Censura y persecucion

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El Teatro Utópico / Capítulo 2 / Censura y persecución Por Tomás Vidal Colaboradores: Victoria Martínez Autónoma Editorial Pluma&Mente http://editorialplumaymente.blogspot.com plumaymente@hotmail.com “Se permite la reproducción parcial o total de la obra sin fines de lucro, mas la idea es difundir a base de autogestión material que nos ayude en la construcción de una educación autodidacta y alternativa a la cual el estado impone.”

Biblioteca y taller Pluma&Mente San José de La Estrella #55 Hasta próximo desalojo

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A modo de introducción… Personajes: *Hombre de blanco: Dramaturgo, amo y jefe, rey, papa, oráculo, Dios. El poder y la economía. *La mujer: Socia del dramaturgo, representa el erotismo, placer. *Profesor Romo: Profesor de la educación del dramaturgo. *Sofismo: Burgués dueño de los medios de comunicación. *Manolo: Obrero, padre de Franco Ferrer y esposo de Sonia. *Sonia: Personaje fiel a las leyes de la obra. Madre de Franco. Esposa de Manolo. *Franco Ferrer: Alumno de la escuela estatal. Intelectual y crítico al sistema. Hijo de Manuel y Sonia. 3


En el capitulo anterior… La mujer presenta ante el hombre de blanco al señor Sofismo como un posible socio que le ayude a difundir su llamativo erotismo con cual mantiene sediento al pueblo y motivado para trabajar por los placeres que la economía ofrece. Vemos como Manolo y los demás obreros sudan en sus trabajos para luego canjear ese esfuerzo por los bienes que le permitan sobrevivir, Manolo pide al hombre de blanco observar el partido de la selección y un balón de futbol como regalo para su hijo. En este capitulo aparece Franco Ferrer, personaje critico al sistema, intelectual autodidacta cual comienza a vivir la persecución del poder… a través de ella, la aparición del miedo en su familia, temor cual lleva a descabelladas reacciones…

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“Censura y persecución” Capitulo 2

(Comienza algún Himno patrio que pronto es detenido por un frio timbre de colegio. Fuertes conversaciones, murmullos. En medio de la oscuridad, se disparan proyectiles; vuelan bolígrafos y papeles arrugados. El griterío y las carcajadas aumenta, las burlas, comentarios de la telenovela, el chico y la chica de al lado, la fiesta del viernes y el futbol del sábado, el vestido y los zapatos de la tienda comercial. Se enciende una luz artificialmente insípida. El escenario se divide en tres ambientes, tres murallas como si fueran la mitad de un hexágono; la diagonal derecha es donde se observa la oficina. La diagonal izquierda es donde figura el sector obrero, y en la pared de fondo, la cual ojala recién se ilumine con una luz 5


desaborida, se observa un escritorio y una pizarrón de fondo. Entre las butacas del público se hallan jóvenes uniformados bajo un delantal blanco, se callan y ordenan unos a otros al observar a su profesor, que desde la entrada del anfiteatro, camina en silencio y con expresión maquiavélica hacia el escenario: un aula donde divaga una espesa corriente fría, donde las baldosas emiten ecos escalofriantes, donde los muros son impasibles de gris adobe que repele los colores, donde se encierra y comprime educación.) Profesor Romo: (Siempre altanero, deja caer sobre su escritorio el gran libro de clases. Observa luego la hora en un reloj situado arriba del pizarrón que apunta hacia los espectadores: Las ocho en punto) Buenos días jóvenes Alumnos: (se levantan de sus asientos para saludar alienadamente) Bue-nos di-ás Pro-fesor Ro-mo 6


Profesor Romo: asiento por favor, (bosteza) lista: Uno… Alumno: (se levanta, contesta y sienta)…Presente profesor. Profesor Romo: Dos… Alumno: (se levanta, contesta y sienta)…Presente profesor. Profesor Romo: Tres… Alumno: (se levanta, contesta y sienta)…Presente profesor. (LAS TINIEBLAS RECAEN NUEVAMENTE, OSCURIDAD) (Cuando vuelve la luz, todo sigue en la misma posición a excepción del tiempo, las manecillas del reloj marcan las diez.) Profesor Romo: Ciento cuarenta y tres… Alumno: (de pie)…Presente profesor. (Toma asiento) Profesor Romo: Ciento cuarenta y cuatro… 7


Alumno: (de pie)…Presente profesor. (Toma asiento) Profesor Romo: (cierra el libro de clases, se levanta y en el pizarrón escribe: “El tiempo y el ocio”. Los años parecen haber secado los ojos del profesor que dirige a los alumnos una mirada vacía. Su boca se abre con desanimo y reproduce la misma clase que a repetido durante años) Hoy, aprenderán a usar su tiempo de ocio correctamente. Como ustedes ya saben, el tiempo de ocio siempre ha estado presente en el ser humano, es donde no te quedan más labores que hacer en el día. Le sirvió a nuestros antepasados para inventar y practicar la filosofía, la política y… (Hastiado)…el arte, que durante mucho tiempo estuvo manipulado por depresivos exponentes que buscaban el desorden cerebral. Como supongo han entendido, el tiempo de ocio, antes, si no era peligroso para las mentes humanas, era tiempo perdido, y el tiempo perdido 8


como saben corroe y pone en retroceso a nuestra sociedad. Déjenme explicarles mejor, antes, el tiempo de ocio lo utilizaban en pensar y desgastar sus cerebros en teorías vánales como el existencialismo, que provocaba pensamientos depresivos en la sociedad, y a través del arte, nos manipulaban las emociones, todo aquello contrae una distracción en el progreso del humano y somete al individualismo. Es por eso mis queridos alumnos, que hoy, quiero enseñarles el magnifico proyecto que se implantado en esta obra. Nuestro director, en su lucha contra aquellas peligrosas horas de ocio, nos ha puesto a disposición, una gran variedad de trabajos, que disminuyen las horas de ocio convirtiéndolas en horas productivas. Con esfuerzo que todos debemos brindar por el bien colectivo, ayudaremos a un progreso económico y quizás hasta territorial. Como es imposible erradicar todas las horas de ocio, nuestro 9


director, se ha preocupado por brindarnos espectáculos gratis que os incentivan a la alegría y felicidad en aquellas ominosas horas; teleseries, programas juveniles y caricaturas para que los trabajadores descansen y retomen fuerzas para pronto seguir contribuyendo al crecimiento de nuestro Teatro. No cometan los errores de nuestros antepasados, la mente humana es muy peligrosa, no caigan en sus redes, agradezcan y disfruten, no piensen, no se desgasten, no es necesario que ustedes busquen alternativas para el ocio, por que ya no hay lugar para ustedes, las cosas buenas no hay que moverlas de su sitio, pónganse las alas que ofrece nuestro director de obra y descansen en la humanidad, disfruten de todo lo que ella nos da. (Un Alumno levanta la mano) ¿Si señor Tres, alguna duda? Alumno: Profesor, yo quiero estudiar filosofía para poder dar a conocer mi propia teoría sobre 10


la existencia, de alguna u otra manera creo eso le hace falta a la humanidad… Profesor Romo: (Interrumpiendo) pero por favor, dime, en quien te vas a basar para estudiar tu filosofía, no, no, mejor otra pregunta ¿quien te inspiro a estudiar esa barbaridad? Alumno: Kropotkin señor, Camus y… Profesor Romo: ¿has leído acaso, a todos esos filósofos contemporáneos que se han basado en ellos? ¿Sabes como han terminado? ¿Lo cruel que ha sido sus destinos por querer tomar las riendas? ¿Quieres terminar como ellos? Alumno: no señor. Profesor Romo: Kropotkin… ladrón expropiador, utópico y fantasioso… ¿para que? Para ilusionar al pueblo con una sociedad ideal que se logra otorgando a los pobres, que por flojos lo son, los bienes que pertenecen a la gente que tan arduamente ha trabajado para comprarlos. El destino en sus manos, que aberración, que mal agradecido, ¿si nos ofrecen un futuro feliz y 11


cómodo, para que querer revelarse? Por ambición, es el problema de todos estos pensadores, quieren más que ustedes, no se contentan con lo que se les entrega. Poetas te hablan de embellecer la vida gracias a las artes ¡pero que engaño! ¡Que trampa! Las artes no hacen más que confundirnos y sumirnos en pensamientos crueles y fríos. ¿Eso quieres ser tu, una copia de un mal agradecido, o quieres destruir tu mente pensando? Permítame darle una opinión de un profesional… Otro Alumno: ¿Profesor y entonces para que está usted acá? ¿Si se supone que nos tiene que enseñar a pensar? Profesor Romo: ¿De donde saco eso señorita? Yo estoy aquí para enseñarles a memorizar la historia, no para enseñarles a interpretarla, memorice y calle señorita, si no, no le irá muy bien en su vida. Como le estaba diciendo Alumno Tres, estudie Actuación, para que así pueda seguir sin errores ni vacilaciones, todas las 12


indicaciones de su guion, o estudie economía si quiere ser un real aporte para nosotros, de eso si se necesitan teorías nuevas, por que eso es lo que estamos viviendo ahora. (Resuena un timbre que provoca una reacción desastrosa, todos los alumnos se levantan corriendo, apartando todo lo que se interponga, es el recreo, el tiempo de ocio, donde se disparan los proyectiles y vuelan los bolígrafos con papeles arrugados, donde se escoden tras las trincheras improvisadas, bancos, sillas, cuadernos. El griterío y las carcajadas, las burlas, comentarios de la telenovela, el chico y la chica de al lado, la fiesta del viernes y el futbol del sábado, el vestido y los zapatos de la tienda comercial. Los alumnos abandonan la escena, solo queda el Profesor Romo y el Alumno Tres sentando en medio del publico. Profesor Romo: (acercándose amedrentador hacia el alumno) ¿Usted… tiene libros de Camus y Kropotkin? Alumno: (Intimidado) si señor… 13


Profesor Romo: ¿cual es su nombre, A…Lumno? Alumno: Ferrer, Franco Ferrer Profesor Romo: vamos, vaya, disfrute su recreo. Ferrer: (Se levanta del pupitre y corre) hasta mañana profesor… (OSCURIDAD EN EL SALON DE CLASES Y EN EL SECTOR OBRERO, SE ILUMINA LA OFICINA) (El hombre de blanco en su oficina, cómodos sus pies sobre la espalda del hombre que a lo perro acostumbra sostenérselos. Concentrado, tacha victos positivos y negativos en una enorme lista. Afuera en el pasillo se sienten gritos, pero el oráculo no parece inmutarse, el hombre sigue concentrado, tachando victos positivos y negativos en su enorme lista. Un estrepitoso ruido provocan las puertas que se abren repentinamente de par en par, es ahí donde aparece con desesperanza una anciana de lengua 14


hiperactiva, suplicando perdón a gritos y lagrimas.) Anciana: ¡Señor! ¡Por favor! Ten piedad de mi, yo se que tu lo sabes, yo se que tu lo has visto con tus ojos que lo abarcan todo señor…. ¡Perdóname! No es mi culpa sabe, yo intentado por todos los medios decirle que lea el Libro Supremo y abandone esas asquerosas, pérfidas, pécoras historias y pensamientos de esos inadaptados. Por favor señor, no deje de escribir nuestros destinos, no colerice en nuestros guiones. ¡Se lo ruego señor, tenga piedad de nosotros! (El hombre de blanco sigue concentrado, sin inmutarse, tachando victos positivos y negativos. La anciana de pronto, entre sus plegarias se lanza de rodillas arrebatándole y enrollando en sus manos la enorme lista) Hombre de blanco: (asustado divisa de improviso el rostro de esta desesperada mujer, que lo asusta, repugna y descontrola, se monta sobre su 15


silla trémulo y descolocado, de donde observa con extrañeza la situación. Emperifollándose luego el pelo y recuperando la calma, baja de su silla compuesto y coge su bastón con el cual ayuda a levantar a la anciana. Pregunta con su ancha sonrisa.) ¿Que le pasa, humilde señora? ¿cuál es el motivo de sus lagrimas? ¿por que llora? ¿Le falta para pagar algo? Bueno le doy un crédito, pero recuerde, con el 50% de interés. Listo, pase a recogerlo en unas… Anciana: No, no es eso señor, yo soy una de sus más leales siervas, pago todo al día porque sigo al pie de letra el guion mensual. ¡vengo… vengo… vengo por mi hijo…! (Explotan nuevamente sus lagrimales) Hombre de blanco: ah… bueno, (cínico) entonces dígame, ¿como se llama su hijo? Anciana: (aquejados suspiros) Ferrer señor, Franco Ferrer. 16


Hombre de blanco: ¿Y que problema tiene su hijo? Anciana: últimamente estoy encontrando en su cuarto libros con asquerosos títulos que no me atrevo ni a abrirlos, (estallando en lagrimas) ¡Se lo juro señor que no eh abierto ninguno, se lo juro! La Mujer: (entra con entusiasmo a celebrar junto con el Hombre de blanco el estupendo triunfo de la campaña. Trae en su mano un plato de comida) ¿Supiste los resultados de la... (Observa a la destartalada anciana que le produce el silencio) Hombre de blanco: ¿Nadie te enseño que las puertas se tocan antes de entrar? La Mujer: es que como usted siempre me ha dicho que el que nada hace, nada teme y nada oculta. Pues bueno yo… como tu siempre haces nada… Hombre de blanco: ya ya ya… 17


La Mujer: (en cierto tono de burla) Bueno perdón… vuelvo más tarde (hace el ademan de retirarse) Hombre de blanco: no no no, me interesa que escuches… (La mujer se queda, mientras tanto se come el contenido del plato) Hombre de blanco: (se sienta calmo frente a su escritorio, retoma las plegarias de la mujer anciana) ¿y de que, tratan los títulos de esos textos? Anciana: por lo que yo eh podido descifrar de esos siniestros títulos, es que incitan a la re… re… (El Hombre de blanco la ínsita a que lo diga, ella bajando la voz y la nuca continua) a la rebeldía señor… Hombre de blanco: (mira a “La Mujer”. Medita unos segundos, se lame los labios) no se preocupe… (a la anciana) el próximo mes le llegará a su correo un par de escenas especiales donde se le indicará como poder sanar la mente 18


de su hijo señora, aun es un niño, si actúa correctamente su guion, se puede reivindicar. Anciana: ¡gracias señor, gracias, usted es grande igual que el de arriba, se merece el cielo, muchas gracias! (se levanta luego de besar el bastón del hombre de blanco, comienza su retirada) Hombre de blanco: (volviendo más opulenta su sonrisa) y si usted es una buena sierva como lo pronunció, debe saber que son sus puntos de trabajo los que le brindan este privilegio de ser perdonada, siga acumulando señora, que para salvar una vida, que es la de su hijo, necesitara bastantes. Se puede ir señora… señora… Anciana: Sonia… Hombre de blanco: señora Sonia Anciana: Si Maestro, muchas gracias, muchas gracias. (La anciana sale de escena besando algún objeto sagrado que cuelga de su cuello.) 19


Hombre de blanco: (Comienza a lustrar el anillo de su mano, sin mirar habla a La Mujer) ¿Sabes algo? La Mujer: ¿De que? Hombre de blanco: de los libros, de la señora, del cabro… (Levanta la mirada) ¿Qué estas comiendo? La Mujer: Nada ¿porque? Hombre de blanco: ¡¿hace rato que comes nada?! La Mujer: No, no se nada acerca de la vieja… Hombre de blanco: (vuelve a su ardua labor de lustrar el anillo. Sin dirigir la mirada ordena con indiferencia) tráeme de la cocina un plato de lo que estas comiendo. La Mujer: seré tu esclava (con desprecio le deja caer el plato que estaba comiendo sobre el escritorio) Hombre Perro: (Este es el hombre que siempre permanece en el suelo para que el hombre de blanco estire sus piernas cuando esta sentado. Se 20


levanta) yo… yo… pue, puedo tra, tra tra, traérselo señor. Hombre de blanco: no, tú dedícate a tu importante labor. (El hombre Perro vuelve a su posición, el dramaturgo acomoda sus piernas sobre él. Se escucha la voz de Sofismo y el profesor Romo, transitan por fuera de la habitación) ¡Romo, Romo! Profesor Romo: (Se asoma) ¿Si maestro? Hombre de Blanco: vengan, los dos, llama a Sofismo Profesor Romo: (entra a la oficina junto con Sofismo) ¿Paso algo? ¿Qué estás comiendo? (esboza el asco)…que asco, como puedes tragar tal… La Mujer: yo lo prepare… Profesor Romo: (mofa) por lo mismo… ¿y no era que a ti también te desagradaban? Hombre de blanco: son exquisitos… Profesor Romo: (descolocado) pero la otra vez fuimos a comer y a nadie les gusto. 21


La Mujer: ¿Nosotros? ¿A comer contigo? Nunca, jamás. Profesor Romo: ahora dices eso… La mujer: ¿Perdón? Hombre de blanco: Mis queridos colegas, no los tengo aquí para conocerlos. ¿Serian tan amable de cerrar la puerta?... Gracias… he recibido una información muy interesante: esta tarde, una peculiar anciana, me ha contado que su hijo, se muestra muy interesado por aquellos libros que aumentan la exagerada imaginación de nuestros futuros trabajadores. (Fija su mirada sonriente en Romo) ¿Sabe algo acerca de lo que hablo señor Romo? Profesor Romo: No se a que te refieres… Hombre de blanco: (Se levanta ofuscado golpeando la mesa y su tono de voz) ¿¡como que no sabes!? ¡¿Es que acaso sigues leyendo aquellas banalidades y se te ha escapado alguna palabra en clases?! ¡¿Sabes lo peligroso que puede llegar a ser?! 22


Profesor Romo: No, no, esta vez no fui yo, no es mi culpa, yo no le he facilitado ningún libro a nadie. Todo esto es culpa del ineficiente trabajo de esta mujer, los pocos libros que quedan circulando, llaman más la atención de algunos jóvenes que el opaco erotismo que esta ofrece. La Mujer: (sin ni siquiera manchar su perfecto aunque no bello rostro, dirige una mirada de desprecio a Romo, luego al hombre de blanco. Con sutileza adquirida se levanta de su asiento y se sitúa calma frente a este ultimo) ¿no vas a echarme la culpa a mi, no? ¿No le creerás? no, no creo que seas tan tonto como para no darte cuenta del juego que esta haciendo este estúpido para eximirse de toda culpa… Hombre de Blanco: en fin… (Sereno) como es de suponer la culpa aquí es de los tres… (Sofismo se sorprende) tu profesor, se supone que tenias que tener ya domesticado a esos jóvenes, tu (apunta a La Mujer) deberías tener a esos pocos, que no los puede controlar Romo, en tus piernas, y 23


Sofismo, ¿tus técnicas no eran tan buenas?... como imaginaran, una vez más idee una solución magnifica. Romo, como esto es en gran parte tú culpa, el trabajo recae mayoritariamente sobre ti, te escribí algunos paréntesis en tu destino, donde tendrás la labor de ganar la confianza del mocoso y así conseguirme los libros sin sospechas de alguna persecución, luego dices que se te perdieron. Tendrás tu recompensa si te aferras correctamente al guion, y tu mujer, mientras tanto, enséñale a ese pendejo tu lado más bello, sedúcelo, es un joven que aun no desarrolla la libido, y cuando lo tengas entre tus pechos, lo aplastas con tu adicción. La mujer: (al profesor Romo) “opaco erotismo”… impotente… (OSCURIDAD) (Los días miércoles comienzan para Manolo y los demás trabajadores, a las cinco y media de la 24


madrugada; el cariñoso despertador repica en las orejas. Se levantan los pesados parpados que resguardan los sueños de la agobiante rutina. El desayuno se ingiere lento, la marraqueta con imaginación conlleva a acongojados suspiros. Sin embargo hoy, todo fue mas rápido, la sonrisa les apuro el paso, las mentes despertaron livianas y ansiosas, no seria un Miércoles como todos, este Miércoles alegraba sus rasgos faciales, pues este Miércoles saldrían media hora antes para poder observar el partido de la selección de Fútbol. El efecto placebo. Se escuchan las transmisiones deportivas de la televisión; el himno nacional coreado por los ahora patriotas y apasionados hinchas, la lista con los nombres de los jugadores y el pitido inicial que revienta la emoción.) (LUZ EN EL SECTOR IZQUIERDO) (Manolo, en su casa, observa entusiasmado la T.V. frotando nervioso sus manos sudadas.) 25


Manolo: ¡Franco! ¡Franco! ¡Ya comenzó, ven! ¡Franco! ¡Franco! Franco Ferrer: (asomándose molesto por la puerta de su habitación) ¿Qué pasa papá? Manolo: responde po hombre, si toy llamándote. Ven a ver el partido con tu viejo oh. Franco: ya calmao, deja terminar y voy altiro. (Se encierra en su habitación) Manolo: cabro fome este, pasa too el día encerrao. ¡Franco! ¡Franco! Franco: (se asoma nuevamente) ya te dije iba altiro po, espérame un poco. Manolo: si no es naa eso oh, hacerme un favor… anda a la cocina y tráeme una cervecita, parece que queda una. Franco: ya… (Corre a buscarla, vuelve sin nada) no quedan papi. Manolo: (concentrado sin despegar la vista de la televisión) ya no importa. (Franco se encierra en su pieza) ¡Dale Mati, dale, dale! ¡Puta la wea! ¡Pégale antes po weon! ¡Casi hijo, casi! tan 26


buenos estos cabros, les falta ganar más confianza no más, que se aniñan antes lo equipos grandes. Cachaste el partió pasao, debimos haberlo ganao, pero estos weones juegan a al defensiva, si no hay caso ¿cierto Franquito? ¿Franco? ¿Franco? (se da vuelta y lamente notar que su hijo no esta) ¡Franco! ¡Franco! Franco: (Nuevamente se asoma molesto) ¿Qué pasa po papá? Manolo: (ofuscado) anda a comprar una cerveza que tengo sed, en el mueble hay unas moneas Franco: ya… (Recoge el dinero y sale a comprar) Sonia: (Viene entrando efusiva desde la calle con un sobre en la mano y unas bolsas del supermercado, deja todo sobre la mesa.) oye te cuento; subió el pan, doscientos pesos más que antes. Aunque yo se que el señor hace lo que puede y si lo subió es por algo, el también debe estar triste pues por ahí debe haber algún pecador que no paga sus cuentas, por eso el señor nos sube al pan a nosotros que somos sus 27


siervos más leales. ¿Y a ti Manolito, como te fue hoy en la pega? Saliste antes ¿todos salieron antes? Manolo: (ofuscado responde sin distraer su mirada de la pantalla) No Sonia: (sorprendida) ¿Manolo? ¿Mentira que gastaste el sueldo en ver el partió? ¡Otra vez po! después no me gusta andar pagando todo en cuotas. Manolo: Ya, ya, ya… Sonia: (resignada, de pronto sus facciones se animan) no sabi naa po Manolo, se me había olvidao contarte, la Marta quedo embarazaa, ¿te acordai de la Marta cierto? Esa de la panaderia, esa suelta que nunca se sabe con quien anda, bueno, por eso no era de extrañarse que el papá no diera señales de vida, yo creo que ni ella sabe quien es y capaz que sea cualquier marido de las vecinas, uno nunca sabe, en too caso, ojala que no salga con alguna infección la guagua, no por ella si, por el crio digo yo, no tener papá y mas 28


encima salir enfermo, es mucho pal huacho yo creo. Que mujer más mala oye ¿y tu que opinai Manolo? Manolo: si, si, ojala no le pasa naa a la Maria. Sonia: (gritando) no hombre, te hablo de la guagua de la Marta. Manolo: (El nombre de la mujer retumba en los oídos de Manolo que voltea sorprendido abandonando el partido, pregunta intentado disimular su terror) ¿Tay segura de lo que diciendo? Sonia: si po oye, si ya se le esta notando la guatita, y te digo que el papá ni siquiera se ha aparecido. Manolo: a pero tu deci que se le nota no más po, ella no te a contao naa Sonia: no pero uno es mujer y conoce como se pone la cara y el cuerpo. Manolo: andai puro cagüineando no mas, ya dejame ver el partió tranquilo. (Regresa Franco con la cerveza. La deja rápidamente sobre la 29


mesa y vuelve a encerrarse en su habitación) Sonia: ¿y el Franquito no esta viendo el partió contigo Manolo? Manolo: (irónico) si, mira, está sentao aquí al lado, fíjate. Pásame la cerveza mejor oh. Sonia: (histérica grita y golpea la puerta de su hijo) ¡Franco! ¡Franco! ¡Ven para acá cabro de miechica! (Franco se asoma) ¿Qué estay haciendo allá dentro? Franco: (abre la puerta) Naa mamá, déjame tranquilo. Sonia: ¡ven a ver el partió de inmediato con tu papá, que teni que estar haciendo encerrao en tu pieza! Manolo: ya déjalo tranquilo si esta en la edad del pavo este. (Franco se vuelve a encerrar en su habitación) Sonia: ¡Franco! sale de ahí cabro de miechica, ¿vo crei que no se lo que tay haciendo allá dentro? 30


Manolo: ¿y que se supone que esta haciendo allá entro Sonia? Sonia: (asustada inventa algo para encubrir a su hijo) eh… amm… ¡esa cosa que hacen toos lo hombre de su edad! Manolo: (Larga a reír abriendo la cerveza) Déjalo que se masturbe tranquilo entonces po, si es lo normal, tu misma lo dijiste. Franco: (desde la pieza) ¡cállate papá! Sonia: ¡Por dios Manolo! (Se escucha un efusivo grito de gol desde la televisión) Manolo: ¡Puta la wea, ya me hicieron perderme el gol por la cresta. Quédense callaos y tu Sonia ándate a la cocina o dedícate a cagüinear que es la única wea que sabi hacer y déjate de molestar al niño. (Sonia molesta se encierra en el baño. Al rato se escucha el pitido que pone fin a la primera mitad del partido, Manolo termina su cerveza y curioso comienza a trajinar en las bolsas que trajo Sonia. Entre medio descubre el sobre, lo abre y comienza a leer una carta.) 31


Manolo: (Ofuscado llama gritando a su familia, ambos aparecen nerviosos.) ¿Alguien me quiere explicar por que mierda el dramaturgo ha enviado escenas donde deberíamos llevar a Franco al Psiquiatra? Sonia: (soberbia responde) ¡El hombre de blanco solo recomienda lo mejor para nuestra familia Manolo! No había querido contarte, pero fui a sus oficinas y le confesé toda esta horrenda verdad. Manolo: ¿de que estay hablando Sonia? Sonia: ¡De lo que Franco hace encerrado en su pieza! Manolo: ¡Por la cresta mujer, que tiene que el cabro se masturbe en la pieza y cuantas veces te tengo que decir que los problemas se arreglan aquí en la casa, por la mierda, no con las vecinas, ni con el de la panadería ni muchos menos con el dramaturgo! ¡¿No entendí esa wea?! Sonia: es que ese no es naa el problema po Manolo, yo no te había querio contar pa que no 32


te enojarai, pero la cuestión parece que ya toco limite. Manolo: ¿Qué me estay hablando Sonia, que no me hay querio contar? Sonia: Dile tu po Franco, ¿Qué tabai haciendo en tu pieza, por que no tabai viendo el partió con tu padre? Franco: naa oh, estaba… tengo sueño, quería dormir ¿Qué no puedo descansar ahora? Sonia: ¡no seai mentiroso! Dios no te escuche, anda, cuéntale de los libros a tu papá po. Si yo te los pille el otro día, entré hacer el aseo y lo vi po. Franco: que te andai metiendo en mis cosas…! Manolo: ¡¿a ver Franco?! Cuidaito como hablai. ¿y tu pa que le contai al dramaturgo por la mierda? ¿caxai lo grave que esta wea? Mi hijo no esta naa loco Sonia, ta aburrió no mas, si lee es por que no tiene naa mas que hacer, esas cosas se solucionan en familia Sonia, cuantas veces… más encima, justo le había canjeado una pelota a este cabro con la cual va a ocupar su tiempo 33


¿cierto campeón? ¿¡Cierto campeón!? ¡Responde po hombre! Franco: si papá. Manolo: Yo no lo pienso mandar al hospital, no, a mi hijo no, no me vengan con weas. ¡Ya! tráeme los libros que dice tu mamá, te los cambio por la pelota y too solucionao (Franco entra a buscar los libros) Sonia: ¿pero Manolo? Si no hacemos lo que dice el libreto del dramaturgo nos va a faltar plata po, y no hace falta, acuérdate como estábamos el mes pasao. Manolo: el mes pasao fue porque nos tramitaron en el pago. Y bueno, me tendré que quedar algunas horas extras no más po, no va hacer primera ni última vez. Franco: (le entrega dos libros) están igual de condenaos que Sísifo, resignados que se creen felices. (OSCURIDAD) 34


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No lográndonos encerrar debido mucha veces a nuestra habilidad para evadir sus sistemas de control, nos condenan a vivir en constante tensión, siempre perseguidos porque cada acto que encamine hacia nuestra libertad colectiva los dramaturgos de esta farsa criminalizan. A pesar del sofismo y labia que poseen los gobernantes para mentir y cubrir sus patrañas, a pesar de que hayan hecho de eso una profesión, a pesar del amedrentamiento, de los montajes, de las multas, de los presos, de los allanamientos y quemas de libros, desalojos y clausuras a centros autónomos no lograrán jamás desarraigar el instinto de insumisión cual durante la historia a logrado asombrosas organizaciones que han logrado demostrar la belleza de vivir sin un guion cual seguir… La persecución y censura de este sistema teatral demuestra que algo esconde, que algo teme… 36


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