interview MARI CARMEN CAZCARRA

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Carmen Cazcarra maquillando para televisión.

Edificio en Badalona Con Elsa Anka Carmen Cazcarra con sus hijas Bárbara y Sonia.

mucho, cosas que después he puesto en práctica aquí. Sin embargo, tengo un recuerdo amargo porque mi padre murió la víspera de mi regreso.

Háblanos de tu trabajo como maquilladora…

Me llamaron como maquilladora para una campaña de publicidad y durante un tiempo estuve compaginando la gestión del salón con el trabajo en la productora. Hubo un incendio en el salón y tras reflexionarlo, me decidí por Barcelona. Fui maquilladora de publicidad, teatro, cine, vídeo y televisión. Conocí a grandes profesionales, incluso a algunos mitos como Paco Rabanne.

¿Cómo diste el paso de volver a tener un negocio propio?

Con mi marido, Víctor Alfaro decidimos crear una escuela de maquillaje pequeñita. Pusimos publicidad en la única revista de estética que había en España, pero solo se apuntaron cinco personas. Empecé porque dos eran hermanas que venían de Menorca y pensé no las puedo abandonar…

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Primera piedra de la escuela Cazcarra en la calle Borrell de Barcelona

Las cosas me han ido bien, pero me ha costado mucho esfuerzo que todo funcionase.

Con Carla Hidalgo

Marca propia Ten Image de Cazcarra

Lo que parecía un fracaso, se transformó en un éxito.

Sí, estuve a punto de tirar la toalla. Las cosas me han ido bien, pero me ha costado mucho esfuerzo que todo funcionase. La primera escuela pronto se nos quedó pequeña, la segunda ya tenía 200 metros cuadrados y al cabo de los años nos quedamos la planta superior y otro local de enfrente. Fuimos la primera escuela privada homologada para impartir Asesoría de Imagen y entonces compramos el primer local de la calle Borrell.

¿Por qué has escrito libros sobre Asesoría de Imagen?

Escribí el primer libro porque mucha gente no sabía exactamente qué era la Asesoría de Imagen. El primero contiene todas las asignaturas. El segundo que está dedicado a la asesoría de imagen para empresa fue un éxito. El tercero, que yo llamo la biblia de la asesoría de imagen, era muy ambicioso y me costó tres años hacerlo. Ahora he acabado uno sobre la imagen asertiva, la que todos proyectamos sin mediar palabra. Un libro muy interesante que está dirigido al profesional, pero también al profano. Mis libros son para reflexionar y aplicar.

¿Para qué sirve la Asesoría de Imagen?

Peluqueros, esteticistas, maquilladores, estilistas o expertos en protocolo deberían tener conocimientos de asesoría de imagen para poder entender mejor al cliente. Lo cierto es que los peluqueros sienten más esa necesidad de guiar a su clientela. Ahora bien, un asesor de imagen debe saber dirigir y derivar a otros profesionales.

¿Cómo surgió la idea de tener una marca propia?

En aquella época en España sólo había una marca profesional. Víctor y yo pensamos que sería una buena idea ampliar la oferta. Viajamos a Los Ángeles para traer una firma americana, pero en el último momento decidimos crear nuestra propia marca. Al principio nuestros alumnos la empezaron a vender a sus clientes y poco a poco tuvimos una red de distribuidores en España y luego ya fue internacional.

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Me siento orgullosa de haber colaborado con el Ministerio de Educación y haber logrado incluir algunas familias profesionales.

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Víctor Alfaro tenía su propia trayectoria profesional…

En efecto, Víctor era economista y trabajaba como director de sucursal de La Caixa. Formábamos un buen tándem porque él era la parte racional y yo la creativa. Durante años hizo el doblete. Al final yo tomé la decisión de que se dedicase en exclusiva al negocio familiar, porque trabajaba muchísimo. Le costó, pero el negocio funcionaba y fuimos cambiando de ubicación a medida que crecía la empresa hasta trasladar la sede a un parque empresarial de Badalona.

¿Qué contribuye al éxito?

Para empezar hay que conocerse a uno mismo, saber de dónde vienes, y si las cosas te van bien, no creértelo. Hay que tener espíritu de superación y ganas de salir adelante. Sin pisar, ni hablar mal de los demás. Tal vez mi mayor logro es que sigo siéndola misma teniendo que sin tener, no soy vanidosa.

¿Cuál es tu balance?

Mari Carmen hoy es una mujer que vive en paz que cree que su vida ha valido la pena, ha luchado mucho y ha tenido su recompensa. Me gusta ayudar a la gente,

Con Hilario López Millán

Un asesor de imagen debe saber dirigir y derivar a otros profesionales

Marca propia Ten Image de Cazcarra

Carmen Cazcarra junto a la vedete Merche Mar y Victor Alfaro. luego hay personas agradecidas y otras no tanto, pero no me importa. He tenido una vida muy plena y el día que me vaya, será misión cumplida.

Pero aún te queda vida por delante. Seguro que tienes proyectos.

Claro. Quiero escribir mis memorias, estoy aprendiendo a tocar el piano y tengo muchos proyectos parados por esta maldita pandemia. Al libro que he acabado solo le faltan las ilustraciones. Mi ilusión es ver a mis hijas como llevan sus vidas y sacan adelante el negocio que creamos su padre y yo. En esta pandemia decidí que ellas tomasen las riendas. Están muy preparadas, hacen un buen binomio, conocen bien el mundo actual y saben que cuentan con mi apoyo.

¿Qué aconsejas a tus compañeros de profesión?

Hay que mantener la ilusión. Siempre han habido reverses, crisis, desastres, problemas... Esto es duro, pero todo pasa y habrá un progreso enorme. 

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No hay clientes más majos

por giovanna lucanna Soy Giovanna Lucana, peluquera y asesora de imagen, insistente, tozuda y perseverante. Durante años disfruté de los salones de peluquería, trabajando mucho... ¿Recordáis cuándo la gente esperaba en la puerta antes de abrir? ¡Qué tiempos aquellos!

Al crecer en volumen de trabajo crecí en equipo,así que disfruté de la compañía de diferentes oficiales. Claro está que teníamos un método de trabajo en lo que se refiere a técnicas, formación en producto, protocolo de actuación al teléfono, despedidas… Pero las diferencias en la facturación entre dos personas del mismo rango eran muy altas. ¿Por qué? ¿Cuál era esa diferencia? ¿Por qué profesionales técnicamente superiores facturaban menos?

Ponerse en la piel del otro

Los profesionales damos una primera impresión a ese cliente que entra por la puerta por primera vez y hace una lectura sin darse cuenta de todo: nuestro pelo, nuestra ropa, nuestra sonrisa y la atención que le damos. Viene a gastar su dinero y a usar su tiempo y como a tooodos quiere sentirse muy muy bien atendido y muy muy importante.

Pensemos como en una película que hace un flashback de esa persona que entra por la puerta del salón. Le vemos en su casa con sus hijos, los desayunos, las ropas, el cole… Una llamada del trabajo... Un café demasiado caliente, vueltas y vueltas hasta aparcar y llega al salón de peluquería con su mochila cargada de pequeñas piedras, porque casi todos llevamos esa mochila, y la pelu ha de ser ese oasis de paz y de cuidado exterior que se ve en el interior.

Cuando entra mi cliente se encuentra con MI PRIMERA IMPRESIÓN, yo estoy a faena: pim, pam pum… Pelo, pelo… Sí, sí… (Contesto con el piloto automático puesto). Un cliente de los muchos que tendré hoy, sigo y sigo. Hago lo que sé hacer; que lo hago bien. Puede ser que yo, el peluquero, tenga mi mochila y mis piedras, pero mi cliente no se merece eso. Tendré un cliente satisfecho, puede que sí. ¿Contento, entusiasmado y fidelizado? Puede que no.

No se trata de ser psicólogo, no es nuestro papel ni estamos capacitados. Se trata de EMPATÍA Y ESCUCHA porque necesito saber su estilo de vida, sus gustos, qué le preocupa de su imagen, qué le ha movido a venir este día a la peluquería. Arreglamos pelo, claro, pero lo que hacemos es crear imagen para