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La entrevista: Los Ankli, precursores del termalismo
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entrevista
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Es difícil imaginar que a finales del siglo XIX un balneario de la categoría del de Caldes de Boí no interesara a nadie pero la verdad es que solamente una persona apostó por unos baños con probablemente las aguas más viejas de los Pirineos. Así, los baños termales pasarían de manos de la Diputación de Lleida al bisabuelo del actual propietario, Walter Jorge Ankli, que conjuntamente con su hermana Maria José y otros familiares, forman parte de una apasionante historia que se desarrollará entre los enlaces de familias de la Ribagorça y Suiza, y los eventos de diversas etapas muy agitadas de la propia historia del país. En esta entrevista Tito Ankli nos desvela algunos de los secretos de las 37 fuentes de aguas mineromedicinales que le han merecido entrar en el Libro Guinness de Récords Mundiales, y también nos da detalles hasta ahora no revelados sobre personajes famosos y hechos históricos que han tenido lugar en Caldes en las últimas décadas. Unos tiempos en que Franco se alojaba en la Farga con un cortejo que llenaba todas los desvanes y cuadras mientras los ministros e ingenieros redactaban los famosos Planes de Desarrollo. Unos tiempos en que los hermanos Bultó hacían la primera subida motorizada a la zona a caballo de una Montesa cuando todavía no llegaba la carretera actual o se pescaban las truchas más grandes en el Estany de Dellui. Unos tiempos en que también se tomaron grandes decisiones que afectarían al futuro del valle de Boí, como la ubicación de las pistas de esquí, con una primera propuesta, nunca ejecutada, de su propio padre, Walter Ankli, en Llubriqueto y con un telecabina que tenía que subir a las pistas desde el mismo Balneario... ¡Unos tiempos que vale la pena redescubrir!
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Familia Bultó con montesas en Caldes (principios de los 50)
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Dónde empieza la vinculación de tu familia con los Baños de Caldes?
Mi bisabuelo, Federico Vallmitjana, joyero en Barcelona, los compra a la Diputación de Lleida en 1896. Lo hace en una subasta en que salían lotes de propiedades que habían sido desamortizadas durante aquel siglo XIX a los curas. Subastas anteriores habían quedado desiertas ya que llegar en aquellos tiempos al valle de Boí no era nada fácil. La carretera más próxima estaba a 2 días y tenías que atravesar el Port de Rus para llegar a Caldes. ¡No interesaba a nadie!
¿Pero antes de la compra, quién gestionaba los Baños?
La Iglesia. Había una institución que se llamaba La Consòrcia, formada por gente de los pueblos de la zona y curas del Obispado de la Seu d’Urgell. Los monjes que vivían aquí ya hacían funcionar una especie de balneario muy rudimentario donde los enfermos venían y pagaban lo que podían. La vida de los monjes era muy austera. En los bancales de detrás del Balneario, que hoy están llenos de avellanos, sembraban patatas –extraordinariamente buenas– y trigo. Hay fotos antiguas donde ves el trigo secándose. Y de esta agricultura de subsistencia malvivían. Imaginad cómo debía ser, en aquellos tiempos, pasar el invierno sin electricidad.
A la muerte de Federico Vallmitjana...
deja 3/5 partes del Balneario a mi abuela Ignacia Vallmitjana y las otras 2/5 partes a los otros dos hijos. Ignacia se casa con Celso Joaniquet, hijo de Forcat, un chico dicen muy guapo que la iba a cortejar, a caballo, cruzando por el Port de Gelada. Se casan en Barcelona, se van a vivir a Madrid donde él trabaja de abogado y tienen una hija, mi madre, Maria José Joaniquet, que se casará con el suizo, mi padre Walter Ankli.
¿Cómo llega tu padre a España?
Había empezado a trabajar muy cerca del pueblo de donde era originario en Suiza, Zullwil, cerca de Basilea, en una fábrica primero como aprendiz y después como técnico. Más adelante lo envían a Barcelona para solucionar unos problemas técnicos, se enamora de un país que considera políticamente estable y empieza su pequeño negocio poco antes de la guerra, creando en Montcada i Reixac, en Mas Rampinyo, la empresa Aismalíbar (1934). Pide dinero prestado a unos parientes porque no tenía capital pero entonces estalla la guerra. Sobrevive a la misma y el boom económico empieza poco después.
¿Por qué se produce este crecimiento tan espectacular de la empresa al acabar la guerra?
Porque fabrican unos materiales que solamente fabrican ellos: placas de cobre para circuitos eléctricos, cables y aislantes, hilos esmaltados... Mi padre tenía una capacidad de trabajo y una inteligencia fuera de lo normal.
¡Una auténtica fábrica de sueños!
Efectivamente la empresa tiene, más allá de la parte productiva, una parte de obra social innovadora para los tiempos que corrían. Construye viviendas para el personal y crea un club social como espacio de ocio para los empleados. La empresa crece y crece... y llega a tener un equipo de básquet, el Club Baloncesto Aismalíbar de Montcada, por el que pasarán jugadores tan famosos como Emiliano o Nino Buscató, y que durante la década de los 50 y de los 60 estará entre los mejores equipos de España. Hasta el año 1959 la empresa será el patrocinador oficial de la Vuelta Ciclista a España con un material plástico que hará furor los años siguientes: la formica.
La primera visita al valle de Boí se produce en los años 50.
Sí, él sube hacia los Pirineos y el valle de Boí le recuerda mucho y mucho a su país, Suiza. Compra las 2/5 partes de los hermanos de mi abuela con lo cual la totalidad del negocio queda en manos de la abuela y de él. Empieza entonces a invertir en el Balneario y hace este edificio donde nos encontramos ahora mismo, el Hotel Manantial (1956) y las piscinas. Se mejoran los baños que estaban muy descuidados y se hace, en general, una inversión fuertísima que no se justificaba por la rentabilidad sino más bien por el amor al arte y a una situación financiera cómoda. A mi padre le gustaban mucho las obras y venía todos los sábados, ¡le encantaba! Se levantaba a las 5 de la mañana y llegaba al Balneario, lo más pronto posible, hacía el seguimiento de las obras con los arquitectos e ingenieros, comía y volvía hacia Barcelona con el chófer. Y así se fue ampliando y modernizando el Balneario.
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¿De qué otros proyectos oyes hablar a tu padre?
De hacer una estación de esquí pero no donde está actualmente Boí-Taüll sino aquí arriba, en el valle de los Estanys Roi. Es un valle ancho y en un primer momento se pensó en construir un teleférico que uniría el Balneario con el Pla de la Sallent pero evidentemente nunca se llegó a hacer. A principios de los años 70, Joan Ventosa –propietario todavía de todas estas montañas–, el Automòbil Club de Catalunya y mi padre querían desarrollar otro proyecto de estación de esquí pero la ubicación no fue la adecuada. Los primeros pilares de los remontes se pusieron en Torllussà pero poco después se trasladaron al actual emplazamiento. Sin embargo, el lugar adecuado habría sido el valle del Port de Rus, un valle ancho y largo, sin árboles, pero se descubrió demasiado tarde. El acceso habría sido por aquella curva tan umbría que hay después del Pla de l’Ermita y después con un teleférico, ¡hacia arriba! Para mi era el lugar ideal y también ahora cuando se habló de ampliar el espacio esquiable de la actual estación. Creo que se habría convertido en una de las mejores estaciones de España ¡sin duda! Pero la presión de los verdes para que no se hiciera nada, ya que era Preparque, paró definitivamente un proyecto donde no había construcciones de envergadura.
¿Conoces otros proyectos de la estación de esquí antes del definitivo?
Sí, hicimos una nueva sociedad, de la cual fui consejero desde el primer día y que trabajó en otro proyecto muy bonito e imaginativo, quizá no muy realista, de cómo debía ser la estación de esquí. Se planteaba la construcción de una serie de “apriscos”, tipo Baqueira, con casitas pequeñas, de carácter elitista, pero cuando se presentó a la Generalitat dijeron que aquello no respondía a un turismo social y se optó por construcciones, tipo moscovita, de grandes edificios. Por lo tanto, no aceptaron el proyecto de las urbanizaciones con casitas y el resultado es el que podemos ver hoy, el Cuc, edificios de muy poca calidad, cosa que ha acabado repercutiendo negativamente en el devenir de la Estación. La verdad es que nunca fue rentable y casi todos perdieron dinero. Todavía soy accionista minoritario a pesar de que la colaboración con el Balneario es escasa. Pensar que la estación termal hace la competencia a la estación b o l e t í n d e l p a r c n a c i o n a l d ’ a i g ü e s t o r t e s i e s t a n y d e s a n t m a u r i c i
de esquí, o viceversa, es un error. Cuantas más empresas fuertes haya en el territorio, ¡más vida!
¿Durante la época de las hidroeléctricas, tu padre no vio también un nuevo terreno para diversificar los negocios?
¡No! La ENHER era una empresa del Estado y tuvimos más de un pleito con ellos. Nosotros teníamos un salto de agua para hacernos la electricidad, con un canal que llegaba desde el río, pero cuando había una tormenta era un desastre: entraba demasiada agua, el canal se llenaba de troncos y a veces se nos habían llegado a fundir casi todas las bombillas del Balneario. ¡Un calvario! Muchos años después conseguimos que se nos compensaran estos derechos. Hay que tener en cuenta que en los años 50 nosotros éramos prácticamente autosuficientes. Al principio de la temporada comprábamos 200 corderos, nos hacíamos el pan, teníamos cerdos que se engordaban con las sobras de la comida de nuestros clientes y que vendíamos a final de temporada... Tengo un recuerdo maravilloso y muy entrañable de aquella época, de los veranos que pasábamos en Caldes. ¡Era una aventura constante! Salida de Barcelona a las 9 de la mañana, comida en Balaguer y llegada al Balneario por la tarde. Nos mareábamos 20 veces –Els Brucs, la Panadella...– y cuando llegábamos al valle de Boí y se veía Cardet, nos obligaban a ponernos el jersey hasta que llegábamos a Caldes.
¿Franco estuvo en el Balneario?
Él se estaba en la Farga pero se le invitó a visitar el Balneario y lo hizo en más de una ocasión. Los que sí comían y dormían eran los que acompañaron y trabajaron en la elaboración de los famosos Planes de Desarrollo del ministro Laureano López Rodó: otros ministros y políticos, militares, gobernadores, alcaldes de ciudades importantes como Madrid... Además, el lugar estaba muy bien protegido para prevenir de posibles atentados gracias a las montañas de los alrededores. Cada vez que venía Franco al Hotel era invadido por un ejército de soldados, que muchas veces dormían amontonados en los desvanes del Caldes como si fuera la guerra.
¿Qué recuerdos tienes de Aigüestortes?
Cuando estaba permitido, la carretera del Portarró la había subido en moto, cuando nadie te decía nada. Pero sobretodo recuerdo que subíamos a Aigüestortes con mi padre en
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camión, cargados de comida y de truchas compradas a pescadores de allí, y podíamos ser 20 o 30 comiendo. Ir a pescar a Dellui era maravilloso. Había unas truchas inmensas,¡muy grandes! ¡Ahora imagino que deben ser ya monstruosas!
¿Qué sabes de los orígenes del Parque?
¡Yo pienso que se creó para fastidiar al Ventosa! Tampoco tenía mucho sentido que él fuera el propietario de una finca tan grande. Parece ser que el propietario anterior era el Conde Delamarre y como durante muchos años no había pagado los impuestos, otro los pagó y se quedó con la propiedad de aquellos valles y montañas. Nosotros también tuvimos que pleitear – mi abuelo era abogado– con los Ventosa para determinar dónde empezaban y dónde terminaban nuestras propiedades.... Era una finca de miles de hectáreas, que en aquellos tiempos ninguno imaginaba el valor que acabaría teniendo, propiedad de un conde francés que no venía nunca. Yo conocía la finca mil veces mejor que ellos porque había subido a todas las montañas y picos. ¡Era absurdo tener una finca así!
¿Cuando adquirió los Baños, encontró documentos antiguos de valor histórico?
Tengo una colección de mapas antiguos de Cataluña y la Virgen de Caldes ya sale en algunos de antiquísimos. En cuanto a la utilización de los Baños por parte de los romanos, es probable que fuera así ya que eran muy aficionados al termalismo y muy cerca de aquí, durante las obras hidroeléctricas de mediados del siglo XX, se encontraron monedas de emperadores de los primeros siglos de nuestra era. Aunque decir, como dicen algunos, que Pompeyo se bañó aquí... es mucho decir. No hay evidencias arqueológicas claras pero por encima del hotel Caldes se encuentra una edificación muy antigua con un baño de agua caliente. ¿Tiene 2.000 años? ¡Lo dudo! En cambio en los baños de Les, en el Valle de Arán, sí que encontramos una piedra dedicada a la diosa Lex. El termalismo en el Valle de Arán, en Bagnères de Luishon –como su nombre indica– es más evidente y continuado así como en otros baños de la vertiente atlántica de los Pirineos. Hay que recordar, por ejemplo, que de París a Luishon había un tren en el año 1850 que les permitía llegar en un día y medio.
¡El siglo XIX es clave para el desarrollo del termalismo!
Toda esta zona del sur de Francia, desde Pau hasta aquí, se puso de moda durante la época del colonialismo inglés y francés. ¿Por qué? Porque los militares y los funcionarios que trabajaban en la India, en África... cuando volvían a su país venían hasta aquí para hacer salud y recuperarse. ¡Muchos balnearios eren la Marbella o el Torremolinos del momento! Además venían también personajes de las mejores y más ricas familias del mundo: príncipes rusos y otros aristócratas europeos. Solamente hay que ver, por ejemplo, en Luishon, las casas o palacetes que todavía hay hoy en día, el Casino, el hotel de Superbagnères que cuando se hizo debía ser espectacular de verlo. Toda esta zona tenía comunicación directa con la capital de Europa, que era París. ¡Y también estaba lleno de ingleses! Les gustaba más el clima seco de los Pirineos que el húmedo de Inglaterra.
¿Cuál es el momento en que Caldes empieza a conocerse?
Venir al valle de Boí, antes de la construcción de la carretera en los años 50 del siglo pasado, era como ir hoy en día a pie hasta Afganistán. Los primeros excursionistas franceses, los viajes organizados desde el Centre Excursionista de Catalunya, las misiones arqueológicas de descubrimiento de un románico en peligro de desaparecer o ser vendido por cuatro pesetas fueron las primeras incursiones a un territorio desconocido. En los lugares donde se concentraba la gente, había más posibilidades de propagación de enfermedades. Por eso, iglesias y ermitas se encalaban para eliminar gérmenes y bacterias, lo que ayudó a proteger el rico patrimonio románico existente. Hablando de enfermedades, al ser un valle cerrado, había un problema muy grave de consanguinidad, es decir, la genética no se renovaba mucho. Un hijo de mi bisabuelo vino con el famoso pintor Nonell y el artista se dedicó a hacer una serie de pinturas, que tituló “Los cretinos de Boí”, donde se refleja esta problemática genética recurrente, en aquellos tiempos, en muchos valles pirenaicos. Con la construcción de la carretera del valle de Boí llega también sangre nueva de Andalucía, Galicia, Extremadura y casi diría que se crea como una nueva raza. ¡Es un momento fundamental en la historia reciente del valle!
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Walter Ankli
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¿Cómo ves, a partir de entonces, el termalismo?
¡Como un fenómeno espectacular! La variedad de aguas que tienen los Baños es brutal y por eso hoy en día estamos en el Libro Guinness de Récords! Es un lugar, donde las montañas escarpadas de pizarras y granitos que nos rodean, están llenas de grietas profundas por donde el agua entra y sale, con períodos de circulación de cientos y a veces de miles de años. Aguas que van absorbiendo minerales en cantidades muy pequeñas, lo que las hace diferentes de otras que son más pluviales o que tienen un período de contacto con los minerales muy corto. Las fuentes las encontramos en las dos vertientes del valle del Balneario pero más abundantes en la solana que a la umbría, y los diferentes ramales se van mezclando con aguas menos profundas. Las más ferruginosas deben venir de los Estanys Roi y las montañas que los rodean. Sin embargo, el termalismo, hoy en día, se encuentra en un momento crítico.
¿Por qué?
La aparición del fenómeno de hoteles con spa ha envenenado el ambiente ya que se presentan como falsos balnearios. Muchos son balnearios urbanos con aguas que no son buenas por muy depuradas que estén. Se ha creado una gran confusión, la propia Administración no ha hecho lo suficiente para resolver el problema y nos toca luchar constantemente para explicarlo. El agua debe estar declarada mineromedicinal, un proceso largo, complicado y costoso; hay que demostrar que las aguas sirven para curar enfermedades ¡y no puedes tener un Balneario sin médico! Para complicarlo más, estás sometido a las competencias de la Confederación Hidrográfica del Ebro, de la Agencia Catalana del Agua y como el agua es un bien minero también intervienen los de Minas. ¡Es como si fuera oro, plata, petróleo... como está bajo tierra! Todos estos falsos balnearios, en cambio, no tienen estos seguimientos tan costosos. Juegan a lo mismo pero engañando a la gente diciendo que hacen salud. ¡No es verdad! Harás deporte, será divertido pero ¡no harás salud! Aquí las aguas sulfurosas está demostrado que son buenas para la piel, con el barro te duelen menos las articulaciones, las estufas naturales. Esto es de verdad, ¡aquí haces salud!
¿Qué diferencias hay con los baños de Tredòs y los de Les?
En Les tenemos unas termas en las que precisamente estamos ahora en este proceso costoso de declaración como aguas mineromedicinales. El agua es sulfurosa, muy sulfurosa, situada a 300 metros de profundidad. Salen unos 16.000 litros por hora, a 3.5 Kg de presión. ¡Incluso hacemos un tratamiento con caviar! Los de Tredòs están situados en un lugar maravilloso, en el valle de Aiguamòg. Cuando lo compré, estaba totalmente abandonado y tardé tres o cuatro años en arreglarlo. Es también agua sulfurosa que sale de forma natural.
¿Estás también detrás del nuevo proyecto de recuperación de los baños de Arties?
¡No! Estoy muy cansado de las dificultades que hay en este país para tirar adelante un negocio como es un balneario. Creo que en un primer momento había gente de la propia Val d’Aran y también del Pallars interesados en tirar adelante el proyecto pero no se pusieron de acuerdo y finalmente lo vendieron a un grupo de inversores que quieren hacer un hotel de lujo y otras actuaciones inmobiliarias. ¡Pero de momento no hay nada! Si lo hubiera comprado yo ya estaría en marcha, eso seguro. ¡Estuve muy cerca de hacerlo!
¿La planta embotelladora cuándo se hace?
En la actual sala polivalente es donde mis abuelos construyeron la primera planta embotelladora. En su momento se trajeron muchos camiones de tierra para nivelar el terreno. El agua de Caldes, envasada en la Font del Bou y transportada en caballerías ya se había vendido en Barcelona en los años veinte en una oficina del Paseo de Gracia. Salía anunciada en la revista del Centre Excursionista de Catalunya (CEC).
¿Cuál es, por lo tanto, el futuro de los balnearios y del termalismo en los Pirineos?
La situación, como decía antes, es complicada por esta competencia desleal de los spa. La Administración debería saber diferenciar bien un balneario de otros negocios termales. Por ejemplo, en folletos de publicidad bajo el título de wellness mezcla balnearios con spas. Nosotros no queremos estar con ellos, somos un producto diferente y de calidad.
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¿Qué proyectos tienes para el Balneario?
Uno es crear una sala de convenciones con capacidad para cerca de 180 personas ya que creo que es necesaria en un valle como el nuestro. Por otra parte, soy muy aficionado a los coches y me gustaría traerme algunos aquí (ahora los tengo en Les) para hacer un museo importante, pero de nuevo la Administración no ha estado por la labor. Así, si nos dan una subvención para arreglar los garajes del lado de la carretera traería algunos de estos coches y motos de nuestros antepasados para dar un atractivo más al valle.
Una visión de futuro del valle de Boí...
El problema ahora son las pistas. Sin embargo, el Balneario siempre estará, ¡es único! Conozco y he visitado muchos ¡pero como éste no hay ninguno! Nos hemos apoyado, pues, en el termalismo, en el románico, en las pistas, en el territorio. Debemos mejorar la integración paisajística de las infraestructuras hidroeléctricas con estos paisajes espectaculares. También el excursionismo con todo terreno bien hecho y regulado sería un atractivo turístico muy importante. Un circuito maravilloso es por la montaña de Durro y salir a las pistas de esquí.
¿Y del Parque Nacional en concreto?
¡Pues que cuando no era Parque Nacional se conservaba más natural porque no venía tanta gente! Un ejemplo práctico: si nos miráramos el Parque a vuelo de pájaro parece que, cuando acaba el verano, ha nevado. Son los pañuelos de papel que la gente utiliza durante la visita. ¿Por qué no hay más lavabos en las zonas más visitadas? ¿Por qué no se puede ir a caballo por el Parque si ha sido un sistema de transporte tradicional hasta no hace muchos años? ¿Que no es natural el caballo? ¿No han estado siempre? ¡Son cosas difíciles de entender! Incluso creo que se debería dejar pescar de forma controlada, como un atractivo turístico, en algunos lagos. Además, estas truchas no estaban en muchos de estos lagos de forma natural, ¡las trajeron! Las truchas siempre han tenido depredadores: los osos, las nutrias o los pescadores se encargaban de regular su población. Ahora que no se permite la pesca ¡acabaremos teniendo verdaderos monstruos! Creo además que el Parque debería ampliar15
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se hacia el Valle de Arán; ¡me resulta extraño que el circo de Colomèrs no sea Parque Nacional!
Unos últimos secretos para acabar. Una montaña...
Comalesbienes porque se ve Caldes, exactamente, desde el pico de Comalesbienes; desde la Punta Alta, ¡no se ve! Es una montaña que está sola. ¡Y la Punta Alta es un pico pico!!
¡Una travesía!
Desde los baños de Tredòs hasta Caldes por el Port de Colomès, no por el Port de Caldes ni por el de Arties. ¡Por el de Colomès! I de Tredòs a Caldes y no al revés porque cuando coronas el puerto y ves bajo tus pies el Estany Negre y los otros lagos, ¡es una pasada total!
¡Un animal!
Un animal que he visto muy pocas veces: ¡el gato montés! La única vez que he visto uno ha sido, aquí abajo, cerca de la cascada de la Sallent. Los urogallos también son divertidos de ver. No acabo de entender esta mitificación de que era tan difícil cazarlos ya que muchas veces los he visto de muy cerca, por ejemplo, por la zona de Llubriqueto. Recuerdo otro día que me salió uno en el Long de Tredòs, de prácticamente al lado de las piernas. ¡Y también la trucha, la trucha de verdad! No la fario de ahora sino la fario de antes. ¡No sé si todavía queda alguna!
¡Un refugio!
¡El que había al lado del Ventosa i Calvell! Yo hice un contrato con la ENHER por el que me lo alquilaban para 50 años pero el Parque Nacional no estaba por la labor. Estaba situado en un lugar muy bonito. En cambio me parece muy bien que hayan sacado la Residencia de Cavallers porque se había convertido en un lugar sucio y feo del valle.
La familia Ankli ha supuesto, sin duda, un punto de inflexión clave en el desarrollo del termalismo en los Pirineos en los últimos 100 años. Un termalismo tradicional y auténtico que lucha desesperadamente ante nuevos productos y ofertas de ocio relacionadas con el agua. Sin embargo Caldes, el Balneario, los Baños... son hoy en día el referente más importante del turismo de salud de la alta montaña pirenaica rodeado, además, de un entorno natural y cultural único como es el valle de Boí.
Josepmaria Rispa Pifarré y Meritxell Centeno Magí