 48 elegidos en cada grupo residencial eran escogidos como los dirigentes principales del grupo. Los planificadores estatales crearon un cuerpo gubernativo central, llamado la Comunidad Urbana Autogestionaria de Villa El Salvador (CUAVES), que supervisaría el desarrollo de la comunidad y la representaría ante el gobierno y demás agencias externas. La Asamblea General de la CUAVES estaba conformada por los sectores generales de los grupos residenciales, entre los cuales se elegía un consejo ejecutivo de diez miembros. También se demarcaron zonas para el futuro desarrollo de un parque industrial y una zona agrícola, como parte del plan velasquista de convertir a Villa en una comunidad autogestionaria. Mientras los planificadores estatales supervisaban las iniciativas comunales, el modelo "autogestionario" promovido por el régimen velasquista

25 El cuarto sector no siguió este diseño reticular. El gobierno de Belaúnde edificó un proyecto de vivienda en esta zona, que vino a ser conocido como Pachacamac.

ayudó a nutrir una red vibrante de orgamzaciones sociales que buscaron movilizar los esfuerzos colectivos para así mejorar la comunidad local.

El golpe palaciego liderado por Francisco Morales Bermúdez en 1975 marcó el endurecimiento del régimen militar para con los sectores populares. El gobierno central abandonó su programa de ayuda a Villa, y comenzó a reprimir las protestas populares, que se agudizaron tras la implementación de duras medidas de austeridad por parte del régimen. Villa reflejó el cambiante equilibrio de fuerzas de la política peruana. Alguna vez el proyecto preferido del gobierno militar y un símbolo del sentir pro-velasquista, se convirtió rápidamente en un centro de organización de desarrollo comunal izquierdista independiente de, y a menudo enfrentado a, el gobierno central. Villa y sus organizaciones se convirtieron en la vanguardia del movimiento de protesta barrial contra el régimen militar, y los emergentes partidos de la "nueva izquierda" compitieron entre sí para ganar influencia en el asentamiento.

La postura cada vez más antipopular del régimen militar abrió espacios políticos importantes en lugares como Villa El Salvador. Los partidos emergentes de la "nueva izquierda", más críticos del gobierno velasquista que el tradicional Partido Comunista moscovita, vieron en las movilizaciones espontáneas de los pobres y de la clase trabajadora las semillas de un verdadero cambio revolucionario en la sociedad peruana (Nieto 1983). El movimiento obrero organizado, las organizaciones barriales y estos nuevos grupos izquierdistas unieron fuerzas para desafiar en las calles al régimen militar y sus políticas. Entre 1977 y 1979, tres exitosos paros nacionales contra la política económica del régimen y contra el carácter autoritario del gobierno en general fueron factores que presionaron a los militares para que se retornara a un gobierno civil. Si bien los partidos de la nueva izquierda inicialmente esperaron que esta movilización tomara un rumbo más radical, la mayoría de ellos acordaron participar en la Asamblea Constituyente convocada por los militares para que encabezara el proceso de transición a un gobierno democrático.26 En las elecciones constituyentes de 1978, los partidos de la nueva izquierda surgieron como una fuerza significativa en la política peruana, alcanzando en conjunto un 30% de la votación.27

26 Unos cuantos grupos decidieron noparticipar, sobre todo Patria Roja y Sendero Luminoso. Si bien Patria Roja posteriormente sí participó en las elecciones, en 1978 coincidió con Sendero en criticar la "farsa electoral". Sin embargo, la mayoría de los grupos de izquierda decidió participar porque percibían el sentir popular favorable a las elecciones, aunque viendo esto como un recurso táctico con el cual mejorar su posición con respecto a otros grupos (Nieto 1983). Los partidos de izquierda trazaban una distinción entre la democracia "formal" (esto es, las elecciones) y la democracia social o "real", una distinción que daría forma a la relación ambivalente de la izquierda con la democracia política durante los años ochenta. 27 El APRA obtuvo el 35% de la votación, mientras que el Partido Popular Cristiano el 24%. Entre los partidos de izquierda, el Frente Obrero Campesino y Estudiantil (FOCEP) obtuvo el 12.3%, el

This article is from: