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Conozcamos el Parque - La hierba de la gota, ¡una planta carnívora! - El mirlo acuático
flora 21
Al hablar de una planta carnívora se despierta nuestra imaginación y nos imaginamos plantas voraces y terribles. Pero la drosera (Drosera rotundifolia) pasa absolutamente desapercibida para la gran mayoría de los visitantes. Aunque se puede encontrar en lugares por donde cada año pasan miles de personas, como el valle de Gerber o el camino que va de Aigüestortes al Estany Llong. Es comprensible, ya que esta planta apenas mide 4 o 5 cm. de diámetro y las hojas, que salen todas juntas de una roseta basal, son del tamaño de una lenteja. Estas hojas son de un color verde claro pero como están totalmente recubiertas de pelos de color rojo, la planta, vista en su conjunto, tiene este tono rojizo... En el momento de la floración, justo en el centro de la planta crecen 4 o 5 florecillas de color blanco que permiten que esta hierba llegue a unos 10 cm. de alto. Incluso sabiendo perfectamente en qué charcas vive, hay que agacharse para buscarla detenidamente en medio de las hierbas y musgos entre las que se esconde, hasta que triunfalmente alguien llama: ¡”Mira, aquí está, ya la he encontrado!” Los ambientes acuáticos tienen una gran importancia cualitativa dentro del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici, sólo en el nombre ya salen dos veces... Por esto en el Portarró nº 9 tratamos de especies adaptadas a vivir en las fuentes y en los arroyos de agua corriente. En los números 16 y 24 nos centramos en las plantas que flotan en los lagos. Hoy queremos presentar a una de las especies de las turberas, las aigüestortes o los patamolls como dicen por ahí. Muchas de las plantas carnívoras conocidas viven en lugares muy húmedos. Así que debemos suponer que este exceso de agua debe tener algo que ver. ¿Quizás será porque en las zonas pantanosas abundan los mosquitos? No es eso. Estos ambientes suelen ser extraordinariamente pobres en nutrientes. Muchos suelos de la alta montaña granítica ya son bastantes pobres de por si, y tienen tendencia ácida, ya que el granito es una roca muy insoluble y sin cal. Pero si además hay mucha agua circulante, el suelo es continuamente lavado y el agua se lleva los pocos iones de sales minerales que pudiera haber. Además, las bajas temperaturas inhiben la degradación y mineralización de los restos vegetales, creando una especie de carbón vegetal, la turba, que es muy pobre en nutrientes. Las plantas necesitan materia inorgánica para vivir (sales minerales) y no materia orgánica (humus). La turba está básicamente formada por los esqueletos de un musgo (el esfagno) que se comporta como una esponja y tiene una gran capacidad de retención de líquido. Su textura la hace muy apropiada para servir de soporte para la tierra vegetal que venden en jardinería, mezclada previamente con abono añadido. Mucha gente piensa equivocadamente que la turba es muy rica y buena para las plantas y nada hay más alejado de la realidad. Las plantas que son capaces de sobrevivir en estos ambientes tan pobres, propios de las zonas pantanosas de alta montaña, son todas ellas muy especiales y presentan adaptaciones muy curiosas. En el caso de la drosera, o hierba de la gota, como no puede vivir de lo que obtiene del suelo ha optado por cazar directamente su alimento. Para poder capturar a sus presas las plantas insectívoras tienen que tender una trampa lo bastante atractiva para llamar a sus víctimas. Los vistosos y pegajosos pelos glandulares que hay repartidos por la superficie de las hojas son una trampa mortal para los insectos, que se ven atraídos por estos colores llamativos. Una vez se posan encima, lentamente la hoja se va retorciendo y más y más pelos se pegan sobre el cuerpo del imprudente insecto, hasta que acaba irremediablemente atrapado. Con la ayuda de unos potentes enzimas digestivos el insecto se disuelve allí mismo, proporcionando a la planta los nutrientes que tan difícilmente podría obtener del entorno. ¡Por suerte para nosotros, no existen plantas carnívoras como las de los “tebeos”, capaces de engullir a una persona de un solo mordisco! Gerard Giménez
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la hierba de la gota,
¡una planta carnívora!
fauna el mirlo acuático
El Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici posee un elemento principal y aglutinador de la biodiversidad: el agua. El propio nombre del espacio hace referencia al mencionado y fundamental elemento. Pero ya se sabe, en la alta montaña hay muchas menos especies de fauna y flora vinculadas a este medio, en comparación con los ricos y diversos ámbitos de agua dulce litorales o de interior, espacios (protegidos o no) que incluyen una enorme cantidad de aves, tanto sedentarias como estivales o invernantes como sobre todo, durante los flujos migratorios. La invernada de aves migratorias acuáticas en los Pirineos es poco probable, por no decir imposible, debido fundamentalmente a las extremas temperaturas y el consiguiente hielo en aguas estancadas, que impone la altitud. Incluso las rutas migradoras de las aves se encuentran muy limitadas a pesar de existir un cierto flujo. Pero como en la mayoría de las ocasiones en la naturaleza, siempre hay excepciones. El mirlo acuático (Cinclus cinclus) es un bonito y especializado pájaro totalmente ligado al agua. Es una especie sedentaria, es decir, permanece todo el año entre nosotros iniciando el ciclo reproductor a mediados del mes de marzo cuando aún existen temperaturas extremas. Una vez finalizado este período, la población reproductora así como los jóvenes del año inician una incursión altitudinal elevada que hará que podamos observarlo en los estanys más altos del Parque. Pueden realizar hasta dos puestas si bien en nuestro espacio protegido sólo realizan una. Construyen un nido redondo forrado totalmente con material de confort que representan los musgos y líquenes, siempre al lado del agua y realiza una puesta de entre cuatro y seis
huevos. El principal factor limitante de su ocupación lo representa el grado de congelación del agua. En casos extremos puede hacer movimientos a menor altitud a la espera de que se descongele el agua (difícil en agua corriente). Tarde o temprano colonizará de nuevo el curso más alto de nuestros ríos. Su alimentación se basa en larvas e insectos que captura magistralmente... ¡dentro del agua!. Incluso camina en los lechos acuáticos levantando las piedras y cantos rodados para capturar sus presas. Lo más probable es verle nadando y sumergiéndose de manera rápida. Se distribuye en la práctica totalidad de las cabeceras de los ríos y barrancos del Parque Nacional (ríos Flamicell, los dos Nogueras y la Garona) y se ha confirmado su reproducción en todas las cuadrículas de 10x10 del espacio protegido. La mejor prueba de su abundancia es el hecho de tener varios nombres locales. Así, en la Ribagorça se le conoce como tòrdera d’aigua y aigüerola (al igual que en los dos Pallars y Andorra), mientras que en el Valle de Arán se le llama torda d’aigua y aiguaròla. El Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici posee una muy importante población de la especie a pesar de la existencia de numerosas obras hidráulicas. Se desconoce su incidencia en la dinámica de la especie ya que no se ha investigado el tema pero es de suponer que haya sido afectada por el hecho mencionado. Gran indicadora de la calidad ambiental con unos requerimientos de aguas limpias, frescas (por no decir frías) y bien oxigenadas, hacen que nuestro espacio natural sea un excelente refugio avifaunístico también de aves acuáticas.
Jordi Canut i Bartra