Medio siglo de organizaciones civiles en México

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Fortalecimiento de las organizaciones civiles para la incidencia en el desarrollo social de la Ciudad de México Medio siglo de Organizaciones Civiles en México Rafael Reygadas Robles Gil Convergencia de Organismos Civiles por la Democracia Universidad Autónoma de la Ciudad de México Secretaría de Desarrollo Social del D.F. 17 de junio de 2010


Al andar se hace camino… A partir del cardenismo se forjaron las grandes instituciones sociales e imaginarias de relación entre gobierno y sociedad, esto es: El presidencialismo El partido de estado El corporativismo Y la “convivencia” entre estado e iglesia En medio de un autoritarismo creciente de 10 regímenes federales priístas y 2 panistas, estas instituciones dieron paso a una relación gobierno sociedad de vasallaje o de súbditos, no de ciudadanos y se ha visto a las organizaciones sociales y civiles en una relación de asistencia o de tutela gubernamental a través de prácticas sociales e institucionales subordinadas al orden caritativo o de control, no a los derechos humanos: sociales, civiles, políticos, culturales, económicos y ambientales.


1. Implicaciones de la institución asistencial Heredera de la colonia, la institución asistencial, como conjunto de significaciones imaginarias sociales: “ayudar”, “hacer caridad”,“tutelar a la sociedad”, “atender a los pobres y desvalidos”, “tener objetos de atención”, “vulnerables, “asistidos”, “objetos de la filantropía”, etc ., se consolidó y modernizó: Nacional Monte de Piedad; Fundaciones Televisa, Azteca, Wall-Mart, Telmex, Vamos México, Nacional Monte de Piedad, Teletón y otras docenas, que: Tutelan a la sociedad, Definen los campos de su intervención, Sustituyen responsabilidades de políticas públicas abandonadas por el gobierno mexicano, Cuentan con dispositivos fiscales favorables a sus intereses Ocultan las causas de la miseria


1. Implicaciones de la institución asistencial Desvían la atención de la responsabilidad del gobierno de hacerse cargo de las condiciones necesarias para la plena vigencia de todos los derechos humanos: económicos, sociales, culturales, ambientales, civiles y políticos. Fomentando la mentalidad de la “ayuda” no de políticas basadas en derechos Eximiendo de un presupuesto de egresos de la federación orientado al bien público


2. “Promoción,” otro paradigma de las relaciones sociales Heredero de la tradición de defensa de los derechos de los indios y de las luchas libertarias del siglo XIX y XX, el paradigma de la promoción, como constelación de significaciones imaginarias sociales centradas en el respeto al otro, a la diversidad, a la horizontalidad, a la autonomía, al ser sujeto corresponsable de la transformación del mundo, a la educación popular, basada en los derechos humanos, independiente de gobiernos, iglesias y partidos, surgió hace 50 años, una forma de incidir en la vida pública y de construir ciudadanía adulta.


2. “Promoción,” otro paradigma de las relaciones sociales Luchas antiautoritarias Ruptura de la tutela del estado, Independencia de gobierno, partidos e iglesia Búsqueda de autonomía Impulso a derechos y al derecho a la vida Formar organizaciones y redes múltiples y diversas en todo el territorio nacional Trabajar por una ciudadanía sujeta de derechos y obligaciones, no objeto de benevolencia Luchar por políticas públicas equitativas e incluyentes Impulsar la soberanía de la nación sobre territorio y recursos Buscar democracia representativa y participativa “trabajar por otro mundo posible,” por otras significaciones imaginarias sociales


3. Resistencias y alternativas

3.1 Movimientos sociales autónomos. Simultáneamente y en resistencia a estas prácticas e instituciones sociales dominantes, a lo largo de cinco décadas se han desarrollado luchas y movimientos sociales diversos en contra de una ciudadanía subordinada o vasalla: primeros movimientos estudiantiles populares (1956-68), luchas obreras por la autonomía e independencia sindical (1958-1965)


4. Iniciativas ciudadanas frente al neoliberalismo (1982-1988) Los sismos de 1985 despertaron una respuesta autogestionaria masiva en la capital del país, y la gente tomó en sus manos la ciudad, elaborando significaciones imaginarias sociales alternativas que mostraban que era posible otro papel de la ciudadanía y el futuro podría ser distinto al prescrito por el neoliberalismo En 1988, las diversas posiciones frente a los ajustes estructurales llevaron a la división del PRI y el descontento popular generó una nueva profecía: llevar a la presidencia de la república al hijo del general Cárdenas, pero el fraude electoral frustró la profecía.


4. Movimientos feministas, ciudadanos y por un nuevo proyecto de nación (1989-2010) 4.1.1 Movimientos feministas Heredero de las luchas libertarias y con vínculos internacionales, el movimiento feminista cuestionó la sociedad patriarcal y postuló el respeto a la igualdad y a la diferencia a través de acciones positivas que lograron importantes avances en los derechos de las mujeres. Supo cabildear leyes con mujeres de todos los partidos políticos poniendo en el centro lo que unía al movimiento e impulsó así importantes modificaciones políticas y culturales, tanto en la vida cotidiana como en la vida pública.


4.1.2 Movimientos ciudadanos Indignadas por el fraude electoral de 1988, cientos de organizaciones civiles y sociales empezaron a articularse en redes para defenderse del autoritarismo salinista e incidir en las reglas para acceder al poder público En 1991, el doctor Nava encabezó un Movimiento Ciudadano por la Democracia y las organizaciones civiles a través de la educación y observación electoral ciudadana en diversos procesos electorales, fueron sustentando 5 grandes demandas de democratización electoral: Instituto Federal Electoral autónomo de partidos y gobierno Topes a los gastos de campaña Equidad en el uso de los medios de comunicación Nuevo padrón electoral Prohibición del uso de recursos públicos para apoyar a cualquier candidato.

El movimiento ciudadano tuvo un triunfo con la reforma electoral de 1996 que dio autonomía al IFE, y con la alternancia en la presidencia de la república en 2000.


4.1.3 Movimientos indígenas En 1992 los pueblos indios aparecieron en la escena pública recordando que son sujetos del futuro de este país y no sólo del pasado. El levantamiento zapatista del 1º de enero de 1994 y los Acuerdos de San Andrés el 16 de febrero de 1996 postularon la edad adulta de los pueblos indígenas y una reforma constitucional sobre derechos y cultura indígena. Sin embargo el estado mexicano, es decir, los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, supeditados a una minoría de grandes empresarios que aspiran a los recursos naturales de las comunidades, acordaron una contrarreforma constitucional que mantiene a los pueblos indios como tutelados y objetos de asistencia, no como sujetos de derechos individuales y colectivos, en franca oposición al Convenio 169 de la OIT firmado por México. Con todo esto quedó evidente el rol histórico que tienen los pueblos indios en la construcción de un México incluyente y justo.


4.1.4 Movimientos por un nuevo proyecto de nación Con la firma del TLCAN inició una profunda crisis cuyas consecuencias padecemos hasta hoy. No se tomaron en cuenta las disimetrías entre las tres naciones firmantes y se favoreció sólo al 5% de los mexicanos. No hubo preparación para la transición, no se negoció la obligación de incorporar un 40 ó 50% de partes nacionales para la industria maquiladora, se desmanteló la infraestructura de apoyo al campo, creció la migración a los Estados Unidos y se dejó avanzar al narcotráfico. Como consecuencia vino un debilitamiento del tejido social, el abandono al campo y el incremento exponencial del número de pobres y de desempleados


4.1.5 Movimientos en la ciudad de México Desde 1970 se desarrolló de manera independiente el movimiento urbano popular, aunque ha padecido una tensión entre responder a demandas sociales y ocupar puestos públicos. Su papel crítico propositivo de políticas públicas está en cuestión. En 2003 se aprobó la Ley de Fomento del Distrito Federal. En 1997 hubo por primera vez elección de jefe de gobierno, después de más de 80 años sin tener derecho a elegir autoridades de la ciudad. El movimiento feminista y el movimiento por el respeto a la diversidad sexual han tenido importantes triunfos en la capital: Instituto de la Mujer, Ley de Sociedades de Convivencia, Derecho a interrumpir el embarazo antes de 12 semanas, Matrimonio de personas del mismo sexo. Hoy, presupuesto participativo en la delegación Iztapalapa.


6. Un presente de inmensos desafíos para el “paradigma de la promoción” Hoy se producen nuevas subjetividades y relaciones sociales, nuevos imaginarios que resisten y generan alternativas frente a un modelo deshumanizante y excluyente. Se sueña otro mundo posible. Desde 1958 hasta la fecha los movimientos sociales, civiles y ciudadanos imaginan otro México posible, una ciudadanía como adulta no como súbdita, no tutelada, ni asistencializada, ni corporativizada nuevamente, independiente del partido en el poder, normada por sus propias reglas. Inspirada en la vigencia plena de todos los derechos humanos.


6. Un presente de inmensos desafíos para el “paradigma de la promoción” Ha habido triunfos importantes como la resistencia al fraude electoral, como las luchas de La Parota, de Zimapán, Hgo., o la resistencia organizada a presas como el Zapotillo, Arcediano o Paso de Reina, o las batallas contra las mineras, o la lucha de los electricistas del SME, o el proceso de Unidad de las Izquierdas, o la formación del Movimiento por la Soberanía Alimentaria y Energética, los Derechos de los Trabajadores y las Libertades Democráticas, que son germen de una mayor unidad popular y ciudadana. Persiste, a pesar del acoso mediático, el Movimiento en Defensa de la Economía Popular y por la Soberanía Nacional, así como también docenas de luchas y movimientos locales y regionales en todo el país: Oaxaca, Ciudad Juárez, Morelos, Hidalgo y otros muchos.


Un balance más objetivo nos lleva a ver que se ha incrementado el autoritarismo y el uso de la fuerza pública contra la sociedad civil, en que el ejecutivo habla con los movimientos sociales, pero no concede absolutamente nada a las demandas populares de reforma social del estado, afirmándose como un gobierno de Minera México, de Televisa, de las grandes empresas, no del pueblo común y corriente. Un gobierno que mantiene una absurda guerra para seguir criminalizando impunemente a la oposición contra las políticas neoliberales. El poder legislativo no asume responsabilidad para una política fiscal y de gasto público equitativa. El poder judicial da bandazos de un lado para otro. El IFE pierde fuerza y abdica de su responsabilidades. Instituciones antes creíbles, ahora aparecen estalladas, sin atender su mandato social (caso Lydia Cacho, caso Oaxaca, etc.)


A modo de reflexiones finales Con todo, 50 años de movimientos sociales, populares y ciudadanos por los derechos civiles, sociales, económicos, ambientales y políticos, por la equidad de género, por la diversidad, por un medio ambiente del que puedan gozar las futuras generaciones, nos muestra claramente, que en México convive el sueño de otra patria más equitativa e incluyente, que cada vez más establece mediaciones para construirla y que “la historia sigue siendo, como diría Paulo Freire, la denuncia de la situación deshumanizante, y el anuncio de su superación, que es en el fondo nuestro sueño” y el sueño de las organizaciones civiles y sociales de la ciudad de México y del país.


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